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Aunque en esta definición se obvia el modo por el cual se produce este cambio. (Nota del autor)
Tal objetivo transita por la asimilación de los conocimientos mínimos indispensables para
asumir tal tarea. De ahí, la importancia de la realización de una encuesta entre Especialistas
pertenecientes a los distintos niveles del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio
Ambiente y a directivos de instituciones dentro del Sistema de Ciencia e innovación
Tecnológica, en lo que constituye un acercamiento al estado del proceso de implementación
paulatino de la medición de la actividad científica y tecnológica en el país a partir del
impacto de sus resultados.
El presente trabajo pretende reflexionar en torno a algunos de los resultados generales de
una encuesta sobre el tema, realizada a especialistas de diferentes niveles así como a
directivos dentro del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. Este esfuerzo
inicial, enmarcado únicamente a las provincias habaneras y a la oriental Santiago de Cuba,
podría extenderse posteriormente al resto del país para obtener una aproximación más
abarcadora del proceso evaluado; sin embargo, de acuerdo al estado de desarrollo del tema
en las provincias escogidas, el balance a realizar sobre estas bien puede representar un
adecuado acercamiento al estado general del paísviii.
Composición de la muestra:
El gráfico 1 representa la conformación de la muestra, de acuerdo a su distribución por
provincias para cada una de las categorías analizadas. La categoría “Especialistas
Municipales” corresponde a la denominada por el CITMA como Especialista Integral de
Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. En el caso del “Especialistas Provinciales”, nos
referimos a Especialistas de Gestión y Especialistas para el Control pertenecientes a las
Delegaciones del CITMA en las provincias seleccionadas para este estudio. Por su parte,
los reconocidos en la categoría “Directivos”, corresponden a Directores de Unidades de
Ciencia y Tecnología de los territorios mencionados, así como a Especialistas
pertenecientes a la Sede Central del propio Ministerio, los que no fueron agrupados para el
trabajo en ninguna de las provincias escogidas.
La composición relativa de la muestra puede observarse en el gráfico 2. En el caso de la
categoría “Especialistas Provinciales”, la muestra seleccionada representa cerca del 95% de
los especialistas actualmente en funciones. Tal cifra es superior al 75% para la categoría
“Especialistas Municipales”.
100%
80%
60%
Ciudad Habana
40% Habana
20% Santiago de Cuba
0%
Especialistas Especialistas Directivos
Municipales Provinciales
Gráfico 1. Distribución territorial de la muestra (%) para cada una de las categorías
analizadas.
Especialistas
Provinciales
40%
Directivos
50%
Especialistas
Municipales
10%
El 90% de los encuestados demuestra poseer los elementos primarios para acometer la
planificación del impacto
El 90% de los encuestados demuestra poseer los elementos primarios para acometer la
planificación del impacto, en dependencia del estado de ejecución de sus proyectos y de los
resultados obtenidos. En este sentido, la planificación se ha interpretado como "la
proyección y ejecución de acciones que cubran el espacio entre el resultado y el impacto".
80%
0%
Im pacto Planificación Nom enclatura
Gráfico5. Distribuciones por categorías de las respuestas en torno a cuáles son los
actores del Sistema de Ciencia e Innovación Tecnológica encargados de la
implementación de la medición por impacto.
Puede apreciarse además (gráfico 5) que la mayor incidencia en este porciento proviene
precisamente de los Especialistas municipales, que si bien es cierto que se encuentran
menos identificados con los elementos conceptuales en torno al tema, tampoco deja de ser
válido que su contacto cotidiano con el quehacer de investigadores y empresarios, añade
una variable interesante a sus reflexiones.
100%
80%
Aumento de proyectos que
60% conducen a productos y
40% tecnologías
Mayor núm ero de proyectos de
20%
innovación
0%
Especialistas Especialistas Directivos
Municipales Provinciales
El 70% de los especialistas considera que la medición del valor agregado por activos
“intangibles” se hace particularmente importante cuando el valor agregado por
acciones de Investigación, Desarrollo e Innovación es alto.
