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La problemática del objeto del negocio

jurídico en la dogmática jurídica


moderna y la necesidad de unificar la
noción de objeto del contrato y del acto
jurídico dentro del Código Civil peruano
Lizardo Taboada Córdova
Abogado. Profesor de Derecho Civil (Acto
Jurídico) de la PUC y de la U. de Lima.

Uo de los temas más complicados dentro de la


teoría general del negocio jurídico, sin lugar a dudas,
Hechas estas precisiones a manera de intro-
ducción al tema del objeto del negocio jurídico que se
lo constituye el tema del objeto, no sólo por su altísimo busca desarrollar en el presente artículo, debemos
grado de abstracción, sino fundamentalmente por su señalar, como premisa fundamental para el mejor
íntima vinculación con el tema de la causa del negocio, entendimiento del presente trabajo, que el acto jurídi-
o causa de la obligación, según se opte por un sistema co regulado en nuestro Código Civil es exactamente
u otro sobre el ámbito de la causa. Esta íntima vin- igual al negocio jurídico de la doctrina alemana. Esta
culación entre los dos conceptos, causa y objeto, no doctrina ha sido adoptada unánimemente por la doc-
solo ha determinado un enorme grado de confusión trina italiana y española y por la mayor parte de la
entre los autores, sino fundamentalmente el que res- moderna doctrina sudamericana. El acto jurídico en
pecto del objeto se presenten, al igual que respecto de sentido estricto de la mencionada corriente teórica es
la propia causa y del mismo negocio jurídico, una equivalente a nuestro hecho jurídico voluntario lícito
serie de teorías elaboradas por los diferentes autores sin declaración de voluntad. En otras palabras, debe
sobre la base de concepciones filosóficas, políticas e señalarse con toda claridad que no existe diferencia
ideológicas completamente distintas. En otras pala- alguna entre nuestro acto jurídico y el negocio jurídi-
bras, la principal dificultad del tema del objeto del co, mientras que dentro de la misma corriente alema-
negocio y del contrato se debe a que respecto del na sí es perfectamente posible distinguir el acto jurídi-
mismo confluyen diversas corrientes de pensamien- co del negocio jurídico. Esto significa que sólo es
to, cada una de las cuales está presente en cada una de posible distinguir el acto jurídico del negocio jurídico,
las diferentes teorías elaboradas para explicar la no- diferencia que es equivalente a la que se plantea
ción de objeto del contrato o del negocio jurídico. dentro de nuestro Código Civil entre el acto jurídico y
Evidentemente a esta dificultad no escapa ninguno de el hecho jurídico voluntario lícito sin declaración de
los temas vinculados con la estructura, elementos, voluntad. Siendo esto así, debe quedar bien en claro
presupuestos y requisitos del negocio jurídico. Sin que no existe en nuestro medio ninguna dificultad
embargo, tal dificultad se hace presente con mayor para utilizar la expresión negocio jurídico como equi-
énfasis respecto del concepto de causa y objeto, según valente a la de acto jurídico consagrada por nuestro
se ha indicado anteriormente y, por supuesto, respecto Código Civil, pero eso sí, sabiendo siempre que cada
del propio concepto del negocio jurídico. vez que utilicemos esta expresión nos estaremos refi-

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riendo a la figura de nuestro acto jurídico, mientras obligación es la que prevalece en nuestro medio jurí-
que cuando hablemos de ACTO JURIDICO EN SEN- dico, encontrando apoyo legal en la definición de
TIDO ESTRICTO debemos entender que nos estamos objeto del contrato contenida en el artículo 1403º de
refiriendo a nuestro hecho jurídico voluntario lícito nuestro Código Civil y ante la ausencia de toda defi-
sin declaración de voluntad, o, lo que es lo mismo, a nición sobre el objeto del acto jurídico. Como conse-
nuestro hecho jurídico voluntario lícito que no es acto cuencia de esta aceptación mayoritaria, por no decir
jurídico por no existir de por medio una o más decla- casi unánime entre nosotros, se ha pretendido señalar,
raciones de voluntad. ESTE CRITERIO DE DISTIN- y así se dice en aulas y en congresos, que el objeto del
CION DE NUESTRA DOCTRINA NO ES VALIDO acto jurídico debe ser la relación jurídica, al ser dentro
POR CUANTO LA DIFERENCIA ENTRE ACTO JU- de nuestro Código Civil la obligación, es decir, la
RIDICOENSENTIDOESTRICTOYNEGOCIOJURI- relación jurídica obligatoria, el objeto del contrato. De
DICO NO RADICA EN QUE EXISTA O NO DE- esta manera, se ha pensado y se ha creído que se le
CLARACION DE VOLUNTAD, pues la declara- daba al Código Civil la concordancia lógica necesaria,
ción de voluntad o, en todo caso, la manifestación de obteniendo un concepto único sobre el objeto, ya sea
voluntad, como categoría genérica existe en todo acto del negocio jurídico o del contrato. Nótese pues, que
jurídico, sea lícito o no. En el negocio jurídico, como en se trata de una teoría sobre el objeto del negocio
el acto jurídico en sentido estricto, siempre existe de jurídico surgida en nuestro medio, derivada de una
por medio una o más declaraciones de voluntad que teoría sobre el mismo tema en el ámbito contractual y
son las que producen los efectos jurídicos debidamente no de una tesis surgida estrictamente en el campo
atribuídos por el ordenamiento, sólo que mientras en negocial. Como volvemos a señalar, en la doctrina
el acto jurídico en sentido estricto la atribución de esta posición prevalece en el ámbito de los especialistas
efectos jurídicos se produce por el sólo hecho de la en la disciplina contractual, no habiendo sido exten-
manifestación o exteriorización de la voluntad sin dida al campo negocial, a diferencia de lo que ha
atender al propósito práctico del sujeto, en el negocio sucedido en nuestro país.
