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Pee Ree Nuk neuer rete) DNR ee ee Ue cu Met eee eke ten ee) de suyo instintiva. La cultura tendria su faceta mas distintiva en el desarrollo de la ciencia y la Pee eet od Recta econ cua Meee ce una nostalgia del instinto, como si la sabiduria tecnocientifica nos vaciara de PCa ee nee Mc) iC ee eke de recuperanese ‘claro’, donde quizé alguna vez asomara ‘el ser’. {Es ‘reudiano’ ese aparente malestar en la cultura? {Qué mal puede haber en ‘querer saber’, en ‘querer hacer'? Carlos Castrodeza (Tanger, 1945), cue nua ese cs ec animal’ en el Instituto de Genética en Helsinki eet cue n eer tert te EU es PCIe CS CCE LTS Sete eee ee ee Carlos ue ce re es Pee eee Re) Castrodeza Complutense de Madrid. Culmina sus Cet erie aad Sree ecu Cereal ae Pree ck ensure acd (Minerva, 1999). La Marsopa de Heidegger Adoptando una postura minimalista, el hombre tendria en coman ‘con los demas seres vivos un afan por sobrevivir. Pero esa superviven- ‘cia no s6lo depende de una serie de recursos sino que ademas esta imitada en el tiempo. El hombre es posiblemente el Unico ser vivo ente- ramente consciente de esas dos limitaciones a su supervivencia, una relativa y la otra absolut, Por (o tanto, afit'de instrumentar ese afan por sobrevivir el hom- bre aplica su pensamiento a resolver los problemas que se le plantean al respecto. La resolucién de dichos problemas, segun sea la premura de los mismos, se dividiria en aquellas dificultades que exigen una res- puesta a corto plazo y las otras. A corto plazo, hay que actuar ya, por lo que proceden soluciones que serian meramente instrumentales, téc- nicas. A medio y largo plazo, lo que se requiere es comprender la con- dicién humana (problemas especialmente filos6ficos), asi como la cidacién del mundo en que vivimos, incluyendo en ese mundo el ser humano mismo en sus aspectos, digamos, menos existenciales (pro- blemas cientificos), Naturalmente, a lo largo de la historia aunque la separacién entre lo meramente técnico y Io cientifico-filoséfico ha estado mas o menos clara, no ha sido éste el caso entre Ia flosofia y la ciencia. Hoy dia es casi un topico manifestar que la comprensién de lo que es el mundo es tatea de la ciencia, y que es el analisis de! lenguaje humano en sus infi- nitas matizaciones lo que es tarea de la flosofia, in embargo, la potencialidad de la ciencia nunca ha estado mas en entredicho que en la época actual, no sélo a pesar del éxito de la tecnologia sino que, paradéjicamente, a causa de su éxi idea, para muchos totalmente criptica, del fildsofo aleman Hegel (1770-1831) sobre que fa comprensién del mundo no es mas que el La rarsopa do Hecegger El ug dea cena ena curs acto de a mente (colectiva) comprendiendo su propio desarrollo encie- rra la clave de la madurez del ser humano en esa asimilaci nes técnicas mas o menos complicadas, y que los otros problemas, i008 y los filos6ficos, s6lo serian problemas residuales por ser 4slos ajenos a su propia biologia Esta transicién de lo que siempre ha sido problematico (actitud modernista) a lo que ya no Io es (actitud posmodemista) exige una revision radical de las concepciones humanas. Esta revision atafie no solamente a lo que se refiere a la comprensién del mundo, algo que ya no serla ajeno @ nuestra biologia. Sino que asimismo incumbe en lo ‘que respecta a los cédigos de conducta del ser humano que, andloga- mente, se incardinarian en esa misma biologia y, de acuerdo con el pensamiento de Darwin (1809-82), nos hermanaria con los demas seres vivos hasta convertimos no en el ser vivo por excelencia sino en un ser vivo mas. Para decepcién de muchos, la ciencia (y por ende su flosofia) en ura actual no pretende resolver entonces los problemas de siem- pre, sino los problemas de un tiempo a esta parte. Dicha postura mini- . Feflejo social de la ciencia actual, es la que se expone en las >, @ muchos se les pueda anto- jar un pensamiento profundamente pesimista, no debe por eso suponer tuna derrota para el intelecto sino, muy al contrario, una posibilidad de que éste renazca de sus cenizas lo q ra bien o para mal, afiade una derrotero irreversible a nuestra globalidad intelectiva. 2. CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL SIGNIFICADO DE LA CIENCIA 2.4. INTRODUCCION 2.4.4 Giencia y cultura {Qué es la nos hablan por si solos. Pero distinta manera segin sea el ‘Tambien se habla de distintas culturas dentro de un mismo ambito, sea éste amplio, como la cultura occidental, o mucho mas restringido, como distintas culturas dentro de, digamoslo asi, una ins sea ésta una entidad publica o una empresa comer parece que existe una especie de consenso, entre los occidentales en lo que se refiere a la primacia de la denomi- nada cultura accidental asi como a su divisién en subculturas. Estas se pueden identificar con distintas colectividades nacionales portuguesa, la galesa, la nesa, la flamenca). O también, dichas subc turas se pueden definir en distintas es en cuanto, por ejemplo, teol6gica mas bier identificacién se puede -pitagorica de la que emergeria I imera fase -con Copémico 0 Galileo-, 0 la hermética tan Impor- tante en la historia de la quimica y, sobre todo, de la biologia moderna). a marsope oe Hecegoe El ugar de eons ene cutwa O sea que la ciencia seria una derivacién cultural que, claro esta, tendria precedentes culturales precientificos si asumimos, como gene- ralmente es el caso, que la ciencia moderna, o ciencia propiamente Gicha, se inicia en el Renacimiento. Incluso se le puede poner una fecha a su comienzo: 1543 que es cuando Copémico le pone cabeza abajo al sistema solar, por expresario asi, en su obra Sobre las revolu- clones de las esferas celestes, 0 fecha en que Andreas Vesalio se empefia en llevar a cabo el estudio del cuerpo humano de una manera directa y publica mediante la metodologia e intencién que deja paten- tes en su obra maestra Sobre la estructura del cuerpo humano. La opi- ion mayoritaria, un tanto acritica por cierto, sobre el origen de la cien- cla es que mediante estas obras representativas, el entendimiento humano comienza a percibir la realidad practicamente en su plenitud, sin preconcepciones desfigurantes mas 0 menos idk inion mas cuidada, pero en la misma linea de un antes » estipula que Ia historia de Ia ciencia es la historia de la descontaminacién mas o menos gradual del pensamiento, Descontaminacién que se habria iniciado con los presocraticos, se habria interrumpido con la llegada del cristianismo y se habria rei do en el Renacimiento. Los agentes contaminantes serian esas pr concepciones que nos ocultan la realidad, con el dudoso beneficio de moldear la misma a nuestro antojo, de un modo no del todo conscien- te, Segtin las propensiones de lo que deseariamos que fuera y no es. Otra idea, en la misma linea es que en el Renacimiento se habria reto- ‘mado un periodo de critica que, a manera de conjeturas y refutaciones, nos habria, acercéndonos cada vez mas a la Verdad, conducido a la Giencia de nuestros dias. Dicho periodo que, de igual manera al proce- ‘80 de descontaminacién ideologico mencionado, se iniciara con los pre- socraticos y se interrumpiera durante el medievo cristiano. 