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El bienestar es un concepto polémico, debido a que no se ha aceptado una definición

concreta y pueda ser utilizada de de manera universal. Entre las definiciones


señaladas en el texto se encuentra la definición de la Real Academia de la Lengua
Española “vida holgada o abastecida de cuanto conduce a pasarlo bien y con
tranquilidad” o “Estado de la persona en el que se le hace sensible el buen
funcionamiento de su actividad somática y psíquica” (Ortiz J, Castro M. 2009)

Al concepto que vamos a tener en consideración es el siguiente: Para que un individuo


sienta bienestar consigo mismo o con los demás, así como el sentirse satisfecho y de
buen ánimo depende del contexto donde los individuos se desenvuelven, así también
de factores sociales e individuales de cada una de las personas.

A pesar de que vamos a utilizar el concepto anterior, cabe resaltar la propuesta de


Ryan y Bessy , quienes organizan varios estudios en dos; el primero trata sobre la
felicidad, en la tradición hedónica , y la otra que relaciona al desarrollo del potencial
humano, y a la realización de aquello que podemos ser.

Carol Ryff también trata este tema, y lo presenta de la siguiente manera, menciona
que la felicidad se encuentra en la búsqueda de darle sentido a la vida, a través de
metas por las cuales debe desarrollar sus talentos. Carol formula seis dimensiones
diferentes por las cuales se puede medir la felicidad “Autoaceptación; relaciones
positivas con otras personas; autonomía; dominio del entorno; propósito en la vida;
crecimiento personal”. (Ortiz J, Castro M. pág 26)

El autoconcepto brinda bienestar en la proporción que uno se encuentre en una actitud


positiva hacia uno mismo y hacia la vida. Las relaciones positivas con los otros,
permite al sujeto tener relaciones estrechas con otras personas, basadas en la
confianza y empatía. Con la autonomía se refiere a la capacidad que tiene el sujeto
para mantener su individualidad y autonomía, esto ayuda al sujeto a enfrentarse a la
presión social. Al dominio del entorno lo define como la capacidad del sujeto para
crear o elegir ambientes favorables. El propósito en la vida, permite al sujeto tener
metas marcadas y definir sus objetivos, dándole un cierto sentido a la vida. Finalmente,
el crecimiento personal se relaciona con llevar al máximo sus potenciales. (Ortiz J,
Castro M. Pág 27)

El bienestar psicológico en la vejez


Las personas en esta edad tienden a pasar por momentos difíciles debido a pérdidas,
amenazas y adaptación al medio, lo que hace que su vida carezca de metas
planteadas a corto ni a largo plazo. Muchos de ellos debido a esto anterior son menos
afectados por la frustración, ya que las metas no suelen ser de la misma magnitud que
antes y el fracaso de estas metas no angustia como sabia ser en edades anteriores.

La autoestima es una parte esencial en la vida del ser humano, debido a que influye
en el desarrollo emocional, cognitivo y práctico. Algunas investigaciones muestran que
la autoestima disminuye al pasar los años. A pesar de esto, es muy importante tratar el
autoestima con las personas de la tercera edad o adultos mayores, debido a que al
encontrarse en una posición socio- cultural en la cual son menospreciados debido a la
sobrevaloración de la juventud en la cultura.

Se ha demostrado que los cuidados de la salud, están directamente relacionados con


la autoestima; otros estudios indican que la ocupación aumenta la autoestima de las
personas lo que nos lleva a la conclusión de que la autoestima es algo importante para
el adulto mayor, he ahí el por qué enfocarse en ello.

El tener un bienestar psicológico produce una autoeficacia, la cual significa que el


sujeto es consciente de sus capacidades, por ello es capaz de ejecutar logros. Esta es
importante debido a que permite concluir metas, encontrar soluciones a conflictos y
crear estrategias para enfrentarse a las adversidades; en los casos de las personas de
la tercera edad es bastante importante debido a que si no está en un nivel adecuado
su eficacia, pueden llegar a crear pensamientos negativos de sus capacidades y de la
vida.

La enfermería aporta cuidado y atención a los adultos mayores, pero es necesario


resaltar que, hoy en día uno de sus objetivos es el de cuidar de las personas de la
tercera edad de una manera en la cual no afecte su autonomía y sociabilidad.
Normalmente se entiende que las personas que ejercen la enfermería, se encargan de
satisfacer las necesidades y de la curación de los pacientes.; pero con este nuevo
objetivo deben delimitarse a tareas que le permitan al paciente tener un grado de
independencia.

Lectura 2

La tercera edad en nuestra sociedad es considerada como una circunstancia en la


cual la persona ya no es vista como un ente de trabajo socialmente aceptado; retirado
y a la vez bajan las exigencias de la sociedad hacia ellos, estos dos hechos afectan a
las personas produciéndoles un estado de ánimo prevalecientes, con frecuencia se da
una profunda melancolía por el hecho de ya no sentirse útil.

“La autoestima es una necesidad humana: es el sistema inmunológico de la conciencia


que nos da resistencia y capacidad de regeneración. La falta de autoestima facilita la
adicción a medicinas, alcohol y drogas. Sin autoestima no hay creatividad y también
rebajamos nuestras aspiraciones al pensar que somos capaces de poco, que todo es
demasiado difícil para nosotros. (Herrera, J. Pág. 172)

Una vez dado el concepto de autoestima, podeos darnos cuenta al enlazar con lo
anteriormente dicho, con lo que sucede con las personas de la tercera edad, y
podemos darnos cuenta que la baja autoestima en esta población es grave, por lo
cual se debe tener precaución tomando en cuenta “Las causas de la baja autoestima
son: autocrítica patológica, autoevaluación distorsionada y fijarse metas imposibles”.
(Herrera, J. Pág. 172).

Existe muchas maneras de reincidir en la autoestima, una de ellas es el trabajo social-


clínico, que trata conceptos como realidad psicológico y conflicto psicosocial. En este
se habla de una terapia en la cual el paciente refleja una demanda de ayuda, lo cual el
psicólogo lo traslada a través de su conocimiento a un ámbito psicosocial y empieza el
tratamiento.

A las conclusiones a la cual se llegó en esta investigación en un grupo de personas


entre 63 y 85 años, fue que el trabajo social clínico puede intervenir en un nivel
primario, secundario y terciario, dependiendo del nivel se puede incidir en el
autoestima del adulto mayor, de la mejor manera y dependiendo de sus necesidades

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