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Entre Kawabata y Oé: Roles de género

a través del Japón de los sesenta

Felipe Contreras Valenzuela


13 de Noviembre de 2017
Introducción

En un mundo posmoderno, globalizado y altamente cuestionado en sus ideologías,


sistemas de economía y sociedad, la literatura es la entrada a través de un portal en letras para
acceder al pasado en conjunto con sus convicciones, creencias y formas de entender el mundo
que nos rodea. La literatura se convierte en el motor de la historia de las emociones,
sensaciones y relaciones humanas que los autores revelan a través de sus palabras, sin escapar
en escribir gran parte de su propia vida en las obras. Este ejercicio convierte a la literatura en
la voz de análisis de comportamientos con sus formas de entender el mundo, que en el caso
de las obras de mitad de siglo son completamente contextualizadas a los sucesos que se viven
en aquel momento.

Dada esta condición, reconocemos elementos que en la actualidad son cuestionados


por parte de la sociedad, como el rol del hombre -su masculinidad o el machismo-, el rol de
lo femenino y las tradiciones que, tanto en sociedades occidentales como ori

entales, son representativas para reconocer el orden familiar, jerarquías políticas e


inclusive obligaciones cotidianas que se ejercen en aquellas naciones

En este trabajo de investigación nos enfocaremos en reconocer los roles como género
masculino y femenino en una sociedad tradicional como la japonesa, advirtiendo su
utilización en las obras Lo Bello y Lo Triste de Yasunari Kawabata y Una Cuestión Personal
de Kenzaburō Ōe. Estas obras de los años sesenta del siglo XX nos muestra la sociedad
japonesa a través de las acciones como mujer y hombre de los personajes literarios
representados como portavoz de aquel contexto, marcado por un intento de modernización
que juega también con la religión, tradiciones y educación de las personas en el Japón tras la
Segunda Guerra Mundial. Para esto utilizaremos la concepción de los roles que debe poseer
un hombre y mujer en la sociedad japonesa, desde la influencia de sus tradiciones, así como
también el juego del honor y el respeto por esas tradiciones que son expuestas por las
experiencias de los personajes escritos en las obras de Oé y Kawabata.
Desarrollo

Lo masculino y lo femenino son parte de los constructos sociales que las personas
tienen para organizarse y desarrollarse. En el estudio de Benno de Keijzer, el género es
entendido como una serie de funciones y atributos que son adjudicados a los distintos sexos
para justificar relaciones y diferencias de opresión que se dan entre los mismos.1 Por otra
parte, el sujeto es socialmente construido a través de los distintos contextos en que se
encuentra inmerso, donde el género es utilizado según el tipo de jerarquía, poder y trabajo;
“las configuraciones del género implican siempre alguna forma de poder”2

Bajo esta apreciación, es relevante reflejar que ese tipo de orden social se relaciona
directamente con las nociones personales, expectativas de vida y comportamiento que poseen
tanto mujeres como hombres dentro de la sociedad. Por otra parte, las instituciones son
quienes designan los roles, prácticas, que en el caso del sistema japonés organiza de forma
jerárquica la interacción de los individuos en base a su género: Robertson explica que gran
parte de la identidad de género en Japón radica en una exageración de las diferencias entre
mujer y hombre que refuerzan las prácticas jerárquicas que se dan entre los géneros en aquel
país.3

Para hacer un análisis de los roles del género masculino y femenino, es necesario
reconocer la importancia de la religión y las dinastías a cargo del Japón en el pasado:

“A partir del período Nara (646-794) los hombres empezaron a tener más poder
dentro de la aristocracia y al cabo de los años las mujeres empezaron a perder el
derecho a la sucesión dentro de las familias. Durante la misma época se desarrolló
el sistema de organización conocido como ie 家, concepto que se suele traducir como
casa pero que tiene un sentido mucho más amplio que yo lo traduciría como clan. El

1
Hasta donde el Cuerpo Aguante: Género, Cuerpo y Salud Masculina (s.f.) Recuperado de
http://www.estudiosmasculinidades.buap.mx/paginas/reporteBenodekeijzer.htm
2
Margarita Roulet, Ed., “Lo masculino y lo femenino cuestionados. Un análisis de la categoría de género,”
en. Mujeres y Filosofía. Teoría Filosófica de Género (Buenos Aires. Centro Editor de América Latina, 1994)
Pág. 68.
3
J. Robertson, 'Doing and undoing: "female" and "male" in Japan: the Takarazuka revue', in T. S. Lehra
(ed.), Japanese Social Organization. Pág. 167
sistema ie crea toda una jerarquía dentro de las familias desde los sirvientes hasta el
gran jefe que normalmente sería el padre. Dentro de este sistema el primer hijo era
el que tenía derecho a la herencia y el que sería el nuevo jefe del sistema ie. El rol de
la mujer se limitaba a tener hijos y crear enlaces entre varios ies casándose con
líderes de otras familias. A partir de la época Edo (1603-1868) y con la entrada del
Confucionismo, las mujeres quedaron aún más apartadas del sistema. Según el
confucionismo: Las mujeres dentro de casa y los hombres fuera de casa. Esta forma
de pensar caló mucho en los japoneses y aún persiste de alguna forma en la sociedad
actual japonesa”4

