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Empresas y Derechos Humanos

¿Qué son los derechos humanos? La idea de los derechos humanos es tan simple
como poderosa: las personas tienen derecho a ser tratadas con dignidad. Los
derechos humanos son inherentes a todos los seres humanos, cualesquiera que
sean su nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color,
religión, idioma o cualquier otra condición. Toda persona tiene derecho a disfrutar
los derechos humanos sin discriminación. Todos esos derechos están
interrelacionados y son interdependientes e indivisibles. Los derechos humanos
están a menudo recogidos y garantizados en la legislación, en forma de tratados,
derecho consuetudinario internacional, principios generales y otras fuentes del
derecho internacional. El derecho internacional de los derechos humanos impone
a los Estados la obligación de actuar de determinada manera o de abstenerse de
realizar determinados actos a fin de promover y proteger los derechos humanos y
las libertades fundamentales de las personas o grupos de personas.

Los derechos humanos intentan materializar y garantizar la dignidad de la


persona. Ella establece que debemos ser tratados de acuerdo a nuestras
decisiones y no a cuestiones que están más allá de nuestra voluntad. De esa
forma, prohíbe tomar en consideración elementos sobre los que no se tiene
control, como la raza o el origen nacional o social, convirtiéndose en la base
fundamental de la garantía de igualdad. Los derechos humanos intentan asegurar
un marco de convivencia en el cual se respete la elección que cada uno hace de
sus propios ideales y planes de vida. Se trata de evitar que el Estado o las demás
personas puedan entrometerse en nuestras elecciones para imponernos sus
propios criterios. Para ello, reconocemos libertades que sólo pueden ser limitadas
para evitar la interferencia mutua al momento en que cada uno de nosotros trata
de alcanzar los objetivos que se ha propuesto.

En los tiempos de hoy el respeto que tienen las empresas sobre los derechos
humanos es algo fundamental tanto para la sociedad como tambien para la misma
empresa, tal respeto es lo que define la clase de visiòn a la que apunta la
organización y como quiere que se lo vea dentro de una sociedad en la que
convive y interacta continuamente. Si bien existen leyes que protegen los
derechos humanos, esto deberia ser algo natural por parte de las empresas, ya
que toda organización cuenta con personas para poder realizar sus tareas y son
estas el principal activo con la que una organización cuenta, por lo tanto es lo
primero que se deberia cuidar. Existen foros regionales en donde se tratan los
temas de recursos humanos para poder aprender vivencias y experiencias, los
estados se reunen con el fin de debatir temas sobre los derechos humanos.
La responsabilidad de respetar los derechos humanos constituye una norma de
conducta mundial aplicable a todas las empresas, dondequiera que operen. Existe
con independencia de la capacidad y/o voluntad de los Estados de cumplir sus
propias obligaciones de derechos humanos y no reduce esas obligaciones. Se
trata de una responsabilidad adicional a la de cumplir las leyes y normas
nacionales de protección de los derechos humanos. Hacer frente a las
consecuencias negativas sobre los derechos humanos implica tomar las medidas
adecuadas para prevenirlas, mitigarlas y, en su caso, remediarlas. Las empresas
pueden asumir otros compromisos o llevar a cabo otras actividades para apoyar y
promover los derechos humanos y contribuir así a mejorar el disfrute de los
derechos. Pero esto no compensa el incumplimiento de sus obligaciones de
derechos humanos en el desempeño de sus actividades. Las empresas no deben
menoscabar la capacidad de los Estados para cumplir sus propias obligaciones en
materia de derechos humanos, ni emprender acciones que puedan debilitar la
integridad de los procesos judiciales.