El 70% de los especialistas consideró que la medición del valor agregado por activos
“intangibles” se hace particularmente importante cuando “el valor agregado por acciones de
Investigación, Desarrollo e Innovación es alto”, en tanto que un 10% valoró que esta
importancia debe dársele a los productos no tradicionales, con independencia de su valor
agregado.
En este sentido, resulta necesario aclarar que si bien existe cierta correspondencia entre
estas dos categorías, no excluyentes entre sí, toda vez que la generalidad de los productos
de “alto valor agregado”3xv son a su vez no tradicionales, no ocurre así a la inversa; por
tanto, podemos encontrar productos no tradicionales cuya concepción, elaboración o
producción no descanse en proyectos de I+D+I, por lo que la medición del valor añadido
por estas acciones es despreciable y por ende también lo es el impacto de la actividad
científica y de innovación tecnológica. Lo que no significa, la existencia de productos a los
que no proceda la aplicación de la actividad innovativa para la obtención de mejoras
tecnológicas, pues no sería coherente con el criterio todavía insuficientemente comprendido
por nuestros empresarios, de qué la única estrategia competitiva de éxito real es la de
innovaciónxvi.
Prácticamente ningún especialista consideró esencial la medición del valor agregado por
activos “intangibles a los productos tradicionales. Si bien esto evidencia comprensión en
torno a que estos no presentan alto valor agregado por acciones de I+D+I, en comparación
con productos no tradicionales como vacunas humanas, software, y equipos médicos, no
debe desconocerse ni descuidarse la labor científica e innovativa en estos sectores, que es
además oportuno incrementar en las actuales condiciones por las que atraviesa el país.
Una interpretación excluyente de la frase de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro “El
país podrá vivir de sus producciones intelectuales” xvii, entendiendo por estas únicamente los
productos de alto valor agregado, no nos parece oportuna. La ciencia y la innovación
tecnológica están llamadas a continuar añadiendo valor a los productos, cualquiera sea su
clasificación técnica, como estrategia imprescindible para garantizar su competitividad.
80%
70%
60% Propiedad Industrial y
50% Norm alización
40%
30% Integración de entidades
20%
10% Visualización de los resultados
0% de C e IT
Esp. Esp. Directivos
Municipales provinciales
3
Entendidos en la literatura especializada como “bienes de alta tecnología”. (Nota del autor)
integrador”Error: Reference source not found de la medición por impacto. La distribución
de estas respuestas por categorías, puede apreciarse en el Gráfico 7.
Por otro lado, el hecho de que solo un 25% de los encuestados haya seleccionado como
válida la idea de que la medición por impacto propiciaría “aumentar el conocimiento
popular sobre el papel de la ciencia y la innovación tecnológica cubanas en los diferentes
sectores” –su visualización-, puede explicarse en función del origen de la muestra
procesada, puesto que la misma está compuesta en su totalidad por directivos y
especialistas cuya labor se desempeña dentro del Sistema de Ciencia e Innovación
Tecnológica, y se encuentran de una u otra forma vinculados a las tareas de implementación
de la medición por impacto desde el punto de vista técnico, por lo que es comprensible una
parcialización de sus respuestas en este sentido. Otra aproximación al tema nos ofrecerían,
sin lugar a dudas, amas de casa, estudiantes u obreros vinculados a otra actividad laboral,
que aprecian “desde afuera” la actividad científica y tecnológica.
¿Innovar, cómo?
Prácticamente el 70% de los encuestados coincidieron en apreciar a la innovación
organizacional como de extrema importancia para propiciar la obtención de impactos en las
condiciones actuales que vive el país; en tanto la innovaciones de producto y de proceso
eran seleccionadas en el 50% y el 45% de los casos, respectivamente.
80%
70%
60%
50%
40% Innovación Organizacional
30% Innovación de producto
20%
Innovación de proceso
10%
0%
Especialistas Especialistas Directivos
Municipales Provinciales
Gráfico 8. Porciento de encuestados, agrupados por categoría, que identificaron los tipos
de innovación a los que debe responder directamente el trabajo en función de la
obtención de impacto.
