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De
Semiología
Dr. Ricardo Gazitúa
Prólogo
El Manual de Semiología se desarrolló en el año 2000 como material docente para los
alumnos del curso de Semiología de la carrera de Medicina de la Pontificia Universidad
Católica de Chile, para ser utilizado en el momento que comienzan su práctica clínica.
Este Manual pretende ser una guía de los principales aspectos que los alumnos deben
conocer al momento de aproximarse a los pacientes. Deben aprender a relacionarse con
ellos, obtener sus historias clínicas, efectuar un examen físico completo, ordenar la
información y, finalmente, plantear hipótesis diagnósticas, por lo menos a nivel de
síndromes. En el proceso de aprendizaje, es fundamental que los alumnos tengan acceso
a interactuar con pacientes y que sean guiados por docentes clínicos.
Desde diciembre del año 2000, este material ha estado disponible en Internet a través de
la página Web de la Escuela de Medicina. Durante los años que han transcurrido, hemos
tenido la satisfacción de enterarnos que han servido de referencia a numerosos cursos de
alumnos, tanto a nivel nacional como de otros países.
Agradecimientos:
Una colaboración fundamental fue la del Sr. Andrés Cambiaso Despouy, quien en forma
desinteresada y con un gran espíritu de colaboración, participó como modelo en muchas
las fotografías.
- Dr. Beltrán Mena Concha (como Ex Director del Centro de Educación Médica y actual
Jefe de la Oficina Editorial de la Escuela de Medicina)
- Sr. Hernán Bustamante Ibarra (Diseñador Web)
Introducción a la semiología
La semiología es la ciencia que estudia los síntomas y signos de las enfermedades. Por
síntomas se entienden las molestias o sensaciones subjetivas de la enfermedad (ejemplo:
dolor, náuseas, vértigo). Por signos se entienden las manifestaciones objetivas o físicas
de la enfermedad (ejemplo: observación de ictericia, palpación de un aneurisma
abdominal, auscultación en la región precordial de un soplo cardíaco que sugiere una
estenosis mitral).
Un síndrome es una agrupación de síntomas y signos, que puede tener diferentes causas.
Por ejemplo: síndrome febril, síndrome hipertiroídeo, síndrome meníngeo.
Una enfermedad tiene características propias y, en general, tiene una causa específica.
En un comienzo es posible que el clínico pueda plantear sólo un determinado síndrome
sin poder identificar a qué enfermedad corresponde. Posteriormente, sobre la base de
exámenes o a la evolución clínica, podrá pasar del diagnóstico de síndrome al de la
enfermedad propiamente tal. Una fiebre tifoidea, una influenza o una endocarditis
infecciosa, pueden presentarse con un síndrome febril. Una meningitis bacteriana o una
hemorragia subaracnoídea pueden manifestarse con un síndrome meníngeo.
Indudablemente es necesario aprender aspectos específicos de cada enfermedad que
permitan diferenciarlas.
Un buen clínico es capaz de captar los síntomas y signos más importantes, y sobre la
base de sus conocimientos y experiencia, ponerlos en perspectiva, para plantear
finalmente los diagnósticos que le parecen más probables.
En este proceso que conduce al diagnóstico, hay una etapa en la que se recoge la
información mediante la historia clínica y luego el examen físico. Después se ordena la
información hasta quedar en condiciones de plantear las hipótesis diagnósticas más
probables.
Para recoger la información necesaria es muy importante el método que el clínico tenga,
y su capacidad para relacionarse con el paciente. Debe saber qué preguntar y cómo
hacerlo. Es en esta interacción con el paciente (la entrevista médica propiamente tal),
donde se obtiene la información más valiosa. Con esta información se confecciona la
historia clínica o anamnesis. Cuando el enfermo no es capaz de comunicarse, habrá que
conversar con las personas que puedan informarnos, ya sean familiares o conocidos. Al
conocimiento que se obtiene mediante la entrevista médica, se agrega la información
que aporta el examen físico.
Para que no se escape información importante, existe una forma para desarrollar la
historia clínica y el examen físico. Es lo que comenzaremos a presentar a continuación,
partiendo con la entrevista médica.
Capítulo 1
LA HISTORIA CLÍNICA
La entrevista médica y la relación con el paciente.
La forma cómo el médico interactua con el paciente y su grupo familiar es muy
importante. Para que esta relación sea buena, conviene tener presente los siguientes
aspectos.
El lugar dónde ocurre la entrevista puede ser la consulta, el domicilio, junto a la cama
del paciente en el hospital. No es conveniente hacer “consultas de pasillo”, donde el
médico es sorprendido en cualquier lugar por algún conocido para preguntarle sobre sus
síntomas.
En el lugar debe haber un ambiente agradable, ni muy frío, ni muy caluroso, sin que
lleguen ruidos fuertes desde el exterior que interfieran con la conversación, y la
iluminación debe ser adecuada.
Se debe programar un tiempo razonable para atender bien a cada paciente. La citación
de los enfermos debe estar debidamente planificado. Se debe evitar hacer perder tiempo
a los pacientes. El clínico debe tener el cuidado de llegar sin atrasos a su consulta.
También debe saber ajustarse a la programación. Para lograr el mejor uso del tiempo
disponible, es importante poder guiar la entrevista, saber qué preguntar y evitar que el
paciente divague sobre aspectos que nada aportan. Mientras se efectúa el examen físico,
también se pueden precisar aspectos de la historia clínica.
Este es un aspecto interesante que resulta ser bastante importante. El médico debe ser
capaz de hacer sentir cómodo a su paciente, de ganárselo, lograr que cuente sus
problemas.
Al tratar de captar lo que le pasa al paciente, es fácil que el alumno de medicina se vea
abrumado por la gran cantidad de preguntas que tiene que hacer. Con el nerviosismo, es
frecuente que no retenga algunas respuestas y se sorprenda preguntando por segunda vez
algo que ya se comentó. ¡No hay que desesperarse! Con el tiempo y más conocimientos,
las cosas se van haciendo más fáciles.
Los clínicos con experiencia tienden a integrar los síntomas y los signos clínicos sobre
la base de síndromes. Además, saben cómo se relacionan las distintas molestias. Esto
los lleva a distinguir síntomas o signos que consideran muy importantes. En cambio,
otras molestias las dejan de lado o les dan una importancia menor. De esta forma van
hilvanando el interrogatorio, y tienen claro qué preguntar.
Por ejemplo, ante un cuadro de ictericia, pensarán en una hepatitis, una obstrucción
biliar, una afección crónica del hígado descompensada o una hemólisis, y frente a cada
una de esas posibilidades harán algunas preguntas que vengan al caso. Si se trata de una
mujer con dolor al orinar, las preguntas estarán orientadas a precisar si existe una
infección urinaria. Si es un hombre joven que presentó una deposición de color negro, el
interrogatorio se dirige a evaluar la posibilidad de una hemorragia digestiva. En la
medida que se tienen más conocimientos y se conoce cómo se relacionan las molestias,
las cosas se van haciendo más fáciles.
Las preguntas deben ser efectuadas de tal forma que no se influya la respuesta. Por
ejemplo, si se analiza la evolución de un dolor, más que preguntar: “¿No es cierto que
está con menos dolor?”, debe hacerse una pregunta abierta: “¿Desde la última vez que
nos vimos, el dolor está igual, ha aumentado o ha disminuido?” El paciente no debe ser
influido en sus respuestas por la forma cómo se efectúa la pregunta.
Un aspecto que puede interferir en la relación con el paciente son las anotaciones que el
médico efectúa mientras transcurre la entrevista. Esto puede interferir el contacto ocular
que es conveniente mantener. Además, el paciente se puede inhibir si nota que sus
problemas van quedando registrados en una ficha, a la que podrían tener acceso otras
personas.
¿Cómo hacerlo? Conviene ser discreto. Escribir directamente en la ficha con frases
breves o tener un papel borrador para anotar aspectos muy específicos que luego serán
transcritos a la ficha en otro momento (por ejemplo, mientras el paciente se viste
después del examen).
Qué dejar registrado en las fichas clínicas.
Otro aspecto importante tiene relación con las implicancias médico-legales. Frente a un
juicio, la ficha clínica pasa a ser un documento que puede ser solicitado por los
tribunales de justicia. El médico debe dejar constancia de la situación del paciente y
evitar opiniones que comprometan el honor de otras personas o la credibilidad de la
Institución. El adjudicar responsabilidades penales le corresponderá a los magistrados.
Una buena historia clínica no es la que es más larga, sino aquella en la que la
información se presenta resumida, bien hilvanada, ajustada a los hechos.
Todas estas consideraciones facilitan leer una ficha y encontrar la información que se
busca o se necesita conocer.
Este aspecto puede traicionarnos fácilmente. La actitud, la expresión del rostro, el tono
de la voz, la capacidad de mantener contacto ocular, son elementos que se deben usar
para enriquecer la relación. No es posible lograr una buena comunicación si el paciente
nota que el médico está distraído, desinteresado, impresiona apurado, es interrumpido
con llamadas telefónicas, etcétera. Además, es una falta de respeto.
La presentación personal es también parte del lenguaje no hablado. A todos nos pasa que
tenemos una imagen de lo que es un abogado, un arquitecto, un obrero de la
construcción, y así, distintos oficios y profesiones. También las personas tienen una
imagen del médico. Esto no significa que todos los médicos deben vestir iguales, pero
hay rangos deseables dependiendo de las personalidad del profesional y las
circunstancias en las que se desenvuelve. Ir de “cuello y corbata” a realizar medicina
rural no parece ser lo más cómodo ni adecuado. Atender en short y camisa floreada no
parece tampoco adecuado en un consultorio que trata de dar un aspecto de seriedad.
Cada médico debe aspirar, por lo menos, irradiar una imagen que de confianza a sus
pacientes.
El examen físico.
Este es un aspecto muy importante. Los pacientes necesitan un rincón aislado por un
biombo para sacarse y ponerse la ropa. Al momento de examinar, se debe lograr un
balance entre la necesidad de ver bien el cuerpo del paciente y respetar su pudor. Esto se
logra descubriendo al enfermo por sectores, o que se quede con la ropa interior, o
ayudándose con alguna sabanilla. Esto varía según el tipo de examen que es necesario
efectuar.
Los médicos varones deben tener presente la conveniencia de estar acompañados por
una enfermera o una auxiliar de enfermería cuando efectúan el examen de mamas o el
examen ginecológico en una mujer.
Esto debe ser una condición básica. El paciente ya tiene bastantes molestias con su
enfermedad. Al examinar, se debe tener cuidado de no producir más dolor de lo
estrictamente necesario. Por ejemplo, en un cuadro abdominal agudo, es necesario
palpar y esto producirá dolor, pero, hay formas y formas de examinar, algunas más
delicadas y otras más toscas.
En el mismo contexto, se debe evitar examinar con las manos y el instrumental frío en
los meses de invierno.
Esto implica tener un lugar con una camilla, suficiente privacidad, buena iluminación y
disponer de los instrumentos que sean necesarios: estetoscopio, manómetro de presión,
balanza, etcétera. Todo el material que toma contacto con el paciente debe estar limpio.
Esto actúa en dos sentidos. Por un lado, el caso de pacientes con infecciones que se
puede transmitir (ej.: tuberculosis pulmonar, meningitis meningocócica, SIDA, etc.).
Los médicos están expuestos a contagiarse y deben tomar precauciones: lavarse las
manos, usar mascarillas, delantal, vacunarse, etc.
Por el otro lado, están los pacientes con grave compromiso inmunológico que están
propensos a contraer infecciones. Las personas que los atienden deben respetar las
medidas conducentes a evitar que se les pueda transmitir alguna infección. Para esto es
muy importante lavarse las manos antes y después de atender a cada enfermo y
respetar las medidas de aislamiento que estén indicadas (delantal, mascarilla, etc.).
El lavado de manos entre cada paciente es muy importante para evitar transmitir
infecciones.
Informar al paciente.
Se debe explicar al paciente lo que tiene y lo que le conviene hacer. Esto es lo que al
paciente más le interesa. Después de haber efectuado la anamnesis, el examen físico y de
haber escrito algunas anotaciones en la ficha clínica, es necesario explicarle al paciente,
con la mayor claridad posible, lo que tiene, lo que eso significa, el pronóstico asociado,
y lo que debe hacer. Las recetas deben ser claras, fáciles de entender. También es
necesario preocuparse de llenar
formularios de seguros y licencias
médicas.
Una vez concluido todo este proceso, llega el momento de despedirse. Si el encuentro
ocurrió en una consulta, se acompaña al paciente y sus acompañantes a la salida y se
despiden.
La Historia Clínica
En esta parte se menciona el motivo por el cual la persona consulta. Es una mención
breve que permite decir en forma resumida cuál es la naturaleza del problema. Por
ejemplo: “El paciente consulta por fiebre de 5 días”, o “…por presentar deposiciones de
color negro (o melena)”, etc.
Esta es la parte más importante de la historia clínica. En esta sección se precisa qué le
ha pasado al paciente. Se mencionan en forma ordenada los distintos síntomas que la
persona ha presentado.
En la medida que el alumno sabe más, investiga los síntomas según cómo se relacionan
entre ellos, tal como se da en muchos síndromes o enfermedades. Por ejemplo, si la
persona está con tos, se investiga si además se presenta fiebre, expectoración, disnea,
puntada de costado, etc.
Obtenida la información, se deja constancia de las distintas manifestaciones en la ficha
clínica. En ocasiones, es conveniente mencionar también aquellas manifestaciones que,
pudiendo haber estado presente, no están.
Ejemplo de una persona que llega con hemorragia digestiva: “El paciente presentó
anoche una deposición negra, de consistencia pastosa y de muy mal olor. Hacia la
madrugada tuvo otra deposición de similares características. Al ponerse de pie notaba
que se mareaba. No ha presentado dolor abdominal. No ha ingerido aspirina ni
antiinflamatorios. Es primera vez que tiene este problema”.
Ejemplo de una persona con una pielonefritis aguda: “La paciente es diabética y
comenzó tres días atrás a presentar dolor al orinar. Además, orina muy seguido y en
pequeñas cantidades. La orina es de mal olor y algo turbia. Desde dos días atrás siente
dolor en la fosa lumbar derecha y ha presentado fiebre sobre 38ºC.”
Es adecuado adaptar el lenguaje a términos más técnicos. Por ejemplo, decir que
el paciente tuvo unadeposición melénica, en vez de “deposición negra, de
consistencia pastosa y de muy mal olor”; disuria dolorosa, en vez de “dolor al
orinar”; poliaquiuria, en vez de “orinar muy seguido”).
Las manifestaciones se deben relatar en la secuencia y en los días en que se
presentan. Por ejemplo, se usan términos como: “Anoche…”, “Hace tres
días…”, “Dos días después que comenzó el dolor, se agregó...”, etc.
Es conveniente, antes de comenzar a relatar las manifestaciones de la
enfermedad, señalar “a la pasada”, algunos antecedentes. Por ejemplo, que se
trata de un paciente diabético e hipertenso, o que es una enferma con cirrosis
hepática. Posteriormente, en la sección de “Antecedentes Mórbidos”, se entregan
mas detalles (desde hace cuánto tiempo presenta esas enfermedades, con qué
medicamentos se está tratando, etc.). El hacer esta mención de antecedentes muy
importantes y conocidos “a la pasada”, antes de relatar la enfermedad actual, no
debe llevar a la confusión de incorporar antes de la Anamnesis Próxima, toda la
Anamnesis Remota.
Los datos que se ponen en la anamnesis deben ser objetivos y no prestarse a
interpretaciones erradas. No se deben mencionar diagnósticos que no estén bien
fundamentados, ya que esto puede facilitar que un error se perpetúe.
Antecedentes ginecoobstétricos.
A veces se usan fórmulas obstétricas (FO), para expresar en forma abreviada esta
información:
Hábitos.
Entre los hábitos que se investigan destacan:
Medicamentos.
Se debe precisar:
Ejemplos:
El tema de las alergias es muy importante ya que puede tener graves consecuencias para
la persona. Entre los alergenos, que son las sustancias ante las cuales se desencadenan
las respuestas alérgicas, hay varios que se deben investigar:
4) Sustancias que entran en contacto con la piel. Puede ser el caso de detergentes,
algunos jabones, productos químicos, metales, látex y otros.
En esta sección se investigan aspectos personales del paciente que permitan conocerlo
mejor. La intención es evaluar y comprender cómo su enfermedad lo afecta y qué ayuda
podría llegar a necesitar en el plano familiar, de su trabajo, de su previsión, de sus
relaciones interpersonales.
Información que podría haber ido junto a la Identificación del Paciente, se puede
traspasar a esta sección. Es el caso del estado civil o las personas con las que vive.
Otras informaciones, que según el caso se pueden incluir, son: composición familiar,
tipo de casa habitación, disponibilidad de agua potable, presencia de animales
domésticos, nivel de educación, actividad laboral o profesión, previsión o seguro de
salud, etc.
Toda esta información servirá para conocer mejor al paciente como persona; saber con
qué recursos cuenta para enfrentar su enfermedad, cuál es el grado de apoyo familiar; su
situación laboral, previsional y social.
También puede ser el lugar para mencionar aspectos específicos de sus creencias, de su
religiosidad, de los aspectos a los cuales no quisiera ser sometido en el tratamiento de su
enfermedad (por ejemplo, no recibir transfusiones de sangre o no ser sometido a
ventilación mecánica).
La Historia Clínica (7) Otros aspectos a investigar son antecedentes sobre actividad
sexual, exposición a enfermedades infecciosas o profesionales, viajes efectuados en los
meses anteriores.
Antecedentes familiares.
Inmunizaciones.
Según el cuadro clínico que presente el paciente puede ser importante señalar las
inmunizaciones que el paciente ha recibido.
Esta revisión no debiera ser muy larga ya que se supone que los principales problemas
ya fueron identificados en la anamnesis. Si al hacer este ejercicio aparecen síntomas que
resultan ser importantes y que todavía no habían sido explorados, es posible que el
conjunto de estas nuevas manifestaciones deban ser incorporadas a la anamnesis.
Al escribir la ficha, no conviene que esta Revisión por Sistemas resulte muy larga. Es
posible que en un comienzo, se exija a los alumnos un relato más detallado para que
desarrollen el hábito de hacer una historia completa, pero en la medida que ganen
experiencia, y con el acuerdo de su tutor, podrán mencionar sólo lo más importante.
Preguntas:
1. ¿Cuáles son las cinco divisiones o secciones que forman la Historia Clínica?
2. ¿Qué información contiene la anamnesis próxima?
3. ¿Cuáles son los distintos antecedentes que se deben investigar según la forma
cómo se agrupan?
4. ¿Cómo se presentan los antecedentes ginecoobstétricos?
5. ¿Cuáles son los hábitos que se investigan?
6. ¿Qué enfermedades pueden tener algún grado de transmisión genética o familiar?
7. ¿Qué alergias se deben investigar y cuáles son las más temidas?
8. ¿Cómo se debe presentar la información de los medicamentos que el paciente
está tomando?
