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UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES

FACULTAD DE DERECHO

CENTRO DE INVESTIGACIÓN EN CRIMINOLOGÍA

LAS CAUSAS CRIMINÓGENAS DE LA CRIMINALIDAD FEMENINA


EN EL PERÚ

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

PRESENTADO POR:

Alumnas Investigadoras:

- Asunción Heredia Phoco


- Lourdes Marín Gil
- Yajaira Vásquez Cava

Tutores de la Investigación:
Dr. Gino Ríos Patio
Dr. César Ramírez Luna
Dr. Roberto Cáceres Julca

LIMA-PERÚ

2013
TÍTULO

LAS CAUSAS CRIMINÓGENAS DE LA CRIMINALIDAD FEMENINA


EN EL PERÚ

1
DEDICATORIA

A las mujeres del Perú que han tenido

el infortunio de incurrir en conducta criminal.

2
Abrid escuelas para cerrar prisiones.

El porvenir está en manos del maestro.

Víctor Hugo

3
ÍNDICE

Portada i

Título ii

Dedicatoria iii

Pensamientos inspiradores del trabajo de investigación iv

ÍNDICE v

ÍNDICE DE GRÁFICOS vi

RESUMEN vii

ABSTRACT viii

INTRODUCCIÓN ix

CAPÍTULO I: PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 10

1.1 Descripción de la realidad problemática 10


1.2 Formulación del problema 11
1.2.1 Problema general 11
1.2.2 Problemas específicos 11
1.3 Objetivos de la investigación 11
1.3.1 Objetivo general 11
1.3.2 Objetivos específicos 11

4
1.4 Justificación de la investigación 12
1.5 Limitaciones de la investigación 12
1.6 Viabilidad de la investigación 13

CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO 14

2.1 Antecedentes de la investigación 14

2.2 Bases teóricas 15

2.3 Definiciones conceptuales

2.4 Formulación de hipótesis 25

2.4.1 Hipótesis general 29

2.4.2 Hipótesis específicas 29

2.4.3 Variables 29

CAPÍTULO III: DISEÑO METODOLÓGICO 30

3.1 Diseño de la investigación 30

3.2 Población y muestra 30

3.3 Operacionalización de variables 31

3.4 Técnicas para la recolección de datos 31

3.4.1 Descripción de los instrumentos

3.4.2 Validez y confiabilidad de los instrumentos 31

3.5 Técnicas para el procesamiento y análisis de los datos 32

3.6 Aspectos éticos 32

CAPÍTULO IV: RESULTADOS 33

4.1. Resultados 33

5
CAPÍTULO V: DISCUSIÓN 48

5.1. Aspectos Sociales, Económicos y Culturales 48

CAPÍTULO VI: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIÓN 71

6.1. Conclusiones 71

6.2. Recomendación 72

BIBLIOGRAFIA 73

Referencias bibliográficas 73

Referencias electrónicas 73

ANEXOS 74

Anexo 1. Matriz de consistencia 74

Anexo 2. Instrumentos para la recolección de datos 74

Anexo 3. Constancia emitida por la institución donde se realizó la investigación 75

ÍNDICE DE GRÁFICOS

Gráfico 1 33

Gráfico 2 34

Gráfico 3 36

Gráfico 4 37

Gráfico 5 38

Gráfico 6 39

Gráfico 7 40

Gráfico 8 41

Gráfico 9 42

6
Gráfico 10 43

Gráfico 10.1 44

Gráfico 10.2 44

Gráfico 10.3 45

Gráfico 11 46

Gráfico 12 47

7
RESUMEN

El presente trabajo de investigación tiene como objetivo analizar y determinar la


aplicabilidad de las causas criminógenas generales en la criminalidad en el Perú;
evaluar las características de la criminalidad femenina en función de los tipos
penales en que incurren, comparándola con la criminalidad masculina; y plantear
un diagnóstico, explicación y prospectiva a la problemática de la criminalidad
femenina.

ABSTRACT

This research aims to analyze and determine the applicability of the general
criminogenic causes crime in Peru, evaluate the characteristics of female
criminality in terms of offenses incurred comparing it to male crime, and raise
diagnosis, explanation and forecasting to the problem of female criminality.

8
INTRODUCCIÓN

En el Perú, la sociedad y la persona humana vienen siendo afectados en su


seguridad, tranquilidad y desarrollo, por el incremento cuantitativo y cualitativo de
la criminalidad, frente a lo cual el Estado no adopta medidas coherentes con la
Constitución ni fundadas en estudios criminológicos, por lo que se evidencia la
ausencia de una política criminológica eficiente y eficaz, con lo cual no se logra la
solución del problema, afectándose la dignidad humana, que un Estado
democrático y de Derecho está llamado a respetar.

Dentro de esa problemática, importa destacar a los efectos de la presente


investigación, el tema de la criminalidad femenina, que presenta sustantivas
características singulares respecto de la criminalidad masculina, que interesa
explicar a partir de las condiciones sociales, económicas y culturales en que se
desenvuelve la mujer; en función de los tipos penales en los que incurre, los que
podrían tener relación con su psique.

Por ello, el trabajo de investigación que hemos realizado busca fundamentalmente


exponer críticamente la situación; determinar la relación que existe entre el índice
de criminalidad femenina y las condiciones sociales, económicas y culturales en
que se encuentra la mujer en el Perú; evaluar las características de dichos
comportamientos criminales; y realizar una explicación del problema, así como
formular un diagnóstico y una prospectiva de dicha problemática.

El presente trabajo investigativo se justifica, entonces, por su originalidad, así


como por su sentido crítico constructivo; su importancia académica e innegable
utilidad social, dado que se plantea y sustenta un estudio explicativo y analítico de
la criminalidad femenina.

9
A lo largo de la investigación que presentamos, se muestra en el primer capítulo,
la descripción de la realidad problemática, la formulación del problema general y
los problemas específicos; los objetivos de la investigación; la justificación,
limitaciones y viabilidad de la misma.

En el segundo capítulo, se presenta el marco teórico, constituido por los


antecedentes de la investigación, las bases teóricas y las definiciones
conceptuales; la formulación de las hipótesis generales y específicas y las
variables.

En el tercer capítulo, se muestra el diseño de la investigación, en términos de


población y muestra; operacionalización de variables; técnicas para la recolección
de datos, lo que contiene la descripción de los instrumentos, su validez y

confiabilidad; las técnicas para el procesamiento y análisis de los datos; y los


aspectos éticos

En el cuarto capítulo se presentan los resultados de la investigación, así como los


gráficos e interpretaciones en relación con las hipótesis.

Finalmente, el quinto capítulo contiene la discusión; las conclusiones de la


investigación, que llegan a determinar las deducciones evaluativas de la
criminalidad femenina en el Perú a los efectos del estudio de las causas y
condiciones de dicho comportamiento criminal; y las recomendaciones que se
derivan del trabajo efectuado.

10
CAPÍTULO I

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1 Descripción de la realidad problemática

Los índices de criminalidad se han elevado notoria y dramáticamente en el Perú


en los últimos años, lo cual significa que hoy en día se perpetran más delitos que
antes y en una variedad inimaginable; siendo del caso observar que dichas
acciones dañosas son tan detallada y morbosamente informadas en cuanto a su
planeamiento y ejecución, que la sociedad advierte que son más crueles e
inhumanas que antes. Basta tener presente la cantidad de parricidios, violaciones
contra la indemnidad sexual de menores de edad y atentados contra el medio
ambiente, entre otros delirantes delitos, para corroborar la aseveración
precedente.

Esta trágica realidad cotidiana causa a todos los miembros de la sociedad, una
preocupante sensación de alarmante inseguridad, pues además del propio daño
físico y material que conlleva la conducta delictiva en la víctima y el agraviado,
asoma el daño psicológico permanente a nivel individual y social, que afecta
indudablemente todos los órdenes de la vida en comunidad.

En calles y plazas, gabinetes y despachos gubernamentales, la opinión pública y


las autoridades se refieren a la crisis de valores como el factor causante del
incremento cuantitativo y cualitativo de los delitos; sin embargo, el desplome de la
base axiológica de la comunidad, que debe servir de guía e inspiración para el

11
respeto de la dignidad y los derechos fundamentales de la persona humana, es
solamente una de las múltiples causas del crimen.

En efecto, antes o concomitantemente con ella, están además la carencia de


identidad e integración nacional, la ajenidad en las relaciones interpersonales, la
pérdida de credibilidad y confianza en las autoridades, la inexistencia de políticas
públicas eficaces para la generación de empleo, cobertura de servicios de salud
en lugares remotos del territorio nacional, salubridad y servicios de energía
eléctrica, agua y desagüe, acceso a la vivienda digna, acceso a la educación en
zonas alejadas de las ciudades y a una educación de calidad para la mayoría de
peruanos, la desintegración del núcleo familiar, la calidad de los medios de
comunicación nacionales, la corrupción institucional, social e individual, en fin, la
patente ausencia del Estado y el incumplimiento de sus fines esenciales de
bienestar general y seguridad integral.

Lo anterior no obstante, el índice de criminalidad femenina es cuantitativamente


reducido si lo comparamos con la criminalidad masculina; aquella es
esencialmente diferente a ésta si consideramos los tipos penales en los que
incurren ambos grupos; y, dentro del amplio espectro multidiverso de causas
criminógenas, las causas del comportamiento criminal femenino aparentemente no
son las mismas de la conducta criminal masculina.

1.2 Formulación del problema

1.2.1 Problema general

¿Las causas criminógenas generales son aplicables a la criminalidad femenina


en el Perú?

1.2.2 Problemas específicos

 ¿Las características de la criminalidad masculina se manifiestan en los


tipos penales en que incurren las mujeres?

 ¿Qué diferencias existen entre la criminalidad femenina y la criminalidad


masculina?

1.3 Objetivos de la investigación

1.3.1 Objetivo general

12
Establecer si las causas criminógenas generales son aplicables a la
criminalidad femenina en el Perú.

1.3.2 Objeticos específicos

 Las características de la criminalidad masculina no se reproducen en los


tipos penales en que incurren las mujeres
 Reconocer las diferencias que existen entre la criminalidad femenina y la
criminalidad masculina.

1.4 Justificación de la investigación

La investigación se justificó por su importancia académica, utilidad social y


trascendencia nacional.

En efecto, la importancia académica se explicó en la medida que el estudio


realizado demostró que el problema de la criminalidad femenina en nuestra
sociedad es limitado y sí tiene una alternativa de solución diferente al problema
de la criminalidad masculina.

Asimismo, la utilidad social se reveló porque la investigación permitió conocer


que la criminalidad femenina tiene causas sustancialmente diferentes a las de
la criminalidad masculina, lo cual es básico para la elección de las acciones
político criminológicas necesarias y el diseño de una eficaz política pública
integral y adecuada a nuestra realidad.

Igualmente, la investigación permitió ver su trascendencia nacional en la


medida que el conocimiento científico de la criminalidad femenina permitirá un
mejor tratamiento preventivo.

En esa línea, la investigación desarrollada se justificó teóricamente porque se


aportan ideas importantes y factibles de teorización respecto a la relación entre
la criminalidad femenina y sus causas.

Asimismo, se justificó socialmente porque la criminalidad es un problema


individual y social, por lo que el resultado de la investigación contribuye a la
aportación de una alternativa de solución en beneficio de la mujer peruana.

De igual manera, se justificó económicamente pues el conocimiento de la


criminalidad femenina permite una mejor prevención, con la consiguiente
13
reducción de costos en que el Estado, la sociedad y las personas incurren para
afrontar este mal.

1.5 Limitaciones de la investigación

Espacialmente, la investigación estuvo limitada al Distrito Judicial de Lima.


Temporalmente, la investigación estuvo limitada al período comprendido entre
los años 2010-2012.
La investigación estuvo delimitada lógicamente al problema expuesto, siendo
sus límites y alcance determinar si las causas criminógenas generales son
aplicables a la criminalidad femenina en el Perú; los tipos penales en los que
incurre; y comparándola con la criminalidad masculina.

1.6 Viabilidad de la investigación

La investigación fue viable técnicamente por los conocimientos profesionales y


experiencia de los profesores investigadores para enfocar, planificar y ejecutar
el trabajo investigativo.

Económicamente también lo fue porque se contaron con los recursos propios


para realizar el trabajo de investigación planeado, pues siendo un trabajo
investigativo de un centro de investigación de la Facultad de Derecho, es de
cuenta y costo de la institución.

Operativamente fue viable porque se identificaron las fuentes que permitieron


contar con los recursos materiales necesarios, tener acceso a la información y
a la muestra para recoger los datos o realizar el trabajo de campo. Además, se
contó con el apoyo de alumnos voluntarios para el levantamiento de la
información, su clasificación, selección y análisis.

Socialmente la investigación fue viable porque aporta beneficios a la sociedad


en general al estudiar, analizar y arribar a conclusiones sobre un problema
comunitario como es la criminalidad femenina.

14
CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

2.1 Antecedentes de la investigación

Efectuada la búsqueda se encontró el antecedente “La Criminalidad de la


Mujer en Lima” presentado a la Escuela de Post-Grado de la Universidad de
San Martín de Porres, el cual fue desarrollado conjuntamente por el Dr.
Alejandro Solís Espinoza y sus alumnos Elizabeth Cristóbal Gamarra, Jorge
Antonio Gonzales Miranda y Aurelio Quispe, trabajo del cual resaltamos que si
bien existen diversos factores que pueden llevar a delinquir a la mujer, no son
necesarios o están presente en su totalidad ya que la mujer (en este trabajo se
habla de la mujer en Lima-Norte para mayor precisión) es responsable de la
carga familiar que lleva consigo, por eso a pesar de cometer delitos los hace
en los de menor peligrosidad para ella como ser señuelo, cómplice, tendera,
etc. Y que este aumento de la criminalidad femenina, por más mínimo que sea,
debe ser tratado por nuestras autoridades locales con políticas preventivas.

2.2 Bases teóricas

2.2.1 La criminalidad: problema social.

De acuerdo con García-Pablos de Molina, A. (1994:26) la Criminología


tradicional descansaba sobre un pacífico consenso: el concepto legal de delito
no cuestionado; las teorías etiológicas de la criminalidad; el principio de la

15
diversidad patológica del hombre delincuente, y los fines asignados a la pena
como respuesta justa y útil al delito.

La moderna Criminología ha cuestionado los fundamentos epistemológicos e


ideológicos de aquella, de tal manera que la propia definición de delito y su
castigo, devienen problemáticos, conflictivos e inseguros.

Ello ha significado un replanteamiento de la cuestión criminal, desmitificador y


realista; un nuevo paradigma que rechaza el concepto jurídico formal del
delito; postula la normalidad del hombre delincuente; la funcionalidad del
comportamiento desviado; la naturaleza conflictual del orden social; la
producción del delito por la extremada relevancia del control social; y el
carácter selectivo, discriminador y estigmatizante del control social penal.

Por ello, para la Criminología el delito se presenta, primero, como un problema


social y comunitario, porque tiene una incidencia masiva en la población; dicha
incidencia es dolorosa y aflictiva; tiene una persistencia espacio temporal; falta
de consenso inequívoco respecto a su etiología y eficaces técnicas de
intervención; y existe una conciencia social generalizada respecto a su
negatividad.

