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Antonio Rosales Vargas

EL REVISIONISMO DE HOXHA
Y
EL PENSAMIENTO DE
MAO TSE-TUNG
El documentos que a continuación se publica pertenece al profesor,
publicado en 1980 en refutación al revisionismo de izquierda de Enver
Hoxha, extraído para esta edición de Foro Comunista

ediciones: PENSAMIENTO

2014
CONTENIDO DEL TEXTO (INDICE)

ADVERTENCIA
I.- HOXHA REVISA EL PENSAMIENTO MAO TSE-TUNG ACERCA DEL
PARTIDO COMUNISTA.
1.- Acerca del carácter de clase del Partido Comunista de China.
2.- Sobre las relaciones del Partido Comunista con el ejército revolucionario.
3.- Sobre las relaciones del Partido Comunista con los partidos democráticos.
4.- Acerca de las “dos líneas” dentro del Partido Comunista.
II.- HOXHA REVISA EL PENSAMIENTO MAO TSE-TUNG ACERCA DE LA
REVOLUCIÓN Y SUS
ETAPAS EN LOS PAÍSES COLONIALES, SEMICOLONIALES Y
SEMIFEUDALES.
1.- La revolución democrática burguesa de nuevo tipo y la revolución socialista.
2.- El socialismo y el comunismo.
III.- HOXHA REVISA EL PENSAMIENTO MAO TSE-TUNG SOBRE EL PAPEL
DIRIGENTE DEL PROLETARIADO EN LA REVOLUCIÓN.
IV.- HOXHA REVISA EL PENSAMIENTO MAO TSE-TUNG CON RELACIÓN A LA
GRAN
REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA.
1.- Ideas de Hoxha sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria de China.
2.- Necesidad histórica de la Gran Revolución Cultural Proletaria.
V.- HOXHA REVISA EL PENSAMIENTO MAO TSE-TUNG ACERCA DE LAS
CONSIGNAS POLÍTICAS DE : “QUE SE ABRAN CIEN FLORES Y COMPITAN
CIEN ESCUELAS DEL PENSAMIENTO”.
VI.- HOXHA REVISA EL PENSAMIENTO MAO-TSETUNG EN CUANTO AL
ESTUDIO DE LA HISTORIA.

1
El Revisionismo de Hoxha y el Pensamiento Mao Tse-tung

“El comunista debe ser sincero y franco, leal y activo, poner los intereses de la
revolución por encima de su propia vida y subordinar sus intereses personales a
los de la revolución. En cualquier momento y donde quiera que esté, ha de
adherirse a los principios justos y luchar infatigablemente contra todas las ideas y
acciones erróneas...”

ADVERTENCIA
Después de Marx, Engels, Lenin y Stalin, Mao Tse-tung fue, a no dudarlo, el más
grande marxista leninista de los últimos tiempos, estos tiempos de revoluciones
proletarias y revoluciones de liberación nacional y emancipación social, tiempos en
que el imperialismo y las superpotencias se precipitan a su ruina total. Mao Tse-
tung continuó el desarrollo del marxismo-leninismo y aportó grandemente a la
solución de muchos problemas teóricos-prácticos de la revolución proletaria
mundial a partir de la realización concreta de la Revolución China. Conocidos son
sus aportes que ayudaron a resolver el problema de cómo llevar a cabo la
revolución proletaria en países con profundos restos feudales y dominados por el
imperialismo en la situación de colonias o de semicolonias, sus aportes a la
solución teórica práctica de la cuestión de cómo continuar la revolución bajo la
dictadura del proletariado para prevenir la restauración del capitalismo, sus
aportes en la ciencia militar revolucionaria, en la filosofía materialista dialéctica, y
en las cuestiones del arte y la literatura proletarios.
Aún en vida el camarada Mao Tse-tung recibió numerosos ataques de toda la
reacción internacional y de todos los renegados revisionistas porque deslindó
campos nítidamente con ellos, en cambio se granjeó el respeto y apoyo de todos
los verdaderos partidos marxistas-leninistas, del proletariado internacional y de
todos los pueblos del mundo. Enfrentó las embestidas de los enemigos de clase
de dentro de China y de fuera de China. Pero como él mismo afirmaría, la lucha de
clases es aún larga y prolongada, “el problema de quién vencerá a quién en la
revolución sólo podrá ser resuelto en un periodo histórico muy largo”. Vencidos
unos enemigos todavía surgen otros, y salen a la superficie algunos que se
mantuvieron ocultos, camuflados de diverso modo por algún tiempo esperando el
momento propicio. Algunos enemigos no se enfrentaron directamente a Mao Tse-
tung, se escondieron en sus guaridas revisionistas y burguesas y se camuflaron
de revolucionarios proletarios esperando que muera para descargar su ira
reaccionario sobre su cadáver, Enver Hoxha ha hecho esto precisamente. Nadie
(excepto los imperialistas y los revisionistas) esperaba que lo hiciera; ningún
comunista y ningún pueblo esperaban que del cerebro y de la pluma de Hoxha
brotara tanta basura reaccionaria y revisionista contra el pensamiento Mao Tse-
tung.

2
A partir de 1979 con la anuencia del Partido del Trabajo de Albania, empieza a
esparcirse por el mundo “El Imperialismo y la Revolución”, libro escrito por Enver
Hoxha especialmente para revisar el pensamiento Mao Tse-tung. Los primeros
capítulos del libro están dedicados a un “estudio” del imperialismo y del social-
imperialismo, que, vistos con rigor científico, no son tal estudio sino una apariencia
roja para ocultar disimuladamente la verdadera finalidad del libro. En esos
capítulos no encontramos un serio análisis científico del imperialismo y del social-
imperialismo; los encontramos, más bien, como simples crónicas, como artículos
periodísticos, con algunas referencias estadísticas escritos con lenguaje obscuro y
estilo de mal gusto. Los últimos capítulos son dedicados a difamar a la Revolución
China, al Partido Comunista de China y al Presidente Mao; en general todo el libro
tiene ese objetivo, pero lo hace de modo especial en el último capítulo del cual nos
ocuparemos exclusivamente en este trabajo.
El capítulo final de “El Imperialismo y la Revolución”, es la revisión y el artero
ataque al pensamiento Mao Tse-tung, hecho en los límites del frenesí propio de un
megalómano pequeño burgués. Nada limpio, nada honesto, nada revolucionario
puede encontrarse en este capítulo.
¿Cómo ha procedido Enver Hoxha? Como proceden todos los fariseos
revisionistas adoptando solemnes poses “marxistas-leninistas”. Por largo tiempo
mantuvo esta pose farisaica para permitirse alguna confianza y simpatía de los
revolucionarios y pueblos del mundo. Ganada que tuvo esta base, entregose de
lleno al cumplimiento de su misión revisionista usando el siguiente procedimiento:
a) Cita frases y párrafos de los escritos de Mao Tse-tung. En las citas substituye
unas palabras por otras, les mutila el meollo marxista-leninista y las a isla del
contexto del tema al que pertenecen y del contexto histórico al que se refieren.
b) Intencionalmente las citas no tienen referencia a las ediciones chinas en
albanés ni a las ediciones chinas en otros idiomas de las cinco “Obras Escogidas”
de Mao Tse-tung, realizadas por la editorial “Ediciones Lenguas Extranjeras” de
Pekín. Las referencias bibliográficas las hace Hoxha de las ediciones francesas y
albanesas de los libros de Mao Tse-tung, Tal manera de proceder adjudica una
temporal ventaja a Hoxha porque, al remitirnos a ediciones no procedentes de
Pekín y no concordadas al castellano o a cualquier otro idioma, resulta
sumamente difícil constatar la fidelidad de las citas, porque, si nos remite a un
número de páginas, por ejemplo del tomo número 2 de Mao Tse-tung, editado en
albanés o en francés, al buscar la cita en ese número de páginas y de tomo en las
ediciones castellanas nos damos con la sorpresa de no encontrarla.
Solamente después de larga, paciente y fatigosa pesquisa es posible encontrar las
citas en páginas y tomos diferentes a los indicados por Hoxha.
c) Sobre textos enteramente deformados y sobre una total desorientación
bibliográfica para el lector, Enver Hoxha, apartándose de los principios de clase,
de los análisis y de los hechos concretos, escribe deducciones antojadízas,
especula, supone, tergiversa y entreteje sofismas.
Reunido este su reaccionario arsenal el desleal Hoxha, tal cual hiciera en su
momento los imperialistas y los renegados Tito y Jruschov, lanza envalentonado
frenética descarga sobre el cadáver de Mao Tse-tung calumniándolo de
“antimarxista”, “revisionista”, “Jruchov de China”, “ecléctico”, “pragmático” y
“asiocomunista”. Los auténticos partidos marxistas-leninistas y los pueblos no

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perdonarán esta descarga de inmundicia sobre el cadáver del camarada Mao Tse-
tung.
Toca aquí formularnos algunas preguntas:
En el supuesto caso de que el pensamiento Mao Tse-tung era anticomunismo y
revisionismo, ¿por qué Hoxha, a pesar de que dispuso de cerca de treinta años,
no lo denunció y combatió oportunamente y, permitió que “embaucara” a los
comunistas y a los pueblos? ¿Por qué, si se reclama revolucionario bolchevique,
no esclareció y orientó en todo momento a los comunistas y a los pueblos
defendiendo la pureza del marxismo-leninismo? ¿Ha olvidado el señor Hoxha que
el revolucionario proletario que calla y oculta las desviaciones,
los contrabandos teóricos, los defectos, los errores y las desorientaciones,
permitiendo ventajas al enemigo de clase, es un perfecto oportunista?
En fin, ¿por qué esperó que muriera Mao Tse-tung para decir que su pensamiento
era “antimarxista”?
El libro “El Imperialismo y la Revolución”, de Hoxha, se ha esparcido por el mundo
sembrando la duda, la confusión, el aventurerismo pequeñoburgués, el
liquidacionismo “izquierdista” y el divisionismo en el movimiento obrero y
comunista internacional. Hoxha se vale de la calumnia, la mentira, la deslealtad y
la tergiversación; recursos estos tan innobles cuanto que están en riña con la
moral proletaria. Con estos recursos revisa el pensamiento Mao Tse-tung, empero
mal para el revisionista porque eso lo descubre como lo que es y como que
desconoce los fundamentos del marxismo-leninismo. Su libro nos muestra su falta
de comprensión de la revolución proletaria por etapas en los países atrasados de
Asia, África y América Latina: nos muestra que no entiende la política de frente
único en la revolución, que no conoce la filosofía materialista dialéctica y que no
posee ni idea de la Revolución Cultural Proletaria.
La investigación que nos ocupa se propone dos cosas:
1) Demostrar que Enver Hoxha ha caído en revisionismo de “izquierda” y, por
tanto, que él es el antimarxista, oportunista, divisionista y liquidacionista; y
2) Demostrar que el pensamiento Mao Tse-tung es un consecuente desarrollo del
marxismo-leninismo en la época de la ruina del imperialismo y el
socialimperialismo, y de las revoluciones proletarias, de las revoluciones de
liberación nacional y emancipación social.
Para alcanzar este anhelo hemos seguido el camino de hacer transcripciones de
los textos del libro “El Imperialismo y la Revolución” en que Hoxha escribe sus
afirmaciones y cita deformando los textos de los libros de Mao Tse-tung; al propio
tiempo hemos transcrito los textos originales de los libros de Mao Tse-tung,
usados y referidos por Hoxha, con la finalidad de confrontarlos y averiguar la
fidelidad de los citados por este máximo dirigente del Partido del Trabajo de
Albania.
De este modo el lector mismo podrá darse cuenta de las alteraciones que hemos
anunciado. Y, además, a lo largo de nuestro trayecto nos acompañan el análisis y
el comentario.
Para nuestras principales consultas bibliográficas hemos usado, claro está, “El
Imperialismo y la Revolución”, de Hoxha, y los cinco tomos de las “Obras
Escogidas” de Mao Tse-tung, pero es importante aclarar que los tomos del uno al
cuarto que hemos usado son de las ediciones en tamaño pequeño porque tales

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estuvieron a nuestra disposición; sin embargo eso no es un problema para el
lector porque en nuestras notas bibliográficas apuntamos además el título del
artículo al que pertenece el texto que hemos citado del camarada Mao. Así el
lector podrá verificar nuestra fidelidad.
Al entregar “El Revisionismo de Hoxha y el Pensamiento Mao Tse-tung”,
abrigamos el deseo de contribuir a la lucha de los auténticos marxistas-leninistas,
de los obreros, de los campesinos, de los jóvenes e intelectuales revolucionarios,
empeñados en dar fin a la dominación imperialista y la opresión de las clases
explotadoras por eso va para ellos con modestia este sencillo trabajo en defensa
del pensamiento Mao Tse-tung como un grande y correcto aporte al desarrollo del
marxismo-leninismo, pues el reconocimiento y práctica de esta verdad constituye
la clave para distinguir a los verdaderos revolucionarios proletarios de los falsos,
de los revisionistas.
T/8/9/80.
EL AUTOR

5
I.- HOXHA REVISA EL PENSAMIENTO MAO TSE-TUNG ACERCA
DEL PARTIDO COMUNISTA
El Partido Comunista de China, fundado por el camarada Mao Tse-tung y dirigido
por él durante más de cincuenta años, fue el partido del proletariado chino, cuya
médula teórica fue el marxismo-leninismo.
Inspirándose en esta teoría revolucionaria del proletariado, la aplicó creadora y
correctamente a la realidad concreta de China y sólo así, pertrechado del
marxismo-leninismo, el Partido Comunista de China pudo organizar, a la clase
obrera, reconociéndole su papel directriz en la revolución, y, en torno a ella,
organizar a las numerosas masas de campesinos y de la pequeña burguesía y
conducirlas al triunfo de la revolución. Justamente porque el camarada Mao
estudió, aplicó, defendió y desarrolló la teoría marxista-leninista, el Partido
Comunista chino pudo resolver el complicado problema de cómo hacer la
revolución proletaria en un país atrasado, semicolonial y semifeudal como lo era
China, y de cómo continuar la revolución en el socialismo.
Basado en el marxismo-leninismo, señaló los principios organizativos, los
principios doctrinarios, el carácter de clase y el elevado rol histórico del Partido
Comunista de China. Los partidos comunistas marxistas-leninistas de todo el
mundo, observándolo en su práctica y tras severo análisis de su línea, lo
reconocieron como un partido de verdadero corte bolchevique.

1.- Acerca del carácter de clase del Partido Comunista de China.


Enver Hoxha acusa al Presidente Mao de haber organizado un partido de masas,
sin principios marxistas-leninistas, un partido que daba entrada a todas las clases,
que no tenía esencia proletaria. Leamos lo que escribe:
“Mao Tse-tung no ha organizado el Partido Comunista de China sobre la
base de los principios de Marx-Engels, Lenin, Stalin. No ha trabajado para
hacer de él un partido bolchevique. Mao Tse-tung no estaba por un partido
de clase proletario sino por un partido sin fronteras de clase”(1)
En otro tiempo, todo el tiempo comprendido entre 1920 y el año de la muerte del
camarada Mao, ni Hoxha ni el Partido del Trabajo de Albania dijeron semejantes
dislates respecto al Partido Comunista de China y al camarada Mao; dijeron, al
contrario de lo que hoy se expresan, muchas alabanzas y reconocimientos.
Aplaudieron e hicieron venias; afirmaron y reafirmaron que el PCCH era un gran
partido bolchevique y su dirigente fundador un gran marxista-leninista. Hoy quieren
tender una cortina de humo sobre los acontecimientos pasados; quieren desandar
el camino. ¿Por qué lo hacen? ¿y por qué Hoxha hoy escribe calumnias? A juzgar
por los acontecimientos, porque este señor, respecto al PCCH y a Mao Tse-tung,
hoy como ayer, se ubicó en posiciones oportunistas.
En diciembre de 1939, el Presidente Mao apuntó lo siguiente sobre la clase
obrera:
“Aparte de las cualidades fundamentales que caracterizan al proletariado en
general ¬ligazón con la forma de economía más avanzada, fuerte sentido de
organización y de disciplina, y carencia de medios de producción privados¬,
el proletariado chino posee otras muchas cualidades destacadas. ¿Cuáles
son?

