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Unidad 1: Fase 2 - Trabajo Colaborativo

Elaborado por:

Fredy O. M. Chamorro Cód. 98.385.994


Golda Meyr Pineda Cód.
Jaime Alexander Ojeda Daza Cód. 87.028.615
Mariana de Jesús Ortiz Cód. 59.830.379
Yalina de Las Lajas Garreta Cód: 59.836.860

Presentado a:
Yanet Del Rocío Gaviria. Grupo: 403010_51

Universidad Nacional Abierta y a Distancia


Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades.
Programa de Psicología
Pasto, Marzo 2018
Introducción

Este trabajo, se lo ha desarrollado con el propósito de conceptualizar las conductas


prosociales en los diferentes entornos y contextos de la realidad, es por ello que cada
estudiante presenta una sustentación teórica en el foro colaborativo, para dar a conocer
la falta de prosocialidad en cada entorno en un determinado contexto, de los cinco
planteamientos sustentados los estudiantes muestran inclinación por la falta de
prosocialidad hacia la mujer; esta es un realidad latente en los países subdesarrollados
como lo es Colombia y más específicamente en Pasto Nariño, la falta de identidad y por
un arraigamiento cultural inadecuado, ha hecho, que las conductas prosociales hacia la
mujer sean un factor en el desequilibrio social; este fenómeno se ve reflejado en la
comunidad en general, en las familias, en el trabajo, etc. y lo que es peor, la mujer se
obligada a retribuir de la misma manera esas conductas negativas.

Después de esta pequeña reseña, y a medida que avancen en la lectura de este trabajo
se darán cuenta como una sociedad en decadencia social, es una influencia en el
comportamiento de sus habitantes.
Definición del concepto de Prosocialidad

“La conducta prosocial es entendida por Garaigordobil y Fagoaga (2006, p.65)


como “toda conducta social positiva con/sin motivación altruista”. Cuando se habla de
positiva se entiende que no daña, que no es agresiva. El altruismo es el deseo de favorecer
al otro sin esperar beneficio propio. Por el contrario, la motivación no altruista, busca un
beneficio propio además del, o por encima del ajeno (González Portal, 2000)”.

De esta manera el comportamiento prosocial también es una acción que nunca busca
ningún tipo de recompensa, solo la satisfacción de un bienestar emocional propio que
enaltece el espíritu, el alma de poder colaborar; es por ello que los comportamientos
prosociales aumentan la posibilidad de generar reciprocidad, positiva, solidaridad,
calidad en las relaciones interpersonales o sociales son comportamientos esperados y
deseados, entre los comportamientos prosociales están: ayuda física, servicio, dar,
consuelo verbal, conformación y valoración positiva, escucha activa, empatía,
solidaridad.
Es importante, reconocer las conductas prosociales altruistas y conductas
prosociales no altruista para ello se realizará un paralelo:
Tabla tomada del documento real

Conductas Prosociales Altruistas Conductas Prosociales No Altruista


Hacer algo por alguien sin esperar nada a Hacer algo por alguien sabiendo que
cambio (la acción desinteresada). obtendremos algún beneficio.
Ocultar nuestra identidad cuando llevamos Revelar nuestra identidad cuando
a cabo algún tipo de ayuda (dar dinero, llevamos a cabo algún tipo de ayuda
objetos para una subasta...).
Arriesgar la vida, espontáneamente, por Llevar a cabo acciones peligrosas
un grupo o persona calculando los beneficios.
Donar órganos en vida. Donar órganos después de muerto.
Adoptar a un niño teniendo hijos Apadrinar a un niño del tercer mundo.
biológicos
En este orden de ideas las conductas prosociales, es necesario creer que existen
sujetos que aportan a la humanización y dar a entender que es importante estar en los
zapatos de los demás, no es simplemente cumplir con una responsabilidad social, sino
empoderarnos, un vivo ejemplo de este tema es el de JESÚS, las multitudes lo seguían
porque tenía una solución a la problemática que fuera, El nunca hizo acepción de
personas hasta los que tenían mucho dinero y una buena posición social recibieron
beneficios del gran Maestro, quizás muchas personas creen que la prosocialidad se
refiere a lo económico o a lo material, pero va más allá; es emprendimiento, es dar
orientación en un momento difícil es hacer algo beneficio por los demás, sin esperar nada
a cambio. Esto debe ser prioritario en lo personal como dijo alguien “el que no nació
para servir, tampoco sirve para vivir” de allí la importancia de usar la prosocialidad en
nuestro diario vivir.
Identificación del problema sobre la falta de prosocialidad

