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Palma de Mallorca, España, 18 marzo 2018

Apuntes preparados por Patricio Ledesma (I. B. R. de Palma)

CBL 28-29-30

 “Del bautismo y la Cena del Señor”

 Vamos a ver los capítulos 28, 29 y 30 de la Confesión Bautista de Londres, aunque vamos a dividir
la exposición en dos bloques: por un lado nos centraremos en el bautismo (cap. 29), y por otro lado
profundizaremos en la Cena del Señor (cap. 30), usando el cap. 28 como una breve introducción.

 Primeramente debemos decir que el bautismo y la Cena del Señor son ordenanzas que fueron
instituidas por el Señor Jesucristo, y como iglesia debemos practicarlas hasta el fin del mundo.

 En Mt. 28:19, Jesús dice “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”

 Y en 1 Co. 11:23-25, el apóstol Pablo menciona: “Porque yo recibí del Señor lo que también os he
enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo
partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria
de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo
pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebierais, en memoria de mí”.

EL BAUTISMO
(1) ¿QUÉ ES EL BAUTISMO?

 Bobby Jamieson, en su libro (por ahora en inglés, no todavía en español) “Going Public”, explica el
significado del bautismo en 6 puntos. Y he querido basar buena parte de esta exposición sobre su
trabajo, para nuestra bendición.

1. El bautismo es una profesión pública de fe y arrepentimiento

 El bautismo es el acto en el que la fe se hace pública. En esencia es una publicación de la fe. Como
nos dice Bobby Jamieson en su libro: “Llegar a ser cristiano no es un acto privado. Es personal, sí,
pero nunca privado”.

 El profesor George Beasley-Murray dijo: “El bautismo es un acto público que expresa una decisión y
una intención internas; puesto que se lleva a cabo de forma abierta, no en secreto, se convierte, por
su naturaleza, en una confesión de haber abrazado una fe y una lealtad”.

 Pero el bautismo no solo es una publicación de la fe de una persona, también es una publicación de
su arrepentimiento: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros” (nos dice Pedro en Hch. 2:38).

 Podemos decir, por tanto, como nos dice Bobby, que bautizarse es una forma simbólica de decir ante
Dios, ante la iglesia, y ante el mundo: “Renuncio a mi pasada forma de vida, me arrepiento de mis
pecados, y confío solo en Cristo para salvación”.

2. El bautismo es un símbolo de perdón de pecados y lavamiento

 En Hch. 22:16 Ananías le dijo a Pablo: “Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su
nombre”.
 Igualmente, en Hch. 2:38 Pedro, en Pentecostés, dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de
vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados”.

 NO estamos diciendo que el bautismo nos limpie de pecado. Solamente la sangre de Cristo, a través
de la fe, nos limpia de pecado. Lo que estamos diciendo es que el bautismo simboliza el perdón de
pecados.

 Puesto que el bautismo se realiza en el agua, la simbología de la limpieza es evidente, y la figura del
“agua” nos recuerda a los ritos de purificación del AT, que simbolizaban también perdón y lavado de
pecados.

3. El bautismo es un símbolo de la unión del creyente con Cristo en su muerte, sepultura y


resurrección

 El bautismo cristiano es un símbolo de gran riqueza evangélica; en el sentido de que simboliza,


ilustra visualmente, el evangelio. Como se ha dicho en ocasiones: “el bautismo nos permite
‘visualizar el evangelio’”.

 Sabemos que el bautismo se lleva a cabo en dos pasos: primeramente la persona es sumergida en el
agua, y después, segundo paso, la persona es levantada emergiendo del agua.

 El instante en el que el creyente es inmerso en el agua, simboliza la comunión del creyente (la unión
del creyente) con Jesucristo en su muerte (en su sepultura), lo cual representa a su vez que el
creyente ha muerto al pecado (es decir, el creyente ha sido libertado de la esclavitud del pecado),
según nos dice Ro. 6:3-4: “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús,
hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el
bautismo”.

