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Wilches-Chaux, Gustavo
Nómadas (Col)
ISSN (Versión impresa): 0121-7550
nomadas@ucentral.edu.co
Universidad Central
Colombia
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www.redalyc.org
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
FUNDAMENTOS ÉTICOS
DE LA GESTIÓN
DEL RIESGO *
PÁGS.: 48-61
Gustavo Wilches-Chaux**
Especialistas en gestión del riesgo concuerdan en que la humanidad será testigo de nuevos y mayores desastres, tenden-
cia que viene en aumento desde la última década. Esto se debe, por una parte, al incremento de la población humana en
condiciones de vulnerabilidad y, por otra, a que los fenómenos de la naturaleza están incrementando su poder destructivo.
El autor de este artículo se encuentra entre quienes interpretan esto último como una expresión del sistema inmunológico de
la biosfera intentando deshacerse de una especie que, por una parte, constituye “la obra maestra” del Cosmos, pero que
simultáneamente ha adquirido la condición de plaga. Una de las claves de la supervivencia de nuestra especie en el planeta
está en la Ética.
Palabras clave: riesgo, autorregulación, resiliencia, plaga, compasión, senestesia, ética.
Especialistas em gestão do risco concordam que a humanidade será testemunha de novos e maiores desastres, tendência
que vem aumentando desde a última década. Isto ocorre, por uma parte, pelo incremento da população humana em
condições de vulnerabilidade e por outra parte, pelos fenômenos da natureza que estão incrementando o seu poder destrutivo.
O autor deste artigo está entre as pessoas que interpretam este último como uma expressão do sistema imunológico da
biosfera que está tentando se desfazer de uma espécie que, por uma parte, constitui “a obra prima” do Cosmos, mas que
simultaneamente adquiriu a condição de praga. Uma das chaves da suprevivência da nossa espécie no planeta está na
Ética.
Palavras-chave: risco, auto-regulação, resiliência, praga, compaixão, sinestesia, ética.
Specialists in risk management agree of humanity will be witness of new and bigger disasters, tendency that has been
growing in the last decade. This is due to the increase of human population in a condition of vulnerability, by the one hand,
and to the increase of the destructive power of natural phenomena, by the other. The author of this article is among the ones
who interpret the last aspect as an expression of the immunological system of the biosphere that is trying to get rid of a species
that, although is the “masterpiece” of the Cosmos, has become a plague. One of the keys for the survival of our species on
the planet is on Ethics.
Key words: risk, self-regulation, resilience, plague, compassion, coenesthesia, ethics.
* Este texto es la edición parcial de otro, presentado en junio de 2002 en el UNDP Expert
group meeting on risk management and adaptation, realizado en La Habana (Cuba). Es
resultado de años de trabajo del autor con comunidades vulnerables tanto a las amena-
zas naturales como a las amenazas antrópicas, la más grave de todas, la violencia. El
escrito fue, en su momento, adaptado del texto “De nuestros deberes para con la vida”,
Gustavo Wilches-Chaux (CRC, Popayán – Colombia, 2000), el cual se puede bajar
completo de http://amauta.org/deberes.htm
** Escritor payanés. Abogado y graduado en Ciencias Políticas y Sociales, Universidad del
Cauca. Estudios posgraduales en manejo de desastres y producción de audiovisuales, Ingla-
terra. Consultor en el campo ambiental y de la gestión del riesgo. E-mail: gwil@telecorp.net.co
creta de una sola forma de vida Es más: me atrevo a afirmar que manos sean igualmente conscientes
consciente de su propia existencia yo creo que sí lo son (el mero acto de la existencia del universo y de
y consciente de la existencia del de ser lo que se es, esa “dignidad que forman parte de él. Pero esto
cosmos: la especie humana, nues- sin palabras de los animales salva- último por razones culturales, y no
tra propia especie. jes” de que habla Timothy Fe- porque existan diferencias cerebra-
rris (1993: 98) , podría entenderse les que les impidan a algunas per-
Debo anticiparme a decir que y vivenciarse como otra forma de sonas adquirir esa conciencia de
comparto las críticas que se le for- conciencia cósmica). Pero entra- pertenencia y de totalidad.
mulen a la anterior afirmación, en mos en el terreno de la subjetivi-
el sentido de que es posible que dad, en el cual (si bien no les niego El universo es consciente de su
otras formas de vida, como los ani- validez), entran a jugar la cosmo- propia existencia a través de noso-
males e incluso las plantas (o las visión de cada quien y los valores tros. Se conoce a sí mismo por in-
montañas y las nubes), también personales. termedio del cerebro humano y
puedan ser conscientes –a su ma- siente que existe y que está vivo a
nera– de su propia existencia. En cambio parece objetiva- través de nuestros sentidos y de
Como también es posible que al- mente comprobado que, posible- nuestra senestesia. Podríamos afir-
gunas especies animales (¿los ele- mente con algunas excepciones, mar que los seres humanos consti-
fantes, las ballenas, los delfines?) todos los seres humanos somos tuimos la propiocepción del universo,
puedan ser conscientes –también conscientes de nuestra propia exis- el sentido de su propia existencia
a su manera– de la existencia del tencia, así no podamos estar tan (o por lo menos uno de sus órganos
cosmos. seguros de que todos los seres hu- de propiocepción), es decir, su
Alimentándose
de una ballena
beluga. Groenlandia.
