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PROPÍEDADES HÍDRÁULÍCAS DEL SUELO

FLUJOS LAMINAR Y TURBULENTO

Los problemas relativos al flujo de líquidos en general, pueden dividirse en dos grupos
principales: los que se refieren a flujo laminar y aquellos que tratan con flujo turbulento.
Un flujo se define como laminar cuando las líneas de flujo permanecen sin juntarse
entre sí en toda su longitud, excepción hecha del efecto microscópico de mezcla
molecular. El flujo turbulento ocurre cuando la condición anterior no se cumple. Una línea
de flujo se define como la línea ideal que en cada punto tiene la direcci6n del flujo, en el
instante de que se trate; en todo punto el vector velocidad y la línea de flujo que pasa por
él, serán tangentes. Si en un tubo se inserta una fuente puntual de tintura, como se
muestra en la Fig.IX-1, se tiene una distinción objetiva de los dos tipos de flujo
mencionados observando la trayectoria trazada por la tintura, que puede asimilarse a una
línea de flujo, si éste está establecido.

Se sabe que a velocidades bajas un flujo ocurre en forma laminar, mientras que al
aumentar aquéllas se llega a un límite en que se transforma en turbulento; si en ese punto
la velocidad se reduce, el flujo volverá a ser laminar, pero la nueva transición ocurre,
generalmente, a menor velocidad que la primera. Esto indica la existencia de un intervalo
de velocidades en el cual el flujo puede ser laminar o turbulento. Reynolds probó que
existe una cierta velocidad en cada líquido abajo de la cual, para un cierto diámetro de
conducción y a una temperatura dada, el flujo siempre es laminar. Esta velocidad se
define como la crítica. Similarmente, existe una velocidad mayor arriba de la cual el flujo
siempre es turbulento: en el caso del agua esta segunda velocidad es, aproximadamente,
igual a 6.5 veces la velocidad crítica. Reynolds encontró que la velocidad crítica del agua
puede expresarse por la ecuación:
Así, la velocidad crítica resulta ser inversamente proporcional al diámetro de la
conducción por la que ocurre el flujo.
En la Fig. IX-2 se muestra la variaci6n de la velocidad con el gradiente hidráulico en flujo
laminar y turbulento. La diferencia principal entre ambos estriba en que en el flujo
laminar, la energía disponible se pierde por resistencias viscosas entre las diversas láminas
líquidas en deslizamiento relativo.

Si una masa de agua fluye con la misma velocidad en cada punto (flujo uniforme) no
habrá pérdidas de energía, pero esta condición nunca existe en conductos, debido a la
resistencia que generan las fronteras. Lo cual produce una distribución de velocidades del
tipo de la que aparece en la Fig. IX-3.
En el caso del flujo turbulento, por otra parte, existe una pérdida continua de energía
debido a las velocidades diferentes de las partículas adyacentes de líquido aun cuando la
masa fluya a velocidad constante.

Estrictamente hablando, el flujo turbulento es de por sí, no establecido y no uniforme,


ya que existen en él movimientos irrestrictos de masas finitas superpuestas al movimiento
del conjunto de fluido. Es conveniente, sin embargo, distinguir entre el movimiento
secundario de la turbulencia y el primario de todo el fluido y clasificar el flujo turbulento
como establecido y no establecido, uniforme y no uniforme, rotacional e irrotacional, sin
atender a las turbulencias perturbadoras.
La velocidad media en un conducto en régimen laminar o turbulento es función de la
pérdida de carga hidráulica por unidad de longitud (gradiente hidráulico i}. En el flujo
4
turbulento la velocidad es aproximadamente proporcional a √𝑖 y más exactamente a 7 𝑖 En
el flujo laminar la velocidad resulta ser proporcional a 𝑖, simplemente.

LEY DE DARCY Y COEFICLETLLE DE PERMEABUIDAD

El flujo de agua a través de medios porosos, de gran interés en la Mecánica de Suelos,


está gobernado por una ley descubierta experimentalmente por Henri Darcy en 1856.
Darcy investigó las características del flujo del agua a través de filtros, formados
precisamente por materiales térreos, lo cual es particularmente afortunado para la
aplicaci6n de los resultados de la investigaci6n a la Mecánica de Suelos.
Trabajando con dispositivos de diseño especial, esencialmente reproducidos en el
esquema de la Fig. IX-4, Darcy encontró que para velocidades suficientemente pequeñas,
el gasto queda expresado por:
𝝏𝑽 𝒄𝒎𝟑
𝑸= = 𝒌𝑨𝒊 ( )
𝝏𝒕 𝒔𝒆𝒈

A es el área total de la sección transversal del filtro e 𝒊 el gradiente hidráulico del flujo,
medido con la expresión
𝒉𝟏 − 𝒉𝟐
𝒊=
𝑳
En cualquier punto del flujo la altura piezométrica h es la carga de la elevación z del punto,
𝑝
más la carga de presión en dicho punto (𝛾 ).
𝑤
La carga de velocidad se desprecia en razón de la pequeñez de las velocidades que el agua
tiene a través del medio poroso. La diferencia ℎ1 − ℎ2 , representa la pérdida de energía
sufrida por el flujo en el desplazamiento 𝐿; esa energía perdida se transforma en calor.
Hablando con mayor precisión, debería escribirse:

𝝆
𝝏𝝆
𝒉= 𝒛+∫
𝝆𝟎 𝜸𝒘

en donde 𝜸𝒘 es alguna función de la presión, entre un valor inicial 𝝆𝟎 , y el valor 𝝆, a la


altura z. Sin embargo, no es grave ignorar la variación del peso específico respecto a la
distribución de presión, considerando a 𝜸𝒘 constante.

