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Charles Bukowski

(Andernach, 1920 - San Pedro, California, 1994) Escritor estadounidense. En la línea del
anticonformismo californiano de la generación beat y utilizando un lenguaje agresivo y una
temática marginal, a menudo obscena o violenta, elaboró una obra singular, entre cuyos
títulos destacan El cartero (1971), Escritos de un viejo indecente (1969), Ordinaria locura
(1976) y Música de cañerías (1983).

Hijo de un oficial norteamericano y de una alemana, su familia se trasladó a Estados Unidos


cuando tenía tres años. El joven Bukowski creció en un barrio pobre, y durante la gran
depresión económica iniciada en 1929 hubo de soportar la miseria y los castigos de su
padre. Estudió periodismo mientras trabajaba en varios oficios, desde lavaplatos hasta
aparcacoches, pero no llegó a graduarse y llevó una vida dispersa, entregada al alcohol y a
un vagabundeo sin rumbo. De aquella época son sus primeros poemas y también algunos
cuentos, que publicaría a partir de 1940.

En 1956 comenzó a trabajar en el servicio de correos, lugar que le serviría de inspiración


para su primera novela, El cartero (1971), que protagoniza por primera vez Henry Chinasky,
un alter ego destinado a reaparecer en todos sus trabajos posteriores, excepto en la novela
Pulp, publicada póstumamente en 1994. A los cincuenta años abandonó el empleo en
correos para "sobrevivir con el oficio de escritor".

En sus obras retrató toda una galería personajes estrafalarios y marginales: prostitutas,
alcohólicos, vagos, buscavidas, jugadores arruinados y bravucones que circulan como
sonámbulos o pícaros por una ciudad que los rechaza. Varios títulos de sus obras hablan por
sí solos de sus líneas argumentales: Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones (1972) o
Escritos de un viejo indecente (1969).

Estos temas también serían también los de sus libros de poesía, escrita en un verso rudo,
escasamente lírico, de mensaje claro y áspero, pese a que en ocasiones afloran en sus
poemas los sentimientos y hasta un estado de felicidad. Sus relatos breves, como sus
poemarios, están escritos en un lenguaje directo, funcional, que cuenta ágilmente una
historia con un final por lo general subido de tono y con una atmósfera una veces sórdida y
otras atravesada por la comicidad y el habla coloquial más descarnada.

De sus recopilaciones de relatos destaca Música de cañerías (1983); las treinta y cuatro
narraciones de que consta el volumen ofrecen al lector un sórdido recorrido por la vida
nocturna de Los Ángeles. Personajes marcados por todo tipo de fracasos se cruzan durante
unos minutos en una habitación, un bar o una esquina para compartir soledad y alcohol. El
tono general es de un humor grotesco, y el estilo narrativo resulta siempre muy económico,
espontáneo y directo. Muchos de los personajes esbozados son artistas y escritores de
escaso éxito hasta el momento, entre los que destaca de nuevo su alter ego, Henry Chinaski,
cínico intelectual y amante incansable que protagoniza varias de las narraciones.

El elemento autobiográfico es en el fondo el aglutinador del conjunto de la obra de Bukowski,


quien se empeña en magnificar, incluso con recursos cómicos, su condición de bebedor y
mujeriego empedernido, de habitante de submundos relacionados con sus numerosos
empleos y ambientes deportivos como el de las carreras de caballos, el boxeo o el béisbol.
Sus relatos describen siempre realidades degradadas (en realidad, incluso sus novelas no
son más que secuencias de narraciones breves unificadas por un yo narrador), reflejo de la
monstruosidad de ciertos ámbitos de las ciudades norteamericanas, especialmente Los
Ángeles. Aunque su prosa pueda recordar a la de Henry Miller, sus continuas variaciones
sobre pocos temas predilectos lo relacionan, más que con los escritores de su generación
(como Jack Kerouac), con los pintores del hiperrealismo.

La obra de Charles Bukowski recibió tantas críticas negativas como positivas. Se le acusó de
practicar un estilo soez como mero exhibicionismo literario y de reiterar sus obsesiones de
modo efectista. Otros críticos, en cambio, realzaron su autenticidad y su condición de escritor
maldito. El "fenómeno Bukowski" irrumpió en Europa con grandes triunfos editoriales, pero
permaneció prácticamente ignorado por los críticos y los lectores de su país. De hecho, el
Bukowski poeta (a menudo convocado para lecturas de versos en las universidades
norteamericanas) gozó de mayor popularidad en Estados Unidos que el escritor, al contrario
de lo que ocurrió en el viejo continente.
1.- Todo

Los muertos no necesitan aspirina


ni pena.
Supongo.

Pero tal vez necesiten lluvia


No zapatos,
pero un lugar donde caminar.

No cigarros,
nos dicen,
pero un lugar para arder.

O nos han dicho:


espacio y un lugar donde volar
podrán ser lo mismo.

Los muertos no me necesitan.


Ni tampoco los vivos.

Pero tal vez los muertos se necesitan


a sí mismo.

De hecho, los muertos tal vez


necesiten todo
lo que nosotros necesitamos.