En consecuencia, el delito es un problema de la comunidad, nace en la


comunidad y en ella debe encontrar fórmulas de solución positivas. No es un
enfrentamiento simbólico entre la ley y el infractor. No preocupa e interesa
sólo a la policía, los fiscales, los jueces y la administración penitenciaria, sino
a toda la comunidad.

2.2.2 La criminalidad en el contexto peruano.

En nuestro país, actualmente, desde el punto de vista estadístico, mediático y


empírico, la criminalidad es el primer problema nacional, desde sus diversas
manifestaciones, sea como percepción de inseguridad ciudadana, sea como
índice delictivo o sea como determinados delitos específicos.

Este fenómeno pernicioso de naturaleza social ha venido escalando


exponencialmente y se manifiesta en todas las clases sociales, con grave
daño personal y comunitario, sin embargo sólo se le enfrenta policial y
judicialmente, con las limitaciones estructurales y coyunturales propias del
sistema penal, que como sabemos está deslegitimado y no resuelve nada
porque, obviamente, siempre llega tarde, cuando el crimen ya se ha
manifestado.

No existe una política criminológica para hacer frente a las causas


criminógenas y lograr prevenir la criminalidad, fundamentalmente porque no
existen programas universitarios de formación ni de especialización

16
adecuados e interdisciplinarios en Criminología, Victimología y Política
criminológica.

2.2.3 Plano Biológico y Antropológico

La escuela criminológica positiva mantuvo el firme propósito y reglamentación


de llevar a la ciencia como principal fuente de información y normatividad en
sus afirmaciones y teorías.

Según Lombroso (1871: 1-7) el padre de la Criminología Científica, médico de


profesión, estableció las primeras clasificaciones de los criminales en base a
características morfoanatómicas y fisiológicas tomadas en sus observaciones
e investigaciones concluyendo la existencia de una variante en la formación y
desarrollo de ciertas estructuras óseas (cavidad craneana, prominencia frontal,
etc.), acompañadas en la variación del comportamiento, dichas indagaciones
en su momento fueron rechazadas, sin embargo sentaron las bases para
establecer la tipología criminal.

Consideramos importante mencionar la clasificación usada por la escuela


positiva, haciendo uso de la medicina, biología, así como la antropología
criminal.

Clasificación de los delincuentes según Lombroso:

Criminal nato

Dicha clasificación fue usada por la escuela positiva, fue fundamentada por
Lombroso, estableciendo ciertas características que denominó "atávicas
biológico genéticas", entendiendo por esta denominación a una falta de
maduración anatómica semejando una carencia del proceso evolutivo en el
delincuente.

Lombroso afirma que todo delincuente posee una carencia mental,


desarrollada por una falta de desarrollo y un desbalance en el proceso
evolutivo.

Haciendo uso de la medicina forense y la naciente antropología criminal se


estableció un listado de características morfoanatómicas:

 Capacidad craneana reducida.


 Mayor diámetro bizigomático.
 Escaso desarrollo anterofacial y frontal.
 Pragmatismo, gran desarrollo y sobresalenciamentoniana.
 Desarrollo de los occipitales y temporales, sobresalencia del occipucio.
17
 Escasez de conciencia moral individual.

Delincuente loco moral

Caracterizado por el desarrollo de una conducta vanidosa, en contraste con la


manifestación de altruismo que demuestran, que es simplemente el resultado de la
perversión del sentido afectivo; priman en este tipo de criminales la presencia de
un carácter excitable, y antipático, la locura que rige su conducta es disimulada de
manera astuta gracias a la notable inteligencia que poseen, entre sus
características anatómicas figuran:

 No existe una diferencia notable en la formación craneana con respecto a


los cráneos normales.
 Posee un peso normal o ligeramente superior

En general no poseen gran diferencia morfológica con respecto a las


constantes normales.

Delincuente epiléptico

Lombroso refiere a este tipo de criminales como sujetos de carácter violento,


desordenado con tendencias a la violencia, seguidos de períodos de amnesia
después del accionar delictivo.

Frente a este tipo de delincuentes podemos encontrar dos tipos de crisis:

 Epilepsia real: Ataque violento, movimientos erráticos, con compromiso de


daños propios al momento de la caída y el peligro de morderse la lengua.
 Epilepsia Larvada: Es similar a los ataques de amnesia pero sin la
presencia de convulsiones o movimientos involuntarios que pongan en
riesgo la integridad física del sujeto.

Delincuente loco

Lombroso establece primero una diferencia entre el loco delincuente y el


delincuente loco.

El loco delincuente es aquel que comete un acto criminal por motivos orgánicos,
es decir una deficiencia o carencia de sentido común provocadas por una
alteración somática.

Sin embargo, nuestro estudio nos centra en esta clasificación al delincuente que
tras el proceso y concreción del acto criminal pierde la razón y la coherencia y el
sentido de la realidad por el entorno que involucra su realidad.

18
Frente a esto tenemos tres tipos de delincuentes según Lombroso:

a) Delincuente alcohólico: Presenta características provocadas por el consumo


de alcohol, este es usado como instrumento de control de las bajas
pasiones e impulsos de sus actos.
A la larga la facies del alcohólico, la neuropatía presente en los pacientes
con alcoholemia, rubor facial, pérdida de la intensidad de respuestas
reflejas, y de la intensidad de percepción sensitiva, pérdida de peso,
abdomen globuloso, falta del sentido de la realidad, toxicidad y signos de
toxicidad hepática; al examen quizás se presente hepatomegalia en las
primeras etapas de alcoholismo, seguido de la degeneración del tejido
hepático al superarse la capacidad de desintoxicación del hígado a nivel
celular.

b) Delincuente histérico: La tipología de este demuestra una clara necesidad


de recurrir a la mentira, prioriza las conductas violentas y erráticas.
Los delincuentes de esta clasificación por lo general son del sexo femenino,
muestran una actitud vengativa, con tendencias a levantar falsos
testimonios; las alucinaciones, el suicidio, faltas a la moral, vienen
acompañando a esta tipología así como sucesos homicidas dentro del
rango delictivo que presenta.

c) Delincuente mattoide: proviene de matto que significa “loco”; referido al


delincuente que no ha perdido del todo la conciencia sobre la realidad.
Principalmente es una tipología abundante en las grandes ciudades, sus
crímenes son realizados por lo general en público, tienen delirio
persecutorio.

Delincuente pasional: Por lo general son sujetos entre 20 y 30 años, en esta


categoría se sitúan la mayoría de mujeres delincuentes.

Se observa conmoción después de delito, seguido de un sentimiento de expiación


y reivindicación por lo cual confiesan sus actos.

Por lo general responden a un estímulo que despierta un sentimiento profundo,


por lo general un sentimiento o pasión noble, diferenciándolo de los demás
delincuentes.

Se observan tres tipos de delincuentes por pasión: Duelo, infanticidio, pasión


política.

Delincuente ocasional

Lombroso hace la división en:

19
a) Delincuentes Pseudo-criminales: Corresponde a aquellos sujetos que
cometen delitos que no son considerados como tales frente a la sociedad, o
que no causan daño social, pero que pese a eso son delitos frente a la ley.
Por lo general los actos son realizados por motivos de necesidad, y en
algunos casos en situaciones extraordinarias que son propicias para que se
haga efectivo el delito.

b) Delincuentes criminaloides: Son aquellos sujetos que cometieron el acto por


motivos de las circunstancias, es decir, no habrían cometido el acto de no
presentarse la oportunidad.

c) Delincuentes habituales: Se adecúan de forma temprana al delito, pueden


llegar a ser peligrosos por su relación tan cercana al acto delictivo, y su
forma tan natural de apreciarlo.

2.2.4 Plano Social

Cáceres Velásquez, A. (2005), menciona a la frase de un célebre autor:"Las


sociedades tienen los criminales que se merecen y el medio social es el caldo del
cultivo de la criminalidad mientras que el microbio es el criminal"

La escuela social atribuye el accionar criminal basado en la responsabilidad penal


personal, pero bajo responsabilidad social, fundada e influenciada por la
desigualdad material y la división del trabajo, el contrato social pasa a un segundo
plano para lograr el análisis del accionar humano junto con la búsqueda de justicia
social y comprensión de las reglas generales societales.

La escuela social fundamenta sus estudios en la dialéctica, pasando el plano


individual, introduciendo el carácter subjetivo del crimen, en base a factores
propios de la mentalidad criminal, la motivación, vinculándolo y sin dejar de lado
los factores externos que determinan las actitudes consideradas patológicas
según el análisis clínico del crimen.

Según Enrico Ferri, las causas o factores del delito pueden ser clasificados en:

Factores endógenos: Internos, heredados, predisponentes a estados negativos.

Factores exógenos: Externos, fuera del sujeto, pero que lo predisponen al acto
criminal.

Cáceres, A. (2005: 35-92) menciona otros factores sociales involucrados en la


maduración y en la formación a lo largo del tiempo del criminal, inclusive

20
considerando la posibilidad de anteponerse al resultado final en la formación del
sujeto.

Los niveles sociológicos planteados por este, son: Familia, Escuela, Medios de
Comunicación.

2.2.5Plano psicológico

La psicología es un factor importante para estudiar la criminalidad ya que se


encarga de estudiar la mente, el comportamiento y las conductas de la persona.
Es un fenómeno complejo: es multi-causal y poli-determinado.

Un criminal, según la psicología, es un sujeto con algún tipo de trastorno mental,


en la gran mayoría de los casos, personas que han sufrido experiencias
traumáticas de abandono, o abuso en la niñez, que han alterado su proceso de
pensamiento y su conducta, o se han criado en un ambiente con valores opuestos
a los normales que rigen en la sociedad donde viven.

Cáceres A. (2005:35-92), refiere también a Rubén Ardilla, el mismo dice:

“la importancia del aprendizaje en la comprensión de la conducta es


de enorme magnitud, mucho mayor de lo que se supone
ordinariamente. Aprendemos a hablar; aprendemos a sumar, restar, a
vestirnos en cierta forma, a preferir cierta comida, a ser amables o
huraños con la gente; aprendemos a considerar a los negros como
iguales o como inferiores; aprendemos a admirar a los comunistas, a
temerlos o a odiarlos; aprendemos a intercambiar confidencias
emocionales con un amigo y a reaccionar fríamente ante otro. Se
aprende los prejuicios, actitudes, las reacciones y los gustos. El
aprendizaje es un asunto mucho más importante de lo que se cree
comúnmente”

Podemos además referirnos a la Psicología Socialcomo la rama de la psicología


que más luces ha dado al estudio de la criminalidad.

A continuación exponemos sus principales postulados:

a) Estudios sobre las actitudes humanas


Se pensó al comienzo que una actitud sería el antecesor o predictor de una
conducta humana, se demostró que en algunos casos no es así, y que
frente a una conducta previamente existe un conjunto de factores que
confluyen para determinar la decisión sobre una determinada conducta.
21
b) Teoría de la atribución social
Leo Festinger, refiere la tendencia de los individuos por atribuir una causa a
las conductas sociales, esta atribución puede recaer sobre factores ya sean
internos o externos.

c) Teoría de la distancia cognitiva


Festinger menciona que frente a opciones de similar importancia o de
atracción similar para el sujeto, este al decidirse por una tiende a disminuir
su interés por la otra opción desechada de forma “obligada”, buscando
características o situaciones que provoquen el desinterés en la opción que
se ha desechado.

d) Estudios sobre procesos grupales


Muestra la tendencia y la influencia que determinadas estructuras sociales
provocan en el individuo en sí, al ser parte de una estructura social
determinada busca encajar cual pieza de rompecabezas imitando o
adquiriendo ciertas actitudes que definan su estancia o su pertenencia al
grupo.

e) Estudios sobre la desindividualización social


Define que la pertenencia a un determinado grupo o estructura social hace
que el sujeto pierda su identidad, en otras palabras, se desindividualiza,
pertenece al contexto, a la formación social que lo alberga, lo acoge, y fuera
del cual no encuentra identidad.

Manifiesta Soria, M. (2006: 30-40) que estos estudios han determinado la


importancia de las influencias externas, es decir sociales, que poseen sobre la
psique del individuo, que van a determinar de una u otra forma su actuar a futuro.

2.2.6 Criminalidad femenina

A lo largo de la historia, podremos observar en las diferentes obras criminológicas


las diversas maneras sobresalientes del actuar delictivo, que resultan llamativas
en las más variadas manifestaciones, como en sus personajes.

La Criminología, llamada anteriormente Antropología Criminal que, según Bircann,


J. (2010:15)
“en sus inicios, fijó su atención en la persona del delincuente; buscaba
las causas de la criminalidad en factores biológicos, fisiológicos y
hereditarios. El criminal representaba un tropiezo o un lapsus en la
carrera evolutiva. Inicialmente el nombre de esta disciplina era

22
Antropología Criminal, término que fue sustituido posteriormente por
el de Criminología, título de la obra de otro destacado miembro de la
Escuela Italiana, Raffaelle Garofal”.

También asevera que, la Criminología no es una ciencia exacta en el sentido de


que pueda prever toda conducta delictuosa de antemano y con exactitud
matemática. Es una ciencia social, no una ciencia natural como la Física. En ella
predomina el elemento humano, que es variable.

Son estas conductas delictuosas las que no solo nos hace mencionar la
participación de hombres, sino la de las mujeres, el mal llamado “sexo débil”;
aquel ser que, a diferencia del hombre tiene el don de la creación, de dar vida a
otro ser humano, pero que es capaz y lo ha demostrado a lo largo de la historia de
verse envuelta no solo en los delitos de menor grado sino también en los más
horrendos y polémicos crímenes.

El autor Solís, A. (2012: 12) enmarca lo siguiente:

“Durante mucho tiempo se ha creído que el género venía determinado


genéticamente como propio de su sexo, se identificaba sexo y género.
A la mujer se le adjudicaban unas tareas, que se definían como
propias de su sexo, y se le hacía creer que estaba dotada
naturalmente para realizarlas. La diferenciación de géneros ha traído
como consecuencia, el análisis de la delincuencia femenina desde la
perspectiva del género, distinguiéndolo del sexo. Las diferencias entre
géneros, masculinas y femeninas, son algo más que una
diferenciación genética o sexual. El sexo está determinado
biológicamente, es algo natural, mientras que al género se le dota de
contenido socialmente”.

Lo que se infiere que la criminalidad femenina no puede o podría seguir


siendo tratada bajo la misma vista que la criminalidad masculina a su vez
que se siga pensando erróneamente que la mujer por delinquir en menor
proporción no sea un peligro para la sociedad en su conjunto.

2.2.7 Tipos de criminalidad femenina

Los tipos de criminalidad femenina según un sinnúmero de autores se clasifican


en dos: los delitos típicos o tradicionales y los delitos atípicos o modernos.

23
Según Durán, L. (2010:6) la Criminología tradicional se ha movido entre no tomar
en cuenta la delincuencia cometida por las mujeres o bien considerar que las
teorías y hallazgos sobre hombres eran aplicables a las mujeres.
Es decir comprenden las que son exclusivamente actuadas por el género
femenino como el aborto, el infanticidio y los homicidios pasionales del cual la
literatura encontrada es copiosa.

El autor peruano Solís, A. (2012: 9-29) se refiere a la Criminología moderna de la


siguiente manera: “Debido a los cambios en los roles de la mujer dentro de la
sociedad y en el actuar de la realidad, sus formas y modalidades al momento de
delinquir han variado también, incluso en algunos casos superando y superando al
modo en la que un hombre actuaría”.