jurídico, por el contrario, los efectos jurídicos se otor- Sobre el particular, nuestra opinión es que esta
gan o se conceden en consideración al interés práctico teoría es falsa, careciendo de toda lógica y de toda
del sujeto o sujetos intervinientes, es decir, se valora el justificación, por la sencilla razón que la obligación o
fin práctico propuesto por el o los declarantes. La la relación jurídica, bien se trate del ámbito contrac-
diferencia central entre ambas figuras se encuentra tual o del ámbito negocial, no es sino la consecuencia
pues en la diferente actitud del ordenamiento jurídico o el efecto jurídico que nace bien sea del contrato o del
respecto del propósito de los participantes al declarar negocio jurídico. La relación jurídica, sea obligacional
una determinada voluntad, ya que en un caso se o no, es en todos los casos el efecto jurídico atribuído
valora la simple manifestación de voluntad y en el por el ordenamiento como respuesta a la celebración
otro se atiende a lo querido o perseguido por los de un negocio jurídico contractual o no. Mal se puede
declarantes. Es por ello que tampoco debe definirse señalar que una relación jurídica forme parte de la
más el negocio jurídico, es decir, nuestro acto jurídico, estructura de un contrato o del negocio jurídicos, y es
como una simple declaración de voluntad dirigida a eso justamente lo que se está afirmando al señalar que
la creación, modificación, regulación o extinción de la obligación o la relación jurídica en general sea el
relaciones jurídicas, como se hace en el artículo 140º de objeto del contrato o del negocio jurídico. No debe
nuestro Código Civil, correspondiendo esta definición olvidarse que el objeto es considerado por los autores
al criterio clásico francés sobre el concepto del acto indistintamente como elemento del negocio, como
jurídico. En consecuencia, a pesar que el Código Civil presupuesto o como requisito del mismo, pero en
peruano mantiene la denominación de acto jurídico, todos los casos el común denominador de estos distin-
no existe impedimento de ninguna clase para difun- tos puntos de vista es que el objeto es un aspecto que
dir el concepto del negocio jurídico. debe estar presente al momento de la formación o
Ahora bien, dentro de todas las teorías formu- perfección del negocio jurídico, es decir, debe consti-
ladas en la doctrina sobre el objeto, hay algunas que tuir uno de los aspectos de la estructura negocial, ya
gozan de la preferencia de los autores, destacando sea como elemento, presupuesto o requisito. Siendo
entre ellas aquella que conceptualiza el mismo como esto así, no podemos entenders bajo ningún punto de
la relación jurídica obligatoria, pues se dice que el vista, cómo se puede señalar por algunos que la
objeto del contrato es la obligación. Nótese sin embar- relación jurídica -que es posterior a la celebración del
go que esta teoría no ha sido elaborada por los espe- negocio jurídico justamente por ser efecto o conse-
cialistas en la teoría general del negocio jurídico, sino cuencia jurídica- pueda ser objeto, es decir, pueda
por los especialistas en la doctrina general del contra- formar parte de la estructura negocial. Realmente nos
to. Esta posición sobre el objeto del contrato como la parece que se trata de una posición contradictoria,

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completamente ilógica y que desconoce el hecho fun-
damental que la relación jurídica es el efecto jurídico
que nace de la celebración de un negocio jurídico. Tan
lógico es decir y afirmar, como
i i .. .
contradictoria es esta posición, que nosotros no cono- verdad absoluta, que la obligación,
cemos autor especialista en materia negocial que se-
ñale que la obligación o la relación jurídica en general
en vez de ser un simple efecto
pueda o deba ser objeto del negocio jurídico. Sobre jurídico, sea elevada a la categoría
todo si se tiene en cuenta que los especialistas en
materia negocial son muy cuidadosos al entender la
de un aspecto estructural del
naturaleza jurídica y las clases de efectos jurídicos y, contrato o del negocio jurídico en
más aún, al distinguir nítidamente el negocio jurídico
como supuesto de hecho de los efectos jurídicos, es general''·
decir, de las relaciones jurídicas.
