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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

CARRERA PROFESIONAL DE DERECHO

TEMA: CONTRATOS TIPICOS-ATIPICOS


CURSO:

Derecho Administrativo I

DOCENTE:

Delgado Otazu Ericson

INTEGRANTES:
Fernandez Tapara Rosmery
Tapara Huillcahuaman Anabel

CUSCO – PERÚ

2016
Introducción.

Índice.
Contrato.
El contrato es un acuerdo legal manifestado en común entre dos o más personas con
capacidad (partes del contrato), que se obligan en virtud del mismo, regulando sus
relaciones relativas a una determinada finalidad o cosa, y a cuyo cumplimiento
pueden compelerse de manera recíproca, si el contrato es bilateral, o compelerse una
parte a la otra, si el contrato es unilateral. Es el contrato, en suma, un acuerdo de
voluntades que genera «derechos y obligaciones relativos», es decir, sólo para las
partes contratantes y sus causahabientes. Pero, además del acuerdo de voluntades,
algunos contratos exigen, para su perfección, otros hechos o actos de alcance
jurídico, tales como efectuar una determinada entrega (contratos reales), o exigen ser
formalizados en documento especial (contratos formales), de modo que, en esos
casos especiales, no basta con la sola voluntad. De todos modos, el contrato, en
general, tiene una connotación patrimonial, incluso parcialmente en aquellos
celebrados en el marco del derecho de familia, y es parte de la categoría más amplia
de los negocios jurídicos. Es función elemental del contrato originar efectos jurídicos
(es decir, obligaciones exigibles), de modo que a aquella relación de sujetos que no
derive en efectos jurídicos no se le puede atribuir cualidad contractual.

En cada país, o en cada estado, puede existir un sistema de requisitos contractuales


diferente en lo superficial, pero el concepto y requisitos básicos del contrato son, en
esencia, iguales. La divergencia de requisitos tiene que ver con la variedad de
realidades socio-culturales y jurídicas de cada uno de los países (así, por ejemplo,
existen ordenamientos en que el contrato no se limita al campo de los derechos
patrimoniales, únicamente, sino que abarca también derechos personales y de familia
como, por ejemplo, los países en los que el matrimonio es considerado un contrato).

Según Peña Guzman y Arguello, el contrato podía llevarse a cabo entre ciudadanos,
aparece la situación para que también pudieran contratar los no ciudadanos, donde
las partes podían interrogarse usando cualquier expresión, a lo que el obligado
contestaba siempre: prometo. De esta manera nacieron los contratos verbales.

Un contrato es un acuerdo de voluntades que crea o transmite derechos y


obligaciones a las partes que lo suscriben. El contrato es un tipo de acto jurídico en
el que intervienen dos o más personas y está destinado a crear derechos y generar
obligaciones. Se rige por el principio de autonomía de la voluntad, según el cual,
puede contratarse sobre cualquier materia no prohibida. Los contratos se
perfeccionan por el mero consentimiento y las obligaciones que nacen del contrato
tienen fuerza de ley entre las partes contratantes.

Elementos del contrato.


El contrato tiene todos los elementos y requisitos propios de un acto jurídico cuales
son los elementos personales, elementos reales y elementos formales.

 Elementos esenciales.

Básicamente son tres, aquellos requisitos que, en casi todos los sistemas jurídicos,
exigen las leyes, para alcanzar la eficacia del contrato: consentimiento, objeto y
causa.

Consentimiento

Es el elemento volitivo, el querer interno, la voluntad que, manifestada bajo el


consentimiento, produce efectos en derecho. La perfección del contrato exige que el
consentimiento sea prestado libremente por todas las partes intervinientes, por
razón o efecto del principio de relatividad de los contratos. La voluntad se exterioriza
por la concurrencia sucesiva de la oferta y de la aceptación, en relación a la cosa y
la causa que han de constituir el contrato. Será nulo el consentimiento viciado, por
haber sido prestado por error, con violencia o intimidación, o dolo, o por sujeto ajeno
al objeto del contrato.

Objeto

Pueden ser objeto de contratos todas las cosas que no estén fuera del comercio de
los hombres, aún las cosas futuras. Pueden ser igualmente objeto de contrato todos
los servicios que no sean contrarios a las leyes, a la moral, a las buenas costumbres
o al orden público.

