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Breves apuntes sobre las penas en personas privadas de libertad:

Primero de todo, hay que tener en cuenta los datos objetivos y evaluarlos en proporción. Es decir,
tomando penas superiores a X años (5, 7, 10...) qué porcentaje de reincidencia hay. No podemos olvidar
que nuestro sistema penal está, ante todo, dirigido a la reinserción (aunque haya una parte de retribución -
pagar por el delito cometido- y de prevención -disuadir a través de la pena para que no se comentan esos
delitos-). No conozco los números más recientes, pero en el informe anual que se hace desde las
Instituciones, el número de personas que cumplen una larga condena y reinciden es minimísimo. Son más
comunes las reincidencias entre las penas de corta duración, que suelen estar vinculadas con delitos
derivados de problemas relacionados con la desigualdad, la pobreza o la educación/cultura.

Después hay que diferenciar la pena de prisión de las medidas de seguridad. Si una persona tiene alguna
psicopatología que hace que no pueda convivir sin cometer delitos muy graves, entonces no va a prisión,
sino a un centro psiquiátrico o similar. Entonces, esa "condena" se cumple en otra parte que no sea
estrictamente una cárcel. En un centro de internamiento psiquiátrico. Aunque habría que tener en cuenta
las condiciones de estos centros y si son las más adecuadas para tratar esos problemas (esto es un tema
delicadísimo).

Eso en lo estrictamente penal. Pero también hay que atender a los motivos por los que las personas
pueden incurrir en la comisión voluntaria de delitos. Ahí nos encontramos con factores socioeconómicos:
pobreza, desigualdad, educación, cultura, medios de comunicación... que son las verdaderas causas. En
estos casos, el aumento de penas significa intervenir a través de la retribución y la prevención (que he
explicado antes) pero, al no atajar los problemas de raíz, ni siquiera así vas a garantizar que los delitos no
se comentan. Además, las cárceles y los juzgados están limitados (a las plazas, a los presupuestos, a la
velocidad de resolución de los procesos judiciales...).

Incluso si viviéramos en una sociedad avanzada, cercana a la perfección, siempre habría casos que se
escapasen de la planificación penal. El problema es cuando esos casos resuenan mucho en los medios de
comunicación, porque da la impresión de que suceden mucho, y no es así. Entonces se genera el estado de
shock (que diría Naomi Klein), dando pie a reformas electoralistas como la pena de muerte o la cadena
perpetua, que dan más réditos electorales y son más económicas, en el corto plazo, pero que no resuelven
los verdaderos problemas.

Lo que tenemos que tener claro es que penas más duras no garantizan que los delitos no se cometan, y que
incluso con el sistema penal perfecto siempre se van a dar casos aislados terribles.

Ah, un sistema tipo Minority Report tampoco sería la mejor solución

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