9. ¿En qué casos los Antecedentes Sociales y Personales adquieren especial
importancia?
10. ¿Qué significados tienen los siguientes términos: disfagia, dismenorrea, disuria,
menarquia, nicturia, pirosis?
Ejemplo de la historia clínica de una paciente que se hospitaliza.
Antecedentes:
a) Mórbidos:
-Diabetes Mellitus del adulto, diagnosticada 10 años atrás. Se trata con régimen e
hipoglicemiantes orales.
-Hipertensión arterial de 8 años de evolución.
-Varios episodios de infecciones urinarias bajas.
c) Hábitos:
d) Medicamentos:
(Nota: la revisión por sistemas está dirigida a buscar otros síntomas. Sólo se anotan los
hallazgos importantes que no forman parte de la anamnesis ni los antecedentes. En esta
parte de la historia clínica no se deben repetir síntomas que ya fueron mencionados en
las otras secciones).
Comentario:
Con la información recogida, se puede plantear que se trata de una mujer mayor,
portadora de una diabetes mellitus del adulto e hipertensión arterial, que se controla mal
y que ingresa con una infección urinaria.
Las buenas historias clínicas contienen la información que es importante. Deben ser
fáciles de leer y entender y, finalmente, permiten plantear las hipótesis diagnósticas
correspondientes.
Mientras más práctica se tiene y mejores son los conocimientos sobre las enfermedades,
las historias clínicas son cada vez mejores. Se distingue mejor lo importante de lo
superfluo, se agrupan los síntomas en mejor forma y se hacen interrogatorios más
dirigidos y eficientes.
Síntomas frecuentes de encontrar en la práctica clínica.
Ya se ha visto que los síntomas son las molestias o sensaciones subjetivas de la
enfermedad (ejemplo: dolor, náuseas, vértigo).
dónde duele.
cuál es el carácter del dolor, o cómo duele.
qué intensidad alcanza y cómo varía.
hacia dónde se irradia.
con qué aumenta y con qué disminuye (posiciones, alimentos, medicamentos,
etc.).
cómo evoluciona en el tiempo.
con qué otras manifestaciones se asocia.
El desafío del clínico muchas veces es tratar de estimar la intensidad. Para esto tiene que
evaluar las expresiones que usa el mismo paciente, ver en qué medida lo afecta, cómo lo
limita, qué hace para aliviarlo, qué analgésicos requiere usar. Una forma de graficar este
aspecto es pedirle al paciente que ubique su dolor en una escala del 1 al 10, siendo 10 el
dolor más intenso que pueda existir.
Puede aparecer en forma brusca (ejemplo: cefalea por hemorragia subaracnoídea) o más
gradual (ejemplo: cólico renal). La forma como termina el dolor también puede ser
importante.
La evolución puede ser corta o larga, de minutos, días, o más tiempo. Puede presentarse
en crisis que pasan totalmente o que dejan un trasfondo de dolor.
Se habla que un dolor tiene ritmo cuando cambia durante el día en relación a factores
específicos (ejemplo: en la úlcera duodenal la molestia pasa cada vez que el paciente
ingiere alimentos). Se habla de período cuando el dolor se presenta varios días, luego se
pasa y reaparecer un tiempo después (ejemplo: una úlcera duodenal activa, que luego
sana y tiempo después, reaparece).
Algunos ejemplo:
Tos:
Expectoración:
Dolor precordial:
Dolor costal:
dolor costal por una fractura costal: es bastante intenso y aumenta con
movimientos y al presionar en el sitio de la fractura. Un acceso fuerte de tos
puede ser capaz de producir una fractura de una costilla.
Dolor abdominal:
dolores en la parte alta y medial (región del epigastrio): en esta zona se ubica
el dolor ulceroso debido a una úlcera duodenal o gástrica (en forma
característica aparece cuando el estómago está vacío y se calma con los
alimentos). También el páncreas y la aorta abdominal pueden manifestarse hacia
esta zona. Una esofagitis por reflujo gastroesofágico da una sensación de ardor o
“acidez” (en forma popular algunas personas lo ubican en “la boca del
estómago”), y puede irradiarse hacia arriba (retroesternal). Estas manifestaciones
relacionadas con la sensación de “acidez” se denominan pirosis.
dolores en la parte alta del abdomen, pero hacia el lado derecho (región del
hipocondrio derecho): las afecciones biliares y del hígado tienden a
manifestarse en esta zona. Por ejemplo, los cólicos biliares se presentan después
de ingerir comidas grasas o frituras y muchas veces se acompañan de vómitos.
Un hígado congestivo o inflamado por una hepatitis dará un dolor sordo.
dolores en la parte alta del abdomen, pero hacia el lado izquierdo (región del
hipocrondrio izquierdo): en esta región se pueden presentar afecciones del bazo
(ejemplo: infarto esplénico), dolores provenientes del colon (ángulo esplénico), y
también afecciones del páncreas (aunque en estos casos el dolor puede ser de
todo el hemiabdomen superior).
dolor en la región periumbilical: los cólicos del intestino delgado se manifiestan
en esta zona. También afecciones de la aorta abdominal.
los costados del abdomen se llaman los flancos. En el flanco derecho se reflejan
dolores que vienen de los riñones o el colon ascendente. En el flanco
izquierdo se reflejan las vísceras de ese lado (riñón, colon descendente).
por debajo del ombligo, en la zona media, está el hipogastrio, en donde se
reflejan los cólicos del intestino grueso (en realidad, puede doler todo el
hemiabdomen inferior), la vejiga (por ejemplo, en una cistitis), el útero (por
ejemplo, durante menstruaciones dolorosas).
hacia los lados del hipogastrio están las regiones inguinales. A derecha se ubica
el apéndice, ovario, trompa de Falopio y la llegada a la vejiga del uréter derecho.
A izquierda se ubican afecciones del colon sigmoides (por ejemplo,
diverticulitis), ovario, trompa de Falopio y la llegada a la vejiga del uréter
izquierdo.
hacia las regiones lumbares, ubicadas en la parte posterior del abdomen, a cada
lado, a nivel de la cintura, se reflejan dolores provenientes de los riñones. De esta
forma, en un cólico renal es frecuente que el paciente se queje de dolor que parte
en una de las regiones lumbares y se irradia hacia el flanco del mismo lado, en
dirección de los genitales externos. Esto frecuentemente se acompaña de gran
inquietud, y muchas veces de vómitos.
Esta delimitación de los dolores en relación a las vísceras comprometidas debe ser
considerada como una orientación ya que frecuentemente existe sobreposición (por
ejemplo, el colon puede doler en distintos sitios del abdomen).
paciente que no orina por una retención urinaria debido a una uropatía
obstructiva, como podría ser en el caso de un cáncer de próstata que obstruye a
nivel de la uretra).
-nicturia: es orinar más cantidad en la noche que en el día (por ejemplo, un
paciente con insuficiencia cardíaca que en la noche orina más por reabsorción de
edemas acumulado en el día).
cólico renal: es un dolor con las características de un cólico (que aumenta, llega
a un máximo y luego disminuye), que tiende a ubicarse en una de las fosas
renales y se irradia hacia la región de los genitales externos. Habitualmente es de
gran intensidad, produce mucha inquietud en el paciente (no encuentra una
posición que lo alivie), y con frecuencia se acompaña de náuseas y vómitos.
Cambios en el aspecto de la orina:
- hematuria: es una orina con sangre. Puede ser una hematuria macroscópica (si
se va a simple vista), o microscópica (si sólo se detecta a nivel de laboratorio).
En el caso de una hematuria macroscópica, se distingue por presentar un color
como “agua de carne” y es frecuente que al dejar reposar en un recipiente, los
glóbulos rojos decantan en el fondo.
- una orina espumosa puede deberse a que tiene una cantidad aumentada de proteínas
(por ejemplo, un paciente con una nefropatía que se manifiesta con proteinuria).
- una orina más turbia puede deberse a que existe una infección o por gran cantidad de
sales en disolución. En el caso de infección, es frecuente que también se sienta un olor
más fuerte, que le llama la atención al paciente.
vértigo: la persona nota que se siente muy mareada y todo “gira” a su alrededor.
El término “mareo” es más inespecífico ya que puede tener distintos
significados: sentirse inestable, estar “como flotando en el aire”, sentir que el
piso se mueve, etc.
tinnitus o acúfenos: es la sensación de sentir un ruido constante en los oídos.
fotofobia: es una molestia o intolerancia anormal a la luz.
diplopia: es la sensación de ver doble; este fenómeno se acentúa al mirar hacia
un lado. Habitualmente se asocia a una falta de paralelismo de los ejes oculares
(estrabismo).
amaurosis: es la falta de visión de uno o ambos ojos (ceguera), sin una lesión
aparente. Habitualmente se debe a un compromiso de la retina, el nervio óptico o
la corteza visual.
parestesias: es la sensación de “hormigueo” o “adormecimiento” en una zona
del cuerpo.
Síntomas generales:
Nota: esta presentación de síntomas no pretende agotar el tema, sino servir solamente
como una introducción a la práctica clínica. El contacto con los enfermos es lo que
permite conocerlos mejor.
Preguntas:
Preguntas:
La Ficha Clínica del hospital, es la carpeta que contiene toda la información del
paciente. Consta de varias secciones.
-las indicaciones que debe seguir (muchos hospitales tienen unas cartulinas impresas,
llamadas Carné de Alta, en las que se escriben los diagnósticos y las indicaciones). En
estas indicaciones se debe precisar la actividad física que el enfermo debe desarrollar,
tipo de alimentación, medicamentos y otros aspectos como tratamientos kinésicos.
-las recetas (se debe tener mucho cuidado de escribir con letra legible para evitar
confusiones en el despacho en la farmacia). Algunos medicamentos requieren recetas
especiales (por ejemplo, los estupefacientes).
-la licencia médica correspondiente, si es que se requiere.
-órdenes de exámenes para efectuar en un tiempo posterior.
-citaciones a control.
El paciente (y si es necesario, sus familiares cercanos), deben salir del hospital teniendo
muy claras las indicaciones que deben seguir en la casa.
Al paciente se le deben dar las instrucciones a seguir en forma clara, adjuntando las
recetas y órdenes de examen que sean necesarias.
De esta forma se va juntando toda la información del paciente, ordenada según la fecha
de ocurrencia. Debido a esto, si la información es mucha y la ficha es muy gruesa,
podría convenir revisarla de atrás hacia delante, deteniéndose especialmente en las
epicrisis y principales exámenes. En la historia clínica de la última hospitalización, en la
sección antecedentes, deberían aparecer las enfermedades y operaciones que el paciente
ha tenido (será confiable según el esmero puesto en la confección de la historia).
A continuación se presenta un esquema para presentar la información
obtenida en la historia clínica y el examen físico:
1. Posición y decúbito.
2. Marcha o deambulación.
3. Facie y expresión de fisonomía.
4. Conciencia y estado psíquico.
5. Constitución y estado nutritivo. Peso y talla.
6. Piel y anexos.
7. Sistema linfático.
8. Pulso arterial.
9. Respiración.
10. Temperatura.
11. Presión arterial.
Hígado.
Bazo.
Riñones.
Genitales externos.
Columna y Extremidades.
Exámenes específicos:
Examen neurológico.
I. Nervio olfativo.
II. Nervio óptico y fondo de ojo.
III. Nervio motor ocular común.
IV. Nervio troclear o patético.
V. Nervio trigémino.
VI. Nervio abducente o motor ocular externo.
VII. Nervio facial.
VIII. Nervio auditivo.
IX. Nervio glosofaríngeo.
X. Nervio vago.
XI. Nervio espinal accesorio.
XII. Nervio hipogloso.
Hipótesis diagnósticas :
Capítulo 2
EL EXAMEN FÍSICO
El Examen Físico: técnicas de exploración.
Cómo se examina.
Para captar cómo es el examen del paciente nos valemos de la información que podemos
lograr a través de nuestros sentidos: la vista, el tacto, el oído, e incluso el olfato.
Las etapas que se siguen para efectuar el examen físico son las siguientes.
Inspección.
Esta parte del examen físico comienza desde el momento que vemos al paciente por
primera vez. Al principio la atención se centra en el aspecto general de la persona, su
actitud, cómo se desenvuelve, cómo se comunica. Todo esto ocurre mientras se entabla
el primer contacto y luego mientras transcurre la conversación. Posteriormente, cuando
se efectúa el examen físico, la observación se dirigirá a aspecto más específicos.
En este proceso, que dura todo el tiempo que estamos con el paciente, se está captando
una gran cantidad de información. Es necesario entrenar el ojo para realmente “ver”. Es
muy posible que distintas personas miren una situación determinada y capten diferentes
aspectos. El médico se entrena para captar lo que al paciente le ocurre. Con la vista no se
hace solamente un “examen físico” orientado a la anatomía, sino que se trata de captar al
enfermo como persona: cómo se viste, cómo es su manera de ser, si tiene una expresión
de estar preocupado, angustiado o deprimido, etc. Indudablemente, así como la vista
aporta información, la conversación la amplía y la enriquece.
En días helados, también hay que velar porque el paciente no sienta frío.
Palpación.
Usando nuestras manos, asiendo con nuestros dedos, palpando con delicadeza, tenemos
la posibilidad de captar una gran cantidad de información: la suavidad de la piel, su
humedad y untuosidad, la temperatura, lo blanda o dura que pueda ser una superficie, si
se desencadena dolor con la presión que ejercen nuestros dedos, si se palpa algo que se
puede delimitar.
Hay una estrecha relación entre el uso que le damos a las manos y lo que nos entrega la
vista. Miramos algo, lo tocamos, y así, vamos extrayendo información. Casi se confunde
lo que obtenemos palpando con lo que se capta al mirar. Son actos que se efectúan
frecuentemente en forma conjunta.
Respecto a la forma de palpar, puede variar según de qué se trate. Para la temperatura, se
podría usar el dorso o la palma de la mano; para delimitar una masa, se usarán los dedos;
para captar vibraciones, podría convenir usar la palma o el borde cubital de las manos;
etc. La forma de palpar tiene algo de técnica y de arte. No es necesario ser tosco;
tampoco desencadenar dolor en forma innecesaria.
Al asir una masa entre los dedos podremos definir su tamaño, su dureza, si sus bordes
están bien delimitados, si se desplaza sobre los planos profundos, si con la presión se
produce dolor, si es una masa única o resulta de la confluencia y fusionamiento de varias
masas. Además, al combinar la palpación con la inspección, se puede apreciar si la piel
está enrojecida o con un aspecto de "cáscara de naranja", si existen trayectos fistulosos,
si la vasculatura está aumentada, etc.
El paciente, cuando está acostado, habitualmente se examina por su lado derecho porque
la mayor parte de las personas son diestras y, así, pueden usar su mano derecha.
También tiene ventajas para examinar la punta del corazón y el bazo. De todas maneras,
es conveniente lograr destrezas para examinar por cualquiera de los dos lados.
Percusión.
Percutir es dar golpes. Estos a su vez producen sonidos que son audibles y vibraciones
que son palpables.
Los sonidos pueden ser de distinta intensidad, frecuencia, duración y timbre. La
frecuencia o tono) se refiere al número de vibraciones por segundo y determina si un
sonido es más agudo o es más grave. El timbre es lo que permite diferenciar la
procedencia de un sonido. Depende de varios aspectos, como la combinación de las
frecuencias o la caja de resonancia. Gracias al timbre se distingue si una nota "do"
procede de un piano o de un violín.
Mediante la percusión se distingue si los tejidos por debajo contienen aire o son más
sólidos. La penetración que se logra es de unos 5 a 7 cm. Estructuras más profundas
habitualmente no se logran distinguir. Si el panículo adiposo es grueso, se requerirán
golpes más fuertes para distinguir diferencias en la constitución de los tejidos
subyacentes. En general, se percute desde las áreas de mayor sonoridad hacia las de
menor sonoridad. También es importante comparar sectores homólogos (por ejemplo,
un lado del tórax con el otro) y hacerlo con una técnica equivalente.
Para comenzar a entrenarse, conviene practicar golpeando con la punta de los dedos
distintos objetos vecinos: el escritorio, un muro, un libro, etc. En todos ellos se genera
un ruido diferente. Los constructores usan este método para distinguir entre muros
sólidos y tabiques. En las viñas, se usa para reconocen el nivel del vino en los toneles (la
zona de más arriba que está vacía, suena hueca y donde está el vino, el ruido es opaco)
Tipos de sonidos.
Ruido hipersonoro (o hiperresonante): es como el sonoro, pero de tono más alto. Por
ejemplo, se escucha al percutir pulmones enfisematosos o cuando existe un neumotórax.
Ruido timpánico: es de una frecuencia más elevada. Por ejemplo, se puede escuchar al
percutir un neumotórax a tensión, o el estómago lleno de gas después de tomar una
bebida gaseosa.
Ruido mate: ruido opaco que se genera al percutir estructuras macizas. Por ejemplo, se
escucha al percutir la base de un pulmón con una neumonía, o al percutir sobre el muslo
de una pierna. Una variante del ruido mate es la matidez hídrica, que es un ruido más
seco, o más duro, que se escucha sobre los derrames pleurales extensos.
Formas de percutir
Con el entrenamiento se irá identificando el tipo de ruido que se genera al percutir sobre
distintas superficies. Poco a poco, se va adquiriendo una rutina respecto a la fuerza que
conviene aplicar con el dedo plexímetro al apoyarlo, y con el dedo percutor, al golpear.
Otro aspecto interesante es la posibilidad de lograr con el pulpejo del dedo plexímetro
una sensación táctil respecto a la consistencia de las estructuras ubicadas más abajo. Esta
capacidad no se da en forma generalizada, pero es factible de entrenar. Conviene
percutir suavemente.
Auscultación.
Mediante la auscultación se escuchan ruidos que se generan en el organismo. Estos
pueden ser soplos del corazón o de diversas arterias, ruidos que provienen del intestino,
y una gama de sonidos que se identifican en la auscultación pulmonar.
Los más usados tienen una cápsula que se apoya en el paciente, un sistema de
transmisión del sonido y auriculares para escuchar.
La cápsula tiene en un lado una membrana rígida que transmite de preferencia los
sonidos de tonalidad alta (por ejemplo, el segundo ruido del ciclo cardíaco) y en el lado
opuesto, una campana que transmite preferentemente los tonos bajos (por ejemplo, los
ruidos que se generan sobre la arteria braquial al medir la presión arterial). El tamaño de
la cápsula es más grande en los adultos que en los niños.
Al auscultar es muy importante que la membrana o la cápsula, según el lado que se esté
usando, queden bien apoyadas sobre la piel desnuda del paciente, de modo de aislar los
ruidos del medio ambiente y transmitir sólo los del paciente bajo el área auscultada.
Los obstetras o matronas usan una especie de corneta para escuchar los ruidos cardíacos
del feto, que se apoya directamente sobre el abdomen de la mujer embarazada y el oído
del examinador se aplica en el extremo opuesto.