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Primera, el proletariado chino es más resuelto y consecuente en la lucha
revolucionaria que ninguna otra clase, porque sufre una triple opresión (la
del imperialismo, la burguesía y las fuerzas feudales), cuya intensidad y
crueldad raramente se observa en otras naciones del mundo. Dado que en la
China colonial y semicolonial no existe, como en Europa, base económica
para el socialreformismo, el proletariado en su conjunto, salvo unos pocos
vendeobreros, es la clase más revolucionaria.
Segunda, desde su aparición en el escenario de la revolución, el proletariado
chino ha sido dirigido por su propio partido revolucionario, el Partido
Comunista de China, y ha llegado a ser la clase políticamente más
consciente de la sociedad china.
...Por lo tanto, a pesar de ciertas debilidades inevitables, como por ejemplo
su número relativamente pequeño (en comparación con el campesinado), su
relativa juventud (en comparación con el proletariado de los países
capitalistas) y su nivel educacional relativamente bajo (en comparación con
la burguesía), el proletariado chino ha llegado a ser la fuerza motriz más
fundamental de la revolución china. Sin su dirección, la revolución china de
ningún modo podría triunfar.”(2)
Estas ideas nos entregan una precisa y clara síntesis de los factores generales
que hacen del proletariado la clase más revolucionaria en la historia y, sobre este
fundamento, de los factores singulares que hacen del proletariado chino la clase
más revolucionaria, resuelta y consecuente en China. Semejante verdades
científicas no habría podido captarlas Mao Tsetung sin un profundo conocimiento
del marxismo-leninismo y de la realidad china, sin una aplicación científica del
materialismo histórico al estudio de la realidad particular de China, no habría sido
posible sin ideología proletaria, sin método dialéctico. Esas ideas fueron el
fundamento sobre el que se organizó el Partido Comunista de China como un
partido de la clase obrera, de inconfundible sello proletario; ese mismo partido
estuvo penetrado de esos principios en el conjunto de su línea política. El
camarada Mao se preocupó mucho de la construcción ideológica-política del
partido, y de modo categórico lo puntualizó:
“Para realizar la revolución, hace falta un partido revolucionario. Sin un partido
revolucionario, sin un partido revolucionario creado conforme a la teoría
revolucionaria marxista-leninista y en el estilo revolucionario marxista-leninista, es
imposible conducir a la clase obrera y las amplias masas populares a la victoria en
la lucha contra el imperialismo y sus lacayos.”(3)
No hay duda de que se preocupó de dotar al partido de la base teórica de clase
legada por Marx y sus mejores continuadores. Un partido crado conforme a la
teoría revolucionaria marxista-leninista, no puede ser nunca un partido “sin
fronteras”, porque el marxismo-leninismo es la ideología de la clase obrera y de su
partido, a ellos, y no a otra clase, sirve de arma para transformar al mundo. Un
partido con principios revolucionarios proletarios no puede ser partido de masas o
de clases diversas; sucede que esos mismos principios sirven, más bien para
ganar, organizar en derredor de la clase obrera y conducir a las grandes masas
pobres en la revolución.
Un partido con base teórica marxista-leninista sólo puede ser sólo puede ser
partido del proletariado. El Partido Comunista de China fue el partido del

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proletariado chino; fue el partido que, asimilando las mejores experiencias y
emulando los mejores ejemplos del Partido Comunista de Lenin y Stalin, se templó
y desarrolló en la revolución, se elevó a la categoría de bolchevique y condujo a
China al socialismo. La Revolución China no habría llegado a ningún sitio sin el
Partido Comunista de China armado con los principios del marxismo-leninismo. El
Presidente Mao despejó toda duda al respecto:
“En la era del capitalismo y el imperialismo, se necesita un partido revolucionario
como el Partido Comunista. Sin un partido así, al pueblo le es de todo punto
imposible sacudirse la opresión de sus enemigos. “(4)
Al Partido Comunista de China le tocó actuar en la dirección de una revolución de
liberación nacional y social, una experiencia totalmente nueva después de la
Revolución Bolchevique, pero no por nueva no proletarias, sino el desarrollo de la
revolución proletaria en un país que no había podido desarrollar capitalismo, un
país atrasado y sojuzgado por el imperialismo capitalista desde el exterior, por la
feudalidad y la burguesía burocrática en el interior. Este problema pudo resolverlo
el Partido Comunista de China solamente auxiliado de la luz teórica del marxismo-
leninismo.

2.- Sobre las relaciones del Partido Comunista con el ejército revolucionario.
Una de las cuestiones claves para ver si un partido comunista practica los
principios marxistas-leninistas, es ver la forma cómo practica sus relaciones con el
brazo armado revolucionario.
Siguiendo este camino llegaremos a distinguir la posición proletaria de clase,
marxista-leninista, de todas las posiciones burguesas y pequeñoburguesas en los
asuntos de cómo y en qué amplitud cumplen sus papeles el partido comunista y el
ejército revolucionario en la revolución. El camarada Mao tuvo especial cuidado en
delimitar los campos y las funciones del Partido Comunista de China y del Ejército
Popular de Liberación.
Enver Hoxha, metiendo un vulgar contrabando y derivando ingeniosas
conclusiones, intenta demostrar que el Ejército Popular de Liberación de China
estuvo por encima del Partido Comunista, para lo cual cita un texto del camarada
Mao, pero lo cita recortando su parte esencial para allanarse una vía que le
permita levantar calumnias. Escribe así:
“Dejando aparte las fórmulas utilizadas por Mao Tse-tung... en la práctica
concedía al ejército el papel político principal en la vida del país.
Ya en tiempos de la guerra decía: 'Todos los cuadros del ejército deben ser
capaces de dirigir a los obreros y organizar sindicatos, movilizar y organizar a la
juventud, unirse a los cuadros de las nuevas regiones liberarlas e instruirlos,
administrar la industria y el comercio, dirigir escuelas, periódicos, agencias de
noticias y estaciones de radio, ocuparse de los asuntos exteriores, arreglar los
problemas relativos a los partidos democráticos y a las organizaciones populares,
coordinar las relaciones entre la ciudad y el campo, resolver los problemas de los
víveres y el abastecimiento del carbón y otros artículos de primera necesidad, así
como arreglar las cuestiones monetarias y financieras'.
Por lo tanto, el ejército estaba por encima del partido, por encima de los órganos
estatales, por encima de todo.”(5)

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Hoxha recorta y adultera las palabras del camarada Mao para hacer entender que
no se fundamentaba en el marxismo-leninismo en los problemas militares y
políticos. Pero leamos el texto original escrito por Mao Tse-tung en febrero de
1949 y comparémoslo con el que ha citado el máximo dirigente del Partido del
Trabajo de Albania. Mao dijo:
“El ejército no es sólo un destacamento de combate, es principalmente un
destacamento de trabajo. Todos los cuadros del ejército deben aprender cómo
tomar posesión de las ciudades y cómo administrarlas. En las ciudades, deben
saber bien hacer frente a los imperialistas y a los reaccionarios kuomintanistas,
tratar con la burguesía, dirigir a los obreros y organizar sindicatos, movilizar y
organizar a la juventud, unirse con los cuadros de las regiones liberadas nuevas e
instruirlos, administrar la industria y el comercio, dirigir escuelas, periódicos,
agencias de noticias y radiodifusoras, conducir los asuntos extranjeros, arreglar
los problemas relativos a los partidos democráticos y a las organizaciones
populares, coordinar las relaciones entre la ciudad y el campo, resolver los
problemas de víveres, carbón y otros artículos de primera necesidad y arreglar los
problemas bancarios y financieros.”(6)
Al comparar ambos textos salta a la vista el tijerazo de Hoxha. Al texto que el cita
le falta, adelante, la parte que dice: “El ejército no es sólo un destacamento de
combate, es principalmente un destacamento de trabajo” Hoxha a recortado
justamente la parte medular sobre la cual el camarada Mao señaló una serie de
tareas para los cuadros del ejército. Recortando esa parte, sacando ese eje, Enver
Hoxha despeja su camino para inferir que el Ejército Popular de Liberación de
China, guiado por el Presidente Mao, “...estaba por encima del partido...” Por
supuesto que no podría arribarse a otra conclusión usando un texto alterado y
desprovisto de sus ideas fundamentales, Hoxha hace eso; inescrupulosamente
separa lo que no le conviene para sembrar la confusión y dañar la imagen
revolucionaria de Mao Tse-tung.
“El ejército no es sólo un destacamento de combate, es principalmente un
destacamento de trabajo.” Así concebía al ejército revolucionario el Presidente
Mao, y sobre este fundamento principista hizo la lista de tareas para los cuadros
militares. Hoxha utiliza la lista y no las ideas para fabricar su conclusión de que el
ejército “...estaba por encima de todo...”. No hace ningún análisis principista, no se
atiene al marxismo-leninismo.
Hacer del ejército un destacamento de trabajo no es ponerlo por encima del
partido ni por encima de todo; es nada menos que hacer un ejército
auténticamente revolucionario de clase que, a diferencia de los ejércitos
reaccionarios, desempeña funciones militares y realiza trabajos productivos y de
administración; lo hace en defensa de los intereses del proletariado y de las
grandes masas de trabajadores con la conducción del partido comunista. Pero
Hoxha no está de acuerdo en que el ejército revolucionario sea también un
destacamento de trabajo; so pretexto de que eso lo eleva por sobre el partido, el
Estado y todo, él está mejor por un ejército reaccionario que no hace más cosas
que disparar balas y que sus cuadros se agrupen en una casta militar parasitaria.
El Ejército Popular de Liberación de China fue un destacamento de combate y de
trabajo, porque fue un ejército revolucionario del proletariado y de las grandes

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masas explotadas, dirigido por el Partido Comunista de China. El camarada Mao
lo señaló claramente:
“Nuestro ejército sigue siendo un destacamento de combate, y en este sentido no
debe haber ningún aflojamiento; aflojar sería cometer un error. No obstante, desde
ahora, la tarea que se nos impone es hacer del ejército un destacamento de
trabajo.”(7) Y agregó, más profundamente aún, lo siguiente:
“El Ejército Popular de Liberación siempre es un destacamento de combate.
Incluso después de la victoria nacional, continuará siéndolo durante el período
histórico en que aún no hayan sido abolidas las clases en nuestro país y exista
todavía en el mundo el sistema imperialista. Respecto a este punto no debe haber
ningún malentendido ni vacilación. El Ejército Popular de Liberación es también un
destacamento de trabajo,...”
Un ejército que, además de sus actividades fundamentales: las militares, ejecuta
trabajos en ayuda y apoyo del partido comunista y del Estado, es en verdad un
ejército revolucionario que integra dialécticamente dos clases de trabajo, con lo
cual evita el militarismo y se mantiene ligado a las masas. El hecho de
encomendar al ejército popular tareas económicas y administrativas no implica
que se le otorgue “...el papel político principal en la vida del país”, como alega
Hoxha, no significa que el partido comunista abandone su papel directriz, no
significa que el Estado se subordine al ejército. El camarada Mao ha tenido muy
clara la concepción de que el ejército revolucionario del pueblo obedece al Partido
y al Estado y que no puede suplirlos sin riesgo de convertirse en ejército
reaccionario de las clases explotadoras; por eso en vísperas de la victoria final de
la Revolución China, en junio de 1949, dijo contundentemente:
“Un Partido disciplinado, pertrechado con la teoría marxista-leninista, que practica
la autocrítica y está ligado con las masas populares; un ejército dirigido por tal
Partido; un frente único de todas
las clases revolucionarias y de todos los grupos revolucionarios dirigido por tal
Partido: éstas son las tres armas principales con las que hemos derrotado al
enemigo.”(9)
Enver Hoxha esconde intencionadamente estas verdades marxistas-leninistas
sintetizadas por el Presidente Mao; las llama despectivamente “fórmulas” y las
deja de lado.

3.- Sobre las relaciones del Partido Comunista con los partidos
democráticos.-
El pensamiento Mao Tse-tung exacerbó y exacerba el odio de toda la reacción
internacional, del imperialismo y del revisionismo. Este odio también a tocado el
corazón de Enver Hoxha; este odio lo arrastra a elaborar falsedades, hacer
especulaciones y acusaciones calumniosas, Hoxha afirma imprudentemente:
“Según el pensamiento Mao Ts-tung un régimen democrático nuevo sólo puede
existir sobre la base de la colaboración de todas las clases y de todos los partidos,
y sólo así se puede construir el socialismo.”(10)
Luego, para reforzar estas afirmaciones, cita las palabras del camarada Mao en
torno al modo de existencia de los partidos democráticos en el socialismo, pero las
citas desarticulándolas de su fundamentación, de sus razones de causa en el
tema, de manera que sirvan a sus intenciones denigrantes. Veamos:

10
“En último término ¿qué es mejor?, pregunta Mao Tse-tung, ¿que haya uno o
muchos partidos? Y respondía: 'hoy, por lo que parece, es preferible que haya
muchos. Así ha sido en el pasado, y así podrá ser en el futuro. Esto significa
coexistencia duradera y control recíproco'.”(11)
Con estos trozos Hoxha quiere dar fundamento a su afirmación de que el
Presidente Mao ha predicado y practicado la conciliación de clases y tenido una
concepción metafísica de la historia.
Claro que de esa cita, separada y alterada tan a propósito, no puede menos que
llegarse a la conclusión de que el camarada Mao fue un conciliador, que predica
“la colaboración de todas las clases” para construir el socialismo; que no tenía una
clara, correcta posición de clase marxista-leninista respecto a las clases
explotadoras y sus partidos; dicho más exactamente, que convocaba a los
señores feudales, a los burgueses y a los imperialistas para que juntos con el
proletariado, el campesinado y la pequeña burguesía construyan en armonía el
socialismo; que no distinguía entre explotados y explotadores ni entre amigos y
enemigos; que la historia ha sido la historia de la armonía de las clases sociales y
que así seguirá siendo.
Estas falacias las desechamos con el solo hecho de citar fielmente y en todo su
contexto las ideas del camarada Mao respecto a los partidos democráticos. En
diciembre de 1955, había dicho:
“¿Qué es mejor: que haya un solo partido o varios partidos? Por lo que hoy
parece, es preferible que haya varios. Esto no sólo es válido para el pasado, sino
que puede serlo también para el futuro; significa coexistencia duradera y
supervisión mutua.
En nuestro país, siguen existiendo los numerosos partidos democráticos que se
formaron durante la resistencia al Japón y la lucha contra Chiang Kai-shek y que
se componen principalmente de elementos de la burguesía nacional y de su
intelectualidad. En este punto, nuestra situación difiere de la que existe en la
Unión Soviética. De manera consciente permitimos que subsistan los partidos
democráticos, les brindamos oportunidades para expresarse y aplicamos para con
ellos la política de unidad y lucha. Debemos unirnos con todas las personalidades
democráticas que nos hagan críticas de buena fe...”
“...Pero, en la actualidad, son imprescindibles el partido proletario y la dictadura
del proletariado y, aún más, es indispensable continuar fortaleciéndolos.”(12)
Como puede verse, Hoxha ha tomado solamente una parte del texto de Mao Tse-
tung, justamente la parte que podía usarla para sus difamaciones; se trata de un
trozo que ha aislado intencionalmente de su contexto. Procediendo así, ha
deformado la verdad y los principios que están contenidos en el texto completo del
camarada Mao que acabamos de citar.
En China la revolución triunfó por la acción de tres instrumentos indispensables: el
Partido Comunista del proletariado, el Frente Único de clases y grupos
revolucionarios, y el Ejército Popular de Liberación. Con estas tres armas el
proletariado y las grandes masas asaltaron el Poder. Una de esas tres armas fue
el Frente Único de clases y grupos revolucionarios; bien, pero téngase en claro; de
clases revolucionarias y grupos revolucionarios, y no de todas las clases como
Hoxha calumnia. Esas clases y grupos revolucionarios, es decir, sólo con los que
estuvieron de acuerdo con la revolución antiimperialista y antifeudal, organizados