Actualmente se observa a las mujeres envueltas en delitos como robo, homicidio y


sobretodo sumergida en mayor proporción en el tráfico ilícito de drogas.

2.2.8 Criminalidad: variantes en el delinquir masculino y femenino

Entre las variantes encontradas entre los delincuentes hombres y mujeres


creemos que es el protagonismo que pueden tomar ambos según sea el delito.

Sánchez, M. (2004:21) sostiene que:

“El control social tan fuerte e intenso que viven frecuentemente las
mujeres debido a su posición social dependiente modela su
habilidad para cometer delitos. El comportamiento femenino es más
fuertemente monitoreado a través de estereotipos negativos y
sanciones. La supervisión y el control reducen los riesgos femeninos
e incrementan el apego a los padres, maestros y amigos; los cuales,
a su vez, reducen la influencia de grupos asociados a conductas
contrarias a la ley”.

De lo cual podemos deducir que por lo general las mujeres comienzan su actuar
como simples cómplices, luego al ir adentrándose más en el accionar delictivo
llegándose a convertir en adiestradas autoras.

2.2.7 Perfil psicológico de la mujer homicida

24
Nos gustaría mencionar que existe literatura copiosa y un perfil psicológico
determinado de una mujer homicida, pero tal caso no es así; ya que los delitos
cometidos contra la víctima, que muchas veces es familiar cercano a ella, se
tornan incluso inesperados dados el vínculo que los unía como mencionamos
anteriormente.

Sin embargo se presentan en el perfil de una homicida una serie de variados


trastornos; un trastorno psicológico es según la RAE (2001) la perturbación del
orden y disciplina de un grupo, de una reunión, de una comunidad de personas.

Sin embargo podemos mencionar algunos de los muchos trastornos que una
mujer, sin excluir al varón desde luego, podría atravesar.

El Trastorno paranoide según Velarde, J. (2000:5) se presenta característicamente


con desconfianza, suspicacia, sensación de persecución y juicio a sus actos de la
persona que la padece.

El Trastorno histriónico es según la página de la Biblioteca Nacional de Medicina


de EE.UU. una afección de salud mental por la cual las personas actúan de
manera muy emocional y dramática que atrae la atención hacia ellas.

El Trastorno por dependencia según el Instituto de la Salud Mental obedece al


comportamiento sumiso, necesidad de alguien para el actuar y profunda
necesidad de ser cuidado, esta actitud podría ser desarrollada reforzada
negativamente con el tiempo

Cabe resaltar que los trastornos también suelen aparecer en la niñez y


desarrollarse a lo largo del resto de las etapas de la vida de una mujer e incluso
empeorar dicha realidad con la llegada de la pareja.

2.2.8 Criminalidad femenina en Perú

La criminalidad femenina en el Perú, al igual que en toda Latinoamérica, ha ido en


aumento, es por ello que es que se han iniciado (aunque escazas) investigaciones
en torno a ello. Incluso ha sido vista muchas veces como víctima de las
circunstancias, de su entorno social, de su propia cultura, etc.

Acosta, G (1999:632) pone de manifiesto que:

“Esta victimización se encuentra directamente relacionada con su


valoración de ser destinado a la maternidad, la calidad de su
comportamiento que debe ser honesto, tal como corresponde a su
misión de hija, esposa y madre –no a su dignidad como ser humano-
25
y para satisfacer los valores sociales de los cuales pueda
vanagloriarse su pareja, su padre, su hermano o sus hijos”

Y son incluso muchas veces justificadas sus acciones debido a la necesidad o


situación en la que podría estar atravesando, pero lo repetimos: se justifican las
acciones; mas no se va al fondo del problema social que aún sigue latente.

2.3 Definiciones conceptuales

2.3.1 Política criminológica:

De acuerdo con Borja (2003):

“Es una manifestación de la política estatal que designa al


planteamiento ideológico y argumentativo que desde el ámbito
público se establece para tratar y hacer frente al fenómeno
criminal, a través de un conjunto de medidas y criterios
interdisciplinario, de carácter jurídico, social, educativo, médico,
psicológico, económico y de índole similar, que busca prevenir y
reaccionar frente al fenómeno criminal, con el propósito de
mantener bajo límites tolerables los índices de criminalidad en la
sociedad. Conjunto de conocimientos, argumentos y experiencias,
que estudia la orientación y los valores que sigue o protege, o que
debiera seguir o proteger, la legislación penal material o procesal; y
aporta criterios teóricos, de justicia, de eficacia o de utilidad que
van dirigidos al legislador para que lleve a cabo las
correspondientes reformas de las leyes penales de forma racional,
respetando los derechos y libertades fundamentales de los
ciudadano”.

De acuerdo con Szabó, D. (1985:212):

“Durante mucho tiempo, la reacción de la sociedad a la actividad


criminal fue exclusivamente pasional y nada razonada. Desde la
concepción de que el crimen era un atentado contra el orden divino
hasta que lo era contra la persona del soberano y, desde el siglo
XVIII, contra la ley penal, por lo que se le consideraba como un
problema de derecho al separarlo de la persona de su autor, quien
deliberadamente había escogido, en virtud de su razón y libre
albedrío, el crimen, por lo que ello era testimonio de su
responsabilidad”.

26
Asimismo también señala que:

“A partir de la segunda mitad del siglo XIX, el delito es considerado


como una entidad de hecho que se podía someter al mismo análisis
que los demás hechos sociales. Así, la política de lo criminal quiere
desjuridizar la noción de delito y consecuentemente las nociones
fundamentales de la respuesta social, para reemplazarlas por la
prevención de la criminalidad, pues la ley penal por sí sola ni con
ayuda de quienes la aplican, basta para impedir el crimen”.

De lo que podemos afirmar que aún la criminalidad es un problema no solo social


sino material y por supuesto moral, y que es allí como al igual que en otros
problemas generales donde corresponde aplicar con eficiencia y eficacia políticas
criminológicas que supongan una real definición e interpretación del bien común,
que es el fin supremo del Estado peruano.

2.3.2 Criminología

Según Borja E. (2003:71):

“Ciencia empírica e interdisciplinaria que se ocupa del estudio


del crimen, de la persona del infractor, la víctima y el control
social del comportamiento delictivo; y trata de suministrar una
información válida, contrastada, sobre la génesis, dinámica y
variables principales del crimen, contemplado éste como
problema individual y social, así como sobre los programas de
prevención eficaz del mismo y técnicas de intervención positiva
en el hombre delincuente”

Conforme a lo sostenido por García-Pablos de Molina, A. (1994:19):

“Esta definición parte de la caracterización del crimen como


problema, resaltando su base conflictual y enigmática, su faz
humana y dolorosa con sus trascendentales implicaciones;
amplía el ámbito tradicional de la Criminología incorporando a su
objeto las investigaciones sobre la víctima del delito y el control
social; acentúa la orientación prevencionista del saber
criminológico frente a la obsesión represiva, porque interesa
prevenir eficazmente el delito, no castigarlo más o mejor;
sustituye el concepto de tratamiento de connotaciones clínicas e
individualistas, por el de intervención, que es más dinámico,
complejo y pluridimensional, de acuerdo con el sustrato real,

27
individual y comunitario, del fenómeno delictivo; pero no
renuncia a un análisis etiológico del crimen ni lo sustituye por un
examen de los procesos de criminalización”.

2.3.3 Victimología:

Acota Borja, E. (2003:75) que es el:

“Conjunto de conocimientos que profundizan el estudio de la


víctima del delito, como aquella persona que es sujeto pasivo de
la acción delictiva, del delito o que sufre las consecuencias
directas del hecho delictivo, aun cuando no sean portadores del
correspondiente bien jurídico”.

Sostiene García-Pablos de Molina, A. (1994:38):

“La víctima del delito ha padecido un secular y deliberado


abandono. Disfrutó del máximo protagonismo durante la justicia
primitiva, siendo después drásticamente neutralizada por el
sistema legal moderno, tal vez porque nadie quiere identificarse
con el perdedor, el hecho es que la víctima soporta los efectos
del crimen y la insensibilidad del sistema legal, así como el
rechazo y la insolidaridad de la comunidad y la indiferencia de
los poderes públicos. En el denominado Estado social de
Derecho, paradójicamente, las actitudes reales hacia la víctima
del delito oscilan entre la compasión y la demagogia, la
beneficencia y la manipulación”.

Cabe recalcar que muchas veces se piensa o se está convencido de que las
indemnizaciones pueden reparar en parte el daño causado o son un aliciente para
la víctima o familiares de ésta; mas no creemos que sea cierto, dado que ningún
resarcimiento económico podría reponer el derecho vulnerado, lo que se busca
con la Victimología es una aproximación a una justa compensación de los hechos.

2.3.4 Teorías de prevención del crimen

Cierta es la frase “prevenir es mejor que lamentar”, pero tenemos claro qué
es lo que se busca prevenir y qué es lo que podríamos lamentar.

28
Un sector doctrinal identifica la prevención con el efecto disuasorio de la
pena. Según dicho sector, prevenir significa disuadir al potencial delincuente
con la amenaza del castigo, contra motivándole.

Según el autor Herrera, A. (2000:79) el elemento de mayor importancia para


el fortalecimiento de la seguridad pública es la prevención del delito,
entendida como el conjunto de programas, servicios y acciones que tienen
por objeto el mejoramiento del entorno social. En materia criminológica,
prevenir es conocer con anticipación la posibilidad de una conducta
antisocial, disponiendo los medios necesarios para evitarla

Conforme al pensamiento de García-Pablos, A. (1994:239) quien se refiere a


una prevención primaria señala que:

“La prevención primaria se orienta a las causas mismas del


conflicto criminal, para neutralizarlo antes que se manifieste. Trata
de resolver las situaciones carenciales criminógenas, en términos
de educación, socialización, vivienda, trabajo, bienestar social y
calidad de vida. La prevención secundaria opera cuando y donde
el conflicto se manifiesta y exterioriza, orientándose
selectivamente a sectores sociales determinados, que exhiben
mayor riesgo de padecer o protagonizar el problema criminal. Se
traduce en política penal y la acción policial. Por último, la
prevención terciaria está dirigida al recluso para evitar la
reincidencia. Es tardía, parcial porque sólo se dirige al penado e
insuficiente por cuanto no neutraliza las causa”

Asimismo se presentan dos modelos de prevención los cuales son el modelo


clásico y el neo-clásico, de los cuales el autor Berducido, H (2002: 4) detalla
que:

Coinciden ambos en estimar que el medio adecuado para prevenir


el delito ha de tener naturaleza “penal” (la amenaza del castigo);
que el mecanismo disuasorio o contra-motivador, expresa
fielmente la esencia de la prevención; y que el único destinatario
de los programas dirigidos a tal fin es el infractor potencial.
Prevención equivale a disuasión, a disuasión a través del efecto
inhibitorio de la pena. Las discrepancias son accidentales. El
modelo clásico polariza en torno a la pena y al rigor de ésta, la
supuesta eficacia preventiva del mecanismo intimidatorio.

29
2.4 Formulación de hipótesis

2.4.1 Hipótesis general

Las causas criminógenas generales no son aplicables ni determinan el índice


de la criminalidad femenina en el Perú.

2.4.2 Hipótesis específicas

 Las características de la criminalidad no se manifiestan en los tipos


penales en que incurren las mujeres.

 Las condiciones criminógenas dela criminalidad femenina y la


criminalidad masculina son diferentes.

2.4.3 Variables

 La criminalidad femenina.
 Las causas criminógenas generales.

30
CAPÍTULO III

DISEÑO METODOLÓGICO

3.1 Diseño de la investigación

3.1.1 El tipo de investigación a realizarse es básico, descriptivo, teórico o


dogmático. El diseño de investigación es no experimental, a un nivel
observacional y correlacional, de corte transversal o sincrónico y con un
enfoque cuantitativo.

3.1.2 El método a emplearse es el hipotético deductivo. Se iniciará con la


observación de fenómenos de carácter general y se formularán hipótesis,
llegando a conclusiones particulares contenidas implícitamente en la situación
general.

3.2 Población y muestra

Población

La Población estará constituida por mujeres e internas en los penales de Lima, de


diversos grupos etarios.

31
Muestra

De la población antes señalada se seleccionará una muestra probabilística, a


través del muestreo aleatorio simple, hasta llegar a una muestra de 122mujeres.

3.3 Operacionalización de variables

VARIABLES INDICADORES SUBINDICADORES ÍTEMES


1.1. TASA 1.1.1. REINCIDENCIA
1.1.2. FRECUENCIA PREGUNTA
1.1.3. GRAVEDAD 1,2,3,4 Y 6
VI= V1 1.2. TIPOS PENALES 1.2.1. DELITOS CONTRA EL
CRIMINALIDAD PATRIMONIO
FEMENINA 1.2.2. DELITOS CONTRA LA
VIDA, EL CUERPO Y PREGUNTA 10
LA SALUD
1.2.3. DELITOS CONTRA LA
SALUD PÚBLICA

VARIABLES INDICADORES SUBINDICADORES ÍTEMES


2.1.1. FAMILIA
2.1. SOCIALES 2.1.2. VALORES PREGUNTA
VI= V2 2
CAUSAS 2.2. ECONÓMICAS 2.2.1. TRABAJO
CRIMINÓGENAS 2.2.2. OPORTUNIDADES PREGUNTA
GENERALES 5
2.3. CULTURALES 2.3.1 PATRIARCADO
2.3.2 FEMINISMO PREGUNTA
7, 8, 9,11 Y 12

3.4 Técnicas para la recolección de datos

3.4.1 Descripción de los instrumentos

3.4.1.1 Técnica de encuesta

Se encuestará a una muestra de mujeres sobre el índice de criminalidad


femenina y las condiciones sociales, económicas y culturales en que se
encuentra la mujer en el Perú.

32
3.4.2 Validez y confiabilidad de los instrumentos

Se han procesado, ordenarlo, analizarlo e interpretado según los objetivos e


hipótesis de la investigación; por lo que teniendo en cuenta que fueron
seleccionados, elaborados y desarrollados por las suscritas personalmente, se
consideran fiables y válidos.

3.5 Técnicas para el procesamiento y análisis de los datos

La técnica utilizada para el procesamiento y análisis de datos ha sido la Prueba de


Chi Cuadrado.

3.6 Aspectos éticos

Las bases teóricas y definiciones conceptuales expuestas como marco de la


investigación, corresponden a los autores citados en las referencias bibliográficas.

33
CAPÍTULO IV

RESULTADOS

PREGUNTA N° 1

¿POR QUÉ CONSIDERA QUE LAS MUJERES ESTAN MENOS IMPLICADAS


EN LAS ACTIVIDES CRIMINALES QUE LOS HOMBRES?

De 122 encuestadas, de las cuales consideraron que hay diferentes factores por
los cuales la mujer está menos implicada en las actividades criminales a diferencia
de los hombres; 30 de ellas que equivale al 39% refirieron que la familia marca
mucho en la vida de la mujer, ya que la educación que se le imparte en los
hogares y a la vez los roles como tal la hacen menos implicada para dichas
actividades. A su vez 68 de ellas que equivale al 45% señalan que los valores que
son impartidos a las mujeres son un factor esencial, puesto que en el hogar, en la
escuela, son muy profundizados por los conceptos de amor y honor de ella misma.
Sin embargo, 10 de ellas que equivale al 7% nos respondió que la sociedad en la
cual se encuentra la mujer en muy trascendental puesto que hay un mayor
cuidado de las hijas mujeres a diferencia de los hijos varones, lo que alude a que
en todos los campos de la sociedad se vea una marcada diferencia, puesto que en
nuestro país es así ya que se da más libertad a un varón respecto a una mujer y la
sociedad misma ve normal esta diferenciación. De modo muy diverso 8 de ellas
que equivale al 5% no considera que las mujeres estén menos implicadas que el

34
hombre, más bien cree que cometen los mismos delitos y en una misma
proporción. Y solo 6 de ellas que equivale al 4% no sabe al respecto.

