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prensa
Periodismo frente al delito
Módulo 2
El periodismo frente
al delito
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2.1 Los periodistas y la
información judicial
2.1.1 Inevitablemente, la prensa
Indudablemente, la presencia de periodistas en la escena del crimen como
así también sus constantes requerimientos informativos durante la
investigación penal preparatoria producen desafíos adicionales para la labor
de los funcionarios judiciales o policiales. No es lo mismo instruir una causa
penal sin relevancia pública que llevar adelante la investigación de un crimen
mediatizado. La difusión periodística de los hechos delictivos afecta de
maneras inesperadas a las víctimas, a los testigos, a las autoridades
gubernamentales, a los referentes políticos de la comunidad y, por
supuesto, a los presuntos autores. Además, los operadores judiciales no
siempre cuentan con las destrezas comunicacionales necesarias para
moverse con solvencia en el escenario mediático. Quizás algunos tengan
capacidad innata para la comunicación, pero muy pocos están capacitados
específicamente para desempeñarse con solvencia durante crisis
comunicacionales. Y nunca hay que olvidar que “los escenarios de
comunicación de la Justicia frecuentemente se desenvuelven en situaciones
de crisis” (Poder Judicial de Salta, 2014, Res. 238).
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Aquel ámbito recoleto de Tribunales donde todo era
discreción y reserva, donde los magistrados hablaban
exclusivamente por sus sentencias, ya forma parte de una
época que se despide. El interés de los medios de
comunicación en las cuestiones judiciales y su influencia,
reconocida o no, en muchas acciones y decisiones de fiscales
y magistrados, han producido, en algunos casos resonantes,
una verdadera co-administración de Justicia. Quienes
desconozcan esta realidad podrán refugiarse durante un
tiempo en el refunfuño nostálgico junto a sus pares de
pensamiento análogo, como en una especie de onanismo
grupal, pero cada vez estarán más distanciados de la
sociedad. El planteo sensato no es cerrar los ojos, sino abrirlos
bien, analizar la nueva situación, y plasmar una nueva
administración de Justicia que se adecue a los tiempos. (Ruiz
Núñez, 2006, p. 32).
Pocos autores expresan con tanta claridad el nuevo escenario donde tienen
que desenvolverse los funcionarios judiciales, los abogados penalistas, los
policías, los jueces penales. Las cámaras de televisión y los micrófonos ya no
son elementos extraños en el paisaje de tribunales. La mayoría de los medios
de comunicación más importantes tienen en su staff a periodistas
especializados en asuntos penales que visitan con frecuencia a los jueces y a
los fiscales, tratando de obtener información sobre los crímenes más
impactantes del momento. Y esa circunstancia, que afecta sensiblemente la
investigación penal, tiende a profundizarse día a día. En los delitos que
tengan trascendencia pública, por su gravedad o por las personas que estén
involucradas, la mirada de los medios va a sobrevolar toda la investigación
penal en forma inevitable.
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2.1.2 Crónicas del bajo fondo
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Figura 1: Noticias policiales publicadas en tapa
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Figura 2: Porcentaje diario de noticias delictivas publicadas en la prensa
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identificación de los receptores con la víctima, la proximidad geográfica de
los lugares donde ocurrieron los hechos y la cercanía temporal.
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inesperados, inusuales, que constituyen una alteración en el devenir de la
actividad forense, tienen más posibilidades de convertirse en noticia.
También despiertan interés periodístico los acontecimientos que involucran
a personalidades públicas (ya sean políticos, artistas o deportistas) y los
hechos que tienen consecuencias relevantes para la vida de muchas
personas.
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personaje público o persona con notoriedad pública a aquel
cuya conducta, imagen y/o opiniones estén sometidas al
escrutinio de los ciudadanos, según la doctrina establecida
por el Tribunal Constitucional. (Consejo General del Poder
Judicial de España, 2015, p. 7-8).
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este tipo de coberturas. En estos casos, cualquier dato nuevo que
implique un avance en el devenir de la acción narrativa puede
desencadenar un alto interés periodístico.
5) Accesibilidad de los periodistas a la cobertura de la información: los
medios tienen recursos humanos y técnicos limitados para cubrir un
universo informativo ilimitado. Esto provoca que la difusión de hechos
ocurridos cerca de las grandes ciudades, donde tienen asiento los
medios de comunicación, reciban mayor cobertura que los
acontecimientos desencadenados en regiones alejadas. También
existen temas inaccesibles para la prensa por su complejidad. Los
asuntos que requieren una explicación demasiado intrincada tienden
a ser expulsados de las agendas periodísticas y relegados a medios
especializados.
6) Novedad o proximidad temporal: la llamada “ideología de la noticia”
considera noticiables, en primer lugar, los hechos que constituyen una
ruptura del habitual curso de las cosas.
7) Asimismo, entiende que las noticias deben referirse a acontecimientos
sucedidos en un tiempo muy próximo al momento de la transmisión
del mensaje periodístico. El ideal de la prensa es contarle al público las
noticias en el momento en que suceden. Esto suele ocurrir cuando se
transmite, en vivo, la parte resolutiva de una sentencia.
