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CIRCULAR 1 - 68

Cumbres del Huelén, a 6 días del primer


mes del LXVIII año (E.F.)
Santiago, 25 de octubre de 2017 (E.P.)

DECLARACIÓN SOBRE EL FEMINISMO Y LA FRATERNIDAD

A propósito de la celebración del septuagésimo aniversario de la fundación del Clan Pumas


Nº 1, que recuerda el inicio de nuestra nutrida historia fraternal; resulta provechoso mirar hacia
atrás y reflexionar acerca del camino recorrido, pero especialmente, es siempre necesario revisar
y afianzar de cara al futuro los compromisos iniciáticos con la justicia y los altos fines de Alfa Pi
Épsilon.

El compromiso feminista, se inscribe dentro de aquellas causas que en primera línea bregan
por la construcción de una sociedad justa, ocupándose particularmente de una dimensión de
injusticia en la vida social de larga data y presente en diversos contextos culturales: la
desigualdad de género y la opresión del hombre por sobre la mujer.

Al respecto, con el devenir de los años, la adhesión y crecimiento del Feminismo ha


permeado indudablemente al interior de la Fraternidad, presentándose propuestas, relativas al
ámbito interno de nuestra institución, tales como: revisión estructural y orgánica, reflexión crítica
frente a dinámicas culturales y del lenguaje, identificación de ámbitos de machismo y
discriminación, formulación de proyectos, entre otros. Esto ha sido acompañado, como es
natural, de permanentes debates y discusiones que, sin lugar a dudas, en su mayoría enriquecen
el contenido y desarrollo de esta causa. Profusos debates se han producido en sesiones regulares,
contextos informales, ágapes y en el grupo de Facebook, lo cual resulta altamente positivo.

En este contexto, hemos tomado la decisión como Gran Directiva de emitir esta declaración,
en la cual nos referiremos a algunos tópicos relacionados con el Feminismo y su
desenvolvimiento al interior de la Fraternidad, sobre los cuales nos parece relevante
pronunciarnos. Para nosotros, la equidad de género ha sido una preocupación desde el inicio,
encontrándose esta temática presente en un lugar protagónico dentro de nuestro programa de
campaña. Del mismo modo, es un tema central de desarrollo dentro del cronograma de ejecución
de nuestra gestión.

Nos parece necesario plantear una postura frente a determinadas discusiones, que en algunos
casos nos preocupan y llaman la atención, pero siempre en el entendido de que la exponemos
configurados como un actor más dentro del círculo fraternal. Asumiendo que existen múltiples y
diversas corrientes de pensamiento que desarrollan el Feminismo, sólo buscamos referirnos a
aquellos aspectos que consideramos deberían constituir mínimos comunes de consenso, situados
desde una óptica genérica y no inclinándonos por ninguna corriente en particular. No es ese el
objeto del presente. En definitiva, esta declaración no pretende ser omnicomprensiva en torno a
las múltiples determinaciones que la problemática de género y el Feminismo suponen, sino que
servir como una mirada general desde la cual creemos debe situarse nuestra institución, para
poder proyectar el Feminismo como línea de trabajo tanto en los espacios internos como hacia la
acción externa.

Ante estas consideraciones, como Gran Directiva declaramos, frente al Feminismo y la


temática de género en relación con la Fraternidad, lo siguiente:

1. Aproximación al concepto de Feminismo


Entendemos que ciertas corrientes de pensamiento, reivindicaciones sociales y principios
axiológicos son susceptibles de ser conceptualizados bajo parámetros culturales e
intelectuales en determinados momentos históricos. Estos pueden variar de una época a
otra, mas creemos que esta mera eventualidad, no es razón suficiente para quedarse al
margen ni para sostener que resulte fructífero que cada cual realice una propia definición.
Vemos en aquello cierto sesgo individualista y, por sobre todo, el riesgo de relativizar
cada principio o causa social donde todo puede significar nada y cualquier cosa a la vez,
despojándolos de su fuerza y sustento matriz. Riesgo ante el cual, a modo de ejemplo, no
estarían exentos de verse enfrentados los Cinco Principios de nuestra propia institución.

Efectuada esta prevención, entendemos por Feminismo a aquella corriente política y


filosófica que busca la equidad de género y la erradicación de la discriminación
arbitraria de géneros. Es una corriente que busca la justicia y la equidad, cuyo vocablo
encabezado con el prefijo “fem” surge del proceso histórico de lucha que se ha gestado
debido a la opresión del hombre por sobre la mujer, haciéndose cargo del derrotero de
siglos de desigualdad y sometimiento. Constituye una raigambre de suma relevancia,
cargada además de simbolismo, que en ningún caso implica la pretensión de ocupar una
posición para poder someter a los otros géneros, como se explicará a continuación.