National Geographic.
Foto: Roy Chapman,
1911
Cazadores adornan
su Ford con las
pieles de pumas
asesinados por
deporte. National
Geographic, 1934
han existido o existen hoy sobre cocos y otros microorganismos que En tercer lugar, hemos logrado
el planeta. constituyen un dolor de cabeza para liberarnos de los mecanismos me-
nuestra especie. diante los cuales la selección natu-
En primer lugar, hemos acaba- ral limita las posibilidades de
do con casi todos los “enemigos En segundo lugar, hemos lo- supervivencia de los individuos “me-
naturales” que amenazan nuestra grado que no existan ni ecosiste- nos aptos” desde el punto de vista
existencia (aunque, como ya vi- mas ni condiciones ambientales estrictamente biológico, al igual que
mos, en los ecosistemas naturales, completamente vedadas para hemos logrado superar –y seguimos
si bien unas especies constituyen nuestra especie: los seres huma- superando– la “esperanza de vida”
una amenaza para los individuos de nos hemos conquistado los polos, de los seres humanos. Y si bien es
otras especies, en términos más los trópicos, las zonas costeras de cierto que un porcentaje muy alto
globales contribuyen a la supervi- distintas latitudes, los desiertos, y de la población humana vive por
vencia de la especie que les sirve comenzamos a aventurarnos en el debajo de los límites de la pobre-
de presa). Los pocos seres vivos que espacio exterior y los fondos za, lo cual se traduce en condicio-
podríamos considerar nuestros oceánicos. Si bien el espacio ex- nes de hambre, también lo es que
“enemigos naturales” se encuentran terior y los fondos oceánicos to- dicha hambre no se debe a que
a nivel de microorganismos (virus davía no están habitados de nuestra especie no esté en condi-
y bacterias). Los científicos siguen manera permanente por los seres ciones de producir todos los ali-
trabajando para eliminar, o por lo humanos, sí es notorio el impac- mentos que necesitamos, sino a que
menos para controlar, esos “enemi- to que sobre los mismos causa la ni los recursos están equitativa-
gos naturales”, por ejemplo median- actividad de nuestra especie. Al- mente distribuidos, ni a nivel glo-
te la búsqueda de una vacuna rededor de la Tierra giran en este bal los mercados tienen como
contra la malaria o contra el Sida, momento varios cientos de tone- prioridad la satisfacción de las ne-
o de medios para combatir estafilo- ladas de chatarra espacial. cesidades humanas, sino la protec-
fitoplancton (plantas microscópicas de la naturaleza, hemos olvidado minadas por “ciencias” ocultas y
en suspensión) que habita en las nuestra dependencia de los ciclos dudosas. Estamos tan obnubilados
aguas marinas y que a través de la estacionales, e incluso de la nece- por las posibilidades de lo sobrena-
fotosíntesis genera la mayor parte sidad del día y de la noche. La dis- tural que hemos perdido la capaci-
del oxígeno que respiramos. La ponibilidad de luz artificial nos ha dad para reconocer los milagros
ciencia sabe también que la estabi- hecho olvidar que la oscuridad cotidianos que nos ofrece la natu-
lidad de la temperatura de nuestro cumple una función tan esencial raleza, incluyendo el milagro de
planeta depende de la capacidad de para la diaria revitalización de la existir. Como afirma el escritor co-
las selvas tropicales para regular, vida, como la función que cumple lombiano Arturo Guerrero, “sole-
también por medio de la fotosínte- el sol como fuente de energía mos añorar al medio día las estrellas,
sis, la cantidad de gas carbónico lumínica y de calor. sin advertir que el sol es una de
presente en la atmósfera terrestre. ellas”.
Así mismo, se sabe que en la En lugar de maravillarnos ante
biodiversidad de las selvas tropica- los prodigios más tangibles del cos- Todo lo anterior determina que
les existen los principios activos ca- mos –de un cosmos que comienza no solamente actuemos sino que
paces de curar muchas de las en nuestros propios cuerpos y de además pensemos como plaga.
enfermedades conocidas, así como cuya milagrosa voluntad de vida
posiblemente enfermedades que nosotros, los seres humanos, somos Nos arrogamos los derechos de
todavía no se conocen o que toda- una expresión tangible, concreta e vida y de muerte, y de extinción y
vía no existen, pero que, al paso que inmediata–, en vez de reconocer las de existencia, sobre las demás espe-
vamos, para cuando aparezcan, ya más evidentes interdependencias cies vivas y sobre los demás elemen-
habremos destruido la farmacia na- que nos vinculan con otras especies tos del entorno, y nos consideramos
tural que contiene las sustancias ca- y con otros seres que comparten la única razón de ser de este plane-
paces de curarlas. con nosotros desde nuestro hábitat ta, hasta el punto de eliminar todo
más inmediato hasta esa “comuni- cuanto pueda constituir un obstá-
Como nos hemos hacinado en dad sagrada” que es la biosfera, nos culo para nuestra prepotencia;
ciudades aparentemente indepen- extasiamos ante la posibilidad de construimos múltiples discursos fi-
dientes de los condicionamientos improbables dependencias, dicta- losóficos y aparentemente “éticos”
Fútbol
británico,
“un deporte
de alto
riesgo”.
National
Geographic,
1914