8) Identificación del receptor: la prensa suele presentar historias
particulares que funcionan como sinécdoques de algunos problemas
generales. Así, despiertan una fuerte identificación del receptor con
los protagonistas de tales situaciones. En el periodismo judicial, estos
casos abundan, especialmente cuando se narran historias de vidas
cuyo futuro depende de decisiones jurisdiccionales: una medida
cautelar que posibilita una intervención quirúrgica, un recurso de
amparo que autoriza a un menor abandonado por su padre a utilizar
solo el apellido materno, etcétera.
9) Noticias de servicios: ofrecen a la audiencia datos de utilidad para la
vida cotidiana (horarios, plazos para vencimientos, requisitos para
iniciar trámites). En el ámbito judicial, este tipo de información se
divulga durante procesos electorales o cuando se realizan actividades
de extensión (visita a tribunales, eventos culturales, etc.).
10) Noticias de color: los medios han advertido que la acumulación de
hechos lúgubres provoca rechazo en la audiencia y disminuye el
consumo de noticias. Por esta razón, los medios suelen intercalar las
“malas noticias” con historias ligeras, optimistas, ridículas,
extravagantes. Así, tratan de evitar que el receptor se sienta
abrumado.
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11) Primicias o exclusivas: obtener información que otros medios no
tienen o conseguirla antes que el resto realza el valor de las noticias y
justifica una mayor cobertura.
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2.2 El juicio paralelo
2.2.1 ¿Qué es el juicio paralelo?
Los hechos delictivos que adquieren amplia repercusión pública suelen
generar una intensa cobertura mediática, que a menudo adquiere
similitudes con el proceso de investigación penal: la prensa comienza a
interrogar a los testigos, a difundir datos provenientes de las pericias, a
evaluar las hipótesis investigativas en marcha, a proponer otras (muchas
veces, verdaderamente descabelladas). Asimismo, empiezan a aparecer en
la prensa declaraciones de los abogados defensores, de los querellantes, de
los familiares de las víctimas y también las opiniones de algunos “expertos”
en tema judiciales que sacan conclusiones sobre el expediente judicial a
partir de la información que circula en los medios de comunicación. Este tipo
de cobertura periodística de los hechos delictivos, matizada por las voces de
personajes próximos a la investigación o bien legitimados para opinar por
los mismos medios de prensa, suele denominarse “juicio paralelo”.
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conclusiones resonantes a partir de la información que circula en los medios,
pero su análisis omite muchos otros datos que obran en el expediente y que,
por diferentes motivos, no tuvieron idéntica visibilidad pública.
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el escenario mediático sin una estrategia sólida puede acarrear
consecuencias perjudiciales para la investigación. Pero también deberá
evaluar la conveniencia de introducir en el proceso mediático, de manera
directa o indirecta, elementos relevantes del expediente, puesto que la
distancia entre las constancias de la causa y la información pública también
puede perjudicar la tarea judicial y la imagen pública del investigador.
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respecto de los hechos ocurridos, cuando no la exposición de
rumores o informaciones infundadas o interesadas o la
publicación de documentos o declaraciones sumariales que
cobran un sentido distinto separados del entramado global
del sumario. (Fiscalía General de España, 2003, p. 4).
Este rasgo del trabajo del periodista nunca debe ser soslayado por los
investigadores. Los diarios no pueden publicar una página en blanco con la
leyenda “hoy no hubo noticias sobre este caso”. Si una causa penal está en
agenda, alguna novedad debe publicarse, aunque no tenga gran importancia
procesal. No importa. Los medios algo deben mostrar: el llanto de la víctima,
las sospechas sobre el victimario, otros hechos semejantes, la inserción del
caso en una problemática más amplia. Y, si el organismo oficial no puede
brindar esa información porque hay secreto de sumario o porque el
investigador no quiere revelar datos que puedan entorpecer su
investigación, los periodistas irán a otro lado a buscar esa información. Y
siempre consiguen algo. Primero golpearán la puerta del fiscal; si no atiende,
irán a ver al secretario; luego, tratarán de hablar con algún empleado que
intervenga en la causa. Si estas diligencias son infructuosas, irán a ver a los
abogados que intervienen en el pleito, a los parientes de la víctima, a los
familiares del imputado, a los vecinos de la escena de crimen. La calidad de
la información que obtengan, sin dudas, sufrirá una merma, pero jamás
publicarán la página en blanco.
Asimismo, muchas veces las partes aprovechan ese vacío informativo para
introducir sus lecturas de las pruebas incorporadas a la causa, para hacer
que la opinión pública sea más favorable a su posición o para tratar de llevar
la pesquisa en una dirección de su conveniencia. El desafío para el
investigador es no quedar fuera del circuito de información, tratar de que
los medios de prensa siempre mantengan un contacto con el organismo
oficial, aunque sea para validar los datos vertidos por las partes. Solo así
podrán evitarse el enrarecimiento de la investigación y el menoscabo de la
imagen de la administración de justicia.