En el fondo, lo que observamos desde siempre
en la doctrina contractualista y sobre todo en nuestro materia es la atribución de eficacia jurídica a las decla-
medio, es un culto desmedido al concepto de obliga- raciones de voluntad de los particulares en concor-
ción o de relación jurídica, pues muchos de los proble- dancia con el propósito práctico de los mismos. Sin
mas fundamentales del derecho civil se pretenden embargo, el negocio jurídico no se agota en la sola
explicar y justificar en gran medida acudiendo al declaración de voluntad, por cuanto otro aspecto,
concepto de la obligación. A nuestro entender este también fundamental, es el de la valoración de cada
culto a la disciplina obligacional y a la intromisión del declaración de voluntad o conjunto de las mismas de
concepto de la obligación en muchos ámbitos de la acuerdo a la función a la cual están encaminadas, es
problemática de la disciplina contractual, que entre decir, el negocio jurídico, al igual que el contrato, no se
nosotros pretende extenderse al campo del negocio agota en la problemática de la estructura y formas de
jurídico, no es una simple casualidad, pues se explica declarar la voluntad, siendo también siempre necesario
por un cierto desprecio hacia la teoría general del examinar su relevancia o utilidad social. Por ello, la
negocio jurídico por entender, o en todo caso por doctrina en términos casi unánimes le ha dado tras-
existir el infundado prejuicio, que la misma es un cendental importancia al tema de la causa o significa-
esfuerzo estéril, de un altísimo grado de abstracción, do social del negocio, aunque no desde siempre, diría-
que no implica ninguna aplicación práctica y que mos más bien recientemente.
constituye en última instancia un esfuerzo intelectual Este individualismo jurídico, ácidamente criti-
inútil, que en vez de aclarar no hace sino oscurecer el cado desde hace mucho tiempo por la doctrina euro-
campo casi sagrado del contrato y de la obligación. Sin pea, ha definido también siempre el contrato como un
embargo, en nuestro concepto, el triunfo momentá- simple acuerdo de voluntades o como fuente de
neo de esta concepción (que podríamos llamar obliga- obligaciones o como la declaración conjunta de una
cionista del contrato y del negocio jurídico) responde supuesta voluntad común encaminada a la produc-
fundamentalmente a que entre nosotros y lamenta- ción de efectos jurídicos. En otros términos, en la
blemente a nivel de los especialistas extranjeros en doctrina contractualista se le ha dado también siem-
materia contractual en gran número, ha prevalecido pre importancia fundamental al concepto de la de-
siempre una concepción voluntarista e individualista claración de voluntad y del consentimiento, dejando
del contrato y también del negocio jurídico, tomándo- de lado igualmente el significado social del contrato,
se como una verdad absoluta el principio de la auto- al igual que sucedió durante mucho tiempo con el
nomía de la voluntad y del efecto obligatorio del negocio jurídico dentro de la concepción pandectista,
consentimiento. Concepción jurídica que no es sino la según se ha indicado anteriormente. Ahora bien, como
consecuencia de un punto de vista completamente resulta evidente, dentro de una concepción
individualista y antihistórico de nuestra realidad so- individualista y voluntarista del campo negocial y
cial y jurídica. FRUTO DE ESTE INDIVIDUALISMO contractual, que no reconoce mayor valor a la inter-
ES TAMBIEN LA DEFINICION DEL NEGOCIO JU- vención del ordenamiento jurídico ni a los principios
RIDICO COMO UNA SIMPLE DECLARACION DE en los cuales se inspira, y que desconoce toda vincu-
VOLUNTAD QUE PRODUCE EFECTOS JURIDICOS lación del contrato o del negocio jurídico con la reali-
y que, según reiteramos, no alcanza a establecer ade- dad social, lógico es decir y afirmar, como verdad
cuada y correctamente la verdadera naturaleza del absoluta, que la obligación, en vez de ser un simple
negocio jurídico. Evidentemente, no podemos negar efecto jurídico, sea elevada a la categoría de un aspec-
que la declaración de voluntad es el elemento principal to estructural del contrato o del negocio jurídico en
del negocio jurídico, en cuanto lo fundamental en esta general. Por ello, esta concepción que criticamos no

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sólo no es seguida por todos aquéllos que tienen una social. Todo ello nos lleva necesariamente al conven-
concepción social del negocio jurídico y del contrato, cimiento que no se puede hablar sino de una con-
sino que en sí misma no debe ser aceptada por impli- cepción social del negocio jurídico y del contrato,
car una contradicción evidente sobre la naturaleza del como del Derecho en general, lo que implica examinar
negocio jurídico y del mismo contrato como supuesto no sólo el lado estrictamente jurídico y formal de las
de hecho y la relación jurídica como su efecto jurídico. figuras jurídicas, sino fundamentalmente su corres-
No obstante lo cual, volvemos a insistir, nadie puede pondencia con figuras de orden social y entender el
negar tampoco la importancia fundamental del con- Derecho como un conjunto de normas que sólo son
sentimiento en la doctrina general del contrato, pero tales en la medida que tengan un sustrato y una
no se puede admitir en modo alguno que la misma justificación social. Dentro de este punto de vista lo
gire alrededor del mismo únicamente. patrimonial es muy importante, pero no es lo único,
Dentro de una concepción social del derecho y constituyendo simplemente un aspecto relevante de
del negocio jurídico y por ende del contrato, el objeto esta realidad social, debidamente regulada y organi-
debe buscarse en la misma realidad social, en todos zada por el Derecho.