Y nosotros necesitamos tanto.


Si tan sólo supiéramos qué.

Tal vez sea todo.


Y probablemente moriremos
tratando de obtenerlo.

O moriremos
porque no lo obtenemos.

Espero que entiendas,


cuando yo esté muerto

Que obtuve
lo más que pude.

2.- Abraza la oscuridad

La confusión es el dios
la locura es el dios
la paz permanente de la vida
es la paz permanente de la muerte…

La agonía puede matar


o puede sustentar la vida
pero la paz es siempre horrible
la paz es la peor cosa
caminando
hablando
sonriendo
pareciendo ser

No olvides las veredas,


las putas,
la traición,
el gusano en la manzana,
los bares,
las cárceles
los suicidios de amantes.

Aquí en Estados Unidos


hemos asesinado a un presidente y a su hermano,
otro presidente tuvo que dejar el cargo.

La gente que cree en la política


es como la gente que cree en Dios:
soban aire con pajitas
torcidas.

No hay Dios
no hay política
no hay paz
no hay amor
no hay control
no hay planes.

Mantente alejado de Dios


permanece angustiado
deslízate.

3.- A la puta que se llevó mis poemas

Algunos dicen que debemos eliminar del poema


los remordimientos personales,
permanecer abstractos, hay cierta razón en esto, pero
¡Por Dios!
¡Doce poemas perdidos y no tengo copias!
¡Y también te llevaste mis cuadros, los mejores!
¡Es intolerable!
¿Tratas de joderme como a los demás?
¿Por qué no te llevaste mejor mi dinero? Usualmente
lo sacan de los dormidos y borrachos pantalones enfermos en el
rincón.

La próxima vez llévate mi brazo izquierdo o un billete de


cincuenta,
pero mis poemas no.

No soy Shakespeare
pero puede que algún día ya no escriba más,
abstractos o de los otros;
Siempre habrá dinero y putas y borrachos
hasta que caiga la última bomba,
pero como dijo Dios,
cruzándose de piernas:
“veo que he creado muchos poetas
pero no tanta poesía.”

1.- ¿Así que quieres ser escritor?

Si no te sale ardiendo de dentro,


a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del computador
o clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa solo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.

Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,


espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.

Si primero tienes que leerlo a tu esposa


o a tu novia o a tu novio
o a tus padres o a cualquiera,
no estás preparado.

No seas como tantos escritores,


no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
o hasta que muera en ti.
No hay otro camino.
Y nunca lo hubo.
2.- Cómo ser un gran escritor

Tienes que cogerte a muchas mujeres


bellas mujeres,
y escribir algunos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad
y los nuevos talentos.
Sólo toma más cerveza, más y más cerveza.
Ve al hipódromo por lo menos una vez
a la semana
y gana
si es posible.
Aprender a ganar es difícil,
cualquier pendejo puede ser un buen perdedor.
y no olvides tu Brahms,
tu Bach y tu cerveza.
No hagas demasiado ejercicio.
Duerme hasta el mediodía.
Evita las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa a tiempo.
Acuérdate de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dólares (en 1977).
Y si tienes capacidad de amar
ámate a ti mismo primero
pero siempre sé consciente de la posibilidad de
la total derrota,
ya sea por buenas o malas razones.
Un sabor temprano de la muerte no es necesariamente
una mala cosa.
Aléjate de las Iglesias y los bares y los museos
y como las arañas, sé paciente,
el tiempo es la cruz de todos.
Más el exilio
la derrota
la traición
toda esa basura.
Quédate con la cerveza,
la cerveza es continua sangre.
Una amante continua.
Consigue una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa,
dale duro.
Haz de eso una pelea de peso pesado.
Haz como el toro en la primer embestida.
Y recuerda a los perros viejos,
que pelearon tan bien:
Hemingway, Celine, Dostoyevski, Hamsun. (celín)
Si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas
como te está pasando a ti ahora,
sin mujeres
sin comida
sin esperanza…
entonces no estás listo. Toma más cerveza.
Hay tiempo.
y si no hay,
eso también está bien.

3.- Lanzar los dados


Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
De otra forma ni siquiera comiences.
Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
Esto puede significar perder novias,
esposas,
parientes,
trabajos y,
quizá tu cordura.

Ve hasta el final.

Esto puede significar no comer por 3 o 4 días.


Esto puede significar congelarse en la banca de un parque.
Esto puede significar la cárcel.
Esto puede significar burlas, escarnios, soledad...
La soledad es un regalo.
Los demás son una prueba de tu insistencia, o
de cuánto quieres realmente hacerlo.
Y lo harás,
a pesar del rechazo y de las desventajas,
y será mejor que cualquier cosa que hayas imaginado.

Si vas a intentarlo, ve hasta el final.


No hay otro sentimiento como ese.
Estarás a solas con los dioses
y las noches se encenderán con fuego.

Hazlo, hazlo, hazlo.


Hazlo.

Hasta el final,
hasta el final.

Llevarás la vida directo a la perfecta carcajada.


Es la única buena lucha que hay

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