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4 EL CONFLICTO.

4.1 CONCEPTO DE CONFLICTO

La reformulación de la perspectiva tradicional del conflicto

La concepción de conflicto dominante en la actualidad es, al igual que en el concepto de paz,


la tradicional. Esta visión considera al conflicto en su sentido negativo, como sinónimo de
desgracia, de mala suerte, y en consecuencia como algo no deseable. “Tanto la intuición
popular como muchas de las definiciones científicas presentan el conflicto como un fenómeno
desagradable e intrínsicamente malo” ( Lederach,1984,p.43 ).

Otra acepción tradicional del conflicto es aquella que lo asocia con la violencia (
Fullat,1982,p.77), confundiendo determinadas manifestaciones o derivaciones del conflicto con
su propia naturaleza. Así se asocia erróneamente la violencia al conflicto, como si entre ellos
existiese una causa de estímulo respuesta. Incluso en algunas publicaciones específicas de
EP ( UNESCO,1983ª,pp.67 y 69), al tratar el tema del conflicto y su resolución, se propone como
“modelo” didáctico, el estudio de la violencia, sus causas, tipos y formas de dominarlas.

Esta acepción tradicional del conflicto, hace que a nivel popular y en determinadas
manifestaciones de personas públicas, se derive o intente derivar un componente peyorativo
hacia las partes en litigio. Así, a menudo, se presenta a ciertas personas o entidades como
“conflictivas” en sentido negativo, cuando presentan conductas diferentes y/o críticas hacia
determinados valores o comportamientos establecidos.

En el ámbito escolar, el conflicto se configura igualmente desde una perspectiva negativa,


problemática y contraria a la “ Paz escolar” De aquí que la consideración habitual del conflicto
sea:

1. Perturbación del orden de clase.


2. Desacuerdo entre necesidades, que lleva a menudo a la perturbación ( activa o pasiva) de
la efectividad de la clase ( Pearson, 1984, p.9)

Sin embargo, como consecuencia del legado filosófico-ideológico de la no violencia y de la


especial contribución de la investigación para la paz ( Peace research), se produce un tránsito
de concepción, que recoge la Educación para la Paz, según el cual el conflicto se asume como
lo que realmente es, un proceso natural, necesario y positivo para las personas y grupos
sociales. Veamos esto con algo más de detalle.

En primer lugar, se afirma que el conflicto es consustancial e inevitable a la existencia humana:


“ el estado natural del Hombre es el conflicto”(Mendel, 1974, p.13). De lo que se trata, por
consiguiente, no es de negar esta realidad ya que “el conflicto existe desde el principio”
(Muller,1983, p.13), sino de poner los medios adecuados y enfatizar las estrategias de
resolución pacífica y creativa del mismo. “ Afrontar el desacuerdo no equivale a un proceso
autodestructivo. El conflicto no es malo en sí, aunque las personas puedan responder al mismo
en forma perjudicial” (Pallares, 1982, p. 103) Por consiguiente, la clave no está en su
eliminación, sino en su regulación y resolución de forma justa y no violenta: “tenemos que
detallar, aprender y practicar unos métodos, no de eliminar el conflicto, sino de regularlo y
encauzarlo hacia resultados productivos” ( lederach, 1985, p. 1).
No sólo, se considera al conflicto como natural e inevitable en la existencia humana, sino que
se le otorga, en segundo lugar, una característica realmente antitética a la concepción
tradicional: su necesidad. “ el conflicto es un proceso natural y necesario en toda sociedad
humana, es una de las fuerzas motivadoras del cambio social y un elemento creativo esencial
en las relaciones humanas” (Arenal, 1989, p. 26) coser (1956), sostiene la tesis de que el
conflicto social es un importante factor de socialización en el nivel colectivo. Según este autor,
“el conflicto intragrupal e intergrupal es un factor de renovación y de cambio social” que “ puede
evitar el empobrecimiento de la creatividad” ( p.67).

En tercer lugar, y en consecuencia con lo expresado anteriormente, se aboga por una


“perspectiva positiva del conflicto: el conflicto como un reto; la incompatibilidad de metas es un
desafío tremendo, tanto intelectual como emocionalmente, para las partes involucradas. Así, el
conflicto puede enfocarse básicamente como una de las fuerzas motivadoras de nuestra
existencia, como una causa, un concomitante y una consecuencia del cambio, como un
elemento tan necesario para la vida social, como el aire para la vida humana” (Galtung, 1978,
p. 486).