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Público Fiscal. Pueden cuestionar sus criterios, reclamar mayor diligencia o
incluso considerar que actúan movidos por intereses espurios, pero pocas
veces rechazan la veracidad de la información que las fuentes oficiales
suministran. Esto es así porque los jueces y los funcionarios judiciales tienen
un acceso más fluido al expediente y cuentan con un conocimiento más
detallado del contenido de la causa. La información oficial es altamente
valorada por la prensa y nunca la desdeña cuando tiene posibilidad de
acceder a ella.
Por esa razón, los periodistas nunca quieren perder contacto con las fuentes
oficiales, aunque saben que es más difícil obtener ese tipo de información.
Asimismo, en general, le conceden mayor jerarquía informativa a los datos
oficiales que a la información proveniente de fuentes interesadas, lo que se
materializa y le otorga, a la palabra oficial, mayor espacio de cobertura en
los medios gráficos, o bien, más tiempo en los medios electrónicos (la radio
y la televisión). La postura del abogado defensor o del querellante particular
motivará, acaso, la publicación de una nota secundaria en una página
interior; en cambio, una decisión del fiscal, si supone una novedad en el
proceso judicial, se convertirá en una nota de portada.
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Las reglamentaciones más recientes (que veremos en detalle durante el
próximo módulo) instan, especialmente, a los miembros del Ministerio
Público Fiscal a tomar una actitud más activa en la difusión pública de la
información judicial.
La Instrucción sobre las relaciones del Ministerio Fiscal con los Medios de
Comunicación de la Fiscalía General de España, por ejemplo, establece que
el fiscal debe tomar la iniciativa e informar a los medios en todos los casos
de relevancia social desde el momento de la iniciación del proceso. “Las
Fiscalías deberán pues fomentar unas relaciones fluidas con los medios de
comunicación, como mediadores en el suministro de la información al
público en una sociedad democrática.” (Fiscalía General de España, 2005, p.
3).
Como puede verse, no solo existe una autorización a los fiscales para hablar
con la prensa, sino que las máximas autoridades del Ministerio Público Fiscal
les imponen un deber de informar, anclado en la posición que asume en el
sistema judicial como “defensor de los derechos de los ciudadanos” (Fiscalía
General de España, 2005, p. 3).
Dejando a salvo este criterio cada vez más compartido por las autoridades
judiciales, en base al análisis de la práctica cotidiana y a desarrollos teóricos
previos (Altamirano, 2013, p. 18-23), podemos distinguir tres actitudes de
los fiscales argentinos respecto a la prensa:
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Ministerio Público Fiscal, o bien, por medio de algún funcionario de la
fiscalía o el gabinete de prensa; pero prefiere no conceder entrevistas
personales a los medios de comunicación.
El fiscal estratega: mantiene contactos con la prensa a través de
declaraciones públicas, entrevistas o conferencias de prensa
únicamente en ciertas circunstancias, esto es, cuando la situación
informativa o procesal aconsejan su intervención directa en el circuito
de la noticia. No obstante, en el resto de las ocasiones, recurre a los
gabinetes de prensa o designa a algún funcionario de la fiscalía o del
gabinete de prensa para que asuma el carácter de vocero o portavoz.
El fiscal protagonista: comunica las novedades de las investigaciones
en curso en forma personal, a través de entrevistas o conferencias de
prensa. Establece un vínculo personal con los periodistas que lo visitan
regularmente en su oficina. Incluso, cuando emite comunicados por
medio de las oficinas especializadas, refuerza su impacto en el circuito
informativo a través de manifestaciones en los medios.
Estas tres posturas cumplen con la facultad/deber establecida por las
autoridades judiciales, pero con diferentes matices que dependen de
la personalidad del funcionario y también de las competencias
comunicacionales que posea o haya desarrollado. En la determinación
del perfil que conviene asumir a cada uno de los investigadores,
siempre es preferible contar con el asesoramiento de algún
especialista en la materia. Por esa razón, resulta aconsejable que,
apenas una causa adquiera repercusión pública, se busque el apoyo de
las oficinas especializadas (cada vez más arraigadas en la estructura
funcional de los poderes judiciales) para evitar decisiones erróneas
que después resultan muy difícil de revertir.
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gabinete de prensa para que esta oficina se encargue de informar a los
medios cuándo está dispuesta a intervenir en la circulación de la información
pública y cuándo prefiere que los datos sean difundidos de manera más
indirecta (comunicados de prensa, remisión de resoluciones, intervención
de voceros). Quizás, su principal riesgo sea que los medios de prensa ignoren
las valoraciones que haga un funcionario a la hora de hacer uso o no de la
palabra pública, y puedan generarse roces con los periodistas por esa
conducta aparentemente contradictoria: la cual, a veces, puede responder
personalmente a la requisitoria periodistica y, a veces, no.
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Referencias
Altamirano, L. (2013). Actitudes de la magistratura argentina frente a la
prensa. El Reporte, 6(29), 18-23.
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Wolf, M. (2004). La investigación de la comunicación de masas. Crítica y
perspectivas. Buenos Aires: Paidós.
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