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TEMA 30 ENSEÑANZA DE HABILIDADES BÁSICAS Y HÁBITOS DE AUTONOMÍA

PRINCIPALMENTE CON ALUMNOS CON DÉFICITS O DISFUNCIONES.

INTRODUCCION

Educar es conseguir seres autónomos. Si este principio es válido para todas las
personas, y debe ser asumido como fin último de la acción educadora, en aquellas con algún
tipo de déficit o disfunción debe ser formulado con mayor rigor y firmeza. No debemos
aceptar, de entrada, que el déficit o disfunción va a imposibilitar cotas de autonomía personal.

Desde el conocimiento de los avances en cuanto a ayudas técnicas para la superación de los
déficits, de las metodologías educativas específicas y de un profundo estudio de cada alumno
debemos enfocar los objetivos generales planteados en cada etapa educativa e intentar
mantenerlos siempre modificando elementos menos sustanciales del currículo: metodología,
temporalización, recursos personales y materiales necesarios, contenidos, etc.

En esta labor se debe implicar todo el entorno del alumno: tutor y resto del equipo docente,
personal auxiliar del centro (auxiliares de educación especial –si el caso lo requiere, monitores
de comedor, de actividades extraescolares, fisioterapeutas,…) y, por supuesto, la familia. La
integración/inclusión sociolaboral futura comienza por una correcta estimulación temprana,
continúa a lo largo de toda la escolarización obligatoria y debe prolongarse a lo largo de toda la
vida.

Vemos como, cada vez más personas con deficiencias sensoriales, motóricas y psíquicas, que
antaño eran marginadas de una vida plena, alcanzan cotas de desarrollo personal que les
permiten desarrollarse.

Nuestra labor orientadora deberá procurar conseguir las máximas cotas de autonomía para
cada individuo. Para ello deberemos conocer técnicas y programas de entrenamiento en
habilidades básicas según los distintos tipos de déficits y disfunciones, adaptarlos a cada
individuo concreto, acondicionar y orientar al entorno personal y material que lo rodea para
que alcance el máximo desarrollo personal posible.

Al ser un tema de un solo enunciado lo desarrollamos siguiendo tres ejes fundamentales:

 Un acercamiento terminológico a aspectos como los hábitos, las habilidades, la


autoeficacia, el autoconcepto y la autoestima, y la autonomía para conocer los
factores (metodológicos, psicológicos, materiales, etc.), que influirán en su desarrollo.
 Un acercamiento a programas de trabajo de hábitos en actividades más comunes de la
vida cotidiana: alimentación, control de esfínteres e higiene y aseo, interacción social,
y programas más generales de autonomía personal en sentido amplio
(desplazamientos,…).
 Un inicio de estudio de las diferencias en cuanto a la tipología de la afectación:
sensorial (visual y auditiva), motórica y psíquica. Aquí no trataremos apenas los
aspectos más relacionados con la instrucción: lenguaje, lectoescritura, etc. por tener
temas propios que los desarrollan.
Reflexionar sobre el hecho de que bajo el enunciado de este tema se podrían englobar varios
tratados independientes. Aquí hemos intentado sintetizar conjuntamente una forma de
enfocar el desarrollo del tema y un inicio de estudio de programas diferenciados en cuanto a
distintos déficits y en lo referente a distintas actividades cotidianas.

1.- PRECISIONES TERMINOLÓGICAS

1.1.- Hábitos, comportamientos y conductas

Hábito, para Rico Vercher es el resultado de una serie de conductas repetidas y programadas
con vistas a la obtención de unos objetivos determinados, y que producen un enriquecimiento
(adquisición de cualidades) en el individuo.

Este autor, después de repasar distintas acepciones y definiciones de hábito, concluye que éste
se nos muestra como un medio educativo.

Reflexiona sobre que no debemos caer en el error de entender que el fin de la educación es la
formación de hábitos, lo que nos llevaría a un mecanicismo y a una conversión del hombre en
un depositario y ejecutor de automatismos, pero concluye que los hábitos deben formar parte
de los aprendizajes para liberar al individuo del esfuerzo consciente cotidiano consiguiendo
agilizar y potenciar la actividad.

