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INTRODUCCION
Educar es conseguir seres autónomos. Si este principio es válido para todas las
personas, y debe ser asumido como fin último de la acción educadora, en aquellas con algún
tipo de déficit o disfunción debe ser formulado con mayor rigor y firmeza. No debemos
aceptar, de entrada, que el déficit o disfunción va a imposibilitar cotas de autonomía personal.
Desde el conocimiento de los avances en cuanto a ayudas técnicas para la superación de los
déficits, de las metodologías educativas específicas y de un profundo estudio de cada alumno
debemos enfocar los objetivos generales planteados en cada etapa educativa e intentar
mantenerlos siempre modificando elementos menos sustanciales del currículo: metodología,
temporalización, recursos personales y materiales necesarios, contenidos, etc.
En esta labor se debe implicar todo el entorno del alumno: tutor y resto del equipo docente,
personal auxiliar del centro (auxiliares de educación especial –si el caso lo requiere, monitores
de comedor, de actividades extraescolares, fisioterapeutas,…) y, por supuesto, la familia. La
integración/inclusión sociolaboral futura comienza por una correcta estimulación temprana,
continúa a lo largo de toda la escolarización obligatoria y debe prolongarse a lo largo de toda la
vida.
Vemos como, cada vez más personas con deficiencias sensoriales, motóricas y psíquicas, que
antaño eran marginadas de una vida plena, alcanzan cotas de desarrollo personal que les
permiten desarrollarse.
Nuestra labor orientadora deberá procurar conseguir las máximas cotas de autonomía para
cada individuo. Para ello deberemos conocer técnicas y programas de entrenamiento en
habilidades básicas según los distintos tipos de déficits y disfunciones, adaptarlos a cada
individuo concreto, acondicionar y orientar al entorno personal y material que lo rodea para
que alcance el máximo desarrollo personal posible.
Hábito, para Rico Vercher es el resultado de una serie de conductas repetidas y programadas
con vistas a la obtención de unos objetivos determinados, y que producen un enriquecimiento
(adquisición de cualidades) en el individuo.
Este autor, después de repasar distintas acepciones y definiciones de hábito, concluye que éste
se nos muestra como un medio educativo.
Reflexiona sobre que no debemos caer en el error de entender que el fin de la educación es la
formación de hábitos, lo que nos llevaría a un mecanicismo y a una conversión del hombre en
un depositario y ejecutor de automatismos, pero concluye que los hábitos deben formar parte
de los aprendizajes para liberar al individuo del esfuerzo consciente cotidiano consiguiendo
agilizar y potenciar la actividad.
La repetición de actos, la reiteración con sentido (por qué se hace y para qué se hace)
promueve el hábito.
Selectividad-intencionalidad, repetición consciente introduciendo selecciones para la
mejora, unir la acción a la experiencia.
Evaluación de la acción. Metas parciales. Evaluación para ir consiguiendo grados
progresivos de mejora por superación.
Componentes del hábito.-
Puede parecer excesiva la división de los comportamientos humanos con la meticulosidad que
lo hace Rico, pero, sobre todo en nuestro caso, donde estamos tratando alumnos con déficits o
disfunciones se hace muy necesario para detectar, en cada gesto, las dificultades posibles y,
con el asesoramiento multidisciplinar (médico rehabilitador, fisioterapeuta, especialista de la
ONCE, terapeuta ocupacional, técnico ortopédico,…) proceder a introducir las variables
gestuales, ayudas técnicas, etc. que posibiliten su ejecución.
1.2.- Habilidades
Habilidades sociales.
Habilidades para el desarrollo del lenguaje y la comunicación.
Habilidades conceptuales.
Habilidades de la motricidad gruesa.
Habilidades perceptivo-motoras.
Habilidades senso-motrices.
Tenemos que tener presente que debemos trabajar el desarrollo de las habilidades con todos
los alumnos, no solo con los que tienen algún déficit o disfunción. Los objetivos establecidos
en el primer nivel de concreción del currículo para cada etapa educativa están formulados,
fundamentalmente, en términos de capacidades o habilidades. Los déficits o disfunciones
presentes en los alumnos con necesidades educativas especiales puede hacer necesario el
trabajar con ellos de una forma específica y diferenciada.
Es necesario hablar de variables que medien entre los conocimientos y las competencias que
uno posee, por un lado, y la acción o las ejecuciones por otro.
Esta es una cuestión comparable a la distinción que ha hecho el propio Bandura, dentro del
contexto del aprendizaje vicario, entre:
Bandura ha afirmado que para que se manifiesten los conocimientos adquiridos es necesario
hablar de incentivos y variables motivacionales.