2.4.2 Doxologia y Epistemologia Claro esta que también te adversos al quehat piensa, por espiritus no necesariamen- ientifico, que la ciencia seria un tipo de con- relativa a lo que antes | humanismo esta tefiido de conta existia en lugar de la ciencia. Es deci Preconcepciones mas o menos consensuadas, lo mismo ocurt clencia. Desde esta perspectiva, la ciencia natural no puede pretender un acceso al conocimiento privilegiado, ya sea merced al método expe- rimental y a la cuantificacion matematica, ya sea gracias a una especu- lacién teérica donde la intuicién seria més instrumental que esencial Asi, desde una perspectiva muy general, es como si hubiera un conflic~ to latente en lo que se viene conociendo, desde los ultimos 50 aos, como la tesitura de las dos cultures, pero que tendria sus raices en el comienzo de la historia misma Por un lado estaria, en efecto, la humanista que se puede centrar en las denominadas ciencias (Geisteswissenschatten). Esta proyeccién hace de! hombre un ser especialmente eser porque participe de la divinidad de un supuesto Creador quizé benevo- lente, bien porque &! mismo se piense como un ser esencialmente dife- rente dal resto de las criaturas, a causa de su discerimiento racional y, sobre todo, de la existencia de intenciones en sus actos). Y por o lado estaria la cultura cientifica restringida a las ciencias naturales (Naturwissenschaften). En esta contextualizacién, el hombre seria un organismo mas a pesar de sus supuestos atributos racionales. De modo que, desde el puro humanismo, considerarle al hombre como un 5, equiparable a cualquier otro, equivaldria a una contami ista, que no es mas que la conviccién de que el hombre seria perfectamente explicable por la ciencla. O sea que desde la pla- taforma de la ciencia pura y dura, no habria esencias que valgan. La conclusién es que para la ciencia mas radical, el humanismo entrafiaria, por su parte, una contaminacién teologico-metafisica clara © encubierta. Entonces, zquién contamina ideolégicamente a quién?. O bien, existe alguien que no contamine al respecto segin sus propensiones Particulares? De otro modo todavia, es toda manera de pensar una forma de inacién cognitiva? O desde la otra vertiente indicada, 488 toda critica simplemente una pretensién retorica sin mas trascen- dencia cognitiva? Todo el mundo puede esgrimir la tesis de que la rea- lidad tiene unas caracteristicas determinadas, y afirmar, que la manera de depurar el pensamiento es resolver las contradicciones que surgen dentro de una misma concepcién de la realidad, de tal suerte, que ten- gamos una realidad coherente en sus partes, como debe ser. Aunque claro, coherencia no implica verdad. Pero, entonces, icuantas realida- des coherentes hay? Realidad, como madre, no deberia haber mas que una, La coherencia, empero, se puede alcanzar de muchas maneras. abtsbsbnasasanan Una salida engaftosamente airosa a esa t decir, cada uno considera su itura es la escépti fuera de una salir de esa especie de circulo vicioso? El argumento de entrada mas defender la percepcién de se domina en buena medida, relativamente al pasado no ci (supuestamente dominado por el humanismo lad sempitema del entorno asi la calidad de vida de los seres humanos qi tos. Mientras que, prosigue el argumento, los mars de Hoiegoer. ugar do la Sera on le cutura personales como sociales. Claramente, nadie niega, asi a bote pronto, el de las sociedades occidental y occident matizan la naturaleza de ese Porat tanto éxito tecnolégico? EI ha pagado a la episteme (conoci- miento verdadero) y se adoptan doxas (opiniones) circunstanciales. Pero claro, esa pseudo-solucion epistémica conduce a un todo vale alisfactorio para los que no se conforman con supuestas apa- fiencias, al menos permanentemente, Porque la actitud escéptica equi- valdria a una resignacién cognitiva en el mejor de los casos y, en el Peor, supondria una claudicacién cognitiva sin pallativos. Se puede 2.4.3 La tecnologia como icono de lo real ido, desde la ciencia, para realidad en si (al menos de un modo apro- ; POF qué Ia ciencia seria el marco cultural mas lamamos realidad? Simplemente, porque tiene éxito, Ia Ciencia se ha transformado la manera de vivir del hombre en el sentido de que, potencialmente, se combaten mejor las enferme-

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