 Por otro lado, el instante en el que el creyente emerge del agua (se levanta del agua), simboliza la
unión espiritual del cristiano con Cristo en su resurrección, y también la realidad de vivir en esta
tierra una vida nueva, de obediencia al Señor. Esto nos lo indica la segunda parte del Ro. 6:4: “a fin
de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en
vida nueva”.

 Por tanto, el bautismo nos recuerda la preciosa doctrina de la “Unión del creyente con Cristo”, y al
mismo tiempo es una ordenanza práctica porque nos recuerda nuestro deber de vivir vidas santas,
apartadas de la práctica del pecado.

4. El bautismo es un símbolo de la nueva vida en Cristo

 Con este punto solo queremos profundizar un poco más en lo que acabamos de decir en el punto
anterior.

 Nuestra resurrección física al final de los tiempos todavía no ha ocurrido pero, en un sentido real, los
creyentes ya hemos sido levantados con Cristo. El bautismo nos ilustra esto: “Sepultados con él en el
bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le
levantó de los muertos” (Col. 2:12)

 Actualmente, hoy, nuestra unión con Cristo en su resurrección se manifiesta en la nueva vida que
tenemos por el don del Espíritu Santo. El Espíritu Santo nos da nueva vida, una nueva naturaleza, un
nuevo ser, lo cual es un cumplimiento de la esperanza profética de que el pueblo de Israel tendría un
corazón circuncidado, un corazón entregado a la voluntad de Dios. Ahora, en Cristo, y mediante el
Espíritu, finalmente Dios ha circuncidado el corazón de los creyentes. “En él también fuisteis
circuncidados con circuncisión no hecha a mano” (Col. 2:11).

5. El bautismo es un símbolo del don del Espíritu Santo

 Todos los creyentes verdaderos, sin excepción, han recibido el Espíritu Santo de Dios.

 El bautismo nos habla de esta recepción del Espíritu Santo.

 En Marcos 1:8 Juan el Bautista asocia sus bautismos con agua con el bautismo que Jesús lleva a cabo
con el Espíritu Santo sobre los creyentes: “Yo (Juan) os he bautizado con agua; pero él os bautizará
con Espíritu Santo”.

 Esto se refiere al don de Jesús en Pentecostés, el envío del Espíritu Santo, pero también al hecho de
que cada creyente individual, incluidos nosotros hoy, recibe el Espíritu Santo en su conversión. Así
que existe un vínculo simbólico entre el bautismo en agua y el bautismo del Espíritu.

 Recordemos, 1 Co. 12:13: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean
judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”.

6. El bautismo es un símbolo del comienzo, del amanecer de una nueva creación en Cristo

 El bautismo posee una vertiente escatológica, en el sentido de que nos habla de las realidades
incipientes de la nueva creación

 Lavamiento de pecados, una nueva vida, la circuncisión del corazón, el don del Espíritu Santo, todo
esto nos habla de la nueva creación que Dios prometió en el AT, la cual fue inaugurada a través de
Cristo

 A través del bautismo entramos simbólicamente en las realidades del futuro Reino de Dios que ya
han irrumpido en el presente

 El bautismo nos hace mirar atrás, a la muerte y resurrección de Cristo, pero también nos hace mirar
hacia adelante, a nuestra propia resurrección y a la nueva creación futura: “Porque si fuimos
plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su
resurrección” (Ro. 6:5)

 El bautismo atestigua que ya hemos entrado en las realidades de la nueva creación. La muerte y el
juicio pasaron. Ya, pero todavía no. Ya tenemos un aperitivo de lo por venir.

¿Qué es entonces el bautismo? En una frase: El bautismo es una profesión pública de fe y


arrepentimiento que simboliza lavamiento, perdón, unión con Cristo, nueva vida en Cristo, el don del
Espíritu Santo y la nueva creación.

(2) ¿QUIÉN PUEDE Y DEBE BAUTIZARSE?

 Por los 6 puntos mencionados anteriormente, solamente los creyentes pueden y deben bautizarse.

(3) ¿CÓMO HAY QUE BAUTIZARSE?

 Por inmersión en agua, en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.
(4) ¿QUÉ RELACIÓN HAY ENTRE EL BAUTISMO Y LA MEMBRESÍA DE LA IGLESIA?

