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El fin del mundo (Árbol de otoño)

De Roberto Acuña Orozco.

Personajes:

Dante.

María.

Iván el cantinero.

Quinto borrador de la obra Historia de amor desesperado, árbol de otoño.

Argumento: Dante y María se conocen, se enamoran, viven su historia que termina,


dejando en depresión a Dante.

-Introducción-

Dante se encuentra sentado en una banca de madera bajo un árbol casi seco, por el
lapso entre otoño e invierno.

Cuadro plástico de una última mañana antes del final:

Dante – La historia que estoy por contar le puede pasar a cualquier persona, en
cualquier parte del mundo. No supongo sea vista como espectacular porque al final,
soy un sujeto que se enamoró de una persona “increíble” y “peculiar.”

Las personas dicen muchas cosas con respecto al amor. Llegué a escuchar a mi madre
hablándome de enamoramiento como si fuese un cuento de hadas en mil historias
interminables que servían de advertencia al corazón, ella, mi madre, quería que todo lo
que me contara me sirviera de experiencia para distinguir la realidad de cualquier
ilusión. María parecía una ilusión tangible desde el momento en que nuestros mundos
colisionaron una tarde de otoño. Recuerdo sus ojos y mi reflejo en estos, sus piernas
fuertes cual pilar y su suave piel, su cabello rizado y sus labios…

Mis ex - compañeros predican y muchas veces con hipocresía, las virtudes de la unidad
y el alma.

Yo lo hacía hasta hace no mucho.

Pero, ¿Qué pasó? ¿Qué fue aquello que me hizo abandonar mis votos con la iglesia y
colgar mi cuello blanco con negro?

El amor y el reflejo de su piel cuando toca la luz del sol.

El amor, tan simple y complejo como suena.

Ella es ese tipo de mujer con chispa, cada uno de sus pasos se queda impregnado en
la memoria de los que atestiguan su camino. Al verla a los ojos algo en ti se enciende.

Ella es capaz de detener el tiempo.

(Dante se pierde en un mar de ideas)

Dante - Recuerdo como mis sueños, ideas y deseos recorrieron sus curvas como un
automóvil en carretera.

Lo que ella me hace sentir va más allá de cualquier fe. Amor absoluto, irracional. Amor,
y los diferentes modos de amar. Amor y los misterios que van de la mano de éste.

(Oscuro)

-1-

En el parque.
Dante se encuentra sentado en una banca de un parque leyendo la Biblia. Entra María,
quien lo observaba, tras unos minutos, se sienta del otro lado de la banca.

María (Después de unos segundos) - Hola, perdón que te interrumpa, ¿pero, me


podrías dar tu hora por favor?

Dante (Observa el reloj en su muñeca) – Seguro. Si no me equivoco son las cuatro con
quince de la tarde.

(Dante sonríe y vuelve a su lectura)

María (María comienza a mover sus pies como si pateara piedras, ve sus manos y las
de él, entonces pregunta) - ¿Nunca te has preguntado qué tan complejo es un árbol?
Por ejemplo, creo que tú tienes una idea diferente a la que muchos otros tienen.

Dante – ¿Diferente?

María - ¡Sí! ¿Para ti que es un árbol? Porque para mí es diferente a lo que muchos
otros piensan, y para los animales es otra cosa completamente diferente que para las
personas que compran materias primas.

(Dante ve a María directamente con extrañeza por su pregunta, medio balbucea


buscando una respuesta, cierra su libro y responde)

Dante - Pues un árbol es para muchos la sombra sobre el césped en un día soleado, o
el refugio, muy mal refugio por cierto, para la tempestad. Según los libros de texto es
un organismo multicelular y hace la fotosíntesis, así que nosotros podemos respirar aire
más limpio libre de dióxido de carbono. Adán y Eva solían acostarse a retozar bajo los
árboles. Para mí un árbol es un ser viviente, creado como todo por el sumo arquitecto.

(Sonríe para sí)

Dante - ¡Vaya! Creo que me escuché tan bobo como cualquier cliché religioso. Para mí
un árbol es parte importante de la vida. (Ve a María fijamente. De pronto algo en ella lo
atrapa, la contempla fijamente. Pasa un minuto mientras la observa, y de la nada
despierta del trance.) ¡Oh, Dios! Pues no sé. Espero mi explicación llene tu curiosidad.

Ahora por mi propia curiosidad preguntó: ¿A qué se debe la pregunta?

María - La curiosidad mató al gato. (Sonríe) Pero contradice todas las normas con
respecto al conocer, la vida genera preguntas que a veces no tienen respuesta y
respuestas que le sobran las preguntas.

Pregunto porque es curioso cómo la mente de cada persona maneja y transforma


perspectivas diferentes de la vida y es fascinante como algo ordinario para unos, es
algo extraordinario para otros.

(Dante se pierde cada vez que ella habla, hay algo en ella)

Dante (Encantado con la charla) - Cada persona está hecha para contradecir normas.
La vida misma es algo que se debe enfrentar con bravura, y el conocer; el saber nunca
termina. En lo personal creo que cada quien debe preguntar, ya que el cuestionar todo
lo que nos rodea es muestra de la conciencia del individuo.

La curiosidad es el ingenio divirtiéndose.