los asuntos o aspectos que de acuerdo a la valoración Otra de las teorías que ha logrado bastante
de cada sociedad en particular, en un momento histó- éxito en nuestro medio y que contradictoriamente se
rico determinado, merezcan la calificación de objeto encuentra también contenida en nuestro Código Civil
negocial, es decir, en los intereses o asuntos particula- en la parte relativa al objeto del contrato es aquélla que
res, o materias que cada sociedad considera relevan- lo define como la creación, modificación, regulación o
tes de acuerdo a sus propias reglas en un momento extinción de obligaciones, según lo dispone expresa-
histórico determinado. Sin embargo, este punto que mente el artículo 1402º. Esta teoría es aplicada en
será ampliado y retomado nuevamente un poco más nuestro medio, por algunos, al objeto del negocio
adelante en el presente trabajo, estamos seguros que jurídico, trayendo como consecuencia el conceptuali-
no será aceptado con facilidad en nuestro medio, zar el objeto del negocio jurídico como la creación,
debido a los prejuicios individualistas que florecen y modificación, regulación o extinción de relaciones
que se encuentran profundamente enraizados, sobre jurídicas en general, ya se trate del contrato o del
todo por la excesiva influencia de la doctrina clásica, negocio jurídico respectivamente, no haciéndose refe-
principalmente francesa. No obstante lo cual, consi- rencia sino a la finalidad jurídica del negocio jurídico
deramos que es ya tiempo, y así lo hemos venido o contrato y como es aceptado por todos los autores
haciendo desde siempre en las aulas, de difundir e causalistas en la actualidad, la causa está referida en
insistir en un cambio de mentalidad hacia una concep- gran medida a la finalidad jurídica del negocio jurídi-
ción social del negocio jurídico y por supuesto del co o del contrato. Al decir esto no estamos diciendo
contrato y del Derecho en general, debiendo enten- que el tema de la causa se agote en el de la finalidad
derse que nos parece poco feliz la expresión, muy en jurídica o finalidad típica del negocio. La causa no sólo
boga últimamente, sobre la existencia de un derecho es la finalidad jurídica sino, fundamentalmente, la
civil patrimonial, que deja de lado también el carácter finalidad o función socialmente relevante que, en
sustancialmente social y solidario de la norma jurídica mérito a su propia relevancia de orden social, se
de derecho privado, haciendo hincapié únicamente convierte en finalidad o función jurídica al ser regula-
en el contenido patrimonial de algunas relaciones da y valorada por el sistema jurídico en un determina-
jurídicas y olvidando fundamentalmente que, con do supuesto de hecho correspondiente a una determi-
independencia o no del contenido patrimonial, las nada figura negocial. Sin embargo, a pesar del aspecto
relaciones jurídicas no son sino relaciones eminente- social de la causa, de suma trascendencia en la moder-
mente sociales, que por estar consideradas como re- na doctrina para la obligación y justificación del pro-
levantes y dignas de tutela por cada ordenamiento pio concepto del negocio jurídico como negocio so-
jurídico en especial, son elevadas al rango de relaciones cial, existe uniformidad de pareceres en que la causa
jurídicas y atribuidas como efectos jurídicos a los necesita definitivamente de un lado jurídico, consti-
negocios sociales, que gracias al mérito de su función tuído precisamente por su finalidad jurídica. En este
social son caracterizados como negocios JURIDICOS. sentido, la causa se define, desde su lado jurídico,
No debe olvidarse nunca que el negocio jurídico no es como la finalidad o función jurídica del negocio jurí-
sino una autorregulación de intereses privados, es dico sobre la base de una función o finalidad social.
decir, una manifestación de la autonomía privada, Siendo ésto así, no cabe duda alguna que, al definir el
entendida como el poder de los particulares de rela- objeto como la finalidad jurídica, no estamos sino
cionarse entre sí para la satisfacción de sus propias confundiendo el objeto del negocio con la causa. Es
necesidades. Autonomía privada que, antes que un ésta precisamente la razón por la cual no compartimos
fenómeno jurídico, no es sino fenómeno estrictamente esta segunda posición sobre el objeto del contrato y

56 IUS ET VERITAS
menos aún su extensión al objeto del negocio jurídico. concepción y orientación sobre el derecho contractual
La razón de ser de esta posición sobre el objeto está en su conjunto, aplicable también al ámbito negocial.
