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Ginecología y Obstetricia ll
GRUPO: 9CM24
FECHA: 20/03/2018
INTRODUCCIÓN
El famoso pediatra Paul Gyorgy dijo: “La leche de vaca es la mejor para los terneros
y la leche humana es la mejor para los bebés humanos”. Nadie puede negar lo cierta
que es esa afirmación. Cada vez se reconoce más ampliamente que toda madre
tiene el derecho de amamantar a su bebé y que cada niño tiene el derecho de recibir
leche materna. Cualquier obstáculo en la alternativa de recibir leche materna es un
incumplimiento de estos derechos; aunque en la mayoría de los países haya
muchos bebés que no reciben leche materna o que reciben leche materna durante
un período relativamente corto.
En los últimos años el interés en la lactancia ha crecido. Parte del motivo es la
controversia tan publicitada de reemplazar la leche materna por biberones y la
promoción activa de los sustitutos de la leche materna por parte de compañías
multinacionales. Desgraciadamente, el uso de los biberones continúa en muchos
países industrializados del sur. Las consecuencias más serias de este cambio del
pecho al biberón se observan entre las familias pobres de África, Asia y América
Latina.
Un niño que no se amamanta, o inclusive el que no recibe lactancia exclusiva
durante los primeros cuatro a seis meses de vida, pierde muchas o todas las
ventajas de la lactancia materna. La alternativa más común a la lactancia natural es
la alimentación con biberón, ya sea una fórmula infantil manufacturada o leche de
vaca u otros líquidos. Es menos frecuente que un niño en los primeros cuatro a seis
meses de vida, reciba alimentos sólidos en vez de leche materna.
Los métodos alternativos de alimentación infantil aumentan el riesgo de infección,
debido sobre todo a que la contaminación lleva a un mayor consumo de organismos
patógenos. La mala higiene, especialmente en la alimentación con biberón, es una
causa importante de gastroenteritis y diarrea en la infancia. Puede contribuir de dos
maneras importantes a la malnutrición proteinoenergética (MPE), incluyendo el
marasmo nutricional. Primero, como ya se mencionó, los niños alimentados con una
fórmula láctea tienen más probabilidad de sufrir infecciones, incluyendo la diarrea,
que contribuyen a deficiencias en el crecimiento y a la MPE en la infancia y en la
edad preescolar. Segundo, las madres de familias pobres a menudo diluyen
excesivamente la fórmula. . La fórmula láctea es un alimento muy costoso, y si los
países la importan, tienen que gastar innecesariamente divisas externas. La
elección de la lactancia materna en vez de la alimentación con biberón, por lo tanto,
aporta una importante ventaja económica para las familias y para los países pobres.
ANTECEDENTES
Una lista de razones médicas aceptables para el uso de sustitutos de la leche
materna fue desarrollada originalmente por la OMS y UNICEF como anexo al
paquete de herramientas de la Iniciativa Hospital Amigo del Nino (IHAN) en 1992.
Recién nacidos que no deben recibir leche materna ni otra leche excepto fórmula
especializada:
Galactosemia clásica: se necesita una fórmula especial libre de galactosa;
Enfermedad de orina en jarabe de arce: se necesita una fórmula especial
libre de leucina, isoleucina y valina;
Fenilcetonuria: se requiere una fórmula especial libre de fenilalanina (se
permite amamantar un poco, por un tiempo, con monitorización cuidadosa).
Recién nacidos para quienes la leche materna es la mejor opción de alimentación,
pero que pueden requerir otros alimentos por un período limitado además de leche
materna:
Muy bajo peso al nacer (nacen con menos de 1500g);
Muy prematuros, (los que nacen con menos de 32 semanas de gestación);
Recién nacidos con riesgo de hipoglicemia debido a una alteración en la
adaptación metabólica, o incremento de la demanda de la glucosa, en
particular aquellos que son pretérmino, pequeños para la edad gestacional o
que experimentaron estrés significativo intraparto con hipoxia/isquemia,
aquellos que están enfermos y aquellos cuyas madres son diabéticas si la
glicemia no responde a lactancia materna optima o alimentación con leche
materna.
Madres que podrían requerir el evitar la lactancia:
Infección por VIH1 – si la alimentación de sustitución es aceptable, factible,
asequible, sostenible y segura (AFASS).