(María ve fijamente el cuello blanco de dante, luego ve sus facciones para al final
perderse en sus ojos)

María (Se sonroja) - Es difícil encontrar quien opine eso. Es más fácil encontrar a
quien le moleste la curiosidad de las personas.

Dante - A veces la tolerancia de las personas va ligada a su conciencia y su calidad de


vida.

María - Mas bien, a veces la gente olvida la gracia y la belleza de la duda. (María
titubea en hacer otra pregunta, pero realmente quiere hacerla) A riesgo de sonar tonta,
me gustaría saber… ¿Qué haces?
Dante (Cierra su libro) - Pues estudio un rato, la tarde está linda y decidí salir a estudiar
bajo la sombra de este árbol. Quizá después de esto vaya a comprarme un helado; hay
muchas cosas que apreciar en un día como éste.

María –Un día así... (María ríe de júbilo) En general, es misterioso como fue todo tan
preciso: el sol, los árboles, la vida. Todo esto que vemos y nosotros somos un evento
único, algo casi imposible, una casualidad incomprensible…

Dante (La interrumpe) - Un milagro.

María - Más aún, ¿No te has puesto a pensar qué, debido a las posibilidades, y
teniendo en cuenta los factores?

¿Crees que realmente somos el único planeta con vida en la galaxia? ¡Todo! ¡Todas
las condiciones fueron propicias!

Dante - Sé bien que no eres creacionista.

(María niega con la cabeza)

Dante - Está bien, solo son cuentos judíos - israelitas. Bueno por lo menos no eres
ufóloga, ¿O sí?

(María vuelve a negar con la cabeza)

Dante - Yo en lo personal, digo, también debería compartir tu punto de vista, por otras
razones quizás. Como buen católico creo de algún modo en la creación, sin embargo,
no puedo decir que a veces no me pregunto que hay pasando la atmósfera y más
arriba. No soy tonto, busco portar cuello blanco y negro pero es muy retrograda
argumentar lo que hace 100 años se decía, el gran cañón por ejemplo no se creó hace
4000 años, sino que pasó por un proceso largo. No sé mucho de esas cosas.

¡Rayos!

Ni siquiera se puede pensar como hace 2 años.


(María ve fijamente a Dante, no esperaba una respuesta así, y da un fuerte suspiro
para recuperar el hilo de la plática)

María - Pues… La vida es tan dinámica y el tiempo tan constante, sería lógico pensar
que todo cambia al momento.

Dante - A todos nos gusta soñar, la vida está impregnada con la quinta esencia del
caos. No es apta para cualquier loco, hay que superar obstáculos constantemente. Sin
embargo, tu objetivo jamás debe cambiar.

María - Porque la vida no se detiene y después de ésta no hay nada.

Dante - Bueno, hay a quien le gusta soñar, cada quien a su modo, con el más allá.

María - No entiendo.

Dante - ¿Qué no entiendes?

María - ¿No te causa ruido mi modo de pensar?

Dante - No hay razón para que me moleste.

María - Es que la gente como tú (Extiende la palabra “Tú” esperando no molestar a


Dante)…No suele ser muy tolerante.

Dante - Eso es un cliché.

María - ¿Por qué eres sacerdote?

Dante - Pues verás, yo siempre he creído en la gente, estoy casado con la idea de que
hay más personas buenas que malas, argumento que lo único que se necesita para
cambiar y mejorar el mundo es un poco de sinceridad porque al ser honestos se puede
ir más lejos.

(Sonríe)
-2-
Hombre de Fe.

La escena se oscurece, Dante bajo el árbol en una especie de recuerdo que en


realidad es explicándose a sí mismo lo que le decía en el parque a María.

Dante – Hay momentos en la vida de cada individuo cuando todo parece


desmoronarse. Esperamos que alguien te ayude a sostenerte.

Sería un cliché completo decir que es cuando debes buscar a Dios. En realidad, debes
hacer lo necesario para encontrarte a ti mismo, vivir con fe es ser un acróbata, un poco
hipócrita… Buscarle sentido a cada caída al piso.

Es tomar la copa, tomar las ideas que traes y luchar por todo aquello sin dejar que los
bastardos te derriben.

¿Cómo te puedo explicar mujer bella que mi sistema de creencias está ahí, en todo lo
que hago y digo?

Creo en el amor y sus misterios, creo en el honor y privilegios.

Creo en el hombre tanto como en Dios, creo en mi como en el sol…

¡Lo ves, parezco un acróbata!

Un hombre que puede soñar pero sabe que cada sueño implica responsabilidad.

Mi corazón late por el amor a mi vida…

(Se detiene un segundo y suspira fuerte)

En este momento, aún no sé todo lo que se aproxima.

Sonrisas, caricias, magia y mil maravillas…


Como tus bellos ojos, mujer misteriosa con respuesta a todo lo que digo, al final todo lo
que digo parece una tontería que encuentra sentido al ver el momento ameno que
pasamos.

Y tú. ¿Qué opinas?

-3-
En el parque.

María se descongela y volvemos al parque. Ella muestra interés por lo que el joven
religioso está diciendo, también comienza a verlo directamente a los ojos y a jugar con
su cabello a forma de coqueteo

María – ¿Cómo?

Dante – Con amor, la palabra del sumo arquitecto. Pero, ¿cómo se puede amar sin ser
honestos?