Los matrimonios arreglados y el sin fin de oportunidades para casarse que posee
Japón, nos habla de una sociedad que, destacada el matrimonio como uno de los factores
formadores de Nación, conservando sus tradiciones y asignando características y roles para
el hombre y la mujer desde que el matrimonio es consumado.

Bajo ese ámbito del matrimonio como motor de sociedad, reconocemos que para la
sociedad japonesa existe la concepción que los seres al nacer son un ser incompleto. Por una
parte, existe la creencia que al casarse las personas comienzan a ser un ser completo: el
objetivo de rellenar el espacio doméstico -katei- generalmente trabajado por las mujeres,
entendido como familia y el espacio público -shakai- manejado por el hombre, quienes son
encargados de lo económico y público de las relaciones, son muy importantes para la
sociedad japonesa. El matrimonio, se transforma en una responsabilidad moral y es
considerado falta de inmadurez el no casarse.5

Tras esto, inclusive el rol es marcado por la paternidad y la maternidad en la crianza


de los hijos. La paternidad “ha sido la matriz de desarrollo y validación cultural de la
denominada masculinidad hegemónica, dentro de la cual se comprende la Paternidad-
Tradicional.6 Y en el caso de la maternidad, se asignan valores sentimentales y de crianza

4
Relación Hombre-Mujer en Japón (s.f.) Recuperado en http://www.kirainet.com/relacion-hombre-mujer-en-
japon/
5
Edwards, W. Modern Japan Through Its Weddings: Gender, Person, and Society in Ritual Portrayal. Pág.
123
6
Gallardo, Gonzalo, Gómez, Esteban, Muñoz, Magdalena, & Suárez, Nicolás. (2006). Paternidad:
Representaciones Sociales en Jóvenes Varones Heterosexuales Universitarios sin Hijos. Psykhe
(Santiago), 15(2), 105-116.
doméstica: “A este respecto, se ha señalado que: Tradicionalmente la responsabilidad de los
hombres frente a su familia ha sido la de proveedor en un sentido económico y la de no
involucramiento en el cuidado y desarrollo temprano de los hijos, ni de dar muestra de
cariño, por considerarse esto como una responsabilidad propia de las mujeres”7

Mencionado estos puntos, comenzaremos por la obra de Kenzaburo Oé. Este autor,
que a través de Una Cuestión Personal nos cuenta la maldecida historia de Bird, un hombre
joven el cual su primogénito nace con una deformidad craneal y este suceso transforma la
vida de Bird en conjunto con ser uno de los pilares de experiencia personal nueva, un
tormento, un cambio y también una nueva reflexión para enfrentar su vida. Bajo esta premisa,
la posición de padre se convierte en una opción de vida o muerte con una relevancia que
traspasa las decisiones personales, equivale a una experiencia única en un país como Japón,
con una gran responsabilidad de ser padre y hombre. “Desde que me casé he estado en la
jaula, pero hasta ahora siempre me pareció que la puerta permanecía abierta; el bebé a
punto de llegar bien podría cerrarla definitivamente”8

Por otro lado, a pesar de sus buenas intenciones, Bird tiene un recelo y vergüenza de
ser padre de una criatura con un posible estado vegetativo. “¿Qué significaría para nosotros,
mi esposa y yo, pasar el resto de nuestras vidas prisioneros de un ser casi vegetal, de un
bebé monstruoso? Tengo que…librarme de él.”9

Respecto al rol del género masculino en esta situación, Himiko, amiga de la


universidad, quien aparece como una salvación y ayuda tras el tormento de su hijo, nos
muestra la importancia de la virilidad en el hombre: tras un suceso confuso de intento de
coito y relación sexual con Himiko en el pasado, él se entera que es virgen, por lo que sus
deseos sexuales intentan sustituir esa experiencia anterior por una mejor y Bird pensaba: Si
en alguna ocasión llegaban a repetirlo, el coito le recordaría el pene con aspecto de gorrión

7
Gallardo, Gonzalo, Gómez, Esteban, Muñoz, Magdalena, & Suárez, Nicolás. (2006). Paternidad:
Representaciones Sociales en Jóvenes Varones Heterosexuales Universitarios sin Hijos. Psykhe
(Santiago), 15(2), 105-116.
8
Kenzaburo Oé. “Una cuestión personal” Traducción de Yoonah Kim con la colaboración de Roberto
Fernández Sastre. Capítulo I.
9
Íbid.
aplastado que había visto esa mañana mientras se vestía, y también los genitales distendidos
de su esposa contrayéndose lentamente tras la agonía del parto10.