El hábito es el final de una serie de ejercitaciones. Del análisis de sus características


derivaremos la metodología para su implantación. Así:

 La repetición de actos, la reiteración con sentido (por qué se hace y para qué se hace)
promueve el hábito.
 Selectividad-intencionalidad, repetición consciente introduciendo selecciones para la
mejora, unir la acción a la experiencia.
 Evaluación de la acción. Metas parciales. Evaluación para ir consiguiendo grados
progresivos de mejora por superación.
 Componentes del hábito.-

El comportamiento es un conjunto de acciones de todo orden (orgánicas, motoras, psíquicas,


verbales) por las que un individuo trata de adaptarse a una situación

Los hábitos poseen un alto valor de transferencia que se proyecta en el comportamiento


general de la totalidad de la persona. Así cuando trabajemos unos hábitos de coordinación
psicomotora mediante unas tareas concretas, los logros se transferirán a otras tareas no
trabajadas directamente y mejorarán áreas globales como: dominio del espacio, del tiempo, la
agilidad muscular, visual, táctil, auditiva, la coordinación de movimientos, las percepciones
orientadas, cálculo de distancias, graduación y modulación de la voz, capacidad de imitar,
reproducir, crear, inventar, adaptarse a situaciones nuevas,….

Puede parecer excesiva la división de los comportamientos humanos con la meticulosidad que
lo hace Rico, pero, sobre todo en nuestro caso, donde estamos tratando alumnos con déficits o
disfunciones se hace muy necesario para detectar, en cada gesto, las dificultades posibles y,
con el asesoramiento multidisciplinar (médico rehabilitador, fisioterapeuta, especialista de la
ONCE, terapeuta ocupacional, técnico ortopédico,…) proceder a introducir las variables
gestuales, ayudas técnicas, etc. que posibiliten su ejecución.

A la hora de proceder a una programación y no perdernos en un caos de posibles acciones a


trabajar conviene seguir algún tipo de clasificación, adaptándola a cada caso particular.
Recogemos una síntesis de la de Rico por ser muy exhaustiva y adecuada en cuanto a
contenidos para alumnos con déficit.

El autor clasifica 3 grandes áreas de hábitos:

Áreas de hábitos: Hábitos personales, Hábitos sociales, y escolares-académicos

A cada uno de ellos le asigna distintos comportamientos y conductas.

Algunos comportamientos serán fundamentales en nuestro campo específico. Ejs. de


conductas: Atención, memorización, seguir un ritmo, coordinación óculo- manual, lateralidad,
agudeza auditiva, memoria visual,…

1.2.- Habilidades

En la definición enciclopédica de habilidad encontramos tres acepciones relacionadas:

 capacidad para el manejo o uso de una cosa,


 destreza, disposición, pericia, maña,
 facilidad, desenvoltura para realizar una acción.

La acepción tiene un componente innato (una potencialidad) pero también,


paralelamente, vemos el componente educativo: de adiestramiento, de logro, de mejora.

Existen diversas clasificaciones de las habilidades, recogemos aquí la siguiente:

 Habilidades sociales.
 Habilidades para el desarrollo del lenguaje y la comunicación.
 Habilidades conceptuales.
 Habilidades de la motricidad gruesa.
 Habilidades perceptivo-motoras.
 Habilidades senso-motrices.

Tenemos que tener presente que debemos trabajar el desarrollo de las habilidades con todos
los alumnos, no solo con los que tienen algún déficit o disfunción. Los objetivos establecidos
en el primer nivel de concreción del currículo para cada etapa educativa están formulados,
fundamentalmente, en términos de capacidades o habilidades. Los déficits o disfunciones
presentes en los alumnos con necesidades educativas especiales puede hacer necesario el
trabajar con ellos de una forma específica y diferenciada.

1.3.- Autoeficacia, percepción de sí mismo y motivación

El término autoeficacia “self-efficcacy” es de creación relativamente reciente y viene derivado


de la teoría del aprendizaje social de Bandura
Bandura afirmó que ser competentes en nuestras interacciones con el ambiente no es un acto
fijado o simplemente una cuestión de conocer lo que hay que hacer. No es suficiente con
conocer y poseer habilidades o competencias, pues realmente la gente muy a menudo no se
conduce de forma óptima ni manifiesta niveles de ejecución que se correspondan con sus
capacidades y conocimientos reales.

Es necesario hablar de variables que medien entre los conocimientos y las competencias que
uno posee, por un lado, y la acción o las ejecuciones por otro.

Esta es una cuestión comparable a la distinción que ha hecho el propio Bandura, dentro del
contexto del aprendizaje vicario, entre:

 Aprendizaje: adquisición de conocimientos y


 Ejecución: manifestación de los conocimientos y competencias adquiridas.

