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I.1. Introducción
El núcleo atómico está compuesto de neutrones, sin carga eléctrica, y protones, de carga eléc-
trica positiva. El número de protones del núcleo, o número atómico, se designa por Z y el de
neutrones por N . Los neutrones dotan de estabilidad al núcleo. La cantidad A = Z + N recibe el
nombre de número de masa.
Para representar un núcleo atómico lo escribimos de la forma:
A
Z XN
1
I.1.2. Partículas elementales y su clasificación
leptones(e− µ− τ − νe νµ ντ )
mesones(π)
partículas elementales hadrones
bariones(n p)
mediadores(γ W ± Z o g)
2
• Interacción débil: Se caracteriza porque su efecto es pequeño y su alcance es menor que el
tamaño nuclear. Suele mediar en las desintegraciones β. Por ejemplo
n −→ p + e− + νe (1)
y
p −→ n + e+ + νe (2)
El primer proceso tiene una duración de ∼ 13 minutos en el vacío; el segundo no se da en el
vacío porque no se conserva la energía, sin embargo se puede dar dentro del núcleo.
• Interacción fuerte: Es la que se da entre quarks y es la responsable de la formación de
bariones y mesones (estados ligados de quarks). La fuerza que mantiene unidos protones y
neutrones en el núcleo y que vence a la repulsión coulombiana es la llamada fuerza nuclear
fuerte. Es análoga a las fuerzas de Van del Waals entre átomos y moléculas. Por ejemplo,
cuando un protón y un neutrón están suficientemente próximos, los quarks que los forman
interaccionan, de modo que ambos pueden unirse para formar un núcleo.
donde Bi es la energía de enlace del i-ésimo electrón. Las energías de enlace electrónico son ∼ 100
keV en los átomos pesados, mientras que las masas atómicas son ∼ 1000A M eV /c2 ; así, para una
XZ
precisión de 1 parte por millón el término Bi es despreciable.
i=1
La energía de enlace B(Z, N ) de un núcleo es la diferencia entre la masa del núcleo A
Z XN y
las masas de sus constituyentes, los Z protones y los N neutrones:
3
Por otra parte, definimos la energía de ligadura atómica como:
donde m(1 H) es la masa del átomo de hidrógeno completo y Mátomo la masa del átomo completo
respectivo.
El siguiente gráfico muestra la energía de ligadura por nucleón, B/A:
Observamos que:
a. la curva es casi constante excepto para los núcleos más ligeros;
b. la energía de ligadura promedio de la mayoría de los núcleos es aproximadamente 8 MeV por
nucleón;
c. la curva presenta un máximo en A = 60, donde los núcleos están más fuertemente ligados.
Encontramos que B ∝ A, cuando es de esperar que B ∝ A2 , ya que en principio podríamos
suponer que cada nucleón sufre la fuerza de los otros (A − 1) nucleones. Al no ser esto así, vemos
que la fuerza entre nucleones se debe a próximos vecinos3 .
4
La densidad es casi igual para todos los núcleos: los nucleones no parece que se agrupen cerca del
centro del núcleo; por tanto, el número de nucleones por unidad de volumen es aproximadamente
constante:
A
4 ' cte. (6)
3
πR3
donde R es el radio medio del núcleo. Tenemos entonces
R ∝ A1/3 (7)
El radio medio se define como la distancia desde el núcleo a la cual la densidad ha caído a la
mitad:
Hagamos
R = Ro A1/3 (8)
De los experimentos de dispersión se encuentra que Ro ' 1, 2f m. las figuras que hemos mostrado de
ρ(r) nos indican también que la superficie del núcleo aparece difusa. La densidad es casi constante
hasta un punto a partir del cual decrece más o menos suavemente a cero. La distancia en la que se
produce esta caída es casi independiente del tamaño del núcleo y se toma usualmente constante.
Definimos el parámetro anchura de superficie s como la distancia sobre la cual la densidad cae
desde el 99 % al 1 %.
5
Se encuentra experimentalmente que s ' 2, 3 fm.