2. El Feminismo NO es el símil antagónico del Machismo


Realizada la conceptualización anterior, entendemos que en ningún caso el Feminismo es
el equivalente al machismo desde la perspectiva contraria. El Feminismo no aboga por
una discriminación desde el género femenino ni tampoco propugna una superioridad de la
mujer por sobre el hombre, nociones que resultan ser completamente ajenas a la real
significación de Feminismo.

Nos parece importante se comprenda que la opresión por razón de género presente en
nuestra sociedad como consecuencia del patriarcado, que coexiste y se interrelaciona con
otros sistemas sociales, tiene su forma de expresión en el machismo. La causa feminista
busca la equidad de género y la erradicación de la discriminación, y bajo ningún aspecto,
plantea preservar ese contexto de injusticia, solamente sustituyendo al género opresor.
Cabe recordar en este sentido, que el concepto de feminismo no obedece a un desarrollo
literal ni intuitivo, sino que como señalamos, tiene su origen en una construcción social,
cultural e intelectual. Cualquier equivalencia con la noción de machismo, puede
encontrarse en otra elucubración teórica conocida como hembrismo, frente a la cual – si
bien nos alejamos del objeto de esta declaración – podemos señalar brevemente que es el
término acuñado que distorsiona la lucha del Feminismo en nivelación con el machismo.

3. El Feminismo y su relación con la Doctrina Fraternal


Comprendiendo que la Doctrina Fraternal está compuesta, principalmente, por los Cinco
Principios, la Declaración de Principios Sociales, la Carta Fraternal y el Código Fraternal,
creemos que el Feminismo es absolutamente consustancial con los pilares de la
Fraternidad Juvenil Alfa Pi Épsilon. En tal sentido, sostenemos que es errado
considerar al Feminismo en una dimensión distinta y aislada del ethos fraternal, como si
transitara por una especie de carril separado, toda vez que éste fluye de su propia
aplicación y, con mayor razón, consideramos equivocado el planteamiento que sitúa a la
causa feminista en un lugar contradictorio o antagónico a los fines de la Fraternidad.

Especialmente, entendemos que la causa feminista es una forma de ejecución íntegra de


los principios de Fraternidad, Tolerancia y Solidaridad Social, sobre la base de buscar
permanentemente que sean los lazos fraternales la forma en que debemos relacionarnos
entre todos los seres humanos, sin discriminación de ninguna índole; luchando contra las
formas de opresión existentes y teniendo especial empatía e identificación con las
víctimas de la injusticia.

En cuanto a nuestra Declaración de Principios Sociales, ésta inicia haciendo suya la


Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que a su vez, proclama que
todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y que deben
comportarse fraternalmente los unos con los otros, sin distinción alguna de cualquier
índole. Seguidamente, la Declaración de Principios Sociales de la Fraternidad promueve
la construcción de “una sociedad libre para un hombre y una mujer libre”,
destacándose que “considera a los hombres y las mujeres hermanos y, por lo tanto, no
deben estar separados por desigualdades sociales, culturales, políticas o económicas, ni
por diferentes posibilidades de acceso a los altos valores del intelecto”.
En consonancia con aquello, creemos que la lucha por la equidad de género debe ocupar
un lugar prioritario en todo nuestro quehacer fraternal y profano, pues la perspectiva
feminista debe teñir nuestra acción, idealmente, en todos los sentidos posibles y no
considerar al Feminismo como si fuera preocupación meramente de un grupo
determinado o de carácter aislado. Percibimos que la problemática feminista está presente
en todos los ámbitos de nuestra sociedad, de manera que no existen temáticas exclusivas
del Feminismo. Por lo tanto, entendemos también que la problemática feminista es
esencialmente práctica y no de meras justificaciones académicas o teóricas, haciendo eco
del estrecho vínculo entre estudio y acción. De esta forma, creemos que debemos avanzar
hacia la construcción de un Feminismo que pase siempre por la cotidianeidad, tanto en el
estudio y el discurso, como en la práctica.

4. El Feminismo como deber fraternal de todas y todos


Las reivindicaciones feministas han sido tratadas muchas veces como particularismos,
como problemas puntuales que encuentran su explicación en condiciones estructurales u
objetivas que son previas y que se constituyen en relación de causa-consecuencia con las
situaciones que el Feminismo denuncia de forma directa. Desde posiciones más
aberrantes, se han intentado banalizar estas reivindicaciones con absurdos empates entre
los aspectos negativos y supuestos componentes positivos de la discriminación machista,
obviándose que toda forma de discriminación envuelve un elemento de violencia.