Causa

Normalmente, la normativa civil de los ordenamientos jurídicos exige que haya una
causa justa para el nacimiento de los actos jurídicos. La causa es el motivo
determinante que llevó a las partes a celebrar el contrato. Un contrato no tiene
causa cuando las manifestaciones de voluntad no se corresponden con la función
social que debe cumplir, tampoco cuando se simula o se finge una causa. El
contrato debe tener causa y ésta ha de ser existente, verdadera y lícita.

 Causa fuente: es el origen o hecho jurídico generador de obligaciones o de


un acto jurídico.

 Causa fin: es el propósito o finalidad perseguida por las partes al llevar a


cabo el acto o negocio jurídico.

Clasificación de los contratos: Por su regulación pueden ser típicos y


atípicos:
1. Contrato típico.

Un contrato típico es aquel que cuenta con una regulación sustancial en las leyes,
lo anterior no considera que dichos contratos sean mencionados incidentalmente
en alguna ley o con la finalidad de establecer alguna consecuencia jurídica; sólo
constituyen contratos típicos aquellos cuyas características fundamentales, origen
y ejecución, se encuentran regulados por la ley, aunque se trate de una regulación
breve o parcial, que requiera ser completada en diferentes aspectos con las
normas generales sobre los contratos.

Los contratos típicos son los que poseen regulación legal en el Ordenamiento
jurídico civil (Código Civil y otras leyes especiales civiles). Por ejemplo, el contrato
de compraventa y el contrato de arrendamiento urbano.

Desde un punto de vista genérico, el concepto de tipicidad denota, en el ámbito


del Derecho, aquella particular forma de regular ciertas situaciones generales a
través de “tipos”, los cuales no son otra cosa que conductas y fenómenos sociales
individualizados en preceptos jurídicos, por medio de un conjunto de datos y
elementos particulares, que brindan una noción abstracta de dichas realidades,
todo ello con miras a facilitar un proceso de adecuación de un hecho o
comportamiento de la vida, al modelo normativo que indeterminadamente lo
describe, con el fin de atribuirle los efectos allí previstos. De manera que la
tipicidad, cumple dos funciones significativas: [por] un lado, la de individualizar los
comportamientos humanos y, la de especificarlos y reglarlos jurídicamente. En
tratándose de la tipicidad de los contratos, ella tiene por finalidad la de ordenar las
disposiciones negóciales a través de tipos contractuales, mediante un proceso que
toma como punto de partida la especificación, con sustento en un conjunto de
otros contratos. Sin embargo, en época reciente, la doctrina y la jurisprudencia, y
a veces también el legislador, se percatan, desde el punto de vista jurídico, del
importante fenómeno sociológico de las cadenas o redes de contratos
relacionados. Determinadas operaciones económicas, a menudo requieren que
sean celebrados varios contratos sucesivos, imbricados o estrechamente
vinculados, de los cuales por lo general hay uno que es contrato eje y otros que
son contratos subordinados o dependientes”. Álvaro Salcedo Flórez datos o
coordenadas generales, fruto de la autonomía privada de las partes, es decir, el
contrato, para, a partir de allí, agregar las notas particulares y distintivas que dan
lugar a los diversos arquetipos de contrato. Cuando dichos tipos están previstos
en normas legales (para distinguirlos de los originados en la denominada tipicidad
social, es decir, la gobernada por normas consuetudinarias), la tipicidad presupone
la existencia de negocios jurídicos normativamente hipotéticos, a los cuales,
cuando sea del caso, habrá de adecuarse la declaración de voluntad de las
personas, para aplicarle la regulación prevista en la regla legal. Por supuesto que,
como fácilmente puede entenderse, allí radica la importancia de la tipicidad
contractual, esto es, en la descripción del tipo y en su regulación jurídica.
Implicaciones de la tipicidad.