11
en el frente único con la hegemonía del proletariado y dirigidos por el Partido
Comunista de China; esas clases y grupos, representados por sus propios
partidos antiimperialistas y antifeudales, compartieron con el proletariado (pero
bajo su hegemonía), el Poder de nueva democracia bajo el principio de unidad y
lucha. Luego, entrada la revolución socialista, a los partidos de las clases aliadas
se les permitió subsistir y colaborar en la gran construcción socialista aplicando
siempre el principio de unirse con ellos en todo lo que aporten en bien del
socialismo. No podía procederse de otra manera, no podía eliminárselos de un
plumero, como no puede hacérselo hoy en ningún país cuyas características sean
las de semicolonia y semifeudal. Los partidos democráticos irán desapareciendo
con el desarrollo del socialismo, a medida que se vayan sentando las bases
materiales, científicas, técnicas, sociales y culturales del comunismo. El camarada
Mao ha puntualizado que en el socialismo se permite de modo consciente, bajo la
dictadura del proletariado, la existencia de los partidos democráticos; de modo
consciente quiere decir sujetándolo a las leyes socialistas. Además ha aclarado
que la unión con los partidos democráticos no es una unidad a secas, que no es
un conciliábulo, sino que está condicionado a principios y que se desarrolla en la
observancia de ellos, en medio de la lucha; que esa unidad es necesaria pero con
el indispensable predominio del partido comunista y de la dictadura del
proletariado. Los principios de unidad con los partidos y personalidades
democráticas fueron determinados por el mismo Mao Tse-tung del modo siguiente:
“¿Cómo juzgar, en la vida política de nuestro pueblo, lo correcto y lo erróneo de
nuestras palabras y de nuestros actos?...Hablando en general, las palabras y las
acciones pueden considerarse como correctas: 1) si contribuyen a unir, y no a
dividir, a los pueblos de las distintas nacionalidades; 2) si benefician, y no
perjudican la transformación socialista y la edificación socialista; 3) si ayudan a
consolidar, y no minan o debilitan la dictadura democrática popular; 4) si ayudan a
consolidar, y no minan ni debilitan el centralismo democrático; 5) si contribuyen a
consolidar, y no suprimen ni debilitan la dirección del Partido Comunista; 6) si
benefician, y no perjudican, la solidaridad socialista internacional y la solidaridad
internacional de los pueblos de todo el mundo amantes de la paz. De estos seis
criterios, los más importantes son los siguientes: el camino socialista y la dirección
del Partido.”(13)
Y, enseguida, abundando en esa coexistencia duradera y la supervisión mutua
con los partidos democráticos agregó:
“Claro que la expresión mutua de opiniones por los partidos democráticos y por el
Partido Comunista, así como la crítica recíproca, podrán revelar el papel positivo
del control mutuo sólo en el caso de que correspondan a los seis criterios políticos
antes enunciados.”(14)
Sin duda que el problema de las relaciones del Partido Comunista de China con
los partidos democráticos ha sido resuelto por el camarada Mao a la luz del
marxismo-leninismo. Señaló el modo de subsistencia de esos partidos, el modo de
hacer unidad con ellos y las bases generales que sustentan esa unidad; más aún,
enfatizó en la dirección del Partido Comunista y en el camino socialista como las
bases más importantes de las seis fijadas para la unidad. Y mucho más todavía,
en ningún momento ha incluido a los partidos reaccionarios, proimperialistas, de

12
los explotadores como Hoxha quiere hacer aparecer. Los disparates y las
calumnias de este señor caen por su propio peso.

4.- Acerca de “las dos líneas” dentro del Partido Comunista.


Un requisito fundamental de existencia de todo partido político, mucho más si es
marxista-leninista, es su unidad ideológica, política y orgánica; pero la unidad no
anula los criterios, las opiniones, las discusiones, las discrepancias, los puntos de
vista, etc. de los militantes en todos los niveles partidarios; no pueden ser
anulados porque constituyen fenómenos objetivos; su presencia es dialéctica y
son ingredientes de vida del partido. Se opina, discute y discrepa dentro de la
unidad ideológica-política y orgánica, pues eso constituye la lucha dentro de la
unidad, la lucha dentro de lo homogéneo, la lucha en el seno de los comunistas;
esto es unidad y lucha en el seno de los comunistas en un partido marxista-
leninista; pero la lucha en el seno de los comunistas de un partido proletario es
una lucha no-antagónica, y mientras sea así se conserva la unidad. Ningún partido
comunista marxista-leninista puede escapar a la unidad y lucha dentro de sus filas,
porque son objetivas y porque son uno de los elementos de su desarrollo. Se trata
precisamente de la presencia de la ley dialéctica de la unidad y lucha de contrarios
rigiendo la vida de un partido. La unidad y la lucha son inseparables; no puede
existir unidad solo ni puede existir solamente lucha. Cuando un partido hace
unidad por unidad, abandona los principios y se destruye lo mismo que se
destruye cuando sólo practica la lucha abandonando la unidad en sus filas.
La presencia de criterios, posiciones y tendencias dentro de un partido marxista-
leninista no hace daño si revela un esfuerzo de aplicación de la teoría de clase a la
solución de los problemas, si busca el desarrollo y si preserva la unidad. No hay
que temer esa presencia, porque la práctica de la lucha de clases y la práctica de
la crítica, la autocrítica y la contracrítica sacarán a luz los errores que se cometen.
No olvidar que se deben conocer los errores para corregirlos; no olvidar que la
corrección de los errores sólo es posible después de conocerlos; y no olvidar
tampoco que toda corrección significa un paso hacia adelante en el desarrollo del
partido.
En el proceso de desarrollo del partido es posible que surjan elementos que
discrepen de alguna forma con la línea general del partido y hasta que elaboren
una línea diferente; ¿pero quién puede evitar ese fenómeno sin antes conocerlo?
Si la tendencia es errónea y oportunista, la lucha de clases, la lucha por la
producción y la investigación científica demuestran el error; entonces la crítica y la
autocrítica hacen que esos elementos se corrijan y el partido fortalece su unidad;
pero si no lo hacen, persisten en sus errores, pasan de la expresión franca a la
difusión subterránea y se transforman en una banda diversionista y escisionista,
entonces se han pasado al lado del enemigo, por lo que el partido procede a
depurarse drásticamente de esos elementos; se comprueba que la línea general
es correcta; muchos militantes despejan sus dudas y se adhieren firmemente a
ella. La causa de que algunos elementos elaboren una línea diferente es objetiva,
es el reflejo de la lucha de clases en el seno del partido; escapa a toda voluntad;
no se puede evitar mientras en el mundo existan las clases sociales; pero un
partido marxista-leninista debe defender dialécticamente su línea correcta.

13
El permitir que unos elementos se expresen sinceramente dentro del partido,
aunque hayan llegado al extremo de elaborar una línea diferente, no es legalizar la
existencia de dos líneas ni predicar su necesidad, no es conciliar intereses
opuestos; es practicar la democracia controlada por el centralismo, es permitir que
el mal aflore para administrar la medicina precisa, porque si no se permite la
enfermedad, mina a ocultas el cuerpo del partido, y esto sí que es pernicioso. Pero
Enver Hoxha no entiende estas verdades que el camarada Mao las captó
magistralmente; pero no las entiende a propósito porque toma unas de las
palabras de Mao y las separa de su conjunto para acusarlo de “conciliador de dos
líneas”. Hoxha ha escrito:
“El propio Mao Tse-tung ha predicado la necesidad de la existencia de las dos
líneas en el partido.
Según él, la existencia de ambas líneas y la lucha entre ellas es algo natural, es
una expresión de la unidad de los contrarios, es una política elástica que conjuga
en sí misma el espíritu de principios y el compromiso. Así, escribe él, con un
camarada que se equivoca pueden utilizarse las dos manos: con una será
combatido, con la otra se hará la unidad con él. El propósito de esta lucha es
preservar los principios del marxismo, lo cual supone perservar en los principios;
este es un aspecto del problema. El otro aspecto es unirnos a él. La unión tiene
por objetivo ofrecerle una salida, concertar un compromiso con él.”(15)
Hoxha hace una cita deformada de las palabras que el camarada Mao anotó en su
artículo “Método dialéctico para la unidad interna del Partido”. A pesar de su falta
de fidelidad y de sus sofismas, la cita no ayuda a sus infamias; al contrario, lo
coloca en apuros porque desmiente, por ella misma, la afirmación de que el
camarada Mao “... ha predicado la necesidad de la existencia de las 'dos líneas' en
el partido”. Esta especulación de Hoxha, esta falsificación de la verdad, fácilmente
se la descubre. El camarada Mao no predica ni la necesidad de dos líneas
opuestas ni la conciliación de ambas; predica la unidad con los camaradas que
cometen faltas y no con los enemigos de clase. Leamos con cuidado lo que dijo
primeramente, en la parte que Hoxha no ha citado:
“A mi parecer, debemos tomar una actitud de unidad para con todos los
camaradas, sean quienes fueren, exceptuando a los elementos hostiles y
saboteadores. En el trato con los camaradas, debemos adoptar el método
dialéctico y no el metafísico. ¿Qué significa aquí el método dialéctico?
Significa tratar todas las cosas de manera analítica, reconocer que todo hombre
puede incurrir en errores y no descalificar completamente a alguien por el hecho
de haberlos cometido.”(16)
En el mismo escrito, un poco más adelante, agregó la parte que Hoxha ha
deformado al citarla. He aquí las verdaderas palabras del camarada Mao:
“Así, actuamos con dos manos: una para la lucha con los camaradas que incurren
en errores y la otra para la unidad con ellos. El propósito de la lucha es perseverar
en los principios marxistas, lo cual supone la fidelidad a los principios. Esta es una
mano; la otra es para velar por la unidad. El propósito de la unidad es dar una
salida a esos camaradas, contrayendo compromisos con ellos, lo que significa
flexibilidad. La integración de la fidelidad a los principios con la flexibilidad
constituye un principio marxista-leninista y es una unidad de contrarios.”(17)

14
¿Dos líneas en el partido? ¿Dónde está ese planteamiento? Hoxha hace
interpretaciones antojadizas. El camarada Mao ha planteado el método dialéctico
de resolver la unidad dentro del partido, la manera correcta de actuar con los
militantes comunistas que se equivocan. En sus palabras no encontramos la
prédica de la necesidad de dos líneas contrarias en el partido. Lo que pasa es que
Hoxha utiliza esas palabras para elaborar sofismas con el interés de confundir.
En un partido comunista hay seres humanos, seres que pueden cometer errores, y
no seres “sobrenaturales” que sean la suprema perfección. Los errores son
producto de las limitaciones humanas. En todo partido comunista sus militantes
cometen errores; los errores no detienen su vida, antes al contrario impulsan su
desarrollo. Además de las limitaciones humanas que nos llevan a equivocarnos,
en todo partido comunista sus militantes, de un modo general, se ubican en
avanzados, intermedios y atrasados; he aquí una causa objetiva de los errores;
¿puede evitarla alguien? En todo partido comunista sus militantes tienen
diferentes procedencias de clase, , diferente nivel ideológico político, diferente
grado de entendimiento y asimilación, y diferente
método y estilo personal de trabajo; he aquí otras causas objetivas de los errores;
¿quién puede evitarlas? La cuestión es cómo resolver el problema de los
militantes que caen en faltas, en equivocaciones. El camarada Mao ha propuesto
el método dialéctico “la integración de la fidelidad a los principios con la
flexibilidad.” A este método Hoxha lo apoda de prédica de la necesidad de dos
líneas en el partido. ¿Qué plantea él, en cambio? El método metafísico: la
intolerancia y la liquidación de los camaradas que se equivocan lo que es la
liquidación del partido. Confunde el método de resolver las contradicciones en el
seno del partido con el método de resolver las contradicciones del partido con el
enemigo de clase. Al enemigo de clase se le combate a ultranza, se le liquida sin
miramiento; pero no se puede hacer lo mismo con los comunistas que caen en
errores; a ellos se les critica, se analizan pacientemente sus faltas, se les orienta
en los principios del comunismo y se les da la oportunidad de corregirse y
reeducarse, es decir, se aplica la fidelidad y la flexibilidad; por la fidelidad se les
hace la crítica persistiendo en los principios del marxismo-leninismo, y por la
flexibilidad se les da la oportunidad de corregirse, se contrae el compromiso de
que eso suceda en bien de la unidad del partido. Así queda resuelto el problema
de la unidad con los militantes comunistas que incurren en faltas; pero, si gozando
de la flexibilidad del partido no enmienda sus errores y, muy por el contrario,
insiste tercamente en ellos, se convierten en elementos hostiles, saboteadores y
fraccionalistas, la contradicción con ellos se vuelve antagónica, con ellos ya no
hay unidad y la solución es la liquidación inflexible. Así ha planteado el camarada
Mao la manera de resolver la unidad con los comunistas que se equivocan.
¿Dónde está allí la prédica de la necesidad de las dos líneas en el partido? Hoxha
se ha enredado en sus propias especulaciones; pero no abandona su afán de
deformar la verdad del pensamiento Mao Tse-tung: hace nuevas especulaciones,
nuevas citas mutiladas a propósito y nuevas calumnias. Veamos como insiste:
“(...) Mao Tse-tung concibe el partido como una reunión de clases con intereses
opuestos, como una organización en que están enfrentadas y luchan dos fuerzas,
el proletariado y la burguesía...