Quiero predicar porque creo en todo lo que digo, quiero predicar porque soy honesto,
quiero predicar porque estoy cansado de los regordetes que dentro de sus templos
viven del diezmo. Muchos se quejan de la avaricia debajo de la túnica pero se les
olvida que el que viste es un hombre, no defiendo a nadie. Y al final, nadie hace nada
más que quejarse. Dicen no creer pero todos van a saludar al Papa que se pasea por
las calles. Quiero predicar porque en lugar de quejarme decidí hacer algo al respecto.

María - ¿Y acaso no crees que, tal vez, solo tal vez, todo debería ser así? Quizá las
diferentes formas de ver el universo de cada persona es probablemente lo que hace
que nosotros estemos en este punto de la vida, es decir, que lo que haga alguien nos
lleva a algo necesariamente y nos provoque algún efecto. Por ejemplo: (Alza su mirada
hacia un par de vendedores y los señala) Puede ser que lo que haga ese hombre algún
día me pueda perjudicar o beneficiar en algo. Tal vez indirectamente, tal vez no hoy ni
mañana, pero un día. Y realmente ese propósito aunque no sea a propósito sea algo
inevitable. La gente cambia difícilmente y a las personas les cuesta mucho entender su
lugar en el cosmos o universo.
Dante - De hecho, solo estoy tratando de contribuir con un pequeño grano de arena
sobre el desierto.

María (Le pone más atención y lo mira cálidamente) - Siempre creí que si todos
contribuimos con nuestro “pequeño grano de arena”, tal vez cambiaría un poco todo.

Dante - Así es, si se deposita un pequeño grano de arena por persona sobre una
superficie en blanco podríamos formar una bella playa. Claro que cada uno tiene su
modo de expresarlo, a través de los años los que se apropiaron de la moral universal
han predicado sobre esto, sin embargo, la gente no lo logra comprender. Siempre
están muy ocupados viendo los defectos. Y te lo diré así como va:

El gran secreto tras las palabras escritas miles de años atrás y cómo se traduce, o
logro traducirlas casi proyectándome, es que todo se trata de amor. El problema con la
gente es que nadie se preocupa por el que tiene a lado.

En fin, creo que te estoy aburriendo.

María - No, para nada. Creo que tu punto de vista, tus planteamientos y esta plática en
general son muy interesantes.

Dante - ¿Te das cuenta lo mucho que estamos divagando desde hace quien sabe
cuánto tiempo siendo unos completos extraños?

María - ¡Es cierto! Creo que tendremos que dejarlo hasta aquí. Esta banca será nuestro
punto de encuentro ¿Te parece? Ammm…

Dante - Dante Salazar.

María – Está bien, entonces me voy. Cuídate mucho.

(Le da un beso en la mejilla y se levanta de la banca. Dante se queda pasmado un


segundo y después reacciona gritando)

Dante - ¡Hey! No me dijiste tu nombre.


(María voltea lo observa y le sonríe)

-4-
¿Mi nombre?

La luz baja y Dante queda congelado como María anteriormente, en un momento


aparte donde ella suelta todo aquello que pensó en el momento.

María – Quiero expresar algo en este momento.

¿No es un poco jodido conocer a un hombre atractivo e interesante con quien platicar
pero saber a la vez que es “terreno prohibido”?

Digo, yo respeto toda gama de creencias, yo creo que en base al respeto pueden
encontrarse y convivir todos los mundos, realidades y personalidades.

(Regresa a la banca y se sienta junto a un Dante congelado)

María - ¿Qué quieres que te diga, Dante? Dante…

Eres guapo, me encantaron tus ojos y como la pasión de desborda por estos al hablar
de lo que crees.

Te seré honesta, volveré al parque porque el clima es agradable, volveré por mil
razones más, regularmente actuaría el papel de desconocida en tu vida y pues tomaría
este momento como una especie de distracción pero tú tienes algo que me llama…
Volveré al parque cada día para ver si me encuentro contigo para platicar.

(Sonríe y se levanta, camina a la distancia donde se encontraba, entonces Dante se


descongela)

María (A Dante) - ¿Mi nombre? Mi nombre es María…

(Oscuro parcial)

-5-
¡Oh man!
Aún en el parque, con la luz muy tenue María y Dante expresan lo que pasó los
siguientes días donde se encontraron en el parque. Repitieron su plática y esa química
que habían demostrado en un principio aumentó.

Dante (Alcanza a María y se pone junto a ésta. Ambos se voltean y quedan de frente) –
Bueno, aquí nos encontramos durante una semana completa.

María – Sí, y platicamos ¿No es así?

Dante – Sí, claro…

María - Oye, cuéntame la historia sobre el hombre que salvó a la tierra con su sacrificio.

Dante – Está bien, pero tú cuéntame sobre el origen de las especies.

(María se carcajea)

María – Increíble, ¿No es malo para ti preguntar sobre todo esto?

Dante – También es pecado cobrar por dar doctrina, incita a la avaricia y yo no voy por
ahí regañando a mis compañeros. Además, puedo decir que te estoy dando doctrina.

María – Pero, yo soy la que te está contando sobre…

Dante - ¿Segura? Bueno, nos estamos conociendo.

María – ¿Este es el segundo día?

Dante – Sí.

María – Lo sé, entonces… El segundo día hablamos del creacionismo.

