Querido Diario,

Hoy fui feliz, por primera vez en años siento que soy útil. El
señor gruñón al fin reconoció mi esfuerzo, me dijo que por fin
estoy empezando a entenderlo, aunque me falta mucho por aprender.
Sabes cómo me sentí cuando dijo eso, feliz.

Es la primera vez que no me ha reñido, que se ha sentido a gusto

con mi trabajo, aunque lo que hice no es mucho, pero igual me
siento bien y con ganas de continuar.

Estuvimos trabajando en su oficina, y faltando un cuarto de hora

para salir tuvimos una plática amena. Me pregunto sobre mi
familia, y yo también le pregunte lo mismo, buen tiempo estuvimos
charlando entre risas y secretos.

Sé que debería estar contenta por lograr que él se abriera

conmigo, pero sería mentirme si digo que nada me pasa. Aun
escucho esas palabras cuando dijo que tiene enamorada, pensé que
no lo tenía. Y no sé qué hacer, si olvidarlo, si borrarlo de mi
corazón o luchar por su amor, y mostrarle que existo.

No sé lo que siento cada vez que lo veo, tengo ganas de ir

corriendo hacia él y abrazarlo fuertemente, y decirle que todo
estará bien, pero a veces pienso, no, no es lo correcto. Me
pregunto si eso es amor.

A donde voy o con quien estoy, él está conmigo, en mi memoria,

su perfume, sus ojos grandes, su risa y las veces que me hace
enfadar, todo me persigue.

Es inevitable no alejarme de él, pero sé que él no es para mí,

su corazón ya tiene otra dueña.