15
Así, en 1956 exigía que fueran elegidos al Comité Central los dirigentes de las
fracciones de izquierda y de derecha, presentando a este efecto argumentos tan
ingenuos como ridículos. 'Todo el país, el mundo entero, dice él, saben bien que
ellos han cometido errores de línea. La razón por la que los elegimos estriba
precisamente en que ellos son famosos. ¡Qué otro remedio hay si gozan de fama
y la fama de los que no han cometido errores no puede compararse con la suya!
En nuestro país, que tiene una gran masa de pequeños burgueses, ellos son dos
banderas'.
Renunciando a la lucha de principios en las filas del partido, Mao Tse-tung hacía el
juego a las fracciones, buscaba concertar compromisos con algunas de ellas para
oponerse a otras y reforzar así sus posiciones.”(18) sigue la cantinela de las dos
líneas opuestas en el partido. Hoxha escoge un trocito de las frases de Mao para
componer la falacia de que el pensamiento Mao Tse-tung es la teoría de la
conciliación de clases enemigas en el seno del partido. El modo como lo hace
puede sorprender a intonsos, ya que no indica las causas del planteamiento de
Mao, y sólo utiliza el trocito mutilado y aislado del tema en el que consta.
Aclaremos. Primer punto: Las frases citadas por Hoxha pertenecen al artículo
“Fortalecer la Unidad del Partido...”, escrito por Mao en 1956.
Segundo punto: La propuesta de Mao Tse-tung se refiere a los militantes Wang
Ming y LiLi-san.
Tercer punto: Ellos habían incurrido en errores de línea. Cuarto punto: Ellos
mismos fueron criticados, se autocriticaron y ofracieron enmendar sus faltas.
Quinto punto: La contradicción con ellos era todavía no antagónica; por eso el
camarada Mao propuso elegirlos al Comité Central del Partido Comunista de
China. Refiriéndose a Wang Ming y Li Li-san dijo en aquella oportunidad:
“Ellos son famosos en el país y en el mundo entero por los errores de línea que
cometieron. La razón por la cual los elegimos estriba precisamente en que ellos
son famosos. ¡Qué otro remedio hay si gozan de fama y la fama de los que no han
cometido errores o sólo han cometido pequeños errores no puede compararse con
la suya! En nuestro país, que tiene una gran masa de pequeñoburgueses, ellos
son sus banderas. Con su elección, mucha gente comentará: El Partido
Comunista todavía los espera e incluso les ha cedido dos asientos a fin de
facilitarles la corrección de sus errores.”(19)
¿Es esto predicar la necesidad de las dos líneas en el Partido y hacer un
conciliábulo de clases enemigas? ¿Qué clase de marxista-leninista es aquel que
como Hoxha idea embustes? El problema que trata el camarada el camarada Mao
es nada menos que el modo de resolver la unidad con los camaradas que
cometen errores, lo que es la solución de un tipo de contradicciones no-
antagónicas. ¿Es esto renunciar a los principios marxistas-leninistas para reforzar
posiciones personales? Todo lo contrario, es aplicar el método dialéctico a la
solución del problema; es aplicar la fidelidad al marxismo-leninismo y la
flexibilidad. Wang Ming y Li Li-san eran destacados militantes del Partido
Comunista de China, que tenía errores de línea, no eran elementos extraños ni
enemigos de clase; todo el PCCH los criticó; aceptaron la crítica, reconocieron sus
errores y prometieron corregirse. El camarada Mao propuso, entonces, conservar
la unidad con ellos. Pensamos que fue una solución marxista-leninista. Y el hecho
de que Li Li-san y Wang Ming cumplieron o no su promesa, es asunto que no

16
competía a Mao Tse-tung ni al resto del partido, pues el partido supo actuar con
ellos cuando se convirtieron en incorregibles. En aquel momento se trataba de
resolverla unidad con ellos. El presidente Mao, en su artículo que ya tenemos
dicho, fundamentó también su concepto de unidad. Con inconfundibles palabras
expresó:
“Por unidad se entiende que debes unirte con aquellos que tienen divergencias
contigo, que te menosprecian y te tratan sin consideración, que se han llevado mal
contigo, que te han combatido o te han hecho sufrir. Con aquellos cuyas opiniones
son idénticas a las tuyas, como ya están unidos contigo, la unidad no se presenta
como problema. Se presenta como tal en el caso de los que todavía no están
unidos contigo. Con esto me refiero a aquellos cuyas opiniones son divergentes de
las tuyas o que adolecen de graves defectos.”(20)
El camarada Mao no ha predicado la necesidad de dos líneas en el partido; esto
sólo es una infame calumnia de Enver Hoxha. El camarada Mao ha advertido el
brote de errores de línea y de líneas no proletarias como producto del reflejo de
las clases, contradicciones de clase y lucha de clases en el partido, y ha
planteado, como hemos visto, el método correcto de solucionar esos problemas.
Consideramos que ha hecho una aplicación magistral de la dialéctica materialista
y, con eso, un aporte marxista-leninista a la teoría sobre el partido del proletariado.

17
II.- HOXHA REVISA EL PENSAMIENTO MAO TSETUNG ACERCA
DE LA REVOLUCIÓN Y SUS ETAPA EN LOS PAÍSES
COLONIALES Y EN LOS SEMICOLONIALES Y SEMIFEUDALES
Mao Tse-tung aportó grandemente al desarrollo de la teoría sobre la revolución
proletaria. Aportó particularmente a la solución del problema de la revolución
proletaria en los países atrasados en el orden capitalista y sometidos por el
imperialismo: los países coloniales, y los semicoloniales y semifeudales. Aplicó de
modo creador el marxismo-leninismo al estudio de las condiciones particulares de
la China atrasada en el capitalista y oprimida por el imperialismo; sintetizó las
mejores experiencias de la Revolución Bolchevique y de la revolución mundial y
también las aplicó a la Revolución China. El marxismo-leninismo le permitió hacer
una correcta caracterización de la vieja China y,. sobre esta base, le permitió
elaborar la teoría de la revolución proletaria en un país con fuertes remanentes
feudales y con dominación imperialista. El triunfo de la revolución en China
demostró la validez científica de esa teoría así como su calidad marxista-leninista.
Pero últimamente han surgido nuevos detractores de esa verdad, entre ellos Enver
Hoxha como el más notable, que se han dado a la tarea de negarla.

1.- La revolución democrático-burguesa de nuevo tipo y la revolución


socialista.
Enver Hoxha, imprudentemente, ha lanzado el infundio de que Mao Tsetung, el
más grande marxista-leninista de nuestro tiempo fiel continuador de Marx, Engels,
Lenin y Stalin, no ha entendido ni podido explicar nunca la revolución democrática-
burguesa de nuevo tipo, ni la conexión que existe entre ésta y la revolución
socialista, ni la forma cómo pasar de aquella a ésta.
Algo más: que el camarada Mao se opuso a la transformación socialista y abogó
por el desarrollo capitalista. Siempre deformando la verdad del pensamiento Mao
Tsetung, escribe
“Mao Tse-tung nunca ha podido comprender y explicar correctamente los
estrechos vínculos que existen entre la revolución democrático-burguesa y la
revolución proletaria. En oposición a la teoría marxista-leninista, que ha
argumentado científicamente que entre la revolución democrático-burguesa y la
revolución socialista no se levanta una muralla china, que ambas revoluciones no
deben estar separadas por un largo período de tiempo, Mao Tse-tung afirmaba:
«La transformación de nuestra revolución en revolución socialista es una cuestión
que pertenece al futuro... Que cuando se haga esta transición... puede necesitarse
un período bastante largo.
Dado que para tal paso no se dan todas las condiciones políticas y económicas
necesarias, dado que esta transición no puede aportar beneficios, sino perjuicios,
a la mayoría aplastante de nuestro pueblo, no debe hablarse de ella».”(21)
Y líneas adelante, Hoxha agrega:
“A esta concepción antimarxista, que no está por la transformación de la revolució
democráticoburguesa en revolución socialista, se ha atenido Mao Tse-tung a lo
largo de toda la revolución, inclusive después de la liberación. Así, en 1940 Mao
Tse-tung dice: «La revolución china debe atravesar necesariamente... la fase de la
nueva democracia y solamente después, la fase del socialismo. De estas dos

18
fases, la primera será relativamente larga...»†. En marzo de 1949, en el pleno del
Comité Central del Partido, en el que Mao Tse-tung presentó el programa para el
desarrollo de China después de la liberación, dice: «A lo largo de este período
habrá que permitir todos los elementos del capitalismo, tanto de la ciudad como
del campo». Estos puntos de vista y «teorías» han hecho que el Partido
Comunista de China y Mao Tse-tung no luchen por elevar la revolución china a
revolución socialista, que dejen el campo libre al desarrollo de la burguesía y a las
relaciones sociales capitalistas.”(22)
Hoxha acude al sucio juego de la mentira y la calumnia; piensa sorprender
haciendo fraudes, haciendo adulteraciones en los escritos del Presidente Mao.
Descubramos los fraudes:
a) Hoxha acusa a Mao Tse-tung de que no entendía la ligazón “entre la revolución
democráticoburguesa y la revolución proletaria”. En primer lugar, en la tarea de
realizar la revolución china, el camarada Mao no planteó ya la revolución
democrática-burguesa, y no habló de ella sino para decir que ya no era ése el
camino para un país atrasado, semicolonial y semifeudal, como China; que en la
era del imperialismo, de las revoluciones proletarias y las de liberación nacional y
social, la revolución democrática-burguesa, o simplemente revolución burguesa,
había perdido su razón histórica; por eso planteó en cambio la necesidad de la
revolución llamada indistintamente de nueva democracia, democrático-popular, o
democrático-burguesa de nuevo tipo, como premisa indispensable para hacer la
revolución socialista. El camarada Mao dijo en 1940:
“Es evidente que, dada la naturaleza colonial, semicolonial y semifeudal de la
actual sociedad, la revolución china ha de pasar por dos etapas. La primera
consiste en transformar esa sociedad colonial, semicolonial y semifeudal en una
sociedad democrática independiente, y la segunda, en hacer avanzar la revolución
y construir una sociedad socialista.”(23)
Y luego agregó, más claramente aún, en la misma fecha:
“La revolución china en su primera etapa (subdividida en múltiples fases) es, por
su carácter social, una revolución democrático-burguesa de nuevo tipo, y no es
todavía una revolución socialista proletaria ; sin embargo, hace ya mucho tiempo
que forma parte de la revolución mundial socialista proletaria, y, más aún,
constituye actualmente una parte muy importante de ella y es una gran aliada
suya. La primera etapa o primer paso de esta revolución, de ningún modo es ni
puede ser el establecimiento de una sociedad capitalista bajo la dictadura de la
burguesía china, sino el establecimiento de una sociedad de nueva democracia
bajo la dictadura conjunta de todas las clases revolucionarias del país dirigida por
el proletariado ; con ello culminará la primera etapa. Entonces, será el momento
de llevar la revolución a su segunda etapa: el establecimiento en China de una
sociedad socialista.”(24)
En segundo lugar, una revolución democrática-popular, de nueva democracia o
democrática burguesa de nuevo tipo no es dirigida por la burguesía. En los países
coloniales, y semicoloniales y semifeudales, la burguesía, impedida por la
feudalidad y el imperialismo, no ha desarrollado, es raquítica y no tiene fuerza
para hacer la revolución burguesa y nacional. Por eso nuevas clases, el
proletariado y el campesinado, entran al escenario de una nueva revolución, la
revolución democrática burguesa de nuevo tipo. La Revolución China fue

19
democrático-burguesa de nuevo tipo en su primera etapa y no una revolución
democrático-burguesa de viejo tipo, es decir, ese tipo de revolución que era
dirigida por la burguesía contra el feudalismo, que instauraba el régimen
capitalista, la sociedad burguesa y la dictadura de la burguesía; esta revolución no
libera a las masas explotadas porque no representa sus intereses. En China la
revolución democrática burguesa la hizo el partido de la burguesía China: el
Kuomintang dirigido por el Dr. Sun Yat-Sen; esta revolución triunfó en 1911 y muy
rápido fracasó.
La revolución democrático-burguesa de nuevo tipo, en cambio, es dirigida por la
clase obrera con su partido comunista marxista-leninista; cuenta con la alianza del
campesinado fundamentalmente pobre, de la pequeña burguesía y de los sectores
revolucionarios de la burguesía nacional. He ahí el eslabón que liga la revolución
democrático-burguesa de nuevo tipo con la revolución socialista, es decir, la
conducción de la clase obrera y de su partido comunista marxista-leninista hacen
que aquella revolución expulse al imperialismo, acabe con el poder de los
terratenientes y de la burguesía intermediaria, destruya al Estado y el ejército
reaccionario de los explotadores, es decir, la dirección de la clase obrera y de su
partido y sólo de ellos, hacen posible la liberación nacional y social para instaurar
una dictadura de nueva democracia y un Estado de nueva democracia o
democracia popular que constituyen el paso indispensable para poder hacer la
revolución socialista en un país semicolonial y semifeudal. La clase obrera y su
partido marxista-leninista, en cumplimiento de su misión histórica, hacen derivar
indefectiblemente la revolución democráticoburguesa de nuevo tipo, el Estado de
nueva democracia y la dictadura de nueva democracia en revolución socialista,
Estado socialista y dictadura del proletariado. No es posible de otro modo.
He ahí el vínculo entre las dos etapas de la revolución en países coloniales, o en
semicoloniales y semifeudales, tan claramente explicado por el camarada Mao.
Dicho en otros términos, en vínculo entre la revolución democrático-burguesa de
nuevo tipo y la revolución socialista está implícito en la democrático-burguesa de
nuevo tipo, ya que ella misma es revolución proletaria en países que no han
desarrollado en el orden capitalista, en países coloniales, y en países
semicoloniales y semifeudales. La revolución democrático-burguesa de nuevo tipo
es revolución proletaria y, por lo tanto, es parte de la revolución socialista porque
reúne los siguientes requisitos:
Cuenta con la hegemonía de la clase obrera.
Es dirigida por el partido comunista marxista-leninista de la clase obrera, que
conduce el frente único de las clases revolucionarias formado sobre la base de la
alianza obrera-campesina, y al ejército popular revolucionario.
Cuenta con la guía teórica del marxismo-leninismo, ideología proletaria que se
desarrolla hegemónicamente en su aplicación concreta al proceso revolucionario
de los países coloniales, y semicoloniales, y semifeudales.
Y sobre la base de la dictadura de nueva democracia desemboca en revolución
socialista.
Este es el vínculo precisado con claridad meridiana por el pensamiento Mao Tse-
tung. Enver Hoxha quiere negarlo haciendo artificios. En Hoxha se opera uno de
dos fenómenos: O él no entiende nada de las etapas de la revolución,
particularmente de la revolución democráticoburguesa de nuevo tipo; o él

20
entendiéndola, intencionadamente se ha dado a la tarea de difamar al camarada
Mao deformando su pensamiento marxista-leninista. Nos inclinamos a creer que
se trata más bien de esto último.
b) Enver Hoxha, sin ubicar el momento en que se expresó el camarada Mao,
deforma sus palabras y las emplea para acusarlo de postergar la revolución
socialista y de oponerse a que se hable de ella porque acarreaba “perjuicios” al
pueblo chino. Además de acusarlo de que no entendía ni explicaba el nexo entre
revolución democrático-burguesa de nuevo tipo con la revolución socialista,
falsifica la verdad de lo dicho por Mao Tse-tung en su artículo “Sobre la táctica de
la lucha contra el imperialismo japonés, hecho en diciembre de 1935. Leamos el
original del párrafo y comparémoslo con el que ha citado Hoxha. El camarada Mao
escribió:
“La transformación de la revolución se efectuará en el futuro. La revolución
democrática se transformará indefectiblemente en una revolución socialista.
¿Cuándo se producirá esta transformación? Eso depende de la presencia de las
condiciones necesarias y puede requerir un tiempo bastante largo. No debemos
plantear a la ligera esta transformación antes de que estén dadas todas las
condiciones políticas y económicas necesarias y de que tal transformación sea
beneficiosa y no perjudicial para la aplastante mayoría del pueblo.”(25)
Eso de que la revolución democrático-burguesa de nuevo tipo se transformará en
socialista en el futuro, no debe preocuparlo al señor Hoxha y él no debe jugar con
palabras porque eso está planteado correctamente; eso lo anticipó el camarada
Mao catorce años antes de la victoria definitiva, en 1935, cuando se estaba
haciendo justamente la revolución de nueva democracia, antifeudal y
antiimperialista. Logicamente en ese tiempo debió decir que el socialismol
pertenecía al futuro, y no dijo que no se hable de la revolución socialista sino que
no se hable “a la ligera de esta transformación” en ese tiempo; que pretender
realizarla en ese tiempo, sin que existan las condiciones necesarias, es decir, sin
el triunfo de la revolución de nueva democracia, sin la destrucción del poder
terrateniente, de la gran burguesía burocrática y del imperialismo, y sin la
instauración del poder de nueva democracia, realizarla sin esas condiciones la
revolución socialista en un país colonial, o en un semicolonial y semifeudal, está
destinada al fracaso y sólo aporta derrotas al pueblo.
Enver Hoxha acusa al camarada Mao de abogar por el desarrollo del capitalismo y
de la burguesía en lugar de luchar por la revolución socialista. Como ya queda
visto, Hoxha fracciona y deforma las palabras de Mao Tsetung, no señala el
porqué de sus planteamientos y levanta insolentes calumnias. Leamos las
verdaderas palabras del camarada Mao y comparémosla con las citadas por
Hoxha en cuanto a autorizar la existencia de elementos positivos del capitalismo
después del triunfo de la revolución democrático-burguesa de nuevo tipo. En
marzo de 1949, el camarada Mao precisó:
“La industria capitalista privada de China, que ocupa el segundo lugar en la
industria moderna del país, representa una fuerza que no debe ser pasada por
alto. La burguesía nacional de China y sus representantes, oprimidos o
restringidos por el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático, a
menudo han tomado parte o mantenido una posición neutral en las luchas de la
revolución democrática popular. Por esta razón y debido a que la economía china

