Una de las problemáticas sociales a las cuales se ven enfrentados nuestros
jóvenes hoy en día es saber definir su identidad. No es un problema menor, teniendo en cuenta que, ni aún para los adultos existe claridad de cómo definir su propia identidad. Buscar la raíz de estos males es una tarea titánica, son muchos los factores globalizantes que provocan o promueven la falta de claridad en las personas de diversas edades. Por otra parte, el fuerte impacto de los medios de comunicación y su constante influencia en las culturas, ha incitado los procesos de aculturación en las diversas sociedades. A través de las siguientes líneas trataré de explicar que la identidad juvenil es un momento crucial en la formación de la persona, pero que hoy en día pasa desapercibido para los adolescentes. Para estos fines deberé definir varios conceptos que se asocian a la identidad. En primer lugar, Jorge Larraín , en su libro Identidad Chilena (2001) plantea que identidad “no es una esencia innata dada, sino un proceso social de construcción, se requiere establecer los elementos constitutivos a partir de los cuales se construyen”, los elementos constitutivos a los cuales se refiere Larraín serían los siguientes: primero; aquello que tiene relación lo cultural, religioso, étnico, clase, sexualidad, nacionalidad, etc, segundo; lo material, aquello que cada uno posee, que en alguna medida define a las personas y en tercer lugar; los otros, es decir, con aquellos que me comparo, logro definirme y diferenciarme, con aquellos que puedo compartir mis gustos y las diferencias con otros grupos dentro de la misma sociedad. Teniendo claro, que el proceso de identidad es un proceso social de construcción y que no es estable o fija en el tiempo, si no por el contrario es un proceso de constante cambio. Entendiendo esto, es preciso comenzar a entender lo que significa la identidad juvenil, la cual se comienza a definir a partir de la adolescencia en cuyo momento el adolescente deja de ser un niño. En este preciso momento de la vida nacen al menos dos preguntas claves para el adolescente, quien por una parte, busca conocer e indagar el lugar desde el cual se definen, se ubican y perciben a los otros y cómo se definen a ellos mismos y qué nombre le dan al grupo al que pertenecen (Arce, 2008). Calcular la adolescencia en los jóvenes hoy en día resulta un tanto difícil, pues si antes se creía que la adolescencia duraba hasta los 19 años aprox., hoy por hoy, tenemos que esa edad ha variado incluso hasta los 30 años, ya que el grado de madurez y responsabilidad que debería tener una persona dista mucho en relación a los actos que se esperan de ellos. En la adolescencia los niños y niñas, tienen tantos distractores e influyentes en su forma de ser, que es muy difícil tener una claridad de cuál es su real identidad, y si en alguna medida cuenta con una identidad más o menos definida tampoco tiene conciencia de ella. Los patrones que hasta hace un par de años atrás teníamos establecidos como ideales, hoy en día están siendo derribados por diversas percepciones o ideologías que imperan en nuestra sociedad. Más allá de lo que señalaba anteriormente, y haciendo alusión al estudio realizado por la psicóloga Pilar Sordo, en su libro, Viva la diferencia, quien señala que hoy existe un claro proceso de masculinización de las mujeres y una feminización de los hombres. Esto reafirma a lo que he planteado anteriormente, cuando señalo que no existe conciencia del estado de identidad de un adolescente, por ejemplo; muchas de las mujeres poseen o demuestran actitudes más propias de los hombres y los hombres tienen actitudes que eran propias de las mujeres, y nada de esto parece extraño en ellos. Así también, se ha observado que los jóvenes no sienten que pertenecen a una tribu o grupo cultural definido, si no por el contrario tienen de todos un poco, ya que los gustos son tan transversales. Bibliografía Larraín, Jorge. 2001. Identidad Chilena. Lom Ediciones. Santiago, Chile. Arce C, Tania. (2008). Subcultura, contracultura, tribus urbanas y culturas juveniles: ¿homogenización o diferenciación? Revista argentina de sociología .
Sordo, Pilar. 2005. Viva la diferencia. Editorial Planeta. Santiago, Chile.