En los tratados internacionales de derechos humanos generalmente no se


imponen directamente obligaciones jurídicas a las empresas. Por tanto, la
responsabilidad legal por la vulneración de las normas internacionales de
derechos humanos por parte de las empresas, así como su imposición, son objeto
fundamentalmente de la legislación nacional. No obstante, los actos de las
empresas, al igual que los de cualquier agente no estatal, pueden afectar al
disfrute de los derechos humanos por parte de otros, tanto positiva como
negativamente. Las empresas pueden afectar a los derechos humanos de sus
empleados, sus clientes, los trabajadores de sus cadenas de suministro o las
comunidades asentadas en torno a su zona de actividad. La experiencia
demuestra que las empresas pueden vulnerar los derechos humanos, y de hecho
lo hacen, cuando no prestan suficiente atención a la existencia de ese riesgo y la
forma de mitigarlo. La Carta Internacional de Derechos Humanos y los convenios
fundamentales ofrecen a las empresas parámetros de referencia básicos a la hora
de empezar a comprender qué son los derechos humanos, cómo pueden influir en
ellos sus propias actividades y cómo velar por la prevención o la mitigación del
riesgo de que se produzcan consecuencias negativas.

¿Qué significa “abstenerse de infringir” los derechos humanos? Eso significa que
las empresas pueden dedicarse a sus actividades, dentro de la ley, siempre que
no vulneren los derechos humanos de las personas en el proceso. Por ejemplo, si
una fábrica o una mina contamina las fuentes de agua de las comunidades
vecinas de manera que la población no pueda tener el mismo acceso que antes a
un agua potable segura, habrá vulnerado el disfrute del derecho al agua potable.
Asimismo, si una empresa desaloja a una comunidad sin las debidas garantías,
consultas e indemnizaciones, estará vulnerando el derecho a una vivienda
adecuada, con esto me refiero a que una empresa debe garantizar que no se
vulnerara los derechos humanos de las personas, de la comunidad en la que este
inserta, que puede conseguir ganancias pero no a costa de la comunidad, existen
leyes que determinan que si una empresa crea cierto producto, la misma empresa
debe ser la que elimine los desperdicios de ese producto. Existen campañas de
recoleccion de pilas usadas que son un producto que daña de manera grave al
medioambiente, entonces deberian los productores de pilas poder retirar todas las
pilas una vez que se haya utilizadoy se descarte.

¿Cómo pueden las empresas verse involucradas en la aparición de consecuencias


negativas sobre los derechos humanos? Hay básicamente tres formas en que una
empresa puede verse involucrada en la aparición de consecuencias negativas
sobre los derechos humanos:

a) Puede provocarlas por sus propias actividades;

b) Puede contribuir a ellas por sus propias actividades —bien directamente o a


través de alguna entidad externa (gubernamental, empresarial o de otro tipo);

c) Puede que, aunque no provoque las consecuencias negativas ni contribuya a


ellas, se vea involucrada porque estén causadas por una entidad con la que
mantiene una relación comercial y esté vinculada a sus propias operaciones,
productos o servicios.

¿Qué se quiere dar a entender con “consecuencias negativas sobre los derechos
humanos”? Se producen “consecuencias negativas sobre los derechos humanos”
cuando por razón de un acto se elimina o se reduce la capacidad de una persona
para disfrutar de sus derechos humanos, por ejemplo cuando una empresa
contamina el aire para poder realizar su actividad como empresa, esta
disminuyendo la posibilidad de las personas que viven dentro de esa sociedad a
poder disfrutar de un aire mas puro.

Si las empresas determinan que han provocado o contribuido a provocar


consecuencias negativas deben repararlas o contribuir a su reparación por medios
legítimos. Aun con las mejores políticas y prácticas, una empresa puede provocar
o contribuir a provocar consecuencias negativas sobre los derechos humanos que
no haya sabido prever o evitar. Si una empresa detecta una situación de este tipo,
ya sea mediante el proceso de debida diligencia en materia de derechos humanos
o por otros medios, debe emplearse a fondo, en virtud de su responsabilidad de
respetar los derechos humanos, para remediar esa situación, por sí sola o en
cooperación con otros actores. El establecimiento de mecanismos de reclamación
a nivel operacional para los posibles afectados por las actividades empresariales
puede constituir un medio eficaz de reparación. Si se han producido
consecuencias negativas que la empresa no ha provocado ni ha contribuido a
provocar, pero que guardan relación directa con operaciones, productos o
servicios prestados por una relación comercial suya, la responsabilidad de
respetar los derechos humanos no exige que la empresa misma deba reparar los
daños, aunque puede desempeñar un papel en el proceso de reparación. En
determinadas situaciones, en especial si se ha cometido un presunto delito, es
preciso cooperar con los mecanismos judiciales.