Bandura ha afirmado que para que se manifiesten los conocimientos adquiridos es necesario
hablar de incentivos y variables motivacionales.

Los individuos que se juzgan a sí mismos como ineficaces para enfrentarse a las
demandas ambientales tienden a generar una alta excitabilidad emocional, llegan a
preocuparse excesivamente de sus deficiencias personales y perciben las dificultades
potenciales de forma más amenazante de lo que realmente son. Todo ello mina el uso efectivo
de las competencias que la gente posee

Debemos conocer las dimensiones de las expectativas de autoeficacia: magnitud o nivel (en
cuanto a la dificultad percibida de la tarea a realizar); generalidad (generalización de los logros
ante una tarea conseguida a otras situaciones similares o parecidas); y fuerza (expectativas
débiles o fuertes de dominio personal que condicionarán el abandono o la perseverancia).

1.4.- Autonomía

Si nos atenemos al significado de autonomía: “Condición del individuo o entidad que de nadie
depende en ciertos conceptos”. “Libertad, autogobierno, independencia”.

Como vemos la autonomía supone la superación de la dependencia y, consecuentemente, la


ganancia de libertad e independencia.

Uniendo los conceptos de autonomía y de habilidades, es decir conceptualizando las


habilidades de autonomía personal, éstas serían las capacidades o destrezas para ser
independiente.

Las habilidades de autonomía personal o de autocuidado, incluyen todos los comportamientos


relacionados con el aseo, la alimentación, el vestido, la higiene y la apariencia física. Su
objetivo es lograr que la persona se pueda desenvolver de forma independiente en el cuidado
personal. Verdugo las define con el término de Habilidades de Adaptación incluyendo dentro
de ellas las “Habilidades de Cuidado Personal”, y “Habilidades de vida en el Hogar”.

La independencia personal es un aspecto clave que facilita la aceptación social, la integración


sociolaboral y las relaciones interpersonales de las personas. El objetivo de su enseñanza es
lograr que la persona se pueda desenvolver de forma independiente en todas las actividades
de la vida cotidiana.

La enseñanza de estas habilidades es un objetivo prioritario en los programas educativos de los


alumnos con necesidades educativas especiales, y en el caso de discapacidades psíquicas
severas y profundas, es el punto básico de la intervención.

La adquisición de cierta autonomía en esta área implica acercarse a patrones de


comportamiento socialmente deseables. Ello va a permitir superar, en buena medida, la
condición del discapacitado. Su aprendizaje y puesta en práctica permitirá a los alumnos a
enfrentarse paulatinamente a las exigencias de su entorno, no teniendo que recurrir a la ayuda
de los adultos y asumir algunas responsabilidades.

2.- PROGRAMAS DE DESARROLLO DE HABILIDADES BÁSICAS DE AUTONOMÍA

En este apartado desarrollaremos brevemente programas de las habilidades más


relacionadas con la autonomía personal en lo referente a actividades básicas de la vida
cotidiana.

2.1.- Selección de las habilidades a trabajar:

Ya hemos apuntado que es conveniente tomar como referencia alguna clasificación de las
habilidades básicas agrupadas según diversos parámetros para no perdernos en la infinidad de
posibles acciones a trabajar.

Ya hemos ofrecido en apartados anteriores la de Rico Vercher. Otras posibles serían:

A. El Currículum de la Etapa de Educación Infantil El Currículo de Educación Infantil hace


referencia a estas habilidades en el Área de Identidad y Autonomía Personal.

B. Diseño Curricular para la Elaboración de Programas de Desarrollo Individual del Instituto


Nacional de Educación especial: Área de Socialización.

C. Programa de Actividades para Educación Especial de Garrido Landívar (2004): Área Hábitos
de Independencia Personal.

También como el anterior dentro de la concepción de los Programas de Desarrollo


Individual, en cierto modo “paralelos” a un Currículo único y común para todos los alumnos.
Desarrolla estos contenidos en base a una serie de actividades de las áreas de alimentación,
vestido y cuidado personal.

D. Programa de Habilidades de la Vida Diaria de Verdugo Alonso, M.A (2000). Este Programa
forma parte de los “Programas Conductuales Alternativos”, que tiene como meta la
consecución del máximo nivel de autonomía e independencia personal en los hábitos
cotidianos y en el hogar. Los Diferentes Contenidos se distribuyen a través de una serie de
Objetivos.