21
está todavía atrasada, será necesario, durante un período bastante largo después
de la victoria de la revolución, aprovechar hasta donde sea posible los factores
positivos del capitalismo privado de la ciudad y del campo, en interés del
desarrollo de la economía nacional. En dicho período, hay que permitir que existan
y se desarrollen todos los elementos capitalistas de la ciudad y del campo que no
sean perjudiciales, sino beneficiosos para la economía nacional. Esto no sólo es
inevitable, sino también económicamente indispensable. el capitalismo en China,
sin embargo, no existirá ni se desarrollará de manera ilimitada y desenfrenada
como en los países capitalistas. Será limitado de varias maneras: con la restricción
de su esfera de operaciones, con la política de impuestos, con los precios de
mercado y con las condiciones de trabajo. Adoptaremos una política adecuada y
flexible para limitar el capitalismo de distintas maneras, de acuerdo con las
condiciones específicas de cada lugar, cada rama y cada período.”(26)
Estos planteamientos son producto de la aplicación correcta del marxismo-
leninismo a las condiciones de la primera etapa de la revolución proletaria, la
democrático-burguesa de nuevo tipo, en un país como China semifeudal y
semicolonial. Se repite aquí el problema de por qué no realizó directamente la
revolución socialista el Partido Comunista de China dirigido por el camarada Mao.
Repetimos las causas; es menester repetirlas al señor Hoxha:
-Porque China no era un país capitalista; era un país con un pueblo oprimido por
los imperialistas, los terratenientes y la burguesía burocrática; era semicolonial y
semifeudal.
-Porque esta triple opresión y explotación no permitió que la economía china
desarrollara. Al momento de la primera etapa de su revolución, China tenía una
economía sumamente atrasada.
-Porque en un país como China la revolución tiene que pasar forzosamente por
dos etapas: la democrático-burguesa de nuevo tipo (antifeudal y antiimperialista) y
la socialista. No se puede realizar la segunda sin prepararle las condiciones
necesarias con la primera en un periodo relativamente prolongado. Sin embargo,
ambas fases son parte de un mismo proceso: la revolución proletaria en un país
atrasado, semifeudal y semicolonial.
-Porque la fase democrático-burguesa de nuevo tipo en China, dado el carácter
del país no la hizo únicamente la clase obrera sino todas las clases interesadas en
expulsar al imperialismo y derrocar el poder de sus aliados internos : los
terratenientes y los burgueses burocráticos. El frente único de esa revolución, el
Frente Patriótico de Liberación de China estuvo dirigido por el Partido Comunista
de China e integrado por la clase obrera, el campesinado, la pequeña burguesía y
los sectores revolucionarios de la burguesía nacional, clase éstas que, con la
hegemonía del proletariado, llegaron juntas al Poder desde donde tuvieron que
desarrollar un programa común que respondió a sus intereses comunes.
-Porque la revolución democrático-burguesa de nuevo tipo de un modo general,
todavía no dirige su mayor fuego contra la burguesía nacional sino contra el
imperialismo, los terratenientes y la burguesía burocrática. “Porque ¬puntualizó el
camarada Mao en abril de 1945¬ el blanco de esta revolución no es la burguesía
en general, sino la opresión extranjera y la feudal...” (27)
-Porque la etapa democrático-burguesa de nuevo tipo de la revolución no elimina
todavía de modo general, la propiedad privada de los capitalistas nacionales;

22
solamente las restringe. Por eso los sectores revolucionarios de la burguesía
nacional son aliados y se alinean en la lucha contra los terratenientes e
imperialistas, o se mantienen neutrales.
-Porque esta primera etapa de la revolución proletaria en un país como la China
semicolonial y semifeudal, no instaura la economía socialista, la dictadura del
proletariado y el Estado socialista, sino que prepara las bases para su
advenimiento; o sea que instaura una economía de nueva democracia y una
cultura de nueva democracia. En el mismo mes de abril de 1945, el camarada
Mao lo enfatizó:
“Es una ley marxista el que sólo se pueda llegar al socialismo pasando por la
etapa de la democracia. En el caso de China, la lucha por la democracia seguirá
aún por mucho tiempo. Sería pura quimera tratar de construir una sociedad
socialista sobre las ruinas del orden colonial, semicolonial y semifeudal, sin un
Estado unificado de nueva democracia, sin el desenvolvimiento del sector estatal
de la economía de nueva democracia, sin el desarrollo del sector privado
capitalista y del sector cooperativo, sin el desarrollo de una cultura nacional,
científica y de masas
- la cultura de nueva democracia -, sin la liberación y el desarrollo de la iniciativa
individual de los centenares de millones de seres del pueblo, en una palabra, sin
una consecuente revolución democrático-burguesa de nuevo tipo, dirigida por el
Partido Comunista.”(28)
Estas son las causas por las que el camarada Mao planteó “aprovechar hasta
donde sea posible los factores positivos del capitalismo...”, todos aquellos factores
del capitalismo que no perjudiquen al pueblo y a la economía nacional; y para que
no los perjudiquen él mismo planteó su desarrollo restringido, limitado, y las
medidas generales para realizar su restricción. Esto es haber resuelto el problema
de cómo transitar de la revolución democrático-burguesa de nuevo tipo a la
revolución socialista sin quedarse en el capitalismo. Esto es un aporte marxista-
leninista del camarada Mao la revolución mundial, un aporte que Enver Hoxha
intenta negarlo, deformarlo, revisarlo.

2.- El Socialismo y el Comunismo


Enver Hoxha acusa al camarada Mao de revisar el marxismo-leninismo en cuanto
a la concepción del socialismo y del comunismo y en cuanto a la dialéctica.
Se expresa así:
“Mao Tse-tung interpreta la transformación de cada uno de los dos términos de
una contradicción en su contrario como un esquema formal al cual todo debe estar
subordinado, como una simple inversión y no como la solución de la contradicción
ni como un cambio cualitativo del propio fenómeno que comporta estos
contrarios... Esta misma lógica ha conducido a Mao Tse-tung también a revisar la
teoría marxista-leninista sobre las dos fases de la sociedad comunista.”(29)
Estas conjeturas filosóficas constituyen la más burda tergiversación de la filosofía
materialista dialéctica, particularmente de la ley de la contradicción, interpretada y
explicada por el camarada Mao. Apoyándose en esta tergiversación, Hoxha
agrega otra en el materialismo histórico y dice:
“De este modo Mao Tse-tung, al revisar abiertamente la concepción marxista-
leninista sobre el comunismo y el socialismo, que en el fondo son dos fases de un

23
mismo orden económico social, y que se diferencian únicamente por su grado de
desarrollo y madurez, presenta el socialismo como algo diametralmente opuesto al
comunismo.”(30)
Volvamos al comienzo, a las presunciones filosóficas de Hoxha, ahí donde están
sus apariencias de dialéctico materialista, donde dice que el camarada Mao ha
interpretado la solución de la contradicción como una “simple inversión” de sus
elementos y no como un cambio de calidad, lo que, expresado en otras palabras,
quiere decir que Mao Tse-tung, en asuntos de filosofía no pasó de ser un simple
mecanicista. Pero, vistas con cuidado, las conjeturas de Hoxha se vuelven contra
él mismo descubriéndolo como un tramposo.
Absurdos, como por ejemplo, que la contradicción entre lo malo y lo bueno se
resuelve colocando lo bueno en el lugar de lo malo y lo malo en el lugar de lo
bueno, o que la contradicción entre el proletariado y la burguesía se resuelve
haciendo burgueses a los proletarios y proletarios a los burgueses, etc., etc., son
absurdos que sólo Hoxha ha concebido.
El camarada Mao ha hecho un aporte extraordinario al interpretar y explicar la ley
de la contradicción. Ha explicado, de forma genialmente clara, los seis principios
filosóficos de la contradicción. Uno de esos principios se llama “la identidad y la
lucha entre los aspectos de la contradicción”, y éste es el principio en que Hoxha
hace el fraude.
El camarada Mao habla efectivamente de que los aspectos contradictorios de la
contradicción se transforman el uno en el otro, ¿pero cómo se opera esa
transformación? ¿Cambiando de sitio a los contrarios, o sea haciendo la simple
inversión? No, eso sería un trivial mecanicismo. El camarada Mao explica que un
aspecto de la contradicción se transforma en su contrario solamente sobre el
requisito de determinadas condiciones en el proceso de desarrollo de todas las
cosas y como producto de la lucha de los aspectos contrarios.
La contradicción recorre el proceso de desarrollo de comienzo a fin en todas y
cada una de las cosas. El momento en que un aspecto de la contradicción se
transformen su contrario, es un momento diferente al inicial y al del trayecto, es un
momento en que la agudización de la lucha hace que el aspecto del desarrollo
triunfe sobre el del atraso, en este momento el proceso termina y se produce un
cambio en la esencia de una cosa, un cambio en su cualidad. Mao Tse-tung ha
explicado que la transformación de un aspecto en su contrario produce el fin de un
proceso, la solución de la contradicción, que viene a ser el salto cualitativo con
que empieza un nuevo proceso que entraña una nueva contradicción fundamental.
El camarada Mao ha insistido muchas veces en que solamente al cumplirse
determinadas condiciones puede un aspecto transformarse en su contrario y que
esta transformación constituye el cambio cualitativo, que viene después de que los
aspectos contrarios han recorrido, de comienzo a fin, un proceso de lucha, un
proceso de cambios cuantitativos los mismos que al llegar a su momento
culminante ceden el paso al cambio cualitativo. No hay, pues, la tal inversión
mecánica como “esquema formal” que pretende introducir por contrabando Enver
Hoxha. Sin condiciones determinadas y necesarias no hay cambio cualitativo; la
“simple inversión” de los contrarios no resolvería nada. Es puro subjetivismo
pensar que invirtiendo a voluntad los aspectos contradictorios se resuelve la
contradicción. El pensamiento Mao Tse-tung afirma que sobre la base de

24
determinadas y necesarias condiciones objetivas se produce el cambio cualitativo
de una cosa. Esas condiciones son: los dos requisitos de la identidad,
interconexión o condicionalidad; la no-identidad, incondicionalidad o lucha; los dos
estados de movimiento de las cosas: reposo relativo y cambio manifiesto, y el
punto culminante del reposo relativo; todo esto en el proceso de desarrollo de las
cosas.
Hoxha tergiversa también el materialismo histórico. Esta tergiversación tiene los
siguientes puntos:
1.- Que Mao Tsetung “presenta el socialismo como algo diametralmente opuesto
al comunismo”.
Se trata nada menos que de una mentira fabricada con mucha desaprensión, pues
nada de esto corresponde a la verdad. Hablando del socialismo y el comunismo, el
camarada Mao afirmó:
“Según la dialéctica, del mismo modo que el hombre tiene que morir tarde o
temprano, también el sistema socialista, como fenómeno histórico que es, ha de
desaparecer un día, ha de ser negado por el sistema Comunista. Si uno afirmase
que nunca desaparecerá el sistema socialista, ni las relaciones de producción y la
superestructura socialistas, ¿en dónde habría dejado el marxismo?
¿No equivaldría esto a un dogma religioso, a la teología, que predica la eternidad
de Dios?”(31)
Podemos asegurar, sin temor alguno, que esta concepción es científica, que
corresponde al marxismo-leninismo. El camarada Mao sostiene que el comunismo
es la negación del socialismo; no dice que aquél es “diametralmente” opuesto a
éste. Hoxha ha incurrido en alarmantes errores; confunde la ley de la negación de
la negación con la ley de la contradicción. Lo diametralmente opuesto se presenta
en la contradicción; los aspectos diametralmente opuestos de la contradicción en
las cosas son coexistentes, el uno es condición de existencia del otro, el uno lucha
contra el otro, y, bajo determinadas y necesarias condiciones, el uno se transforma
en el otro en el proceso de desarrollo; pero éste no es el caso de la afirmación del
señor Hoxha; su afirmación es, en el mejor caso, una forzada u maquinal
“aplicación” de la ley de los contrarios al desarrollo histórico en un intento de
desprestigiar el aporte filosófico de Mao Tse-tung.
El comunismo es la negación dialéctica (y no algo “diametralmente opuesto”) del
socialismo. Esto ha afirmado el camarada Mao, y esto es correcto; y si socialismo
y comunismo entrañan una contradicción ésta es de naturaleza diferente a la que
existe entre dos sistemas contrarios coexistentes. No puede confundirse la
contradicción entre socialismo y capitalismo con la contradicción entre socialismo
y comunismo. Aquella contiene aspectos diametralmente opuestos, es de
naturaleza antagónica; mientras que socialismo y comunismo son aspectos
contradictorios de naturaleza no-antagónica. La lucha entre socialismo y los brotes
de desarrollo del comunismo es la lucha entre el presente y el futuro, lo nuevo de
la misma formación económico-social, por eso es no-antagónico; es una lucha
semejante a la que existe, por ejemplo, entre la edad juvenil y la edad adulta de
una misma persona, es una lucha para alcanzar la madurez, es una lucha que no
destruye a la persona; pero la adultez es la negación de la juventud , es su
superación; semejante negación es la que constituye el comunismo respecto al
socialismo. A esta negación se ha referido el camarada Mao. En cambio la lucha

25
entre socialismo y capitalismo es la lucha entre el presente y el pasado, lo viejo,
entre diferentes y opuestas diametralmente formaciones económico-sociales, por
eso es antagónica; es una lucha semejante, por ejemplo, a la que se da entre el
proletariado y la burguesía, una lucha a muerte, irreconciliable, que destruye a la
burguesía y todo su sistema explotador y opresor, y que instaura el socialismo; el
socialismo constituye la formación económico-social diametralmente opuesta al
capitalismo, el socialismo es su negación, pero es su negación surgida sobre lo
antagónico. A esta negación no se ha referido el camarada Mao, ni la ha
confundido con la negación que constituye el comunismo respecto del socialismo,
negación que surgirá sobre lo no-antagónico.
2.- Hoxha sostiene que el socialismo y el comunismo “son dos fases de un mismo
tipo”.
Otra aberración. Que son fases “de un mismo orden económico-social”, de
acuerdo; pero que una sea del mismo tipo que la otra, no. El que pertenezcan a la
misma formación económico-social no anula las diferencias entre ambas fases. Si
ambas fases fueran del mismo tipo, de igual condición, no habría por qué hablar
de fases, sería una sola la etapa. La diferencia entre ambas fases no es
solamente el grado de madurez, es mucho más. Si bien en el socialismo se
encuentra ya el germen del comunismo y este germen es lo que hace
consubstanciales a ambas etapas, éstas tienen sus diferencias concretas, por lo
que socialismo y comunismo son fases semejantes y diferentes de la era del
comunismo, y las diferencias del socialismo son tan mayores cuando más distante
está de su transformación en comunismo. Es una flagrante unilateralidad el afirmar
que socialismo y comunismo son la misma cosa. Recordemos las diferencias
principales:
-En el socialismo rige la ley “de cada uno según su capacidad, a cada uno según
su trabajo”; mientras que en el comunismo la ley es “de cada uno según su
capacidad, a cada uno según sus necesidades”.
-En el socialismo coexisten, por largo periodo, la propiedad de todo el pueblo con
la propiedad comunal, en tanto que en el comunismo existirá solamente la
propiedad de todo el pueblo.
-En el socialismo subsisten, en condiciones nuevas, las clases (de ahí el peligro
de la restauración capitalista como en la URSS si es que la revolución no se lleva
hasta el fin); en cambio en el comunismo las clases habrán desaparecido
definitivamente.
-En el socialismo existen la dictadura del proletariado y el Estado socialista,
precisamente debido a la subsistencia de las clases, a diferencia del comunismo
en que no habrá ningún tipo de dictadura de Estado.
No son pues fases iguales; son fases semejantes y diferentes, al mismo tiempo,
de una misma época histórica; pero por semejantes (sobre la base de la supresión
de la propiedad privada de los medios de producción) no son una misma, así
como por diferentes no son antagónicas. La tendencia del desarrollo del
socialismo es elevarse a su transformación en comunismo; es una ley ineludible
del desarrollo de la historia. El comunismo reemplazará ineludiblemente al
socialismo; será su etapa superior en que desaparecerán todas las diferencias
existentes en la larga etapa del socialismo. El socialismo desaparecerá, será
negado por el comunismo; se cumplirá el principio dialéctico materialista señalado

26
Marx de que todo fenómeno trae consigo el germen de su destrucción. La
propiedad socialista, las relaciones de producción socialistas y la superestructura
correspondiente son el germen del comunismo; al desarrollar este germen, él
mismo es el germen de su destrucción del socialismo; al desarrollar este germen
hasta un determinado grado, sobre la base de contradicciones determinadas, en
un punto culminante, se producirá el salto al comunismo. El camarada Mao ha
hecho, de este modo, una justa apreciación del socialismo y el comunismo.