Un buen estetoscopio ayuda mucho para lograr un buen examen físico. Pero tan
importante como el estetoscopio, es la capacidad del examinador para captar e
interpretar los ruidos (como se dice..., lo más importante está entre una oliva y la otra).
Zonas de auscultación
Una fístula arterio-venosa va a generar un soplo continuo (por ejemplo, las fístulas de
pacientes en hemodiálisis).
Lavarse bien las manos. Se debe efectuar después de examinar a cada enfermo,
y por lo tanto, siempre antes de examinar al paciente que sigue. Se usa agua y
jabón o una solución desinfectante. También puede ser un gel de alcohol
diseñado para este fin. Si el examinador no se lava las manos después de
examinar, puede ocurrir que él mismo se contagie (por ejemplo, al haber
examinado un enfermo con influenza) o que transmita infecciones a otros
enfermos (por ejemplo, traspasando un estafilococo aureus de un enfermo a
otro).
Respetar medidas de aislamiento. Se debe usar guantes, delantal, o mascarilla,
según esté indicado.
Precaución para no contaminarse con sangre o secreciones. Es necesario
evitar pincharse con agujas que ya han sido usadas; no exponer la piel con
heridas a secreciones de los enfermos; evitar salpicaduras a los ojos o mucosas,
etc.
Estas precauciones no deben significar exagerar a tal punto que resulta incómodo
para el paciente. Por ejemplo, el examen físico de una persona que tiene SIDA se
hace en las mismas condiciones que otros pacientes, sin necesidad de ponerse
guantes, en la medida que no se tenga heridas en las manos. Al terminar, y como
con todas las personas, se deben lavar las manos
Preguntas y sugerencias:
Normalmente cuando la persona está de pie tiene una postura erecta, activa, que puede
cambiar a voluntad. En algunas enfermedades la posición o postura puede tener
características especiales.
Los decúbitos normales de una persona que puede moverse sin limitaciones son:
Posición de Fowler: la cama del paciente se levanta colocando unos tacos bajo
las patas de la cabecera de la cama, de modo que la cabeza queda más alta que
los pies. Se usa en situaciones de insuficiencia arterial aguda.
Posición de Trendelenburg: la cama del paciente se levanta colocando unos
tacos, de modo que los pies quedan más altos que la cabeza. Se usa en
situaciones de edema o tromboflebitis de las extremidades inferiores.
dolor.
problemas articulares.
debilidad muscular.
falta de control del movimiento.
Entre los aspectos que se analizan en la evaluación del estado mental, destacan:
1) NIVEL DE CONCIENCIA.
Capacidad de orientarse:
Orientación respecto a sí mismo: ¿Cómo se llama? ¿qué edad tiene? ¿en qué
trabaja? ¿con quién vive?...
Orientación en el tiempo: ¿En qué fecha estamos? ¿En qué mes? ¿En qué año?
¿Qué día de la semana es hoy?...
Orientación en el espacio: ¿Dónde se encuentra usted? ¿Está en un hospital?
¿En su casa? ¿Qué hospital es?...
Orientación respecto a personas: ¿Quién soy yo? ¿Qué labor desarrollo? Si
está presente un familiar: ¿Quién es esa persona?
El saber el nombre o aspectos muy personales de sí mismo, es de las últimas cosas que
se pierden. En todo caso, este conjunto de preguntas permiten formarse una idea de lo
lúcido o desorientado (confuso) que pueda estar el paciente.
2) LENGUAJE
entender preguntas.
responder preguntas en forma atingente.
entender textos escritos
escribir un idea.
nombrar objetos que se le muestran.
Una afasia es una pérdida o alteración del lenguaje y sus características dependerán de
la ubicación del daño cerebral. Puede ser:
No se debe confundir con una disartria, que es una dificultad en la articulación de las
palabras, ni con una disfonía, que se relaciona con cambios del tono de la voz.
Una alexia es una incapacidad para comprender un texto escrito y una agrafia es una
incapacidad para escribir.
3) MEMORIA.
La calidad de los dibujos que el paciente efectúa puede servir para seguir la
evolución de encefalopatías metabólicas como ocurre en cirróticos
descompensados. Al ir mejorando con el tratamiento, sus dibujos también son de
más calidad.
Otros trastornos:
- somnolencia, obnubilación, sopor o coma (compromido cuantitativo de
conciencia, que ya fueron descritos).
- trastornos de ansiedad (dentro de los cuales están los trastornos de pánico, las
fobias sociales, los trastornos obsesivos – compulsivo, etc.).
-episodios maníacos o hipomaníacos (incluye trastornos bipolares en los que
existe
Un test que se usa para evaluar una posible demencia es el Mini-Mental Status
Examination (MMSE) de Folstein, que da un puntaje máximo de 30 puntos. Es un test
que se usa para evaluar la función cognitiva y para hacer seguimiento en etapas
posteriores.
Orientación de lugar:
¿En qué país estamos? 0 1
¿En qué ciudad estamos? 0 1
¿En qué provincia o región estamos? 0 1
¿En qué lugar estamos? (casa, hospital, etc.) 0 1
¿En qué piso estamos? 0 1
Lápiz 0 1
Auto 0 1
Reloj 0 1
C. Concentración y cálculo: (5 puntos) Elegir sólo una de las siguientes dos
alternativas:
Solicitar que el paciente reste 7 partiendo de 100 por cinco veces:
100 –- 7 = 93 0 1
93 –-7 = 86 0 1
86 –- 7 = 79 0 1
79 –- 7 = 72 0 1
72 –- 7 = 65 0 1
O 0 1
D 0 1
N 0 1
U 0 1
M 0 1
Lápiz 0 1
Auto 0 1
Reloj 0 1
Entregue al paciente una hoja de papel y dígale que siga las siguientes instrucciones: (3
puntos)
En una hoja de papel solicite al paciente que escriba una frase (que tenga sentido y está
bien estructurada) (1 punto)
El paciente escribe la frase 0 1
Solicite al paciente que copie un dibujo en el que se representan dos pentágonos que se
entrecruzan (el examinador hace previamente el dibujo sobre el papel) (1 punto)
Esta escala se usa bastante en salas de tratamiento intensivo para evaluar el grado de
compromiso de conciencia, basado en tres aspectos:
Respuesta Verbal:
Orientado y conversa 5
Desorientado y conversa 4
Palabras inapropiadas 3
Sonidos incomprensibles 2
Sin respuesta 1
Apertura de ojos:
Apertura espontánea 4
Al comando verbal 3
Al dolor 2
Sin respuesta 1
Puntaje Máximo: 15
Preguntas:
También se efectúan mediciones antropométricas. Las más usadas son el peso y la talla.
De la relación entre ambas se puede derivar la siguiente información:
Peso “ideal” para la talla (adultos): existen tablas que muestran el peso que
debe tener una persona respecto a su talla. Esta información se derivó de estudios
poblacionales, en gran medida desarrollados por compañías de seguros, que
mostraron cuál era el peso respecto a la talla que se asociaba a la mejor
sobrevida.
Al usar estas tablas, se busca el peso que debería tener la persona para su talla y
se compara con su peso “real”. Expresado en porcentaje, el peso normal de la
persona debe fluctuar entre el 90 y el 110 por ciento, respecto al peso “ideal”.
Cuando este valor es superior a 20%, la persona está obesa (sobre 15% ya tiene
sobrepeso), y si es inferior a 90% podría existir una desnutrición proteico-
calórica (pero esto no se aplica necesariamente a personas jóvenes que por
contextura y hábitos deportivos, son delgadas). Los obesos mórbidos tienen más
del doble del peso “ideal”. El peso debe medirse sin zapatos y con el mínimo de
ropa. Un aspecto importante en la confiabilidad de los datos obtenidos es la
calibración del instrumento usado para pesar (balanza) y medir (escalímetro).
Indice de masa corporal (IMC): Esta medición relaciona el peso (en kg), con la
talla (en metros) elevada al cuadrado:
Una aplicación interesante de la fórmula del Indice de Masa Corporal es tener una idea
aproximada de cuánto debería ser el peso máximo normal de una persona. Despejando la
fórmula para el peso, queda: Peso [Kg] = (Talla [m])2 * IMC. Por ejemplo, si la talla es
1,7 metros (al cuadrado es 2,89), y se multiplica por 25 (IMC máximo de normalidad),
se obtienen 72,2 kilos (peso máximo “normal”). Ahora si se usa la Tabla Peso – Talla se
puede precisar mejor el peso aconsejable al poder discriminar por sexo y contextura.
Apéndice:
Talla Contextura
(cm) Pequeña Mediana Grande
Talla Contextura
(cm) Pequeña Mediana Grande
Si el peso de la persona se quisiera expresar como un porcentaje del peso “ideal” sería
necesario ubicar el punto medio del rango que se expresa en cada categoría. Por
ejemplo, en un hombre de contextura mediana, que mide 1,80 m, y pesa 80 kg, según la
tabla el rango aceptable de peso es entre 69,7 – 75,1 kg, siendo el punto medio 72,4 kg.
Por lo tanto, tendría 10,5% más de peso y estaría comenzando a tener sobrepeso. Si la
contextura no se precisa, convendría usar como referencia la mediana.
Como se ve, todo esto tiene “aproximaciones” que conviene tener en cuenta: el rango de
edad de las personas que fueron estudiadas, que se trata de una población
norteamericana, que se midieron con ropa y zapatos, que frecuentemente no se precisa la
contextura, etc. En todo caso es una ayuda, y sirve para ratificar los que uno aprecia con
la vista: que los gordos se ven gordos y los flacos se van flacos. ¿En qué magnitud? Las
tablas lo precisan mejor.
Preguntas:
Color.
Humedad y untuosidad.
Turgor y elasticidad.
Temperatura.
Lesiones (primarias y secundarias).
Anexos de la piel: pelos y uñas.
Color.
Según esto la piel podrá presentar un color rosado normal, palidez (anemia o
vasoconstricción), cianosis (porcentaje aumentado de hemoglobina desaturada de
oxígeno), rubicundez (vasodilatación o poliglobulia), etc. Por supuesto, estos cambios se
aprecian mejor en personas caucásicas (de raza blanca).
La cianosis se presenta cuando existe una oxigenación defectuosa, con mayor cantidad
de hemoglobina reducida (no oxigenada). Si es una cianosis central, habitualmente
asociada a hipoxemia, el color violáceo se aprecia en la lengua, los labios, los lechos
ungueales, orejas.
Humedad y untuosidad.
Temperatura.
Lesiones cutáneas.
- únicas o múltiples
- simétricas o asimétricas (si afectan un lado del cuerpo, o ambos, por igual).
- localizadas (sólo en un sector, como el herpes zoster) o generalizadas (que
afectan todo el
http://escuela.med.puc.cl/publicaciones/Guias/Dermatologia/lesiones/temas_dermato_0.
html.
Lesiones secundarias: son aquellas que son consecuencia de otra lesión (ej.: costras,
cicatrices).
Tumor. Es una lesión que se produce por proliferación celular; puede ser benigna o
maligna.
Vesícula. Es una lesión de contenido líquido, solevantada, circunscrita, de menos de 1
cm, con una cubierta que generalmente está a tensión. El contenido puede ser claro,
turbio o hemorrágico. En las mucosas, las vesículas habitualmente se rompen y quedan
erosiones.
Placa. Es una lesión plana o levemente solevantada, mayor de 1 cm. Puede ser una
lesión en sí misma o el resultado de la confluencia de otras lesiones.
Víbice. Es una lesión de forma lineal debida a extravasación de sangre (por ejemplo,
debido a un golpe lineal).
Efélide. Es lo que se conoce como "peca" y se debe a concentración localizada de
pigmento melánico.
Pelos.
Calvicie. Ausencia o caída del pelo a nivel del cuero cabelludo, especialmente en
las regiones fronto-parietales.
Alopecía. Es una caída del pelo por distintos motivos y en distinto grado de
extensión. Puede ser difusa o más localizada, como ocurre en la alopecía areata
(en la que se encuentran áreas redondas en las que se ha perdido el pelo). Puede
deberse a factores psicógenos, quimioterapia, infecciones (ej: tiñas), radioterapia,
etc.
Hirsutismo. Aumento del vello en la mujer (especialmente cuando se nota en la
región del labio superior, barba, pecho y espalda).
Uñas.
- cáncer pulmonar.
- fibrosis pulmonar.
- cardiopatías cianóticas.
- bronquiectasias.
- endocarditis bacterianas.
- cirrosis hepática.
- enfermedades inflamatorias del intestino (Crohn, colitis ulcerosa).
Preguntas:
Está formado por una extensa red que drena la linfa desde los tejidos y la devuelve a la
circulación venosa. Al no contar con un mecanismo de bombeo propio, el movimiento
de la linfa es bastante más lento que la sangre. En el trayecto, se interponen ganglios
linfáticos que tienen una importante función inmunológica.
Preguntas:
En esta sección se presentan aspectos del pulso arterial solamente, ya que el pulso
venoso se verá más adelante, en el examen del cuello.
El pulso normal se palpa como una onda, con una fase ascendente y otra descendente.
Normalmente tiene una amplitud que permite palparlo fácilmente y una ritmicidad
regular.
El pulso arterial se puede palpar en distintas partes del cuerpo. Los más buscados son los
siguientes:
En la práctica clínica, el pulso radial es el que más se palpa para identificar las
características del pulso. En algunos casos, especialmente si la presión arterial está baja,
se recurre a buscar el latido en otros pulsos, como el carotídeo o el femoral.
Arritmia Completa
Para presentar en forma resumida el resultado del examen de los distintos pulsos, en lo
que se refiere a su amplitud, se recurre a un dibujo esquemático de la figura humana o
un esquema lineal. La escala usada es la siguiente:
No se palpan (-)
Se palpan disminuidos (+)
Se palpan normales (++)
Se palpan aumentados (+++)
Se palpan muy aumentados (++++)
Mediante un esquema:
Con un dibujo:
En la región del cuello, sobre el recorrido de las arterias carótidas, se pueden auscultar
dos tipos de soplos. En la base del cuello, se auscultan aquellos soplos que se irradian
desde la válvula aórtica del corazón. Por debajo del ángulo de la mandíbula, donde la
carótida se bifurca en su rama interna y externa, se pueden auscultar soplos debidos a
estenosis de las arterias. Si los soplos son intensos, a veces esta distinción no es tan
clara.
Otros soplos que se pueden auscultar son: por estenosis de arterias renales: en el
epigastrio, al lado de la línea media. A veces en el epigastrio se ausculta un soplo que
viene irradiado del corazón. -por estenosis de arterias iliacas: en las fosas iliaca -por
estenosis de arterias femorales: en regiones inguinales o bajo el ligamento inguinal.
Preguntas.
Otras imágenes:
Pulso Paradójico Arritmia Respiratoria
Pulso bigeminado
9. RESPIRACIÓN.
En esta parte del examen físico interesa fijarse en la forma como la persona respira.
Frecuencia respiratoria:
Alteraciones de la respiración:
Tipos de respiración:
Preguntas:
Los sitios más frecuentemente usados para estos registros son la boca (bajo la lengua),
las axilas, los pliegues inguinales y el recto. Entre ellos existen diferencias. Así, con
respecto a la temperatura axilar, los registros en la boca y en el recto son un poco más
altos (del orden de 0,3ºC a 0,5ºC).
Diferencias mayores de 1ºC entre la temperatura rectal y la axilar deben hacer plantear
la posibilidad de un proceso inflamatorio a nivel de la pelvis (ej.: apendicitis, anexitis).
El pulso sube 10 a 15 latidos por minuto por cada grado de fiebre sobre 37ºC. La
respiración también se acelera. Cuando el pulso aumenta menos de lo que se espera, se
habla de una bradicardia relativa (ej.: en infecciones por salmonellas, como la fiebre
tifoidea).
Los niños desarrollan temperaturas elevadas con más facilidad. En cambio, los ancianos
y los pacientes con insuficiencia renal, pueden no presentar fiebre a pesar de estar con
un cuadro infeccioso.
La temperatura se registra con termómetros que usan las propiedades expansivas del
mercurio con el calor, o de tipo electrónicos. Los de mercurio son los más usados. Es
importante que la punta del instrumento tenga buen contacto con la piel o las mucosas y
es necesario esperar unos tres a ocho minutos antes de efectuar la lectura.
No siempre una temperatura elevada se asocia a un síndrome febril. Esto hace que
algunas temperaturas sean mejor toleradas que otras. Esto puede tener relación con la
causa por la cual la temperatura está elevada.
infecciones: son las más frecuentes y, en general, se presentan con los malestares
propios del síndrome febril.
enfermedades neoplásicas: linfomas, leucemias, carcinoma de células renales,
etc.
enfermedades inmunológicas y del colágeno: lupus eritematoso, vasculitis,
fiebre por drogas, etc.
Se han descrito varios tipos de curvas febriles según las variaciones que presente la
temperatura durante el día o a lo largo del tiempo. Es frecuente que estas evoluciones
estén interferidas por acción de antipiréticos y tratamientos.
Curvas febriles: se
refiere a la evolución de la
temperatura en el tiempo.
Según esto, se distingue:
Curva héctica o
séptica: se caracteriza por
“pick” febriles que pueden sobrepasar los 39ºC y generalmente, son antecedidos
por calofríos. Es frecuente que cuando la temperatura baja se produzca una gran
sudoración (diaforesis), especialmente si se han usado antipiréticos.
Fiebre facticia: se considera cuando la persona simula estar con fiebre y engaña
al médico o su familia. Habitualmente detrás de esta actitud existe alguna
intención secundaria (ej., conseguir una licencia médica) o un trastorno de
personalidad. El médico debe saber cuándo considerar esta posibilidad, y, a
veces, tomar él mismo la temperatura o delegar en personal de confianza.
Glosario: síndrome febril, fiebre héctica, fiebre de origen desconocido, fiebre facticia,
hipertermia, hipotermia, evolución subfebril, diaforesis, bradicardia relativa.
Preguntas.
La presión arterial representa la presión ejercida por la sangre contra la pared de las
arterias. Depende de los siguientes factores:
La presión arterial varía en las personas a lo largo de las 24 horas. Los factores que
influyen son las emociones, la actividad física, la presencia de dolor, estimulantes como
el café, tabaco, algunas drogas, etc.
Este es un buen método para ubicar a qué nivel está la presión sistólica, sin tener que
inflar el manguito más de los necesario.
Tanto el registro obtenido por el método palpatorio como por el auscultatorio deben ser
parecidos. De no ser así, se registra como presión sistólica, el valor más elevado.
La presión arterial se expresa con la presión sistólica y la diastólica. Por ejemplo, una
presión de 120/80 mm de Hg, significa que la sistólica es de 120 mm Hg y la diastólica
de 80 mm Hg. Además del registro numérico, se debe especificar en qué parte del
cuerpo se tomó la presión y en qué posición estaba el paciente. Un registro de 120/80/70
mm Hg significaría que a los 80 mm Hg los ruidos se atenuaron y que a los 70 mm Hg
se dejaron de escuchar, siendo este último valor la presión diastólica.