Teniendo como referencia las propuestas anteriores podemos identificar las siguientes
dimensiones, siguiendo a LIZANDRA (2005), en las Habilidades de Autonomía Personal:
* Aseo Personal: Control de Esfínteres y utilización del aseo; higiene personal (lavarse la cara,
manos, dientes); estética (recortarse las uñas, peinarse..).

* Alimentación: Conservación y almacén de alimentos; utilizar debidamente los cubiertos;


preparar comidas sencillas.

* Vestimenta: vestirse y desvestirse (ponerse y quitarse zapatos, prendas interiores,


vestidos..); conservación de ropa; limpieza.

* Utillaje: utilización de electrodomésticos (calefacción, calentador, frigorífico..); limpieza


de utensilios (fregar, barrer..); orden y cuidado de objetos personales.

* Autoadministración de fármacos elementales: sólidos (aspirina, vitaminas); líquidos (jarabes,


gotas).

2.2.- Planificación e intervención general en los programas de aprendizaje:

Desarrollamos este apartado siguiendo a LIZANDRA (2005). El proceso de planificación

La planificación de la enseñanza de un programa de aprendizaje de habilidades es un proceso


complejo. Podemos tomar como guía la propuesta de intervención presentada por
VERDUGO (2000) que consta de cinco fases interrelacionadas: evaluación, desarrollo de un
currículo funcional, análisis de conducta, desarrollo del programa y evaluación de la
intervención. Este modelo supone un proceso dinámico y flexible, dando lugar a un producto
abierto siempre a la revisión y mejora.

Fase I: Evaluación. Con ella se pretende determinar los objetivos educativos individuales,
estableciendo las habilidades que pueden ser útiles y funcionales para cada alumno. Verdugo
propone recurrir al Inventario Ecológico, que permite la evaluación de habilidades y la
selección de objetivos instruccionales en cuatro dominios: doméstico, tiempo libre/recreo,
comunidad y profesional. La fuente de información son los padres y los propios educadores.
El Inventario Ecológico se realiza a través de cinco fases:

1. Identificar dominios curriculares que reflejen las áreas vitales más importantes y
permiten seleccionar habilidades prácticas.
2. Identificar y explorar los ambientes actuales y futuros en los que el alumno vive,
trabaja y juega.
3. Dividir los ambientes en subambientes, para detectar las habilidades necesarias en
cada uno de ellos.
4. Inventariar los subambientes en función de las actividades relevantes que se llevan a
cabo en ellos, con objeto de localizar las actividades imprescindibles en varios
entornos.
5. Examinar las actividades para aislar las habilidades a desarrollar. Esto requiere
descomponer las actividades en unidades de habilidades entrenables.

Al final de esta fase los profesionales contarán con una gran cantidad de información que
servirán para detectar las necesidades instructivas más relevantes.
Fase II: Desarrollo Currículo Funcional Las tareas de los profesionales en esta segunda fase
será sintetizar la información y priorizar los objetivos. La regla principal ante qué decisiones
tomar acerca de qué habilidades enseñar primero, es seleccionar para su instrucción inmediata
aquellas habilidades que el estudiante requiere más a menudo para funcionar más
independientemente en un entorno lo menos restrictivo.

Se suele dar prioridad a aquellas habilidades “críticas” para entrar en futuros ambientes o
cruciales para la salud o seguridad del alumno. Por ejemplo es prioritario que el alumno
aprenda a controlar esfínteres a que aprenda a ducharse sin ayuda. Asimismo, es importante
tener en cuenta la edad del alumno.

Fase III: Análisis De La Conducta.

Se basa en un análisis funcional y en un análisis de tareas.

* Análisis Funcional Cuando la instrucción se centre en la reducción de comportamientos


excesivos desadaptados o dañinos. Facilitará el desarrollo de estrategias de intervención,
permitiendo un cuidadoso examen del entorno físico y social que rodea a la conducta de
interés.

* Análisis de Tareas Cuando se propone la adquisición de nuevas conductas se deben realizar


análisis de tareas para convertir los objetivos a corto plazo en objetivos comportamentales
durante la instrucción. Consistirá en descomponer la habilidad global en sus pasos
componentes. Esta tarea es esencial para la adquisición de nuevas conductas ya que cada paso
del análisis de tareas será un objetivo que deberemos alcanzar en la instrucción.

Tanto el análisis de tareas como el funcional ofrecen información que permite formular
estrategias de tratamiento y especificar las condiciones y los criterios de ejecución más
adecuada.

Fase IV: Desarrollo del Programa.