Dante – Como el primer día hablamos de lo que es ser un árbol… ¡Vaya pretexto,
María!

María - ¡Tercer día! ¿Oye, ves televisión?

Dante (Se carcajea) - ¡Sí! Recién vi un partido de futbol, no creo que entiendas.
María (Fingiendo que se ofende) - ¿En serio, crees eso? ¡Dime quien jugó y te digo
como quedaron!

Dante – El “Werden Bremen”…

María - ¡Contra el “Dortmund”! Quedaron cero a cuatro en favor de los amarillos.

Dante - ¡Wow! Eso sí es sorprendente…

María – No porque sea una dama quiere decir que no sepa sobre los balones que
ruedan alrededor del mundo.

Dante – Bueno, ¿entonces eres futbolera?

María – No, tuve suerte y al cambiar de canal vi el resultado, veía una película y había
comerciales y odio los comerciales.

¿Ves otra cosa además de fútbol?

Dante – Ese fue el tercer día… Aunque el cuarto…

María – Solo te tiré un helado encima…

Dante - ¡Y eso no se hace, señorita!

María – ¿Pero se le quitó la mancha al pantalón, no?

(Dante niega con la cabeza)

Dante – Compré otro.

María - ¡Oye! ¿Y a ti cuánto te pagan por predicar?

Dante - ¡Okay! ¡Tema incómodo! ¡Pasemos al quinto día! Encontrarte ahí fue un buen
respiro.

María - ¿Estuvo difícil la clase?


Dante – Efectivamente. Pero la amenizó mi charla contigo.

María- ¿Siempre han llevado filosofía?

Dante –De cierto modo, tomamos un enfoque filosófico sobre lo que leemos en las
sagradas escrituras. ¡Eso no fue lo difícil! Lo que hizo difícil mi día fue que me comencé
a carcajear por una tontería que dijiste el cuarto día…

María - ¿En serio? ¿En medio de la clase?

Dante – Si, en plena clase… Del maestro.

María – ¿Y qué dije?

(Dante le susurra al odio lo que María dijo)

María – Oh, bueno, me disculpo por eso.

Dante – No te preocupes ¡Solo me castigaron limpiando los baños!

Pero verte hoy, en el quinto día, fue maravilloso.

María – El sexto día te llevé comida.

Dante – Y yo te lo agradecí…

María – No es cierto, le agradeciste a Dios, rezaste.

Dante – Como lo hago siempre.

María – Pero bueno, según me dijiste, el séptimo día Dios descansó…

Dante – Pero nosotros no.

María – Nos vimos bajo la sombra de ese árbol de otoño.

Dante – Sí, para ese momento ya me habías gustado.

María – ¿En serio?


Dante – Sí, pero tardaste más tiempo en enterarte.

María – Cierto, pero así fue la primera semana, y la segunda… Y la tercera… Y el


mes… Y lo que le siguió.

Dante - ¡Oh, man! ¡Lo sabías! ¿Verdad?

María - ¿Qué?

Dante – Lo que a la semana me estaba pasando…

María (Sonriendo y coqueteando) – No sé de qué me hablas.

(Se concreta el oscuro)

-6-

Un millón de millas de noche.

Dante se encuentra en su cuarto, su aspecto está demacrado, sostiene el teléfono


desesperado.

Dos años después del parque:

Dante - Todo sueño carece de muchas cosas que solo existen en la realidad, a decir
verdad la realidad tiene una esencia que no encuentras en ningún otro lugar. Han
pasado dos años después de aquella tarde en el parque, setecientos treinta días de
momentos llenos de charlas agradables, miradas que se quedaban atrapadas entre
cada parpadeo. La verdad es que desde el principio supe que todo podría terminar mal:

Yo, un hombre de fe que cree en los misterios de amor presa de este mismo.

Yo, el hombre que cree que ser hijo de Dios va más allá de cualquier institución.
El tipo que cree en la identidad del hombre como ser, y que al final lo apuesto todo por
la libertad que podría completarme.

No sé cómo llegué a esto.

Sin duda alguna, ella es esa persona por la que cualquier soñador se atrevería a volar
lejos, sin miedo a las distancias, sin miedo.

Pero cuando una persona toma tanta importancia en la vida de un individuo, el precio a
pagar por la distancia entre ambos es demasiado caro.

Va más allá de un millón de lágrimas en medio de la oscuridad.

Lo sé, es ridículo ver a un macho melodramático, pero…

(Vuelve a marcar el teléfono y este suena.)

Dante - Cada tono que pasa sin ser contestado es una milla de distancia entre ella y yo.
No literal, pero sí en otro modo

Trato de acercarme a ella, pero es como ir a tientas.

¿En qué estabas pensando, Dante? Y el teléfono suena, y suena y suena, y suena…

(Dante sigue esperando respuesta, el teléfono sigue sonando y dando tono. María no
contesta)

(Dos meses después del primer encuentro en el parque, en la entrada de un bar)

María - Y suena, y suena, y suena. Maldita alarma no se calla, suena toda la noche.
Siempre he creído en el respeto, pero ¿Cómo quieres que lleve a cabo mis creencias
si la gente perturba mi sueño?

Dante - ¿Y entonces, arrojar una caja de huevos desde tu ventana al carro fue tu
opción?

María - No, pero…


Dante - ¿La alarma del auto se apagó?

