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TERCERA CLASE

JESUS NOS LIBRA DEL PECADO

META: Explicar que Jesús nos libra del pecado y que la salvación
ya está realizada y consumada por El.

La respuesta de Dios a las necesidades y problemas del hombre, es JESUS, ya que por El y en El, el
Padre nos ofrece la salvación.
Dios nos envió a su Hijo para librarnos del pecado, de la obscuridad y del poder del demonio. Jesús
es el Cristo, el Mesías, el Enviado de Dios.
(Jn. 11, 25-27)
Jua 11:25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en
mí, aunque esté muerto, vivirá.
Jua 11:26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.
¿Crees esto?
Jua 11:27 Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo
de Dios, que has venido al mundo.
(Mt. 16, 15-17)
Mat 16:15 Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Mat 16:16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo
del Dios viviente.
Mat 16:17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón,
hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que
está en los cielos.
(Ef. l. 3-19).
Efe 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que
nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en
Cristo,
Efe 1:4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para
que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
Efe 1:5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos
suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
Efe 1:6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo
aceptos en el Amado,
Efe 1:7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de
pecados según las riquezas de su gracia,
Efe 1:8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e
inteligencia,
Efe 1:9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su
beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo,
Efe 1:10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del
cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las
que están en la tierra.
Efe 1:11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados
conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de
su voluntad,
Efe 1:12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los
que primeramente esperábamos en Cristo.
Efe 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el
evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados
con el Espíritu Santo de la promesa,
Efe 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la
posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

El espíritu de sabiduría y de revelación

Efe 1:15 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el
Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos,
Efe 1:16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de
vosotros en mis oraciones,
Efe 1:17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de
gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de
él,
Efe 1:18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que
sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas
de la gloria de su herencia en los santos,
Efe 1:19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con
nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,

Jesús murió por nuestros pecados y resucitó para darnos nueva vida.
Rom 4:25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y
resucitado para nuestra justificación.
El nombre de Jesús indica claramente la misión que el Padre le confía: "Le pondrás por nombre
Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados"
Mat 1:21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él
salvará a su pueblo de sus pecados (Jesús = el que salva).
Por su sangre hemos sido purificados de nuestros pecados para poder glorificar a Dios. ;
(Heb, 9, 11-28).
Heb 9:11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los
bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no
hecho de manos, es decir, no de esta creación,
Heb 9:12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su
propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo,
habiendo obtenido eterna redención.
Heb 9:13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las
cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la
purificación de la carne,
Heb 9:14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu
eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras
conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
Heb 9:15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que
interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había
bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia
eterna.
Heb 9:16 Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga
muerte del testador.
Heb 9:17 Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es
válido entre tanto que el testador vive.
Heb 9:18 De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.
Heb 9:19 Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos
de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los
machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo
libro y también a todo el pueblo,
Heb 9:20 diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha
mandado.
Heb 9:21 Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo
y todos los vasos del ministerio.
Heb 9:22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin
derramamiento de sangre no se hace remisión.

El sacrificio de Cristo quita el pecado

Heb 9:23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales
fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores
sacrificios que estos.
Heb 9:24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura
del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por
nosotros ante Dios;
Heb 9:25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo
sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.
Heb 9:26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas
veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de
los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo
para quitar de en medio el pecado.
Heb 9:27 Y de la manera que está establecido para los hombres que
mueran una sola vez, y después de esto el juicio,
Heb 9:28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los
pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el
pecado, para salvar a los que le esperan
Él ha librado a la humanidad de la tiranía de Satanás, el cual tiene tanto poder que el mismo Jesús
lo llama "príncipe de este mundo".

Jua 12:31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este


mundo será echado fuera.

QUE ES LA SALVACION
Jesús nos trae la Buena Nueva, es decir, el Reino de Dios sobre la tierra.
La salvación consiste en que Cristo nos libra del pecado y de sus consecuencias, nos permite estar
en amistad con Dios, pertenecer al Reino de Dios, vivir una vida completamente nueva aquí en la
tierra.

Jua 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he


venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia

Esa nueva vida nos lleva a aceptar en nuestra vida que Jesús es el Señor de ella, pues Dios le dio a
su Hijo todo el poder y la autoridad,

Mat 28:18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es


dada en el cielo y en la tierra.
(Fil. 2, 10-11)
Flp 2:10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los
que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
Flp 2:11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria
de Dios Padre
y únicamente aceptando en nosotros ese poder seremos libres,
La salvación es saber que somos ya ciudadanos del cielo, por el poder de Cristo.
Flp 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también
esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo

NUESTRA SALVACION YA ESTA CONSUMADA POR JESUS


Jesús murió por nosotros, por amor a nosotros. Por el pecado, quedamos como reos de muerte,
pero Él se ofreció a Sí mismo en un único sacrificio capaz de purificar a todos y para siempre.
El aniquiló al "señor de la muerte" y nos liberó para siempre.

(Heb. 2, 14-15).
Heb 2:14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre,
él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte
al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
Heb 2:15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban
durante toda la vida sujetos a servidumbre.

La salvación conseguida para nosotros por Jesús, contienen la total supresión del pecado, con
todas sus consecuencias, no única-mente para: poder entrar al cielo al morir, sino para vivir libres
de todo pecado, opresión o atadura.
Nuestro trabajo personal consiste en aceptar en cada instante esa salvación de Jesús, conservando
esa libertad,
(Gal. 5, 1)
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no
estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
no con-sintiendo nunca en volver a ser esclavos, viviendo la vida de la gracia.

(Jn. 8, 34-36)
Jua 8:34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo
aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
Jua 8:35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí
queda para siempre.
Jua 8:36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

La historia de la salvación es una historia de amor que se tra-duce en una total liberación del
hombre. Envilecido anteriormente por el pecado, en Jesús se vuelve una nueva creatura, llena del
Espíritu de Dios, con una fuerza nueva brotada de ese mismo Espíritu, para poder amar a Dios y a
sus hermanos.
Al salvar al hombre, Jesús salva también las situaciones que lo rodean, su familia, sus amistades, su
patria, sus estructuras. Y ha querido asociar al hombre mismo a su obra de salvación,
comunicando a cuanto lo rodea esa libertad y esa riqueza. Por eso cada uno debe sentirse
totalmente libre en Cristo y a la vez responsable de la libertad de los demás.
Cristo con su muerte llevó a cabo la Redención de toda la humanidad, ha iniciado una nueva
creación. A nosotros toca hacer nuestra esa redención realizada por Cristo.
Vivamos con la alegría de esa salvación de Jesús que es nuestra y dejemos que nuestra gratitud se
desborde constantemente.

REFERENCIA
RENOVACION CRISTIANA EN EL ESPIRITU SANTO
INICIACION
COMUNIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA

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