basada también en una concepción voluntarista e El cambio de concepción, producto principal-
individualista del contrato y del negocio jurídico, al mente de la doctrina italiana y la española reciente así
igual que la teoría anterior, pero además en una como de la misma doctrina alemana mediante la
concepción subjetivista sobre la causa del negocio, elaboración de figuras como la referida a la base del
que hace que la finalidad jurídica, al no poder pres- negocio jurídico, determinó un cambio de conceptos y
cindirse de ella dada su importancia fundamental, sea así se habla ahora ya no de la autonomía de la volun-
elevada al rango de objeto del mismo negocio. La tad, sino de la autonomía privada y se define el
explicación es la siguiente: la concepción subjetiva de negocio jurídico ya no como una simple declaración
la causa -que hemos criticado desde siempre en ante- de voluntad sino como un supuesto de hecho con
riores oportunidades con insistencia- conceptualiza contenido preceptivo o normativo. En el mismo sen-
esta causa como el motivo o el móvil por el cual el tido, se define la causa ya no como el objetivo abstracto
sujeto celebra un contrato o un determinado negocio o concreto que determinó a las partes a celebrar el
jurídico, es decir, se caracteriza a la causa como un negocio sino como la finalidad jurídica o típica del
aspecto contractual o negocial correspondiente al lado negocio y posteriormente como la función económico
psicológico del sujeto o de las partes contratantes, sin social. Es decir, el cambio de orientación sobre el
hacer referencia alguna al rollimitador del ordena- ámbito negocial y por ende sobre el contractual, trajo
miento jurídico, olvidando por ello cualquier vincu- a su vez, como consecuencia inmediata y necesaria,
lación de la causa con la finalidad jurídica del negocio. un cambio en la construcción dogmática de la causa,
Esta concepción se encuentra basada también en una refiriéndola ya no a la finalidad o motivaciones de las
noción voluntarista del contrato, pues si decimos que partes sino a la finalidad del mismo negocio jurídico
el contrato obliga por la sola fuerza del consentimiento
de las partes contratantes, resulta forzoso y obligato-
rio decir que la causa debe encontrarse dentro del
mundo psicológico de las mismas partes contratantes.
'' .. .es decir, el negocio jurídico,
Resulta así innecesario hacer cualquier referencia a la al igual que el contrato, no se
finalidad jurídica del contrato y del negocio y menos
aún a su finalidad o función social, dado que la misma
agota en la problemática de la
carecería de toda importancia al bastar las simples estructura y formas de
declaraciones de voluntad de las partes para la pro-
ducción de efectos jurídicos y al no existir otro límite
declarar la voluntad, siendo
para la autonomía de la voluntad y el rol creador del también siempre necesario
consentimiento que la licitud, es decir, el no contravenir
normas inspiradas en el orden público o en las buenas
examinar su relevancia o
costumbres. En otras palabras, dentro de una con- utilidad social ~~.
cepción voluntarista e individualista que señale como
verdad absoluta que las consecuencias jurídicas son
producto de las declaraciones de voluntad o de la como supuesto de hecho y haciendo hincapié mayori-
voluntad común (llamada también voluntad con- tariamente en su significado social. Esto último debi-
tractual) sólo queda como única posibilidad, ubicar la do a que se empezó a entender el negocio no como una
causa dentro del ámbito psicológico, definiéndola operación abstracta y formal sino como un acto social,
como la razón o el motivo por el cual se asume una como un negocio social, utilizado por los particulares
obligación o se celebra un contrato o negocio jurídico. en su vida de relación social para la autorregulación
Esto significa en última instancia que las concepciones de sus propios y particulares intereses. Del mismo
subjetivas sobre la causa, venidas a menos -y con modo, ya no se habla tampoco de la causa de la
razón- en los últimos años, no son sino el producto y obligación, sino de la causa del negocio jurídico o del
la consecuencia natural de una concepción indivi- contrato, pues el concepto de causa de la obligación,
dualista, voluntarista y completamente liberal del elaborado por la doctrina francesa clásica, fue tam-
contrato y del negocio jurídico. Más aún debemos bién producto -uno de los más sofisticados- del vo-
señalar que la orientación subjetiva sobre la causa luntarismo e individualismo que enarboló el princi-
justifica y legitima, la orientación liberal del contrato pio o, mejor dicho el dogma de la voluntad.