En estas cifras llegamos a la conclusión que los valores que se imparten a las
mujeres en los diferentes ámbitos donde se desarrolla son muy marcados y a la
vez son un factor trascendental en que haya menos mujeres que hombres
implicadas en las actividades criminales.

GRÁFICO 1
FAMILIA VALORES SOCIEDAD NO CONSIDERA NO SABE

5% 4%
7%
39%

45%

PREGUNTA N° 2
¿POR QUÉ CREE QUE LOS HOMBRES SON MÁS FRECUENTEMENTE
IMPULSADOS AL CRIMEN QUE LAS MUJERES?

De las 122 encuestadas tienen diversas respuestas referentes al por qué los
hombres son más frecuentemente impulsados al crimen a diferencia de las
mujeres, en las cuales 15 que equivale al 14% respondieron que es debido a la
familia, puesto que lo que se enseña en ella en ciertas familias hay un marcado
machismo, violencia y son los padres los que inculcan esto en su hijos; un 61%
que equivale a 78 de las encuestadas atribuyen a la deficiente calidad de valores
que se imparten a que los hombres sean más propensos a cometer crímenes.

A su vez 12 de ellas que equivalen al 11% refirió que es por falta de


oportunidades, puesto que una mujer puede desempeñarse en cualquier labor, en

35
cambio los varones por el marcado machismo que tienen no están dispuestos a
trabajar de las formas más simples. en cambio la mujer si puede hacer dichas
actividades sin inconveniente alguno. Otras señalan que debido al factor
económico es que los hombres al buscar una manera rápida y fácil para obtener
dinero se impulsan a delinquir, esto equivale al 13% que en cifras numéricas son
13 de las encuestadas. A diferencia del 4% que no sabe por qué los hombres en
mayor proporción son impulsados al crimen a diferencia de las mujeres.

Por estas cifras llegamos a la conclusión de que hay diferentes factores que
impulsan al hombre a delinquir más que a la mujer y entre ellas la que más
sobresale son los valores que son impartidos desde la familia misma, ya que en
ella se ve a la mujer como un ser frágil y esto a su vez cohíbe a estas misma y las
hace pensar las consecuencias de lo deparan sus actos, por ello que a diferencia
de los hombres son estos inculcados con más libertad en nuestra sociedad.

GRÁFICO 2
FAMILIA VALORES OPORTUNIDADES ECONOMÍA NO SABE

11% 4% 13%

11%

61%

36
PREGUNTA N° 3
¿QUÉ EXPLICA, A SU ENTENDER, LAS DIFERENCIAS EXISTENTES EN LAS
ESTADISTICAS REFERENTES A LAS ACTIVIDADES DELICTIVAS ENTRE
HOMBRES Y MUJERES?

De las 122 encuestadas explicaron diversas causas del por qué hay una marcada
diferencia entre las estadísticas respecto a las actividades delictivas entre
hombres y mujeres, de las cuales refirieron las siguientes: en un 23% que equivale
al 28% señalaron que es debido a causas naturales, puesto que el hombre es
violento por naturaleza, la mujer tiene un instinto maternal principalmente. El 5%
que equivale a 6 de las encuestadas refirieron que mayormente es el hombre el
que impulsa a delinquir a la mujer, por su calidad de pareja, si bien es cierto la
mujer en nuestra sociedad se ve influenciada por el machismo como causa
principal hace a esta misma por su mentalidad, en algunos casos a pretender
realizar actividades delictivas con el fin de complacer a alguien, que la mayoría de
veces es su pareja. El 47% que equivale al 57 de las encuestadas refiere que la
carencia de valores y la diferencia en el modo que se imparten al hombre y la
mujer es el principal factor del porqué los hombres son más influenciados a
delinquir que la mujer. El 11% que equivale a 14 de las encuestadas refiere que no
hay diferencias, que ambos delinquen en la misma proporción y finalmente 8 de
ellas que equivale al 7% refiere desconocer al respecto.

En conclusión, referente a las cifras que nos muestra que el hombre es más
propenso a delinquir, lo cual se verifica a las estadísticas y esta diferencia a
comparación de las mujeres es debido a diferentes factores de los cuales el más
resaltante es la deficiencia de valores que se inculca y la forma en la cual es
impartida de modo diferente a un hombre y a una mujer; esto se ve por ejemple en
que usualmente se dice “los hombres no lloran solo las mujercitas”, “los hombres
caen parados” y otras frases en donde se inculca el machismo mismo, el cual a
medida que pasa el tiempo repercute en situaciones como esta, este ya es un
problema del cual nuestra sociedad trae consigo, es por ello fundamentalmente
que el hombre delinque más que una mujer. (GRÁFICO 3)

37
GRÁFICO 3

NATURALES
7%
11% 23% INFLUENCIADAS POR LA
PAREJA
7%
5% VALORES

OPORTUNIDADES
47%
NO HAY

NO SABE

38
PREGUNTA N° 4
¿POR QUÉ CREE QUE LAS MUJERES SE CONVIERTEN EN
DELINCUENTES?

De las 122 encuestadas nos proporcionaron diferentes puntos de vista al respecto


del por qué la mujer se convierte en delincuente, de los cuales el 11% que
equivale a 15 de las encuestadas refirieron que la familia debido que en muchas
ocasiones en quien propicia y promueve estas actividades, 35 de ellas que
equivale al 29% refirieron que esto es debido a la escasez de valores que se les
es impartido; el 17% que equivale a 20 de las encuestadas señala que bajo la
influencia de la pareja es que las mujeres se convierten en delincuentes, puesto
que en ciertas ocasiones actúan en favor de su pareja misma o ya sea para
mantener su relación. El 39% que equivale a 48 de las encuestadas refirió que es
debido a factores económicos ya que al no encontrar trabajo, al tener carga
familiar y estar ante situaciones en las cuales ellas buscan la solución en delinquir.
Solo 4 de ellas que equivale al 3% señalan desconocer al respecto.

Con referencia a las cifras que se muestran el principal factor que hace que una
mujer opte por delinquir es el factor económico ya que en ciertas ocasiones no ven
otra salida para poder solventar sus gastos, la manutención de una carga familiar
u otro tipo de razón por la cual tenga un beneficio, según las encuestadas. A su
vez mujeres que provienen de una familia para la cual es normal delinquir es más
propensa a cometer delitos.

GRÁFICO 4

3% 12%

39% FAMILIA
29% VALORES
PAREJA
ECONÓMICOS
17%
no sabe

39
PREGUNTA N° 5
¿LAS DEPRIMIDAS CONDICIONES SOCIALES, ECONOMICAS Y
CULTURALES EN QUE SE ENCUENTRA LA MUJER EN EL PERÚ INFLUYEN
EN ESTA PARA DELINQUIR?

De 122 encuestadas 97 lo cual equivale al 79% de la población encuestada


contestaron a que SI consideran que las condiciones sociales, económicas y
culturales en las que se encuentra la mujer en el Perú influyen en esta para
delinquir, 21 de ellas que equivale al 20% de las encuestadas respondieron NO, lo
que hace ver otra realidad ya que consideran que las condiciones que la mujer
tenga no influyen demasiado ya que cada una de las mujeres en estos días tiene
las mismas oportunidades y depende de ella misma que quiera surgir por sus
propios medios; 6 de ellas respondieron no saber al respecto, lo cual equivale al
1%.En conclusión las deprimidas condiciones sociales, económicas y culturales en
que se encuentra la mujer en el Perú si son un factor principal para que la mujer
delinca, puesto que la educación en nuestra sociedad es lamentablemente muy
deficiente, el control de cómo es que se desarrolla la crianza y educación de los
hijos dentro de las familias es escaso, el machismo que hay es un obstáculo para
que la mujer se desarrolle en todos los ámbitos de igual forma. Las condiciones
económicas en las que se encuentra la mujer en el Perú ha mejorado
notoriamente a diferencia de años pasados, pero el sector menos favorecido, no
tiene las misma posibilidades para que estas mujeres, de escasos recursos
puedan desempeñarse en diferentes rubros o ya sea educarse de una mejor
forma, si bien es cierto que ha habido una mejora aún no se ha podido totalmente
acabar con este problema. En el aspecto cultural nuestra sociedad es de
tendencia machista que en ciertas ocasiones encasilla a la mujer, la familia, los
ámbitos donde se relacione ella misma influencian demasiado, son varios los
factores que al unirse hacen que en conjunto la mujer delinca.

GRÁFICO 5
1%

20%
SI
NO
79%
N.S.

40
PREGUNTA N° 6
¿POR QUÉ CONSIDERA QUE HAY TAN POCAS MUJERES DELINCUENTES?

De las 122 encuestadas respecto al porqué hay pocas mujeres delincuentes nos
dieron diversas respuestas entre las cuales: Los valores que tiene una mujer,
respecto a lo inculcado en la familia, escuela y la misma sociedad que tortura
cuando la mujer se equivoca equivale al 46% que son 44 de las mujeres
encuestadas, lo cual refiere que debido a esto es que la mujer piensa las
consecuencias de sus actos antes de hacerlos. El 28% que equivale a 26 de las
encuestadas respondieron que la familia es un factor para que haya tan pocas
mujeres que cometan delitos, puesto que tienen mucha consideración para ello. El
6% que equivale a 6 de las encuestadas refiere que la falta de oportunidades en el
caso de la mujer es muy poca es por ello que basándose en esto es que las
mujeres pueden conseguir cualquier tipo de empleo y a diferencia de los varones
no se avergüenzan al laborar en los empleos más simples. Y el 20% que
equivale a 19 de las encuestadas consideran no saber al respecto.

En conclusión del porque se considera que hay pocas mujeres delincuentes, en


las cifras se puede apreciar que al ensamblar los diversos factores que las
mujeres encuestadas nos damos cuenta que tienen mucha relación ya que una
mujer debido a los valores que se le inculcan especialmente en el seno familiar
piensa las consecuencias de sus actos y por ello que busca otras formas para
poder solucionar sus problemas y evita cometer delitos.

GRÁFICO 6

20%
46%
6% VALORES
FAMILIA
OPORTUNIDADES
28%
NO SABE

41
PREGUNTA N°7
¿CREE EN EL AUMENTO DE LA CRIMINALIDAD FEMENINA?

De las 122 personas encuestadas 95 de ellas que equivale al 78% contestaron


que SI hay un marcado aumento de la criminalidad femenina, 21 de ellas que
equivale al 17% respondieron que NO hay aumento que este índice se mantiene y
6 de ella que nos da el 5% no saben al respecto.

En conclusión el índice de criminalidad femenina ha aumentado, notoriamente y la


mayoría de la población encuestada refirió estar informada al respecto.

GRÁFICO 7
SI NO N.S.

5%
17%

78%

42
PREGUNTA N° 8
¿CONSIDERA QUE EL FEMINISMO ESTA RELACIONADO CON EL AUMENTO
DE LA CRIMINALIDAD FEMENINA?

De las 122 encuestadas 60 que equivale al 49% opinan que definitivamente el


feminismo SI está relacionado con el aumento de criminalidad femenina, sin
embargo 58 de ellas que equivale al 48% considera que NO es por el feminismo el
aumento de criminalidad femenina, puesto que esta corriente hace que la mujer
sea o se mantenga en mejores condiciones que los hombres, en cambio la mujer
al delinquir se denigra como ser humano; solo 4 opinaron que no conocen al
respecto lo que equivale al 3%.

En conclusión hay una marcada controversia entre las mujeres que consideran
que el aumento de criminalidad es causado por el feminismo, puesto que tienen
una similar proporción ambos puntos de vista, debido a las que dicen que SI es
por el factor que las mujeres quieren llegar a ser igual a los hombres hasta en los
aspectos negativos; en cambio las que respondieron que NO refieren que al
cometer delitos la mujer se denigra como ser humano y no es algo que admita el
feminismo al contrario va en contra de dicha ideología.

GRÁFICO 8

3%

49%

48% SI
NO
N.S.

43
PREGUNTA N° 9
¿CREE QUE LAS MUJERES SON MEJOR TRATADAS QUE LOS HOMBRES
EN EL SISTEMA PENAL?

De las 122 encuestadas 50 de ellas que equivale al 41% opina que las mujeres SI
son mejor tratadas en el sistema penal, 68 de ellas opinan que las mujeres NO
tienen mejor trato que los hombres, puesto que los varones tienen más privilegios
a comparación de las mujeres y 4 de ellas que equivale al 3% no sabe al respecto.

En conclusión la mujer NO es mejor tratada en el sistema penitenciario, puesto


que a comparación de los varones, estos tienen más beneficios que ella. Esto es
debido a que en el sistema penitenciario el hombre tiene más libertad al ser
recluido, lo cual lo expresaron mujeres que están recluidas y manifiestan que el
trato es muy discriminatorio ante dicha situación. A su vez que para que ellas
puedan resocializarse, como supuestamente es el fin de la pena, para que ellas
puedan estudiar necesitan pagar y esto no beneficia a todas las que están
recluidas, puesto que todas no tienen los mismos recursos y a algunas se le es
muy poco probable poder capacitarse en ello. Lo lamentable es que no haya una
debida capacitación en temas penales e información para las reclusas sobre como
deberían ejercer sus derechos en los mismos centros penitenciarios, puesto a que
no todas poseen los mismos recursos y es necesario un apoyo en dicho aspecto.

GRÁFICO 9
SI NO N.S.

3%

41%

56%

44
PREGUNTA N° 10
¿CUÁLES TIPOS PENALES CONSIDERA QUE COMETE MÁS
FRECUENTEMENTE LA MUJER?

De las 122 mujeres encuestadas estas tuvieron diferentes respuestas, de las


cuales en los siguientes gráficos precisaremos, iniciando con los diferentes tipos
de delito de sus respuestas; 36 de ellas respondieron que la mujer es más
frecuente cometer DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO, lo cual equivale al 29%;
39 de ella respondieron que la mujer comente mayormente DELITOS CONTRA LA
VIDA, CUERPO Y LA SALUD, lo cual corresponde al 32%; otras 47 respondieron
que la mujer comete más frecuentemente DELITOS CONTRA LA SALUD
PÚBLICA, lo cual equivale al 39%; estos datos los precisaremos en los gráficos
subsiguientes.