Nótese que en la Fig. IX-4, por ejemplo, el agua fluye de un punto a menor presión a
otro a mayor y es que la carga hidráulica total es suma de los dos factores mencionados y
no sólo de la presión; es claro que en flujo horizontal el gradiente de presión sí será
proporcional al gradiente hidráulico y el flujo tendrá que ocurrir en el sentido de las
presiones descendentes.
La ceuaci6n de continuidad del gasto establece que

𝑸 = 𝑨𝒗

Siendo A el área del conducto y v la velocidad del flujo, se deduce que:

𝒗 = 𝒌𝒊
O sea, que en el intervalo en que la ley de Darcy es aplicable, la velocidad del flujo es
directamente proporcional al gradiente hidráulico; esto indica que, dentro del campo de
aplicabilidad de la ley de Darcy, el flujo en el suelo es laminar. Darcy construyó sus filtros
de arenas finas, generalmente, de lo cual se deduce que ya en estos suelos el flujo del
agua es laminar, por lo menos mientras las carga hidráulicas no sean excesivas. En suelos
más finos (mezclas de limos y arcilla o arcillas puras) el agua circula a velocidades aún
menores, por lo que, con mayor

razón, el flujo también será laminar. De hecho las investigaciones realizadas a partir de la
publicaci6n de la ley de Darcy, indican que esa ley solo es aplicable a suelos de partículas
no muy gruesas, quedando, desde luego, excluidas las gravas limpias, cantos rodados, etc.
En las ecuaciones anteriores, relacionadas con la ley de Darcy, aparece una constante
física de proporcionalidad, k, llamada el Coeficiente de Permeabilidad del Suelo. En
cualquiera de esas ecuaciones, puede verse que sus unidades son las correspondientes a
una velocidad (téngase presente que i es un concepto adimensional). Esto se ha utilizado
para definir en términos simples el coeficiente de permeabilidad de un suelo como la
velocidad del agua a través del mismo, cuando está sujeta a un gradiente hidráulico
unitario. Es obvio que en el valor numérico de k se reflejan propiedades física del suelo y
en cierta medida ese valor indica la mayor o menor facilidad con que el agua fluye a través
del suelo, estando sujeta a un gradiente hidráulico dado. Esta facilidad a su vez depende
de toda una serie de propiedades físicas del suelo y, también de algunos factores, tales
como temperatura.
VELOCIDAD DE DESCARGA, VELOCIDAD DE FILTRACIÓN Y VELOCIDAD REAL

Considérese un filtro de suelo (Fig. IX-5). Análogo al de la Fig. IX-4. Se representa al


suelo dividido en sus dos fases de sólidos y vacíos. Obsérvese que en esta situación, el
área disponible para el paso del agua es Av, en lugar de A, tal como se supuso en la ley de
Darcy. Si el flujo es establecido, sin embargo, debe tenerse el mismo gasto en el tubo libre
que en el suelo; por lo tanto, teniendo en cuenta la condición de continuidad, puede
escribirse:
𝑨𝒗 𝒗𝟏 = 𝑨𝒗
De donde:
𝑨
𝒗𝟏 = 𝒗
𝑨𝒗
considerando al filtro un espesor unitario normal al papel, se tiene:

𝑨 𝟏 𝟏+𝒆
= =
𝑨𝒗 𝒏 𝒆

Por lo tanto:
𝟏+𝒆
𝒗𝟏 = 𝒗
𝒆
La velocidad 𝒗 que se deduce directamente de la ley de Darcy, se llama velocidad de
descarga o, simplemente, velocidad. La velocidad 𝒗, que toma en cuenta la existencia de
una fase sólida impermeable, se llama velocidad de filtración y es la velocidad media de
avance del agua en la dirección del flujo.
Sin embargo, en la obtención de la velocidad de filtración se supuso que el agua tenia
trayectoria recta al pasar a lo largo del filtro, por lo cual no representa la velocidad con la
que el agua se está moviendo.
El agua no recorre la longitud 𝑳 al atravesar el suelo, sino una línea sinuosa o irregular de
longitud 𝑳 m Entonces sí 𝒗2, es la velocidad media real, podrá escribirse:
𝑳𝒎 𝟏 + 𝒆 𝑳𝒎
𝒗𝟐 = 𝒗𝟏 = 𝒗
𝑳 𝒆 𝑳
Una velocidad media más ·real podría encontrarse solamente si se conocen las variaciones
del área de los poros en cada canal.

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