La tipicidad no implica necesariamente la aplicación a un contrato de la regulación


prevista por la ley en su totalidad. El derecho de contratos es fundamentalmente un
derecho dispositivo y no imperativo, de acuerdo con el propio concepto de autonomía
privada. Recuérdese que el límite constituido por la ley, que el artículo 1255 del
Código civil establece, se refiere a la ley imperativa. Una vez comprobado que las
partes han querido perfeccionar un determinado contrato típico, se aplicará la
regulación prevista por la ley para el mismo, salvo en lo que las propias partes hayan
acordado de forma distinta, y salvo aquellas normas que, por ser de esencia de ese
tipo de contrato, no puedan ser cambiadas por voluntad de las partes. De ahí la
importancia de distinguir en la regulación de todo contrato típico las normas
imperativas y las dispositivas.

EJEMPLOS. En el Libro Cuarto del Código Civil se encuentran la lista de los


contratos típicos.

Compra-venta: Uno de los contratantes se obliga a entregar una cosa determinada y


el otro a pagar por ella un precio cierto en dinero o en signo que lo represente.
Intercambio de cosa por precio. Siempre habrá parte de precio que sea dinero,
aunque haya parte de cosa para el pago, puesto que si fuera un cambio de cosa por
cosa se tratará de una permuta. Las obligaciones fundamentales son:

 Vendedor: Entrega y saneamiento de la cosa objeto de la venta. Se entiende


entregada la cosa cuando se pone en poder y posesión del comprador. La
entrega es su primera y más importante obligación. Además, el vendedor está
obligado a entregar la cosa de forma legal y pacífica y que la cosa no padezca
de ningún vicio.

 Comprador: Está obligado a pagar el precio de la cosa comprada en el tiempo


y el lugar estipulado, o si no lo estuviere, en el tiempo y lugar en que está la
cosa vendida. Los gastos de escritura son también para el comprador.

Permuta: Uno de los contratantes se obliga a recibir una cosa a cambio de otra. Su
norma es muy corta e insuficiente: “En todo lo que no esté regulado, la permuta se
regirá por lo especificado en la compraventa”.

Arrendamiento: Puede ser de cosas, obras o servicios. El de cosas implica que una
de las partes se obliga a dar a la otra el disfrute o uso de una cosa por tiempo
determinado y precio cierto. En el de obras o servicios, una de las partes se obliga a
ejercitar una obra o prestar un servicio por precio fijo.

De sociedad: Dos o más personas se obligan a poner en común dinero, bienes e


industria con el ánimo de poner en común las ganancias.

Donación: Para darse una adquisición se necesita el título a adquirir y el modo. Los
contratos de donación son a la vez título y modo. La donación es un acto de liberalidad
por el cual una persona dispone gratuitamente de una cosa en favor de otra persona,
que la acepta. No se pueden donar bienes futuros porque convierte, al momento, al
donatario en propietario. Se contienen también varios supuestos de revocación de la
donación.

Mandato: Una persona se obliga a prestar un servicio o hacer una cosa por cuenta o
encargo de otra. Se darán los mandatos con procura y sin procura, según si hay poder
o no.

Préstamo: Una de las partes entrega a la otra una cosa no consumible para que use
de ella por cierto tiempo y la devuelva (comodato, préstamo de uso gratuito), o dinero
o cosa fungible (vino, trigo) con la condición de devolver otro tanto de la misma
cantidad o especie (préstamo simple que puede o no ser con interés).

Depósito: Se constituye depósito desde que uno recibe una cosa ajena con la
obligación de guardarla y restituirla. Se trata de un contrato gratuito salvo pacto de lo
contrario y sólo pueden ser objeto de depósito las cosas muebles.

2. Contrato atípico.

Contrato atípico todo aquel que no encuentre acomodo en la legislación,


siempre y cuando no contravenga disposiciones imperativas que lo hagan
nulo.
Es aquel para el que la ley no tiene previsto un nombre específico, debido a que sus
características no se encuentran reguladas por ella. Puede ser un híbrido entre varios
contratos o incluso uno completamente nuevo. Para completar las lagunas o
situaciones no previstas por las partes en el contrato, es necesario acudir a la
regulación de contratos similares o análogos. Un contrato atípico es aquel para el cual
no se ha desarrollado una normatividad especifica en la que se indique las
características, esencia, forma, origen y ejecución del mismo, este tipo de contrato se
rige fundamentalmente por las normas generales de los contratos, así como las
normas que rigen para contratos parecidos, de una misma naturaleza esencial o de
naturaleza similar.

