La inteligencia emocional es un concepto, en gran parte hipotético, que agruparía cogniciones y conductas útiles para apreciar y expresar de manera justa las emociones propias y las de otros. 2. ¿Para qué sirve la inteligencia emocional en el ámbito laboral, académico y nuestra salud? LABORAL: En el ámbito laboral, el tiempo que dedicamos en cada jornada de trabajo a interrelacionarnos con los demás puede resultar importantísimo. La interacción con miembros de nuestra unidad o grupo de trabajo, con jefes y colaboradores, con clientes y proveedores puede llevarnos a negociar intereses o resolver conflictos, a dirigir o guiar y a fomentar el espíritu de equipo. ACADÉMICO: las implicaciones de la inteligencia emocional en el desempeño escolar son indiscutibles. Para que el niño potencialice sus competencias, debemos promover ambientes emocionalmente sanos y para lograrlo, es necesario incluir metodologías educativas que visualicen al niño como un ser integral. SALUD: Tener una adecuada Inteligencia Emocional nos va a ayudar a prevenir distintos trastornos psicológicos, como la depresión y la ansiedad. Por ejemplo, se ha demostrado que las personas que prestan demasiada atención a las emociones, sin tener las habilidades adecuadas para regularlas, presentan mayores niveles de emocionalidad negativa. 3. ¿Cuáles son los principios de la inteligencia emocional? 1. Las emociones son información Las emociones son una gran fuente de información sobre las personas. Proporcionan datos sobre cómo se sienten, lo que les está sucediendo o lo que piensan que les va a suceder. 2. Tratar de ignorar las emociones no funciona Es evidente que las emociones tienen una influencia real, aunque es difícil descubrir hasta dónde llega esa influencia. En muchos casos depende de la persona, pero hay algunas variables demostradas; por ejemplo, se sabe que toda persona que trata de suprimir la expresión de sus emociones termina recordando menos información sobre su trabajo. Esto es debido a que consume parte de su energía en ocultar sus sentimientos (energía que en otras condiciones dedicaría a escuchar o procesar información sobre el trabajo). 3. Tratar de esconder las emociones no siempre funciona Las organizaciones son lugares en los que tradicionalmente se ha seguido una política de represión de las emociones, ya que éstas no debían entorpecer el trabajo. Un ejemplo claro son los puestos de trabajo de cara al público, en los que siempre ha de atenderse al cliente con una sonrisa. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que, por mucho que se intente suprimir la expresión emocional, esto es imposible. Simplemente, las emociones escapan y se expresan por otros métodos, como muecas, tics inconscientes o cambios de humor repentinos sin aparente causa. Es decir, no somos tan buenos actores como podemos pensar y los demás siempre terminarán viendo, o al menos intuyendo, nuestros problemas. 4. Las decisiones deben incorporar emociones para ser efectivas Las comunicaciones más efectivas son las que generan empatía. Uno de nuestros grandes problemas con los ordenadores es que no comprendemos su lenguaje porque es lógico al 100% y no tiene ninguna emoción. Por eso las personas siempre preferimos la comunicación interpersonal. Son las emociones las que nos hacen humanos y, por tanto, deben ser tomadas como algo bueno. 5. Las emociones siguen patrones lógicos Las emociones no son hechos anárquicos que suceden porque sí. Siempre hay algo que las activa y algo que las desactiva. Simplemente tenemos que conocer qué acción es ese “algo” y estaremos en condiciones de comprender y manejar mejor las emociones. 4. ¿Por qué es importante la inteligencia emocional? La inteligencia emocional favorece en gran manera los vínculos personales saludables, pues incluye la habilidad de compartir y entender también las emociones de otras personas. Por otro lado, las personas con inteligencia en el campo emocional tienen más probabilidades de alcanzar un excelente rendimiento a nivel laboral. De hecho, algunas investigaciones realizadas han demostrado que la mayoría de los profesionales exitosos cuentan con esta característica. 5. ¿Cuáles son las actitudes emocionales según Goleman? Según Goleman, los principales elementos que integran la Inteligencia Emocional son: Autoconciencia emocional Se refiere a la capacidad de conectar y conocer nuestros propios sentimientos, emociones y capacidades. Autocontrol El autocontrol emocional es aquel que nos permite controlar o dominar nuestras emociones. Es muy importante para que no nos entreguemos por completo a una emoción, sobre todo cuando se refiere a emociones negativas como la ira o la frustración. Automotivación Tener objetivos nos mantiene motivados. En este factor influye directamente nuestra capacidad de iniciativa, tenacidad, proactividad y aptitudes como el optimismo. Empatía Es la capacidad para conectar con las emociones y los sentimientos ajenos aunque no se expresen de forma lingüística. Este punto es clave para tener una buena relación con con las personas que nos rodean. Las personas empáticas suelene tener mejores habilidades sociales. Habilidades sociales Saber relacionarse, tratar y comunicarse con los que nos rodean es un aspecto fundamental de la inteligencia emocional. 