Los individuos que se juzgan a sí mismos como ineficaces para enfrentarse a las
demandas ambientales tienden a generar una alta excitabilidad emocional, llegan a
preocuparse excesivamente de sus deficiencias personales y perciben las dificultades
potenciales de forma más amenazante de lo que realmente son. Todo ello mina el uso efectivo
de las competencias que la gente posee
Debemos conocer las dimensiones de las expectativas de autoeficacia: magnitud o nivel (en
cuanto a la dificultad percibida de la tarea a realizar); generalidad (generalización de los logros
ante una tarea conseguida a otras situaciones similares o parecidas); y fuerza (expectativas
débiles o fuertes de dominio personal que condicionarán el abandono o la perseverancia).
1.4.- Autonomía
Si nos atenemos al significado de autonomía: “Condición del individuo o entidad que de nadie
depende en ciertos conceptos”. “Libertad, autogobierno, independencia”.
Ya hemos apuntado que es conveniente tomar como referencia alguna clasificación de las
habilidades básicas agrupadas según diversos parámetros para no perdernos en la infinidad de
posibles acciones a trabajar.
C. Programa de Actividades para Educación Especial de Garrido Landívar (2004): Área Hábitos
de Independencia Personal.
D. Programa de Habilidades de la Vida Diaria de Verdugo Alonso, M.A (2000). Este Programa
forma parte de los “Programas Conductuales Alternativos”, que tiene como meta la
consecución del máximo nivel de autonomía e independencia personal en los hábitos
cotidianos y en el hogar. Los Diferentes Contenidos se distribuyen a través de una serie de
Objetivos.
Teniendo como referencia las propuestas anteriores podemos identificar las siguientes
dimensiones, siguiendo a LIZANDRA (2005), en las Habilidades de Autonomía Personal:
* Aseo Personal: Control de Esfínteres y utilización del aseo; higiene personal (lavarse la cara,
manos, dientes); estética (recortarse las uñas, peinarse..).
Fase I: Evaluación. Con ella se pretende determinar los objetivos educativos individuales,
estableciendo las habilidades que pueden ser útiles y funcionales para cada alumno. Verdugo
propone recurrir al Inventario Ecológico, que permite la evaluación de habilidades y la
selección de objetivos instruccionales en cuatro dominios: doméstico, tiempo libre/recreo,
comunidad y profesional. La fuente de información son los padres y los propios educadores.
El Inventario Ecológico se realiza a través de cinco fases:
1. Identificar dominios curriculares que reflejen las áreas vitales más importantes y
permiten seleccionar habilidades prácticas.
2. Identificar y explorar los ambientes actuales y futuros en los que el alumno vive,
trabaja y juega.
3. Dividir los ambientes en subambientes, para detectar las habilidades necesarias en
cada uno de ellos.
4. Inventariar los subambientes en función de las actividades relevantes que se llevan a
cabo en ellos, con objeto de localizar las actividades imprescindibles en varios
entornos.
5. Examinar las actividades para aislar las habilidades a desarrollar. Esto requiere
descomponer las actividades en unidades de habilidades entrenables.
Al final de esta fase los profesionales contarán con una gran cantidad de información que
servirán para detectar las necesidades instructivas más relevantes.
Fase II: Desarrollo Currículo Funcional Las tareas de los profesionales en esta segunda fase
será sintetizar la información y priorizar los objetivos. La regla principal ante qué decisiones
tomar acerca de qué habilidades enseñar primero, es seleccionar para su instrucción inmediata
aquellas habilidades que el estudiante requiere más a menudo para funcionar más
independientemente en un entorno lo menos restrictivo.
Se suele dar prioridad a aquellas habilidades “críticas” para entrar en futuros ambientes o
cruciales para la salud o seguridad del alumno. Por ejemplo es prioritario que el alumno
aprenda a controlar esfínteres a que aprenda a ducharse sin ayuda. Asimismo, es importante
tener en cuenta la edad del alumno.
Tanto el análisis de tareas como el funcional ofrecen información que permite formular
estrategias de tratamiento y especificar las condiciones y los criterios de ejecución más
adecuada.
En esta fase supone el diseño concreto del Programa. Se realizan los siguientes pasos:
b) Validación Social: determinar el grado de maestría requerido para la tarea por medio de la
comparación social (con sus iguales sin discapacidad) y la evaluación subjetiva basada en la
opinión de personas cercanas al alumno.
En esta fase los profesionales recogen las medidas de la ejecución del alumno en las tareas que
se han programado. Posteriormente se han de analizar para valorar la eficacia de la
intervención realizada. Si los resultados son insatisfactorios, se deberá volver a la tercera fase y
reexaminar si el comportamiento entrenado es realista o si las condiciones de ejecución y los
criterios seleccionados son adecuados.