Sn = B(A XN ) − B(A−1
Z XN −1 ) = B(Z, N ) − B(Z, N − 1)
ZA−1 (9)
= m(Z XN −1 ) − m(A
2
Z XN ) − mn c
6
ahora podemos formar una pareja con su antiguo compañero impar. Encontramos evidencia de
esta “fuerza de acoplamiento” símplemente al observar los núcleos estables en la naturaleza –hay
sólo cuatro núcleos con N y Z impares: 2 H (Z = 1, N = 1), 6 Li (Z = N = 3), 10 B (Z = N = 5) y
14
N (Z = N = 7); pero hay 167 con N y Z pares. Esta energía de apareamiento, δ(A), se expresa
del siguiente modo:
ap A−3/4 Z, N pares
δ(A) = 0 Z par, N impar o Z impar, N par (12)
−ap A−3/4
Z, N impares
7
Esto requiere que el mismo I sea entero. Si el número de nucleones es impar, la componente z
total debe ser semientereo y así será el I total. Establecemos por tanto la siguiente norma:
núcleos con A impar −→ I semientero
8
estáticos impares deben amularse (dipolar eléctrico, cuadrupolar magnético, octopolar eléctrico y
así sucesivamente).
El momento monopolar eléctrico es justamente la carga nuclear neta Ze. El siguiente
momento no nulo es el momento dipolar magnético ~µ. Una espira circular que transporta
una corriente i y encierra un área A tiene un momento magnético de magnitud |~µ| = iA; si la
corriente consiste en una carga e, que se mueve con velocidad v en una circunferencia de radio r
(con período 2πr/v), entonces:
e evr e ~
|~µ| = πr2 = = |L| (17)
2πr/v 2 2m
~ es el momento angular clásico mvr. En mecánica cuántica, definimos operacionalmente
donde |L|
el observable momento magnético correspondiente a la dirección de la componente mayor de L; ~
~
así, podemos tomar la ecuación (17) directamente en el régimen cuántico sustituyendo L con el
valor esperado relativo al eje en que tiene proyección máxima, que es ml ~ con ml = +l. Así:
e~
µ= l (18)
2m
donde ahora l es el número cuántico del momento angular total de la órbita.
La cantidad e~/2m se llama magnetón. Para el movimiemto atómico usamos la masa del
electrón y obtenemos el magnetón de Bohr :
µ = gl lµN , (21)
donde gl es el factor g asociado al momento angular orbital l. Para protones gl = 1; puesto que
los neutrones no tienen carga eléctrica, podemos usar (21) para describir el movimiento orbital de
los neutrones si ponemos gl = 0.
Estábamos considerando antes sólo el movimiento orbital de los nucleones. Al igual que los
electrones, los protones y los neutrones tienen también un momento magnético intrínseco o espín,
que no tiene análogo clásico pero que escribimos en la misma forma que (21):
µ = gs sµN , (22)
donde s = 1/2 para protones, neutrones y electrones. La cantidad gs se conoce como factor g
de espín y se calcula resolviendo una ecuación relativista de la mecánica cuántica. Para una
partícula puntual de espín 1/2 tal como el electrón, la ecuación de Dirac da gs = 2, y la medida
es bastante consistente con ese valor para el electrón, gs = 2, 0023. La diferencia entre gs y 2 es
bastante pequeña y puede calcularse con exactitud usando las correcciónes de órdenes superiores
en electrodinámica cuántica. Por otro lado, para nucleones libres, los valores experimentales están
lejos de los valores esperados para partículas puntuales:
9
protón: gs = 5, 5856912 ± 0, 0000022
neutrón: gs = −3, 8260837 ± 0, 0000018
(Los momentos magnéticos medidos, en magnetones nucleares, son justo la mitad de los factores
gs ). ¡No sólo está lejos de 2 el valor para el protón, sino que el neutrón, de carga nula, tiene un
momento magnético distinto de 0! Aquí está acaso la primera evidencia de que los nucleones no
son partículas elementales puntuales como el electrón, sino que tienen una estructura interna que
se deberá a partículas cargadas en movimiento, cuyas corrientes resultantes dan los momentos
magnéticos de espín observados. Es interesante observar que gs para el protón es mayor que su
valor esperado en una cantidad de 3, 6, mientras que para el neutrón tiene un valor por debajo
de 0 aproximadamente en la misma cantidad. Hace tiempo se consideraba que esas diferencias
entre los valores esperados y medidos de gs se debían a nubes de mesones π que rodeaban a los
nucleones, con piones positivos y neutros en torno al protón y piones negativos y neutros en torno
al neutrón; las contribuciones iguales y opuestas de la nube de piones no son sorprendentes. En las
teorías actuales consideramos los nucleones compuestos de tres quarks; la suma de los momentos
magnéticos de los quarks da directamente los momentos magnéticos de los nucleones.
