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Debe tomarse en cuenta que la cirugía por cáncer no es realmente una cirugía electiva ni una
cirugía urgente, pero el retraso de un procedimiento quirúrgico al tratar de compensar algún
proceso comórbido puede traer como consecuencia un rápido desarrollo del proceso oncológico
que haga imposible el tratamiento quirúrgico. Es por esto que la valoración preanestésica debe
equilibrar el riesgo asociado con la progresión de la enfermedad y la presencia o no de patologías
agregadas, además de los riesgos originados por los tratamientos propios de esta patología
(quimioterapia y radioterapia)16 y los riesgos derivados del procedimiento quirúrgico. Efectos de
la terapia para el cáncer Quimioterapia Los agentes quimioterapéuticos están destinados a
destruir selectivamente las células neoplásicas por interferencia de una vía metabólica no
presente en las células normales.17 Es sumamente importante obtener una lista de los agentes de
quimioterapia que el paciente haya recibido, el tiempo de administración y las fechas de
administración, ya que la toxicidad de estos agentes se observa aún meses después de su
administración y puede afectar a múltiples órganos y sistemas. Agentes como bleomicina y
doxorrubicina se correlacionan fuertemente con dosis acumulativas de estos fármacos, y otros
pueden asociarse con diferente toxicidad orgánica18 (cuadro 18–1). A menudo existen efectos
secundarios severos que incluyen náusea, vómito, pérdida de cabello, anorexia, fatiga, neuropatía
periférica y anemia. Se ha estimado que 33% de los pacientes sometidos a quimioterapia sistémica
han tenido disfunción cognoscitiva que interfiere con su calidad de vida.18 Radioterapia Cada vez
que la radioterapia se administra como un intento curativo o paliativo existe el riesgo de producir
un daño serio en los tejidos normales. Al realizar la valoración preoperatoria de un paciente con
cáncer o antecedentes de enfermedad maligna habrá que preguntar si el paciente ha recibido
radioterapia y en qué parte del cuerpo. La radiación en mandíbula y cuello puede ocasionar el
estrechamiento de la vía aérea y limitación en la movilidad del cuello, pero con más frecuencia
causa hipofunción glandular con xerostomía, hipotiroidismo e hipoparatiroidismo primario.19 Al
irradiar el cerebro, la base del cráneo o el cuello se puede desarrollar disfunción hipotalámica–
hipofisaria.20 El panhipopituitarismo se manifiesta por hipotensión, hipotermia, hipoglucemia y
síntomas inespecíficos como fatiga y debilidad. Con equipos modernos de megavoltaje las
reacciones epidérmicas se limitan usualmente a sequedad y descamación de la piel y se
incrementa la pigmentación. Cambios posteriores se caracterizan por atrofia, que conduce a
contracción del área radiada.21 La mucositis aguda ocurre a menudo con síntomas clínicos (como
diarrea o gastritis), y otras anomalías metabólicas asociadas (como uremia, hipoxia y cetoacidosis)
pueden también causar náusea y vómito. Las radiaciones en tórax y mediastino pueden desarrollar
toxicidad cardiopulmonar.
Valoración por sistemas Estado funcional Para determinar el estado funcional del paciente
oncológico las escalas más comúnmente usadas son la escala de ECOG (Eastern Cooperative
Oncology Group Performance Status Scale)22 (cuadro 18–2) y la escala de Karnofsky23 (cuadro
18–3). Aunque la escala de Karnofsky tiene 11 niveles y la de ECOG sólo 5, ambas tienen un valor
predictivo similar (cuadro 18–4). La aplicación de estas escalas en pacientes geriátricos puede ser
problemática, ya que no estiman de manera adecuada el deterioro en el estado funcional de
acuerdo con la edad en aquellos que son evaluados basándose en la capacidad de realizar tareas
específicas. Las escalas más usadas en estos casos son la ADL de Katz (Activities of Daily Living),
que evalúa actividades como bañarse, vestirse, ir al baño, incontinencia, trasladarse y
alimentarse,24 y la IADL de Lawton (Instrumental Activities of Daily Living), que evalúa la
capacidad del paciente para usar el teléfono, realizar compras, preparación de alimentos,
actividades de limpieza, mantenimiento y lavandería, uso de un medio de transporte
independiente, ser responsable de sus medicamentos y de sus finanzas
Consideraciones de la vía aérea
Es importante realizar una adecuada valoración de la vía aérea, ya que pacientes sometidos a
radiación en cabeza y cuello pueden desarrollar trismus, limitación de la apertura bucal y de la
extensión del cuello o rigidez de las estructuras de la cavidad oral, lo que provoca dificultad para
ventilar o intubar al paciente.
Los pacientes obesos, con cuello corto, macroglosia y patrones de apnea obstructiva del sueño
pueden beneficiarse de una valoración neumológica previa a la cirugía, así como con el uso de la
terapia respiratoria con presión positiva continua de la vía aérea (CPAP) en el perioperatorio.26
Para la valoración integral de la vía aérea son aplicables las escalas que todos conocen:
Mallampati, distancia tiromentoniana, apertura oral, flexión cervical, protrusión de incisivos
superiores, etc.
CONCLUSIONES
Aunque todavía no es posible analizar un periodo adecuado
de tiempo (análisis retrospectivo) para determinar
la posible influencia de la técnica anestésica en la recurrencia
del cáncer en los pacientes, la experiencia
obtenida del uso de la TIVA en el paciente oncológico
ha conducido a las siguientes conclusiones:
1. La TIVA proporciona una gran alternativa para el
manejo de este grupo de pacientes.
2. Resulta muy claro que el uso de propofol como
hipnótico de base puede ofrecer grandes ventajas
sobre el uso de los agentes inhalados en el paciente
oncológico.
3. No todos los casos son susceptibles de ser manejados
exclusivamente con TIVA, pero es posible obtener
buenos resultados al emplear técnicas combinadas,
es decir, anestesia regional más TIVA.
4. Las técnicas de TIVA combinadas con anestesia
regional pueden ofrecer grandes beneficios clínicos
al paciente y tener una muy importante repercusión
en la recurrencia del cáncer.
5. No se debe olvidar que existen otros factores en el perioperatorio que influyen de manera
directa en
la supresión inmunitaria del paciente y, por supuesto,
en la recurrencia del cáncer, sobre los cuales
el anestesiólogo puede influir de manera directa
en su práctica diaria.
6. Es muy importante el desarrollo de más estudios
en humanos, para definir de manera más precisa
los efectos de los anestésicos en la respuesta inflamatoria,
la recurrencia tumoral y la presencia de
metástasis en pacientes oncológicos.