 Vamos a unir ahora el bautismo con la eclesiología


 El bautismo tiene implicaciones eclesiológicas tremendamente fundamentales
 Quiero terminar conectando el bautismo con la membresía de la iglesia
a) El bautismo es la puerta de entrada al cuerpo de Cristo (membresía): “Porque por un solo Espíritu
fuimos todos bautizados en un cuerpo” (1 Co. 12:13). Si la membresía es una casa, el bautismo es la
puerta frontal.
b) El bautismo es una declaración pública mediante la cual el creyente es identificado como alguien que
pertenece a Cristo y a su pueblo (el bautismo marca al cristiano, lo identifica públicamente, ante los
ojos de la iglesia y del mundo)
c) El bautismo es la señal-juramento del nuevo pacto. Todos los pactos son ratificados con un
juramento (con una declaración de pertenencia y lealtad). El bautismo es un voto simbólico que
ratifica la entrada del creyente en la comunidad del nuevo pacto.
d) El bautismo es el pasaporte del Reino, y es la ceremonia inicial de juramento del nuevo ciudadano
del Reino.
e) En el fondo, el bautismo crea la realidad del cuerpo de la iglesia. El bautismo es lo que crea y define
visiblemente a la iglesia, porque identifica a los que forman parte de ella. Sin bautismo, no hay
iglesia identificable. Puesto que el bautismo es una señal efectiva de la membresía de la iglesia, el
bautismo es necesario para poder ser miembro de una iglesia.
CBL 30

LA SANTA CENA

 La Santa Cena, o Cena del Señor

 Quiero empezar recomendando la serie de libros “Básicos para la iglesia” del ministerio 9Marcas. Es
una serie nueva de 6 libros de eclesiología, y algunos de ellos ya se pueden conseguir mediante
Editorial Peregrino

 Uno de los libros de la serie se titula “La Santa Cena”, escrito por Bobby Jamieson, y también me he
basado en su trabajo para construir esta exposición

 Quiero empezar citando la definición de Santa Cena que Bobby Jamieson nos da en su libro:

“La Santa Cena es un acto de la iglesia, de la comunión con Cristo y los unos con los otros, y una
conmemoración de la muerte de Cristo, en la que se participa del pan y del vino, siendo un acto en el que el
creyente recibe los beneficios de Cristo y renueva su compromiso con Cristo y su pueblo, haciendo que la
iglesia sea un cuerpo, diferenciándola del mundo.” (repetirla 2 veces)

 Y lo que vamos a hacer es desgranar esta definición:

1.- La Santa Cena es un acto de la iglesia

 Primero, la Cena del Señor es un acto de la iglesia. Es algo que una iglesia local entera hace, y lo
hace como un cuerpo. Considera lo que Pablo dice en 1 Corintios 11:

*«No os congregáis para lo mejor, sino para lo peor» (v. 17);


*«Cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones» (v. 18);
*«Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor» (v. 20);
*«Cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros… para que no os reunáis para juicio» (vv. 33-34).

 Está claro que en Corinto, la Cena del Señor era celebrada por toda la iglesia local en una reunión.
No era algo que individuos, familias o grupos pequeños hicieran; era algo que toda la iglesia hacía.
 La Cena del Señor es un acto de la iglesia.

2.- La Santa Cena es un acto de la comunión con Cristo y los unos con los otros

 Cuando celebramos la Santa Cena tenemos «comunión» con el cuerpo y la sangre de Cristo (1 Co.
10:16). Cuando participamos del pan y del vino por fe, participamos de lo que el cuerpo partido y la
sangre derramada de Cristo obtuvieron para nosotros: perdón, reconciliación, adopción y todas las
demás bendiciones del nuevo pacto.
 Esta es la razón por la que la Cena del Señor se llama a menudo «Comunión»: en ella tenemos
comunión con Cristo.
 Por otro lado, en la Santa Cena tenemos comunión unos con otros. 1 Corintios 10:17: «Siendo uno
solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo
pan». En la Cena del Señor, puesto que tenemos comunión con Cristo, también la tenemos los unos
con los otros. La Santa Cena expresa nuestra unión con Cristo y, por tanto, nuestra unidad en Cristo.
3.- La Santa Cena es una conmemoración de la muerte de Cristo