María - No, pero…

Dante - Y al final solo dejaste de aplicar lo que crees. Hay gente que no nace para
luchar por sus ideas.

María (Abofetea a Dante) - No digas eso, durante mucho tiempo me trataron de


imponer como deben ser las cosas. Es una completa falta de respeto que me digas
eso. Al final, estoy aquí y…

Dante - No tenías que golpearme

María - ¡Perdón!

Dante (Sonríe) - Tengo que poner la otra mejilla.

(María suelta una carcajada)

María - Tú siempre tan… ¿Creyente? Sabes, yo podría hacer que traiciones tus
creencias.

(Dante se sonroja y trata de dar una respuesta ingeniosa)

Dante - Y yo podrían hacerte creer.

María (Le estira la mano a Dante) - ¡Hecho! ¿Apostamos?

Dante - Apostar es pecado.

María - Si ganas, te doy mi corazón pecador y puedes presentarlo a Dios en el


momento que quieras.

Dante - ¿Y si ganas?

María - Me das el tuyo, y podré mostrarte los misterios que yo quiera.

Dante (Susurra) - Ya lo tienes.


María - ¿Mande? ¡¿Qué dijiste?!

(Dante se sonroja, la plática sigue conforme la escena va cambiando a un bar, entra la


música, Iván el cantinero)

Dante - ¿Aquí me querías traer?

María - “Me volveré loca si no enloquezco esta noche, muchacho”. (Saluda a Iván)
Hola, mira: Te presento a Dante.

(Iván saluda a Dante)

Dante - Un placer, amigo.

Iván - Soy muchas cosas, pero no creo ser tu amigo…

María (Se ríe) - Es muy serio el querido Iván, pero es buen tipo.

(Iván le hace una señal a Dante para darle a entender que lo está vigilando)

María - ¡Ven! ¡Vamos a bailar!

Dante - No sé bailar…

María - Aprendes… Me gusta que los chicos bailen y eso espero de ti.

Dante (Suelta una sonrisa sarcástica) - ¿Necesito bailar para gustarte?

María - No, solo busco un plus…

Dante - ¿Eso quiere decir, qué?

(María intenta hacer que Dante baile, pero el joven es demasiado torpe. Aún así el baile
sigue un par de minutos)

María - ¿Dante?

(Dante la ve directamente reaccionando a su pregunta)


María - ¿En dónde viene escrito el hecho de que un predicador del amor como tú no
deba amar? No entiendo por qué no puedo besar tus labios cuando para mí es una
expresión de amor.

Dante - No es que amar me sea negado sino el contacto carnal. Al principio, no lo


entendía hasta el momento en que estudié un poco de historia. Es más una situación
de normas en las que se nos prohíbe la pertenencia y la herencia…

(María lo besa mientras habla)

María - Perdón.

Dante (Aún sin razonar bien lo que ocurrió) - Es una falta a la iglesia, pero no es
pecado. (Besa a María)

María - Pecado.

(Iván los ve a desde la barra y sonríe)

Iván - ¡Muy bien, María! Has hecho del santo un hombre. Eres afortunado amigo.

(Cambio de escena. Salen María y las personas del bar.)

-7-

Sin ella.

Iván y Dante platican en un bar.

Dos años después:

Iván - Lo siento amigo, no ha venido en días.

Dante - No importa Iván, solo dame otra.


Iván - Dime amigo.

(Dante sonríe)

Iván - Sabes, Dante, usualmente soy buen consejero, aunque muchos se pueden llegar
a meter en problemas con una que otra de mis sugerencias, pero, casi siempre nuestro
amigo Jack y yo sabemos lo que le sirve a todos. Tu caso me resulta diferente.

Supe de ti desde que María te conoció, a decir verdad estaba celoso al principio porque
ella fue mi amiga durante muchos años y de pronto venía un desconocido a quitarla de
mi lado. No me avergüenza confesar que me dio gracia saber que eras un devoto y
tenías collarín. Pero esa noche en que te conocí y los vi juntos supe que eras lo que
ella necesitaba.

Me alegré por ella. Vi todo lo que hiciste por ella y conforme te fui conociendo me di
cuenta de todo lo que hacía ella por ti.

Mira, quisiera decirte porque se fue. Pero la verdad no sé.

Dante – Puedo apostar que ni ella misma lo sabe.

Iván – Bueno, si… ambos conocemos bien a María.

Mira Dante, sé que el decirte “sé fuerte,” “estarás bien” y ese tipo de cosas no te
ayudarán en nada. Así que te pregunto:

¿Qué quieres que haga por ti?

¿Necesitas que te traiga algo?

Dante - A ella.

(Oscuro.)

- 8-
El amor y sus misterios

Dante y María platican en un cuarto solitario (El departamento de Dante)

Dante - Realmente tendría problemas si nos descubren.

María - Dante, yo no quiero que tú…

(Dante la abraza interrumpiendo)

Dante - Es realmente algo ridículo.

María - ¿Qué?

Dante - Predico la palabra del amor pero no la practico como tal. Todo esto es tan…

María - “Jedi”

(Dante se empieza a reír)

Dante - ¿En serio? ¿Acabas de hacer una comparación de lo nuestro con “star wars”?

María - No sé, ¿lo hice?

(Dante la observa preocupado)

¿Qué ocurre Dante?