En los núcleos, la fuerza de acoplamiento favorece el apareamiento de nucleones de manera
que sus momentos angular orbital y de espín cada uno suma cero. Así los nucleones apareados
no contribuyen al momento magnético y necesitamos sólo considerar unos cuantos nucleones de
valencia. Si eso no fuera así, esperaríamos, basándonos en fundamentos estadísticos, encontrar
solamente unos pocos núcleos pesados con momentos magnéticos muy grandes, quizá decenas de
magnetones µN . Sin embargo, no se han observado nucleones con un momento dipolar magnético
mayor que 6µN . Algunos valores del momento dipolar magnético son
núclido µ (en µN )
(estado fundamental)
n −1, 9130418
p +2, 7928456
2
H(D) +0, 8574376
17
O −1, 89379
57
Fe +0, 09062293
57
Co +4, 733
93
Nb +6, 1705
A causa de la fuerza de acoplamiento, podemos analizar momentos magnéticos para aprender
acerca de la estructura nuclear.
El siguiente momento no nulo es el momento cuadrupolar eléctrico. El momento cuadru-
polar eQ de una carga clásica puntual e es de la forma e(3z 2 − r2 ). Si la partícula se mueve con
simetría esférica, entonces (en promedio) z 2 = x2 = y 2 = r2 /3 y el momento cuadrupolar se anula.
Si la partícula se mueve en una órbita plana clásica, es decir, en el plano XY , entonces z 2 = 0 y
Q = −r2 . El momento cuadrupolar en mecánica cuántica es
Z
eQ = e ψ 3z 2 − r2 ψdV
(23)
10
de valencia, que podemos asumir que orbita cerca de la superficie, de modo que r = Ro A1/3 .
Estimamos por tanto
|eQ| ≤ eRo2 A2/3 ,
que se sitúa en un intervalo que va desde el entorno de 6 × 10−30 e m2 para núcleos ligeros hasta
50 × 10−30 e m2 para núcleos pesados. La unidad 10−28 m2 se usa frecuentemente en estudios de
reacciones nucleares para secciones eficaces de dispersión y se conoce como barn (b). Esta unidad
es también conveniente para la medida de momentos cuadrupolares; así el máximo esperado está
entre 0, 06e y 0, 5e b. Algunos valores esparados de los momentos cuadrupolares eléctricos nucleares
son:
núclido Q (en b)
(estado fundamental)
2
H(D) +0, 00288
17
O −0, 02578
59
Co +0, 40
63
Cu −0, 209
133
Cs −0, 003
161
Dy +2, 4
176
Lu +8, 0
209
Bi −0, 37
Como puede verse en la tabla, muchos núcleos caen dentro del intervalo, pero varios, especialmente
en la región de las tierras raras, están bastante fuera de él. Aquí el momento cuadrupolar está dando
información importante – el modelo de partícula simple no puede explicar los grandes momentos
cuadrupolares observados. La mayoría o todos los protones deben contribuir colectivamente de
alguna manera para tener un Q tan grande. Asumir que hay un centro nuclear, esféricamente
simétrico, de nucleones no es válida para tales núcleos. La parte central en ciertos núcleos puede
tomar una forma no esférica estática que puede dar un momento cuadrupolar grande.
11
I.2. Masas
12
Con esta expresión se obtiene la fórmula semiempírica de masas o fórmula de Bethe-
Weizsäcker:
M (A, Z) = Zmp + N mn − B(A, Z)/c2 (27)
Las constantes se ajustan para obtener el mejor acuerdo posible con la curva experimental. En la
siguiente figura podemos ver el efecto de cada término en B(A, Z):
La importancia de la fórmula (26) no radica en que podamos predecir algún fenómeno exótico
de los núcleos, sino en que incorpora ideas de dos modelos nucleares para obtener una magnitud,
en este caso la energía de enlace. Los modelos incorporados son el de la gota líquida, responsable
de los tres primeros términos de (26) (de hecho, esos términos aparecerían también en un cálculo
de la energía de una gota de líquido con carga eléctrica), y el modelo de capas, que es responsable
de los dos últimos.
