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Señor Presidente:
En nombre de las organizaciones que integran el Movimiento Pro Justicia, por su medio hacemos llegar a
la Comisión de Postulación de candidatos a Fiscal General de la República una solicitud y algunas
reflexiones sobre dos temas que están íntimamente vinculados, más no deben ser mezclados ni
confundidos porque tienen naturaleza diferente.
Nos referimos a la reconocida honorabilidad de que debe estar investida la persona electa para el cargo
de Fiscal General de la República, según lo establecen la Constitución Política de la República de
Guatemala y la Ley de Comisiones de Postulación; y a las denuncias de impedimento que las personas
particulares pueden presentar contra los aspirantes.
La observación que hemos realizado sobre los procesos ocurridos desde 2009 a la fecha, nos permiten
afirmar que hay etapas altamente controversiales que motivan acciones propias de una confrontación
política y jurídica. Casi siempre, la justicia constitucional ha ordenado repetir aspectos puntuales de la
selección de candidatos; o en caso extremo se ha ordenado un borrón y cuenta nueva. Algunas de esas
etapas son aquellas donde se debate lo siguiente:
Méritos éticos. Se carece de una tabla que establezca con precisión cuáles son los méritos éticos,
así como los criterios o indicadores que regirán la ponderación al respecto. Dada esa situación, no
sería difícil incurrir en decisiones que otorguen puntos a los aspirantes aún cuando no existen
suficientes elementos de convicción sobre su ética; o es posible incurrir en sentido opuesto, de
quitar puntaje sin fundamento.
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Movimiento Pro Justicia
En congruencia con lo anterior, nuestra expectativa es que la Comisión de Postulación cree instrumentos,
mecanismos y procedimientos para ponderar los méritos éticos, abordar el tema de la reconocida
honorabilidad, y tramitar las denuncias de impedimento. De tal manera los comisionados, los aspirantes y
la ciudadanía tengan certeza respecto de cómo se hará la evaluación; y de que serán eliminados los
espacios propicios para la arbitrariedad, la discrecionalidad y la incertidumbre.
En relación con las reflexiones, trasladamos a los comisionados las siguientes consideraciones:
1. La RECONOCIDA HONORABILIDAD es uno de los requisitos fundamentales para ser Fiscal General de la
República y Jefe del Ministerio Público, porque así lo establece la Constitución y lo demanda el clamor
ciudadano por contar con autoridades que, desde los diversos puestos del aparato estatal, garantice un
desempeño transparente, ético, con honorabilidad, honradez y dignidad.
2. Este requisito constitucional es uno de los más complejos de establecer por su carácter abstracto y
subjetivo, pero existen algunas resoluciones nacionales e internacionales que han determinado criterios y
elementos para dotar al concepto de parámetros objetivos.
3. En la sentencia dictada el 24 de marzo de 1992, dentro del expediente número 273-91, compilada en la
Gaceta Jurisprudencial número 23, la Corte de Constitucionalidad establece que el vocablo
‘honorabilidad’, que con mayor frecuencia se aprecia en el campo de la moral, expresa desde un punto de
vista objetivo la reputación que una persona goza en la sociedad, es decir, el juicio que la comunidad se
forma acerca de las cualidades morales y de los méritos de la personalidad de un individuo.
6. Tenemos la convicción de que la honorabilidad es un estado moral y ético pleno, que se refleja en la
vida y el trabajo de las personas, y se traduce en:
-Buena reputación y prestigio
-Goce de legitimidad en los ámbitos social, laboral y profesional
-Respeto y reconocimiento por sus actuaciones apegadas a las normas de convivencia social, al
ordenamiento jurídico, a los altos valores de la justicia y la democracia
-Cabal cumplimiento de sus deberes y obligaciones con el Estado, la sociedad y ellos mismos.
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Movimiento Pro Justicia
7. Tiene honorabilidad la persona a quien podemos reconocer lo anterior, y a quien podamos enaltecer sin
titubear, sin sentirnos incómodos o avergonzados.
En relación con las denuncias de impedimento, solicitamos a la Comisión establecer parámetros y criterios
respecto de la naturaleza y las características que deberán contener dichos documentos, a efecto de que
la ciudadanía cuente con una referencia al meditar si presentará o no una acción de este tipo.
Es preciso que los comisionados planteen sus expectativas sobre el aporte que esperan de la sociedad, y
que definan si las denuncias de impedimento deberán circunscribirse a cuestiones fácticas, tener
naturaleza objetiva y estar debidamente fundamentadas. De esta manera se evitaría la presentación
profusa de denuncias basadas en hechos propios del mundo subjetivo, ideológico o de clase.
Esperamos tener posteriormente la oportunidad de continuar haciendo aportes a esta comisión en los
temas que componen su agenda de trabajo.
Atentamente,
Edificio Rosanca
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