Madres que podrían requerir el evitar la lactancia temporalmente:
Enfermedad grave que hace que la madre no pueda cuidar a su bebé, por
ejemplo septicemia;
Herpes Simplex Tipo I (HSV-1): se debe evitar contacto directo ente las
lesiones en el pecho materno y la boca del bebe hasta que toda lesión activa
haya sido resuelta;
Medicación materna:
– medicamentos psicoterapéuticos sedativos, antiepilépticos, opioides y
sus combinaciones pueden causar efectos colaterales tales como
mareo y depresión respiratoria, tales medicaciones deben evitarse si
existen alternativas más seguras disponibles;
– es recomendable evitar el uso de iodo radioactivo-131 debido a la
existencia de nuevas opciones más seguras disponibles - la madre
puede reiniciar la lactancia luego de dos meses de recibir esta
sustancia;
– el uso excesivo de yodo o yodóforos tópicos (yodo-povidona),
especialmente en heridas abiertas o membranas mucosas, puede
resultar en supresión tiroidea o anormalidades electrolíticas en el bebé
amamantado y deberían ser evitados;
– la quimioterapia citotóxica requiere que la madre suspenda el
amamantamiento durante la terapia.
Madres para quienes la lactancia no está contraindicada, aunque presentan
condiciones médicas preocupantes:
Absceso mamario: el amamantamiento debería continuar con el lado no
afectado; el amamantamiento con el pecho afectado puede reiniciarse una
vez se ha iniciado el tratamiento;
Hepatitis B: los lactantes deben recibir la vacuna de la hepatitis B , en las
primeras 48 horas o apenas sea posible después;
Hepatitis C;
Mastitis: si la lactancia es muy dolorosa, debe extraerse la leche para evitar
que progrese la afección;
Tuberculosis: la madre y el bebé debe ser manejados juntos de acuerdo a
las guías nacionales de tuberculosis;
Uso de substancias: se ha demostrado efecto dañino en los bebés
amamantados de madres que usan nicotina, alcohol, extasié, anfetaminas,
cocaína y estimulantes relacionados.
Desde la segunda mitad del siglo XX a la fecha se han logrado avances
extraordinarios en la manufactura y formulación de los sucedáneos de la leche
humana, por ejemplo: a) definición de los límites de seguridad de la mayoría de los
nutrimentos; b) modificaciones en el perfil de proteínas de forma que se asemejen
más a las de la leche humana; c) uso de grasas vegetales en lugar de la grasa de
la leche de vaca; d) diversidad en la proporción de los lípidos, con mayor contenido
de ácidos grasos indispensables; e) adición de ácidos grasos poliinsaturados de
cadena larga y muy larga como el ácido araquidónico y el ácido docosahexaenóico,
indispensables en el desarrollo del sistema nervioso central, la retina y la respuesta
inmune. Otras innovaciones han sido: la adecuación en el contenido de vitaminas y
nutrimentos inorgánicos; la adición de aminoácidos condicionalmente
indispensables (ej. Taurina); la adición de nucleótidos, probióticos, prebióticos, etc.
ESTÁNDARES PARA FÓRMULAS INFANTILES
La Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Europea de Gastroenterología
Hepatología y Nutrición Pediátrica han publicado estándares para fórmulas
infantiles que contienen las concentraciones mínimas para la mayoría de los
nutrimentos necesarios para cubrir los requerimientos del lactante; incluyen los
límites superiores de cada uno para evitar un potencial efecto tóxico.
CONCLUSION
Todo recién nacido debe tener el privilegio de ser alimentado al pecho materno en
forma exclusiva por seis meses; y a partir de esa edad, continuar la lactancia
materna hasta los 24 meses con la introducción adecuada, variada y perceptiva de
alimentos complementarios. Desafortunadamente, México ocupa uno de los
primeros lugares en el mundo en la incidencia de cesáreas no justificadas; esta
desventaja afecta el logro de una lactancia materna exitosa. Es recomendable que
la Secretaría de Salud planee estrategias adecuadas para abatir la incidencia de
cesáreas no justificables. Si es necesario indicar un sucedáneo de la leche humana,
asegurar que la familia tendrá los recursos económicos para su uso adecuado. Es
importante evitar cambios frecuentes de fórmulas; esta costumbre crea confusión
en las madres y en los médicos. Es una responsabilidad ética de los profesionales
de la salud educar y asesorar a los padres y cuidadores de niños sobre el uso
adecuado y oportuno de los sucedáneos de la leche humana disponibles en nuestro
país y que reciba toda la información pertinente en cuanto a los riesgos que tienen
estos en el desarrollo de su hijo.
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