“Yo no las maté... ¡el diablo mató a las dos, y a mí con ellas!” - Raskolnikov, en Crimen y castigo, de F. Dostoievski.
Crimen y castigo, de Fiodor Dostoievski, es una novela ambientada en la Rusia
contemporánea al autor. En 573 páginas, sigue a Raskolnikov, un joven de 24 años con una propuesta moral peculiar: existen «superhumanos» a quienes es permitido violar el orden moral para el mayor beneficio de la humanidad. Impulsado por este pensamiento, asesina a la que considera una «vieja usurera» para robarla y salir de la miseria en que se encuentran él y su familia. Con este argumento como hilo conductor, el autor plantea en una historia amena muchos problemas éticos, filosóficos, antropológicos, religiosos y sociopolíticos de su época. La pregunta sobre la existencia de un destino preestablecido se deja ver desde el inicio, y recuerda mucho aquellas tragedias griegas donde el destino conducía a los personajes a situaciones fatales. Es cuestionado el valor intrínseco de la vida: ¿acaso vale más la vida de una vieja usurera que la de una joven de nobles sentimientos? ¿O la de un ricachón engreído más que la de una viuda pobre con hijos qué mantener? Si tuviera qué elegirse, ¿cuál debería salvarse? Con personajes sumidos en la pobreza y el alcohol o en la riqueza y las mujeres, plantea dos caras de la sociedad de todos los tiempos. Una humilde prostituta católica, que haría cualquier cosa para mantener a su familia, cuestiona al lector la bondad del sistema que la ha llevado a tan penoso sacrificio y tan amarga humillación. Una joven capaz de casarse con un hombre al que no ama para asegurar el futuro de su hermano pone en tela de juicio la virtud de tal acto. Un millonario engreído necesitado de halagos y otro de afecto y mujeres demuestran que el dinero no lleva a la felicidad, sino en muchos casos a la soledad y el desprecio. El sentimiento de culpa y la necesidad de aceptar la redención mediante el sufrimiento para superar la maldad del crimen cometido son dos temas que van tomando importancia conforme la novela avanza. A la valentía requerida para aceptar la redención el autor contrapone el suicidio como un acto de cobardía ante una situación desesperanzadora. Dostoievski demuestra un manejo impresionante de la ironía y el cinismo en el diálogo-confrontación de sus personajes, y su protagonista posee gran habilidad para descubrir en un texto lo que quien lo escribió trata de ocultar. Presenta también, desde la psicología, la somatización de los sentimientos no externados, la necesidad de revelar a alguien más los propios errores – que no satisfecha produce angustia- y el miedo y la tristeza no externados que se convierten en enojo y frustración. Una novela que avanza con buen ritmo y deja al lector con más preguntas que respuestas y reflexiones que conclusiones. Sin duda, un texto para estudiar y analizar después de terminado.