Cuando se toma la presión con el método auscultatorio puede ocurrir que después de
haber escuchado el primer ruido pulsátil (presión sistólica), se presenta una fase de
silencio y luego los ruidos reaparecen para finalmente disminuir y desaparecer
definitivamente (presión diastólica). Ese período de silencio se llama el agujero
auscultatorio de Korotkoff. La existencia de este fenómeno hace aconsejable haber
determinado primero la presión sistólica con el método palpatorio, ya que podría ocurrir
que si sólo se usa el método auscultatorio y no se sube suficientemente la presión del
manguito, se puede tomar como la presión sistólica el momento que viene a
continuación del agujero auscultatorio de Korotkoff y haber errado la verdadera presión
sistólica.
que el manguito se infle más que lo necesario con la consecuente molestia para el
paciente
que se registre mal la presión sistólica en el caso que no se hubiera inflado
suficientemente el
Relación entre el tamaño del manguito y el brazo. Debe haber una adecuada relación
entre el tamaño del manguito y el brazo (o el segmento de la extremidad en dónde se
está efectuando el registro). Por lo tanto, en las personas obesas se debe usar un
manguito de mayor tamaño (de no ser así, se van a registrar presiones falsamente
elevadas). Del mismo modo, en niños se debe disponer de manguitos más pequeños.
Presión sistólica: entre 100 y 140 mm de Hg (lo ideal sería tener una presión sistólica
que no superara los 120 mm Hg, o, a los más, los 130 mm Hg). Presión diastólica: entre
60 y 90 mm de Hg (lo ideal sería tener una presión diastólica por debajo de los 90 mm
Hg).
Se considera que un paciente está comenzando a ser hipertenso cuando su registro es
igual o mayor de 140/90 mm de Hg. Algunas personas, especialmente mujeres jóvenes,
tienen presiones que normalmente son bajas (100/60 mm Hg o incluso menos). En otras
situaciones, la presión baja es una manifestación de shock o colapso circulatorio, pero en
estos casos, se presentan signos de mala perfusión tisular (compromiso de conciencia,
extremidades frías, diuresis escasa).
Preguntas:
1. ¿Cómo debe ser el manguito de presión según las características del brazo del
paciente?
2. ¿Cómo se determina la presión sistólica y la diastólica?
3. ¿Porqué conviene tomar la presión sistólica palpatoria antes que hacerlo por el
método auscultatorio?
4. ¿Cuándo se puede considerar que una persona es hipertensa?
Capítulo 2.2
EXAMEN FÍSICO SEGMENTARIO
Del Examen Físico Segmentario: Examen de la Cabeza
OJOS
Aspectos anatómicos:
Párpados: membranas que cubren el polo anterior del ojo. Protegen, lubrican y regulan
la cantidad de luz que entra al globo ocular. El párpado superior se eleva por acción del
músculo elevador del párpado, que es inervado por el nervio oculomotor (III par
craneano)
Pestañas: pelos que nacen del borde de los párpados. Ayudan a proteger el ojo,
especialmente de la entrada de cuerpos extraños
Conjuntiva:
Esclera: corresponde al blanco del ojo. Entre ella y la conjuntiva existe una red de vasos
sanguíneos.
Glándula lagrimal: produce las lágrimas. Se ubica detrás del párpado superior (en la
parte más alta y hacia lateral).
Lágrimas: lubrican el polo anterior del ojo con la ayuda del pestañeo. Drenan hacia el
ángulo interno del ojo donde pasan por dos pequeños canalículos hacia el saco
lagrimal y luego llegan al interior de la nariz (bajo el cornete inferior).
Iris: músculo circular, contráctil y pigmentado, que viene a continuación del cuerpo
ciliar y que deja un orificio al medio (pupila). Recibe inervación autonómica simpática
que dilata las pupilas (midriasis) y
parasimpática que las achica (miosis).
Humor acuoso: es un líquido transparente que circula desde la cámara posterior hacia la
anterior. La presión que ejerce el humor acuoso determina la presión intraocular.
Humor vítreo: líquido transparente, de mayor consistencia que el humor acuoso, que
ocupa la cavidad del globo ocular por detrás del cristalino y baña toda la retina.
Visión: depende del paso de la luz por los medios transparentes del globo ocular, el
estímulo que se produce a nivel de las retinas y la generación de impulsos nerviosos que
llegan a la corteza cerebral para finalmente configurarse imágenes. Si en alguna etapa de
todo este proceso existe una alteración, la visión se ve afectada. Por ejemplo, la
presencia de cataratas, una enfermedad que afecte la retina, un daño neurológico que
bloquee el impulso nervios a las retinas, un daño de la corteza occipital, etc. Para gozar
de una imagen nítida, es necesario, además, que la imagen se enfoque bien en la retina, y
no por delante o detrás de ella (en esto el cristalino es muy importante).
Algunas alteraciones que
comprometen estructuras externas y
del polo anterior de los ojos:
En las cejas:
En los párpados:
ptosis palpebral: cuando el párpado superior está más caído. Puede deberse al
compromiso del III par craneal (nervio oculomotor) o a una miastenia gravis.
xantelasmas: son lesiones solevantadas, de color amarillento, ubicadas en los
párpados (se ven en algunas personas con colesterol elevado)
Pupilas.
Se debe examinar:
el tamaño
la forma
los reflejos (fotomotor y de acomodación).
isocoria: pupilas de igual tamaño (se acepta una diferencia máxima de 0,5 mm)
anisocoria: cuando las pupilas son de diferente tamaño
miosis: cuando las pupilas están pequeñas (contraídas)
midriasis: cuando las pupilas están grandes (dilatadas)
discoria: cuando la forma de la pupila está alterada, irregular (por ej.: después de
algunas cirugías oculares)
Reflejos oculares.
Se de debe examinar:
Algunas alteraciones:
Es otro medio transparente, pero que, al igual que la córnea, puede presentar opacidades
(cataratas). Cumple una función muy importante en la agudeza visual al ayudar a
enfocar las imágenes en la retina.
Agudeza visual
Se evalúa:
Se solicita a la persona que lea textos con letras de distinto tamaño, a una distancia de
unos 35 cm (existen tablas estandarizadas). Se evalúa cada ojo por separado. Si el
paciente usa lentes ópticos, la prueba se puede hacer con y sin ellos, para ver el grado de
corrección que se logra.
Existen tablas con letras de distinto tamaño (ej.: tabla de Snellen). Lo tradicional es que
el paciente se ubique a unos 6 metros de distancia de la tabla y se examina cuáles son las
letras más chicas que es capaz de leer. Cada ojo se examina por separado. Si el paciente
usa lentes ópticos, la prueba se efectúa con y sin ellos. Los resultados están
estandarizados. Es frecuente referir un resultado normal como 20/20, lo que significa
que a 20 pies de distancia (aproximadamente 6 metros), la persona lee lo mismo que
haría una persona de visión normal. Si el resultado es 20/40, significa que la visión está
disminuida, ya que la persona sería capaz de leer a 20 pies lo que una persona con visión
normal leería a 40 pies.
Alteraciones de la visión
Campo visual.
hacia arriba: 50
hacia abajo: 70
en sentido nasal: 60
en sentido temporal: 90
Los campos visuales de cada ojo se sobreponen y permiten una visión binocular. Hacia
las regiones más laterales, la visión es monocular.
Conocer la extensión del campo visual es importante ya que puede reflejar trastornos
neurológicos que determinan compromisos como las hemianopsias.
Se basa en que el campo visual del examinador sirve como referencia de normalidad.
Este se coloca frente al paciente, a un metro de distancia, con los brazos separados y le
pide que lo mire a los ojos y le indique el momento en que mueve los dedos y a qué lado
lo hace. Si existe compromiso de la mitad del campo visual de un lado, el paciente no va
a distinguir los movimientos en el lado comprometido.
Otra forma más minuciosa de hacer lo mismo, es examinando cada ojo por separado. En
este caso el paciente se tapa un ojo y con el otro mira el ojo contrario del examinador
(ej.: el ojo derecho del paciente mira el ojo izquierdo del examinador). El examen debe
recorrer el campo visual en toda la periferia.
Las alteraciones del campo visual se definen según el lado comprometido (y no por el
lado de la retina comprometida): acordarse que las imágenes se invierten, de modo que
si el lado nasal de la retina de un ojo está comprometido, el déficit de visión es en el
hemicampo lateral.
Movimientos.
Al examinar al paciente se le pide que mire en distintas direcciones o que siga con su
mirada el dedo índice del examinador mientras éste lo desplaza en forma vertical, lateral
u oblicua.
Los ojos se mueven en distintas direcciones gracias a seis músculos extraoculares, que
son:
recto interno
recto externo
recto superior
recto inferior
oblicuo superior (por las inserciones que tiene, produce una tracción de hace
girar el globo ocular hacia abajo en dirección nasal). Este músculo facilita mirar
al bajar una escalera o leer enfocando hacia abajo.
•oblicuo inferior (por las inserciones que tiene, produce una tracción de hace
girar el globo ocular hacia arriba en dirección nasal)
Estos músculos son invervados por los siguientes nervios craneanos:
III par (nervio oculomotor o motor ocular común): inerva los músculos:
- recto interno
- recto superior
- recto inferior
- oblicuo inferior
El ojo se desvía hacia nasal: músculo recto interno; nervio oculomotor (3er. par)
El ojo se desvía hacia lateral: músculo recto externo; nervio abducente o motor
ocular externo (6º par)
El ojo se desvía hacia arriba: músculo recto superior; nervio oculomotor (3er.
par)
El ojo se desvía hacia abajo: músculo recto inferior; nervio oculomotor (3er. par)
El ojo se desvía hacia abajo y nasal: músculo oblicuo superior; nervio troclear
(4º par).
El ojo se desvía hacia arriba y nasal: músculo oblicuo inferior; nervio
oculomotor (3er. par)
Consiste en una falta de congruencia de los ejes de los globos oculares de modo que la
imagen que se produce en la retina de un ojo no es en el lugar equivalente del otro ojo.
Esto puede dar lugar a una visión doble que se conoce como diplopia.
Estrabismos paralíticos.
por parálisis del VI par craneal (nervio abducente): el ojo del lado
comprometido no logra incursionar más allá de la línea media cuando el paciente
trata de mirar hacia el lado. Si se trata sólo de una paresia, la diferencia será
menos acentuada.
por parálisis del IV par craneal (nervio troclear): el ojo afectado no se
desplaza bien cuando el paciente requiere moverlo hacia abajo y medial.
por parálisis del III par craneal (oculomotor): el ojo afectado presenta una
ptosis palpebral (debido a que también se compromete el nervio elevador del
párpado), algo de midriasis (por el compromiso del simpático-parasimpático que
viaja junto al III par) y el globo ocular tiende a estar, en condiciones de reposo,
desplazado hacia lateral (por el predominio del recto lateral inervado por el
nervio abducente). Cuando se le pide al paciente que mire con ese ojo hacia el
lado de la nariz, no logra hacerlo (por la parálisis de III par, propiamente tal).
Estrabismos no paralíticos.
Estrabismos leves se descubren iluminando las pupilas con una linterna desde una cierta
distancia y mirando el punto dónde se refleja la luz (en condiciones normales deberían
ser puntos equivalentes). Otra maniobra es cubrir y descubrir cada ojo en forma
alternante, fijándose si en cada movimiento existe un desplazamiento del ojo que pasa a
enfocar.
Nistagmo.
Son sacudidas repetidas de los ojos, con una fase lenta en una dirección y otra rápida, en
la dirección opuesta. La dirección del nistagmo se define según la fase rápida. Puede ser
hacia los lados, vertical, rotatorio o mixto. Se encuentra en afecciones del cerebelo y del
sistema vestibular. Con frecuencia se acompaña de vértigo, náuseas y vómitos. En el
examen se tratan de evitar miradas laterales muy extremas por la posibilidad que
aparezca nistagmo por paresia muscular.
los vasos sanguíneos (arterias y venas), y los cruces que ocurren al azar entre
ellos
la entrada del nervio óptico (que se conoce como papila óptica)
las características de la retina (color, presencia de exudados o hemorragias)
la mácula lútea
Para esto se usa un oftalmoscopio que es un instrumento provisto de una fuente de luz y
un juego de lentes con distintas dioptrías que sirven para enfocar la retina.
Para efectuar el examen la cabeza del examinador y del paciente deben estar a la misma
altura. La persona que es examinada debe mirar hacia adelante y no mover sus ojos. Se
trata primero ver el “rojo del ojo” que es el reflejo de la luz en la retina e indica que los
medios refráctiles están transparentes. Luego se enfoca la retina y se van identificando
las distintas estructuras:
Preguntas:
Aspectos anatómicos:
En la parte anterior están los orificios nasales, luego hacia atrás se encuentran
los vestíbulos y en la parte más posterior están las coanas. Detrás de ellas se ubica
la nasofaringe. En el medio de la nariz está el tabique o septo nasal. En el techo, se
encuentra la placa cribiforme, a donde llegan las terminaciones sensoriales del nervio
olfatorio. En la pared lateral, a cada lado, existen 3 proyecciones óseas que son
los cornetes: superior, medio e inferior. Por debajo de cada cornete se ubica su
respectivo meato. En el meato inferior drenan las lágrimas de los ojos, desde el saco
lagrimal. En el meato medio drenan los senos paranasales. En la región más alta y
anterior del septo existe una zona rica en vasos sanguíneos, conocida como el plexo de
Kiesselbach, que puede ser sitio de origen de epistaxis (hemorragia nasal).
Los senos paranasales son cavidades tapizadas por mucosa y cilios que drenan a los
meatos medios, a cada lado. Se distinguen los senos maxilares (en el hueso maxilar, a
los lados de las cavidades nasales), los frontales (en el hueso frontal, por encima de la
nariz), los etmoidales y esfenoidales (más profundos).
Examen de la nariz.
Se debe observar:
Para examinar el interior de la nariz conviene ayudarse de una linterna. Se puede obtener
una mejor visión si se dispone de un espéculo nasal. Se logra ver el aspecto de la
mucosa, las características de las secreciones, si existen pólipos, la alineación del
tabique, el aspecto de la parte anterior de los cornetes medio e inferior. Personas de
inhalan cocaína pueden llegar a desarrollar úlceras que perforan el tabique.
Examen con linterna Examen con espéculo
Preguntas:
En la boca se encuentra la lengua, los dientes, las encías. A continuación de ella, viene la
faringe. Entre los dientes y la mucosa interna de las mejillas se identifica el vestíbulo. El
techo de la boca está formada por el paladar duro y más atrás, el blando. Del borde del
paladar blando cuelga la úvula. La lengua está recubierta por una gruesa membrana
mucosa en la que se encuentran las papilas (responsables del gusto, tacto y detección de
temperatura).
La boca está separada de la faringe por los pilares palatinos anteriores y posteriores.
Entre ambos pilares se ubican las amígdalas o tonsilas.
Labios
Mucosa bucal
Dientes
Conveniente fijarse si están todas las piezas dentales, si existen caries o prótesis (de la
arcada superior o la inferior). Un paciente está desdentado o edentado si ha perdido sus
dientes.
Lengua.
Paladar
Faringe
Preguntas:
Oído externo
Está formado por el pabellón auricular (orejas) y el conducto auditivo externo, el cual,
en su tercio externo, tiene pelos y glándulas sebáceas que secretan cerumen. El
segmento más interior no tiene pelos y es más sensible al dolor, lo que conviene tener en
cuenta al momento de examinar.
Oído medio Es una cavidad llena de aire que contiene una cadena de tres
huesecillos: martillo, yunque y estribo, que transmiten el sonido desde la membrana
timpánica hasta la ventana oval del oído interno. El oído medio se comunica con la
nasofaringe a través de la trompa de Eustaquio. Mediante el bostezo o al sonarse la
nariz (maniobra de Valsalva), se abre este conducto y se iguala la presión del oído medio
con la del ambiente. El tímpano es una membrana tensa, que tiene una inclinación
oblicua y una forma algo cónica por la tracción que ejerce el mango del martillo. Ese
punto de contacto entre el tímpano y el mango del martillo se llama umbo. El oído
medio también se comunica con celdas llenas de aire ubicadas en el hueso mastoides.
Oído interno
Audición.
Los sonidos externos hacen vibrar el tímpano y esta vibración se transmite a través de la
cadena de huesecillos al oído interno, en donde se encuentra la cóclea y el órgano de
Corti. En esta estructura se generan impulsos eléctricos que viajan finalmente a la
corteza del lóbulo temporal. Las vibraciones sonoras también pueden llegar al oído
interno por transmisión directa a través de los huesos del cráneo (esto se verá más
adelante al examinar la audición con un diapasón).
Equilibrio.
Oído externo
presencia de tofos: son unos nódulos en la región del hélix (borde externo),
formados por cristales de ácido úrico en pacientes con gota
condritis: es la inflamación del cartílago del pabellón auricular. La oreja se ve
roja e inflamada
por el uso de aros, algunas personas desarrollan una reacción inflamatoria en el
sitio de la perforación (posible alergia a metales); también se pueden presentar
infecciones.
inflamaciones o infecciones por múltiples causas: reacción al litre, picaduras de
insectos, etc.
Si se desencadena dolor al mover la oreja, podría existir una otitis externa; en cambio,
si el dolor se desencadena al presionar sobre el proceso mastoides, podría tratarse de
una otitis media.
Otoscopía.
Para facilitar la introducción del cono y tener una mejor visión del tímpano, se
“endereza” el conducto auditivo externo traccionando la oreja hacia arriba y hacia fuera.
La cabeza del paciente se inclina un poco hacia el lado contrario.
Evaluación de la audición.
Si el paciente requiere que le hablen más fuerte durante la conversación, habría que
pensar que la audición está comprometida. Para detectar compromisos más leves se le
hace escuchar el roce de los dedos o el tic-tac de un reloj. Si se requiere una información
más completa, habría que recurrir a una audiometría.
Test de Weber:
Test de Rinne:
Si existe un defecto de la transmisión aérea (conducto auditivo externo tapado, daño del
oído medio), ese tiempo adicional se pierde. En cambio, si la hipoacusia es de tipo
sensorial (daño del órgano de Corti o del nervio auditivo), la relación se mantiene
(aunque la persona escucha menos y los
tiempos son más cortos).
Glosario: umbo, cóclea, sistema vestibular, tofos, condritis, otitis externa, otitis media
Preguntas:
1) ¿Cómo es la anatomía del oído?
2) ¿Cómo se efectúa una otoscopía?
3) ¿Cómo se evalúa la audición?
4) ¿En qué consiste la prueba de Weber y para qué sirve?
Cuello
Anatomía. Entre las estructuras del cuello destacan la columna vertebral, músculos (ej.:
trapecio, esternocleidomastoídeo), hueso hioides, cartílagos (ej.: tiroides, cricoides),
tráquea, ganglios linfáticos, glándula tiroides, arterias (ej.: carótidas), venas (ej.:
yugulares).