y del derecho civil en general. Dicho de otro modo, No obstante lo cual, este cambio de perspectiva,
existe una mutua dependencia entre ambas doctrinas que gravitó definitivamente en una evolución y perfec-
sobre estos aspectos, conformando las dos una sólida cionamiento del tema de la causa y del mismo negocio

IUS ET VERIT AS 57
jurídico, lamentablemente ha tenido una menor influen- definición sobre objeto del contrato contemplada en el
cia en el campo del objeto del negocio jurídico y, con artículo 1402º. Y es por ello justamente que en nuestro
mayor razón, del contrato. Esto incidió sobre todo en los medio la mayor parte de intérpretes y comentaristas
autoresdedicadosaladisciplinacontractual yobligacio- de nuestro Código Civil señalan que el "fin lícito" del
nal, incluso en los mismos especialistas en materia artículo 140º está referido a la finalidad de las mismas
negocial. Pareciera que no se le diera la importancia partes y no a la finalidad objetiva del mismo contrato
debida al tema del objeto e incluso que existiera cierto o negocio jurídico. De esta manera, se piensa entre
temor respecto del mismo, pues la mayor parte de los nosotros, que se ha llegado a un sistema negocial y
especialistas dedican apenas algunas páginas al objeto contractual completamente lógico y armónico. Feliz-
del negocio jurídico. Ello ha determinado que se im- mente, este punto de vista no resiste la menor crítica,
pongan con mucha fuerza las ideas sobre el objeto del por la sencillísima razón que el término "fin lícito"
contrato que estamos estudiando en el presente artículo utilizado en el artículo 140º y tantas veces menciona-
y que, a nuestro criterio, han contribuido definitivamente do, es un término equívoco que puede estar referido
a oscurecer aún más el concepto de objeto del negocio, tanto a la finalidad de las partes como a la finalidad
como el del mismo contrato, lógicamente. objetiva del mismo negocio jurídico. Así la doctrina
Por ello, es fundamental poner de relieve esta señala mayoritariamente que el término causa está
nefasta vinculación entre las dos concepciones de referido al fin objetivo y jurídico del mismo negocio,
objeto que criticamos y la orientación individualista y pues la orientación subjetiva sobre la causa es, fran-
egoísta del derecho que tampoco aceptamos. Siendo camente, casi inexistente. No cabe duda alguna que
esto así, y ante este cambio de orientación y de ideas, por INTERPRETACION DOCTRINARIA DE UN
nos parece que no se puede aceptar tampoco esta TERMINO EQUIVOCO CON SIGNIFICADO JURI-
segunda posición sobre objeto del contrato -aplicada DICO como el de "fin lícito", debemos aceptar que el
al negocio por algunos- que nos lleva a confundir la mismo hace referencia a la finalidad jurídica y objeti-
causa con el objeto y que se encuentra en contradic- va del negocio y no así a la finalidad de los mismos
ción con las modernas teorías sobre el negocio jurídico sujetos que celebraron el negocio. Esto significa que la
y su causa. No podemos aceptar que se diga que el interpretación doctrinaria, a la cual tenemos que acu-
objeto del negocio, y por ende también el del contrato, dir en este supuesto, nos conduce a interpretar el
deba ser la finalidad jurídica, dejando de lado el término "fin lícito" como referido al fin objetivo y
aspecto social del negocio jurídico y haciendo hinca- jurídico del mismo negocio o, lo que es igual, a aceptar
pié únicamente en su lado jurídico. N o podemos darle que el Código Civil peruano ha desechado la orienta-
a la finalidad jurídica el carácter de objeto por ser éste ción subjetiva sobre la causa. LA RAZON ES EVI-
el lado jurídico de la causa del negocio, menos aún si DENTE: al tener este término un doble significado
nuestro actual Código Civil, a diferencia del código coloquial tenemos que recurrir a su significado jurídi-
derogado, reconoce la causa como elemento del acto co, el cual nos lo da únicamente la doctrina, y como
jurídico, definiéndola como el fin lícito. Sin embargo, ésta le atribuye casi unánimemente un significado
esta expresión tampoco es feliz, pues permite enten- objetivo, al ser totalmente minoritaria la tesis subjetiva
der la causa como la finalidad o motivación de las sobre la causa, debemos interpretar dicha expresión
propias partes o sujetos intervinientes, permitiendo como referida al fin jurídico y objetivo del negocio.
de esta manera justificar la definición de objeto del Opinamos por todas las razones antes expuestas
contrato contenida en el artículo 1402º del Código que no se deben aceptar las dos definiciones de objeto del
Civil, según la cual el objeto es la creación, modifica- contrato que encontramos en los artículos 1402º y 1403º
ción, regulación o extinción de obligaciones. Eviden- del Código Civil, no sólo por ser las dos contradictorias
temente, si aceptamos la idea que la causa, tal como en sí mismas, (lo cual nos revela un gravísimo defecto de
está regulada en el artículo 140º, está referida a la regulación legal, pues mientras que el 1402º nos dice
finalidad de las mismas partes o sujetos que celebran claramente que el objeto es la finalidad jurídica, el1403º
el negocio jurídico, podremos sostener sin temor al- nos señala también en forma bastante clara que la obli-
guno y justificar también, la idea consagrada en el gación en sí misma es el objeto) y por las razones de
artículo 1402º sobre el objeto del contrato, pues siendo orden estructural que hemos expuesto, sino por estar las
la causa la finalidad que motivó a las partes contra- dos definiciones en abierta contradicción con la propia
tantes a celebrar el contrato, el objeto del mismo sería lógica delcontratoenla dogmática jurídica actual, basada
su finalidad jurídica. Por el contrario, si llegamos a la en una concepción filosófica, política e ideológica que
conclusión que el "fin lícito" al que hace referencia el rechaza el individualismo, el egoísmo y que pone énfasis
artículo 140º es el fin jurídico del mismo negocio por el contrario en valores como la interdependencia,
jurídico, es decir, su finalidad jurídica, no podremos solidaridad y cooperación social. Por todo ello, pensamos
entender y menos aún aceptar de modo alguno la también que los dos artículos antes mencionados deben

58 IUS ET VERITAS
ser retirados del Código Civil. En todo caso proponemos nos a confundir estos dos fundamentales aspectos den-
que el objeto sea regulado en el libro relativo al acto tro de la teoría general del negocio jurídico. Esta orien-
jurídico pero sin buscar adaptar ninguna de las actuales tación es aplicable sin variación alguna a la doctrina
definiciones existentes sobre el objeto del contrato en el general del contrato. Definitivamente es muy difícil
Código Civil que hemos criticado sin miramientos, proponer una definición a ser incorporada en una nor-
porque ello supondría un error todavía mayor que el ma dentro del libro relativo al acto jurídico de nuestro
existente en la regulación actual. La definición del objeto Código Civil, no sólo porque es peligroso y poco conve-
del negocio jurídico, que nos parece muy difícil poder niente emitir definiciones en materia de regulación legal,
consagrar en una norma, debe estar referida a la noción trabajo que debe quedar para el ámbito de la doctrina y
de objeto que hemos esbozado anteriormente y que, por en todo caso de la jurisprudencia, sino por el altísimo
supuesto, no es creación nuestra, sino que ha venido - grado de abstracción que supone la noción de objeto, al
siendo ya elaborada por algunos autores, aún cuando igual que la de causa. Por ello pensamos que debe
ellos mismos la han señalado con cierta timidez y de mantenerse simplemente la necesidad del objeto como
manera muy lacónica, referida según se ha expuesto a la requisito o elemento del acto jurídico, tal como está
materia social o al interés o necesidad socialmente re- regulado dentro del artículo 140º.