 En la Santa Cena conmemoramos la muerte de Jesús: «Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les
dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí» (Lc.
22:19). Este acto de conmemoración implica recordarnos a nosotros mismos la muerte de Jesús y su
significado. Los actos de partir y comer el pan, de verter y beber el vino, presentan dramáticamente
los acontecimientos del evangelio.
 Pero la Santa Cena también trae el pasado al presente. Recuerda lo que Dios dijo al anfitrión de la
Pascua: «Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que Jehová
hizo conmigo cuando me sacó de Egipto» (Éx. 13:8). Cada generación debía decir: «Celebro esta
comida por cómo el Señor me sacó de Egipto». Debido a que las generaciones posteriores
pertenecían al mismo pacto que Dios había hecho con su pueblo, fueron incluidas, por medio de ese
pacto, en el mismo acontecimiento salvador que lo inauguró.
 Al igual que la Pascua de la que procede y la cual transforma, la Cena del Señor también es una
comida de recuerdo del pacto. Trae el pasado al presente, trazando nuestras vidas dentro de la
historia salvadora de Jesús. En la Santa Cena cada uno de nosotros dice: «Como este pan y bebo esta
copa por lo que el Señor hizo por mí en la cruz, cuando me libró de mi pecado».
 Además, la Cena del Señor también trae el futuro al presente. Aun cuando miramos atrás, a la cruz,
miramos hacia adelante al Reino venidero. Aun cuando conmemoramos su muerte, anticipamos su
regreso. Como dijo Pablo: «Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa,
la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga» (1 Co. 11:26).

4.- En la Santa Cena se participa del pan y del vino

 En la Última Cena, Jesús tomó dos elementos de la cena de la Pascua —el pan y el vino— y los
designó como símbolos de su cuerpo dado por nosotros y su sangre derramada también por nosotros.
 Parece que en el Nuevo Testamento la Santa Cena se celebraba en el contexto de una comida (1 Co.
11:20-22; posiblemente Hch. 2:42; 20:7; Jud. 12). No habría nada malo en recuperar esta práctica,
pero no es algo esencial para la ordenanza de la Cena del Señor. Lo que Jesús nos mandó hacer es
comer el pan y beber el vino.

5.- La Santa Cena es un acto de los creyentes

 Así como la Santa Cena es un acto de la iglesia, también es un acto del creyente. En la Cena del
Señor, tú comes el pan. Tú bebes el vino. Tú proclamas la muerte del Señor hasta que él venga.
 La Santa Cena es algo en lo que solo un creyente en Jesús debe participar. Solo aquellos que confían
en la muerte de Jesús para su salvación deberían conmemorar la muerte de Jesús junto con la iglesia.
Solo aquellos cuya esperanza está en la muerte de Jesús deben proclamar su muerte. Además,
recuerda la advertencia de Pablo en cuanto a que participar en la Cena del Señor «indignamente» (1
Co. 11:27) significa ser «culpado del cuerpo y de la sangre del Señor». Aunque el significado
específico de «indignamente» que Pablo tiene en mente es el de pecar contra los creyentes, tal y
como hacían los corintios, el principio incluye a cualquiera que participe sin confiar en Cristo. La
Santa Cena debe traer bendición, pero también puede traer juicio (1 Co. 11:29).
 No obstante, a aquellos en la iglesia que no son cristianos, se les debe recordar que necesitan confiar
en Cristo por el hecho de no estar invitados a participar en la Cena del Señor. Estas personas deben
dejar pasar los elementos. La Santa Cena es una ordenanza evangelística no en el sentido de que
ayude a convertir a las personas, sino en que resalta su necesidad de convertirse.
6.- En la Santa Cena recibimos los beneficios de Cristo

 En la Santa Cena, un creyente recibe los beneficios de Cristo. Este es el aspecto individual de la
«comunión» con el cuerpo y la sangre de Cristo. Esto no significa que no poseamos esos beneficios
antes y aparte de la Cena del Señor.
 Cristo ya es tuyo por la fe, pero cuando recibes el pan y el vino, le recibes de nuevo. Los símbolos
físicos del pan y del vino apoyan y fortalecen tu fe. En la Cena del Señor, un creyente recibe de
nuevo los beneficios de Cristo.