En esta fase supone el diseño concreto del Programa. Se realizan los siguientes pasos:

a) Definición de los Objetivos Educativos: Se describen las habilidades o comportamientos que


queremos que adquiera el alumno. Se ha de definir claramente el objetivo de la enseñanza,
expresando claramente la conducta final a la que se quiere llegar, las condiciones bajo
las cuales el comportamiento será llevado a cabo y las normas o criterios a utilizar para juzgar
el éxito de la intervención.

b) Validación Social: determinar el grado de maestría requerido para la tarea por medio de la
comparación social (con sus iguales sin discapacidad) y la evaluación subjetiva basada en la
opinión de personas cercanas al alumno.

c) Especificación Técnicas de Intervención: los principios conductuales constituyen el método


educativo por excelencia para alumnos con necesidades educativas especiales asociadas a
discapacidades moderadas y/o severas.
d) Procedimientos de recogida de datos: con objeto de determinar el impacto de la
intervención. Para ello es necesario seguir los siguientes procedimientos:

 Definir claramente el objetivo seleccionado en términos observables.


 Especificar las condiciones de observación (cuándo, dónde, durante cuánto tiempo).
 Identificar las características de la conducta seleccionada (duración, frecuencia) y
seleccionar el procedimiento de medición.
 Construir un sistema de registro de datos.

Fase V: Evaluación del Programa.

En esta fase los profesionales recogen las medidas de la ejecución del alumno en las tareas que
se han programado. Posteriormente se han de analizar para valorar la eficacia de la
intervención realizada. Si los resultados son insatisfactorios, se deberá volver a la tercera fase y
reexaminar si el comportamiento entrenado es realista o si las condiciones de ejecución y los
criterios seleccionados son adecuados.

2.3.- Las técnicas de entrenamiento:

En la enseñanza de las Habilidades de Autonomía suelen aplicarse las siguientes técnicas.

La instrucción Verbal Inicialmente al sujeto se le explica e instruye en la conducta a entrenar y


en cómo realizarla.

El Modelado de conducta Consiste en realizar la habilidad que queremos que aprenda el


alumno y que generalmente es realizada por una persona presente, aunque también se
utilizan vídeos. El modelo suele ser el maestro/educador, u otro adulto.

La Imitación y Ensayo de Conducta Tras el modelado el alumno debe tener la oportunidad de


practicar, ensayar o imitar la conducta. El educador debe estar atento a prestar ayuda (verbal,
física, gestual) si el alumno la necesita especialmente en los primeros ensayos. Posteriormente
estas ayudas deben desvanecerse hasta eliminarse.

La Generalización. La generalización tiene una importancia capital. Si no se incluye


difícilmente los alumnos incorporarán la actividad a su repertorio habitual de
comportamiento. Se trabaja a través de la colaboración de los padres, de la asignación de
tareas a los alumnos, y entrenamiento fuera del aula.

El Reforzamiento. Dependiendo del alumno y de la situación se dispensa el refuerzo al alumno


en cada conducta emitida.

El Encadenamiento hacia atrás. Supone enseñar la habilidad empezando por el último paso
de los que hemos establecido en el análisis de tareas. Enseñando al niño las conductas que
más cerca están de la terminación de la tarea, éste sólo tiene que recorrer distancias muy
cortas para completar la habilidad con éxito. En la práctica se realiza con el niño casi toda la
tarea, exigiéndole que haga solo un poquito para completarla. Gradualmente el educador va
haciendo cada vez un poco menos y el niño un poco más, hasta que por sí solo realice todos los
pasos de la secuencia.
2.4.- Los sistemas de evaluación y registro

Un aspecto fundamental de la enseñanza de habilidades de autonomía es la evaluación del


alumno y de las conductas que se quieren enseñar. Por este motivo es necesario llevar un
registro minucioso del alumno y del programa que estamos aplicando.

Siguiendo a Companety y otros podemos destacar dos tipos de sistemas de evaluación:

A. Registro Individual. Permite la trasmisión de información entre los distintos profesionales


que se ocupan de la educación de un alumno, facilitando el trabajo coordinado. Han de ser
operativos y describir con minuciosidad el procedimiento de enseñanza, los pasos seguidos, el
tipo de apoyo, los refuerzos eficaces y las instrucciones dadas. Se pueden utilizar dos tipos
básicos:

 La Hoja de Control: recoge los programas que se han puesto en marcha y su resultado.
Incluye listas de objetivos en las diferentes áreas de trabajo en autonomía personal,
con las conductas finales que hay que adquirir.
 Registro de Habilidades: valoración anual de los objetivos trabajados incluyendo las
observaciones realizadas durante este periodo.