GRÁFICO 10

29%
39%
DELITOS CONTRA EL
PATRIMONIO
DELITOS CONTRA LA VIDA,
CUERPO Y LA SALUD
32% DELITOS CONTRA LA SALUD
PÚBLICA

45
De las 36 mujeres que respondieron que la mujer comete más frecuentemente
DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 29 de ellas que equivale al 81% respondió
que se comente más ROBO, 5 de ellas que equivale al 14% respondió que se
comente más frecuentemente ROBO AGRABADO y 2 de ella que equivale al 5%
respondió que se comente aún más EXTORSIÓN. (GRÁFICO 10.1)

GRÁFICO 10.1
DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO
ROBO ROBO AGRAVADO EXTRORSIÓN

5%

14%

81%

De las 39 mujeres que refieren que se cometen más delitos contra la vida, el
cuerpo y la salud, 7 de ellas que equivale al 18% mencionan que se cometen más
delitos de SECUESTRO, 19 de ellas que equivale al 49% la mujer es más
´propensa en cometer HOMICIDIO, 8 de ellas que equivale al 20% respondió que
la mujer comete PARRICIDIO, 2 de ellas que equivale al 5% refiere que la mujer
comete ABORTO y 3 de ellas que equivale al 8% menciona que la mujer comete
UXORICIDIO. (GRÁFICO 10.2.)

GRÁFICO 10.2
DELITOS CONTRA LA VIDA, EL CUERPO Y LA
SALUD
5% 8%
SECUESTRO
18%
20% HOMICIDIO
PARRICIDIO
49%
ABORTO
UXORICIDIO

46
De las 47 encuestadas que respondieron que la mujer comete mayormente
DELITOS CONTRA LA SALUD PÚBLICA, 2 refirieron que se comete TRATA DE
PERSONAS, lo cual equivale al 4%; y 45 de ellas respondió que se comete en
mayor porcentaje el cual es de 96% TRÁFICO ILÍCITO DE DROGAS.(GRÁFICO
10.3)de lo que podemos apreciar en la conclusión de los delitos que usualmente la
mujer es frecuente, el cual es el delito contra la salud pública - tráfico ilícito de
drogas, delito que se comete en mayor proporción, seguido del delito contra el
patrimonio - robo.

GRÁFICO 10.3
DELITOS CONTRA LA SALUD PÚBLICA
TRATA DE PERSONAS TRÁFICO ILÍCITO DE DROGAS

4%

96%

47
PREGUNTA N° 11
¿LAS MUJERES SON POR NATURALEZA DIFERENTES DE LOS HOMBRES O
SON MAS BIEN SOCIALIZADAS DE MODO DIFERENTE?

De las 122 encuestadas 39 que equivale al 32% opinan que la mujer es


DIFERENTE por naturaleza que los hombres, 68 de ellas que equivale al 56%
respondieron que las mujeres son SOCIALIADAS DE MODO DIFERENTE a
comparación de los hombres, puesto que desde el inicio de educación en los
hogares se hace una marcada diferenciación ya sea desde roles o por ejemplo se
encasilla a las mujeres a comparación de los hombres que se les da más libertad
que a estas últimas, el machismo marcado de nuestra sociedad hace que esta
socialización sea muy notoria; 7 de ellas que equivale al 6% respondió que la
mujer es DIFERENTE y a la vez es SOCIALIZADA DE MODO DIFERENTE, 8 de
las encuestadas que corresponden al 6% respondieron que no saben al respecto.

En conclusión a partir de las cifras podemos ver que la mujer es socializada de un


modo diferente, puesto que son inculcadas de un modo diferente a diferencia a los
varones, a través de las costumbres, los roles que tiene nuestra sociedad.

GRÁFICO 11
DIFERENTES SOCIALIADAS DIFERENTE AMBOS N.S.

6% 6%
32%

56%

48
PREGUNTA N° 12
¿CÓMO CONSIDERA QUE HA TRATADO LA CRIMINOLOGÍA A LAS
MUJERES?

De las 122 mujeres encuestadas ellas refieren en sus respuestas diferentes


conceptos de cómo se ha tratado a la mujer la Criminología, 16 de ellas que
equivale al 13% refieren que la Criminología ha tratado BIEN a la mujer, 2 de
ellas que equivale al 2% opina que se ha tratado MUY BIEN a la mujer, 53 de ellas
que equivale al 43% refiere que la Criminología a tratado Mal a la mujer, 12 de
ellas que equivale al 10% menciona que se ha tratado MUY MAL a la mujer por
parte de la Criminología, debido a que y 22 de ellas que equivale al 18% no tiene
referencias al respecto.

En conclusión la criminología ha tratado MAL a las mujeres, puesto que las penas
son muy severas, el proceso es muy largo y tedioso, es más que algunas están
recluidas un lago tiempo antes de ser sentenciadas. Las encuestadas refieren que
por su condición de mujer y ya que supuestamente “la mujer no se debe
equivocar” no las tratan de un modo digno para ellas. A su vez refieren que si bien
hay algunos beneficios, como lo es que puedan tener a sus hijos un cierto tiempo,
refieren estar muy dolidas por la severidad con la cual se ha tratado a la mujer en
la criminología.

GRÁFICO 12

13% 2%
18%

14% BIEN
10%
MUY BIEN
IMPARCIAL
MAL
MUY MAL
43%
NO SABE

49
CAPÍTULO V

DISCUSIÓN

Ante la marcada diferencia que hay entre el índice de criminalidad masculino en


comparación con el femenino, debido a que las mujeres tienden a cometer en
menor proporción delitos, analizamos los diversos factores sociales por los cuales
la mujer delinque, ya sea la educación, los valores, la familia, diferenciación de
roles, entre otros.

Respecto a ello Sánchez, M. (2004:240) sostiene: “El bajo nivel de delincuencia


femenina en relación con el de los hombres es universalmente reconocido por
todos los criminólogos. Éstos concluyen que las mujeres son siempre y en todo
lugar menos propensas que los hombres a cometer actos delictivos.”

Lo cual nos permite deducir que la tendencia a delinquir es vista de una manera
común en los varones a comparación de estos mismos actos cometidos por
mujeres, a su vez la problemática masculina está ciertamente más marcada en
nuestra sociedad, donde se aprecia a la mujer como alguien de la que no se
visualiza su peligrosidad, por el hecho de su condición femenina, pero en nuestros
días se ve un ligero crecimiento en los crímenes cometidos por mujeres que va
aumentando año tras año.

Por ello este fenómeno social que está desarrollándose debe ser mejor analizado
para poder contrarrestar dichas conductas, puesto que años anteriores no se
tomaba mucho énfasis en el estudio de las conductas desviadas que eran
ejecutadas por las mujeres. En ese sentido, hoy debemos ponerle más interés al
análisis y los aspectos relacionados a la criminalidad femenina, vincularlo con el
elemento género, el cual está relacionado con las conductas y condicionamientos
que la sociedad y la cultura imponen como comportamientos, ya sea femenino o
masculino.

Tal como lo pone de manifiesto Laberge, D. (2001: 360) “Tradicionalmente, la


criminología ha estudiado sólo de modo restringido el problema de las mujeres
delincuentes: éstas han sido asimiladas a los hombres delincuentes o
simplemente ignoradas”.

Es un hecho, como anotábamos líneas arriba, que la tendencia para delinquir en


los varones en comparación de las mujeres es más marcada. Al respecto, Larraín

50
S, Bascuñan, C, Martínez V. y Hoecker L. (2006:183) sostienen que es debido a lo
siguiente:

“El comportamiento femenino es más fuertemente monitoreado a


través de estereotipos negativos y sanciones. La supervisión y el
control reducen los riesgos femeninos e incrementan el apego a los
padres, maestros y amigos; los cuales, a su vez, reducen la influencia
de grupos asociados a conductas contrarias a la ley.”

De lo cual deducimos que debido a las condiciones sociales en las cuales la mujer
se encuentra, su comportamiento es visualizado y observado constantemente y la
sociedad misma la sanciona de una manera más drástica ante cualquier error que
cometa, lo cual hace que ella misma se inhiba de ciertos comportamientos, que
pueden variar según los contextos sociales a los cuales se halle expuesta. Esto
mismo podemos corroborarlo con las encuestas realizadas a los penales de
Chorrillos, pues las internas nos refirieron, de esta misma forma, que la mujer está
siempre en el ojo de la sociedad, la cual no perdona que la mujer cometa delitos,
ya sea como autora o cómplice de ellos. A su vez refirieron que hay diversas
condiciones y factores por las cuales la mujer es propensa a delinquir, lo cual
analizaremos a continuación.

Son diversos los factores por los cuales la mujer tiende a delinquir, los cuales se
encuentran estrechamente relacionados por las condiciones sociales que hace
que la mujer en nuestro contexto se enlaza y arraiga más fuertemente que el
hombre con la educación, los valores, la familia, las condiciones en las cuales se
desarrolla, la estigmatización de ella misma ante lo que comete; los problemas
que presenta nuestra realidad que hacen que ellas opten por tomar dicho
comportamiento delictivo.

Referente a ello Martínez L, P, Carabaza, R y Hernández, A (2008:302)


mencionan lo siguiente:

“Factores importantes que tienen probabilidad de poner en


marcha los mecanismos que orillan a un individuo a ser
delincuente son su baja posición en el sistema de clases sociales,
deficiencias educativas, pobreza, ambiente familiar inadecuado o
perturbado, residencia en un mal vecindario y pertenencia a una
familia numerosa. Así, los factores adversos tienden a
presentarse en conjunto y a actuar recíprocamente, hasta el punto
de crear una situación que puede inducir a un individuo a cometer
conductas ilícitas”

51
Respecto a las mujeres que fueron encuestadas nos cabe resaltar que lo que las
impulsó a cometer delitos, entre otros factores, no siempre fueron los escasos
valores inculcados en el hogar, la escuela y los círculos en los cuales se
desarrollaron. A su vez, algunas de ellas refirieron que el ambiente deficitario
axiológicamente en sus mismos hogares y en otros casos el vínculo con malas
amistades, fue lo que las hizo propensas a cometer dicho tipo de comportamiento,
ya que en dichos contextos ese comportamiento era de lo más común. Cabe
mencionar que ellas aludieron al hecho que el estar cansadas de los abusos que
se cometieron en su contra, por el machismo que vive nuestra sociedad, tomaron
tale equivocada decisión de delinquir.

Uno de esos factores está relacionado con el desarrollo que tiene cada individuo
inicialmente desde la célula básica de la sociedad, la familia, pues ya sabemos
que los tiempos han cambiado, que ahora la multifuncionalidad de roles tanto del
hombre como el de la mujer hacen que la crianza de los hijos haya ido variando,
pues en ciertas ocasiones los padres sin darse cuenta, pensando que lo material
es lo primordial que requieren sus hijos, olvidan un factor importante que es el
demostrar el afecto que hace que los seres humanos sean más conscientes y
valorativos de sus actos.

A su vez, en las familias disfuncionales hay un rompimiento en la estructura


emocional del menor, lo cual con el transcurrir de los años puede conllevar a
formar personas que creyendo sentirse bien con lo que hacen, o dar solución a
sus emociones, tienden a delinquir; es por ello que desde el inicio de la formación
del individuo se tiene que empezar manteniéndolo estable o ya sea hacer que
comprenda lo que sucede a su alrededor.

En nuestros días nos hemos dado cuenta que las condiciones en las cuales los
niños y niñas van creciendo han cambiado respecto a años anteriores, puesto que
las familias hoy no son las mismas, ha acrecentado el índice de separación
conyugal, sea física o emocionalmente, lo que implica disfuncionalidad en el
núcleo familiar, lo que nos hace ver que es un problema cuando no se sabe
resolver las diferentes secuelas que puedan conllevar dichos cambios o ya sea
todo lo que un menor pueda sentir ante dichas situaciones. La carencia de afecto
es una condición muy resaltante, que expresaron las encuestadas, lo cual es un
factor muy destacable que las impulsó a cometer delitos.

Hoy podemos notar que la clásica estructura familiar en nuestros tiempos se ha


quebrantado y en muchos casos la mujer es la que asume la responsabilidad de
sostener la carga familiar y de esto nos habla Yagüe Olmos Concepción en su

52
libro “Mujer: Delito y Prisión un Enfoque Diferencial sobre la Delincuencia
Femenina”, la cual es citada por Pérez, R (2013:3) así:

“La incorporación de la mujer en la sociedad asumiendo un papel


activo, obligada a asumir el rol masculino para hacer frente a las cargas
propias de la figura masculina debido a la ausencia de la misma. Por lo
que al desaparecer la clásica estructura familiar, los cambios de
costumbres y por ende el control social externo de la mujer, sea esposa
o hija tendrá que enfrentarse a la desigualdad social y el desempleo
que la limita y orilla a realizar labores ilegitimas y en ocasiones
actividades criminales, de tal suerte que en la actualidad la desigualdad
social es parte de los factores socioeconómicos que influyen en el
aumento en la incidencia de la criminalidad femenina.”

Lo cual nos plasma la realidad en la cual la mujer se ve afectada, si bien es cierto


que las mujeres pueden tener toda la predisposición de cometer delitos y hay otras
que se abstienen a ello; el grupo que opta por cometerlos analizando
minuciosamente tiene como características comunes la carencia de afecto, la
inseguridad, la falta de autoestima, la deficiencia en los valores y en la educación;
sin descartar que mujeres que hayan tenido las mejores oportunidades también
como vemos en la realidad que pueden cometer crímenes; volvemos al punto en
el que la mujer en nuestros tiempos suple los roles de madre y padre a la vez, ello
conlleva a que en busca de soluciones pueda tomar decisiones incorrectas, es
mas es más difícil conseguir un empleo digno y factible, las diferentes
oportunidades que se le presentan y las situaciones que puedan suscitarse hacen
que ciertas mujeres busquen soluciones en los delitos que cometen.

Algo que influye en gran particularidad es lo que se vive en el seno familiar, el


modo de cómo se desarrolla la familia misma, si bien es cierto que las
encuestadas que pertenecen al grupo de las cuales por lo menos ha cometido un
delito, algunas de ellas aluden que en sus hogares se evidenciaba algún tipo de
violencia ya sea hacia ellas mismas o a algún integrante de su familia, lo que
evidenciaba el maltrato doméstico. Al vivir en un ambiente familiar inadecuado o
perturbado es un factor muy elemental que hace propensas a estas mujeres a
delinquir.

Con relación a lo que emerge del seno familiar y relacionado con la violencia que
puede presentar en ella, Martínez L, P, Carabaza, R y Hernández, A. (2008:304)
refieren lo siguiente:

“La violencia es otro factor preponderante en el riesgo de la


delincuencia futura, en particular aquella que tiene lugar dentro de la

53
familia (ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo
domicilio) y que comprende, entre otros aspectos, la violación, el
maltrato físico o psicológico y el abuso sexual. Es sabido que son las
relaciones afectivas en la infancia las que determinarán en gran medida
la vida del adulto, por lo que los padres tienen la responsabilidad de
brindar la intimidad, autoridad y educación adecuadas para el buen
desarrollo de la psique del niño (Curria y Morson, 2000; UNICEF, 1999,
2001). Algunos estudios señalan que las mujeres que llegan a delinquir
sufrieron la violencia de sus padres o que fueron testigos del maltrato
de su madre, por lo que se habituaron a este tipo de conductas y las
asumen con mayor permisividad. Esto no significa, por supuesto, que
tales experiencias puedan considerarse como la causa última de que la
mujer cometa algún delito o que sean directamente el motivo de su
ingreso al sistema penal (Rodríguez y cols., 2006). La influencia del
medio familiar sobre el nivel y el tipo de aspiraciones del sujeto es un
factor importante en cuanto que determina sus ambiciones futuras. Las
aspiraciones pueden ser limitadas y restringidas, y en este último caso
el individuo únicamente limita sus miras a la obtención de lo necesario y
a la garantía de una seguridad, lo que ratifica este punto de vista.”