Dante - Todo es tan difícil, tú y yo, en medio un infinito compuesto de ideas y


pasión, perdiéndonos constantemente en un camino lleno de señales difíciles de
interpretar. Dejando la razón a la deriva en medio de una tormenta adormecida de
besos.

María - Jugando y siendo aventureros… Tienes unos ojos hermosos Dante.


Dante - Pero siempre arriesgando de más. Somos como dos botellas de cristal flotando
en medio del océano.

María - Somos lo improbable, algo que parece perdido.

Dante - Ambos llevamos un mensaje y lo único que debemos hacer es dejarnos llevar
por la marea.

María - ¿Y el mensajero?

(Dante sonríe y señala al cielo. María lo observa fijamente)

María - ¿Siempre verás en todo acto una obra de Dios?

Dante - ¿Te molesta?

María - A veces quisiera que reconozcas que el amor va más allá de la gracia, más allá
de cualquier ciencia. El amor es la magia que nos mantiene juntos, que no dejará que
nos separemos. ¿Dante? Eres el hombre más completo que conozco y a veces me
molesta que creas que es un acto divino.

Dante - Me haces sonar como un loco religioso, una especie de testigo de Jehová.

María - Es que siento que le quitas crédito a la humanidad. Digo, yo respeto tus
creencias, me has enseñado demasiadas cosas y he aprendido a ver los amaneceres
desde una perspectiva nueva, pero esa es obra tuya.

Dante - Me haces sonar así como…

María - Un loco religioso.

(Un silencio inunda el lugar, María cruza los brazos. Dante saca una botella de whisky y
se sirve.)

María - Dante, ¿Qué venimos a hacer aquí?


Dante - Necesitamos un lugar sin testigos, sin nadie que se meta, ni nadie que
interrumpa… María, no sé bien que ocurre, la verdad es que nunca me he sentido así.
Cada mañana al levantarme eres lo primero en lo que pienso y cayendo la noche eres
la dueña de mi último aliento, antes de concebir el sueño… estoy más distraído durante
mi adiestramiento, te encuentras en todo panorama a futuro y eso es hasta cierto punto
grave, ya que comienzo a dudar cuando mi voluntad era inquebrantable con mi postura
sobre mi oficio.

María - Sabes que lo que menos quiero es tener problemas, ni mucho menos causarte
a ti alguna especie de conflicto. Pienso que todo lo que hemos vivido desde hace
meses atrás, me ha traído la oportunidad para abrirme como nunca lo había hecho,
como nunca había querido… Como nunca había pensado; como sé que solo pasaría
contigo, Dante.

Dante - Y es ridículo, es increíble, porque me cabe en la cabeza la idea de ser


carpintero, fontanero, o cualquier cosa que me permita seguir a tu lado. Sé que es muy
pronto pero María…

María (Interrumpiendo) - Bésame…

Dante (continúa sin reaccionar al principio) - No puedo concebir un futuro sin ti, te amo.

María - ¡Ya bésame tonto!

(Dante y María se besan, se observan de frente con pasión y se vuelven a besar…


Dante carga a María a mitad del beso y comienzan a quitarse la ropa conforme el
oscuro va cayendo. Sale Dante y María se encuentra sola en el lugar con el torso
desnudo, de espalda al público.)

María (Mientras se viste) - ¿Sabes lo que es estar vivo? Las gratitudes que le debemos
al cosmos, a otros individuos, a un juego de probabilidades. Existe el paraíso, existe el
cielo y está a tu lado mi Dante.

(Se pone la blusa y busca su pantalón)


María - Tengo miedo, la verdad es que tengo miedo. Jamás habías tenido algo así y
temo que esa maravilla deforme mi carácter… Siempre he sido libre, siempre he
seguido mi camino de frente, pero al amanecer a tu lado mi corazón late fuerte y no sé
qué me pasa. ¿Amor? Sí. Digo, ¿Qué más podría ser? No sé qué tan lista esté para
todo esto. El cambio me aterroriza, sé que no es malo pero, ¿Cuánto tiempo
pasaremos así?

En dos años ¿Qué seremos?

Me has pedido que solo viva, me has pedido que me deje llevar: “Somos dos botellas
de cristal flotando en el océano”

(María toma una carta que tenía guardada.)

María - Mira, recibí esta carta, alguien ya sabe de lo nuestro… No nos hemos
esforzado por ser discretos, sin embargo, creo que la bomba estallará.

(María ve la carta fijamente y la deja en el buró)

¿Sabes lo que somos?

Somos seres anormales, vagabundos pensantes e idiotas delirantes. Somos y


hacemos poesía para los ingenuos. El agua y aceite de todos los ejemplos para tontos,
somos amantes, errantes, posibles en práctica pero en teoría estamos un poco jodidos.
Te amo.

(María sale del lugar y entra Dante de inmediato)

Dante - No todo está perdido, seguimos vivos, ¿No es así, María?

(Dante queda solo en el lugar)

Dante – ¿Dónde estás, María?

(Dante camina al buró y ve la carta que María leyó, después debajo hay otro papel con
algo escrito, las palabras de despedida de María.)
-9-

Las cosas que dejamos.

Dante trata de desechar todo recuerdo de María, se encuentra ofuscado, confundido y


triste, Iván, quien ahora es su mejor amigo, lo ayuda a realizar este acto de despecho.