La experiencia negativa del nacimiento de un hijo con problemas no solo se


transforma en un trauma por algo sentimental, sino también en la expresión de un género que
por lo general se considera por la sociedad y es enseñado como una competencia por quien
es el mejor, inclusive en el aspecto de virilidad de validarse ante los demás.

En el caso del rol femenino, las mujeres son mostradas en este caso relegadas o más
bien expuestas como un factor negativo en la obra por parte de la sociedad que las rodea,
incluso expuestas como no libres de actuar y por otro lado relegadas a una opinión pública
negativa. Himiko se transforma en la ayuda de despilfarro y bohemia sexual alcohólica que
tiene Bird durante su período de duda de paternidad al saber la desgracia de su hijo y, por
otro lado, y también Bird al referirse a ella en primera instancia, destaca que había oído
rumores acerca de que Himiko era una aventurera sexual...” Algunas habladurías incluso
atribuían el suicidio de su esposo a tales desviaciones y aberraciones eróticas. Bird sólo
había dormido en una ocasión con ella, pero ambos estaban terriblemente borrachos y ni
siquiera tenía la certeza de haber llegado a la copulación.”11

Pero, por otra parte, también nos muestra la facilidad sexual y libertad que se
pasmaban en los años sesenta de forma sexual, sin necesidad de tapujos, característicos del
mundo japonés…” ¿Alguna vez había hablado tan espontáneamente con una mujer después
del coito? Le parecía que no. Incluso con su mujer, tras la relación sexual, Bird sólo
experimentaba autocompasión y repugnancia. Se lo dijo a Himiko, sin mencionar a su
esposa”12

La literatura de Kenzaburo Oé se destaca por ser directa al relatar sucesos no usuales


en temáticas del Japón, ser realista y por una parte jugar con la ambigüedad de los roles
femenino y masculino en esta obra.

10
Íbid, Capítulo Cuarto
11
Kenzaburo Oé. “Una cuestión personal” Traducción de Yoonah Kim con la colaboración de Roberto
Fernández Sastre. Capítulo III
12
Ibid., Capítulo VI
La obra de Yasunari Kawabata en su obra Lo Bello y lo Triste nos narra la historia de
un amor trágico ocurrido en Kyoto. Por una parte, Oki, un novelista famoso quien viaja a
pasar las festividades de año nuevo con una tradición que ofrecía aquella ciudad, el sonido
de las campanas, escondían la verdadera razón de buscar su juvenil amor a Kyoto, llamada
Otoko. En una relación y romance ilegal entre el famoso escritor de veintiocho años y una
joven de tan solo dieciséis, Kawabata nos entromete en una belleza moralmente no
correspondida de amor y sociedad con un final trágico de la obra. Las representaciones de
los personajes son marcadas por el género, el deber y la importancia de lo exterior de un
Japón enfrascado en una lógica del honor y respeto por sus costumbres.

La historia comienza con la narración del viaje hacia Kyoto que tiene Oki pero que,
al vivirlo, comienza a recordar el suceso de desfloración que vive Otoko por parte de Oki en
el pasado, un amor prohibido no solo por la edad juvenil de la chica, sino también porque
Oki era mayor, casado y con un hijo. Marcado este suceso, Otoko queda embarazada. En este
momento es que comienzan a gestarse los tipos de visión de los roles femenino y masculino
dentro de la sociedad japonesa en la obra de Kawabata, dado que nos muestra las
consecuencias de los actos tanto de Oki -desaprobación, deshonor- y la experiencia culpable
y dolorosa de una chica joven como Otoko:

En un Japón marcado por las tradiciones, es inclusive la madre -marcada por un pasado
parecido al de Otoko- quien desea incluso que, por el honor de su hija y su familia, ella pierda
al bebé que espera de Oki… ¿Acaso la madre de Otoko, y hasta el propio Oki, no habían
deseado en secreto que la criatura no llegara a ver la luz del día? Otoko había sido internada
en una clínica sórdida y pequeña de las afueras de Tokyo.”13

A este suceso, se le suma la creencia que la pérdida de un bebé de una joven como
Otoko significaría gran parte el final de la vida. La creencia en la familia y el ser completo a
través de la unión del katei y shakai en la sociedad japonesa sustenta la creencia que en la
propia obra de Kawabata reconocemos que los valores japoneses son importantes en el
aspecto familiar: la mujer era la dueña en el espacio doméstico -familiar, tener el hijo, poseer
el rol doméstico- y el hombre debía proveerlo… “No podía evitar el dolor de saber que había