B. El Registro de Programas. Informan sobre la evolución del sistema de enseñanza, lo que


permite valorar la eficacia de la intervención y revisarla, en caso de que no marche
adecuadamente.

2.5.- Orientaciones generales al planificar la intervención.

A la hora de llevar al práctica las diferentes actividades de enseñanza programadas


deberemos tener en cuenta los siguientes aspectos comunes a todos los aprendizajes
independientemente de la habilidad concreta que vayamos a enseñar.

Por un lado es necesaria la colaboración de la familia en la aplicación concreta de la habilidad


en los diferentes contextos de desarrollo e interacción del alumno.

Debemos implicar a todo el Equipo Docente, auxiliar y de rehabilitación: tutor, resto de


profesores de referencia del alumno, Auxiliares de Educación Especial (fundamental),
profesionales de fisioterapia, monitores de comedor, de actividades extraescolares, etc.

Aprovechar los recursos existentes en la comunidad: Asociaciones (Down, hipoacúsicos,…),


ONCE, ASPACE, IASS (antiguo INSERSO-), distintos servicios sanitarios –SALUD-,,… Cualquier
entidad u organismo que, de forma coordinada, pueda colaborar/completar el desarrollo de
los programas.

La enseñanza se realizará en los ambientes más naturales y propios del sujeto, estructurando
sesiones de aprendizaje cortas y frecuentes a lo largo de la jornada, con objeto de ofrecer más
oportunidades de aprendizaje y sobreaprendizaje.

Incluir en los programas actividades y tareas que superen el marco de la vida


estrictamente escolar y que incluyen ámbitos como el ocio, tiempo libre, deporte, etc.
Actualmente personas con déficits de todos los tipos llegan a realizar actividades como el
montañismo, esquí, deportes adaptados de todo tipo,…

Comenzaremos por sesiones de aprendizaje individuales aunque también es posible con


grupos de pocos alumnos.

Los problemas de conducta pueden ser el principal obstáculo en la enseñanza de estas


habilidades por lo que en un principio habrá que atender a la eliminación de las conductas y
enseñanza de aquellas alternativas que incidan en un posterior aprendizaje.

A la hora de comenzar el aprendizaje concreto de una habilidad atender a los siguientes


aspectos condicionantes: preparación previa del entorno de enseñanza, sus materiales y
refuerzos a utilizar; mantener la atención del niño eliminando estímulos que puedan distraerle;
crear un clima agradable estableciendo una relación afectuosa, buscando su colaboración.

Utilizaremos instrucciones sencillas, adaptadas a la capacidad cognitiva del alumno y


practicaremos de manera simultánea a la instrucción verbal. Usaremos aquellas ayudas físicas,
visuales y verbales que se consideren necesarias.

2.6.- Un ejemplo de enseñanza de tarea en el área de alimentación

Ofrecemos sólo un ejemplo de enseñanza de una tarea, en terminología de Rico Vercher,


descompuesta en distintos gestos. Verdugo lo denomina “analisis de tareas”. Así: “El alumno
utiliza correctamente la cuchara para comer”.

Quiles (2002) expone que el proceso de desarrollo de enseñanza de cada habilidad puede
seguir un mismo patrón que equivale a un “encadenamiento hacia atrás”: (a) coger el
utensilio; (b) desarrollar el patrón de movimientos de la mesa a la boca; (c) coger la comida del
plato. Veamos a continuación algunos ejemplos concretos propuestos por Quiles, modificado
de Bender y Valletutt

Utilice distintos tipos de cucharas para mostrar al niño cómo utilizarlas con comida. Demuestre
cómo coger la cuchara, levantarla hasta la boca y bajarla de nuevo. El alumno ha de imitar
estos movimientos.

Añadimos una serie de modelos de instrumentos tipo tomados de LIZANDRA (2005) trabajo
que hemos seguido con asiduidad y al que nos remitimos para quien quiera profundizar
en el tema.