El Encadenamiento hacia atrás. Supone enseñar la habilidad empezando por el último paso
de los que hemos establecido en el análisis de tareas. Enseñando al niño las conductas que
más cerca están de la terminación de la tarea, éste sólo tiene que recorrer distancias muy
cortas para completar la habilidad con éxito. En la práctica se realiza con el niño casi toda la
tarea, exigiéndole que haga solo un poquito para completarla. Gradualmente el educador va
haciendo cada vez un poco menos y el niño un poco más, hasta que por sí solo realice todos los
pasos de la secuencia.
2.4.- Los sistemas de evaluación y registro
La Hoja de Control: recoge los programas que se han puesto en marcha y su resultado.
Incluye listas de objetivos en las diferentes áreas de trabajo en autonomía personal,
con las conductas finales que hay que adquirir.
Registro de Habilidades: valoración anual de los objetivos trabajados incluyendo las
observaciones realizadas durante este periodo.
La enseñanza se realizará en los ambientes más naturales y propios del sujeto, estructurando
sesiones de aprendizaje cortas y frecuentes a lo largo de la jornada, con objeto de ofrecer más
oportunidades de aprendizaje y sobreaprendizaje.
Quiles (2002) expone que el proceso de desarrollo de enseñanza de cada habilidad puede
seguir un mismo patrón que equivale a un “encadenamiento hacia atrás”: (a) coger el
utensilio; (b) desarrollar el patrón de movimientos de la mesa a la boca; (c) coger la comida del
plato. Veamos a continuación algunos ejemplos concretos propuestos por Quiles, modificado
de Bender y Valletutt
Utilice distintos tipos de cucharas para mostrar al niño cómo utilizarlas con comida. Demuestre
cómo coger la cuchara, levantarla hasta la boca y bajarla de nuevo. El alumno ha de imitar
estos movimientos.
Añadimos una serie de modelos de instrumentos tipo tomados de LIZANDRA (2005) trabajo
que hemos seguido con asiduidad y al que nos remitimos para quien quiera profundizar
en el tema.
La Hoja de Control Recoge los programas que se han puesto en marcha y su resultado.
Incluye listas de objetivos en las diferentes áreas de trabajo en autonomía personal,
con las conductas finales que hay que adquirir.
Registro de Habilidades. Consiste en una valoración anual de los objetivos
trabajados incluyendo las observaciones realizadas durante este periodo. Refleja los
objetivos trabajados a lo largo del año ofreciendo una evolución del niño .
El Registro de Programas Informan sobre la evolución del sistema de enseñanza, lo
que permite valorar la eficacia de la intervención y revisarla, en caso de que no marche
adecuadamente.
Estos sistemas deben diseñarse de tal modo que sean capaces de detectar las mejoras más
leves. Es decir deben ser sensibles.
Solo comentar que estos programas serán contenidos básicos sobre todo en las etapas de
Educación Infantil y Primaria y en los Centros de Educación Especial en los que las
Adaptaciones Curriculares Individuales, en función del déficit toman la forma de Programas de
Desarrollo Individual que recogen, fundamentalmente, programas de los que estamos
tratando, además de los contenidos más instructivos que se puedan asumir..
Visuales: Los ciegos y deficientes visuales, si tienen un grado de afectación que hace
que intervenga personal de la ONCE desde edades muy tempranas, llegan a la escolarización
con un trabajo previo realizado incluso en domicilio con el niño/a y con la familia.
Auditivos: En el análisis de tareas para el desarrollo de sus programas tendremos que atender
a los componentes sonoros de cada tarea y a los aspectos relacionales de comunicación.
En este tipo de déficits el análisis de tareas que plantea Rico Vercher, basado en el gesto –con
descomposición de movimientos-, puede sernos muy útil.
Aun aceptando todo este amplio abanico de diferencias intentamos dar directrices para el
desarrollo de programas, que en muchos centros se estructuran como Programas de
Desarrollo Individual. Así principios generales serían:
Comenzábamos el tema señalando que el fin último de toda educación es crear seres
autónomos. Bajo este prisma, y más en el caso de los alumnos con déficits, el contenido de
este tema responde plenamente a la forma de alcanzar la meta última de la educación.
Además, los principios que informan la atención a los alumnos con necesidades
educativas especiales son los de integración, normalización, y más recientemente inclusión. La
mejor forma de conseguir seres integrados, normalizados e incluidos en la sociedad será,
aparte de ir avanzando en la creación de entornos cada vez más favorecedores de la
integración e inclusión, desarrollar explícita y sistemáticamente habilidades individuales para
lograrlo.
Solo así posibilitaremos que personas con distintos tipos de déficits que eran tradicionalmente
marginadas y segregadas alcancen cotas, hasta hace poco impensadas, de independencia y
libertad.
BIBLIOGRAFÍA: