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Ciclo B Domingo 3° de Adviento – (17 de diciembre de 2017)

Entrada:
Queridos hermano, en este tercer domingo de Adviento, la liturgia nos invita a
alegrarnos por la proximidad de la Navidad. Es decir, nos alegramos porque ya falta
muy poco para la llegada del Señor. Encenderemos ahora la tercera vela de la
corona.
Sentados nos disponemos a escuchar la liturgia de la palabra.
Primera lectura (Is 61, 1-2a. 1011):
El profeta anuncia un tiempo nuevo, donde Dios, cura las heridas del alma e inspira
la reconciliación, lo cual trae una gran alegría.
Salmo (Lucas 1, 46-50. 53-54):
Respondemos: Mi alma se regocija en mi Dios.
Segunda lectura (1Tes 5, 16-24): La alegría que propone san Pablo es una vida de
equilibrio y salud espiritual, de saber estar en paz en la sociedad y en la Iglesia.
Evangelio: En este marco de alegría, la Palabra nos planteará si sabemos quién es
Juan Bautista y sobre todo si conocemos al que viene detrás de él.
Nos ponemos de pie para escuchar el evangelio. Cantamos el aleluya
Ofrendas: Preparar la mesa para compartir una fiesta en familia o con amigos es
siempre causa de alegría. Eso hacemos ahora al llevar las ofrendas al altar,
preparamos la fiesta de la Eucaristía, sacramento de nuestra comunión fraternal.
Comunión: Juan era testigo de la luz. La luz es Jesucristo y ahora viene a nosotros en
la Eucaristía. Con un corazón gozoso vayamos a recibirlo.
Despedida: Con la alegría de saber que el Señor viene con promesas de paz nos
despedimos cantando.

Oración de los fieles:


A cada intención respondemos: Te lo pedimos Jesús
Por la Iglesia, el Papa, obispos y sacerdotes, para que sigan preparando
el camino hacia su encuentro. OREMOS.
Por los enfermos, para que encuentren en Jesús la tranquilidad y
esperanza en su corazón. OREMOS

Por nuestros hermanos necesitados, para que nuestra presencia y ayuda


haga renacer en ellos la alegría y esperanza. OREMOS.

Por nosotros, para que todos formemos una comunidad unida, solidaria
y fraterna. OREMOS

Ciclo B Domingo 31 de diciembre.


Entrada: Hoy la
Iglesia nos propone celebrar la fiesta de la Sagrada Familia. La familia es el lugar que
Dios escogió como morada para su Hijo Jesús nació y vivió en el seno de una familia.
Por eso, la Sagrada Familia de Jesús, María y José hoy es el modelo de amor para las
familias de nuestra parroquia también en esto es ejemplo para nuestra vida. Nos
ponemos de pie y recibimos al celebrante que presidirá la Santa Misa.
Primera lectura (Gn 15, 1-6; 17, 5;21, 1-3):
Abraham, Sara e Isaac son un tipo de familia perteneciente a las tribus nómades. Allí
se fijó Dios para iniciar la historia de la salvación.
Salmo (Sal 104, 1b-6. 8-9):
Respondemos: El Señor se acuerdameternamente de su alianza.
Segunda lectura (Heb 11, 8. 11-12. 17-19):
La fe y obediencia de Abraham y Sara son alabadas por el escritor de la Carta a los
Hebreos.

Evangelio (Lc 2, 22-40 o bien: 2, 22. 39-40):


Para el rito de la purificación, prescrito por la ley judía, José y María, un joven y
modesto matrimonio, van al Templo de Jerusalén con el Bebé Jesús. Allí reciben las
alabanzas y profecías de los ancianos Simeón y Ana.

Oración de los fieles:


A cada intención respondemos: Bendice a nuestras familias, Señor.

Ofrendas:
En la casa de Nazaret Jesús, María y José vivían un estilo de vida de entrega mutua.
Con el pan y el vino ofrezcamos lo mejor de cada familia, para que el Señor
multiplique ese amor.

Comunión:
Nuestras familias necesitan vida en abundancia .Sólo Jesús puede darnos esta
gracia.Al comulgar seamos promotores de vida. Con alegría, vayamos a comulgar .

Despedida:
Hagamos de nuestras familias un templo de amor a Dios y al prójimo. ¡Vayamos en
paz!

Oración de los fieles:


A cada intención respondemos: Bendice a nuestras familias, Señor.
Por la Iglesia, para que siendo familia de Dios, transmitamos al mundo la alegría y la
belleza de vivir como hermanos. OREMOS

- Por nuestra patria, para que más allá de nuestras diferencias de procedencia,
pensamientos o religiones, nos sepamos compatriotas, familia argentina. OREMOS

- Por nuestras familias, para que Jesús, María y José sean el ejemplo para nuestra
convivencia cotidiana. OREMOS

- Por las familias y las personas que están enemistadas o distanciadas, para que el
mensaje y la alegría navideña los acerquen y reconcilien. OREMOS
- Por las familias que sufren necesidades, enfermedades o pérdidas de seres queridos,
para que experimenten el consuelo y la ayuda de Dios que asumió nuestras mismas
realidades. OREMOS

Ciclo B Domingo 2º domingo durante el año (14 de enero de 2018)

Entrada: El
llamado de Dios en nuestras vidas siempre irrumpe de manera distinta y la vocación
recibida es a seguirlo siendo testigos de la fe. Agradecidos por la vocación de ser
discípulos misioneros nos disponemos a comenzar nuestra celebración recibiendo de
pie al celebrante que presidirá la santa misa.
Sentados nos disponemos a escuchar la liturgia de la palabra.
Primera lectura (1Sam 3, 3-10. 19): El
profeta nos quiere enseñar que para escuchar a Dios necesitamos de la ayuda de otro
hermano en la fe y prestar atención a su voz.
Salmo (1Sam 3, 3-10. 19):
Respondemos: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Segunda lectura (1Cor 6, 13-15. 17-20): San
Pablo nos deja en claro que cuando Dios llama lo hace en plenitud, o sea pidiendo
todo nuestro ser. Y que nuestro cuerpo es para dar gloria a Dios.
Evangelio: (Jn 1, 35-42): El
Maestro Divino llama a los discípulos. En ellos está la prefiguración del llamado que
nos hace a cada uno de todos nosotros. Respondamos también como ellos, con
prontitud.
Nos ponemos de pie para escuchar el evangelio. Cantamos el aleluya
Ofrendas: El trigo
se hizo pan y los granos de uva se hicieron vino. El pan y el vino se harán el Cuerpo y
Sangre del Señor. Así sea nuestra vida, convertida en don para los demás.
Presentamos los dones y cantamos.
Comunión:
Vamos a recibir a Jesús, el que fue señalado por Juan el Bautista como “Cordero de
Dios que quita el pecado del mundo”. Al unirnos al Señor, somos un sólo espíritu con
Él.
Despedida: Hemos
recibido el alimento de la Palabra y del Cuerpo y Sangre del Señor, que nos dan
fuerzas para ser discípulos misioneros en el mundo. Ahora, ¡vayamos en paz!
Oración de los fieles:
A cada intención respondemos: Padre, que seamos dóciles a tu llamado.

Por la Iglesia, para que siempre esté dispuesta a escuchar los signos de los tiempos
que es tu voz en medio de la historia. Oremos.
Por el Papa y todos los ministros, para que sean fieles a la misión que les
encomendaste. Oremos.
Por el don de vocaciones sacerdotales y religiosas para que en todas partes sea amado
tu Corazón. Oremos
Por los tristes, los enfermos, los pobres, los sufrientes, los solos, los marginados, para
que encuentren en Vos el alivio a sus dificultades, y en los creyentes, una mano que
los levante. Oremos.
Ciclo B Domingo 5º domingo durante el año (3 de febrero de 2018)

Entrada:
Hoy el Señor nos da la respuesta, desde la fe, al problema de la existencia humana y
de sus sufrimientos, algo que nos resulta totalmente inexplicable y sin solución. Él nos
manifiesta que el pecado es el causante del dolor, de la enfermedad y de la muerte. Y
esa respuesta está dada plenamente en Jesucristo, cuyo sufrimiento y cruz tuvo como
objetivo vencer al pecado y a la misma muerte: su dolor y el de todos los que asocien
el suyo al de Él, es origen de resurrección y de vida.
De pie recibimos al celebrante que presidirá esta Santa Misa.

Sentados nos disponemos a escuchar la liturgia de la palabra.


Primera lectura (Jb 7, 1-4. 6-7)
En esta lamentación de Job encontramos la de tantas personas que ante el dolor y
el sufrimiento, se rebelan amargamente de su condición cuando se encierran en
ella, sin abrirse a Dios para encontrar el sentido pleno de la vida.
Salmo ((Sal 146, 1-6):):
Respondemos: Alaben al Señor, que sana a los afligidos.
Segunda lectura (1 Co 9, 16-19. 22-23)
San Pablo nos da su testimonio que marca cuál debe ser nuestra actitud de discípulos
de Cristo: el deber irrenunciable de anunciar la salvación a todos los hombres.
Evangelio:
(Mc 1, 29-39):
El Divino Maestro es tierno y compasivo, pero por sobre todas las cosas muy
dinámico en su misión.
Nos ponemos de pie para escuchar el evangelio. Cantamos el aleluya
Oración de los fieles:
A cada intención respondemos: Señor, escucha nuestra suplica.

Ofrendas:
Junto a los dones de pan y vino ofrezcamos al Señor toda nuestra vida, afectos y
también carencias, para que todo eso sea transformado en el altar del Señor.
Comunión:
En la comunión recibimos al Señor que nos toma de la mano y nos cura de todo mal.
Así nos da su amor porque él se da en plenitud y es así como quiere venir ahora a
nosotros. Nos acercamos a comulgar
Despedida:
Los males de este mundo se liberan por medio de Jesús, quien nos enseñó su amor
liberador y de opción por los más débiles de este mundo.
Oración de los fieles:
A cada intención respondemos: Señor, escucha nuestra suplica.

- Padre, te pedimos por el Papa y los obispos, para que predicando y actuando, lo hagan
con amor y ternura, como lo hizo Jesús. Oremos.

- Padre, te pedimos por todo el Pueblo de Dios, para que con su entrega y fidelidad,
esté siempre atento a las necesidades de los pobres y salga pronto a su encuentro.
Oremos.

- Padre, te pedimos por todos los que sufren todo tipo de males, para que nosotros
verdaderos discípulos y misioneros de Jesús salgamos a su encuentro con ternura y
afecto. Oremos.

- Padre, te pedimos por la paz en el mundo, para que todos nos comprometamos con
la misma y seamos partícipes de ella. Oremos.
1º domingo de cuaresma (17 de febrero de 2018)
Queridos hermanos, el Miércoles de Ceniza hemos iniciado el camino de la Cuaresma.
En este primer domingo de cuaresma la liturgia quiere introducirnos en lo que es la
alianza, o sea el pacto de Dios con su pueblo elegido.
De pie recibimos al celebrante que presidirá esta Santa Misa.

Sentados nos disponemos a escuchar la liturgia de la palabra.


Primera lectura (Gn 9, 8-15):
El Génesis nos relata la fidelidad de Dios que sella un pacto con Noé y su familia,
prometiendo librar al hombre del poder destructivo del mal.
Salmo (Sal 24, 4-9): Respondemos: Tus senderos, Señor, son amor y fidelidad.
Segunda lectura (1Ped 3, 18-22):
En esta carta de Pedro encontramos la íntima conexión entre el diluvio y el
bautismo: a través del agua se da origen a la nueva humanidad, el creyente es
salvado a través del agua del bautismo.

Evangelio: (Mc 1, 29-39):


Jesús fue tentado en el desierto. Él es el Señor de todo lo creado y el Maestro que
anuncia la buena noticia y llama a la conversión.

Nos ponemos de pie para escuchar el Santo Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES:


A cada intención respondemos: Señor, que vivamos una Cuaresma de conversión.

Ofrendas: Junto a los dones de pan y vino entregamos a Dios nuestra mente,
corazón y voluntad para que con su gracia y amor sean transformadas en la Pascua
renovadora de Jesús.