La falta de conductas prosociales hacia la mujer en Pasto

La falta de conductas prosociales hacia las mujeres en países tercermundistas está muy
arraigado con la cultura y sus debilidades, y a las idealizaciones de machismo y sometimiento
a la mujer, por considerarla el género débil.

Causas de la falta de conductas prosociales hacia la mujer:

• Las malas prácticas en la familia como la violencia intrafamiliar, el sometimiento a las


mujeres a actividades que violan sus derechos, en síntesis, la falta de respeto por el
otro.
• Es evidente que las relaciones entre los iguales siempre van estar influenciada por el
egoísmo y la competitividad.
• El arraigamiento del machismo en todos los entornos y contextos en los que hace
presencia la mujer.

“Numerosos estudios transculturales de la conducta prosocial indican que en el


adolescente es un elemento importante el papel de la conducta prosocial en la formación de
las relaciones con sus iguales ya que los adolescentes prosociales tienden a presentar una
tendencia empática hacia los demás (Calvo, González & Martorell, 2001; Mestre, Samper &
Frías, 2002)”. Sin embargo, estas conductas al parecer solo permanecen en la adolescencia a
medida que se convierte en adulto estas conductas van perdiendo valor, y surge el
individualismo y la competitividad excesiva por conseguir lo de primero, pasando por ensima
de los demás.
Lo más preocupante es que esta antipatía existe más entre sus iguales, las causas también
pueden ser ambientales, culturales, familiares y por su puesto biológicas.
Sustentación Teórica

Las conductas prosociales han sido ampliamente reconocidas como un aspecto


fundamental de las habilidades humanas (Gresham & Elliott, 1987; Yugar & Shapiro, 2001).
Haciendo un pequeño recorrido de cuando el niño pasa de la dependencia total del hogar a
su segundo sistema de socialización, donde comenzará a compartir con sus compañeros de
estudio y a ser influenciado e influir en el comportamiento de ellos. Dicha influencia del
grupo de pares es cada vez más importante en el desarrollo y definición de los patrones de
conducta de la persona hacia el comienzo de la adultez (Steinberg & Sheffield, 2001); pues
a través de las experiencias directas y vicarias con los pares, los niños adquieren importantes
habilidades cognitivas, comportamentales y sociales (Reijntjes, Stegge & Meerum, 2006).

En diferentes estudios que se han realizado de las relaciones con los iguales en adultos
muestran índices sociométricos de aceptación y rechazo que correlacionan
significativamente con la formación profesional y la diferencia de estatus entre los
individuos. Se logran identificar que la aceptación social está relacionada significativamente
con la frecuencia de dar reforzamiento positivo, mientras el rechazo está relacionado con la
de proporcionar a los pares refuerzo negativo (Hartup, Glazer & Charlesworth, 1967).

Las pobres relaciones con los otros están ligadas a trastorno antisocial, desordenes
emocionales, patrones de comportamiento repetitivos, que constituyen conductas negativas
con los otros y se desasocian de las conductas prosociales. De acuerdo a la teoría
prosocialítica la conducta de ayuda y de altruismo hacia el otro se considera un aspecto
importante en la vida social del ser humano, permitiéndole a la una sociedad un equilibrio
social, permitiéndole a cada uno de los miembros de la sociedad ser parte de una red de
apoyo.

En torno a la mujer y la prosocialidad, existe un factor ampliamente importante e


influyente en el comportamiento de la mujer, de hecho, se considera el factor determinante
para la escasa participación en las conductas prosociales, este se lo denomina como la cultura,
en los países subdesarrollados la competitividad y la envidia entre los del mismo género
“mujeres”, se crean una serie de rivalidades, que luchan por destacarse por ser las mejores
ante los demás. Son conductas, luchas, acciones que desmejoran su capacidad de producción
y su inteligencia.

