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Elementos que configuran la carnavalización presentes en el cuento “Los funerales

de Mamá Grande” de Gabriel García Márquez

Luis Orozco

La carnavalización es el giro de los polos de la sociedad por medio de esta festividad,


lo que está arriba, estará abajo y lo que está abajo pasará a estar arriba desde el punto de
vista de los estratos, las jerarquías, en sí, el orden social alterado. Siendo ésta una
comunión de diversidad, de alegría y de oportunidad para ser, mientras dure el momento,
lo que no son. A groso modo en este trabajo se irán resaltando cada uno los elementos
carnavalescos expuestos por Bajtín que están presentes en el cuento.

En cuanto a la degradación, Bajtín (1990) expresa:

Rebajar consiste en aproximar a la tierra, entrar en comunión con la tierra concebida como un
principio de absorción y al mismo tiempo de nacimiento: al degradar, se amortaja y se siembra
a la vez, se mata y se da a luz algo superior. (…) La degradación cava la tumba corporal para
dar lugar a un nuevo nacimiento. De allí que no tenga exclusivamente un valor negativo sino
también positivo y regenerador: es ambivalente, es a la vez negación y afirmación. (pág. 12)

Esta apreciación está estrechamente ligada a la figura de Mamá Grande, la matrona


de Macondo, una figura de carácter social de suma importancia, que bajo sus órdenes
todo debía cumplirse y que además recababa riquezas de todo tipo mediante sus extensas
propiedades terrenales que a fin de cuentas la misma muerte terminó arrebatándole,
culminando así su estancia en este plano, pasando de ser un ser elevado a los ojos de sus
semejantes a formar parte de la tierra, uniéndose en comunión con ésta mediante la
muerte. De manera similar sucede con otros personajes de esa índole importante, como
lo son el presidente de la república y el mismísimo vicario de Cristo, quienes siempre
estuvieron muy acomodados en sus altos puestos para degradarse y unirse al júbilo de
los funerales junto con todo el poblado, dentro de la misma obra lo apreciamos mediante
los siguientes ejemplos: “Calvo y rechoncho, el ancia-no y enfermo presidente de la
república desfiló frente a los ojos atónitos de las muchedumbres…” “El propio Sumo
Pontífice…se sobrepuso al calor con un abanico de palma trenzada y honró con su
dignidad suprema los funerales más grandes del mundo”. Observando que al final se
pone de manifiesto el nacimiento, la resurrección de cada personaje después de haber
estado en contacto con la tierra, con lo bajo y vuelven a su oficio de una manera
regenerada.

Seguidamente está el principio material y corporal, siendo estos: “imágenes del


cuerpo, de la bebida, de la satisfacción de las necesidades naturales y la vida sexual. Son
imágenes exageradas e hipertrofiadas” (Bajtin, 1990, pág. 11) Se observan las
características fisionómicas de Mamá Grande como un ser hiperbolizado que es
exageradamente grande: “Cuando se sentaba a tomar el fresco de la tarde en el balcón
de su casa, con todo el peso de sus vísceras…”, “…apenas se adivinaba la vida en la
tenue respiración de sus tetas matriarcales.”, “…la Mamá Grande se irguió sobre sus
nalgas monumentales”, dando así honor a su nombre, esto en el sentido corporal. La
abundancia podría decirse que está ligada un tanto al punto anterior, pero estaría
relacionado a lo abundante de lo material presente en una celebración, banquete o
festejo, en este caso:“…se ponían ventas de masato, bollos, morcillas, chicharrones,
empanadas, butifarras, caribañolas, pandeyuca, almojábanas, buñuelos, arepuelas,
hojaldres, longanizas, mondongos, cocadas, guarapo, entre todo género de menudencias,
chucherías, baratijas y cacharros”, todo como sinónimo de la celebración de sus 70 años,
cuyas fiestas duraban hasta tres días, donde sacrificaban reses en la plaza (lugar común
de lo carnavalesco) y los músicos duraban tocando durante ese período de tiempo.

Por otra parte, la renovación está vinculada con el tiempo cíclico relacionado con la
muerte, en este caso la muerte de Mamá Grande contribuye a que muchos ciclos de sus
antepasados se cierren y con ello “el nacimiento de una nueva época” para Macondo,
ejemplo de ello es el final del cuento: “ Ahora podía el Sumo Pontífice subir al Cielo en
cuerpo y alma, cumplida su misión en la tierra, y podía el presidente de la república
sentarse a gobernar según su buen criterio, y podían las reinas de todo lo habido y por
haber casarse y ser felices y engendrar y parir muchos hijos, y podían las muchedumbres
colgar sus toldos según su leal modo de saber y entender en los desmesurados dominios
de la Mamá Grande, porque la única que podía oponerse a ello y tenía suficiente poder
para hacerlo había empezado a pudrirse bajo una plataforma de plomo.” Además, con
respecto a los órdenes clásicos o tradicionales alterados se tiene lo siguiente:
“…desfilaban las reinas nacionales de todas las cosas habidas y por haber. Por primera
vez desprovistas del esplendor terrenal, allí pasaron, precedidas de la reina universal, la
reina del mango de hilacha, la reina de la ahuyama verde, la reina del guineo manzano,
la reina de la yuca harinosa, la reina de la guayaba perulera, la reina del coco de agua…”
Siendo ésta una alteración de la concepción que se tiene de una reina común de los
certámenes de belleza, de alguna forma parodiando y alternando sus títulos por cosas
comunes y populares que causan risa.

Finalmente existe un elemento carnavalesco que puede pasar por alto si no se presta
atención a la narración del cuento, es el de la desacralización o profanación, estando
éste relacionado con lo más sagrado, con la gracia del altísimo; es el momento en el que
Mamá Grande goza de su estatus para no hincarse de rodillas en el momento de la
consagración de la ostia, se puede citar el siguiente fragmento: “No alcanzaron a ver a
la Mamá Grande en la misa mayor, abanicada por algún miembro de la autoridad civil,
disfrutando del privilegio de no arrodillarse ni en el instante de la elevación para no
estropear su saya de volantes holandeses y sus almidonados pollerines de olán.”

En síntesis, se encuentra una diversidad de ejemplos donde queda de manifiesto lo


impregnado que está este cuento del cronotopo rabelaisiano, es decir, de lo carnavalesco
expuesto por Bajtín, apreciando grandes festejos, abundancia de infinidad de alimentos
y bebidas, el goce de los pobladores, la parodia de ciertos personajes importantes y sobre
todo la gracia por la tradición en donde Macondo vuelve a ser el centro de la celebración.

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