Вы находитесь на странице: 1из 11

LA ORATORIA: LAS CUALIDADES DEL ORADOR

La oratoria es el arte de hablar elocuencia en público. Su


finalidad es convencer, conmover, deleitar.
La elocuencia es la capacidad de expresarse en público de forma
fluida, elegante y persuasiva.
El orador es la persona que ejerce la oratoria. Debe poseer
ciertas cualidades para ser considerado como tal. A continuación
presentamos algunas de estas cualidades, consideradas las más
importantes:
• Físicas
• Intelectuales
• Morales
Cualidades físicas
 La voz (volumen, tono, modulación, pausas, énfasis). Lo ideal
es que sea impostada.
 La expresión corporal (contacto visual, ademanes,
expresiones faciales, desplazamiento).
Cualidades intelectuales
La memoria
 Permite la retención del esquema del discurso.
 Permite recordar la información (datos, fechas,
historias…) que expondrá durante el discurso.
La atención
 Permite captar el interés del público.
Motivarlo a que preste atención.
 Permite al orador estar concentrado
en su discurso.
La imaginación
 Permite al orador proyectar cómo será su
discurso desde su creación.
 Permite al orador adaptar su discurso a las
 circunstancias que en el desarrollo de éste se
 puedan presentar.
Cualidades morales
El orador debe proceder con la verdad para no defraudar a su
auditorio, ya que la primera virtud del orador es la veracidad. La
virtud es permanente, pero si se le frena, entonces se corre el
riesgo de caer en lo opuesto, el vicio.
ASPECTOS DE LA ORATORIA
Articulación clara
Se refiere a pronunciar las palabras de modo que se distingan
claramente los sonidos.
Es importante porque la buena articulación de las palabras
permite que se entienda lo que decimos y contribuye a que nos
tomen en serio.
Al dar un discurso debemos hablar con
claridad. Por muy interesante o importante
que sea el mensaje, gran parte de él
se perderá si no se comprende con facilidad.
Las palabras que no se entienden a plenitud
no motivan a ser escuchadas.
Fluidez
Implica hablar de modo que las ideas y palabras broten con
facilidad y naturalidad. La persona que se expresa con fluidez
no entrecorta las palabras ni las pronuncia con una lentitud
exasperante. Tampoco tropieza en la pronunciación ni titubea,
como si no supiera qué decir.
Es importante porque si no se habla de forma fluida, el auditorio
tiende a distraerse. Además, existe el riesgo de que el mensaje
no resulte convincente.
La falta de fluidez puede deberse a varios factores:
1) El desconocimiento de algunas palabras, lo cual causa
vacilaciones.
2) La profusión de pausas breves que entrecortan el lenguaje.
3) La falta de preparación.
4) La exposición desordenada de las ideas.
5) Un vocabulario limitado, lo que provoca titubeos al tratar de
encontrar el término preciso.
Costumbres que deben evitarse
Muchas personas tienen el hábito de insertar palabras o
expresiones tales como “eh...”, “este...”, “o sea”, “pues” o
“bueno” al principio o en medio de las oraciones.

Otras las finalizan a menudo con


“¿verdad?” y “¿no?”. Tal vez no
te des cuenta de la frecuencia con
que utilizas tales muletillas.
Volumen adecuado
Implica hablar con la suficiente intensidad de voz. Para
determinar cuál es el volumen adecuado tener en cuenta:
1) El tamaño y las características del auditorio
2) Los ruidos que distraen la atención.
3) El tema que estás tratando.
4) El objetivo de la disertación.
Es importante porque si las personas a quienes te diriges no te
oyen bien, quizá pierdan la
concentración o no capten con
claridad lo que les dices. Si, por
el contrario, les hablas en voz
muy alta, puede que les
parezcas irritante e, incluso,
irrespetuoso.

Вам также может понравиться