6. ¿Cuáles son las características que cumple una persona emocionalmente inteligente? Actitud positiva: resalta los puntos positivos sobre los negativos; da más importancia a los aciertos que a los fallos, tienen más valor las aptitudes positivas que las carencias, es más importante el trabajo realizado que el resultado obtenido. Es capaz de reconocer sus propias emociones y sentimientos. Puede verbalizar sus emociones y sentimientos. Tanto los considerados positivos como los considerados negativos necesitan ser encauzados y dirigidos de alguna forma para poder expresarlos. La persona emocionalmente inteligente reconoce el medio más adecuado y el momento propicio. Sabe manejar sus sentimientos y emociones: es capaz de lograr el equilibrio entre la exteriorización de las emociones y el dominio de las mismas. Sabe ser paciente y puede aceptar la frustración, siendo capaz de retrasar las recompensas. Es empática: puede ponerse sin dificultad en la piel del otro, percibe las emociones y sentimientos de los demás aunque no estén expresadas verbalmente sino mediante una comunicación no verbal. Tiene la capacidad de adoptar las decisiones correctas: la forma en que se lleva a cabo la toma de decisiones conjuga aspectos tanto emocionales como racionales. Los aspectos emocionales dificultan en muchas ocasiones el poder tomar la decisión idónea. Es fundamental ser consciente de los aspectos emocionales presentes en cada toma de decisiones, para que éstas sean las adecuadas. Está motivada, ilusionada y tiene interés por todo aquello que hace: todo lo contrario a la apatía, a la indiferencia, al tedio y a la desidia. Se motiva e ilusiona cuando tiene delante un buen proyecto y es capaz de interesarse y preocuparse por todo aquello que le rodea. Adecuado nivel de autoestima: sentimientos positivos hacia sí misma y seguridad en su capacidad para afrontar los nuevos desafíos que le proponga el destino. Sabe dar y recibir. Presenta unos valores positivos que dan sentido a su vida. Puede afrontar con seguridad y es capaz de vencer a las adversidades y frustraciones con que se encuentre en su camino aunque hayan sido negativas. Tiene la capacidad de complementar polos opuestos: lo cognitivo y lo emocional, la soledad y la compañía, la tolerancia y la exigencia, los derechos y los deberes. 7. ¿Cómo aumentar nuestra inteligencia emocional? Conoce de tus emociones. Es importante estar atentos a los estados de ánimo y a nuestras reacciones ante las situaciones cotidianas, buscando establecer las conexiones con los estímulos que las provocan. Hay que lograr una actitud neutra, sin juzgar o rechazar lo que se siente, eliminando de nuestra percepción los pensamientos negativos. Controla tus emociones. Debemos tratar de controlar nuestros impulsos e inhibir los pensamientos negativos, libres de ansiedad, tristeza o irritabilidad exagerada. No se trata de reprimir los sentimientos, sino de lograr un equilibrio ya que cada sentimiento (miedo, rabia, tristeza, alegría, euforia…) tiene su función y utilidad. Motívate a ti mismo. El optimismo es uno de los requisitos claves para alcanzar nuestras metas. Esta capacidad se pone de manifiesto en las dificultades, en el cansancio, en la frustración, en el fracaso, cuando las cosas negativas abundan, es aquí cuando el hecho de mantener una visión positiva puede significar el éxito o el abandono de la meta. El desarrollo del optimismo y la autoestima está relacionada con las pautas de crianza y educación, por ello es importante establecer mecanismos para reforzar la expectativa de éxito del individuo. Saber reconocer las emociones ajenas. Es la capacidad que posee el individuo de captar los estados emocionales de los demás, es decir, la empatía. Es importante tener conciencia de nuestros propios estados emocionales y lograr percibir los elementos no verbales asociados con las emociones de los demás, logrando detectar qué necesitan o qué quieren. La empatía constituye una habilidad social fundamental. Se trata de ponerse en el lugar del otro, sintonizar con sus sentimientos y necesidades. Control de las relaciones. Esta habilidad consiste en la capacidad de un individuo para relacionarse adecuadamente con las emociones de los otros. El requisito básico para llegar a controlar las emociones de los demás consiste en el desarrollo de dos habilidades: el autocontrol y la empatía. Estas actitudes sociales garantizan la eficacia en el trato a los demás y sin ellas estamos condenados al fracaso e ineptitud social. Al contrario, el desarrollo de estas aptitudes influye en la capacidad de inspirar, persuadir y profundizar en las relaciones con los demás.