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CONTENIDO
1. DEFINICIÓN
2. FISIOLOGÍA
3. FUNCIÓN
4. MECANISMO DEL ALUMBRAMIENTO
a. Según S.E.G.O
b. Según Schwarcz
5. INTERPRETACIÓN CLÍNICA.
6. ATENCION AL PERIODO PLACENTARIO
a. Maniobras
7. EXAMEN A LOS ANEXOS OVULARES
8. ATENCION AL POST-ALUMBRAMIENTO
1. DEFINICIÓN
1. ALUMBRAMIENTO:
El periodo placentario (alumbramiento) constituye el tercer y último periodo del parto. Tiene
lugar después del nacimiento del niño y consiste en el desprendimiento, descenso y expulsión
de los anexos ovulares por el conducto genital.
La vigilancia y los cuidados obstétricos y del estado general materno son fundamentales. En
este período se producen la mayoría de las hemorragias graves, que representan una de las
principales causas obstétricas directas de muerte materna. Estas muertes evitables se
producen principalmente donde no están garantizadas las "condiciones obstétricas y
neonatales esenciales" para la asistencia del parto.
NOTA: La presión intraabdominal no sólo es importante durante el segundo periodo del parto,
sino también durante el tercero. Después del desprendimiento de la placenta, la expulsión se
facilita con el aumento de la presión intraabdominal que ocurre al pujar. Por otra parte, la
contracción uterina, junto con el acortamiento de la longitud de la fibra muscular, contribuye a
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la expulsión de la placenta y al cierre de los vasos uterinos en el lecho placentario porque las
fibras musculares se entrecruzan alrededor de los vasos sanguíneos y son ocluídos cuando
ocurre la contracción. Este fenómeno se conoce con el nombre de ligadura viviente de Pinard
ALLER
3. FUNCIÓN:
S.E.G.O El tercer periodo del parto lo podemos dividir en los siguientes procesos:
a) Desprendimiento placentario.
b) Separación del corion y amnios.
c) Hemostasia uterina.
d) Expulsión de los anejos.
A- DESPRENDIMIENTO PLACENTARIO
Tan pronto como el feto se desprende el útero se retrae para adaptarse a su menor contenido.
No obstante, todavía la placenta permanece un tiempo (algunos minutos) adherida a él. Pero a
continuación del nacimiento, sobre la retracción señalada se agregan fuertes contracciones
rítmicas, que no son sino continuación de las del parto, sin interrupción y similares a ellas en
intensidad y frecuencia: esta actividad contráctil será el motivo fundamental del
desprendimiento de la placenta. El útero continúa contrayéndose con las mismas
características que durante el parto.
Las contracciones de una intensidad de alrededor de 50 mmHg y frecuencia que varía entre 3 y
5 cada 10 minutos ejercen presión sobre la placenta; no se observa ningún período en el que el
órgano interrumpa su actividad contráctil. Esta actividad es la que determina el
desprendimiento y descenso de la placenta. No se precisan más de dos o tres contracciones
para obtener este efecto; el tiempo que se demora oscila entre 4 y 8 minutos, con un término
medio de 6 minutos. Este tiempo es denominado tiempo corporal.
A pesar de su potencia, las contracciones descritas son indoloras, por estar ausentes en ella la
distensión y la isquemia prolongada, motivo por el cual no son apreciadas clínicamente. Las
contracciones acortan el sector de pared uterina sobre el que está implantada la placenta;
pero al no tener ésta el mismo índice de retractilidad que la pared sobre la que asienta (tejidos
de distinta estructura), no puede acompañarla paralelamente en el acortamiento, y la pared
sólo logra continuar este proceso de retracción y acortamiento desgarrando las trabéculas y
los vasos que la unen a la placenta. Por lo tanto las contracciones constituyen el agente
fundamental del desprendimiento.
C- HEMOSTASIA UTERINA
El proceso de la hemostasia, también llamado cuarto periodo del parto, se logra en 3 fases:
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Fase miotaponamiento: durante las contracciones uterinas las fibras del miometrio
estrangulan o comprimen los vasos sanguíneos (Ligaduras vivientes de Pinard). Además
existe cierto grado de vasoconstricción local de los vasos uteroplacentarios.
Una vez lograda la hemostasia es necesario mantenerla. Para ello, en este momento se
produce la transposición autónoma del flujo sanguíneo, de modo que tras la desaparición del
espacio intervelloso placentario, la sobrecarga sanguínea pélvica se derivaría hacia otros
territorios orgánicos.