27
III.- HOXHA REVISA EL PENSAMIENTO MAO TSE-TUNG SOBRE
EL PAPEL DIRIGENTE DEL PROLETARIADO EN LA REVOLUCIÓN
Hemos visto que una revolución de nueva democracia, o democrático-burguesa de
nuevo tipo, no es todavía revolución socialista pero sí es parte de ella y que tiene
carácter proletario. Vimos así mismo que la revolución de nueva democracia es la
primera etapa de la revolución proletaria en los países coloniales y en los países
semicoloniales y semifeudales. En estos países existe una masa de campesinos
pobres muy numerosa, muy explotada y oprimida, bajo las condiciones de
servidumbre feudal, que constituye una gran fuerza revolucionaria aliada principal
de la revolución democrático-burguesa de nuevo tipo. El campesinado y el
proletariado forman la fuerza principal de la revolución; pero el campesinado, dado
su carácter de clase en sí y no para sí, es una clase aliada y conducida del
proletariado y éste es la clase dirigente; tal es el papel de ambas clases que el
camarada Mao precisó teóricamente. Los hechos históricos los han confirmado;
sin embargo, Enver Hoxha, faltando a la verdad, escribe esta falacia:
“Mao Tse-tung no reconocía el papel hegemónico del proletariado... Ha
indicado que todos los partidos y demás fuerzas políticas deben someterse
al campesinado y a sus puntos de vista. '...millones de campesinos se
pondrán en pie, serán impetuosos e indomables como un verdadero
huracán, escribía él, y no habrá fuerza capaz de contenerlos... Pondrán a
prueba a todos los partidos y grupos revolucionarios, a todos los
revolucionarios, con el objetivo de que acepten o rechacen sus puntos de
vista.' Según Mao resulta que es el campesinado y no la clase obrera quien
debe ejercer la hegemonía en la revolución.”(32)
Hoxha inventa mentiras tras mentiras; se esfuerza en especulaciones y
deformaciones de la verdad. En base a una cita deformada a propósito ha llegado
afirmar que el camarada Mao propugnaba el papel dirigente del campesinado en
la revolución de nueva democracia. Para desentrañar esta mentira, primeramente,
leamos el texto original de Mao Tse-tung y veamos las deformaciones que ha
introducido Hoxha al citarlo. En marzo de 1927, el camarada Mao había dicho:
“Dentro de poco, centenares de millones de campesinos en las provincias
del centro, el Sur y el Norte de China se levantarán como una tempestad, un
huracán, con una fuerza tan impetuosa y violenta que nada, por poderoso
que sea, los podrá contener. Romperán todas las trabas y se lanzarán por el
camino de la liberación. Sepultarán a todos los imperialistas, caudillos
militares, funcionarios corruptos, déspotas locales y shenshi malvados.
Todos los partidos y camaradas revolucionarios serán sometidos a prueba
ante los campesinos y tendrán que decidir a qué lado colocarse. ¿Ponerse al
frente de ellos y dirigirlos?
¿Quedarse a su zaga gesticulando y criticándolos? ¿Salirles al paso y
combatirlos? Cada chino es libre de optar entre estas tres alternativas, sólo
que los acontecimientos le obligarán a elegir rápidamente.”(33)
Estas premoniciones hechas en 1927 sobre la base de una justa observación del
desarrollo de la lucha campesina en China, en momentos en que el oportunismo
derechista de Chen Tu-siu se oponía a que el Partido Comunista de China
apoyara el movimiento campesino (con lo cual quería privar al proletariado de su

28
principal aliado revolucionario), fueron acertadas. El camarada Mao captó con
acierto la tendencia del movimiento campesino de ese entonces y planteó al
Partido Comunista de China apoyarlo y penetrar en él para forjar la alianza obrera-
campesina y conducir el movimiento revolucionario; pero en ningún pasaje de si
“Informe sobre una investigación del movimiento campesino en Junán” (del que
Hoxha hace cita 'deformada y del mismo que hemos hecho cita fiel'),
absolutamente en ningún pasaje plantea que el campesinado sea la clase
dirigente de la revolución de nueva democracia; tales fantasías son cosas que sólo
existen en la cabeza del señor Hoxha. La aseveración de que los revolucionarios
“serán sometidos prueba” ante el auge del movimiento campesino se refería a
cómo responder frente a ese auge, pero no a que el proletariado, su partido y
todos los revolucionarios deban “someterse al campesinado y a sus puntos de
vista”. El camarada Mao, un año antes de que hiciera su informe, en marzo de
1926, en su “Análisis de clases de la sociedad china”, dijo: “El proletariado
industrial es la fuerza dirigente de nuestra revolución.” Tenía en perfecta claridad
marxista-leninista la cuestión de quién era la clase dirigente y quiénes las clases
amigas aliadas de la revolución. Más tarde, en diciembre de 1936, enfatizó en el
papel dirigente del proletariado y su partido. Dijo entonces:
“En esta época, cualquier guerra revolucionaria que no sea dirigida por el
proletariado y el Partido Comunista o se aparte de su dirección, terminará
inevitablemente en la derrota.
Esto se debe a que de todas las capas sociales y grupos políticos de la
China semicolonial, el proletariado y el Partido Comunista son los más libres
de estrechez mental y egoísmo, son los que poseen la más amplia visión
política y el más alto espíritu de organización, y los más capaces de asimilar
con modestia la experiencia de la clase de vanguardia del mundo entero, el
proletariado, y su partido político y aplicar esa experiencia en su propia
causa.”(34)
Indudablemente el camarada Mao demarcó con nitidez las responsabilidades
históricas del proletariado y del campesinado en la revolución de nueva
democracia o revolución democráticoburguesa de nuevo tipo en los países
coloniales y en los semicoloniales y semifeudales de Asia, África y América Latina.
Desde un comienzo y a lo largo de la Revolución China lo remarcó
insistentemente; así, en 1939, como ya tenemos citado en la primera parte de este
trabajo, anotó que “...el proletariado chino ha llegado a ser la fuerza motriz más
fundamental de la revolución china. Sin su dirección, la revolución china de ningún
modo podría triunfar.” Uno de los instrumentos de la Revolución China en su
primera etapa fue el Frente Único de Liberación de todas las clases
revolucionarias, formado sobre la base de la alianza de la clase obrera y el
campesinado, pero con la hegemonía y la dirección del proletariado y de su
vanguardia política. Si el Partido Comunista de China condujo la revolución se
debió única y exclusivamente a que el proletariado aseguró su hegemonía y
dirección sobre el campesinado, la pequeña burguesía y los sectores
revolucionarios de la burguesía nacionales, es decir, sobre el frente único. Si el
proletariado no hubiera sido la clase hegemónica de la revolución de nueva
democracia de China, dicha revolución no habría podido derivar en revolución
socialista, puesto que ninguna clase que no sea el proletariado puede hacer una

29
revolución socialista. Si el campesinado habría tenido la hegemonía, la Revolución
China no habría pasado de ser una simple revolución burguesa y habría
instaurado capitalismo y no socialismo.

30
IV.- HOXHA REVISA EL PENSAMIENTO MAO TSE-TUNG CON
RELACIÓN A LA REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA
¿Qué es la revolución cultural proletaria? ¿Qué causas la originan? ¿Cuál es su
esencia? Estas y otras cuestiones más debemos absolver en respuesta a las
infamias de Enver Hoxha contra la Gran Revolución Cultural Proletaria de China,
el Partido Comunista China y el Presidente Mao Tse-tung.
1.- Ideas de Hoxha sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria de China
El máximo dirigente del Partido del Trabajo de Albania ha declarado
aventuradamente:
“No nos parecía una conducta revolucionaria el que esta Revolución Cultural
no estuviese dirigida por el partido, sino que fuese una explosión caótica
tras un llamamiento que hizo Mao Tse-tung. La autoridad de Mao en China
hizo que se levantasen millones de jóvenes no organizados, estudiantes y
escolares, que marchaban hacia Pekin, hacia los comités del partido y del
poder, disolviéndolos. Se decía que estos jóvenes representaban en aquel
entonces en China la 'ideología proletaria' y que enseñarían al partido y a los
proletarios el 'verdadero' camino. Una revolución de este tipo, de acentuado
carácter político, fue llamada cultural. Para nuestro Partido esta
denominación era inexacta, porque en realidad en China se había desatado
un movimiento político y no cultural. Pero lo principal era que esta 'gran
revolución proletaria' no estaba dirigida ni por el partido, ni por el
proletariado.”(35)
Estos puntos de vista de Hoxha podemos resumirlos en los cuatro problemas
siguientes:
- Que la Revolución Cultural China “no obedeció” al desarrollo objetivo de la lucha
del proletariado en la época histórica del socialismo; sino a una especie de
milagroso gesto de la autoridad de Mao Tse-tung lo cual “bastó” para que se
movilizaran las masas.
-Que la Revolución Cultural Proletaria no fue más que la “explosión” del caos
social en China.
- Que la Revolución Cultural Proletaria “no fue cultural sino política”.
-Que la Revolución Cultural Proletaria “no fue dirigida por el proletariado ni su
vanguardia política”.

2.- Necesidad histórica de la Revolución Cultural Proletaria.


La etapa del socialismo es una larga etapa histórica del desarrollo de la sociedad
humana, y mientras dure existirán todavía las clases, las contradicciones de clase
y la lucha de clases; así será todavía mientras en el mundo no desaparezca
totalmente el sistema capitalista; ésta es una verdad que la historia está
confirmando, por tanto, la lucha entre el camino socialista y el camino capitalista
continuará todavía por largo plazo. Los remanentes de las clases explotadoras
derrocadas y los imperialistas extranjeros recurrirán a todos los medios
procurando la restauración capitalista; la cultura constituye un vasto campo en el
que se parapetan esos remanentes. Con razón el camarada Mao dijo en marzo de
1949 que “después de eliminados los enemigos armados, quedarán aún los
enemigos no armados, los cuales entablarán una lucha a muerte contra nosotros;

31
jamás debemos subestimarlos.” De ahí que solamente la transformación socialista
de la propiedad no baste para construir el sistema socialista; existe la necesidad
de realizar también la revolución en la superestructura ideológica.
El Partido Comunista de China, llegado un momento culminante de la lucha de
clases en el socialismo, en agosto de 1966, puso el énfasis en la necesidad de
una profunda transformación cultural y emitió la siguiente directiva :
“Aunque derrocada, la burguesía todavía trata de valerse de las viejas ideas,
cultura, hábitos y costumbres de las clases explotadoras para corromper a
las masas y conquistar la mente del pueblo, en su esfuerzo por restaurar el
Poder. El proletariado debe hacer exactamente lo contrario; debe propinar
golpes despiadados y frontales a todos los desafíos de la burguesía en el
dominio ideológico y cambiar la fisonomía espiritual de toda la sociedad
utilizando sus propias nuevas ideas, cultura, hábitos y costumbres.
Nuestro objetivo actual es aplastar, mediante la lucha, a los que ocupan
puestos dirigentes y siguen el camino capitalista, criticar y repudiar la
ideología de la burguesía y demás clases explotadoras, y transformar la
educación, la literatura y el arte y los demás dominios de la superestructura
que no corresponden a la base económica del socialismo, a fin de facilitar la
consolidación y el desarrollo del sistema socialista.”(36)
Esta directiva es una acertada explicación de la razón histórica de la revolución
cultural y de las tareas que deben asumir en ella el proletariado y su partido. Nos
muestra la causa objetiva, el principio, la ley de esta revolución. Esta directiva nos
dice que la Revolución Cultural Proletaria de China no resultó de la voluntad
subjetiva ni del “llamamiento” de un hombre famoso, sino de la necesidad de
desarrollar y consolidar la dictadura del proletariado, el Estado proletario y todo el
régimen socialista para evitar el peligro de la restauración capitalista.
La dicha directiva, conocida con el nombre de “Decisión del Comité Central del
Partido Comunista de China sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria”, del 8 de
agosto de 1966, fue el llamamiento formal a esta Revolución, y no fue un
“llamamiento al caos”, fue nada menos que la decisión de un partido a realizar una
revolución jamás antes hecha en país alguno, la respectiva revolución socialista
en el campo de las ideas, en el arte, la literatura, las ciencias naturales, las
ciencias sociales, la filosofía, la educación, las costumbres, los usos, los hábitos,
etc. con la finalidad de que reflejen la estructura económica socialista y sirvan a
ella. Era la decisión de un partido a movilizar las grandes masas de obreros,
campesinos, jóvenes e intelectuales revolucionarios, cuando las condiciones
objetivas de la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía en el socialismo
habían llegado al punto culminante de una revolución. Había que dar severos
golpes a todos los rezagos culturales de la vieja sociedad, barriendo toda esa
cantidad de enemigos sin fusiles que quedan agazapados en todo el campo de la
superestructura.
La decisión del Partido Comunista de China entrañó su pulso marxista-leninista y
su presencia directriz en la revolución. Entonces el camarada Mao definió la
revolución cultural, precisó su esencia y enfatizó en el papel dirigente del Partido
Comunista. Dijo que la Revolución Cultural Proletaria “es una gran revolución
política sostenida por el proletariado contra la burguesía y las demás clases
explotadoras; es la continuación de la prolongada lucha entre el Partido

32
Comunista de China y las amplias masas populares revolucionarias bajo su
dirección, de un lado, y los reaccionarios kuomintanistas, del otro, y es la
continuación de la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía.”(37)
Pero Enver Hoxha se ha alarmado porque la revolución cultural sea también una
revolución política. El señor Hoxha o no tiene un concepto claro de la revolución
cultural, de la lucha de clases y desconoce los fundamentos del marxismo-
leninismo, o. presumiendo de marxista-leninista, habla en nombre de la burguesía,
habla de una cultura en abstracto, niega el sello de clase de la cultura, niega que
son los hombres concretos los que hacen la cultura, se refiere a la cultura por
cultura misma separándola de la sociedad concreta, niega el carácter político de la
lucha ideológica y difama a la Gran Revolución Cultural Proletaria de China.
¿Contra qué y contra quién se hace la revolución cultural proletaria? Contra la
vieja cultura reaccionaria y decadente que queda de las clases explotadoras
derrocadas; pero esta vieja cultura no queda en el éter sino precisamente en las
clases derrocadas y sus agentes en el partido y gobierno proletarios (que ejercen
influencia en la mente de las masas trabajadoras en deterioro del sistema
socialista); por eso la revolución cultural proletaria se hace contra los elementos
reaccionarios y los elementos que, desde puestos dirigentes en el Partido
Comunista y el Estado, tratan de mantener y defender la vieja cultura; de ahí la
esencia política de la Revolución Cultural. “Cualquier cultura dada (como una
forma ideológica) ¬precisó el camarada Mao en abril de 1966¬, es un reflejo
de la política y la economía de una sociedad dada, y ejerce a su vez una
enorme influencia y efecto sobre éstas”, y, “la revolución cultural es el
reflejo ideológico de la revolución política y económica y está a su
servicio.”(38) El Partido Comunista de China, en su “Circular del 16 de mayo de
1966, señaló también la esencia política de la revolución cultural. Dijo en aquella
oportunidad:
“La lucha de clases bajo la dictadura del proletariado, reducida a un solo
punto, es el problema del Poder político, (…), Bajo la dictadura del
proletariado, los blancos principales de la revolución son los representantes
de la burguesía infiltrados en los organismos de la dictadura del
proletariado, el puñado de personas con poder seguidores del camino
capitalista dentro del partido.”(39)
El Partido Comunista de China, con madurez marxista-leninista, señaló que la
contradicción antagónica principal que debía resolver la revolución cultural
proletaria era la que existía entre el proletariado, el campesinado, los soldados,
intelectuales y cuadros revolucionarios, en un frente, y el conjunto de elementos
con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido Comunista y el
Estado, en el otro frente. Los elementos con poder seguidores del camino
capitalista se dedicaban a sabotear la cultura socialista y a mantener y difundir los
venenos de la cultura burguesa con la finalidad de ganar la mente del pueblo para
producir la restauración capitalista. Por tanto, se trataba de una lucha
irreconciliable por el Poder político, y el problema de consolidar y desarrollar la
cultura socialista sólo podía resolverse derrocando del Poder a los elementos
seguidores del camino capitalista. La Revolución Cultural Proletaria entrañó
entonces una lucha política, y así será donde quiera que se la haga. Pero toda
esta cuestión sólo se la comprende si, como marxistas-leninistas, observamos y

