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-¡Tienes que denunciarle o aquí habrá una desgracia! ¿O quieres que lo haga yo?
-¡Marcelo, ni se te ocurra! – le agarro por un brazo, furiosa. – Es tu padre
Esta escena es típica de una mujer violentada tanto físicamente como
psicológicamente por su pareja, siempre trata de defender al agresor, porque de
alguna manera piensa que cambiará, lo cual es casi imposible, el maltrato a la mujer
en la familia es un fenómeno social muy extendido desgraciadamente, la madre del
protagonista de esta novela es una mujer maltratada, no es capaz de denunciarlo por
miedo a la represarias y también por la falta de dinero, pero siempre en estos casos es
necesario hacerlo, no debe quedarse callada, ya que esto se seguirá dando, no tendrá
remedio si no se comunica.
Su abuela siempre fue una mujer honorable, alrededor de toda la obra Marcelo la
recuerda, era muy sabia, y lo que más me marcó de las cosas que dijo fue esta:
-Los hippys preconizaban la paz y el amor. Ella se lo dijo muchas veces. Pero su único
hijo siempre había sido una bestia. ¿Quizás por no tener padre?
En esto podríamos darnos cuenta de tal vez la raíz de porqué el padre del protagonista
era violento, porque no tuvo a su padre presente, tal vez desde niño, tal vez desde su
adolescencia, tal vez, el no haber contado con la figura paterna de algún modo lo
afecto a tal punto que se convirtió en lo que fue en la obra, una persona violenta, que
no se mide, y que luego huye del desastre que dejó, sin importarle nada más.
Cuando Marcelo habla con Tere, está desesperado, le cuenta su plan pero ella no
parece agradarle, Marcelo está harto, no se quedaría de brazos cruzados.
-Aquella paliza me la dio hace dos años. Entonces era un crío. Ahora ya no lo soy. No
quiero volver a mirarme los dedos que me rompió y sentir el miedo que sentí, o el dolor
que se me clavó en el cerebro y con el que todavía sueño a veces. – Pero… ¿tú estás
loco? ¿Quieres acabar en la cárcel? ¿Qué será de mamá si encima te pasa algo a ti?
– Tere, es él o nosotros………- A ti te sacudía por tus malas notas, a mí, por llevar tal
o cual ropa, a ti para meterte en vereda y a mí para que no me desmadrara. El caso
era darnos. La mano se le ha ido siempre. Y hemos crecido aterrorizados.
Aquí me pude dar cuenta que se evidencia claramente por qué ellos también recibían
los golpes, las palizas, la violencia de género en el caso de su hermana, y en el caso
de Marcelo para que no “vaya por mal camino” aunque con un ejemplo como el de
Ricardo, cualquiera termina mal, menciona: La mano se le ha ido siempre, o sea, esto
era constante, su madre y ellos habían tenido posiblemente peores palizas que las de
su madre esa noche, ellos prácticamente estaban acostumbrados a ello, pero su
hermana, Tere, no lo estaba, y se fue con un chico que al final no le trajo nada bueno,
si ella se hubiese quedado, posiblemente las cosas hubieran sido diferentes para
todos.
Marcelo se encontraba demasiado cegado por la ira que sentía por su madre, porque
quería vengarse, tenía tanto rencor dentro de él, se terminó convirtiendo en la “bestia”
que era su padre.
Nº 13 4to B de secundaria