Compromiso político Lo primero que debe hacer la empresa que quiere respetar
los derechos humanos es comprometerse explícita y públicamente a ello. Esa
decisión debe provenir del más alto nivel directivo y plasmarse en una declaración
que establezca las metas de la firma en relación con los derechos humanos, lo
que espera en ese campo de su personal, sus socios y otras partes directamente
vinculadas con sus operaciones, productos o servicios. Esta declaración debe
basarse en asesoramiento experto, ser ampliamente difundida –tanto hacia
adentro de la firma como hacia terceros– y explicitar las bases de una cultura de
compromiso hacia los derechos humanos. Buenas prácticas de compromiso
político Elabore una declaración accesible e identifique lo ya conocido en materia
de derechos humanos Una declaración reflejada en una política de derechos
humanos de fácil acceso para todas las personas relacionadas con la compañía y
el público en general es el primer paso para integrar los derechos humanos a la
vida de la empresa. Esta declaración debe ser aprobada y apoyada desde el más
alto rango ejecutivo y gerencial de la empresa. Elaborarla y difundirla marca un
punto de inflexión y de toma de conciencia hacia adentro de la organización, a la
par que permite dotar de previsibilidad a los empleados sobre lo que se espera de
ellos, ayudando a solucionar dilemas recurrentes. Sin embargo, está claro que por
sí sola la declaración no cumplirá su propósito y que será necesario traducirla en
metas y, luego, en programas sustentables para alcanzarlas. La primera fuente de
información y referencia a esos fines está en la propia empresa; se trata de
identificar el rol de los derechos humanos en las políticas actuales y ver cuáles
son las prácticas relacionadas con ellos que la firma ya viene realizando, aún
cuando no las haya concebido o implementado desde esa perspectiva. Utilice los
estándares internacionales en derechos humanos La empresa debe confrontar sus
propios valores y criterios con los estándares que cuentan con consenso
internacional y que han sido objeto de un gran desarrollo a escala global. Existe
una fuente inagotable de información disponible que la compañía puede procesar
y adaptar a su situación específica. Ello facilitará luego la concreción del
compromiso en el desempeño cotidiano de la organización. Tenga en cuenta para
ello: (a) primero, lo que las leyes locales e internacionales prohíben o exigen; (b)
segundo, el conjunto de iniciativas y recomendaciones en materia de derechos
humanos proveniente de la red de instituciones –locales e internacionales,
gubernamentales y ONG, públicas y privadas– existente en el mundo. Si bien esas
indicaciones suelen no ser obligatorias, poseen un valor significativo en la práctica
como normas de conducta.

Los pasos que deberían dar las empresas

Aunque las leyes nacionales imponen obligaciones a las empresas comerciales, la


responsabilidad corporativa de respetar los derechos humanos proporciona un
grado de responsabilidad por encima de las normas jurídicas nacionales. Por
tanto, aun cuando los Estados no desean o no disponen de las competencias para
regular, supervisar y hacer que las empresas rindan cuentas adecuadamente por
sus infracciones de las leyes nacionales que protegen los derechos humanos,
éstas siguen siendo responsables de respetar estos derechos.

Los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos establecen
los dos mayores pasos que las compañías deberían dar para garantizar que
respetan los derechos humanos. En primer lugar, la empresa debe establecer una
política que articule su responsabilidad de respetar los derechos humanos. Dicha
política sirve para hacer saber a los empleados, inversores y público en general,
entre otros, que la mercantil se ha comprometido a respetar los derechos
humanos. Incluso el proceso de creación de la política puede fomentar una mayor
integración del principio de respeto por los derechos humanos en las prácticas y
operaciones cotidianas de la empresa.

El segundo paso es el establecimiento de un “proceso de diligencia debida” de los


derechos humanos –término prestado y ampliado en su uso en el mundo
empresarial para referirse a la investigación de una empresa para garantizar que
no se han ocultado responsabilidades, entre ellas financieras, legales, sanitarias,
de seguridad o de problemas medioambientales– que debería incluir cuatro
componentes.

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