levante y digna de ser satisfecha mediante la celebración Ahora bien, y como ya lo hemos adelantado, en
del negocio jurídico. De esta forma, entenderíamos por nuestra opinión deben retirarse los artículos 1402º y
objeto, ya no algo abstracto o meramente jurídico o 1403º sobre objeto del contrato, no sólo por tratarse de
formal sino que al igual que la causa en su versión definiciones que son contradictorias entre sí y que
moderna, el objeto tendría dos lados o aspectos: uno de responden a una concepción del contrato superada
orden social referido al interés, necesidad o materia modernamente, sino fundamentalmente por ser defi-
considerada socialmente relevante y por ello mismo niciones que responden a concepciones falsas e inade-
digno de la tutela legal en una determinada sociedad en cuadas del objeto del contrato, todo lo cual hemos
un momento histórico determinado; y uno segundo, de explicado al detalle líneas arriba. Además de ello, nos
orden jurídico, referido a la valoración legal o normativa parece impropio que en un código civil, como el
y jurídica de esa necesidad, materia o interés, que de- nuestro, en el cual se ha regulado la figura del acto
terminaría y atribuiría valor jurídico a esa necesidad, jurídico, se establezcan normas sobre el objeto del
incorporándola dentro de los supuestos de hecho sobre contrato de manera independiente, como si se tratara
los negocios jurídicos y que permitirá una definición del de dos ámbitos completamente distintos, olvidándo-
objeto del negocio como el interés jurídicamente pro- se que el ámbito negocia! se encuentra íntimamente
tegido y considerado digno de tutela legal. De esta vinculado al ámbito contractual por la sencilla razón
manera, se obtendría una perfecta vinculación entre que el contrato no es sino un negocio jurídico plurila-
objeto y causa, sin llevamos a una confusión entre los teral con contenido patrimonial. Esto significa que
mismos, pues la causa sería concebida como la función por el simple hecho de ser el contrato una especie la
social considerada digna de tutela y elevada al rango de más importante dentro de la categoría general del
función jurídica y el objeto como el interés o materia negocio jurídico, al mismo le es aplicable toda la teoría
social considerado también digno de tutela y por ello general elaborada sobre el negocio y todas sus normas
mismo elevado al rango de materia o interés jurídico contenidas en nuestro Código Civil, es decir, al con-
obtenible mediante la celebración de un negocio jurídico. trato le son aplicables todas las nociones y regulacio-
La causa se entiende de esta manera como el vehículo o nes que conforman la teoría general del negocio jurí-
el medio jurídico a través del cual el sujeto debe obtener dico, a menos que se trate de aspectos especiales del
la satisfacción del interés o materia mediante la cele- ámbito contractual, en cuyo caso tendrían que estar
bración del propio negocio jurídico. Es decir, con la regulados únicamente en la parte general del contrato.
