Вы находитесь на странице: 1из 3

Diez consejos para leer más libros

Pregunta
Quisiera comenzar a leer, pero no tengo el tiempo para hacerlo. Y cuando logro apartar el
tiempo, pronto pierdo el interés. ¿Cómo es que algunas personas pueden leer tantos libros en
un año?

Quisiera que mis hermanos no solamente leyeran más, sino también que leyeran mejor; pero
si no logran leer como tal de poco sirve que tengan el mejor criterio del mundo para
seleccionar sus libros. Se habla mucho acerca de discernir lo que se lee, pero sospecho que
el problema es aún más básico: lectores. Posiblemente, la media de los cristianos de nuestro
día podría pasar un año completo (o toda su vida) sin leer un libro completo; ni siquiera de
las Sagradas Escrituras. Es perfectamente posible leer doce libros en un año y con algo de
diligencia aún más, pero por algún punto hay que comenzar. Si con estos consejos alguien
pasa de ninguno a uno, ya es una gran cosa. No pongo en práctica todos estos consejos a la
vez ni encuentro práctico hacerlo, son cosas que me han sido de utilidad en un momento u
otro (o leí en alguna parte o alguien me recomendó) y ahora comparto sin orden concreto.

1. Redime el tiempo muerto. La fila de un banco, el transporte (si no eres tú quien


manejas), esperar que algo se cocine —con cuidado de que no se queme—, esperar a
que alguien llegue o te reciba para una reunión, la sala de espera de un médico o ese
momento en el que casi llega el sueño; si se buscan intencionalmente, los muchos
tiempos muertos que tenemos en un mes son suficientes para leer en ellos un libro
corto. Con el plus de que esperar en sí leyendo se hace algo más llevadero. Si se le
añade el tiempo «invertido» en consultar redes sociales y mensajes no necesariamente
relevantes en el celular, el tiempo alcanza para el Quijote. Casi todo el mundo dice
tener una agenda muy ocupada para leer… lo dice por whatsapp o en el curso de
largas conversaciones no muy profundas. (Sería muy difícil pasar de una tapa a la
otra de un libro medianamente grande leyendo solamente en los tiempos muertos,
considera también tener un momento específico para disfrutar tu libro
detenidamente.)
2. Raya tus libros. Esto puede parecer un mal consejo, pero no lo es. Tener la
expectativa de encontrar en un libro contenido memorable y tener a mano algo con
qué destacarlo (resaltar o subrayar) puede darle una nueva perspectiva a la lectura. Sé
que para mucha gente rayar un libro le parecerá inapropiado (herencia de la escuela)
o hasta irrespetuoso, pero si se ve desde otra perspectiva es todo lo contrario:
cualquier autor que encuentre un lector con un libro suyo lleno de marcas, rayones y
notas al pie de página debería considerar el gesto como un honor; significa que sus
ideas despertaron interés (ya sea porque afirmó al lector o porque lo confrontó).
Tiempo después, es una experiencia muy gratificante volver a releer aquellas partes
de un libro que resaltamos y redescubrir la razón por la que llamaron nuestra atención.
(Esos libros muy rayados son los más difíciles de regalar.)
3. Marca el lugar en el que te quedaste. Es común el caso de un libro que se quedó en
un punto y al intentar retomarlo tenemos que invertir un buen tiempo en ubicar el
punto específico en que lo dejamos. Si se lee en tiempos muertos y varios libros a la
vez ayuda mucho saber rápido dónde poner los ojos para seguir, pues eso podría hacer
la diferencia entre dedicarle cinco minutos a la lectura (lo suficiente para tomar el
hilo) o dos (insuficiente para tomar el hilo). En ese caso es mucho más práctico hacer
alguna marca específica en la página (doblarle una esquina) o en el párrafo siguiente
(un punto, raya o señal distintiva). Los separadores de cartón son útiles, pero se
pueden mover. Adicional a esto, hacer marcas en el párrafo tiene la ventaja de
cuantificar el avance: saber qué tanto material hemos cubierto de rato en rato. Lo
mismo hacen los corredores: saben que lo más importante es disfrutar la carrera, pero
la distancia cuenta.
4. Selecciona libros con utilidad. La lectura recreativa también tiene su lugar, pero
motiva mucho leer libros cuyo contenido podría sernos útil en nuestro momento de
vida, oficio o vocación. No tenemos que limitarnos a libros directamente
relacionados, para casi cada área de interés hay desde libros históricos o hasta ficción
que podrían ser muy útiles. Tener una expectativa de utilidad en ese libro que se ha
comenzado a leer es una buena motivación para terminarlo.
5. Guarda tus libros leídos, por lo menos durante un tiempo. Eso no es vanidad, el
propósito es tener un sentido de logro y avance. Algunos acostumbran a tener un
listado por escrito que van actualizando, otros comparten la foto de cada libro leído
por las redes sociales; el asunto es ir marcando nuestro avance y progreso. Aunque el