33
aceptamos la gran verdad científica de que el socialismo subsisten aún por largo
periodo las clases, las contradicciones de clase y la lucha de clases. El Partido
Comunista de China, ya en su “Circular” de mayo de 1966, indicó que la revolución
cultural entraña una revolución política y que ambas están estrecha e íntimamente
vinculadas. Lo indicó así:
“Mantener en alto la gran bandera de la revolución cultural proletaria,
denunciar por completo la posición reaccionaria burguesa de las llamadas
'autoridades académicas' antipartido y antisocialistas, criticar y repudiar a
fondo las ideas reaccionarias burguesas en los círculos académicos,
educacionales, periodísticos, y apoderarse de la dirección en estos dominios
de la cultura. Para realizarlo, hay que, al mismo tiempo, criticar y repudiar a
los representantes burgueses que se han infiltrado en el Partido, el
Gobierno, el ejército y los diversos sectores culturales, y depurar a todos
estos dichos representantes burgueses o remover algunos de ellos de sus
cargos.”(40)
De este modo es como el Partido Comunista de China hizo una científica
orientación marxista-leninista de la Revolución Cultural Proletaria, orientación que
asustó mucho a la burguesía, a los imperialistas, a los revisionistas a quienes
hablan por ellos, porque fue a ellos (y no a los trabajadores) a quienes frustró sus
intenciones de retorno al capitalismo. Fueron y son precisamente los burgueses,
los imperialistas, los revisionistas y el puñado de elementos con poder seguidores
del camino capitalista dentro del PCCH, que se lamentaron de la Gran
Revolución Cultural Proletaria de China, que la difamaron, la insultaron, la
llamaron caos social, etc. , y a ellos se ha sumado hoy Enver Hoxha. Muy por el
contrario los proletarios, los campesinos, los intelectuales revolucionarios y
progresistas de todo el mundo y las grandes masas revolucionarias de China, se
alegraron mucho de dicha revolución y la apoyaron decididamente.
El conjunto de decisiones, orientaciones, directivas, medidas, acuerdos y análisis
que hemos visto, y muchos más que emitió el Partido Comunista de China en el
transcurso de la Revolución Cultural, indican que el partido estuvo al frente de las
masas obreras, campesinas, de cuadros e intelectuales revolucionarios, que
estuvo a su vanguardia, que los dirigió en todo momento, en otras palabras, que
cumplió con su rol directriz en la revolución y que lo cumplió respondiendo con
madurez marxista-leninista a las exigencias del momento. Sin embargo, Enver
Hoxha quiere por todos los medios negar esta verdad e insiste con los siguientes
errores :
“Pero lo principal es que esta 'gran revolución proletaria' no estaba dirigida
ni por el partido, ni por el proletariado. Esta grave situación tenía su origen
en los viejos conceptos antimarxistas de Mao Tse-tung que subestimaban el
papel dirigente del proletariado y sobreestimaban a la juventud en la
revolución. Mao había escrito: '¿Qué papel ha desempeñado la juventud
china a partir del 'Movimiento del 4 de mayo'? En cierta medida un papel de
vanguardia que, salvo los ultrarreaccionarios, todo nuestro país reconoce.
¿En qué consiste este papel de vanguardia? En jugar el papel dirigente...' ”
(41)
En verdad, estamos frente a una grave situación, una situación de mentiras,
deformaciones y calumnias, creada por Enver Hoxha, quien salta al campo del

34
enemigo de clase y desde allí lanza ataques contra el marxismo-leninismo y la
revolución. Insiste impenitentemente en su error de afirmar que el PCCH no dirigió
la Revolución Cultural Proletaria; habla de que Mao Tse-tung confundía el estrato
de clase con la clase, que puso a la juventud por sobre la clase obrera y su
Partido Comunista. Hoxha elabora estas falacias deformando y recortando el
pensamiento MaoTse-tung.
Respecto al Movimiento del 4 de Mayo de 1919, un movimiento antiimperialista
desarrollado por la juventud china, el camarada Mao escribió en Mayo de 1939:
“¿Qué papel ha desempeñado la juventud china a partir de entonces? En
cierta medida, un papel de vanguardia, que, salvo los recalcitrantes, todo el
país reconoce. ¿En qué consiste ese papel de vanguardia? En tomar la
cabeza, en marchar al frente de las filas revolucionarias. En las filas
antiimperialistas y antifeudales del pueblo chino milita un contingente de
jóvenes intelectuales y estudiantes. Es un contingente de considerable
magnitud que, a pesar de los muchos que han dado su vida, suma hoy
varios millones.
Forma un ejército, y muy importante, en la lucha contra el imperialismo y el
feudalismo.
Pero este ejército solo no es suficiente; no podemos derrotar al enemigo
contando únicamente con él, ya que, pese a todo; no constituye la fuerza
principal. ¿Cuál es, entonces, la fuerza principal? Los obreros y
campesinos.”(42)
Como ya queda visto, Hoxha ha hecho cita deformada y recortada
inescrupulosamente de este párrafo.
El camarada Mao no ha colocado a la juventud por sobre la clase obrera y su
partido; ha especificado claramente el papel de la juventud en la revolución. Es
inconfundible su punto de vista; sostuvo que, “en cierta medida”, la juventud
desempeña un papel de vanguardia.
No es lo mismo, y no puede confundirse, un cierto rol de vanguardia con la
vanguardia misma. En el pensamiento Mao Tse-tung estos conceptos están
nítidamente claros; no se dice que la juventud “juega el papel dirigente”, sino un
cierto papel de vanguardia, se asevera categóricamente que la juventud no es la
fuerza principal, que la fuerza principal la constituyen la clase obrera y su aliado
número uno el campesinado, lo cual es el reconocimiento del papel de clase
dirigente que cumple el proletariado en la revolución. Todo el pensamiento Mao
Tsetung acerca de la lucha de clases está vertebrado sobre el reconocimiento del
rol hegemónico del proletariado en el frente único y del rol dirigente, en todos los
aspectos, del Partido Comunista. En agosto de 1966, la “Decisión del
Comité Central sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria”, ratificó que “las
amplias masas de obreros, campesinos, soldados, intelectuales revolucionarios y
cuadros revolucionarios constituyen la fuerza principal en esta gran revolución
cultural”, y el camarada Mao en 1957 dijo anticipadamente: “El Partido
Comunista de China es el núcleo dirigente del pueblo chino.
Sin este núcleo la causa del socialismo no puede triunfar.”(43)
Queda al descubierto que Enver Hoxha, igual que los imperialistas, los
revisionistas de toda especie y la reacción, se esfuerzan en difamar a la Gran
Revolución Cultural Proletaria de China.

35
Esta revolución tuvo grandes logros que son conocidos en el mundo entero,
grandes frutos que sólo fueron posibles por ser proletaria, tener la dirección del
Partido Comunista de China y contar con la luz teórica del marxismo-leninismo. La
revolución cultural proletaria constituye un aporte teórico y práctico al desarrollo
del marxismo-leninismo; es un aporte legado por el camarada Mao Tse-tung y el
Partido Comunista de China. La revolución cultural proletaria es la solución al
problemas de cómo continuar la revolución socialista en las condiciones de la
dictadura del proletariado para prevenir la restauración capitalista. La revolución
cultural proletaria es, en fin, un gran acontecimiento en la historia, porque
constituye una nueva y superior etapa de la revolución socialista y un inapreciable
aporte al desarrollo de la revolución mundial obrera.

36
V.- HOXHA REVISA EL PENSAMIENTO MAO TSE-TUNG ACERCA
DE LAS CONSIGNAS POLÍTICAS DE : “QUE SE ABRAN CIEN
FLORES Y COMPITAN CIEN ESCUELAS DE PENSAMIENTO”
En la historia de la lucha de clases es frecuente encontrar dos tipos de enemigos :
los enemigos, manifiestos, abiertos, frontales, y los enemigos ocultos,
agazapados, camuflados de amigos. Los enemigos abiertos son inconfundibles,
ocupan su campo, los distinguimos en cualquier momento; en tanto que los
enemigos ocultos son engañosos, se declaran comunistas, los confundimos como
amigos y actúan dentro de nuestro campo. Sin embargo, más antes o más
después, la lucha de clases ubica en su sitio a las personas, los enemigos ocultos
no pueden permanecer indefinidamente agazapados ni enmascarados. Este
fenómeno ha acontecido con Enver Hoxha, nuevo detractor del pensamiento Mao
Tse-tung, del Partido Comunista de China y de la Revolución
China. Hoxha ha escrito :
“Las concepciones revisionistas de Mao Tse-tung tienen su base en la
política de colaboración y de alianza con la burguesía, que ha aplicado
constantemente el Partido Comunista de china. También la línea antimarxista
y antileninista de que 'se abran 100 flores y compitan 100 escuelas' tiene su
origen en esta política y es manifestación directa de la coexistencia de
ideologías opuestas.”(44)
Todo detractor nunca dice la razón de sus afirmaciones; se concreta a elaborar
frases infamantes que las dispara por aquí y por allá; ¿qué fundamento puede dar
a sus mentiras un infamador?
Sin tener en cuenta el contexto histórico ni la situación concreta en que se aplicó,
ni el fundamento de su formulación, Hoxha califica de revisionista y de
conciliadora, con la ideología burguesa, la política de : “que se abran cien flores y
compitan cien escuelas del pensamiento”.
El Presidente Mao explicó del siguiente modo la política que él formuló:
“¿Por qué se anunciaron las consignas de que cien flores se abran y
compitan cien escuelas ideológicas; y coexistencia duradera y control
mutuo? Fueron anunciadas en base a la situación concreta de China, en
base a reconocer que en la sociedad socialista siguen existiendo varias
clases de contradicciones, en base a la exigencia apremiante de acelerar el
desenvolvimiento económico y cultural del país... En el arte pueden
desenvolverse libremente distintas formas y estilos; en la ciencia pueden
contender libremente diferentes escuelas. Consideramos que la difusión
forzada, por medio de medidas administrativas, de un estilo particular, de
una escuela particular y la prohibición de otro estilo u otra escuela
ideológica, obstaculizan el progreso del arte y de la ciencia. El problema de
lo correcto y lo erróneo en el arte y en la ciencia debe resolverse por la
discusión libre en los medios artísticos o científicos, en el transcurso de la
práctica del arte o de la ciencia, y no de una manera simplista. El definir lo
acertado y lo erróneo exige con frecuencia un periodo de prueba. En la
historia es frecuente que lo nuevo, lo acertado, no obtiene al principio el
ascenso de la mayoría de los hombres, y que sólo puede abrirse camino de
manera tortuosa y en la lucha.”(45)

37
Estamos ante un planteamiento coherente que viene a constituir todo un método
correcto de realizar la lucha ideológica en el seno de las masas trabajadoras en la
época del socialismo. ¿De qué otro modo correcto puede orientarse la lucha
ideológica en el socialismo? El señor Hoxha no lo dice; se limita a fabricar
infamias. No es el caso afirmar que esto es malo y eso es bueno sin expresar el
porqué de tal aserto. “Que se abran cien flores y compitan cien escuelas de
pensamiento”, es una consigna política planteada con arreglo a la dialéctica
materialista. Su núcleo dialéctico radica en que encierra una contradicción; dicho
de otro modo, contiene la unidad y lucha de contrarios; por la unidad se permite
que se expresen un sin número de estilos en el arte y escuelas en la ciencia en el
seno del pueblo, en tanto que por la lucha esos estilos y escuelas entran en
confrontación con el estilo y escuela proletarios, socialistas. El permitir “cien flores”
y “cien escuelas” es practicar la unidad, la coexistencia; aquí es donde se alarma
el señor Hoxha y grita : “¡conciliación, revisionismo!” Pero es porque el señor
Hoxha tiene una idea tubular, unilateral, metafísico de la unidad : no comprende
en lo más mínimo que la unidad implica la lucha, que todos los elementos de la
unidad entran al fuego de la lucha; no comprende que de la lucha sale vencedor
siempre un elemento, que el elemento vencedor en la historia es siempre el
elemento de progreso; no comprende que cuando vence un elemento se resuelve
la contradicción y termina la unidad o coexistencia, que al mismo tiempo surge una
nueva unidad, bajo nuevas y diferentes condiciones, siempre en medio de la
lucha; en fin, no comprende, por tanto, el señor Hoxha que la unidad o
coexistencia es relativa, temporal, transitoria, condicional, y que la lucha, el
movimiento y el desarrollo son absolutos. “Cien flores” y “cien escuelas” fue el
planteamiento de la coexistencia transitoria, para el desarrollo de la lucha
ideológica en las condiciones concretas de la revolución socialista en China. El
camarada Mao enfatizó en la lucha y en su concepción no hay ni asomo de
conciliación de clases ni de revisionismo, antes bien reiteró lo siguiente:
“La realización de la política de que cien flores se abran y compitan cien
escuelas ideológicas no debilitará la posición rectora del marxismo en el
campo ideológico, sino que, por el contrario, la reforzará.
¿Cuáles debe ser nuestra orientación con respecto a las ideas no marxistas?
En lo que concierne a los contrarrevolucionarios evidentes y a los
saboteadores de la causa socialista, la cosa es fácil: se les priva de la
libertad de palabra, eso es todo. Pero el asunto se presenta de muy distinta
manera si se trata de las ideas erróneas en el seno del pueblo.
¿Pueden prohibirse tales ideas? Desde luego que no.
La aplicación de métodos simplistas para tratar problemas ideológicos en el
seno del pueblo, problemas referentes a la vida espiritual del hombre, es no
sólo ineficaz sino además singularmente perniciosa. Se puede prohibir la
expresión de ideas erróneas, pero éstas siguen existiendo. Por otro lado, si
las ideas acertadas han sido cultivadas en invernadero, si no han sido
expuestas a los vientos y las lluvias, sino han sido inmunizadas, no podrán
vencer al enfrentarse con las ideas erróneas. Por eso sólo la discusión, la
crítica y el razonamiento nos permiten, en realidad, fomentar las ideas
acertadas, superar las erróneas y solucionar los problemas.”(46)