Se debe examinar:
forma y movimientos.
ganglios linfáticos.
glándula tiroides.
pulsos carotídeos.
pulso venoso yugular.
Los cuellos largos y delgados son más fáciles de examinar, a diferencia de los cuellos
cortos y gruesos. Normalmente, las personas deben ser capaces de mover el cuello en las
cuatro direcciones (arriba, abajo, lados) y efectuar movimientos de rotación. En
presencia de una discopatía cervical o de lesiones musculares, es frecuente que se
produzca dolor y se limite el rango de movimientos.
Glándula tiroides. Se ubica en la parte anterior y baja del cuello, por debajo del
cartílago cricoides. Conviene acordarse de que a nivel de la línea media anterior, desde
arriba hacia abajo, se palpa primero el cartílago tiroides (donde se ubica la llamada
“manzana de Adán”), más abajo se palpa el cartílago cricoides y un poco más abajo se
palpa el istmo de la glándula tiroides. A ambos lados de esta estructura se palpan los
lóbulos laterales de la glándula, que en condiciones normales, pueden ser del tamaño de
una almendra grande. Si se le pide al paciente que trague saliva, ambos lóbulos laterales
ascienden, y esto ayuda para reconocerlos. Su superficie debe lisa o ligeramente
irregular, y de consistencia entre blanda y relativamente firme.
-el examinador se pone por delante del paciente para efectuar la inspección y la
palpación. Con una mano se desplaza ligeramente la glándula hacia el lado
contrario y con la otra mano se palpa el lóbulo del lado que queda más
prominente.
- el examinados se ubica detrás del paciente y con sus dos manos, especialmente los
dedos índice y medio, palpa la glándula: desliza sus dedos sobre la superficie, capta el
tamaño y la consistencia, busca si existen nódulos, etc.
Se llama bocio al aumento difuso de la glándula. En bocios muy grandes, como puede
ocurrir, a veces, en la enfermedad de Basedow, es posible auscultar sobre la glándula un
soplo suave (debido a una mayor vascularización y flujo sanguíneo).
Arterias carótidas. Su recorrido se logra identificar desde la región del extremo interno
de las clavículas (por abajo), subiendo en dirección oblicua en dirección del ángulo de la
mandíbula, quedando inmediatamente por delante o por debajo del borde anterior del
músculo esternocleidomastoídeo, a ambos lados.
Pulso venoso yugular. Las venas yugulares se notan en mayor o menor grado según el
largo del cuello, el grosor del panículo adiposo y la presión venosa. Normalmente, en
una persona reclinada en la cama, las venas se ven algo ingurgitadas, llegando hasta la
mitad del cuello. En la inspiración, se colapsan (influido por la presión negativa
intratorácica que se genera), y en la espiración, al toser o pujar, se ingurgitan. En
pacientes deshidratados están colapsadas y en una insuficiencia cardíaca que
compromete al ventrículo derecho, están ingurgitadas, e incluso se palpan tensas. Las
venas yugulares externas son las que se ven con más facilidad; las internas, que se
ubican por debajo del músculo esternocleidomastoídeo, en la práctica no se distinguen.
Para observar el pulso venoso, conviene que el paciente esté semisentado, en un ángulo
de 45º respecto al plano horizontal (totalmente acostado, se ven más ingurgitadas y
sentado o de pie, se notan menos). En la vena se distinguen unas leves oscilaciones (u
ondas) relacionadas con el ciclo cardíaco (pulso venoso yugular). Para lograr una mejor
visión conviene que el cuello esté despejado y la cabeza girada hacia el lado opuesto.
Una luz tangencial ayuda a distinguir mejor las oscilaciones que ocurren en la vena. Es
frecuente que estas ondas sean difíciles de notar o sencillamente, no se vean.
La onda "v" se debe al llene pasivo de la aurícula derecha debido al retorno venoso
normal, mientras la válvula tricúspide permanece cerrada durante el sístole. Por lo tanto,
es una onda que ocurre al mismo tiempo del sístole y que se vería sobre el vena yugular.
El colapso que se observa después de la onda "v", se denomina el descenso "y", que
corresponde al paso de la sangre de la aurícula al ventrículo durante el diástole, después
que se abre la válvula tricúspide.
Con registros muy finos, se describe una pequeña muesca ubicada en el descenso de la
onda "a", que se ha llamado la onda "c", atribuida al cierre de la válvula tricúspide,
después que se ha terminado de contraer la aurícula derecha y está comenzando el
sístole, pero no es posible de ver a simple vista.
Para diferenciar si una determinada onda que se ve sobre la vena yugular es antes o
durante el sístole, conviene estar palpando al mismo tiempo una arteria (ej: pulso
radial). La onda "a" antecede al pulso arterial y la "v" coincide con él. El descenso
"x" sigue a la onda "a" y el descenso "y" sigue a la onda "v".
•onda "v" muy grande: en insuficiencia tricúspide (debido al reflujo de sangre durante
el sístole).
Glosario: bocio.
Preguntas:
Caja torácica.
Anatomía. La estructura ósea de la caja torácica está formada por la columna vertebral,
12 pares de costillas y el esternón, además de las escápulas. Las costillas se articulan
hacia atrás con la columna dorsal y hacia delante, las primeras siete se unen al esternón
y las tres siguientes, se van uniendo entre ellas y forman del reborde costal. Las costillas
11 y 12 son “flotantes” ya que no se unen al esternón. El reborde costal derecho e
izquierdo forman un ángulo llamado ángulo costal. El esternón está formado por el
manubrio (parte superior), el cuerpo y el apéndice xifoides (entre ambos rebordes
costales, se palpa como una punta). Entre el manubrio y el cuerpo existe un ángulo
llamado ángulo de Louis (o ángulo esternal), que es fácil de palpar. La parte anterior de
la segunda costilla, a cada lado, llega justo a este nivel. Esta es una referencia anatómica
que conviene conocer ya que palpando el ángulo de Louis uno desliza los dedos hacia el
lado y palpa la segunda costilla y desde ahí se identifica la tercera costilla hacia abajo y
así sucesivamente. Entre cada costilla se ubica un espacio intercostal que toma el
nombre de la costilla inmediatamente por arriba. Es posible palpar fácilmente desde el
segundo espacio intercostal al sexto; más abajo es difícil porque las costillas se van
juntando por delante.
Referencias anatómicas. Líneas: (son todas paralelas a una recta que pasa por la
columna vertebral)
por atrás: -línea vertebral: pasa por las apófisis espinosas. -líneas
escapulares (derecha e izquierda): pasa por la punta de las escápulas
por los lados: -línea axilar anterior: pasa por delante de la axila. -línea axilar
media pasa por la mitad de la axila. -línea axilar posterior: pasa por detrás de la
axila.
por delante: -línea medioesternal: pasa por la mitad del esternón. -línea
medioclavicular (derecha e izquierda): pasa por la mitad de las
clavículas.
Otra referencia anatómica que conviene tener presente es el ángulo de Louis que ya se
describió.
Pulmones.
Anatomía. Los pulmones están cubiertos por la pleura: la pleura visceral cubre el
pulmón, y la parietal cubre la pared torácica, el diafragma y el pericardio. Entre ambas
hojas, queda un espacio virtual (cavidad pleural) que contiene una fina capa de líquido
seroso que las lubrica. La tráquea tiene una longitud de 10 a 11 cm y un diámetro de 2
cm. El sitio en el que se bifurca para dar origen al bronquio fuente de cada pulmón se
llama carina. Esto ocurre aproximadamente a la altura del ángulo de Louis, por delante,
y de la cuarta vértebra dorsal (T4), por atrás.
El bronquio fuente derecho es más grueso, corto y vertical; por lo mismo, está más
expuesto a la aspiración de cuerpos extraños. Los bronquios se dividen en bronquios
secundarios y después de sucesivas diviciones se llega a los bronquíolos y los alvéolos.
Es a nivel del los sacos alveolares donde ocurre el intercambio gaseoso (se capta
oxígeno que viene del aire exterior y se libera el anhídrido carbónico que se ha ido
acumulando en la sangre venosa).
El pulmón derecho tiene tres lóbulos: superior, medio e inferior. El pulmón izquierdo
tiene dos lóbulos: superior e inferior. Una fisura oblícua, divide el lóbulo inferior de los
otros. Además, en el pulmón derecho, una fisura horizontal separa el lóbulo superior del
medio.
Por la inclinación de las fisuras que dividen los distintos lóbulos pulmonares, el lóbulo
superior se proyecta, por atrás, en la región más alta de los pulmones (vértices
pulmonares) y por delante, por la cara anterior del tórax. En el lado derecho, el lóbulo
medio se proyecta hacia adelante, desde la cuarta costilla hacia abajo y un poco por el
costado. Los lóbulos inferiores se proyectan ocupando prácticamente toda la espalda
(desde la tercera vértebra dorsal, hacia abajo).
Examen de tórax.
Inspección.
Percusión.
Se recomienda percutir desde las zonas de mayor sonoridad hacia aquellas con sonido
mate. Por ejemplo, si desea delimitar las bases de los pulmones, conviene percutir desde
el área ventiladas de los pulmones en dirección al abdomen. Cuando el ruido cambia de
sonoro a mate, se estaría pasando de un tejido que contiene aire a otro que no lo
contiene. Normalmente, la base derecha es más alta que la izquierda (por la ubicación
del hígado).
Palpación.
el tono de la voz
la fuerza con que la persona habla
la zona que se palpa (por ejemplo, cerca de la tráquea se siente más nítido)
el grosor de la pared torácica (que depende fundamentalmente de la grasa
subcutánea)
la integridad del tejido pulmonar (por ejemplo, en los enfisemas, el parénquima
pulmonar está diminuido, existe más aire “atrapado”, y las vibraciones se sienten
más débiles)
elementos que se interponen entre los grandes bronquios y la pared del tórax (por
ejemplo, en condensaciones, como ocurre con las neumonías, se transmiten
mejor las vibraciones vocales; en cambio, cuando existe líquido, como ocurre en
los derrames pleurales, o cuando se interpone aire, como ocurre en los
pneumotórax, las vibraciones vocales se palpan menos o simplemente, no se
palpan.
Auscultación.
Consiste en escuchar los ruidos que se generan en los pulmones bajo las siguientes
condiciones:
con la respiración
al emitir palabras
Los ruidos pulmonares se originan debido al paso de aire por las vías aéreas en la
medida que se generen flujos turbulentos, como ocurre en la laringe y en la bifurcación
de bronquios grandes y medianos. A medida que los bronquios se dividen, el área de
sección va aumentando, y como consecuencia, la velocidad del flujo disminuye. Cerca
de los alvéolos el flujo es laminar y no genera ruidos.
Al auscultar los pulmones se deben cubrir todos los sectores, sin olvidar de auscultar
debajo de las axilas. Tal como debe ocurrir con la palpación y la percusión, con la
auscultación también se deben comparar los hallazgos de un lado con los del otro lado.
Ruidos pulmonares:
Existen condiciones que hacen que el murmullo pulmonar se escuche más atenuado o
simplemente no se escuche. Algunas de estas condiciones son:
Transmisión de la voz:
Cuando el paciente emite palabras, lo normal es que al aplicar la membrana del
estetoscopio en el cuello, sobre la traquea, se distinga nítidamente lo que el paciente
dice. Esta nitidez se va perdiendo a medida que la auscultación se efectúa más alejado de
la traquea y los grandes bronquios, debido al efecto de filtro que ejercen los pulmones.
Cuando se ausculta en la pared costal, en las zonas más periféricas, se logra distinguir en
forma más ténue lo que el paciente pronuncia.
-áreas mal ventiladas como ocurre en las bases pulmonares de un paciente que
hipoventila: las crepitaciones ocurren hacia el final de la inspiración, en el
momento que el pulmón se expande al máximo y entra aire a pequeñas vías
aéreas que estaban cerradas. Es como un estallido de finos ruidos. Estos crépitos
muchas veces desaparecen si se le pide a la persona toser varias veces, y por lo
tanto, expandir bien los pulmones (estos crépitos que desaparecen se
llaman distelectásicos).
-áreas inflamadas como ocurre en una neumonía: en estos casos las crepitaciones
también ocurren de preferencia durante la inspiración, y si la neumonía está
recién comenzando, se escucha como un estallido al final de la inspiración.
Como se puede ver, bajo el término de “crepitaciones” se reunen sonidos que se pueden
escuchar en distintas afecciones pulmonares. La razón de esta agrupación sería
fundamentalmente la dificultad de distinguir entre una afección y otra, por lo menos
basado en el sonido propiamente tal. Ayudado por la clínica, es más factible formarse
una mejor idea de lo que pueda estar ocurriendo.
En obstrucciones bronquiales:
En pacientes con derrames pleurales extensos (que colapsan parte del parénquima
pulmonar vecino): a veces, especialmente en la zona más superior del derrame, podría
ocurrir:
soplo pleurítico: viene a ser como una respiración soplante, habitualmente más
suave (seguramente el líquido comprime parénquima pulmonar y esto facilita la
generación del soplo).
Resumen que integra los principales hallazgos del examen físico en distintos
cuadros clínicos:
Preguntas:
El corazón, formado por dos aurículas y dos ventrículos, se ubica en la parte central del
tórax (mediastino), entre los dos pulmones. Se encuentra inclinado (de derecha a
izquierda y de atrás hacia delante) y un poco rotado (el ventrículo derecho queda
adelante y la aurícula izquierda, atrás). Visto así, impresiona como una pirámide
invertida, con una "base" (donde se ubican las válvulas aórtica y pulmonar, a nivel del
segundo espacio intercostal), y una punta o "ápex" (donde se ubica la punta del
ventrículo izquierdo, en el quinto espacio intercostal, por fuera de la línea medio
clavicular izquierda).
El detalle de la anatomía del corazón se puede encontrar en otros textos. Para esta
revisión, conviene tener presente:
las estructuras que forman las cavidades derechas: aurícula, válvula tricúspide,
ventrículo y válvula pulmonar.
las estructuras que forman las cavidades izquierdas: aurícula, válvula mitral,
ventrículo, válvula aórtica.
las hojas que cubren el corazón (pericardio)
el flujo que sigue la sangre: desde las venas cavas a las cavidades derechas,
luego al circuito pulmonar (arteria pulmonar, pulmones, venas pulmonares), las
cavidades izquierdas, la aorta y la circulación sistémica.
débito cardiaco: volumen de sangre que expulsa el corazón por minuto; depende
de:
- el débito sistólico: volumen de sangre que eyecta el ventrículo en cada
contracción
- la frecuencia cardiaca
precarga: presión con la que se llenan los ventrículos (por ejemplo, la presión
venosa central)
poscarga: resistencia que se opone al vaciamiento de los ventrículos (por
ejemplo, hipertensión arterial)
conceptos de estimulación eléctrica del corazón: el estímulo normalmente se
genera en el nódulo sinusal(en la parte más alta de la aurícula derecha), se
propaga por las aurículas y llega al nódulo aurículo-ventricular (ubicado en la
parte baja del tabique interauricular), luego pasa al has de His, ramas
derechas eizquierdas, fibras de Purkinje y finalmente se estimula todo el
miocardio. La rama izquierda del haz de His tiene una división anterior y
otra posterior. Este sistema de conducción (desde el has de His a las fibras de
Purkinje), transmite el impulso eléctrico más rápido que las mismas fibras del
miocardio.
conceptos sobre irrigación del corazón: se efectúa a través de las arterias
coronarias derecha e izquierda, que nacen de la aorta, en la proximidad de la
válvula aórtica. La arteria coronaria izquierda se divide en una arteria
descendente anterior y en una rama lateral, llamada circunfleja. Todas estas
arterias, a su vez, generan otras divisiones durante su recorrido.
Ciclo cardíaco:
Examen cardiaco:
Para efectuar el examen conviene tener un método, seguir una rutina, y de esa forma, no
se escaparán aspectos importantes.
Inspección: Conviene fijarse en lo siguiente:
Palpación:
Percusión:
la percusión rinde poco para delimitar al área que ocupa el corazón ya que, en
alguna medida, se interpone pulmón.
Auscultación:
finalmente se efectúa la auscultación, y en esta parte nos detendremos con más
detalle.
Cómo auscultar:
Se ausculta toda el área precordial. El paciente puede estar sentado, de pie o acostado.
Poner al paciente en un decúbito lateral izquierdo ayuda para auscultar ruidos del
ventrículo izquierdo al ponerse más en contacto con la pared torácica. Otra posición que
puede ayudar para escuchar ruidos como frotes pericárdicos es que el paciente se siente
y se incline hacia adelante; mejor aún si bota el aire y sostiene la respiración un rato.
Al auscultar, conviene:
Focos de auscultación:
Al efectuar un examen completo, debe ser posible describir cada ruido y soplo presente,
en qué etapa del ciclo cardiaco se ausculta, qué características presentan estos ruidos y
en qué foco se escuchan más nítidamente. En forma más detallada, efectúe lo siguiente:
Ruidos cardiacos.
Los ruidos cardiacos son sonidos cortos, bien definidos. Entre ellos, destacan
especialmente el primer y segundo ruido:
tercer ruido (R3): ocurre al comienzo del diástole, después del segundo ruido,
en la fase de llenado rápido determinado por el gradiente de presión. Tendría
relación con vibraciones del músculo ventricular y el aparato valvular. Se
escucha en algunas insuficiencia cardiacas, aunque se puede encontrar en
condiciones fisiológicas en muchos niños, en adultos jóvenes y en el tercer
trimestre de un embarazo.. Ocasionalmente, la secuencia del primer, segundo y
tercer ruido producen una cadencia parecida al galope de un caballo: se conoce
comogalope ventricular, y se presenta en algunas insuficiencias cardiacas.
cuarto ruido (R4): se escucha inmediatamente antes del primer ruido, en el
momento de la contracción de las aurículas. Tendría relación con vibraciones del
miocardio y el aparato valvular durante la fase de llene activo del ventrículo
debido a la contracción auricular. Se puede escuchar en pacientes con
hipertensión arterial o insuficiencia cardiaca. Ocasionalmente se puede escuchar
en condiciones normales en atletas o en personas mayores. Si existe una
fibrilación auricular, no puede haber cuarto ruido. También se puede producir
una cadencia de galope entre el primer, cuarto y segundo ruido (galope
auricular).
Otros ruidos:
Soplos:
Algunas nomenclaturas que se usan para expresar algunos soplos son las siguientes:
soplo mesosistólico o mesodiastólico: si es más intenso en la mitad del sístole o
la diástole
soplo protosistólico o protodiastólico: si es más intenso al comienzo del sístole o
la diástole
soplo telesistólico y telediastólico: si es más intenso al final del sístole o la
diástole
soplos holosistólico o pansistólico: si es parejo durante todo el sístole
soplos en crecendo: si aumentan de cero a máximo
soplos en decrecendo: si disminuyen de máximo a cero
soplos eyectivos: si tienen una forma de "rombo" (aumentan hasta un máximo y
luego disminuyen)
Soplos sistólicos:
Soplos diastólicos:
pulmonar. El ventrículo derecho con frecuencia es palpable (en la zona baja del
esternón). A nivel de las venas yugulares podría haber una onda "v" gigante si
por dilatación del ventrículo derecho se ha dilatado la válvula tricúspide.
estenosis mitral:
Los hallazgos se concentran en el diástole:
- después del 2° ruido se ausculta un chasquido de apertura (momento en que
se abre la válvula mitral)
- luego viene un soplo en decrescendo ("rodada mitral"): corresponde a la fase
de llenado rápido
- a continuación, en pacientes en ritmo sinusal se puede escuchar un refuerzo
presistólico, que es un soplo en crescendo y que se escucha inmediatamente
antes del primer ruido (se debe a la contracción de las aurículas).