número de páginas o de libro leídos no es determinante para el aprovechamiento, sí
es algo concreto, cuantificable, que motiva a seguirlo haciendo. Una meta por año
también ayuda. De todo, lo visual es lo que encuentro más útil: ver como aumenta
durante el año la fila o columna de los leídos.
6. Ten una pila de libros en cola. Entre los libros que se leyeron, los que se compraron
y no se han leído y los que sin buscarlos terminaron en nuestras manos, puede haber
un montón de ruido visual. Tener a la vista —aparte del librero— una pila de libros
que realmente deseamos leer puede revivir el deseo. En un momento me vi rodeado
de tantos libros, ya pasados o no deseados, que me impedían encontrar algo que
verdaderamente quisiera leer, lo resolví poniendo muchos de ellos dentro de una caja
que eventualmente regalé por lote. Ver un librero no es tan atractivo como ver cuatro
libros pendientes, uno sobre el otro, esperando que el actual se acabe para tener
nuestra atención.
7. Comienza un club de lectura. Una de las mayores motivaciones para leer un libro
es la complicidad que se puede generar con otros lectores, sino en el mismo momento,
a través del tiempo. Muchas amistades han comenzado al descubrir que en
determinados momentos y contextos se leyó el mismo libro y otras se han fortalecido
al leer un libro. En otros países del mundo y momentos de la historia cuando la cultura
de leer ha estado más difundida el hecho de que mucha gente estuviera leyendo el
libro de moda era una fuerte motivación para que alguien comenzara a leer, pues lo
leído eventualmente surgiría en las conversaciones casuales. Ahora mismo genera el
mismo efecto (crear amistades, fortalecerlas o tener temas de conversación) con
iniciativas como un club de lectura. Si nuestro entorno naturalmente no nos invita a
leer, creemos un ambiente propicio para que florezca la lectura.
8. Usa un lector electrónico. Un libro no es solamente el soporte (49 o más páginas
impresas y encuadernadas), sino un contenido, desarrollado con cierta cadencia a lo
largo de varios capítulos. La popularización, aligeramiento y abaratamiento de los
lectores electrónicos como el Amazon Kindle han facilitado mucho la transición.
Ahora mismo alterno entre el libro físico y el libro electrónico, pero para
determinados libros grandes preferiría mil veces el Kindle. No solamente es más
manejable leer un libro muy grueso en el Kindle que en papel, también el Kindle tiene
la ventaja de poder aumentar el tamaño de las letras para cansar menos lo ojos. No
hace falta comprar un lector Kindle específico, se han desarrollado aplicaciones para
casi cualquier dispositivo móvil (tabletas y celulares) y hace la misma función. De
hecho, ahora mismo mi principal equipo de lectura es un Ipad Mini con la aplicación
Kindle, que encuentro mucho más amigable y fluida que en los mimos equipos que
desarrolla Amazon. El hecho mismo de tener Kindle en un dispositivo que va
conmigo a muchas partes (ipad) ha facilitado mucho el que pueda redimir leyendo los
tiempos muertos. (Aunque es posible, por el tamaño de la pantalla y el agarre del
aparato mismo, no es práctico leer por largo rato en un celular.)
9. Lee varios libros a la vez. Así como tenemos la capacidad de tratar en un mismo día
diferentes temas con diferentes personas y mantener el hilo de la conversación, de
forma tal que podemos seguir el hilo en otra ocasión sin mezclar los temas, podemos
leer varios libros a la vez, aún mejor si son de temas o hasta de épocas distintas. Este
consejo no solamente tiene la ventaja de la variedad, sino también la de la
disponibilidad, para leer más puedes tener los libros actuales en los lugares que
frecuentas (diferentes lugares de la casa, el trabajo o hasta en el vehículo.)
10. Despide un libro. Aunque se requiere cierto carácter para acompañar a un autor en
los valles sin abandonar, hay libros que no vale la pena terminar y se pueden despedir.
A diferencia de una película, que se puede ver con una actitud pasiva, un libro
requiere diligencia, una actitud activa, seguimiento; es tal el esfuerzo que requiere
leer que deberíamos ser sabios para abandonar un libro si encontramos que no valdrá
la pena. Y al hacerlo, mi recomendación es eliminarlo de la vista, para no tener la
tentación de retomarlo o la mala conciencia. Siempre agradezco a quien me regala un
libro, pero tampoco me siento obligado a leerlo. Eso sí, si termino leyéndolo se lo
expreso y agradezco doblemente, lo que por lo regular, si quien lo regaló también lo
leyó, estrecha el lazo de la amistad.

¡Ya no tienes excusa! Si leíste este artículo completo, ya has superado una gran barrera (más
de 1,500 palabras). Algunos libros de la Biblia son más cortos y mucho más provechosos. Si
de todos los consejos te quedarás con uno: comienza o únete a un club de lectura, pues al
hacerlo pondrás en práctica varios consejos a la vez.

Вам также может понравиться