38
El camarada Mao ha hecho una correcta fundamentación de las consignas
políticas de: “que se abran cien flores y compitan cien escuelas de pensamiento”.
Son consignas marxistas-leninistas y son, al mismo tiempo, el método correcto de
resolver las contradicciones no-antagónicas de la lucha ideológica dentro del
pueblo en el socialismo. Sabido es que las contradicciones de diferente naturaleza
se resuelven por métodos diferentes. Las contradicciones no-antagónicas que
existen en el seno del pueblo son de naturaleza diferente a las contradicciones
antagónicas que existen con el enemigo de clase. Las consignas de “cien flores” y
“cien escuelas” son el método de resolver un tipo de contradicciones no-
antagónicas en el seno del pueblo. No fueron planteadas para resolver
contradicciones antagónicas con el enemigo, con el cual no se hace unidad sino
lucha a muerte. Mao Tse-tung ha sido muy claro al precisarlo: ha explicado que en
el seno del pueblo “La lucha ideológica difiera de otras formas de lucha. En ella no
pueden emplearse procedimientos toscos y coercitivos, sino tan sólo el método de
la minuciosa explicación de la verdad.”(47) ¿Qué hace el señor Hoxha cuando
encuentra obreros, campesinos, intelectuales, etc. que tienen ideas erróneas?
¿Les explica la verdad o los manda a fusilar? ¿Los trata igual que a enemigos de
clase? Es cuestión de posición.
El permitir que el pueblo exprese ideas incorrectas no es para conciliar con lo
incorrecto ni con los defectos, sino para detectar las incorrecciones, los defectos, y
corregirlos. La libertad de expresión del pueblo en “cien estilos” y “cien escuelas”,
puede ser aprovechado por los enemigos escondidos dentro del pueblo para que
derramen sus basuras y venenos; pero eso es bueno porque los saca de sus
escondites, los expone a la claridad del día y le permite al Partido Comunista
barrer las basuras y administrar adecuados antídotos al pueblo. “Los errores
deben ser criticados ¬apunta el camarada Mao¬ y las hierbas venenosas
arrancadas allí donde aparezcan. Sin embargo esta crítica no debe ser
dogmática; no debemos usar el método metafísico, hay que tratar por todos
los medios de aplicar el método dialéctico.”(48)
Enfrentándose a los “cien estilos” y las “cien escuelas” es como la ideología
proletaria puede triunfar penetrando en la conciencia de las grandes masas de
trabajadores. Los tres grandes movimientos sociales : la lucha por la producción
económica, la lucha por el conocimiento o investigación y la lucha de clases,
constituyen el crisol de la ideología proletaria. “El marxismo
¬agregó Mao Tsetung¬ sólo puede desarrollarse en la lucha; esto es cierto
no solo para el pasado y el presente, también es necesariamente cierto para
el futuro. Lo correcto se desarrolla siempre en el proceso de la lucha contra
lo erróneo.”(49)

39
VI.- HOXHA REVISA EL PENSAMIENTO MAO TSETUNG EN
CUANTO AL ESTUDIO DE LA HISTORIA.
La historia de cada cosa, así como la historia de cada país y de todo el mundo,
constituye un proceso en el que se sucede un encadenamiento de hechos que va
desde el origen, el comienzo, el pasado, hasta el presente y el futuro. Por eso,
cuando hablamos de historia, entendemos inmediatamente un pasado, un
presente y un futuro. El surgimiento de una cosa es su origen, y el movimiento que
la ha impulsado hasta el presente y la proyecta al futuro se llama desarrollo. Toda
la historia comprende un movimiento de desarrollo que va de las formas simples a
las complejas, de las formas inferiores a las superiores, del atraso al progreso, de
lo viejo a lo nuevo. El movimiento de desarrollo se produce por la existencia de
contradicciones en el interior de las cosas cuyos elementos están en permanente
lucha, por ejemplo : la contradicción entre el progreso y el atraso, la contradicción
entre el cambio y la permanencia, la contradicción entre la concentración y la
dispersión, etc. El movimiento de contrarios está presente en toda la historia y en
cada parte de ella; está de comienzo a fin en cada época, de una época a otra y
en todas en su conjunto. El pasado, el presente y el futuro son también momentos
contradictorios; el presente surge de la lucha contra el pasado, y el futuro surge de
la lucha contra el presente que se va volviendo pasado; pero el presente se forma
en el seno del pasado, sobre sus elementos de progreso, y el futuro se forma
sobre los elementos de progreso del presente que se va volviendo pasado. Esto
es la concatenación y el devenir en la historia. La sociedad humana ha seguido,
desde sus orígenes un movimiento, un proceso de desarrollo concatenado en
todas sus fases.
Cada formación económico-social nueva se ha originado en medio de la formación
económicosocial precedente y trae de ésta dominantemente sus elementos
positivos; por ejemplo, de las entrañas del Comunismo Primitivo surgió el
Esclavismo, en las entrañas de éste se originó el Feudalismo, y así sucesivamente
hasta el presente. Hay necesidad, entonces, de conocer el pasado para
orientarnos en el presente y proyectarnos al futuro. Tenemos la necesidad de
conocer la historia general y la historia concreta de cada una de nuestras
sociedades para poner lo bueno del pasado al servicio del presente. Pero éste es
el punto en que hace problema Enver Hoxha; ataca alevosamente al camarada
Mao acusándolo de antimarxista, chovinista, y de oponerse al internacionalismo
proletario, porque recomendó estudiarla historia de China. “El pensamiento Mao
Tse-tung ¬escribe Hoxha¬, en tanto que doctrina antimarxista, ha sustituido el
internacionalismo proletario por el chovinismo de gran Estado”.(50) Y, de
inmediato, agrega lo siguiente :
“En el informe presentado en 1938 ante el Comité Central del Partido Mao
Tse-tung decía: 'La China de hoy es el producto de todo el desarrollo
anterior de China ¬Debemos generalizar nuestro pasado desde Confucio
hasta Sun Yat-sen,...debemos tomar posesión de su valioso legado. Esto
será un fuerte apoyo para dirigir el gran movimiento actual.'”(51)
Vuelve Hoxha a su manida táctica de las alteraciones y fragmentaciones de los
escritos del camarada Mao, pretendiendo dar sustento a sus infamantes
declaraciones. Toma unas palabras, las desconecta de su contexto, las sustituye

40
por otras y prescinde de las que no interesan a sus propósitos. Comprobemos
esta verdad examinando comparativamente el texto original con el que,
deformándolo, ha citado Hoxha. En el mes de octubre de 1938, Mao Tsetung
escribió así:
“Nos incumbe otra tarea: estudiar nuestro patrimonio histórico y sintetizarlo
con espíritu crítico, aplicando el método marxista. La historia varias veces
milenaria de nuestra nación posee características propias y encierra
innumerables tesoros. En este aspecto somos todavía simples escolares. La
China de hoy proviene de la China del pasado; enfocamos la historia como
marxistas, y no debemos amputarla. Debemos sintetizar nuestro pasado,
desde Confucio hasta Sun Yat-sen, y tomar posesión de su valioso
legado.”(52)
Hoxha ha dejado de lado toda la parte comprendida hasta el segundo punto y
seguido de este texto. En las últimas líneas ha recortado la parte que dice :
“enfocamos la historia como marxistas, y no debemos amputarlas.” Además
ha cambiado la palabra sintetizar por “generalizar”.
Está claro, Hoxha ha recortado precisamente las líneas donde el Presidente Mao
enfatiza en el método marxista. Hecha esta primeramaniobra tiene expedito el
espacio para escribir acusándolo de “antimarxista” en la concepción de la historia.
Dado el primer paso, inmediatamente lo da el segundo con mayor facilidad.
Sustituye la palabra sintetizar por “generalizar” la historia de China y tiene un
“motivo” que sumado al supuesto antimarxismo, le permite decir que Mao Tse-tung
“predicaba” el “chovinismo” de gran Estado en oposición al internacionalismo
proletario.
¡Qué desvergüenza! ¿Es posible que un político como Enver Hoxha, que se
reclama marxista-leninista, recurra a la impudicia, la mentira y la calumnia?
Pensamos que estos vergonzosos vicios son propios de los burgueses, de los
pequeños burgueses, los oportunistas y los revisionistas.
Sólo esa canalla puede proceder como Hoxha; los verdaderos marxistas-
leninistas, los hombres que trabajan por la sociedad comunista, son hombres
honestos, limpios, sinceros, leales; son, en una palabra, comunistas, hombres
prototipos de la sociedad nueva y superior. El camarada Mao Tse-tung fue uno de
los prototipos del hombre comunista. Hemos visto en el texto que hemos citado su
concepción marxista-leninista de la historia; no hay en él ni rastro de chovinismo ni
de oposición al internacionalismo proletario. Recomendó estudiar la historia de
China con el método dialéctico materialista, estudiarla críticamente y “tomar
posesión de su valioso legado”, es decir, rechazando todo lo retrógrado, lo
reaccionario, lo inútil, porque todo partido comunista debe conocer a fondo las
características históricas concretas de su pueblo para conducirlo acertadamente.
“Ningún partido político ¬agregó Mao Tse-tung¬ que dirija un gran
movimiento revolucionario podrá alcanzar la victoria si no posee una teoría
revolucionaria, un conocimiento de la historia y una comprensión profunda
del movimiento práctico.”(53)
Al recomendar el camarada Mao sintetizar “con espíritu crítico” la historia de
China, no dijo desconectarla de la historia mundial dentro de la cual acontece la
historia China, ni pretendió desestimar la historia y losaportespositivos de otros
pueblos, sino que dijo tener en cuenta lo particular dentro de lo general, aplicar la

41
verdad universal del marxismo-leninismo a la realidad particular de China para
resolver sus problemas concretos. Recomendó usar el método marxista y no
amputar la historia china; esto es respetar el internacionalismo proletario. “En
cada país socialista ¬aclaró el camarada Mao¬ y en cada Partido Comunista
las condiciones varían.
Por eso nosotros no consideramos, ni mucho menos, que ellos tienen
necesidad o deben seguir el camino chino.”(54) Estas expresiones son el
reconocimiento y la práctica de un auténtico internacionalismo proletario que
Enver Hoxha se ha obstinado tergiversar deslealmente.

42
NOTAS

(1)ENVER HOXHA: “El Imperialismo y la Revolución”. Edit. Instituto de Estudios


Marxistas-Leninistas adjunto al Comité Central del PTA, Tirana, 1979, pág.414.
(2)MAO TSETUNG: “Obras Escogidas”. Tomo II, tamaño pequeño: “La Revolución
China y el PCCh”. Edit. Lenguas Extranjeras, Pekin, 1971, pág. 336.
(3)MAO TSETUNG: Op. Cit. Tomo IV: “Fuerzas revolucionarias del mundo uníos”,
pág. 294.
(4)MAO TSETUNG: Op. Cit. Tomo III: “Rectifiquemos el estilo de trabajo en el
Partido”, pág. 31.
(5)ENVER HOXHA: Op. Cit. , pág. 422-423.
(6)MAO TSETUNG: Op. Cit. Tomo IV : “Hacer del ejército un destacamento de
trabajo”, pág. 351.
(7)MAO TSETUNG: Ibid. , pág. 352.
(8)MAO TSETUNG: Op. Cit. Tomo IV: “Informe ante la seción plenaria del C.C.”,
PÁG.377.
(9)MAO TSETUNG: Op. Cit. Tomo IV: “Sobre la dictadura democrática popular”,
pág 437.
(10)ENVER HOXHA: Op. Cit. , pág. 426.
(11)ENVER HOXHA: Op. Cit. , págs. 425-426.
(12)MAO TSETUNG: Op. Cit. , Tomo V, tamaño grande: “Sobre diez grandes
relaciones”, págs. 321-322-323.
(13)MAO TSETUNG: “Cuatro tesis filosóficas”. Edit. Lenguas Extranjeras, Pekin,
pág. 131.
(14)MAO TSETUNG: Ibid. , pág. 134
(15)ENVER HOXHA: Op. Cit. , págs. 415-416.
(16)MAO TSETUNG: Op. Cit. Tomo V, tamaño grande: “Método dialéctico para la
unidad interna del Partido”, pág. 561.
(17)MAO TSETUNG: Ibid. , pág. 563.
(18)ENVER HOXHA: Op. Cit. , págs. 417-418.
(19)MAO TSETUNG: Op. Cit. , Tomo V, tamaño grande: “Fortalecer la unidad del
Partido...”, pág. 350.
(20)MAO TSETUNG: Op. Cit., Ibid., pág. 345.
(21)ENVER HOXHA: Op. Cit., págs. 435-436.
(22)ENVER HOXHA: Op. Cit., pág. 436.
(23)MAO TSETUNG: Op. Cit., Tomo II: “La revolución china, parte de la revolución
mundial”, pág. 356.
(24)MAO TSETUNG: Op. Cit., Ibid. , pág. 361.
(25)MAO TSETUNG: Op. Cit. Tomo I: “Sobre la táctica de la lucha contra el
imperialismo japonés”,
pág. 183.
(26)MAO TSETUNG: Op. Cit. Tomo IV : “Informe ante la II sesión plenaria del
Comité Central...” pág. 382.
(27)MAO TSETUNG: Op. Cit. Tomo III: “Sobre el gobierno de coalición”, pág. 254
(28)MAO TSETUNG: Ibid. , pág. 238.
(29)ENVER HOXHA: Op. Cit. ,págs. 432-433.

43
(30)ENVER HOXHA: Op. Cit. ,pág. 434.
(31)MAO TSETUNG: Op. Cit. Tomo V, tamaño grande: “Discurso en una
conferencia de secretarios...”, pág. 411.
(32)ENVER HOXHA: Op. Cit. ,págs. 437-438-439
(33)MAO TSETUNG: Op. Cit. Tomo I: “Informe sobre una investigación del
movimiento campesino en Junán”, págs. 19-20
(34)MAO TSETUNG: Op. Cit. Tomo I :”Problemas estratégicos de la guerra
revolucionaria de China”, pág. 207.
(35)ENVER HOXHA : Op. Cit. ,pág. 406.
(36)DOCUMENTO : “Decisión del CC del PCCh sobre la Gran Revolución Cultural
Proletaria”. Edit. Lenguas Extranjeras, Pekín, 8 de agosto de 1966, pág. 01.
(37)MAO TSETUNG, citado en “Documentos del IX Congreso Nacional del PCCh”.
Edit. Lenguas Extranjeras, Pekin, 1969, págs. 26-27.
(38)MAO TSETUNG, citado por el editorial de Jiefangjun Bao (Diario del Ejército
de Liberación), 18 de abril de 1966. Edit. Lenguas Extranjeras, pág. 27.
(39)“CIRCULAR DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE
CHINA”. Edit. Lenguas Extranjeras, Pekin, 16 de mayo de 1966. págs. 6-7. Ibid.
,pág. 5.
(40)ENVER HOXHA : Op. Cit. ,págs. 406-407.
(41)MAO TSETUNG : Op. Cit. Tomo II : “La orientación del movimiento juvenil”,
pág 251
(42)MAO TSETUNG : Op. Cit. Tomo V : “El Partido Comunista de China es el
núcleo dirigente de todo el pueblo chino”, pág 486.
(43)ENVER HOXHA : Op. Cit. ,pág. 427.
(44)MAO TSETUNG : “Cuatro Tesis Filosóficas” : “ Sobre el Tratamiento Correcto
de las Contradicciones en el Seno del Pueblo”. Edit. Lenguas Extranjeras, Pekin,
1966, págs. 125-126.
(45)MAO TSETUNG : Ibid. ,pág. 129.
(46)MAO TSETUNG : Ibid. ,págs. 127-128.
(47)MAO TSETUNG : Ibid. ,pág. 130.
(48)MAO TSETUNG : Ibid. ,págs. 126-127.
(49)ENVER HOXHA : Op. Cit. ,pág. 453.
(50)ENVER HOXHA : Op. Cit. ,pág. 454.
(51)MAO TSETUNG : Op. Cit. Tomo II : “El Papel del PCCh en la Guerra
Nacional”, pág. 216.
(52)MAO TSETUNG : Ibid. ,pág. 215.
(53)MAO TSETUNG : “Cinco Tesis Filosóficas”. Edit. Lenguas Extranjeras, Pekin,
pág. 219.__

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