- el primer ruido, tiende a ser de ayor intensidad (la explicación sería que
cuando se comienzan a contraer los ventrículos al comienzo del sístole, los velos
de la válvula mitral se encuentran en su máxima separación ya que la aurícula
estaba recién contrayéndose, y esto, unido a las características de los velos, haría
que el primer ruido sea más intenso; sería equivalente a un "portazo").
Estos ruidos y soplos se auscultan mejor en el ápex. La auscultación puede resultar más
nítida si se pone a la persona en decúbito semilateral izquierdo y se le pide que bote el
aire y se mantenga un rato sin respirar. Convendría auscultar tanto con la membrana
como con la campana del estetoscopio.
Si la estenosis mitral ha generado hipertensión pulmonar secundaria, el cierre de la
válvula pulmonar (P2) es más intenso y el segundo ruido se ausculta desdoblado porque
se retrasa el cierre de la válvula pulmonar. También puede ocurrir que el ventrículo
derecho se hipertrofie y sea palpable.
Cuando el soplo de "estenosis mitral" se debe a la inflamación de los velos por una
enfermedad reumática activa recibe la denominación de soplo de Carey-Coombs.
el ritmo cardiaco
los tonos cardíacos (primer y segundo ruido)
la intensidad de los ruidos cardíacos (por ejemplo, en una hipertensión arterial o
pulmonar el cierre del segundo ruido puede estar acentuado)
el caso de un corazón normal: ritmo regular, en dos tiempos, tonos timbrados, sin
soplos.
en una estenosis mitral en ritmo sinusal: ritmo regular; primer ruido acentuado;
en el diástole se ausculta un chasquido de apertura seguido por una rodada
mitral, de intensidad III/VI, con un refuerzo presistólico.
en una insuficiencia aórtica en ritmo sinusal: ritmo regular; segundo ruido
disminuido de intensidad; soplo diastólico en decrecendo, grado II/VI, que se
ausculta en el foco aórtico y borde paraesternal izquierdo. Soplo mesosistólico
grado II/VI en el foco aórtico que se irradia a la base del cuello. (Esto último no
siempre está presente. Recuerde también de mencionar los otros hallazgos donde
corresponda: pulso céler, etc.).
Glosario de términos: débito cardíaco, débito sistólico, dextrocardia, hipertrofia,
precarga y poscarga de los ventrículos, presión arterial diferencial, situs inverso.
Preguntas:
Inspección
Palpación
la ubicación
el tamaño
la forma y si se logra delimitar con facilidad (bordes)
la consistencia
si es sensible
si es posible desplazar o está adherido a los tejidos vecinos.
si la piel está comprometida (ej: enrojecida o con aspecto de “piel de naranja”)
Al tener la sensación de palpar un nódulo puede ser de ayuda palpar a continuación con
las dos manos, para precisar mejor las características de la lesión.
Las mamas grandes son más difíciles de examinar y existe mayor riesgo que no sea
posible palpar algunos nódulos.
Es conveniente que las mujeres tengan el hábito de autoexaminarse (ojalá una vez al
mes). Para esto levantan el brazo y se examinan la mama de ese lado con la otra mano.
Una buena oportunidad es hacerlo al ducharse o al acostarse. Si están acostumbradas a
examinarse, notarán precozmente una lesión que esté apareciendo.
Algunas alteraciones:
Preguntas:
A. Un examen general
B. El examen de las vísceras, propiamente tal
Referencias anatómicas:
Se trazan dos líneas imaginarias perpendiculares que pasan por el ombligo. De esta
forma se delimitan cuatro cuadrantes:
superior derecho
superior izquierdo
inferior derecho
inferior izquierdo
Se trazan dos líneas verticales y dos horizontales. Las dos primeras son la continuación
de las líneas medioclaviculares que se prolongan hacia abajo hasta los lados del pubis.
De las dos líneas horizontales, una pasa por el reborde costal (aproximadamente la 10ª
costilla), y la otra pasa por las crestas ilíacas ántero-superiores. Se constituyen así nueve
sectores (entre paréntesis se indican las estructuras intra-abdominales que se ubican en
esos sectores):
en el tercio medio:
en el tercio inferior:
- fosa ilíaca derecha (ciego, apéndice, extremo inferior del íleon, ovario,
desembocadura del uréter, canal inguinal)
La forma del abdomen puede ser diferente. Esto depende de la edad, de la relación entre
el peso y la talla, de la constitución del cuerpo, de lo atleta o sedentaria que sea la
persona y de alteraciones que puedan existir: tumores, ascitis, meteorismo (gas
aumentado en el intestino). Normalmente tiene una forma redondeada o plana. En
personas delgadas y en decúbito dorsal se aprecia un abdomen excavado
(escafoide o cóncavo). Si se aprecia abultado se habla de un
abdomen globuloso o prominente. Cuando en decúbito supino el abdomen impresiona
que se "rebalsa" hacia los lados se le llama en alforjas; si estando de pie, se aprecia un
gran pliegue que cuelga del hemiabdomen inferior se llama en delantal.
Hernias:
La presencia de hernias se hace más evidente cuando la persona puja y/o se pone de pié.
Las más frecuentes son las hernias umbilicales, inguinales y crurales. Menos frecuente
es la hernia de la línea blanca o alba (línea entre el ombligo y el apéndice xifoides). Esto
es diferente de la diátesis de los rectos abdominales, en la que se aprecia un
abombamiento a nivel de la línea alba cuando la persona puja.
Una hernia incisional ocurre en relación a la cicatriz de una operación, cuando los
planos profundos no cerraron bien. Una evisceración es cuando la herida se abre
totalmente y se logran ver las vísceras.
Cicatrices:
Las circulaciones venosas colaterales anormales que se pueden observar son del
siguiente tipo:
Para determinar la dirección del flujo sanguíneo de una vena, se apoyan los dedos
índices de cada mano sobre un segmento de la vena, en un trayecto que no reciba
tributarias colaterales. Estando los dedos juntos y aplicando un poco de presión, se
separan de modo de exprimir toda la sangre de ese segmento. A continuación, se levanta
uno de los dedos y se ve la rapidez con la que la vena vuelve a llenarse de sangre: si
ocurre inmediatamente, la sangre fluye en ese sentido. Se repite la maniobra levantando
uno u otro dedo hasta estar seguro de la dirección de la sangre.
Auscultación.
Lo que se trata de auscultar son ruidos que derivan de la movilidad del intestino y
posibles soplos vasculares. Se efectúa antes de la percusión y la palpación ya que éstas
pueden alterar los ruidos intestinales o ruidos hidroaéreos. La auscultación debe ser
metódica y cubrir los distintos cuadrantes del abdomen.
Otros ruidos que es posible escuchar tienen relación con situaciones en las que se
acumula mucho líquido mezclado con gas, ya sea en el estómago o en el intestino. Esto
puede ocurrir en obstrucciones de la salida del estómago (síndrome pilórico) o en
parálisis u obstrucciones intestinales (cuadros de íleo): si se sacude al paciente teniendo
la membrana del estetoscopio apoyado en el abdomen es escuchan ruidos semejantes a
los que se producen al agitar un tonel parcialmente lleno de líquido. Esta característica
se llama bazuqueo gástrico, cuando es por síndrome pilórico, y ruidos de sucusión
intestinal, cuando se relaciona con un íleo (pero en la práctica, la mayoría de los
médicos generalizan y hablan de ruidos de bazuqueo). A veces estos ruidos se escuchan
como algo normal si la persona ha ingerido recientemente una bebida o un vaso de agua.
También se podrían escuchar, a veces, en cuadros de diarrea, como un fenómeno
pasajero, sin que tenga las implicancias de una obstrucción intestinal.
Otros ruidos que se pueden auscultar son soplos por flujos turbulentos dentro de las
arterias:
En mujeres embarazadas se pueden auscultar los latidos cardíacos fetales a partir de las
16 a 18 semanas. Se escuchan mejor con una corneta especial que usan los obstetras y
matronas o mediante dispositivos con amplificación.
Percusión.
vice-versa: en cada posición se busca en cada flanco el límite entre lo sonoro (donde
todavía hay aire) y lo mate (donde predomina el líquido). Como se comprenderá, al estar
la persona hacia un lado, en el lado que está abajo se tiende a acumular líquido y en el de
arriba se encuentran ruidos sonoros; al cambiar de posición, se invierte la situación. Si
se tuvo la precaución de hacer una pequeña marca con un lápiz del límite sonoro-mate,
se verá un desplazamiento. Esto se conoce en la jerga médica como matidez desplazable.
Si la diferencia entre una marca y otra en uno u otro lado es mayor de 4 cm, sería
significativo como para pensar que existe ascitis. En un cuadro de íleo paralítico, en que
se acumula líquido en las asas intestinales, también se puede encontrar matidez
desplazable. En este caso, se deben considerar otros aspectos clínicos para hacer el
diagnóstico diferencial.
Palpación.
localización
tamaño
forma
consistencia
si es sensible a la palpación
si tiene latido
si se desplaza al palparla o con la respiración
si forma parte de una víscera
Ocasionalmente podría ocurrir que se palpa algo, pero no queda claro si forma parte de
la pared abdominal o es intra abdominal. Una maniobra que ayuda a hacer esta
diferenciación es pedir a la persona que se intente sentar mientras uno está palpando la
masa: si es de la pared se sigue palpando más o menos igual y si es intra abdominal,
tiende a palparse menos o desaparecer.
Puntos dolorosos:
Las peritonitis se deben a una irritación del peritoneo. Con frecuencia se deben a la
perforación de una víscera hueca (por ejemplo, como complicación de una apendicitis o
por perforación del intestino). Puede ser localizada o difusa, según el proceso logre ser
contenido o no.
Hígado:
El hígado se ubica preferentemente en la región del hipocondrio derecho, pero su lóbulo
izquierdo se proyecta al epigastrio.
Al examinarlo se determina:
su límite superior
el borde inferior
la proyección hepática (o sea, la distancia entre el límite superior y el borde
inferior, lo que da una idea de su tamaño)
Proyección hepática: el la altura del hígado determinada por la diferencia entre el límite
superior y el borde inferior; se expresa en centímetros. Lo normal es que la proyección
hepática sea de 10 a 12 cm. Valores superiores estarían reflejando una hepatomegalia.
Una consideración respecto a esta medición es tener presente que si el límite superior se
determinó estando el paciente en espiración y el borde inferior estando en inspiración,
artificialmente estaríamos aumentando el tamaño del hígado.
Cuando no es posible palpar el polo inferior, se puede recurrir a la percusión del “área
esplénica” a nivel de la línea medio axilar, percutiendo un poco por delante y por detrás,
en la región costal baja. Si se pesquiza una matidez que se proyecta por delante de la
línea axilar anterior, se estima que el bazo puede estar grande. Indudablemente si se
palpa el borde inferior es más confiable como signo de esplenomegalia que la percusión.
Para examinarlos, el examinador trata de palparlos poniendo una mano bajo la región
lumbar y la otra sobre el flanco: se ejerce presión entre las dos manos y se trata de sentir
si se interpone una “masa” compatible con el polo inferior de alguno de los riñones. La
posición de las manos depende del lado que se ubique el examinador. Se habla que la
“masa” tiene contacto lumbar cuando al empujar hacia arriba, el movimiento se
transmite hacia la mano superior. Este signo es bastante propio de los riñones.
Otro signo que se busca en el examen de los riñones es la puño percusión; rinde
especialmente en cuadros de pielonefritis aguda. Estando el paciente sentado, se golpea
con la mano en forma de puño sobre las fosas lumbares. Cuando existe una inflamación
aguda del uno de los riñones se desencadena dolor.
Palpación de la aorta.
Se logra palpar en personas de contextura delgada o cuando está muy dilatada. Lo que es
más frecuente es sentir un latido en la región del epigastrio. El diámetro normal de la
aorta no supera los 3 cm (en promedio, 2,5 cm). Para delimitar su diámetro se palpa
primero la aorta por un borde y luego por el otro, o con las dos manos se aprecia la
distancia de un borde al otro. Esta pesquisa es más importante en personas mayores de
50 años ya que con los años aumenta la posibilidad de encontrar un aneurisma. Si se
sospecha un problema de este tipo, conviene solicitar una ecotomografía para definir
mejor las características de la aorta.
Una de las partes que con alguna frecuencia no son examinadas bien son las regiones
inguinales porque se despeja el abdomen solamente hasta ese nivel. Con esto se pueden
escapar del examen físico alteraciones como las hernias y adenopatías de esta región.
Por debajo del ligamento inguinal y medial a los vasos femorales, puede aparecer una
hernia pequeñita, pero que puede dar problemas grandes si se atasca (ej.: obstrucción
intestinal) y es la hernia crural o femoral. Es más frecuente en mujeres de la tercera
edad.
Una hernia “atascada” es aquella que no se puede reducir (que los tejidos vuelvan a su
sitio original). Una hernia “estrangulada” tiene además la condición de poder tener
compromiso vascular y por lo tanto no se debe intentar reducir.
Una conclusión importante de esta parte del examen es: “No se olvide de examinar las
regiones inguinales”.
Tacto rectal.
El tacto rectal debe ser considerado como parte del examen del abdomen ya que puede
aportar información valiosa.
El aspecto de la deposición que mancha el dedo del guante al terminar el examen puede
ayudar especialmente cuando existe la sospecha que el paciente esté sangrando:
Preguntas:
1. ¿Cuáles son las nueve regiones del abdomen que se usan para ubicar sus
estructuras?
2. ¿Qué es el bazuqueo gástrico y cuándo se encuentra?
3. ¿Cómo se busca la matidez desplazable cuando existe ascitis?
4. ¿Cómo se determina la proyección hepática?
5. ¿Cómo palpa el bazo?
6. ¿Qué signos se encuentran en el abdomen cuando existe una peritonitis aguda?
7. ¿Cómo se diferencia una hernia inguinal de una crural
8. ¿Cómo se efectúa un tacto rectal y qué se puede encontrar?
Examen de los genitales masculinos y próstata.
Conceptos de anatomía.
Los órganos genitales masculinos están formados por el pene, los testículos, el escroto,
la próstata y las vesículas seminales.
El pene está formado por dos cuerpos cavernosos, que forman el dorso y los lados, y el
cuerpo esponjoso, que contiene la uretra. El cuerpo esponjoso se ensancha en el extremo
distal para formar el glande y unos 2 mm por debajo de su punta se encuentra el orificio
uretral.
El escroto está dividido en la mitad por un tabique que conforma dos bolsas que
contienen los testículos con sus correspondientes epidídimos. Por encima de los
testículos se identifican los cordones espermáticos que están formados por los
conductos deferentes, los vasos sanguíneos arteriales y venosos (plexos
pampiniformes) y fibras del músculo cremasteriano.
Los testículos son glándulas ovoideas que miden unos 4 cm de eje mayor. En su parte
superior y posterolateral, por lo menos en el 90% de los hombres, se ubica el epidídimo
que cumple una función de depósito y sitio de tránsito y maduración de los espermios.
El conducto deferente nace en la cola del epidídimo, asciende por el cordón espermático,
atraviesa el conducto inguinal y se une con las vesículas seminales para formar el
conducto eyaculador que llega a la uretra a nivel de la próstata. El semen está formado
por los espermios más las secreciones de los conductos deferentes, las vesículas
seminales y la próstata.
La próstata es una glándula como una castaña que rodea la uretra y el cuello de la
vejiga y está formada por dos lóbulos laterales y un lóbulo medio. Mediante el tacto
rectal es posible palpar los dos lóbulos laterales separados por un surco en la mitad.
El drenaje linfático del pene y del escroto se efectúa hacia los ganglios inguinales, y el
de los testículos, hacia los ganglios intraabdominales.
El examen de los genitales de un hombre puede ser una situación embarazosa y por lo
mismo, conviene efectuarlo con delicadeza. Esta es un área muy sensible para los
hombres y se debe evitar comentarios o expresiones que produzcan incomodidad.
el vello pubiano
el pene
el glande
el meato uretral
el escroto
los testículos
los epidídimos
los cordones espermáticos.
Entre las alteraciones que se pueden encontrar en el pene, destacan las siguientes:
Hipospadias: es una condición con que nace la persona donde el meato uretral
desemboca más abajo de lo normal, en una posición ventral.
Ulceras: pueden ser de distinto tipo y naturaleza. Entre las úlceras que afectan el
glande y el prepucio destaca el chancro sifilítico que es una úlcera ovalada o
redonda, de bordes indurados, fondo liso, y aparece dos semanas después de una
exposición a la enfermedad.
Uretritis: se puede encontrar una secreción que sale por el meato uretral, la cual
debe estudiarse mediante tinciones de extendidos y cultivos de distinto tipo,
según las causas probables (ej.: infección por gonococo)
El escroto y su contenido.
Debe sospecharse de cualquier dureza o nódulo en la superficie del testículo que pueda
indicar la presencia de un cáncer. Ante cualquier duda es necesario complementar el
examen con una ecotomografía.
Los hombres deben tener la costumbre de examinarse los testículos de vez en cuando
buscando la aparición de nódulos. Durante un baño de tina con agua caliente o en la
ducha, puede ser un buen momento para efectuarlo. Un cáncer testicular se puede
manifestar desde lesiones pequeñas, a una masa de mayor tamaño, peso y consistencia.
Próstata.
La próstata se evalúa mediante el tacto rectal (se recomienda ver el capítulo sobre
examen de abdomen).
La próstata normal se debe palpar como una glándula de superficie lisa y consistencia
elástica que protruye discretamente hacia el lumen rectal. Debe ser posible identificar
los dos lóbulos laterales. Las vesículas seminales frecuentemente no son palpables por
estar en la parte de más arriba.
Con la edad, la glándula tiende a crecer y también aumenta la protrusión hacia el lumen
del recto; el surco en la línea media se vuelve más difícil de identificar. Si se palpan
nódulos duros e irregulares se debe pensar en la presencia de un cáncer.
Preguntas:
Las articulaciones en general unen dos o más huesos. Lo pueden hacer de distintas
formas y de eso depende el grado de movimientos que presentan.
Otras articulaciones como las que existen entre los cuerpos vertebrales permiten un
movimiento muy limitado. En este caso los huesos están separados por un disco
fibrocartilaginoso, en cuyo centro se dispone un núcleo pulposo que sirve para absorber
las fuerzas entre los cuerpos vertebrales.