Es decir que en un contrato atípico predomina la voluntad contractual, debido a que


no se encuentra asiento en ninguna disposición legal específica.

Atipicidad de los contratos

Frecuentemente la atipicidad de los contratos deriva de haberse añadido a un contrato


típico actuaciones o prestaciones ajenas a su configuración habitual (típica), y que se
vienen a añadir por voluntad de las partes en el caso concreto: compraventa en
exclusiva, arrendamiento con opción de compra o de venta; arrendamiento de
industria, pacto de distribución y comisión de venta en exclusiva (gasolineras). Lo que
da lugar en ocasiones a distinguir entre un contrato principal y otro u otros accesorios.
Otras veces, la atipicidad procede de la unión en un solo contrato de las prestaciones
propias de dos o más contratos. Se habla en tales casos de contratos complejos y de
contratos mixtos. Para la regulación de los contratos atípicos se suele acudir
parcialmente, por medio de la analogía, a lo expresamente previsto para el contrato
o los contratos típicos con que el contrato atípico tenga una mayor semejanza por
razón de sus prestaciones y contenido. Así, para los contratos de cajas de seguridad
puede ser útil tener en cuenta la regulación del depósito y del arrendamiento de cosas.
En ocasiones, a pesar de esa semejanza con diversos contratos, predomina la
semejanza con uno de ellos, y su regulación es la que debe tenerse en cuenta con
carácter prioritario. En la regulación de los contratos atípicos adquieren
frecuentemente una mayor importancia los usos y las reglas profesionales.

Ejemplo.
Como ejemplo de contratos atípicos o innominados podríamos aludir a figuras
conocidas pero que no concuerdan con los esquemas típicos o tipificados en
las leyes, como podría ser el intercambio tanto de bienes, cosas, tanto de
carácter mueble, como bienes inmuebles. En cualquier caso, y recordando lo
anteriormente dicho, las limitaciones que al respecto impone la legislación, son
que esos bienes sean de lícito comercio y exista tanto buena fe contractual
como capacidad de las partes. También pueden ser contratos de servicios de
cualquier tipo. Normalmente en ese intercambio interviene como
contraprestación la figura del dinero y por tanto hay que tener en cuenta lo que
la legislación disponga para este.

Contratos de concesión comercial, no está regulado por la ley, por tal razón, no
existen formalidades, rigiendo en principio la libertad contractual sobre la forma,
efectos y extinción.

CONTRATOS ATIPICOS

I.EL CONTRATO DE LEASING.

Es conocido también como arrendamiento financiero, locación financiera o


arrendamiento con opción a compra.

1. Modalidades del Contrato de Leasing.

A. Leasing Operativo.

En esta modalidad, el propietario fabricante o proveedor de un bien lo transfiere a otro


para utilizarlo en su actividad económica.

En este caso, el locador es al mismo tiempo el fabricante o proveedor de los bienes.


En caso de no ser así, el contrato sería de renting, el cual es un típico contrato de
arrendamiento en el que el locador ni fabrica ni provee el bien.

B. Leasing Financiero.
En este contrato, un sujeto llamado dador (dador del financiamiento) proporciona
dinero para comprar un bien que necesita el tomador (tomador del financiamiento y
del bien por adquirir), adquiriéndolo directamente del proveedor y pagándole el valor
del mismo.

Elementos: Dador, La persona que da el financiamiento Tomador, el sujeto


beneficiario del financiamiento y usuario del bien por adquirir.

Características:

El tomador o usuario debe tener siempre el derecho a optar por la compra de los
mismos, salvo pacto en contrario. El plazo del contrato se negocia en razón de la vida
útil del bien adquirido y es común que sea forzoso. El tomador o usuario asume los
riesgos y soporta los vicios del objeto adquirido.

1. Etapas del Contrato de Leasing Financiero

a. Etapa de Administración. Lo importante es la utilización del bien adquirido con el


financiamiento.

b. Etapa de Disposición. Vencido el plazo, el tomador decide adquirir el bien,


ejercitando el derecho a la opción de compra.

Conclusión.
Bibliografía.

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