Comunión: El Señor nos invita a todos a participar de su Cuerpo y Sangre, para


alimentar nuestra fe, aumentar nuestra esperanza y reforzar nuestra caridad,
enseñándonos a sentir hambre de este Pan de Vida. Nos acercamos a comulgar.

Despedida: El mundo necesita conversión. Que nuestro testimonio sea una


invitación a buscar caminos de santidad y justicia.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
A cada intención respondemos: Señor, que vivamos una Cuaresma de conversión.

Pedimos por el Santo Padre, para que su enseñanza nos ayude a disponer el corazón
para vivir la Cuaresma en plenitud. Oremos.

Pedimos por todo el pueblo de Dios, para que escuche tu Palabra y salga a anunciarla,
con un testimonio de vida y entrega verdadera. Oremos

Pedimos por todos nuestros gobernantes y políticos, para que durante este tiempo de
cuaresma puedan entrar en la dinámica de la conversión. Oremos.

Pedimos por todos los que sufren, para que puedan recibir con agrado y apertura de
corazón la llegada de tu reino. Oremos.

Pedimos que este tiempo de Cuaresma prepare los corazones para recibir la paz que
viene de ti y así poder contagiarla al mundo entero. Oremos.
4º domingo de cuaresma (10 de marzo de 2018)
Queridos hermanos, en este 4° domingo de cuaresma, experimentemos el gran amor
que Dios nos tiene. Él que es rico en misericordia, nos invita a aprovechar este tiempo
de cuaresma para una profunda conversión.

De pie recibimos al celebrante que presidirá esta Santa Misa.

Sentados nos disponemos a escuchar la liturgia de la palabra.


Primera lectura (2Crón 36, 14-16. 19-23):
El castigo del exilio del pueblo, es parte del plan salvador de Dios, que quiere su
conversión y por eso, les anuncia su perdón y la promesa de su reconstrucción .
Salmo (Sal 136, 1-6. 19- 23):
Respondemos: ¡Que no me olvide de ti, ciudad de Dios!
Segunda lectura (Ef 2, 4-10 ):
Por la gracia y misericordia de Dios, en Cristo Jesús, todos los pueblos han recibido
la salvación y solo pide que actuemos en consecuencia.
Evangelio: (Jn 3, 14-21) Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar, sino para
salvar a la humanidad.
Nos ponemos de pie para escuchar el Santo Evangelio.

ORACIÓN DE LOS FIELES:


A cada intención respondemos: Dios, rico en misericordia, escúchanos.

Ofrendas:
Junto a los dones de pan y vino que serán presentados en el altar, ofrezcamos
nuestras tristezas y fatigas, para que todas ellas puedan ser transformadas en
alegría por el Señor.

Comunión:
Cristo es la luz que vino al mundo, por ello se quedó entre nosotros, para alimentar
constantemente nuestra llama, con su Palabra y con el Pan de Vida. Nos acercamos
a comulgar cantando.

Despedida:
Iluminados por la Palabra y fortalecidos por la Eucaristía, volvamos a nuestros
hogares dispuestos a comportarnos como verdaderos hijos de la luz, obrando en
nuestras vidas con bondad, justicia y verdad.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
A cada intención respondemos:
4 Padre, te pedimos por la Iglesia, el papa Francisco y todos sus ministros, para que la gracia abundante
de tu misericordia los colme en plenitud y la puedan trasmitir sin límites. Oremos
Padre, te pedimos por todos los consagrados, para que siempre sean verdaderos testigos de tu amor y
misericordia, y así testimonien al mundo la alegría del servicio. Oremos. 4 Padre, te pedimos por todo el
Pueblo, para que siempre sea colmado de la acción de tu misericordia y la comparta con los pobres,
desempleados y desvalidos. Oremos. 4 Padre, te pedimos por todos los que sufren en el alma y en el cuerpo,
para que la gracia de tu misericordia los ayude a llevar con fe sus cargas. Oremos. 4 Padre, te pedimos por la
paz y unidad en el mundo y nuestro País, para que conscientes de nuestra fragilidad podamos unirnos y
trabajar por el bien de todos. Oremos.

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