Esta relativa prioridad que se le atribuye a la innovación organizacional entre personal
directamente vinculado con actividades de gestión y dirección de la actividad de ciencia e
innovación tecnológica, puede ser consecuencia, en primer lugar, de lo que ha significado
para muchas empresas en el país la aplicación de una innovación organizacional por
excelencia como lo es el perfeccionamiento empresarial, con resultados alentadores en el
aumento de la competitividad de sus productos y servicios, básicamente a través de un
redimensionamiento interno que ha propiciado, a su vez, innovaciones de producto y
proceso. Otro elemento a destacar, es la significativa infraestructura que en materia de
capital humano y de centros de investigación han sido creados en el país, y que proporciona
la materia prima fundamental para emprender acciones de tipo organizacional.
Darle al impacto la dimensión espacial que le corresponde:
Encuestados sobre la posible contribución a la obtención de impacto por parte de los
diferentes tipos de proyectos organizados a los distintos niveles, el 80% de los
especialistas identificó a “cualquier proyecto de I+D+I”, como posible fuente para la
obtención de un impacto. Otro 15% seleccionó exclusivamente “los proyectos
nacionales, ramales y territoriales”, obviando la importante capacidad que tienen los
proyectos institucionales para dar lugar a resultados de impacto para la propia entidad, la
comunidad en la que esta se ubica y en ocasiones a mayores niveles.
Téngase en cuenta, a manera de ejemplo, que muchos de los problemas
medioambientales existentes en áreas aledañas a empresas y que son resultado del
En relación a la interrogante de cuándo puede considerarse que tiene impacto un rubro
exportable, el 70% de los especialistas seleccionó como respuesta “cuando los
ingresos al país en MLC aumentan respecto al año precedente”, en detrimento de la
opción “cuando se alcanza una mayor producción respecto al año anterior”, escogida
en solo el 5% de los casos, lo que confirma el reconocimiento por parte de la muestra
seleccionada de que un rubro con valor agregado con capacidad para incluirse en la
Nomenclatura de Impacto en el destino “Exportaciones”, lo será solo cuando su venta
en el exterior aporte moneda líquida a las arcas del país, favoreciendo la balanza
comercial y contribuyendo a disminuir la diferencia entre lo que ingresa el país por
este concepto y lo que eroga en la importación de productos básicos y en la
transferencia de tecnología desde el exterior. Un 25% de los especialistas consideró
como impacto en este destino “cuando se construye un nuevo prototipo con mejoras
importantes”, criterio no acorde con lo antes comentado en torno a la necesidad de la
exportación, incluso sostenida, del producto obtenido. La obtención de un nuevo
prototipo, generalmente, requiere de otras muchas acciones antes de poner el
producto en el mercado.
Finalmente, los especialistas identificaron los que a su juicio constituyen los principales
obstáculos para la implementación de la medición por impacto en el Sistema de Ciencia e
Innovación Tecnológica cubano. El 75% escogió como fundamental, “la poca comprensión
de los empresarios acerca del papel de la ciencia y la innovación tecnológica para alcanzar
la competitividad”, en tanto que un 30% seleccionaba los temas relacionados con “la
dificultad para obtener indicadores generales para la medición” y “la insuficiente
preparación económica de investigadores y tecnólogos”. Otros criterios, considerados solo
por el 15% de los indagados como de importancia, fueron “la deficiente licitación de
proyectos de I+D+I” y “que el proceso concluye en el cliente y no en el grupo de
investigadores o innovadores”.
Pasos sostenidos
La comunidad científica y el empresariado cubano avanza en el empeño de concentrar sus
esfuerzos cada vez más en las verdaderas demandas y necesidades del pueblo del que es
fruto y simiente. Los resultados anteriormente comentados, a la escala y en el contexto
analizado, nos permiten corroborar esta sentencia.
La medición de la actividad científica y de innovación tecnológica a través del impacto de
sus resultados, constituye, en sí misma, un enfoque orientado hacia el trabajo en dirección a
la obtención de beneficios y aportes tangibles en los sectores de la economía y la sociedad
priorizados por el país.