Lo cual nos hace llegar a la conclusión que es muy cierto que la forma en la cual
se desarrolle la familia es trascendental en el hecho de cómo una mujer actúa ante
situaciones que se le puedan presentar y hay una tendencia en las mujeres que
hayan vivido bajo una familia con conflictos y una violencia evidente sean mucho
más propensas a cometer delitos a comparación de otras que no hayan pasado
por dicha situación conflictiva. Esto también es contrastado por las encuestadas
que refieren que la familia es un factor muy importante para poder explicar los
motivos por los cuales una mujer delinque.

La mujer se encuentra socializada de diferente manera a comparación del hombre,


en nuestra sociedad apreciamos que a diferencia de un hombre delincuente, la
mujer es mucho más estigmatizada por el hecho de su condición como mujer ya
que nuestra sociedad no acepta que una mujer, siendo la que debería proteger y
velar por la armonía en la sociedad, ella misma rompa aquel supuesto equilibrio en
el cual se encuentra incrustada, que hacen que esta al delinquir tenga más peso
ante lo que realizó en la sociedad, a comparación de un hombre por el simple
hecho que la mujer debería representar lo mejor de la sociedad que no perdona e
incluso somete a esta misma a los actos delictivos que pudiese cometer.

54
Con relación a las condiciones sociales en la que se encuentra la mujer en el Perú
a efectos de analizar la influencia criminológica, Pérez, R (2013:1) sostiene:

“La mujer aún en sus delitos y en la naturaleza de su participación


refleja su socialización, porque es cierto que las conductas delictivas
de la mujer están muy relacionadas con las características
sociológicas y con el papel que desempeña la mujer dentro de
nuestra sociedad y nuestra cultura. En la mayoría de los casos la
mujer es coparticipe de los delitos, en ocasiones delinque por
cuestiones amorosas o influenciadas por su pareja, mientras que
otras es el anhelo de poder y para revertir la situación de
sometimiento.”

Lo cual nos hace contrastar con lo que plasman las encuestas que realizamos, en
el sentido que la mujer en nuestra sociedad sigue de cierta forma sometida ante la
figura del hombre, por ello que se contrasta con lo que nos mencionaron las
encuestadas, que en ciertas circunstancias ellas no son las autoras intelectuales
del delito, sino más bien que solo participan en coautoría al lado de personas a las
que ellas mismas refieren se encuentran subordinadas, como su pareja por
ejemplo, que aludiendo a diferentes motivos la vincula con esas situaciones.

A su vez se han dado casos en los que la mujer, cansada de los maltratos y
humillaciones, toma la decisión de cometer delitos en búsqueda de una solución,
si bien no es una manera idónea de solucionar los conflictos.

Si vemos el caso de un hombre que delinque a comparación de una mujer, la


sociedad juzga con mayor severidad la conducta de la mujer.

No debemos apartar que nuestra sociedad misma, ve a la mujer como un ser


inferior al varón, lamentablemente aún existe un marcado machismo; el cual se
aprecia en la misma familia, como por ejemplo, al momento de tratar a un hijo a
diferencia de una hija, nos podemos dar cuenta que al hijo se le otorgan más
libertades, otros roles, en cambio a la hija la tratan de manera diferente, que
puede ser una causa del por qué en ciertas mujeres hay una tendencia de
contrarrestar de una manera equivocada dicho tratamiento cometiendo delitos.

Cada ser humano al socializar con otros individuos intercambia conocimientos,


lenguaje, comportamientos, lo cual en ciertas ocasiones al no ser el adecuado,
como por ejemplo al estar relacionados con individuos que tiendan a delinquir,
este comportamiento delictivo al estar en constante relación entre personas que
tienden a cometer delitos son impulsados a participar en ellos.

55
Son diversos los problemas sociales que influyen en el comportamiento de las
mujeres que hayan cometido algún tipo de delitos, tales como el alcohol, drogas,
rechazo a figura de autoridad, bajos ingresos, medios sociales inadecuados,
conductas autodestructivas, prostitución, riñas, violencia, abuso, núcleo formal de
procreación con alta permisibilidad e inestabilidad al igual que en las relaciones
amorosas; código de conducta de acuerdo a su cultura, agresividad que se ven
plasmadas en el entorno al cual se rodean.

Referente a ello la UNICEF (1999) menciona:

“El uso y abuso de sustancias tóxicas es un fenómeno cada vez


más frecuente en gran parte de los países, lo que repercute
severamente en todos los aspectos de la salud del individuo y de
la sociedad y propicia además la delincuencia; de hecho, en
diversos estudios se han hallado correlaciones significativas
entre la violencia intrafamiliar y el consumo de alcohol y otras
drogas.”

Referente a ello nos evidenciamos a que el ámbito en el cual se desarrolle la


mujer es muy importante ya que hace que este predispuesta a cometer delitos con
más frecuencia a comparación de mujeres que no se hayan vinculado con dichas
situaciones.

En la situación de las mujeres, este factor es uno por los cuales debido a las
relaciones en las que se desarrollen, por ejemplo en el círculo de amigos, familia
con tendencias delictivas o ya sea la pareja influyen mucho en el comportamiento
que puedan presentar.

Uno de los factores que nos parece oportuno analizar son las desigualdades de
género de las cuales surgen patrones de motivación, condicionamientos y acceso
a las oportunidades delictivas, pues bien en la sociedad misma se rige a la mujer
con normas de género, puesto que la mujer tiene su rol como educadora de los
hijos, la mujer se ve sometida a sus obligaciones de familia y es donde se
distingue lo que es considerado femenino o masculino y se hace una demarcación
a ello, por esa misma razón que la mujer al cometer delitos se ve vista de una
manera estigmatizada en mayor rudeza que lo que vería a un hombre.

Referente a como visualiza la sociedad a la mujer Sánchez, M (2004:259)


sostiene que: “El comportamiento femenino es más fuertemente monitoreado a
través de estereotipos negativos y sanciones.”

56
Lo cual contrasta con la realidad que vivimos, pues siendo la mujer aquella que
trae consigo un peso que la sociedad misma le ha arraigado, ella tiene que tener
el mejor comportamiento ante ella, puesto que ante un error se la juzga de una
manera severa, estigmatizándola ante sus errores de una forma más dura si es
que fuera el caso de hombres.

Respecto a ello Martínez L, Patricia/Carabaza, R / Hernández, A (2008:302)


sostiene lo siguiente:

“…la prisión puede reflejar un ejercicio del sistema que se


transforma en una función marginalizante ya que ahí se
encuentran las mujeres más pobres y de menor nivel educativo.
La estigmatización de la mujer en prisión es doble: en primer lugar
sufre como mujer y en segundo como delincuente por pertenecer
no sólo a un grupo desfavorecido en todos los aspectos sociales,
sino también al grupo que ha violado la clásica imagen de la mujer
impuesta por la sociedad, que por ello debe ser recriminada
severamente, olvidando la violencia y los abusos que ha sufrido…”

Lo anterior nos refiere a visualizar la situación de la mujer ante la sociedad, la cual


actúa inquisitivamente al no acepta que la mujer haya cometido un error, es donde
apreciamos a comparación de los delitos que comete un hombre, la mujer se ve
más afectada en todos los ámbitos y en mayor proporción.

A su vez el desarrollo moral que se le inculca a las mujeres por tener la condición
de la maternidad y su función educadora la predisponen a una ética que las hace
superficialmente alejadas de las conductas criminales; aparte de ello son
socializadas para estar atentas a las necesidades de otros y a su vez estar
alertas antes cualquier amenaza hacia los seres que aman, esto es lo que puede
en ciertos casos inhibir a las mujeres inhibirlas de actividades que puedan causar
daño a otros, pero a su vez esos frenos inhibitorios pueden desencadenar delitos
a la vez.

Tenemos que mencionar que la mujer se encuentra sometida a un mayor control


familiar y ello implica mayor intervención de controles formales, lo cual hace
evidente la diferencia en la socialización de la mujer a comparación con la del
hombre; esto es por lo cual las encuestadas refirieron “la mujer piensa varias
veces antes de cometer un delito, por las consecuencias que generen en ello a su
familia”. Es así como se explica la diferencia entre los índices de criminalidad entre
hombres y mujeres.

57
Cabe mencionar que muchos pensamientos como éstos no son de ahora, sino
vienen siendo apoyados por autores que devienen en calificar la criminología
femenina desde una perspectiva general en los espacios de mitad del siglo XIX en
adelante, dada la proporcionalidad comparada con los delitos cometidos por los
varones. Laberge, D. (2001: 361) sostiene que: “El problema de la
proporcionalidad ha constituido, explícita o implícitamente, el desafío teórico
central de todos los análisis relativos a la criminalidad de las mujeres durante el
último siglo…”

La Educación

El déficit en la educación en nuestro país es uno de los tantos factores que


influencia este fenómeno social que se está viendo más notorio en nuestra
realidad, la criminalidad femenina, los valores que se imparten en el hogar no son
los suficientes pues la mayoría de veces en familias desestructuradas o ya sea
que los padres por ignorancia cometan equivocaciones al criar a sus hijos lo más
lógico sería que esa carencia será completada por la educación en las escuelas,
pero nuestra realidad no es esa; puesto que debido a que el difícil de valores en
nuestro país es notorio ya que lamentablemente ha pasado a un segundo plano,
sin darse cuenta que es ahí donde surgen los problemas de nos aquejan.

Tenemos que reconocer que la educación es la clave del bienestar y progreso


para todos. La educación en el Perú en algunos aspectos ha mejorado, sin
embargo el fin de ello no acaba en la gratuidad de dicho derecho que tiene cada
individuo el cual es reconocido por la misma Constitución.

Lo que se vive en nuestro contexto es que a pesar de la gratuidad de la


educación, lo que se brinda no es proporcional para todos, pues no todos tienen la
posibilidad de solventar los gastos y la educación de calidad es de un limitado
acceso debido a diferentes causas ya sea al poco presupuesto que se brinda para
dicho sector, las condiciones económicas que posee para gozar de dicho derecho.

Lamentablemente la educación que se brinda en los diferentes lugares de nuestro


país no es de forma equitativa, pues se evidencia la precariedad en algunas zonas
de nuestro territorio, en las cuales se aprecia que hay un olvido por parte del
gobierno mismo, por ejemplo la calidad de educación que se brinda en las zonas
más alejadas de la selva o sierra es muy baja a comparación de la educación que
se brinda en Lima; he aquí donde hay un conflicto ante dicha situación a su vez
que la infraestructura que se les brinda no es la adecuada para que se puedan
desarrollar en un ambiente idóneo en el cual se puedan desarrollar
adecuadamente para poder contribuir a futuro con la sociedad.

58
Aparte de ello la accesibilidad a la educación para algunos es muy poca, pues hay
situaciones en las cuales no se les puede brindar ello, debido a las pocas
posibilidades económicas que se tiene; y es ahí cuando contrastamos con la
realidad que hay mujeres que han delinquido y a la vez son analfabetas, lo cual
hace que estas vivan marginadas por la sociedad, lo cual repercute con el
desempleo y hace que estas busquen soluciones en la necesidad de subsistir.

Tenemos que ponerle un énfasis a las personas que se desempeñan en la labor


de educar, puesto que la baja calidad de la educación y la poca protección que
hay por parte del estado al evidenciar que no hay un apoyo fuertemente marcado
para un rol tan primordial que es el de construir al futuro de nuestra sociedad.

Si bien es cierto el Estado tiene como uno de sus papeles fundamentales el de


proporcionar una protección a los niños, su estabilidad emocional, una madurez
afectiva psicológica social que es fundamental para el adecuado desarrollo de los
menores, al haber diferentes situaciones que rompan ese esquema es cuando hay
un desequilibrio el cual hace propenso al individuo a ser vulnerable ante las
actividades delictivas. En el caso de las mujeres, ante la precariedad de este
factor hace que ellas tengan una predisposición a cometer delitos a diferencia de
otras a las cuales su realidad haya sido más favorable.

También tenemos que tomar en cuenta que la deserción y el absentismo en la


educación es uno de los factores por los cuales al no formarse para que en el
futuro puedan desempeñar un papel productivo en la sociedad hace que estos
individuos opten por en vez de asistir a sus clases como debería ser normalmente
se introduzcan en pandillas al abandonar el proceso educativo, lo cual los hacen
más vulnerables ante las conductas delictivas.

El desempleo

El desempleo es otro factor en el cual está marcando tanto el varón como la mujer
es uno de los aspectos para que las mujeres tiendan a cometer delitos, de una
forma similar a lo que lleva a un hombre el factor desempleo es una de las
razones por las cuales la mujer tiende a delinquir. De lo cual nos señala Sánchez,
M. (2004:247):

“Tanto las tasas generales de desocupación como las tasas


femeninas de desocupación alcanzan coeficientes de correlación
muy elevados, con altos niveles de significación, con estos tipos
delictivos femeninos considerados más frecuentes: contra las
personas (no el homicidio), contra la libertad y contra la propiedad”.

59
Respecto al desempleo y su consecuencia delictiva en las mujeres, podemos
darnos cuenta por las personas que fueron encuestadas el robo es uno de los
delitos más comunes por los cuales las mujeres intentan solucionar el desempleo
en las que se encuentran, debido a que al no encontrar un empleo permanente
ellas aluden que en búsqueda de una solución para dicho problema optan por
cometer dicho delito.

Las tendencias ideológicas y su repercusión en la delincuencia femenina

Cabe mencionar que si bien es cierto que la ideología feminista tiene como
objetivo la igualdad de géneros, Freda Adler, una famosa criminóloga feminista,
citada por Sánchez, M. (2004:252) nos dice “Adler sostiene que de la misma forma
que las mujeres demandan igualdad de oportunidades que los hombres en el
campo del comportamiento ajustado al derecho, un similar número de mujeres
está forjando su camino dentro del mundo delictivo.”

Rescatando lo que mencionaron las encuestadas hay quienes concuerdan con lo


antes citado, pues refieren a que por llegar a ser como los hombres en los buenos
y malos aspectos es por lo cual las mujeres también realizan delitos.

A su vez que hay quienes no comparten dicha posición, puesto que la mujer al
cometer delitos al igual que el hombre se denigran, puesto que al cometer dichos
comportamientos para dicha proporción de encuetadas el feminismo es cuando la
mujer es más capacitada que los hombres y por ende se debería abstener a
cometer delitos.

Si bien se sabe que la mujer hoy comete los mismos delitos que un hombre, pero
la proporción de estos es muy diferente ya que hay menos mujeres que delinque,
pero también tenemos que hacer notorio que este índice va creciendo cada vez
más; si nos ponemos a analizar hay delitos en los cuales la mujer aún no está
presente, por ejemplo el sicariato ejecutado por mujeres es inusual en nuestros
días, esto nos llega a analizar dicha situación, si bien es cierto la mujer tiene
diferente modo de ver la realidad a diferencia por su condición biológica y muchos
factores que giran a ello, pues como ya bien se sabe la mujer tiene una
socialización muy arraigada a los valores sociales y es posiblemente que por ello
en cierta forma aún no se la haya podido observar como parte activa de dicho
delito. Es más en los delitos en donde la mujer se encuentra vinculada en
coautoría con el hombre, esta no es la autora intelectual, son estas las que
colaboran con el desarrollo del crimen organizado.