Sin embargo, el conjunto de situaciones tanto objetivas como subjetivas que el


Feminismo denuncia y combate constituyen un sistema, es decir, un entramado de
relaciones sociales que ciertamente se vinculan y potencian, y que, examinados como un
todo, resultan ser absolutamente contrarios a los Cinco Principios institucionales ante los
cuales prestamos juramento de adhesión.

Creemos ante este escenario que, en primer término, es nuestro deber estudiar y entender
el modo de funcionamiento específico del patriarcado, identificar de qué formas se
relaciona con otros sistemas, cómo actúa en el mundo profano y las particularidades de su
presencia en el ámbito fraternal. En segundo término, tenemos la convicción de que es
nuestro deber pasar a la acción, buscando formular una línea que permita luchar contra la
desigualdad de género, tanto en lo interno como hacia afuera, siempre en perspectiva de
los Cinco Principios.

Por su parte, la Declaración de Principios Sociales proclama que “debe ser preocupación
de cada miembro de la Fraternidad cautelar y defender la paz social, que sólo es
concebible en ausencia de toda desigualdad o injusticia”. Señala también que “es deber
de la Fraternidad velar porque las ideologías y doctrinas que atentan contra la
realización integral del ser humano no tengan un espacio de desarrollo en el acontecer
social, debiendo rebatir inclaudicablemente sus postulados y acciones”. En tanto el
Feminismo busca la equidad de género y lucha contra el machismo, siendo este último
contrario a la realización del ser humano integral, determina que la causa feminista sea
una expresión del cumplimiento de este mandato fraternal. En contrapartida, determina
que es nuestro deber plantear una oposición inclaudicable en contra del machismo.

Por tanto, en virtud de ser el Feminismo una expresión práctica de los Cinco Principios
que juramos o prometimos resguardar, es que creemos que la defensa de la equidad de
género y el combate contra el machismo y el patriarcado – o cualquier otro sistema de
opresión – es un deber de importancia primordial, por una cuestión de perspectiva
humanista general. Máxime, si consideramos que parte de quienes componen la
Fraternidad corresponden a Queridas Hermanas cuyo género ha transitado el rumbo
histórico y aún vigente de la discriminación y la subyugación. Se trata de una cuestión de
perspectiva social universal basada en el humanismo, y al mismo tiempo, de un asunto de
empatía de inmediata proximidad.

5. Machismo en relación al filtro de ingreso institucional


Entendemos que los parámetros de evaluación que aplicamos para decidir el ingreso de
nuevos miembros a la Fraternidad comprende un complejo entramado de reflexiones. El
análisis suele partir desde una base de elementos mínimos que se verifican
casuísticamente, con un rango de flexibilidad que va desde la comprobación de una
persona profana que pareciera cumplir a cabalidad con todos los requisitos hasta la
identificación en otra persona de una especie de germen o potencial desarrollo que se
proyecta en la línea de los principios. El nivel de perfectibilidad y el grado de apego o
desapego con los principios, son criterios complejos y válidos de decisión que pondera
cada clan a la hora de votar el ingreso de un nuevo hermano o hermana.

Hecha esta prevención, con las particularidades y gradualidad que en cada caso se
presenten, sostenemos que es posible responder con certeza la disyuntiva de si es posible
o no que un profano con sesgo machista pueda ingresar a la Fraternidad. Nuestra
respuesta es que NO es permisible y que dicha persona debería ser rechazada en el
proceso previo a una eventual iniciación e incorporación. Similar consideración de
reproche tenemos acerca de la continuidad de una querida hermana o de un querido
hermano que en su definición y/o actitud pregona el machismo.

Insistimos, aquello lo sostenemos en términos genéricos, pues en términos prácticos no se


trata, necesariamente, de una cuestión de blanco o negro. Puede existir una zona gris,
debe ponderarse la predisposición al estudio y la superación, analizarse la posibilidad de
perfeccionamiento, examinarse los criterios de gravedad y reiteración, entre otros.
Además, es necesario precisar que, conforme a la propia teorización feminista, se sostiene
que toda persona que se desenvuelve o desarrolla dentro del contexto de un sistema
patriarcal posee rasgos de machismo o micromachismo, razón por la cual, también se
debe considerar el grado de intensidad y trascendencia por sobre este espectro de rasgos
machistas presentes comúnmente en todas las personas imbuidas en el patriarcado.