Iván – Oye, amigo, ¿Estás seguro que no necesitarás estas cosas? Digo, hay biblias y
cosas correspondientes a tu carrera. Aparte una foto de…

(Iván duda en seguir hablando.)

Iván - Creo que esto debe ir aquí.

(Deja la foto en el buró y se va a servir un trago)

Iván - No deberías ocultar ni desechar los recuerdos, negar es igual a odiar.

Dante - Una temporada al lado de María, viviendo nuestra historia sin que yo me
percatara del tiempo, vivimos mucho tiempo pecando en el paraíso.

Iván - Por ese tiempo, por esos recuerdos María va en el buró no en la caja del olvido.
Verás, la gente insiste en olvidar lo que vivieron con las personas que se van, siempre
se han creído que es el mejor modo de superar a una persona pero a decir verdad
negar u olvidar a alguien es el peor modo de aceptar la soledad. Ese vacío posterior al
amor. Yo siempre he pensado que es mejor recordar y atesorar todos los momentos
que se vivieron, los buenos como joyas y los malos como lecciones.

Iván - Además, creo que es muy pronto para rendirse. Por el amor se pelea, ¿no es
así?

Dante - Pensé en dejar todo atrás. Poco tiempo después de que María se fue renuncié
a mi carrera, pero no a mi fe. Ahora sin un oficio ni ella, me di cuenta que no había
mucho por lo cual quedarse.
Iván - Exageras un poco, si te soy honesto. Comprendo tu intención de un nuevo
comienzo, pero yo la buscaría.

Dante - Llevo casi un año haciéndolo.

Iván – Y, ¿Por qué no hacerlo por unos meses más? Después pensamos en nuevos
comienzos.

Dante - Necesito descansar, vivir para mí. Al principio, el amor por María me llenó de
energía, quería correr como imbécil, gritar a los cuatro vientos y ser libre, pero ahora
que no está, parece que con ella se fue toda la energía, ella se llevó el amor y el amor
se llevó mis ganas de sonreír.

Iván - Okay, voy a dejar la caja en la basura. ¿Está bien?

Dante - Está bien. (Piensa un segundo) Yo trataré de hacer lo mismo con mi mal
recuerdo.

Iván – Dante, no menosprecies el recuerdo, no lo deseches. A veces, es lo único que


nos mantiene con vida.

Dante – Yo solo quiero estar con María.

Iván - ¡Hombre de fe! Sabes bien que hay más cosas y soluciones para el dolor que no
sean quedarse ahí tirado, quejándose como niño pequeño.

Dante – La fe es una de las cosas que dejamos.

Iván – ¿En serio?

Dante (Titubeando) – No, realmente. No lo sé

(Iván sale del cuarto. Oscuro)

-10-
¿Y si por un segundo te detuvieras?

En un espacio onírico, María observa un rosario que Dante le regalo.

María - Ha pasado mucho tiempo desde que nuestros labios se encontraron aquella fría
noche en el antro. No sé qué me pasó en el momento que me fui. Quería escudar mis
acciones en un bien común, algo que omitiera mi culpa pero Dante, a decir verdad fui
una persona cobarde, tu modo de ver el mundo, siempre tan bello y lleno de gracia. Las
tardes que caminábamos y juntos tratábamos de resolver los misterios del universo, los
juegos que teníamos donde el primero que se riera merecía un castigo, no uno de esos
desagradables sino más bien algo cursi que jamás había hecho.

Sabemos que las hojas del árbol de otoño son el inicio de la renovación natural del
mundo, en medio de un panorama café, la vida concluye para abrir paso a un nuevo
presente. Quisiera haber sido valiente, quisiera haber regresado para pedirte que te
detuvieras. Amor, espero me perdones, no sabía qué hacer, estaba asustada porque
más allá de todo, porque entre los besos y caricias… sentía una calidez como ninguna
que me llenaba y me hacía creer que el futuro que me esperaba era
inimaginablemente hermoso a tu lado.

Perdón.

(Entra Dante. Estando sin estar en el lugar comparte la escena con María como una
especie de recuerdo.)

Dante - Antes de ti creía en el amor como una teoría, en Dios como un hacedor de
milagros, sin embargo, me enseñaste a ser algo más allá que un creyente. Entre
mentiras blancas y buenas intenciones de color negro. Jugamos a hacernos uno con el
universo. Tomando todo desde esa multi perspectiva que teníamos sobre la vida, no
tengo nada que reprocharte. Te fuiste sí, pero yo no era tu dueño a decir verdad, mi
error estuvo en ese sentido de pertenencia que podría haberte sofocado.
No sé María. Quisiera haberte detenido, aunque sea por un segundo más, ya que
llegué a creer que el futuro que me esperaba era inimaginablemente hermoso a tu lado.

Dante y María - Y ahora, ¿Qué hacemos? El viento sigue corriendo y las hojas siguen
cayendo. El tiempo pasó y conforme esto, tuve que aceptar que ya no estarías a mi
lado.

María - Te dejé por miedo a amar, por miedo a entregar de más, por miedo al cambio,
por miedo al tiempo; por miedo a mí y sí, el caos que podría haber causado en ti.