orientación que proponemos existe y habría siempre Así por ejemplo, las reglas sobre la formación del
una íntima vinculación entre objeto y causa, sin llevar- consentimiento, deben encontrarse únicamente den-
tro de las normas correspondientes a la parte general
del contrato, por ser el consentimiento un elemento
privativo del contrato e inaplicable a los demás ne-
''En este sentido, la causa se gocios jurídicos. Una norma especial sólo se justifica
define, desde su lado jurídico, como en la medida que se trate de alguna regla sobre un
aspecto singular y exclusivo del contrato que no sea
la finalidad o forma jurídica del aplicable a todos los demás negocios jurídicos en
negocio jurídico sobre la base de general. En tal sentido, todas las reglas sobre la de-
claración de voluntad, invalidez, vicios de la volun-
una función o finalidad social~~. tad, simulación, modalidades, fraude a los acreedo-

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res, formalidad, etc. le son aplicables directamente al Finalmente, debemos señalar que nuestra po-
contrato y a todos los negocios jurídicos regulados en sición sobre la concepción social del negocio jurídico
los demás libros del Código Civil peruano y en leyes y del contrato y las críticas que hemos planteado en el
especiales. Lo mismo ocurre las reglas sobre objeto y presente comentario al Dogma de la Voluntad, no
causa contenidas en el libro del acto jurídico. Por ello, pueden interpretarse en modo alguno como una críti-
insistimos, nos parece inadecuada la existencia de ca a la doctrina general del contrato y menos aún a la
normas sobre objeto del contrato, con independencia teoría general del derecho de obligaciones. Nadie
de las normas sobre objeto del acto jurídico, como si el niega la importancia del concepto de contrato y de su
contrato fuera distinto en este aspecto del negocio teoría general, ya que la misma sirve justamente para
jurídico. Si la naturaleza jurídica del objeto del contra- analizar y examinar todos los aspectos típicos y espe-
to fuera distinta de la del objeto del negocio jurídico o ciales del contrato como figura jurídica de importan-
mereciera un tratamiento distinto, estaría justificada cia fundamental en el derecho actual. Lo único que
la inclusión de reglas particulares en la parte general buscamos señalar es que no se puede permitir que
del contrato sobre este aspecto. Sin embargo, ello no es existan conceptos sobre objeto del contrato distintos a
así, pues el objeto del negocio jurídico, o mejor dicho los del objeto del negocio jurídico y menos aún que se
el concepto de objeto del negocio jurídico es el apliquen por extensión al negocio jurídico conceptos
mismo que el del objeto del contrato, siéndo aplica- nacidos en el ámbito de la doctrina general del contra-
bles automáticamente al contrato las reglas sobre el to. Lo que se busca es determinar los límites precisos
objeto del negocio jurídico contenidas en nuestro de cada sistema teórico, poniendo énfasis en las seme-
Código Civil. En tal sentido, es innecesario y suma- janzas y en las respectivas diferencias. Lo mismo
mente peligroso incorporar normas sobre objeto del sucede con el sistema del derecho de obligaciones,
contrato en un código civil que reconoce expresamente respecto del cual nadie puede negar su importancia y
la categoría general del negocio jurídico, AUN especialidad, pero no se puede admitir que se señale
CUANDO SE LE DENOMINE ACTO JURIDICO; que la obligación, que por su propia naturaleza es un
innecesario por cuanto ya existen normas sobre objeto efecto jurídico, pueda ser considerada como uno de
del negocio jurídico y peligroso pues se podría crear los aspectos estructurales del negocio jurídico. Evi-
confusión, como efectivamente ha sucedido en nuestro dentemente, existe también vinculación entre el dere-
medio, haciendo pensar a muchos que el objeto del cho de obligaciones y la teoría general del negocio
contrato es completamente distinto del objeto del jurídico. Así pues, debe señalarse que compartimos la
negocio jurídico. Como volvemos a insistir, y por las opinión según la cual el desarrollo de la relación
razones antes explicadas, una definición sobre objeto jurídica y su posterior ejecución sirven para el cumpli-
del acto jurídico en el Código Civil es completamente miento de la causa del negocio, esto es, que la causa
innecesaria, por cuanto lo único relevante en términos orienta el desarrollo de la relación jurídica, la misma
legales es establecer todos los requisitos que debe que nosotros preferimos calificar de negocial, en vez
cumplir el objeto en ausencia de los cuales el negocio de contractual u obligacional. Finalmente, debemos
jurídico sería nulo. Así, por ejemplo, nunca se ha señalar enfáticamente que no compartimos la idea
definido, y felizmente tampoco se ha pretendido de- según la cual una vez nacida la relación jurídica
finir, el concepto de lo que debe ser la declaración de negocial se extingue el mismo negocio jurídico que la
voluntad, la causa,las formalidades, las modalidades, creó. En nuestra opinión, esta posición es un producto
los vicios de la voluntad, ni ningún otro de los con- muy sofisticado del sistema individualista en materia
ceptos que conforman la teoría general del negocio contractual, que destaca exageradamente el concepto
jurídico, dentro de las normas de nuestro libro sobre de la obligación en relación con el del contrato y que
el acto jurídico. En el mismo sentido, nos parece que parte de una premisa, no aceptada por todos, según la
no se debe incorporar ninguna definición sobre objeto cual el contrato y por ende el negocio es un supuesto
del acto jurídico, esto es, no se puede repetir el error de hecho. Por el contrario, si entendemos que el nego-
del legislador peruano al haber introducido defini- cio es un supuesto de hecho con un contenido precep-
ciones sobre el objeto del contrato. No se puede pre- tivo será imposible admitir que se extinga el negocio
tender que por el hecho de haberse introducido defi- una vez creada la relación negocial, por cuanto el
niciones sobre el objeto del contrato, que han resulta- precepto negocial establecido por los sujetos que han
do contradictorias y nada satisfactorias, sea necesario celebrado el negocio jurídico, entendido éste como
hacer lo mismo con relación al objeto del acto jurídico. una autorregulación de intereses privados, sólo se
El error actual se subsana eliminando las normas puede extinguir una vez que se hayan ejecutado las
sobre objeto del contrato y dejando a la doctrina en prestaciones, es decir, una vez que se haya cumplido
libertad de debatir el concepto de objeto del negocio la relación jurídica negocial. •
jurídico.

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