Modelo de Registro Individual. Permite la trasmisión de información entre los distintos


profesionales que se ocupan de la educación de un alumno, facilitando el trabajo coordinado.
Han de ser operativos y describir con minuciosidad el procedimiento de enseñanza, los pasos
seguidos, el tipo de apoyo, los refuerzos eficaces y las instrucciones dadas. Se pueden utilizar
dos tipos básicos:

 La Hoja de Control Recoge los programas que se han puesto en marcha y su resultado.
Incluye listas de objetivos en las diferentes áreas de trabajo en autonomía personal,
con las conductas finales que hay que adquirir.
 Registro de Habilidades. Consiste en una valoración anual de los objetivos
trabajados incluyendo las observaciones realizadas durante este periodo. Refleja los
objetivos trabajados a lo largo del año ofreciendo una evolución del niño .
 El Registro de Programas Informan sobre la evolución del sistema de enseñanza, lo
que permite valorar la eficacia de la intervención y revisarla, en caso de que no marche
adecuadamente.

Estos sistemas deben diseñarse de tal modo que sean capaces de detectar las mejoras más
leves. Es decir deben ser sensibles.

2.7.- Programas de control de esfínteres, aseo e higiene personal, vestido,…

Solo comentar que estos programas serán contenidos básicos sobre todo en las etapas de
Educación Infantil y Primaria y en los Centros de Educación Especial en los que las
Adaptaciones Curriculares Individuales, en función del déficit toman la forma de Programas de
Desarrollo Individual que recogen, fundamentalmente, programas de los que estamos
tratando, además de los contenidos más instructivos que se puedan asumir..

3.- BREVE ANALISIS DE LOS PROGRAMAS EN FUNCIÓN DEL DÉFICIT

Sin extendernos demasiado vamos a analizar algunas líneas generales de variables


comunes de los Programas en función del tipo de déficit. En los temas dedicados a cada déficit
se pueden extraer ideas más concretas para implementar los programas.

3.1.- Déficits sensoriales: visuales y auditivos

En la actualidad los déficits sensoriales con la utilización de diversas ayudas técnicas y


mediante programas adecuados se pueden trabajar, si no se dan otro tipo de afectaciones, en
la modalidad de Integración o, en todo caso, combinada.

Visuales: Los ciegos y deficientes visuales, si tienen un grado de afectación que hace
que intervenga personal de la ONCE desde edades muy tempranas, llegan a la escolarización
con un trabajo previo realizado incluso en domicilio con el niño/a y con la familia.

Incluso, una vez escolarizados, personal especializado de la ONCE (normalmente especialistas


en Pedagogía Terapeutica de deficientes visuales) interviene en los centros educativos
ofreciendo ayuda y soporte: directamente con el niño y con asesoramiento y colaboración con
el personal del centro. Normalmente un día a la semana.

Comentar que es conveniente si el profesorado, y resto de profesionales, nunca ha


trabajado con un alumno ciego o deficiente visual organizar un curso de formación, impartido
por personal de la ONCE, en el que se den las nociones básicas para afrontar el trabajo con
alumnos con este déficit.

Bajo su asesoramiento y colaboración diseñaremos los programas de desarrollo de las


habilidades de autonomía adaptando los entornos, recurriendo a las ayudas técnicas y
adaptaciones materiales y metodológicas necesarias.

Algunos principios básicos para los programas en éste déficit son:


 Necesidad de utilizar/potenciar otros sentidos como sustitutorios de la vista
(especialmente oído y tacto) con el fin de desarrollar su coordinación intersensorial.
 Necesidad de desarrollar técnicas de orientación y movilidad en los hábitos de la vida
cotidiana.
 Necesidad de desarrollar habilidades de interacción interpersonal con el resto de los
sentidos.
 Necesidad de desarrollar el sistema háptico –relativo al tacto- mediante actividades
manipulativas y de discriminación.
 Necesidad de aprovechar el resto visual, si lo hay, mediante ayudas ópticas, elementos
ambientales, actividades de coordinación,…

Auditivos: En el análisis de tareas para el desarrollo de sus programas tendremos que atender
a los componentes sonoros de cada tarea y a los aspectos relacionales de comunicación.

Principios básicos para el diseño de sus programas serán:

 Necesidad de recurrir a estrategias visuales y aprovechar otros canales (restos


auditivos, tacto).
 Necesidad de experiencia directa y mayor información de lo que sucede en el entorno.
 Necesidad de mayor información referida a valores y normas.
 Necesidad de un sistema lingüístico de representación.
 Necesidad de asegurar la identidad y la autoestima.
 Necesidad de apropiarse de un código comunicativo útil. Necesidad de aprender de
forma intencional el código mayoritario.