60
CONDICIONES CULTURALES

Este aspecto quizás logre confundirse con el aspecto social estudiado en el


presente trabajo, y no es para menos ya que lo social lo conforman la sociedad y
dentro de ellas las familias y su interrelación entre muchas de ellas; el aspecto
cultural, que es el que desarrollaremos implica no solo a la familia y a sus
integrantes sino que conlleva a estudiar al ser humano con elementos diversos
que lo conforman como su educación, sus creencias, su costumbres, sus valores,
entre otros.

Y es esta misma palabra, según la RAE, cultura; la que proviene de “cultivo,


crianza” y llevándola a su acepción más extensa es el “conjunto de modos de vida
y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial,
en una época, grupo social, etc.”.

Es así como el aspecto cultural se verá reflejado muchas veces en el individuo


mismo, en su comportamiento calificado como apropiado o inapropiado para el
resto de la sociedad, veremos también que no hay ningún acierto sino por el
contrario demasiados mitos que se irán rompiendo como los más usados “si es
así de seguro tuvo una pésima crianza”, “si así se comporta con nosotros,
imagínate cómo será con los suyos”, etc.

Lo vemos incluso en la actualidad al ver los noticieros día a día; hay cada vez
jóvenes de una mediana situación económica, de familia funcional, con estudios
superiores y muchos otros agregados que nos hacen pensar dónde quedan los
estándares tradicionales que teníamos del delincuente, ese individuo desdichado
sin familia o de familia inconclusa que no tuvo muchas oportunidades o la suerte
de haber crecido y formado en un hogar con cultura, valores y buenas costumbres.

La libertad ha sido un derecho por el que el hombre ha luchado a lo largo de la


historia; recordemos que muchos pueblos con culturas inmensamente ricas
lograron sublevarse del yugo que los oprimía que era otro pueblo ávido de
recursos quizás o cualquier otro fin casi siempre económico.

Pues bien, la libertad del hombre fue alcanzada por el hombre y para el hombre, y
aquí sí que debemos entender por hombre al varón y no a ambos sexos. La mujer
siempre fue aquel ser humano visto con mucha inferioridad, con lástima, con sorna
y burla si es que mostraba ser valiente como la férrea heroína Micaela Bastidas o
como una rebelde que solo quería fastidiar a su marido como la incansable Flora
Tristán y muchas mujeres que lucharon por sus ideales.

61
Nos referimos al derecho a la libertad, ya que este encierra al de una educación
que nunca fue igual a la de los hombres (recordemos la cultura incaica) o a elegir
libremente a sus representantes (recordemos que pudieron votar las peruanas a
partir del gobierno de Odría) y así muchas situaciones que nos hace pensar en el
porqué de tanta represión, discriminación, diferenciación, opresión, etc.

Fue esta misma libertad de la que se olvidaron los hombre de pelear, lo lograron
por y para sus convicciones personales, cuando se declaró la independencia en
muchos países no fueron ellas las que también gozaban de esta algarabía, ellas
eran las que aportaron muchas veces sus vidas por aquella causa que les parecía
justa, pero no le fueron retribuidas.

Ya casi se hace inmemorable recordar cómo es que cayeron en este rango


esquivo dentro de la sociedad; quizás fue la familia, la iglesia, la sociedad entera o
asombrosamente ella misma.

La autora Acosta, G (1996:623) pone de manifiesto que:

“Es cierto que América Latina, ha estado limitada por procesos de


colonización, también en lo jurídico. Los códigos se fueron copiando
unos de otros y los errores se fueron transmitiendo de país en país
(…) el sexismo de las leyes penales es casi unánime. No habido
ningún esfuerzo serio por adaptar las legislaciones penales a las
normas internacionales (…) parte de la injusticia de género tiene
raíces en falsedades que sustentan los códigos penales presentando
a las mujeres como seres sometidos al poder masculino de padres,
hermanos, maridos y convivientes. Cuando las mujeres son víctimas
de delitos no se les protege como personas sino como vehículo del
honor familiar y cuando se define que ellas pueden ser sujetos activos
de determinados delitos, se le cercenan las posibilidades de decisión y
de responsabilidad, como si fueran seres menos incapaces para
afrontar las consecuencias de sus actos”

De la familia se dice que es el pilar de toda sociedad, que es el núcleo de ésta,


que es allí donde uno realmente forma su comportamiento, su personalidad, su
temperamento mismo, su credo, el amor hacia los suyos. Según la Declaración
Universal de los Derechos Humanos la familia es el elemento natural y
fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del
Estado.

Puede parecer perfecta esta figura, puede parecer idónea si queremos pensar que
esto ocurre así, que es el Estado quien protege a las familias de cualquier

62
elemento perturbador en ellas como la violencia, la escaza alimentación, la
paupérrima educación que se les brinda a los hijos que la conforman; pero la
realidad es otra y analicemos por qué: Los padres, son aquellas personas a las
que tenemos por autoridades, aquellos que nos protegen y velan por nuestro
bienestar, pero son ellos mismos los que marcan una diferencia sobre todo
excluyente de los hijos en las hijas. Ellos recibirán un trato mucho mejor al de
ellas en cuanto alimentación, educación, vestido, propinas, etc.

Eso mismo pudimos preguntarles a personas que entrevistamos en las cárceles


de mujeres de Chorrillos, pues nos contaban ellas que sus padres las
discriminaban, hacían incómodas comparaciones con sus hermanos o incluso las
golpeaban por no haber obedecido de quedarse dentro de casa y haberse ido a
una discoteca, situación que para sus hermanos era la actividad más común ya
que sí se les permitía realizarla a ellos e incluso podían decidir no venir a sus casa
a dormir. Una enorme opresión por dónde se le mirara.

La mujer desde sus primeros años dicen muchos especialistas tiende a


interrelacionarse mucho más con la figura paterna, es quizás esta la que en su
creencia de sobreprotegerla, va limitando más las capacidades de ésta,
restringiendo su libertad a medida que va desarrollándose bajo ese cuidado celoso
que tienen los varones hacia sus hijas.

Asimismo el autor Amador, C (1999:2) señala que:

“La ausencia del amor paterno, pues, influye profundamente en las


hijas, y los efectos son más visibles quizás en sus relaciones con los
varones. En segundo lugar, el fracaso del padre con sus hijas no sólo
produce graves consecuencias para ellas, sino también profundas
repercusiones de orden social, cultural, político y espiritual. Sea lo que
fuere, la lejanía del padre no sólo afecta a las hijas profundamente,
sino que se refleja en su manera de ver el mundo y de participar en él.
Por tanto, interpretan con frecuencia el rechazo paterno, no como un
rechazo a su persona, sino a la mujer en general”.

Hablábamos de la pésima educación que tenía la mujer, pero no nos referimos a


la que hay dentro de las cárceles sino a la que se adquiere antes de entrar a ellas,
muchas de las internas nos contaban tener primaria completa solamente u otras
haber llegado a la secundaria y no haberla terminado y un reducido grupo nos
indicaba tener estudios superiores o incluso haber sido profesionales relacionados
con la ley y la justicia. Esta escaza educación no se debe a un factor económico,
como bien lo señalaron incluso ellas mismas sino que es debido a la extraña idea
irracional que se tiene de la mujer ya que se piensa que está hecha para tener

63
marido o parir hijos solamente y que lo de estudiar era una pérdida de tiempo en
ellas.

La autora Sindya, K (2000:165) respecto a esta situación pone de manifiesto que:

“Nadie se ocupa de su educación, ya que la familia determinada por


el factor económico decide que si alguien debe estudiar es el
hombre, pues en ellos recaerán las responsabilidades; a las mujeres
se les instruirá en las labores domésticas, en carreras cortas que la
entretengan mientras llega el hombre que habrá de mantenerlas
(…)”

Extendiéndose así la peor de las cadenas que puede haber: mujer criada con
limitaciones por el padre y escaza cultura y educación, pasa a ser mantenida por
el esposo con las mismas o más limitaciones de éste y se lamenta de haber
corrido con tal suerte.

Y luego que pasa al cuidado del marido la situación va de mal en peor ya que
muchas veces son maltratadas física y psicológicamente, no pudiendo
desarrollarse así como seres libres que detengan esa situación tan desagradable
que se repite silenciosamente en muchos hogares peruanos y que muchas veces
termina convirtiéndose en un crimen, uno más horrendo que el otro.

Se ven sometidas conjuntamente con sus hijos a tratos inhumanos que las hacen
tener una idea equívoca de lo que pueden valer intrínsecamente.

Esta situación fue descrita por muchas internas del penal, ya que relataban ellas
que mucho influye en sus conductas la familia, ante la pregunta ¿Por qué
considera que las mujeres están menos implicadas en las actividades criminales
que los hombres? Ellas consideran que son los padres los que no se dividen muy
bien sus roles y por el contrario es casi siempre uno de ellos quien lleva el control
o autoridad en la casa; si es el padre será severo con las hijas y permisivo con los
hijos y si es la madre se da casi la misma situación ya que se piensa que cuidando
más a las hijas se evita que entable futuras relaciones similares a las que viven
ellas.

Ya que hablamos de la familia, y vamos contradiciendo muchas ideas


equivocadas, también debemos caer en cuenta que las mujeres delincuentes no
siempre tienen un padre sobre protector o simplemente no lo tienen, sino que
muchas veces son criadas por padrastros castrantes, autoritarios, incestuosos o
los abuelos de uno de ellos tal vez porque los dos padres hicieron vida en común

64
con otras personas y formaron nuevas familias, como viene sucediendo con mayor
frecuencia.

De esa manera, quedan los hijos de lado y es evidente la escasa protección que
pueden brindarles dos o un anciano; o también a cargo de una familia numerosa
que tiene relación consanguínea de tío-sobrino o sus variantes y que también son
prácticamente los que procurarán a éstos vivienda, alimentación, vestido; mas no
recreación o salud y en este caso salud mental, ya que hablamos de hijos que han
pasado por situaciones difíciles a su edad como lo puede ser la separación de sus
progenitores y no han sido atendidos por especialistas como lo son psicólogos o
psiquiatras, es decir no hay una presencia no solo de la familia sino del Estado
que bien tendría en brindar ayuda desde los centros educativos en tantos menores
de edad que atraviesan por situaciones muy similares.

Vemos casos recientes como la de una señorita de apellido Marquina, que ocupó
las primeras planas de los diarios locales conocida tristemente como “Gringasha”,
una joven estudiante de una universidad privada que mantenía vínculos
sentimentales con un delincuente y que era criada en la casa de tíos que decían
incluso desconocer dicha situación y que la madre la apoyaba a la distancia en
todo lo que ella realizaba. Creando así cada vez más individuos con alteraciones o
manías que presentan desde cualquier etapa de la vida.

El autor Ríos, G (2013:4) pone de manifiesto lo siguiente:

“Al darse dicho cambio en la vida, advertimos que se producen los


denominados efectos culturales en los patrones y conductas, es decir,
cambios en la forma de pensar, sentir y hablar, cambios en los
valores, prioridades, educación de los hijos y consejos a los
allegados. Se ha institucionalizado el miedo y la agresión defensiva,
registrándose en nuestro sentido común, expectativas, preferencias,
etc.”

Son estos cambios que no solo se ven reflejados desde que salimos a
interrelacionarnos con el resto de la sociedad sino con la familia y los amigos más
cercanos en un principio, a ello se les suma la falta de valores que es cada vez
más notoria.

Los valores son las cualidades presentadas por el ser humano, aquellos que
como afirma Schemelkes, S (1996:14) es “El desarrollo del juicio moral, mediante
el cual ellos mismos, mediante procesos de reflexión y diálogo, desarrollarán
esquemas valorables propios que propiciarán la búsqueda de la congruencia entre
el deber ser y el hacer”.

65
Y nos quedamos con esto último: “la congruencia entre el deber ser y el hacer”,
cuán importante es tener presente el equilibrio emocional, la diferencia entre lo
prohibido y permitido, entre lo inmoral y lo moral. Aunque en estas cuestiones no
hay tampoco nada predeterminado, que hayas crecido entre delincuentes por
ejemplo, no determinará tu conducta ni que hayas crecido entre las personas más
correctas o las más moralistas.

Los resultados obtenidos ante la pregunta ¿Por qué cree que los hombres son
más frecuentemente impulsados al crimen que las mujeres? Obtuvimos un
devastador sesenta y uno por ciento de las ciento veintidós mujeres recluidas en el
penal; es decir setenta y ocho de ellas afirmaban y reconocían que eran los
valores el factor que los diferenciaba a ellas de los varones, y también justificaban
así su actitud cometida –decían ellas- por apuros económicos, más que por
haberse criado en un hogar sin valores.

Posición contraria toma Vila, E. (2005:2) quien expresa que:

“Los valores pueden resultar entes abstractos y formales no lo son, en


la medida de que son cuando se ponen en práctica y porque debemos
tomarlos como criterios para la acción, dentro del diálogo intercultural
necesario. Además, como no surgen por “generación espontánea” los
valores deben construirse, luchando todo lo necesario para que esa
construcción sea una constante en nuestras reflexiones y acciones, pues
constituyen un acervo consecuencia de la justicia y la equidad”.

Para que esta posición sea la más acertada ya que nos habla que los valores
deben ponerse en práctica, no creo necesariamente que ello constituyan las
consecuencias de justicia y equidad que podamos tener, para entenderlo de otra
manera si nosotros crecemos en un hogar con valores que son inculcados desde
pequeños, pero no son practicados por nuestros padres cotidianamente, como
ofrecerle una coima a la autoridad que nos quiso imponer una papeleta o tan
sencillo como decirle a los hijos que mientan que ellos no están presentes cuando
les vengan a cobrar alguna deuda suya, eso no nos da entonces un sentido de
justicia, muy por el contrario nos ofrece alternativas para faltarle de algún modo a
la sociedad entera.

Los valores como honestidad, respeto, solidaridad, tolerancia, etc. están más
arraigados en las mujeres que en la de los varones, ya que son ellos los que son
criados a la usanza de imponerse ante un hecho con severidad y no con
sensibilidad o tolerancia que se requiere en muchos eventos. La mujer delincuente
sabe que tiene valores y sin embargo los trasgrede, transgrediéndose a sí misma
por carencias económicas que simplemente le permitan salir de dicha dificultad.

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También está muy presente el valor de la dignidad en aras de la subsistencia,
presente en la mujer quien puede realizar cualquier trabajo eventual que se le
presente a diferencia de los varones que son más cautelosos en elaborar trabajos
que incluso sientan que los denigra; no vemos por ejemplo el trabajo de niñero, de
mucamo, etc. labores que se identifican más con la mujer.

Muchas internas nos contaban haber trabajado en casas como empleadas del
hogar o dedicarse a sus hijos en casa y mantenerlos lavando ropa ajena, situación
que es por decirlo así: nula en los varones.

También hay varones que se ven frustrados sin la presencia de la mujer en el


hogar, es por ello que surge una nueva problemática como lo es la adquisición de
vicios en los que suele caer nocivamente.

Son ellos los más propensos a diversos vicios, ya sea al alcohol, al juego o a las
drogas, pues se presentan con más facilidad en ellos al verse en situaciones
medianamente difíciles tal como lo afirma Spooner, L (1875:2) de quien dice:

“Los vicios son generalmente placenteros, al menos por el tiempo que


duran, y a menudo no se revelan como vicios por sus efectos hasta que
han sido practicados por muchos años, quizás durante toda la vida.
Para muchos que los practican, quizás para la mayor parte, los vicios
quizás no se revelen nunca como tales. Las virtudes, por otra parte,
parecen a menudo tan rigurosas y escarpadas, requieren tanto del
sacrificio de –como mínimo- buena parte de la felicidad presente, y los
resultados que las confirman como virtudes son a menudo tan distantes
y evasivos, de hecho tan absolutamente imperceptibles para los
espíritus de tantos hombres, especialmente de los jóvenes…”

Es ésta misma facilidad que buscan ellos las que se presentan en las
estadísticas muy diferenciadas que hay entre hombres y mujeres delincuentes,
pues ellos como bien manifestaron muchas internas “Buscan ganar dinero fácil
y no les importa si tienen hijos o no”.