De acuerdo con la teoría evolutiva, en situaciones sociales los hombres muestran mayor
comportamiento de dominancia, mientras que las mujeres muestran mayores
comportamientos de afiliación (Luxen, 2005). Lo que implica dominio o sea existe rechazo
a las conductas prosociales, por parte de la mujer hacia el hombre y viceversa (con mayor
predominancia en algunas culturas); en el hombre aplica su poder en fuerza física y verbal y
las mujeres utilizan la agresividad relacional, lo que explica de alguna manera esas conductas
negativas.

La conducta antisocial tiene su origen en la práctica familiar, dicho en otras palabras,


las practicas disciplinarias duras, incoherentes, un clima emocional frio y la falta de autoridad
desencadena en sujetos con conductas antisociales, y siendo al contrario un hogar donde
funda el respeto por el otro, y existe un clima emocional limpio es coherente que sus
miembros tengan conductas de ayuda por el otro. Sin embargo, las prácticas de crianza no
actúan solas y hay que tener en cuenta también factores contextuales, sociales y personales,
en el desarrollo de la conducta antisocial; así, por ejemplo, la empatía se considera un factor
de protección contra el desarrollo de la conducta antisocial (Mestre, Samper & Frías, 2004).

Para terminar, es necesario hacer un paréntesis, en el género masculino se ven mas las
conductas prosociales que en las mujeres, debido a su desinterés por ganas status social, cabe
mencionar que existen excepciones.
Conclusiones argumentadas desde unidad 1

Después de haber tenido en cuenta todos los condicionantes que están detrás de
nuestras acciones, cabe preguntarse: ¿qué es, entonces, lo que nos impulsa a ayudar a otros?
Sigue siendo difícil de contestar, una mezcla de instintos, emociones, ideas (moral y ética)
pero por encima de todo, está el ser altruistas con las demás personas, lo que mueve a querer
ayudar a los demás.

Pero esta colaboración debe, ante todo, ser una obligación contraída libremente, de lo
contrario, cuando se impone o destina a la mujer a ello sin dar elección, se convierte en
servilismo y opresión y lo que es peor, en una forma de castración del alma, lo cual es
contrario a toda forma de desarrollo humano interior.

La conducta prosocial debe ser retomada como la herramienta más eficaz con la cual
cuenta la sociedad para retomar el mundo, la indiferencia ante el sufrimiento ajeno que
incluso se ha llegado a límites insospechados, como el de ver a otras mujeres en situaciones
en las cuales necesita ayuda e ignorarlas por temor a estar entrometiéndonos en asuntos que
no nos concierne, se debe concientizar a la sociedad nuevamente sobre la importancia que
tiene para la evolución de nuestra raza el hecho de ver a los demás seres humanos como
nuestros semejantes y no como extraños y estar prestos a ser solidarios manteniendo siempre
conductas pro sociales. para que el futuro que le espera a nuestras hijas sea en lo mejor posible
llena de personas altruistas.
Referencias bibliográficas

Plazas, E.A., Morón Cotes,M.L., Santiago, A., Sarmiento, H., Ariza López,S.E., & Patiño,
C.D. (2010). Relaciones entre igua-les, conducta prosocial y género desde la
educaciónprimaria hasta la universitaria en Colombia. Univer-sitas Psychologica, 9
(2), 357-369; de:
http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:http://www.scielo.org.co/pdf/
rups/v9n2/v9n2a05.pdf

Moñivas Agustín. 1996. La Conducta Prosocial. Profesor Titular de Psicología Básica,


E.u.T.s.. (u.C.M.> Cuadernos de Trabajo Social n~ 9(1996) Págs. 125 a 142 Ed.
Universidad Complutense. Madrid 1996; de:
https://revistas.ucm.es/index.php/CUTS/article/viewFile/CUTS9696110125A/8357

Pacheco J. R., Rueda S. R., y Vega C. A. 2013. Conducta Prosocial: Una Alternativa A Las
Conductas Agresivas. Revista Investigium Ire: Ciencias Sociales y Humanas Vol. 4. No.
1, Noviembre de 2013. Categoría "C" publindex ISSN: 2216 – 1473; de:
file:///C:/Users/LENOVO/Downloads/56-109-1-SM%20(1).pdf

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