13
Yasunari Kawabata. “Lo bello y lo triste” Editorial Emecé, 2001.
arruinado la vida de aquella mujer, que posiblemente la había privado de toda oportunidad
de ser feliz. ¿Pero qué habría pensado ella de él en todos esos años de soledad?”14

A este hecho, se le suma también la petición de la madre tras la muerte del bebé entre
Oki y Otoko: la mamá de la chica enfatizaba en la importancia de contraer matrimonio entre
su hija y Oki, inclusive que Oki dejara a su esposa e hijo, lo que en el fondo tendría la función
de sobrellevar la deshonrra que Otoko había traído a la familia por tener relaciones fuera de
matrimonio y, por otro lado, con un hombre adulto:

–Sé que usted tiene esposa y un hijo, y Otoko tiene que haberlo sabido desde el
comienzo. Por eso quizá crea que la loca soy yo, al preguntarle a mi edad si... –
temblaba y tenía los ojos llenos de lágrimas– ¿no puede casarse con ella? .../… –
Usted puede hacer de cuenta que no me ha oído, puede hacer de cuenta que yo
también estoy un poco fuera de mis cabales. Nunca volveré a pedírselo. No le digo
que lo haga inmediatamente. Ella puede esperar unos años... cinco o seis, si es
necesario... Ella va a seguir esperando lo quiera yo o no... Es de ese tipo de chica. Y
no tiene más que dieciséis años.”15

En este último suceso, reconocemos también que la cobardía por el qué dirán y la decisión
de Oki de no tener un casamiento con Otoko, se destaca también por algo práctico de convivir
con Fumiko y la experiencia del estar en Japón: compartir espacio con alguien que se
relacionara con lo que realizaba -un Novelista y una Dactilógrafa- distaban de una relación
juvenil con Otoko que no tendría un futuro estable para ninguno de los involucrados, por lo
tanto, estaría alejado de las tradiciones de un Japón familiar que reina inclusive hasta la
actualidad

Conclusión

En las obras japonesas de los autores reconocemos que los valores de género, su
influencia, su injerencia en la sociedad y su intervención en decisiones son mermadas
nuevamente por una visión del mundo tradicional japonés. En un espacio de dominio
doméstico y público, los roles de género juegan un importante papel en la construcción de

14
Yasunari Kawabata. “Lo bello y lo triste” Editorial Emecé, 2001.
15
Íbid.
una sociedad jerárquica como la japonesa de la cual los autores de las obras no se
descontextualizan. Bajo esta premisa, reconocemos que podemos hablar de la modernidad
sesentera con solo un tipo de actividades: Las mujeres son mostradas como seres en búsqueda
de autonomía, pero con tintes tradicionales típicos del Japón antiguo

Himiko es mostrada como una mujer con una libertad sexual y libertinaje bohemio
muy alejado de lo que Japón espera de una mujer a través de modelos tradicionales como las
dueñas del espacio doméstico -katei- pero que sin duda son recriminadas por su actuar por
sus vecinos y quienes la rodean, incluso Bird quien se encuentra pasmado ante tanta actitud
frente a los problemas que tiene el personaje femenino. En el caso de la obra de Kawabata,
Fumiko representa aquella mujer que tiene un futuro asegurado tradicional para la mujer
dentro de la sociedad japonesa al transformarse en la educadora de sus hijos y mecanografiar
los trabajos de su esposo -hombre- que es quien lleva el sustento a casa. En el caso de Otoko,
posee una ambigüedad: Otoko representa a la mujer que se independiza de la vida tradicional
japonesa al ser una pintora destacada por sus obras, pero que, para Oki, el personaje
masculino protagonista de la historia, posee lejana una felicidad por no tener la facultad de
procrear tras perder el primogénito que nació con ella, donde en última instancia, su madre
resalta la necesidad de un casamiento para conformar la tradicional familia japonesa.

A modo de conclusión, reconocemos que a pesar de los intentos de modernización -


como el tren -que es utilizado en la obra de Kawabata- y la inserción de elementos como el
auto deportivo -que utiliza Himiko en la obra de Oé-, la sociedad japonesa en aquel contexto
no era modernizada en los aspectos de género y construcciones de roles masculino/femenino,
sino que vivía la ambigüedad entre un mundo antiguo y moderno que hasta la actualidad
podemos reconocer incluso en su tipo de ciudad modernizada pero al mismo tiempo
conservadora de los espacios de su pasado tradicional, como templos de pensamiento y
religión.

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