En aquellos lugares en los que se produce roce, se presentan unos sacos sinoviales
(bursas) en forma de discos, cuyas superficies interiores están lubricadas y pueden
deslizarse
2. Tipo de compromiso
Simétrico (compromiso articular similar ambos hemicuerpos)
Asimétrico
Ejemplos:
Hombro
Punta anterior del acromio: para ubicarla se sigue la espina ósea de la escápula
hacia lateral hasta llegar al acromio en la parte más alta del hombro
Surco bicipital: surco entre ambas tuberosidades del húmero (mayor y menor)
por donde corre el tendón de la cabeza larga del bíceps. Para palparlo se debe
efectuar una rotación externa del brazo
Para la normal movilidad del hombro deben estar indemnes las siguientes
estructuras:
Movimientos
Codo
Articulación entre el húmero con el cúbito y radio. Teniendo el brazo estirado con la
mano hacia adelante, puede existir una ligera angulación lateral del antebrazo respecto al
brazo que varía entre 0º y 15º.
Puntos anatómicos de referencia:
flexión: 145°
extensión: 0º respecto a la vertical. Más de -10° se denomina hiperextensión
pronación y supinación
Muñeca
Una estructura importante que pasa por esta articulación (entre el carpo y el retináculo
palmar) es el nervio mediano, que puede ser comprimido y dar origen al síndrome del
túnel carpiano cuyos síntomas son parestesias o dolores que afectan los dedos pulgar,
índice y medio (eventualmente la superficie medial del dedo anular),
predominantemente en la noche.
Examen de la muñeca
Manos
Palpación: el examinador debe tomar cada articulación entre el dedo pulgar e índice de
una mano y, en el sentido transversal, hacer lo mismo con la otra mano. De este modo, si
existe derrame articular, al presionar en un sentido, se produce un abombamiento en el
sentido transversal, y viceversa.
Movimientos:
Está formada por la cabeza del fémur que articula en el acetábulo de la pelvis.
Examen de cadera
Rodilla
Examen de rodilla
Inspección: evaluar aumento de volumen de las rodillas y asimetría. Evaluar estado del
cuadríceps (la atrofia hace sospechar patología crónica de la rodilla). Observar
alineación de la extremidad inferior. Las piernas arqueadas que forman un ángulo en la
rodilla, como los vaqueros, constituyen un genu varo; si el ángulo es en sentido
contrario, o sea, las rodillas se tocan y las piernas se separan, se llamagenu valgo.
Signo del témpano: con ambos dedos índices comprimir la rótula hacia la
articulación femorotibial y sentir si hay rebote, como si la rótula estuviera
"flotando"
Signo de la ola: con el dorso de la mano se comprime el fondo de saco de un
lado de la rodilla, y se observa abombamiento contralateral.
Movimientos
o Flexión: 135°
o Extensión: normal 0°. Hiperextensión hasta —10°
Pie y Tobillo
Articulación entre tibia-peroné y huesos del tarso
Flexión: 15°
Extensión: 55°
Inversión subtalar: 35°
Eversión subtalar: 20°
Columna Vertebral
Examen de Columna
Movilidad
C6: motor: flexión brazo (bíceps) y extensión muñecas (extensor carpi radialis)
Sensibilidad en cara lateral antebrazo y lado radial mano
Reflejo radial***.
Lumbociática: dolor lumbar que se irradia por una de las extremidades inferiores
siguiendo la distribución de una raíz nerviosa, habitualmente L5 o S1 (dolor
radicular). La causa más frecuente es una hernia del disco intervertebral entre L4-L5 o
L5-S1 que comprime la raíz.
Signos de lumbociática:
Preguntas:
En los capítulos anteriores se vio el examen de los pulsos arteriales y el pulso venoso.
Por la frecuencia con que se presentan alteraciones que dependen de las venas de las
extremidades inferiores conviene revisar algunos conceptos de la anatomía. Se
distinguen las venas profundas y las venas superficiales.El 90% del retorno venoso se
efectúa por las venas profundas.
Vena safena mayor: se origina en el dorso del pie, pasa por delante del maléolo medial
y sigue subiendo hasta unirse con la vena femoral, que forma parte del sistema
profundo, a nivel del cayado de la safena, un poco por debajo del ligamento inguinal, en
el lado medial del muslo. Vena safena menor: se forma por el lado del pie y sube por la
parte posterior de la pierna para unirse con el sistema profundo a nivel del hueco
poplíteo. Entre la safena mayor y la menor existen anastomosis venosas.
Tanto las venas profundas como las superficiales y las comunicantes tienen en su
interior unas válvulas unidireccionales que dirigen la sangre:
Cuando las válvulas fallan por dilatación de las venas o alteración de su estructura,
como ocurre cuando ha habidoflebitis, la presión hidrostática de la columna de sangre
aumenta a nivel de los tobillos cuando la persona está de pie debido a que la columna ya
no es interrumpida por las válvulas (que están incompetentes). Este aumento de la
presión hidrostática favorece la salida de líquido y la formación de edema.
Conviene hacer alguna mención del sistema linfático que es una extensa red vascular
que contribuye a drenar líquido (linfa) desde los tejidos del cuerpo para devolverlos a la
circulación venosa. Esta red comienza con pequeños capilares linfáticos ciegos que se
van anastomosando y forman conductos de mayor calibre hasta que finalmente la linfa
drena en el sistema venoso en la base del cuello. A lo largo del camino se van
intercalando los ganglios linfáticos que cumplen una importante función inmunológica.
En la sección del examen general se vieron los principales grupos de ganglios que
pueden llegar a examinarse, aunque existen muchos más en ubicaciones profundas.
También puede influir cambios en la permeabilidad de los capilares (ej: edemas de causa
anafiláctica). Si la presión hidrostática está aumentada o la presión oncótica está
disminuida, se favorece la formación de un edema blando. Éste se reconoce por el
aumento de volumen que genera y porque al aplicar presión con un dedo se produce una
depresión en la superficie de la piel que permanece un rato (signo de la fóvea). Si el
problema es un menor drenaje linfático, se forma un edema duro (ej: después de una
mastectomía radical con vaciamiento ganglionar de la axila, el brazo puede aumentar de
volumen por un infiltrado duro).
Examen Físico
Sistema arterial
Ya se vio en un capítulo anterior las características de los pulsos arteriales y los lugares
en donde se palpan.
En una obstrucción arterial aguda el segmento distal pierde sus pulsos, se vuelve
pálido y frío, y se genera dolor. Según el grado de isquemia se pueden comprometer los
movimientos y la sensibilidad (parestesias).
Sistema Venoso
Entre las alteraciones más frecuentes de encontrar están las várices, especialmente
procedentes de la safena larga (mayor o interna) y la corta (menor o externa). Las
mujeres son más proclives a presentarlas.
En las venas profundas también se producen flebitis. En estos casos, el riesgo de una
embolía pulmonar es mayor y desgraciadamente, no siempre los signos clínicos son
evidentes. En una tromboflebitis de una extremidad inferior se puede encontrar un
aumento de volumen de la pierna, el cual será más extenso mientras más arriba llegue el
compromiso trombótico. El paciente puede sentir dolor localizado en la pantorrilla, la
cual además se nota como si estuviera infiltrada y por lo tanto, cuando se trata de
producir un bamboleo de las masas musculares, éste está reducido. Si se flecta el pie
hacia dorsal y se estira el tendón aquiliano, se presenta dolor en las pantorrillas (signo
de Homan). En la superficie de la pierna, se ve aumento de la circulación colateral, ya
que la sangre se desvía de las venas profundas que están con coágulos, hacia las
superficiales.
Otras úlceras que se pueden presentar en las piernas o los pies son:
(1) Las que se pueden ver en algunos pacientes hipertensos y que se caracterizan porque
duelen bastante y se presentan en el tercio distal de las piernas, especialmente en la cara
externa o posterior
(2) En pacientes diabéticos con neuropatía y microangiopatía, que tienen menor
sensibilidad en los pies. Las úlceras son de difícil cicatrización y frecuentemente se
infectan.
(3) Úlceras de decúbito en enfermos que no se pueden mover por sí solos.
Los pies de los diabéticos requieren cuidados especiales, ya que es frecuente que el
paciente tenga una neuropatía sensitiva y fenómenos isquémicos que pueden facilitar el
desarrollo de úlceras o la complicación más temida, lagangrena húmeda (combinación
de isquemia e infección polimicrobiana). Se les recomienda no caminar descalzos, usar
zapatos blandos y holgados, secarse bien entre los dedos, inspeccionarse los pies, no
usar bolsas de agua caliente.
Preguntas:
Entre el clítoris y la vagina desemboca el meato uretral. Los labios menores, por detrás
del clítoris, delimitan un espacio llamado vestíbulo. La vagina es un tubo que se orienta
hacia arriba y atrás, y en el fondo se une al cuello uterino (cérvix); entre éste y la vagina
se forman fondos de saco (fórnix anterior, posterior y laterales). La entrada de la vagina
es el introito vaginal. En mujeres vírgenes se puede encontrar un repliegue
membranoso que ocluye parcialmente la entrada y que se conoce como himen. En el
extremo posterior de los labios menores desembocan las glándulas de Bartolino.
Los anexos comprenden los ovarios, las trompas de Falopio y las estructuras de sostén
con las que se relacionan (ligamento redondo y ligamento ancho).
Los linfáticos de la vulva y la vagina inferior drenan hacia los ganglios inguinales, y los
linfáticos de los genitales internos y vagina superior drenan hacia los ganglios pélvicos y
abdominales.
Examen Ginecológico
Se le pide a la paciente vaciar su vejiga antes del examen y que se quede sin su ropa
interior. Luego se coloca en la mesa en posición ginecológica (posición de litotomía).
Según el tipo de estribos, sus piernas podrán quedar apoyadas en los talones o en la
corva (región poplítea). Los muslos quedan flectados, abducidos y en rotación externa.
Las nalgas deben quedar justo en el borde libre de la mesa. El abdomen y la parte
proximal de los muslos se cubren con una sabanilla, aplastando el género entre las
piernas de modo de mantener contacto visual cara a cara con la paciente. Se debe contar
con una buena iluminación. Los instrumentos y las manos deben estar templadas.
Se comienza examinando los genitales externos. Las manos deben estar enguantadas,
especialmente la que toca directamente los genitales.Se puede tocar primero la cara
interna de los muslos para ubicar a la paciente que se está comenzando el examen.
Se debe observar:
Con los dedos se separan los labios menores para observar las estructuras del vestíbulo.
El espéculo vaginal se introduce lubricado sólo con agua tibia. La punta del
instrumento se acerca al vestíbulo de la vulva en una posición oblicua. Con el dedo
índice y medio de la otra mano se separan los labios menores ejerciendo una presión
hacia los lados y hacia atrás. Se introduce el espéculo ejerciendo presión sobre la pared
posterior y en el interior de la vagina se gira de la posición oblicua inicial al plano
horizontal. Se debe tener cuidado de no pellizcar los labios menores ni traccionar pelos.
El instrumento debe seguir la inclinación hacia dorsal de la vagina. Al llegar al fondo, se
abren las hojas del espéculo. Éste se debe ubicar de tal modo que el cuello uterino quede
claramente a la vista. A veces, es necesario retirarlo un poco para luego reintroducirlo o
cambiar su inclinación. Una vez que el cérvix está a la vista, se deja fija la apertura del
instrumento. Teniendo una buena iluminación, se observan las características de las
estructuras que están a la vista, se inspecciona si hay secreciones y se toman las
muestras que correspondan.
Color
Suavidad de las superficies
Si existen lesiones, úlceras, proliferaciones anormales
Cambios de coloración localizados
Si por el os externo sale alguna secreción se deben tomar muestras para su estudio.
Uno de los estudios más importantes que se debe efectuar del cuello uterino es el
extendido citológico (tinción de Papanicolaou), que ha permitido disminuir
significativamente la incidencia de cáncer de esta zona. La paciente no debe estar
menstruando ni haber tenido relaciones sexuales o usado anticonceptivos vaginales en
las 24 a 48 horas anteriores.
Con una espátula especial se raspa con un movimiento circular el os cervical y se hace
un extendido que luego se fija para enviarlo al laboratorio. Lo que se observa son las
características de las células. Este examen se debe efectuar en forma anual.
Examen bimanual
Una de las manos, que debe estar enguantada, se usará para efectuar el examen pélvico.
Los dedos índice y medio deben estar estirados, el anular y el meñique flectados, y el
pulgar abducido. Se lubrican los dos dedos que penetrarán la vagina con un lubricante
soluble en agua que no esté contaminado por tactos anteriores. Si el lubricante viene en
un tubo, conviene dejar caer una cierta cantidad en el guante.
Los dedos índice y medio entran a la vagina. A la entrada se abren un poco los labios
menores con los otros dedos. Se penetra ejerciendo más presión sobre la pared posterior
que la anterior. Se debe avanzar hasta palpar el cuello cervical y los fondos de saco que
lo rodean.
En primer lugar se identifican las características del cuello uterino:
Posición
Tamaño
Consistencia
Movilidad y sensibilidad a los movimientos
(Normalmente la movilización del cuello no debe producir dolor)
La etapa que viene a continuación es desplazar la mano abdominal hacia uno de los
lados para repetir la palpación bimanual, pero ahora tratando de palpar los anexos,
específicamente los ovarios. Los dedos en la vagina se apoyan en el fórnix del lado que
se examina.
Tamaño
Forma
Consistencia
Movilidad y sensibilidad
Los ovarios normalmente son del tamaño de una almendra y después de la menopausia
se van achicando. No siembre se logran palpar. Cuando en una mujer que lleva más de 3
ó 4 años de su menopausia se palpa un ovario, debe plantearse la posibilidad de
un quiste o un tumor.
Terminado el examen, se debe identificar las muestras que se hayan tomado para
enviarlas al laboratorio. Mientras tanto la paciente se ha bajado de la mesa ginecológica
y procede a vestirse.
Vestíbulo vaginal: espacio en la vulva por detrás de clítoris, entre los labios menores.
Preguntas:
Materias a evaluar:
Se define conciencia como la capacidad de darse cuenta de uno mismo y del ambiente
que lo rodea. Depende da la indemnidad de la corteza cerebral y de la sustancia reticular
ascendente. El compromiso de la vigilancia puede afectar otras funciones mentales
como la orientación, la memoria, las funciones cognitivas superiores, etc.
Tradicionalmente, se lo divide en compromiso de conciencia cuantitativo y compromiso
de conciencia cualitativo.
1.-2 Atención:
1.-4 Lenguaje:
Se deben diferenciar las alteraciones del habla, que se refieren a la articulación de las
palabras y las alteraciones del lenguaje propiamente tal, que se refieren al simbolismo
del lenguaje.
Las alteraciones del habla se denominan disartrias y son provocadas por trastornos
motores que producen, como se estableció previamente, alteración de la articulación de
las palabras. Si el trastorno motor es de vía piramidal, el habla es espástica. Cuando se
afecta la 2° motoneurona es hipotónica. En caso de patologías cerebelosas, el habla es
escandida y si la afección es de la vía extrapiramidal, el habla es hipokinética. Se
denominan disfonías las alteraciones en el tono de la voz, como sucede en las
enfermedades laríngeas o de las cuerdas vocales.
La alteración o pérdida del lenguaje causado por daño cerebral se denomina afasia. Se
debe diferenciar de los trastornos congénitos o del desarrollo del lenguaje que son las
disfasias.
Afasias: Para comprender los trastornos del lenguaje debemos repasar brevemente la
localización anatómica de éste. El área dominante o primaria para el lenguaje se
localiza en el hemisferio izquierdo para los diestros (95%) y en la mayoría de los zurdos
(75%). Luego de ser escuchado, el lenguaje se transmite a ambas cortezas auditivas
primarias y posteriormente es decodificado en la región temporal posterior izquierda o
área de Wernicke. A través del fascículo arcuato (giro supramarginal del lóbulo
parietal) esta información es enviada hacia el área de Broca, ubicada en la tercera
circunvolución frontal izquierda. Desde esta área se programan las neuronas encargadas
de la fonación en la corteza motora vecina. Las afasias se denominan corticales cuando
se afecta el circuito primario del lenguaje, transcorticales cuando se afecta el área
perisilviana del hemisferio izquierdo y subcorticales cuando la lesión es de los ganglios
basales del hemisferio izquierdo o dominante (tálamo, putamen).
Son cinco puntos los examinados en la evaluación del lenguaje: lenguaje espontáneo,
nominación, repetición, comprensión y lecto-escritura. Una forma simple de entender
los trastornos del lenguaje, es imaginar lo que nos sucedería al conversar con una
persona que no habla nuestro idioma: un idioma que desconocemos totalmente, en el
caso de una alteración importante del lenguaje y un idioma que no dominamos del todo,
en casos menos severos. En ambas situaciones podremos comprender el lenguaje
gestual que tampoco se afecta en las afasias.
Lenguaje espontáneo: Se evalúa la fluidez, es decir, la cantidad de palabras por
minuto, siendo lo normal mínimo 50 palabras por minuto; la facilidad para encontrar las
palabras y la sintaxis de las frases. La prosodia es la entonación o cadencia del
lenguaje.
En las afasias fluentes la prosodia es normal y el número de palabras por minuto es
normal o aumentada (mayor de 100 por minuto), no hay dificultad para emitir el
lenguaje y pueden aparecer parafasias verbales o literales (sustitución de una palabra por
otra o sustitución de una sílaba por otra). No hay alteración de la sintaxis.
En las afasias no fluentes hay alteración de la prosodia, se reduce el número de
palabras por minuto, hay dificultad para encontrar las palabras adecuadas y las frases
tienen errores gramaticales. En las afasias subcorticales ocasionalmente el enfermo
puede presentar un mutismo inicial.
Nominación: Al paciente se le muestran objetos de uso conocido, los cuales debe
nombrar. En ocasiones sucede que el paciente es capaz de describir el uso de un objeto
pero es incapaz de nominarlo (por ej. al presentarle un reloj, no lo nombra pero dice que
sirve para ver la hora). Los trastornos puros de la nominación se pueden encontrar en
pacientes NO afásicos.
Repetición: Se examina solicitando que repita palabras y luego frases de complejidad
creciente. Es propio de las afasias transcorticales y subcorticales la repetición normal ya
que el fascículo arcuato no está comprometido.
Comprensión: Se evalúa dando órdenes verbales puras (no utilizar lenguaje gestual), al
principio axiales (sacar la lengua, cerrar los ojos) y luego extra-axiales de complejidad
creciente (levante una mano, con la mano derecha tóquese la oreja izquierda, etc).
Además se puede solicitar respuestas afirmativas o negativas frente a preguntas.
Lecto-escritura: Depende del nivel educacional del paciente. Se pide que lea un texto
con letra de tamaño adecuada a su agudeza visual y que escriba una frase ideada por él o al
dictado.