Con un modelo de gas de Fermi podemos obtener el término de simetría. En tal modelo para
neutrones y protones, tendremos
Z F n Z F
∆B = 2 ρ()d − 2 ρ()d ' 2ρ2
F F p
donde es la energía de Fermi del gas, F n la energía de Fermi para neutrones y F p la energía
de Fermi para protones, y hemos supuesto ρ() ' cte., que es la densidad de estados con energía
entre y + d. Por otra parte
Z F p
Z=2 ρ()d ' 2ρF p
0
Z F n
N =2 ρ()d ' 2ρF n
0
de modo que
N − Z = 2ρ(F n − F p )
por tanto
∆B ∝ (N − Z)2
ya que
F p = F − F n = F +
13
y entonces
N −Z
'
4ρ
Así
1 1
∆B ' (N − Z) = (A − 2Z)2
8ρ 8ρ
Con ρ ∼ A
(A − 2Z)2
∆B ∝
A
F p y F n tienden a igualarse, ya que así el sistema es más estable.
De cada isóbaro se pasa a otro consecutivo por desintegración β + o β − . Las dos parábolas para
A par se deben a núcleos Z par-N par la inferior y Z impar-N impar la superior. Los núcleos
inestables se aproximan a la estabilidad mediante desintegraciones β + o β − , o sea, convirtiendo
un protón en neutrón o viceversa. Se observan los siguientes puntos:
1. La energía de enlace por partícula del núclido par-par más estable (124 T e) es más grande
que la del núclido de A impar más estable (125 T e), que a su vez es más grande que el de
cualquiera de los núclidos impar-impar.
2. Sólo hay un núclido con A impar estable, mientras que hay más de un núclido par-par estable
con A = 124 y no hay núclidos estables impar-impar. Este patrón es general a lo largo de toda
la tabla periódica. De hecho, sólo cuatro núclidos impar-impar muy ligeros son β-estables.
Obsérvese cómo la energía de desintegración (esto es, la diferencia de masa entre isóbaros vecinos)
aumenta a medida que nos alejamos de la estabilidad. Para A par, el término de apareamiento da
dos paráboloas, desplazadas por 2δ ∼ 2-3 Mev.
14
Resultados totalmente análogos a éstos los obtenemos si representamos M (A, Z) frente a Z
para A fijo.
NOTA: Los núcleos inestables se desintegran en núcleos estables. El valor Q de tales reacciones
será > 0. Si Q < 0, la desintegración no se produce de manera espontánea. Cuanto mayor es
B(A, Z)/A, más estable es el núcleo, de modo que las desintegraciones se producen con el fin de
ganar energía de enlace, o lo que es igual, disminuir la masa.
∂M 1
∂B
= mp H − mn − =
∂Z ∂Z
4asim
1
H − mn + ac (2Z − 1) A−1/3 +
= mp (A − 2Z) = 0
A
Despejando Z obtenemos
15
De (28) también vemos la importancia de los factores de Coulomb y de simetría. En efecto,
si ac fuera nulo, o sea, no hubiera repulsión de Coulomb entre los protones, siempre se tendría
Z = N , y si asim = 0, tendríamos Zmin = 0 y el núcleo sólo tendría neutrones. Esto último nos
dice que el principio de exclusión de Pauli, principal responsable del término de asimetría, evita
que el núcleo se deshaga de los protones.
Esos máximos corresponden a N = 20, 28, 50, 82 y 126. Además, se observan también, aunque
menos cláramente, dos máximos en N = 2 y N = 8. Esto nos muestra que la fórmula de Weizsäcker
16
ha dejado pasar algún factor relevante. Si nos fijamos bien, la sucesión de esos máximos recuerda en
cierta medida a los números de electrones que cerraban capa en los átomos. Los máximos anteriores
reciben el nombre de números mágicos y corresponden a núcleos especialmente estables, así que
todo nos induce a pensar que, para ciertos valores de Z y N , los nucleones se estructuran en capas
que al cerrarse dan una estabilidad adicional al núcleo.
Podemos entonces pensar que los nucleones se encuentran sometidos a una especie de potencial.
Como modelo inicial de tal potencial se puede tomar el de un oscilador armónico tridimensional,
ya que nos proporciona una serie de niveles que se cierran en N = 2, 8, 20, 28, . . ., pero a partir
de N = 28, los siguientes valores no concuerdan con los números mágicos. De hecho, casi cualquier
potencial que no diverja para r = 0 proporciona los primeros números mágicos, pero tarde o
temprano dejan de coincidir.
