Nikolái Vasílievich Gógol «el más extraño poeta en prosa que jamás
produjo Rusia» según Nabokov, nació en 1809 en Sorochintzy
(Ucrania), hijo de un terrateniente con aficiones literarias. A los diecinueve años se trasladó a San Petersburgo, decidido a convertirse en escritor. Publica una novela en verso, Hanz Kuechelgarten, de la que renegará en seguida, e ingresa en la administración imperial. Entre 1831 y 1855 publica los volúmenes de relatos Las veladas de Dikanka y Mírgorod (Alba Clásica núm. lxxiv). La fama le llega en 1836, con el estreno de El inspector, aunque su éxito no deja de ponerle, por el carácter satírico de la obra, en una posición comprometida (algo que tampoco será ajeno a sus otras piezas teatrales, El casamiento y Los jugadores, las tres publicadas en nuestra colección Artes Escénicas/Obras). Viaja por Europa y reside en Roma, donde termina «El capote», que junto con «La nariz», «El retrato», «La avenida Nevski» y «Diario de un loco» conforman las Historias de San Petersburgo. Al mismo tiempo escribe los primeros capítulos de la que será su obra maestra, Almas muertas, que aparecerá en 1842. Consumido por una profunda crisis religiosa, quemará la segunda y la tercera parte, que nunca vieron la luz. Murió en Moscú, al parecer a consecuencia de una desnutrición voluntaria, en 1852. «Por qué discutieron Iván Ivánovich e Iván Nikiforovich» es un cuento perteneciente al volumen Mírgorod, publicado en 1835 y revisado por el autor en 1842.