Dante - Te busqué durante meses, durante un año, decidí no olvidarte aunque me tuve
que mover; ya que tu recuerdo era demasiado fuerte, tu humor en mi cama y el eco de
tu risa rebotando en las paredes. Ni Dios, ni Cristo podían ayudarme a cargar la cruz de
tu recuerdo.

Dante y María - Lo que pasó después fue algo no previsto. Traté de encontrarte a mi
modo, aunque ya era tarde y estabas fuera de mi alcance. A decir verdad tú fuiste y
eres el amor de mi vida, el amor en mi historia apasionada, complicada, increíble e
irrepetible.

María - Pasó el tiempo y recapacité, volví a tocar la puerta con el número 25, aquel
mes de junio a mediodía después de un año de mi partida, pero nadie contestó.
Esperaba encontrar tu sincera sonrisa y tus hermosos ojos de nuevo pero no pasó…
Nada.

Dante - Fue durante el mes de junio que me fui, no lo soporté, como ya lo dije. Te
imaginé muchas veces tocando la puerta de mi casa, atravesando el umbral para
besarme una vez más.

Dante y María - 3 de junio.

Dante - Diez y media de la mañana.

María - Doce de la tarde. Me hubieras esperado.


Dante - Te hubiera esperado.

(La luz se va atenuando. Dante toma por la espalda a María y besa su cuello mientras
acariciaba su clavícula)

Dante - Está siempre fue la parte favorita de tu cuerpo, aquí iniciaban mis poemas y
pensamientos más cursis. Subían de tono bajando a tus pechos que me hacían
sumergirme en el amor subiendo para besar tus labios.

María - Así se sincronizaban nuestros corazones que bailaban entre latidos y


respiraciones agitadas, suspiros encontrados y miradas cautivadoras. ¿Alguna vez te
dije que me resultas irresistible, Dante?

Dante - Las personas somos transeúntes con máscaras, sin visión más allá de nuestro
entendimiento y creencias. Gracias por desenmascararme mi amor.

(Dante se comienza a alejar)

Dante - Sé que algún día te encontraré.

María - Te buscaré.

Dante y María - En otra vida, cuando el viento sople en sentido contrario, cuando las
hojas dejen de caer, cuando la siguiente ola rompa en la orilla del mar… Ahí estaré,
para ti y contigo...

Adiós

María - Te amo.

(Dante sale de escena, entra un oscuro rápido. Cambio de lugar, María se encuentra
en el parque vestida de negro, entra Iván.)

Iván - Te estuvo buscando, esperando y creyendo en tu regreso.

María - Tenía miedo Iván.


Iván - ¿Dónde estabas?

María - Lejos, huyendo.

Iván - No sé qué paso, hablamos una noche antes de que pasara.

María - Soñé con él, con nosotros.

Iván - ¿También conmigo?

María (Sonríe en medio de la tristeza) - Tonto.

Iván - Solo quería hacerte sonreír.

María - ¿Por qué? ¿Por qué tuve que arruinar lo mejor que me había pasado?

Iván - He escuchado varias referencias con respecto al amor y al modo de amar.


Existen miles de textos, canciones y películas en la cultura popular, deberías buscar
entre todos esto.

María - Sí. ¿Qué sigue? Estoy segura que el amor de mi vida se ha ido para no volver.

Iván - Eso solo tú lo puedes saber.

Si me dejas opinar y aconsejarte, yo diría que solo debes seguir adelante, esperando
que en otra vida las cosas sean diferentes. Aprendiendo, creciendo, y tratando de no
torturarte.

Las cosas pasan, la vida es cambio y debemos de aceptar ese cambio.

(María ve fijamente a Iván.)

Iván - Por la gente que amas, por quienes están a tu lado y principalmente por ti.

(María se levanta de la banca)

María - Debo ir, regresar al funeral. ¿Te veo allá?


Iván - Sí, te alcanzo. Solo veré como caen las hojas del árbol por un rato.

(Sale María)

Iván - Y al final, aquí estoy yo sentado mientras pienso en el amor. Esta noche me
tomaré un trago en tu honor.

(Se levanta)

Iván - Te veré en otra vida, hermano.

(Oscuro)

-Poema adjunto-

Somos como dos botellas de cristal flotando en el océano.

“Todo es tan difícil, tú y yo en medio de un infinito compuesto de ideas y pasión,

Perdiéndonos constantemente en un camino lleno de señales difíciles de interpretar.

Dejando la razón a la deriva en medio de una tormenta adormecida de besos.

Jugando y siendo aventureros…

Pero siempre arriesgando de más. Somos como dos botellas de cristal flotando en
medio del océano.

Somos lo improbable, algo que parece perdido.

¿Estamos locos el uno por el otro? ¿Locos nos volvimos al vernos a los ojos?

¿O locamente nos buscábamos entre la oscuridad?

Los faros marcan el destino, pero las olas y la marea no rompen en la orilla.

Quiero que sepas que no importa lo que pase, yo siempre estaré contigo.

Somos como dos botellas de cristal flotando en medio del océano.


Ambos llevamos un mensaje y lo único que debemos hacer es dejarnos llevar por la
marea.

Y así algún día juntos podremos estar.”

Fin.

Cada vez que alguien se va, que alguien que amas se va, parece ser el fin del mundo para uno pero a
decir verdad hay más razones para continuar viviendo que estrellas en el cielo.

Dedicado a los que aman. 3/11/2016.

Roberto Acuña Orozco.

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