Concluimos por tanto:
a. que existe un potencial radial promedio que actúa sobre los nucleones;
b. que cualquier potencial no divergente en r = 0 reproduce los primeros números mágicos.
Para acabar, diremos tan sólo que los números mágicos altos se obtienen al introducir el espín de
los nucleones.
17
El espectrógrafo cuenta con tres elementos principales:
1. Fuente de iones, que produce un haz de átomos o moléculas ionizados mediante dos mé-
todos:
a) bombardeo del vapor del material con un haz de electrones;
b) como resultado de una chispa de descarga entre dos electrodos recubiertos con el mate-
rial.
Los iones emergentes se encuentran en un ancho intervalo de velocidades (como es de esperar
de una distribución térmica) y se incluyen muchas masas diferentes.
2. Selector de velocidades, que consiste en un campo eléctrico y otro magnético cruzados;
los iones que pasan sin deflexión son aquéllos para los que las fuerzas ejercidas por ambos
campos se igualan:
E
qE = qvB ←→ v =
B
3. Selector de impulsos, que es un campo magnético que obliga a los iones a describir una
trayectoria circular, cuyo radio es
mv
r=
qB
es decir, es directamente proporcional a la masa de cad ión; cada isótopo se registra en la
placa en puntos separados distintos
Un espectrómetro de masas sería igual salvo que sustituye la placa fotográfica por un dispositivo
de detección electrónico y una rendija.
Para medir las masas, se calibra el aparato de modo que para el 12 C tengamos 12,000000 u
exactamente. Sin embargo, no medimos las masas directamente mediante medidas relativas, sino
que se miden diferencias más pequeñas entre dos masas casi iguales, con lo que se consigue incluso
más precisión. Este método se conoce como doblete de masas y se ilustra mediante el siguiente
ejemplo: Se pone el aparato a 128 u y medimos la diferencia de masas molecular entre el nonano
(C9 H20 ) y el naftaleno (C10 H8 ), que es
∆ = 0, 09390032 ± 0, 00000012 u
Al emplear moléculas tenemos la ventaja de que podemos despreciar la energía de enlace intera-
tómica para formarlas7 . Tenemos entonces:
∆ = m(C9 H20 ) − m(C10 H8 ) = 12m(1 H) − m(12 C),
7
La corrección debida a este efecto es ∼ 10−9 u, con lo que podemos alcanzar una precisión máxima de 1/109 .
18
de modo que
1 12 1
m(1 H) =
m( C) + ∆ = 1, 00000000 + ∆
12 12
= 1, 00782503 ± 0, 00000001 u
Obsérvese que para precisiones de ∆ de 10−6 tenemos una incertidumbre de 10−8 para la masa
1
H.
Dado este valor exacto podemos poner el aparato para 28 u y determinar la diferencia entre
C2 H4 y N2
H +14 N −→12 N +3 H
Sabiendo que
m(1 H) = 1, 007825 u
m(14 N ) = 14, 003074 u
m(3 H) = 3, 016049 u
tenemos
Q
m(12 N ) = m(1 H) + m(14 N ) − m(3 H) −
c2
El valor Q de la reacción medido experimentalmente es
19
con lo cual
m(12 N ) = 12, 018613 ± 0, 000001 u
Vemos que la principal fuente de incertidumbre proviene de Q, pues las masas de 1 H, 14
N y 3H
se conocen con mucha mayor precisión.
20
I.3. Tamaños
21
Z ∞
y como 4π dr r2 ρ(r) = Z, la carga del núcleo:
0
∞
q2
Z
F (q) ' 1 − r2 ρ(r)dV
6Z 0
y c y ao siguen teniendo el mismo sentido que antes. En todos los experimentos de difracción
de electrones se observa el mismo patrón al tomar (dσ/dΩ) frente al ángulo de dispersión:
una serie de máximos y mínimos que recuerda en cierta medida una figura de difracción.
22
Esta figura es independiente de la energía de los electrones incidentes; esta forma era de
esperar, pues los electrones tienen asociada una longitud de onda de de Broglie del orden del
tamaño nuclear. Por otro lado, el hecho de que los mínimos no sean nulos indica que el núcleo
no presenta un contorno nítido, sino difuso: La densidad de carga nuclear es aproximadamente
constante hasta una distancia a partir de la cual disminuye suavemente. En definitiva, de
estos experimentos encontramos que:
• la densidad central de la carga nuclear es aproximadamente la misma;
• los nucleones no se agrupan cerca del centro del núcleo, sino que tienen una distribución
bastante constante hasta la superficie;
• la anchura de superficie es casi independiente del núclido y tiene un valor de 2,3 fm
aproximadamente.