A lo que las mujeres delincuentes sentenciadas por Tráfico Ilícito de Drogas


manifestaban que si bien tenían hijos y muchas de ellas eran conscientes de
sus actos se arriesgaban igual “pensando en ellos, en su bienestar, en darle
una mejor calidad de vida a las razones de su existencia y motivo de tantas
preocupaciones”.

67
Ahora cabe recalcar que necesariamente debemos hablar de niveles educativos
que van de la mano con lo económico, pues el Estado es quien destina incluso
muchos más recursos a la ciudad en comparación de los demás departamentos
existentes en todo nuestro país.

Es muy alarmante incluso la última desagradable noticia proveniente del Programa


para la Evaluación Internacional de Estudiantes, quedamos en el último lugar,
relacionemos esto a la criminalidad y no nos sorprendamos ya que el estudiar
como sabemos desarrolla nuestras capacidades y habilidades; abriéndosenos
muchas puertas para laborar, en diversos rubros y centrarnos más en el progreso
y el bien común de todos los pertenecientes a una sociedad; y al no tener
educación, cultura, herramientas necesarias para valernos nos vemos en un
estado de necesidad, de abandono, los hombres pueden y tienen tendencia a
deshacerse de los problemas huyendo (no olvidemos que existe en gran número
las denominadas “madres solteras” en relación a los “padres solteros”) en cambio
las mujeres se ven arrastradas muchas veces a delinquir por bajísimos recursos
económicos; es comprobable también eso por los altos índices de ingreso a las
cárceles por Tráfico Ilícito de Drogas.
Y claro que esta situación no solo ocurre en nuestro país sino en toda América
Latina, tal como lo refiere Subirats, M. (1998:10)

“…la situación educativa de las mujeres en América Latina nos


muestra, por una parte, desigualdades notorias entre países, y,
por otra, desigualdades importantes dentro de cada país. En
efecto, se constata que en muchos países se produce una
combinación entre dos situaciones diversas; la presencia de
sectores sociales en los que se ha producido ya un acceso
relativamente igualitario de mujeres a la enseñanza superior, y al
mismo tiempo la persistencia de la marginación de determinados
sectores de población —y especialmente de las mujeres
pertenecientes a tales sectores— respecto de la educación
primaria. Ello supone, como veremos más adelante, que el tipo de
medidas necesarias para llegar a la igualdad educativa entre los
sexos debe corresponder a objetivos diversos, dado que se dan
conjuntamente, para alcanzar la igualdad educativa, dificultades
que son propias de los países en vías de desarrollo y dificultades
que son las mismas que se observan actualmente en los países
más desarrollados”

68
Queremos dejar en claro que de ninguna manera justificamos los diversos
comportamientos delictivos que puedan tener las mujeres delincuentes, pero si
recalcamos que la educación en el país por parte del Estado debería ser la mayor
prioridad en nuestra sociedad, hablamos desde luego de una educación de calidad
como se espera de todas las medidas o reformas que son planteadas pocas veces
por las autoridades del país y que genera tanta polémica en estos tiempos.

Pensemos todos que es allí muy probablemente, desarrollando un aspecto


educativo, cultural, de valores que está la solución a este incremento silencioso de
la criminalidad femenina que solo tiñe las páginas de los diarios locales una o dos
semanas y luego pasan a la historia y se hacen parte de el índice mencionado.

ASPECTO ECONÓMICO
El factor económico ha de tener enorme repercusión en la conducta
humana general; eso lo podemos corroborar con los aconteceres diarios, un
incremento de precios en la gasolina, la escasez de alimentos básicos, el aumento
del desempleo, y muchos otros sucesos que realmente preocupan a toda una
población, y entre éstos se incluye al crimen.

Tal es así que la mujer presenta estadísticas elevadas en la comisión de delitos


contra el patrimonio y contra la salud pública, como lo es el Tráfico Ilícito de
Drogas porque es la menos favorecida en la sociedad que la somete no solo a un
trato inferior al del hombre; sino que la discrimina en cuanto a los salarios, los
permisos, la edad, la imagen que pudiera proyectar, aunque no afirmamos que
este factor sea determinante, ya que lo oímos de las misma internas en una visita
guiada a dos penales que hicimos.

Muchas de ellas afirmaban que el factor económico no determinó su conducta ya


que ellas podían laborar en cualquier tipo de trabajo, por más indigno que les
pueda parecer al resto de la sociedad, es pues quizás el hecho de darles una
mejor calidad de vida a los suyos o en el peor de los casos es “arrastrada” por la
pareja en la comisión de diversos delitos.

Ante ello la autora García, C (1999:738) pone de manifiesto que:

“La mayoría de las mal llamadas ‘traficantes’ llegan a serlo por su


relación matrimonial o de convivencia con narcotraficantes reproduciendo
las diferencias de sexo. La pequeña narcotraficante, comete este delito
por amor y solidaridad hacia su marido o conviviente, o bien por
relaciones afectivas familiares (hijos, sobrinos, ahijados) reproduciendo el
rol doméstico pasivo obediente”

69
Sin embargo la insuficiencia de medios económicos ha sido casi siempre una de
las más relevantes justificaciones que han tenido no solo las delincuentes mujeres
sino también los varones, el cual se han visto muchas veces beneficiado en
nuestros juzgados locales con el fin de la disminución de la pena o algún otro
beneficio del cual pueda valerse.

Respecto a ello Sánchez, M (2004:247) declara que:

“Tanto las tasas generales de desocupación como las tasas


femeninas de desocupación alcanzan coeficientes de correlación muy
elevados, con altos niveles de significación, con estos tipos delictivos
femeninos considerados más frecuentes: contra las personas (no el
homicidio), contra la libertad y contra la propiedad”

Hoy por hoy recientemente, las mujeres se ven involucradas en nuevas


actividades delictivas como lo son los asaltos, secuestros, extorsiones y tráfico
ilícito de drogas, que se encuentran altamente vinculadas con el factor
económico; cuando hace poco se hablaba solo estos crímenes realizados por el
sector masculino, por la violencia que puede llegar alcanzar su ejecución.

Reflexionar en estos cambios nos exige entrar a un mundo cargado de prejuicios


ideológicos, que han producido "teorías" basadas en la "manera de ser de la
mujer" y que no explican las nuevas realidades que enfrentan las mujeres que
delinquen.

Un concepto presentado por la feminista y criminóloga Meda de la Universidad de


Hawái, centró sus estudios en niñas delincuentes y mujeres criminales
enfocándolos desde una perspectiva sociológica del género y la victimización de
éstas.

Meda, L (1986) gracias a su hipótesis de la desigualdad de género sugiere que:


“las relaciones de poder patriarcales dan forma o conducen a mayores
desigualdades de género en el delito, empujando a las mujeres a las conductas
desviantes a través de la victimización, la marginalidad económica y las
necesidades de supervivencia”

Ante todo esto , debemos reafirmar que la mujer siempre formará parte esencial
de nuestra sociedad pues en ella encontramos alguien que no le teme a luchar y
pese a las desventajas que presente está dispuesta a seguir en pie,
lamentablemente no siempre sucede así ,se sabe hoy en día por las estadísticas
que el índice de crímenes femeninos va en aumento pues la misma sociedad las
70
orilla a este tipo de comportamiento, es lo que nos dejan saber algunos
testimonios de mujeres que pasan sus actuales días en los penales.

Pero ¿Porqué una mujer se ve orillada a cometer algún crimen?, es algo de lo que
no se sienten orgullosas pues entre los testimonios escuchados agachan la mirada
y susurran: “Es por necesidad”, “necesidad de mantener a mi familia, mis hijos”.

Muchas veces éstas son engañadas por comercializadores de narcóticos, quienes


las envuelven en unas redes de mentiras y “dinero fácil”, con esto no quiero
excusar su comportamiento pero es claro que si una mujer tiene esa actitud
negativa ante la sociedad no es por beneficio propio si no pensando en la
sobrevivencia de su familia, hijos, lo que no sucede en el género contrario.

¿Hasta dónde llegaría una mujer por cuidar la vida que ella misma concibió?, pues
antes de juzgar debemos saber por qué tuvo esta conducta, aclaremos que las
estadísticas marcan claramente que las mujeres registran crímenes en: asaltos,
hurtos, pero no agresiones; más allá de eso, pues no secuestran ni son crueles
con sus víctimas, hasta en eso podemos comprobar que por más cruel que la vida
la lleve a ser una delincuente muestra ser humanitaria.

Puedo resaltar que las “mujeres” no le temen a desempeñar diferentes tipos de


labores, pues tienen claro que un trabajo honrado siempre enorgullece, pero
¿Qué sucede al no encontrarlo, más aun cuando lleva un niño con ella? Solo así
podemos comprender que una mujer se vea acorralada y tenga este tipo de
comportamientos erróneos y terminen encarceladas, lo que es aun peor separado
de lo que tanto cuidaron y por lo que se arriesgaron: sus hijos.

Por ello en su gran mayoría, ellas buscan aprender de esta experiencia y dentro
del penal asistir a sus charlas y talleres que gustosamente practican para luego
poder incorporarse a la sociedad, ya que según estadísticas también se
diferencian del varón en las reincidencias que tienen.

Sin embargo y con gran tristeza podemos entender con aquellas mujeres recluidas
que entrevistamos, siendo esta la minoría, tomar una actitud indiferente con su
situación actual, dejando saber que los acontecimientos que vivieron fueron tan
duros y hasta crueles mencionando abusos, maltratos, que no pretenden cambiar
el rumbo en que llevan su vida.

Aquellas mujeres que se acostumbraron a delinquir, asaltar, pues erróneamente


la sociedad le hizo creer que es lo único que podían hacer para subsistir, por ello
debemos concientizarnos, es injusto que por dinero muchas mujeres caigan en un
71
hoyo delincuencial, pues no buscan lujos ni riquezas exorbitantes solo lo esencial
para vivir dignamente como seres humanos que son. Aun éstas, sabiendo que se
equivocan cometiendo un accionar delictivo; lo juzgan incluso necesario ya que la
situación apaña toda razón de su comportamiento.

No olvidemos también cómo es que son tratadas las mujeres en las cárceles
peruanas, según la autora Campos, C (1999: 752) señala que en la aplicación
selectiva de las sanciones penales estigmatizantes la cárcel tiene una función
esencial en la manutención de la jerarquía social que incide sobre todo en las
capas más pobres.

72
CAPÍTULO VI

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIÓN

6.1 Conclusiones

 Las condiciones criminógenas generales, tales como, las sociales,


económicas y culturales en que se encuentra la mujer en el Perú, no
determinan el índice de criminalidad femenina, por cuánto éste deriva del
proceso de criminalización dirigido por el poder público de manera
indiscriminada para varones y mujeres.

 La escasa criminalidad femenina se presenta en delitos de poca gravedad


debido a las condiciones socio-culturales que inciden en la diferencia de
géneros.

 Las condiciones criminógenas de la criminalidad femenina son diferentes a


las de la criminalidad masculina, porque la mujer resiste más que el hombre
las condiciones criminógenas generales, tales como, las sociales,
económicas y culturales.

 En la criminalidad las mujeres participan cumpliendo roles secundarios que


desempeñan por identificación y malentendido concepto de lealtad en sus
parejas, y no ocupan posiciones de liderazgo.

 La criminalidad femenina no registra significativos índices de reincidencia y


reiterancia, debido a la mayor resistencia que tienen respecto a la agresiva
influencia de las causas sociales, económicas y culturales.

 En la criminalidad femenina no aparecen organizaciones de éste género, lo


cual revela que la mujer no tiene por ocupación habitual al delito.

 De acuerdo con las condiciones anteriores, la mujer es resistente a las


condiciones criminógenas de la criminalidad masculina debido a un factor
que, a juicio de la investigación, solo puede atribuirse a su naturaleza, que

la hace desempeñar un rol de educadora en el hogar y de preocupación por


la subsistencia y bienestar moral de su familia.

73
6.2. Recomendación

El Estado peruano debe aprovechar las condiciones que ofrece el bajo índice de
criminalidad femenina y las diferencias que existen respecto a la criminalidad
masculina, para diseñar y ejecutar una política criminológica de prevención ad hoc
para este género, pues ella actuará por su tendencia natural como agente
multiplicador y factor de potenciamiento para que los efectos positivos de dicha
política alcance a la criminalidad femenina.

74
BIBLIOGRAFIA

Referencias bibliográficas

 Acosta G. (1996) La Mujer en los Códigos Penales de América Latina y el


Caribe Hispano. México: UNIFEM.

 Pérez, R. (2013) Criminalidad Femenina. México: Porrúa.

 Campos C. (1999) Criminología Feminista: ¿Un Discurso (Im) posible?


Chile: La Morada.

 García-Pablos, A. (1994) España: Tirant Lo Blanch.

Referencias electrónicas

 Subirats, M. (1998) La Educación de las Mujeres: De la Marginalidad a la


Coeducación. Chile: Naciones Unidas. Recuperado de la página web
http://www.eclac.org/publicaciones/xml/0/4340/lcl1120e.pdf.

 Spooner, L. (1875) Los Vicios no son Crímenes: Una Vindicación de la


Libertad Moral. Recuperado de la página http://www.sociales.uba.ar/wp-
content/uploads/21-Spooner.pdf.

 Lombroso, C. (1871:) El Criminal: El Hombre Delincuente. Recuperado de


http://www.manuelseixas.com/susodicho/LOMBROTIPOS.pdf.

 Solís, A. y otros (2012) La Criminalidad de la Mujer en Lima. Perú: USMP.


http://www.derecho.usmp.edu.pe/postgrado/doctorado/trabajo_de_investiga
cion/2012/LA%20CRIMINALIDAD%20DE%20LA%20MUJER%20EN%20LI
MA%20FINAL.pdf.

 Vila, E. (2005) Educar en Valores, Educar por los Derechos Humanos: La


Reflexión y el Diálogo como Estrategias Mediadoras para la Prevención y
Resolución de Conflictos. España: Universidad de Málaga. Recuperado de
la página web http://www.rieoei.org/deloslectores/1138Vila.pdf.

75
ANEXO 1: MATRIZ DE CONSISTENCIA

76
CUADROS ESTADISTICOS

A continuación presentamos cuadros estadisticos del INPE correspondientes al


año 2012, que verifican la diferencia entre los indices de criminalidad femenina y
masculina:

CUADRO N° 1

77
CUADRO N° 2

Población penal por situación jurídica y género según oficina regional al mes de
diciembre del 2012.

CUADRO N° 3

Población penal por sexo y según


grupos de edad al mes de diciembre
del 2012

78
CUADRO N° 4

Población de liberados en el mes de diciembre del 2012.

79
CUADRO N° 5

Población de liberados en el mes de diciembre del 2012.

80
CUADRO N° 6
Población penal ingresante el mes de diciembre del 2012.

81
82

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