Fundamentamos este planteamiento de rechazo de quienes promuevan o practiquen el


machismo, en base a la contradicción de este último con nuestros Cinco Principios y con
la Declaración de Principios Sociales, de acuerdo a los términos expuestos en los puntos
anteriores, toda vez que la opresión de un género por sobre otros y la discriminación
arbitraria de géneros se encuentran en abierta contravención de los fines de Alfa Pi
Épsilon.
Incluso más, existe una regla específica en la Carta Fraternal, reguladora del ingreso de
profanos, que determina que una persona machista – habida cuenta siempre de las
prevenciones realizadas – no deba ser aceptada en la Fraternidad. Nos referimos al
artículo 15, que partiendo de la base de mencionar que podrán ingresar a la Fraternidad
“todas las personas que concuerden con nuestros ideales, sin distinción de creencias
políticas, religiosas o de cualquier otra naturaleza”, pasa luego a indicar qué tipo de
personas no podrán hacer ingreso, señalando en su parte final, que “tampoco podrán ser
admitidos quienes tengan un concepto reaccionario de la vida social”. En este sentido,
el machismo es un típico ejemplo y de los más relevantes de una visión reaccionaria. Se
configura como uno de los exponentes principales de las visiones con sesgo
conservador y reaccionario de la vida social, apostando por mantener el estatus quo del
patriarcado y contraviniendo los avances conquistados en la materia.
Por lo tanto, estimamos que es absolutamente pertinente que sea considerada esta
temática dentro de la batería de indagaciones que se realizan en el proceso de
conocimiento de una persona profana que eventualmente podría ser iniciada.
***

En conclusión, reiteramos que en esta declaración hemos pretendido abordar la temática de


género y la vinculación de la causa feminista con nuestra institución desde una óptica general,
desde aquellos mínimos comunes que consideramos constituyen pilares de entendimiento
fraternal. En base a estos mínimos, creemos que es primordial el trabajo constante de desarrollo
de la causa feminista, pudiéndose desde el espectro del estudio y en base al libre examen,
enfocarse desde distintos puntos de vista y corrientes existentes o nuevas.

Creemos que es importante invitar a la reflexión de todas y todos quienes componemos esta
institución de cara a la proyección interna y externa del Feminismo. Entendemos también que las
posibilidades de estudiar y practicar nuestros principios son infinitas, y que los énfasis o ámbitos
de interés abarcan las más variadas temáticas, dentro de las cuales, se encuentra el Feminismo.
De todas maneras, consideramos que en una institución como la nuestra, marcada históricamente
por su carácter progresista que busca influir positivamente dentro de la sociedad, la causa
feminista debe ocupar un lugar primordial. Como Gran Directiva, declaramos que seguiremos
adelante una agenda que busque posicionar al Feminismo como un tema esencial y permanente
en la Fraternidad, pues creemos que es necesario demos un paso sustancial hacia adelante en esta
materia.

En cuanto al debate, creemos fundamental la existencia de un predisposición propositiva,


respetuosa y tolerante con los otros miembros de la Fraternidad, que haga eco del riquísimo
aprendizaje colectivo que promueve nuestra institución. En este sentido, invitamos a quienes han
estudiado con mayor profundidad el tema – o crean que saben más – a tener la tolerancia y
comprensión suficiente con el resto, entendiendo que cada uno de nosotros y nosotras nos hemos
desarrollado dentro del contexto del patriarcado, siendo importante el traspaso de herramientas y
el dialogo pedagógico. Del mismo modo, extendemos la invitación a quienes son neófitos en la
materia – o crean que saben menos – a tener la tolerancia, comprensión y empatía suficiente con
el resto, a tener una predisposición a identificar y controvertir paradigmas machistas y a la
posibilidad de asimilar otros horizontes. En ambos casos, invitamos a la conversación honesta y
directa, dejando los prejuicios de lado, manteniendo siempre en alto el respeto fraternal.

Finalmente, reiteramos que no se trata de un asunto de interés de sólo algunos hermanos y


hermanas que se han interesado por desarrollar, sino que, por el contrario, estamos convencidos
de que es fundamental sea una materia abordada por toda la Fraternidad, institucionalmente y en
la esfera de cada uno de sus miembros. Inspirados en nuestro devenir colectivo que nos configura
como hermanas y hermanos, creemos en un Feminismo masivo, que por definición incluye y no
excluye, que sea convocante, y que se lleve siempre a la práctica. Estamos convencidos que se
trata de una lucha justa e imprescindible, en la cual es necesario que todos seamos conscientes de
su existencia para lograr su erradicación, y así la liberación de la humanidad para todas y todos.
Fraternalmente,

GRAN DIRECTIVA
FRATERNIDAD JUVENIL APE

Jean Pierre Mieres


GRAN JEFE

Yazmín Valdebenito Hermosilla Nathaly Méndez Pino


GRAN SECRETARIA GRAN MAESTRA DE CEREMONIAS

Cristian Flores Galleguillos


GRAN TESORERO

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