Sin embargo, el ritmo y la versatilidad con que sean aplicados estos conceptos en el sector
productivo, pasa necesariamente por la capacidad de nuestros directivos y especialistas
dentro del Sistema de Ciencia e Innovación Tecnológica, en especial, los Especialistas
Integrales de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
Estos últimos constituyen un punto neurálgico en el trabajo, puesto que la obtención de
indicadores de impacto específicos para cada producto o tecnología, pasa obligatoriamente
por una labor de asesoramiento metodológico a directivos, científicos y empresarios,
quienes aportan en su conjunto el perfil técnico de estos.
De acuerdo a los resultados de esta encuesta, el desarrollo y consolidación de este proceso
de medición en el presente, debe estar profundamente relacionado, de conjunto con la
obtención de indicadores, con el trabajo en función de lograr una cultura en torno al tema,
no en el marco de una concepción aislada o monotemática, sino integradora y sistémica, a
partir del concepto de que en la obtención de impacto convergen tanto los diferentes actores
sociales del Sistema de Ciencia e Innovación Tecnológica cubano, como las numerosas
herramientas o dimensiones (gestión de la calidad, propiedad industrial, inteligencia
empresarial, entre otras) de la actividad científica e innovativa.
La experiencia cubana, aunque incipiente, puede además constituir una modesta
contribución a los intentos latinoamericanos por hacer de la Ciencia y la Tecnología en
nuestro continente, un arma estratégica para el desarrollo de nuestros pueblos.
i
Bibliografía utilizada:
CITMA, Dirección de Política Científica y Tecnológica. “Ciencia e Innovación Tecnológica. Documentos Rectores”.
Editorial Academia, 2001.
ii
OECD, “Manual de Frascati”, 1993.
iii
CITMA, Division of Scientific and Technological Policy. “Science and Technology Indicators, Cuba 1995-2000”.
Editorial academia, 2001.
iv
Quevedo Rodríguez, Vito; Chia Garzón, Jesús; y Rodríguez Batista, Armando. “Midiendo el impacto”. Ciencia,
Innovación y Desarrollo. Vol. 7, No 1, 2002.
v
PNUD, “Informe sobre Desarrollo Humano 2001”. Ediciones Mundi-Prensa, 2001.
vi
CITMA, Documento: “Objetivos de Trabajo 2001-2003”.
vii
Kostoff, Ronald. The handbook of research impact assessment, citado en: “La medición del impacto social de la ciencia y
la tecnología”, Fernández Polcuch, E., en Temas actuales de indicadores de ciencia y tecnología en América Latina y el
Caribe, compilado por Mario Albornoz, RICYT.
viii
CITMA, Principales Impactos de la Ciencia y la Innovación Tecnológica, 2002. En proceso de edición.
ix
CITMA. Documento: “Registro actualizado de Unidades de Ciencia y Tecnología”, 2003.
x
GEPE, Documento: “Estado del proceso (de perfeccionamiento empresarial) por provincias”. 2003
xi
OECD, “Oslo Manual”, 1996.
xii
RICYT/OEA/CYTED, “Manual de Bogotá”, 2001.
xiii
. “La medición del impacto social de la ciencia y la tecnología”, en Temas actuales de indicadores de ciencia y tecnología
en América Latina y el Caribe, compilado por Mario Albornoz, RICYT.
xiv
CITMA, Resolución 50/1999.
xv
OECD, Manual de Oslo, Principios básicos propuestos para la recogida e interpretación de datos de innovación
tecnológica, 2da Edición, París.
xvi
Faloh Bejerano, R., Innovación y empresas de alto desempeño, Documento base del curso”Gerencia de la Innovación”,
Maestría Gerencia de la Ciencia y la Innovación, ISCTN, 2001.
xvii
Castro Ruz, Fidel. Encuentro con la comunidad científica en el marco del proceso “La ciencia y los científicos en la
Batalla de Ideas”, 15 de enero de 2002.