1.- 5 Memoria:
1.- 6 Praxias:
Ilusiones: Consisten en la interpretación errónea de una percepción, por ej. al ver una
mancha en el muro, lo interpreta como una araña. Se pueden presentar en cuadros
confusionales.
Alucinaciones: Consisten en percepciones en ausencia de objeto o estímulo.
Prosopagnosia: Falta de reconocimiento de las fisonomías o caras previamente
conocidas.
Existen otras alteraciones de la percepción visual que no se detallarán aquí.
El primer punto es descartar causas locales de alteración del olfato, como rinitis crónica,
rinorrea, epistaxis, etc. Para su examen, el enfermo debe estar con los ojos cerrados y se
evalúa primero una fosa nasal, tapando la otra y posteriormente a la inversa. Se dan a
oler sustancias de olor característico, no irritantes (café, té, pasta dental). La pérdida del
olfato se denomina anosmia.
2.-2 Nervio Óptico. (II Nervio Craneano):
La parálisis del III nervio produce una desviación del globo ocular hacia lateral
(estrabismo divergente o exotropia), paresia de mirada hacia arriba, abajo y medial,
junto a midriasis (dilatación pupilar) y ptosis (caída del párpado que incluso puede
ocluir completamente el globo ocular).
Reflejo fotomotor o pupilar: La aferencia de este reflejo viaja por el nervio óptico y la
eferencia por el III nervio craneano u oculomotor, a través de las fibras parasimpáticas
que producen contracción pupilar. Normalmente ambas pupilas son del mismo tamaño
lo que se denomina isocoria; cuando difieren de tamaño se denomina anisocoria. Un
tamaño menor a 3 mm se considera miosis y el tamaño mayor a 6 mm se considera
midriasis. Al iluminar una pupila se produce una contracción (reflejo pupilar directo)
pero también se contrae la pupila contralateral (reflejo pupilar consensual). Al
examinar el reflejo pupilar de ambos ojos en forma sucesiva podremos discernir si el
defecto se encuentra en la aferencia o eferencia de un ojo o del otro (por ej. si al
iluminar el ojo derecho se produce contracción sólo de la pupila izquierda, podemos
concluir que la aferencia del ojo derecho está preservada, la eferencia del ojo izquierdo
también lo está y la vía eferente del ojo derecho es la alterada).
Una pupila midriática y que no se contrae ante el estímulo luminoso, indica lesión del
III nervio craneano, probablemente compresiva ya que las fibras parasimpáticas se
localizan en la porción más periférica de este nervio.
Examen Motor: La rama motora del nervio trigémino inerva los músculos
masticatorios (maseteros, temporales y pterigoideos). Se examina el trofismo de los
músculos maseteros a la palpación y luego se le pide al enfermo que apriete los dientes
y luego que abra la boca; de existir paresia, la mandíbula se desplaza hacia el lado
paralizado.
El Nervio Facial es también un nervio mixto; tiene fibras motoras que inervan la
musculatura de la cara, autonómicas parasimpáticas (glándulas lacrimales, nasales y
salivales) sensitivas especiales (gusto de los dos tercios anteriores de la lengua) y
motoras viscerales (músculo del estribo).
El examen comienza con la inspección, buscando asimetrías de la cara, observando el
grado de apertura ocular, los surcos nasogenianos y desviación de la comisura bucal.
Luego se solicita realizar movimientos de contracción de la musculatura facial: arrugar
la frente, cerrar activamente los ojos (las pestañas deben desaparecer), arrugar la nariz,
mostrar los dientes y protruir los labios. En las lesiones centrales, por encima del núcleo
del VII nervio craneano en el puente en el troncoencéfalo, no se afecta la musculatura
facial superior, de manera que el paciente puede arrugar la frente y cerrar los ojos. En
cambio, en las lesiones periféricas, desde el núcleo en troncoencéfalo hacia distal
(generalmente de nervio, parálisis facial periférica), se afecta el tercio superior de la
cara, quedando el ojo abierto (lagoftalmo). Además hay imposibilidad de arrugar la
frente en el lado afectado. Puede evidenciarse el Signo de Bell en que, al pedir que
cierre los ojos, se observa el globo ocular desplazarse hacia arriba y afuera. Tanto en las
parálisis centrales como periféricas hay disminución del surco naso-geniano del lado
afectado y desviación de la comisura labial hacia el lado sano. Cuando la lesión se
produce antes de la emergencia de la rama motora al músculo del estribo, el paciente se
quejará de hiperacusia o disacusia (molestia por los ruidos).
Examen del Gusto: Se debe pedir una respuesta rápida para que no influya el olfato. Se
aplica una gota de agua azucarada en la hemilengua del lado afectado.
Examen de la Audición:
En general, ya hemos tenido una idea de la capacidad auditiva de nuestro paciente al
realizar la anamnesis y el examen mental. Es frecuente que los enfermos con
disminución de la audición (hipoacusia), tiendan a hablar a un volumen más alto, o
mirar detenidamente los labios del examinador. En todo caso, verificaremos primero si
escucha el susurro de la voz, el ruido del reloj o el roce de los dedos y luego estímulos
de mayor intensidad. Idealmente deberíamos realizar una otoscopía para descartar
obstrucciones en la transmisión del sonido, como por ej. un tapón de cerumen. Se debe
destacar que, debido a las múltiples decusaciones de las vías auditivas a nivel central,
lesiones por sobre el bulbo donde se encuentran los núcleos cocleares, no producen
sordera.
Las hipoacusias se dividen en hipoacusia de conducción e hipoacusia sensorio-neural.
La hipoacusia de conducción (compromiso del oído externo y medio) se caracteriza
por disminución de la audición para todas las frecuencias y conservación de la
discriminación del habla y de la audición ósea. En la hipoacusia sensorio-neural, en
cambio, se dificulta la discriminación de las palabras, se escuchan mejor los tonos de
baja frecuencia y ocurre el fenómeno del reclutamiento (un pequeño aumento de la
intensidad del sonido, provoca molestia); la audición ósea también está afectada pero en
igual proporción que la audición aérea. Las siguientes pruebas realizadas con diapasón,
nos ayudarán a distinguir los dos tipos de hipoacusia.
Test de Schwabach: compara la transmisión ósea del paciente con la del examinador.
Para realizar esta comparación, se coloca el diapasón en el área mastoidea del paciente y
al dejar de percibir la vibración, se coloca el instrumento en el mastoides del
examinador.
Examen Vestibular:
El sistema vestibular participa en la mantención del equilibrio junto al cerebelo,
propiocepción y aferencias visuales. Nos da información respecto a la posición de
nuestro cuerpo en el espacio. Los pacientes con patología vestibular pueden presentar
vértigo (sensación ilusoria de movimiento, generalmente rotatorio), desequilibrio y
nistagmo. El nistagmo se caracteriza por movimientos oculares oscilantes, rítmicos con
una fase lenta en un sentido y fase rápida de corrección en el sentido opuesto. La
dirección de la fase rápida del nistagmo le da el nombre a éste; es decir, si la fase rápida
es hacia la derecha, se denomina nistagmo a derecha. En general el nistagmo es
horizontal pero puede ser también vertical o rotatorio. En lesiones vestibulares
habitualmente se acompaña de sensación vertiginosa. Para lograr una mejor definición
del nistagmo, es conveniente realizar una Prueba Calórica que consiste en irrigar en
cada oído con agua a 30° C y a 44° C y registrar el nistagmo generado ("el nistagmo se
aleja del agua fría y se acerca al agua caliente").
Al examinar al enfermo veremos que, en la estación de pies con los ojos cerrados,
tiende a caer hacia el lado enfermo. Al caminar por una línea imaginaria, también
tenderá a desviarse hacia el lado enfermo. Por último, si lo sentamos y solicitamos que
extienda los brazos, éstos lentamente se desviarán hacia el lado comprometido.
Reflejo Faríngeo: Se estimula a cada lado el velo del paladar lo que produce sensación
nauseosa, contracción faríngea y retracción lingual.
Cabe recordar que la lesión del nervio recurrente laríngeo puede ocurrir en procesos
expansivos intratoráxicos (ej: neoplasias bronquiales), produciendo parálisis de las
cuerdas vocales (voz bitonal).
2.-8 Nervio Espinal o Accesorio. XI Nervio Craneano:
Marcha parkinsoniana: La marcha es lenta, a pasos cortos, con reducción del braceo,
con el tronco inclinado hacia delante y flexión de cuello, tronco y extremidades. Es
característica la aceleración del paso, que se denomina festinación. Al intentar iniciar la
marcha el paciente puede realizar movimientos reiterados en el lugar y posteriormente
deambular con las características descritas. Además hay dificultad para realizar giros.
3.-2 Fuerza:
Se puede comprometer por lesiones que afecten desde la corteza frontal, cápsula interna,
tronco cerebral, médula espinal, asta anterior, raíz anterior, plexo y troncos nerviosos,
nervio periférico, unión neuromuscular, hasta el músculo.
El examen neurológico está destinado a determinar si existe compromiso de la fuerza, la
magnitud de éste y la distribución de la debilidad, de modo de establecer una posible
localización de la afección.
La disminución de la fuerza se llama paresia y la falta absoluta de ésta se denomina
plegia. Según el grado de compromiso de la fuerza, por convención se usa la siguiente
escala:
0 = no hay indicio de movimiento,
1 = esboza movimiento
2 = mueve la extremidad lateralmente, no vence gravedad
3 = levanta la extremidad contra gravedad
4 = levanta la extremidad y vence resistencia moderada
5 = fuerza normal.
3.-4 Reflejos:
Reflejo cremasteriano: Se obtiene rozando la cara interna del muslo lo que produce un
ascenso del testículo ipsilateral. Este reflejo se integra a nivel L1.
Reflejo plantar: Se obtiene al estimular la planta del pie por su cara lateral desde el
talón hasta los ortejos . La respuesta normal es flexión de los ortejos lo que se denomina
reflejo plantar flexor. En caso de lesión de vía piramidal la respuesta obtenida es
extensión del primer ortejo (signo de Babinski); se puede acompañar de apertura de los
demás ortejos en abanico y flexión de ellos, ocasionalmente se produce además flexión
refleja de toda la extremidad. Si al examinarlo no hay respuesta motora, se habla de
reflejo plantar mudo. El signo de Babinski es altamente sensible (aparición precoz) y
específico de lesiones piramidales o de primera motoneurona. Hay otras formas de
evocar una respuesta plantar extensora pero en general son de menor sensibilidad.
3.-5 Trofismo:
Temblor postural: se presenta al asumir una postura (levantar un jarro por ej.), es de
frecuencia alta y aumenta al sostener peso. Se examina pidiéndole al paciente que
extienda las extremidades superiores con las palmas hacia arriba y se puede observar su
incremento al ponerle un peso encima. Puede ser cefálico, con movimientos como de
negación y laríngeo en que la voz es temblorosa.
Tic: lo que define al tic es la capacidad de ser suprimido por la voluntad. Aumentan en
forma significativa con el stress. Son movimientos estereotipados, repetidos que se
presentan en cara o extremidades por ej. muecas, parpadeo muy frecuente etc.
3.-8 Metría:
Prueba talón rodilla: en decúbito el enfermo debe tocar en forma sucesiva con el talón
de una extremidad inferior, la rodilla y el tobillo de la otra extremidad. Se le puede
solicitar además que deslice suavemente el talón desde la rodilla por el borde de la tibia
hasta el tobillo o que realice un círculo imaginario en el espacio con la extremidad
inferior extendida.
3.-9 Diadococinesia:
La siguiente tabla muestra en forma esquemática los puntos del examen motor en la
evaluación neurológica y sus alteraciones en lesiones de primera motoneurona, segunda
motoneurona y lesiones del sistema extrapiramidal y de cerebelo.
Fasciculaciones NO SI NO NO
Movimientos NO NO Temblor NO
Anormales Corea, Atetosis
Diskinesias,
Tics
Metría Normal Normal Normal Alterada
Distintos autores dividen la sensibilidad de distintas formas, de modo que podrían encontrarse
algunas diferencias al consultar diferentes textos. Todos los autores concuerdan, sin embargo,
en que su interpretación es difícil ya que influye en forma importante la subjetividad.
Sensibilidad Primaria:
En lesiones de corteza parietal, cápsula interna, tálamo o tronco cerebral se produce hipoestesia
del hemicuerpo contralateral (hemihipoestesia)
Hipoestesia en guante y calcetín son propias de las polineuropatías que, por lo general,
comprometen en forma predominante las fibras nerviosas de mayor longitud.
Sección medular completa: pérdida de todo tipo de sensibilidad desde el nivel de la lesión a
distal (nivel sensitivo), pérdida del control esfinteriano y parálisis desde el nivel de lesión hacia
distal.
Síndrome talámico: las lesiones talámicas que afectan la sensibilidad generalmente provocan
hipoestesia del hemicuerpo contralateral. Esta hipoestesia en algunos casos, sin embargo, se
acompaña de disestesias, hiperestesia aun ante estímulos mínimos o alodinia.
Los signos meníngeos son producidos por irritación de las meninges y de las raíces espinales
por procesos inflamatorios (gérmenes o sangre) en general de curso agudo (por ej. meningitis
bacterianas, virales, hemorragia subaracnoidea etc.) o subagudo (meningitis por hongos,
tuberculosis, etc). Por lo general se acompaña de cefalea, fiebre, fotofobia, hiperestesia cutánea,
vómitos y compromiso variable de conciencia, constituyéndose entonces el Síndrome
Meníngeo.
Rigidez de nuca: La flexión del cuello, con el paciente en decúbito dorsal intentando que el
mentón toque el tórax, produce dolor y ofrece marcada resistencia, provocada por la contractura
refleja de la musculatura cervical. En su grado máximo el paciente puede estar en opistótono,
que es una posición en hiperextensión total del cuerpo. Los otros movimientos de rotación y de
extensión del cuello presentan menor dificultad.
Signo de Kernig: Con el paciente en decúbito dorsal, se flectan caderas y rodillas; al intentar
extender las extremidades inferiores, se produce una flexión refleja de ellas. Este signo también
se puede evocar levantando ambas extremidades extendidas, tomándolas de los talones. Al igual
que en el caso anterior, se produce flexión refleja a nivel de caderas y /o rodillas.
Signo de Brudzinski: Se coloca una mano debajo de la cabeza del paciente y otra sobre el
tórax. Luego se flexiona el cuello en forma decidida observando la reacción refleja de flexión de
caderas y rodillas.
EXAMEN NEUROLÓGICO
Pares
Conciencia y Sensibilidad
Craneanos Control de
Examen Mental Examen
motor esfínteres
• Primaria Signos
• Conciencia y • Marcha Superficial meningeos
vigilancia y postura Profunda
• Fxs • Trofismo
cognitivas superiores
• Mov musculares
espontáneos
• Trastornos (fasciculaciones)
Temblor (reposo
y postural
visuo-espaciales
• Movimientos Corea
• Somestesia y anormales Atetosis
somatognosia Balismo
• Alteraciones de la Tic
percepción visual
• Metría Examen de fxs
cerebelosas
• Diadococinesia
APÉNDICE
Ejemplo de cómo presentar la información del examen físico.
(Se continúa el caso de la paciente presentada en la historia clínica)
9. Respiración: 16 rpm.
10. Temperatura: 36,8ºC, axilar.
11. PA = 160/100 mm de Hg, en el brazo derecho, sentada.
Cabeza: ojos con pupilas isocóricas y reactivas a la luz; anictérica; conjuntiva palpebral
rosada. Visión adecuada de lejos y para la visión de cerca usa lentes ópticos. Campo
visual por confrontación normal. Fondo de ojo: rojo pupilar presente, papila de bordes
netos, arterias disminuidas de diámetro con aumento del brillo a la luz, cruces arterio-
venosos disminuidos de calibre; retina rosada, sin exudados ni hemorragias. Fosas
nasales permeables. Boca: prótesis dental parcial en la arcada dentaria inferior; resto de
los dientes en buen estado; mucosa húmeda y rosada; faringe rosada. Sin alteraciones
evidentes de la audición.
Tórax: Caja torácica sin alteraciones. En las mamas no se palpan nódulos. Axilas sin
adenopatías.
Examen neurológico:
Es muy posible que los alumnos que están comenzando su práctica clínica queden
asombrados cómo sus docentes se orientan rápidamente y con unas cuántas preguntas
logran formarse una idea de lo que le ocurre al paciente. Ellos, en cambio, sienten que
deben recorrer una larga lista de preguntas que los hace saltar de un tema o otro, sin que
les quede muy claro qué es lo más importante.
Por ejemplo, si se toma el síntoma disnea, se plantea si el paciente tiene una afección
respiratoria o cardíaca. Si es por la primera causa, interesará conocer si existen
antecedentes de tabaquismo, tuberculosis, asma, etc., o si junto a la disnea se presenta
tos, expectoración, fiebre o dolor costal sugerente de una puntada de costado. Si la
causa es cardíaca, también se revisan los antecedentes buscando una cardiopatía previa
y se investiga si la disnea es de esfuerzo, se asocia a ortopnea, disnea paroxística
nocturna o edema vespertino de extremidades inferiores.
Esta dinámica implica que, aunque en clase se les enseña a los alumnos revisar primero
la anamnesis próxima, y luego los antecedentes mórbidos, o familiares, o sus hábitos, o
los medicamentos que ingiere, a lo largo de la conversación las preguntas apuntan en
una u otra dirección, según lo que en cada momento parece más adecuado preguntar.
Cuando llega el momento de presentar la información o escribir la ficha clínica, los
datos se presentan de acuerdo a un orden establecido y usando los términos que
correspondan.
A veces, con dos o tres preguntas basta para lograr una orientación bastante precisa y el
resto de la conversación se orienta a completar la información para corroborar la
impresión inicial. En otras ocasiones, el problema es más difícil, y es posible que
incluso habiendo llegado al final del examen físico, todavía no sea posible saber bien
qué está pasando. En estos casos será necesario efectuar algunos exámenes de
laboratorio complementarios para ampliar la información.
En general un síntoma o un signo no es un diagnóstico. Decir que una persona tiene tos,
es decir poco. O que presenta fiebre, o que tiene ascitis, no permite explicar lo que
realmente está pasando. Más que un diagnóstico, sonproblemas.
Cuando no se tiene idea del diagnóstico, por lo menos es un buen comienzo poder
identificar cuáles son losproblemas. La próxima aproximación será intentar plantear
cuál o cuáles síndromes son los más probables. La precisión será mayor una vez que se
logre identificar las enfermedades que afectan al paciente.
Esta misma necesidad de fijar prioridades puede determinar que el tiempo que se tiene
disponible para atender al paciente se dedique de preferencia en atender aquellos
problemas más importantes o más urgentes. Si es necesario, se puede planificar otra
reunión.
A los alumnos se les trata de enseñar todo el universo en el cual pueden encontrar
información útil. Tienen que ser capaces de revisar la anamnesis actual, los distintos
antecedentes, hacer el examen físico general, el segmentario y exámenes específicos.
Efectuar todo esto en cada paciente puede tomar una gran cantidad de tiempo.