7.- En la Santa Cena renovamos nuestro compromiso con Cristo y su pueblo

 La Santa Cena representa repetidamente nuestra respuesta al evangelio. Cuando tomas la Santa Cena,
estás diciendo: «el cuerpo de Jesús fue entregado por mí. La sangre de Jesús fue derramada para
perdonar mis pecados». Al participar de los elementos confiesas: «Esto es cierto, y cierto para mí.
Jesús es mi Salvador».
 Y recibir a Jesús como Salvador es también, siempre, someterse a él como Señor. Recibir los
beneficios de Cristo en la Cena del Señor también es renovar nuestro compromiso y sumisión a
Cristo.
 Pero la Santa Cena también renueva nuestro compromiso con el pueblo de Cristo. En la Santa Cena,
puesto que gozamos de comunión con Cristo, también tenemos comunión mutua. Y la Cena del
Señor implica responsabilidad por la iglesia. Si participas del pan y de la copa, te obligas a cuidar del
cuerpo de Cristo. Si afirmas que Cristo es tu Salvador en la Santa Cena, necesariamente afirmas que
su pueblo son tus hermanos y hermanas. 1 Juan 4:20: «Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a
su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a
Dios a quien no ha visto?».
 Unirnos a Cristo significa unirnos los unos a los otros. No puedes comprometerte con el pacto sin
comprometerte con la comunidad del pacto. Así, en el mismo acto por el que nos comprometemos
con Cristo, nos comprometemos unos con otros. Recibir a Cristo en su mesa es recibir a todos los
que están sentados a tu lado como hermanos y hermanas.

8.- La Santa Cena hace que la iglesia sea un cuerpo, diferenciándola del mundo

 Cuando la iglesia comulga y conmemora, y cuando el creyente recibe y renueva, la iglesia llega a ser
un cuerpo. Como dice Pablo en 1 Corintios 10:17, «Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser
muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan».
 Y precisamente, porque la Santa Cena une a muchos en uno, distingue a ese cuerpo unificado del
resto del mundo. Cuando una iglesia celebra la Cena del Señor, el pueblo de Cristo en la tierra es
definido y se hace visible.

SIMILITUDES Y DIFERENCIAS ENTRE LA SANTA CENA Y EL BAUTISMO

Similitudes:

 Ambas ordenanzas son dadas por Jesús mismo (Mt. 28:19; Lc. 22:19). Ambos son actos de la iglesia
entera y de un creyente individualmente: en el bautismo, la iglesia actúa por medio del que bautiza.
Además, los dos son una señal del evangelio. El bautismo y la Cena del Señor expresan visiblemente
y tangiblemente nuestra unión con Cristo y nuestra salvación en Cristo.
 Podemos decir que las dos ordenanzas (Santa Cena y bautismo) apuntan al nuevo pacto. El bautismo
es la señal-juramento de iniciación del nuevo pacto: es el medio formal y público por el cual nos
comprometemos con Cristo. Y por otro lado, la Cena del Señor es un símbolo del nuevo pacto:
Mateo 26:27-28: “Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, diciendo: Bebed de ella todos;
porque esto es mi sangre del nuevo pacto”.
Diferencias:

 La principal es que el bautismo se celebra una sola vez, mientras que la Santa Cena se repite
regularmente.
 Además, el bautismo es algo que la iglesia, actuando a través de un representante, hace a un
individuo, mientras que la Cena del Señor es algo que toda la iglesia hace como un cuerpo.
 El bautismo expresa la unión de un individuo con Cristo y su entrada en la iglesia, y la Santa Cena
destaca la unión de toda la iglesia con Cristo y, por tanto, los unos con los otros.
 El bautismo une a un creyente a la iglesia, mientras que la Santa Cena une a la iglesia como un solo
cuerpo.
 El bautismo une a uno a muchos, la Cena del Señor une a muchos en uno.

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