1/2
Por otra parte, si se representa hr2 i frente a A1/3 , a partir de los datos experimentales
de dispersión electrónica y para una distribución esférica (hr2 i = 3R2 /5), se encuentra una
relación lineal para un gran intervalo de valores de A, lo que muestra que la relación R =
Ro A1/3 es una aproximación aceptable. De la pendiente de la recta de ajuste se tiene que Ro =
1, 23 fm. Esto puede deducirse del hecho de que si los nucleones se distribuyen uniformemente
hasta la superficie, el número de nucleones por unidad de volumen es aproximadamente
constante; aceptando una distribución esférica:
A A
= 3
∼ cte. −→ R ∝ A1/3
V 4πR /3
∆E = hψ| W |ψi
con |ψi las autofunciones del hamiltoniano para el caso del núcleo puntual y W la perturba-
ción del hamiltoniano:
Ze2 R 3 1 r 2
− + , r6R
W = 4π o R r 2 2 R
0 , r>R
10
En realidad la distribución de carga nuclear.
23
Tenemos entonces
R
Ze2 R 3 1 r 2
Z Z
3 2 2 2
∆E = d ~r |ψ1s | W = 4π drr |ψ1s | − +
0 4πo R r 2 2 R
Utilizamos funciones s debido a que son las que presentan mayor densidad de probabilidad
en la región ocupada por el núcleo, de modo que ∆E es relevante en este caso comparado
con funciones p, d, etc.
Para un átomo hidrogenoide
e2 4Z 2 R r2
Z
2 −2Zr/ao 1 3
∆E = drr e − +
4πo ao 0 r 2R 2R3
con ao el radio de Bohr. El integrando va a variar poco de 0 a R, de modo que podemos
hacer e−2Zr/ao ' 1, con lo cual
2 Z 4 e2 R2
∆E '
5 4πo a3o
Así, ∆E viene determinado por el factor (R/ao )2 . Tenemos que
2
R −5 R
∼ 10 −→ ∼ 10−10
ao ao
Con Z ∼ 100, ∆E ∼ 10−6 Eo , siendo Eo la energía del orbital 1s. Vemos que, incluso para
núcleos pesados, el efecto es muy pequeño y puede, por tanto, estar enmascarado por otros
efectos, como la interacción con otros electrones, cuando tomemos átomos multielectrónicos,
o efectos relativistas. Para eliminar estos efectos, lo que se hace es medir la radiación emitida
por el átomo al hacer transiciones internas, generalmente del 2p al 1s. Esta energía se mide
directamente del espectro y vale
Ek = E2p − E1s = ~ω
Al elegir el orbital p, encontramos que Ek depende sólo del orbital 1s, ya que la densidad de
probabilidad para orbitales p en la región nuclear es prácticamente nula. Como el radio del
núcleo varía con A, también lo hará la energía de transición. Si medimos ahora Ek para un
isótopo, tenemos que los efectos debidos a la interacción electrónica se anulan al ser Z la
misma para ambos núcleos. Si escribimos
E1s ≡ E + ∆E
con E la energía 1s para el núcleo puntual y ∆E el desplazamiento del núcleo esférico,
encontramos, para los isótopos de números de masa A y A0
Ek (A) − Ek (A0 ) = ∆E(A) − ∆E(A0 )
2 Z 4 e2 1 2 2/3
R A − A0 2/3
=−
5 4πo a3o o
2 Z 4 e2 1 2 2
=− 3
RA − RA 0
5 4πo ao
donde hemos despreciado E2p (A) y E2p (A0 )11 . Por tanto, midiendo las energías de las transi-
ciones 2p-1s para los núcleos (Z, A) y (Z, A0 ), obtenemos una medida de la diferencia entre
los radios de los isótopos.
11
Ek (A) − Ek (A0 ) = E2p (A) − E1s (A) − E2p (A0 ) + E1s (A0 ) ' E1s (A0 ) − E1s (A)
' E(A0 ) + ∆E(A0 ) − E(A) − ∆E(A) = ∆E(A0 ) − ∆E(A)
puesto que E(A) = E(A0 ) es la energía 1s para el núcleo puntual, que, obviamente, no depende del tamaño del núcleo.