Tras el desprendimiento la placenta, ésta cae hacia el segmento inferior y cérvix, donde queda
retenida por algún tiempo. La acción de la sangre acumulada detrás y las contracciones
uterinas contribuyen a que descienda hasta la vagina y el periné. El mecanismo fundamental
para su total expulsión es la contractura voluntaria de la prensa abdominal desencadenada por
el reflejo perineal. Cuando el mecanismo de despegamiento ha sido el de Baudelocque-
Schulze, la placenta se presenta al exterior con su cara fetal, si el mecanismo de
desprendimiento ha sido el de Duncan asomará primero la cara materna. Después de la
expulsión de los anejos, el útero se contrae fuertemente reduciendo su tamaño (fondo situado
a dos traveses de dedo por debajo del ombligo) y aumentando su consistencia, formando lo
que se denomina “globo de seguridad”
o Signo de Ahlfeld: Colocando a nivel vulvar una pinza de kocher sobre el cordón se
podrá observar como a medida que se produce el descenso placentario la misma
se aleja del lugar primitivo.
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o Signo de Kustner: al sostener con una mano el cordón umbilical y con la otra
desplazar hacia arriba la región hipogástrica, correspondiente al cuerpo uterino, se
verá si asciende o no el cordon umbilical.
- Negativo: el cordón asciende y la placenta no se ha desprendido.
- Positivo: el cordón permanece inmóvil, indica que la placenta esta descendida.
o Signo de Fabré o signo del pescador: las sacudidas las realiza la mano que sostiene
el cordón umbilical y la mano abdominal recibe o no las trepidaciones.
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NOTA: El sangrado es algo más cuantiosa en las multíparas que en las primiparas. Cuando esta
pérdida sobrepasa los 500 ml se considera hemorragia del posparto. Esta cifra, que siempre es
estimativa, es considerada como punto de alerta a partir del cual aumenta el riesgo materno
de shock hipovolémico. El riesgo de shock está aumentado en la mujer con una anemia
ferropénica no corregida durante la gestación.
Existen distintos enfoques para el manejo clínico de este período. A pesar de la existencia de
una gran cantidad de estudios clínicos, muchos de ellos controlados, en el mundo aún no hay
consenso para dilucidar cuál es el mejor manejo .para prevenir la hemorragia, que es la
complicación más temida de este período. SCHWARCZ
Puede tener una duración: 30 minutos, modificada por Alvarez y Caldeiro debido al llamado
tiempo corporal placentario, a diferencia de Pinard y Varnter que adaptaron la expectación a
60 minutos.
Aproximadamente el 30% de las causas de mortalidad materna se debe a las hemorragias del
alumbramiento, es conveniente hacer su profilaxis y así reducir la pérdida de sangre, que
siempre implica una disminución de la cantidad de HB y hierro, muchas veces en déficit ya
antes de la gravidez y reducidos como consecuencia de ella. Es por eso que el alumbramiento
conducido con drogas tiene cada vez mayor número de adeptos. Pero es necesario hacer
resaltar que solo cabe a quien conozca muy bien la fisiología, clínica y fundamentos
farmacológicos del empleo terapéutico de las sustancias oxitócicas. De otra manera se debe
esperar y atender el periodo expulsivo, alumbramiento espontaneo, o proceder a la ejecución
de una suave expresión uterina para favorecerlo: alumbramiento natural o corregido.
A- MANIOBRAS:
Maniobra de Dublin: cuando la vulva se entreabre para dejar pasar la placenta, una vez
exteriorizada se la sostiene con las manos y se torsionan las membranas sobre su eje para
facilitar su despegamiento.
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Se fundamenta en la propiedad que tienen los oxitócicos de elevar el tono uterino y producir
contracciones de gran intensidad y alta frecuencia. Las drogas que mejor cumplen con este
propósito y que carecen de efectos adversos son los alcaloides del cornezuelo de centeno, de
estos solo se usan:
Las membranas forman un saco por donde se puede introducir la mano, a través del orificio
que permitió la salida del feto. La formalidad principal del examen de las membranas reside en
buscar rastros de una placenta succenturiada o algún cotiledón aberrante. Si algunos vasos se
desprenden del borde placentario y al cabo de un trayecto en las membranas terminan
bruscamente es indicio de la existencia de una placenta succenturiada o un cotiledón retenido
A- PROFILAXIS DE LA HEMORRAGIA:
Una vez lograda la expulsión placentaria es primordial asegurar una eficiente retracción
uterina con el propósito de evitar hemorragias atónicas de aparición inmediata o tardía, como
suele ocurrir en casos en los cuales el útero estuvo sobredistendido (polihidramnios,
gemelares, macrosomía) o el parto sucedido después de un largo o dificultoso trabajo, también
en los que tuvo lugar algún grado de abrupto placentario o placenta previa o en los que se
suministró anestesia general, en estas situaciones la administración profiláctica de agentes
oxitócicos está indicada pero su uso debe efectuarse de manera correcta para evitar efectos
colaterales.
Además se recomienda:
Con estas medidas se asegura una eficiente formación del globo de seguridad de Pinard
BILIOGRAFIA
URANGA
LIBRO DE OBSTETRICIA DE SCHWARCZ 6TA EDICIÓN
FUNDAMENTOS DE OBSTETRICIA POR S.E.G.O