3.2.- Déficits motores

En este tipo de déficits el análisis de tareas que plantea Rico Vercher, basado en el gesto –con
descomposición de movimientos-, puede sernos muy útil.

Principios básicos para el diseño de programas serán:

 Necesidad de asesoramiento y concurso de equipo multidisciplinar: facultativos de


rehabilitación, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, técnicos ortopédicos,
psicomotricistas, auxiliares de educación especial pueden hacerse necesarios. Incidir
en la clave de adaptación del entorno: eliminación de barreras arquitectónicas,
adecuación de espacios –lavabos, pasillos, patios,…-. Creación de un entorno inclusivo.
 Necesidad de mobiliario especializado.
 Necesidad de ayudas técnicas para la deambulación –bastones, andadores, sillas de
ruedas,..-, o para otras actividades: cubiertos, útiles escolares,…
 Necesidad de trabajo especializado para prevenir afectaciones relacionadas con lo
motor: lateralidad, esquema corporal, orientación espacial, motricidad fina,
percepción y coordinación viso-motora.

3.3.- Déficits psíquicos

En este tipo de déficits debemos partir de la aceptación de algunas limitaciones en cuanto a la


autonomía e independencia personal en función de cada individuo y de su nivel de afectación.
Un marco general de indicios para la elaboración de los programas en función de la
afectación sería:

 Deficiencia Leve CI 50-55 a 70 Capaz de bastante aprovechamiento escolar y de


habilidades sociales y profesionales que le permiten independencia.
 Deficiencia Moderada CI 35-40 a 50-55 Presenta habilidades de comunicación. Se
beneficia del aprendizaje de habilidades sociales y profesionales pero tiene mucha
más dificultad para las relaciones interpersonales. Posibilidad de cierta autonomía y
tareas bajo supervisión, poca posibilidad de independencia.
 Deficiencia Grave CI 20-25 a 35-40 Desarrollo motor pobre y poca o nula habilidad
comunicativa. Capacidad para algunas tareas sencillas bajo supervisión.
 Deficiencia profunda CI< 25 Necesidad de ambiente estructurado y relación
personalizada. Con entrenamiento especializado capacidad de relativo desarrollo
motor, entrenamiento en algunas habilidades

Aun aceptando todo este amplio abanico de diferencias intentamos dar directrices para el
desarrollo de programas, que en muchos centros se estructuran como Programas de
Desarrollo Individual. Así principios generales serían:

 Tomar como referencia el desarrollo normal


 Enseñar explícitamente el uso del lenguaje como mediador verbal en el uso de
estrategias de memorización y aprendizaje
 Planificar cuidadosamente la generalización de estrategias aprendidas a contextos
diferentes
 Facilitar mediante guías concretas los procesos de planificación y autorregulación de
las diferentes tareas
 Suministrar las ayudas pertinentes con objeto de maximizar su potencial de
aprendizaje
 Entrenar con mucha progresividad
 Estructurar el ambiente educativo y flexibilizarlo progresivamente: objetivos,
contenidos, técnicas y estrategias, recursos/ayudas,…
 Contemplar habilidades de todas las áreas de desarrollo: Cognitivo, Psicomotor,
personal-afectivo, Social, Comunicativo y lingüístico

4.- SINTESIS FINAL

Comenzábamos el tema señalando que el fin último de toda educación es crear seres
autónomos. Bajo este prisma, y más en el caso de los alumnos con déficits, el contenido de
este tema responde plenamente a la forma de alcanzar la meta última de la educación.

Además, los principios que informan la atención a los alumnos con necesidades
educativas especiales son los de integración, normalización, y más recientemente inclusión. La
mejor forma de conseguir seres integrados, normalizados e incluidos en la sociedad será,
aparte de ir avanzando en la creación de entornos cada vez más favorecedores de la
integración e inclusión, desarrollar explícita y sistemáticamente habilidades individuales para
lograrlo.
Solo así posibilitaremos que personas con distintos tipos de déficits que eran tradicionalmente
marginadas y segregadas alcancen cotas, hasta hace poco impensadas, de independencia y
libertad.

BIBLIOGRAFÍA:

 GARRIDO LANDIVAR, J, (2004) “Programación de actividades para Educación Especial”,


Madrid: CEPE.
 QUILES SEBASTIAN, M. J y otros (2002): “Enseñanza de habilidades de Autonomía
Personal”, Paidós. Barcelona
 García Fernández, J.M y otros : “Discapacidad Intelectual. Desarrollo, Comunicación,
Intervención”, Madrid: CEPE.

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