24
c. Átomos muónicos. Otra forma de eliminar los efectos comentados en el apartado anterior
es hacer aumentar el factor R/ao . Al ser R fijo, la única manera es disminuir ao , lo que puede
hacerse sustituyendo los electrones por muones, es decir, utilizando átomos muónicos. Los
muones tienen una masa mµ ' 207 me− y la misma carga y espín que el electrón. En estos
átomos, la función de onda tiene una mayor densidad de probabilidad en la región nuclear.
Tenemos entonces que
R R
' 207 ∼ 10−3
aoµ aoe−
que es dos órdenes de magnitud mayor que en el caso del átomo ordinario, lo que implica
que ∆E ∼ 10−6 , cuatro órdenes de magnitud mayor.
d. Método de las diferencias de energías Coulombianas. Otro método de obtener la
relación radio-número de masa es medir la diferencia de energía de Coulomb entre núcleos
espejo, es decir, pares que resultan de sustituir protones por neutrones y viceversa en un
núcleo determinado, como por ejemplo 13 13 39 39
7 N6 y 6 C7 o 20 Ca19 y 19 K20 . Tomando de nuevo una
esfera de carga uniforme Q y radio R, la energía de Coulomb para tal núcleo es
3 1 Q2
Ec =
5 4πo R
La diferencia entre pares espejo será
3 e2
∆Ec = (2Z − 1)
5 4πo R
ó
3 e2
∆Ec = A2/3 (A = 2Z − 1)
5 4πo Ro
Tenemos dos formas de medir dicha energía:
1) Midiendo la energía máxima de los positrones emitidos en la desintegración β que lleva
de un núcleo al otro en el par.
2) Midiendo la energía mínima que necesita un protón para transmutar uno en otro en una
reacción nuclear. Ejemplo:
11 11
p + B −→ C + n
25
a. Dispersión de Rutherford. Se lanzan partículas α contra núcleos más pesados, p. ej. 197 Au.
A bajas energías los resultados siguen la predicción teórica de la fórmula de Rutherford para
la dispersión de Coulomb. A medida que la energía de las α aumenta, vencen la repulsión
eléctrica y empiezan a interaccionar mediante la fuerza nuclear con el blanco de 197 Au, con
lo cual, a partir de un punto dado, los resultados se alejan de la fórmula de Rutherford.
El punto en que se presenta dicha ruptura da una medida del tamaño del núcleo.
b. Desintegración radiactiva con emisión de partículas α. En este método se estudian los
núclidos que se desintegran por emisión de partículas α. En este caso, la partícula α escapa
del potencial nuclear atravesando la barrera coulombiana:
Los cálculos del radio de la materia nuclear con estos procedimientos son muy sensibles en lo
que respecta al momento exacto en que se superponen la partícula de prueba y la distribución de
materia nuclear, con lo cual debe utilizarse en los cálculos un modelo más complejo que el de la
esfera uniforme de densidad constante. Los cálculos son muy complejos y conducen a un resultado
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Usando una aproximación de penetración de barrera estándar mediante la ecuación de Schrödinger.
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sorprendente: Los radios de la carga y la materia de los núcleos son casi iguales, dentro de un
margen de 0,1 fm. Ambas distribuciones muestran la dependencia A1/3 con Ro ' 1, 2 fm. Puesto
que los núcleos pesados poseen aproximadamente un 50 % más de neutrones que protones, podría
esperarse que el radio de la materia nuclear fuese mayor que el de la carga (el radio protónico); sin
embargo, la repulsión coulombiana entre protones tiende a empujar a los protones hacia afuera y la
fuerza protón-neutrón tiende a tirar de los neutrones hacia dentro, hasta que protones y neutrones
están tan entremezclados que los radios de carga y materia casi se igualan.
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II Fuerzas nucleares
7. Será invariante bajo rotaciones, lo que implica que contendrá términos de la forma
~σ1 · ~σ2 (~r · ~σ1 )(~r · ~σ2 ) (~p · ~σ1 )(~p · ~σ2 ) ~ · ~σ1 )(L
(L ~ · ~σ2 )
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• Potencial central:
VC (1, 2) = Vo (r) + Vσ (r)~σ1 · ~σ2 + Vτ (r)~τ1 · ~τ2 + Vστ (r)(~σ1 · ~σ2 )(~τ1 · ~τ2 )
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En el término S12 , las variables de espín y espaciales están acopladas.
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