En conclusión, podemos afirmar, parafraseando a J. P. Lederach, que “ el conflicto es


esencialmente un proceso natural a toda sociedad y un fenómeno necesario para la vida
humana, que puede ser un factor positivo
en el cambio y en las relaciones, o destructivo, según la manera de regularlo” ( Lederach, 1984,
p. 45).
Definición y desarrollo

Podemos decir que existe unanimidad en los distintos autores ( Curle,


1978, p. 15; Galtung, 1987; Gandhi, 1988; Grasa, 1987, p.58; Hocker y
wilmot, 1978, p. 9; Lederach, 1984, p. 44; Pallares, 1982, p. 102; Touzard,
1981, p.50; Wren, 1977, p. 120; etc.) que han estudiado o
reflexionado sobre el conflicto desde distintas disciplinas, en definirlo
como sinónimo de incompatibilidad, entre personas o grupos, o entre
éstos y aquellas; o al menos que existen o se perciben fines o/y valores inconciliables entre
unos y otros. Es decir, el Conflicto se caracteriza por ser un tipo de situación en la que las
personas o grupos sociales buscan o perciben metas opuestas, afirman valores antagónicos o
tienen intereses divergentes. Sin embargo esta unanimidad en su definición o caracterización
fundamental, no se ha dado históricamente debido a las distintas interpretaciones de las causas
del conflicto, componentes y funciones del mismo. De aquí que hayan surgido distintas
escuelas que han estudiado sus móviles, tipos, procesos desencadenantes, variables
intervinientes y estatus de cada una de ellas, etc. En definitiva nos estamos refiriendo a las
distintas interpretaciones o concepciones que han surgido para explicar estos y otros
interrogantes paralelos o derivados del estudio del conflicto. Una exposición detallada y
clarificadora de estas concepciones se pueden encontrar en el libro Touzard ( 1981),
anteriormente citado.

El desarrollo de un conflicto depende de un gran número de variables. Siguiendo las


formulaciones de M. Deutsch (1971), podemos enumerar las siguientes:

- Las características de las partes enfrentadas (valores, aspiraciones y objetivos, sus


recursos intelectuales, sus actitudes de cara al conflicto, estrategias y tácticas posibles).
- Sus relaciones mutuas anteriores( la evolución de las actitudes y de las previsiones del
uno respecto del otro).
- La naturaleza del problema que originó el conflicto ( su extensión, sus significado
motivacional, su peridiocidad).
- El ambiente social en cuyo seno se desarrolla el conflicto ( restricciones, aliento o
disuasión ante la resolución del conflicto, normas y reglas institucionales que lo regulan).
- Los públicos y sus relaciones con el tema del conflicto( os intereses de estos públicos,
puestos en juego por el conflicto).
- La estrategia y las tácticas empleadas ( utilidades positivas y negativas y las
probabilidades subjetivas que conllevan, las presiones y amenazas utilizables, la libertad
de elección, las posibilidades de
comunicación y de intercambio de información, la credibilidad de la
información intercambiada).
- Las consecuencias del conflicto para cada parte , a corto y medio plazo ( los cambios
posibles derivados del conflicto, para cada parte y para las relaciones entre las partes, el
prestigio que se pueda ganar o perder).

Variables que podemos agruparlas en dos grandes campos: las que hacen referencia a
situaciones estructurales y estratégicas, y las emocionales- afectivas. Entre las primeras juega
un destacado papel el tipo y la naturaleza del poder que se pone en juego ( Raven y Kruglanski,
1970) por aspectos afectivos del conflicto se entienden variables como las actitudes,
estereotipos y representaciones que se forman los grupos en conflicto, así como los aspectos
relativos a la personalidad de los protagonistas, especialmente en los conflictos interpersonales.
Aspectos estructurales y aspectos afectivos se influyen mutuamente, bien perpetuándolos o
bien modificándolos. ( Touzard, p. 64)

Visión de conjunto

Dicho todo lo anterior y con un afán sintetizador,


podemos deducir las siguientes premisas o
hipótesis de trabajo acerca del conflicto:

1. El conflicto, como la crisis, es consustancial al ser humano. “En todo, donde hay vida
hay conflicto” ( Dahrendorf, 1970, p.210).
2. El conflicto es un fenómeno multidimensional que requiere ser explicado desde una
perspectiva multidisciplinaria.
3. Los elementos que intervienen en un conflicto son, básicamente, tres: Las personas, el
proceso y el problema o diferencias esenciales ( Lederach, 1985, p.13)
- La valoración propia que del mismo se hace, es decir, nuestra percepción.
- L a percepción, valoración que del mismo creemos que hace el otro.
- Nuestra alternativa o “solución” para resolver el conflicto.

Elementos que aparecen relacionados con el nivel de contenido (motivo del conflicto) y
el nivel de relación ( relaciones de poder).

4. El conflicto no sólo no es negativo en sí mismo, sino que, sin que se haga crónico,” es un
fenómeno indispensable para el crecimiento y desarrollo del individuo y de la sociedad” (
Smith, 1979, p.180).
5. Debemos diferenciar la propia existencia del conflicto con algunas formas no positivas de
resolución. “El auténtico problema no es la supresión del conflicto sino su resolución por
medios no violentos, desmilitarizados” ( Vela, 1984, p.183).
6. En consecuencia, es necesario diferenciar la agresión o cualquier conducta violenta –formas
negativas de intervención en un conflicto-,y el conflicto. “La confusión proviene porque se
asimila violencia a conflicto. Cuando la violencia no es más que uno de los medios para
resolver el conflicto, destruyendo al otro. La violencia tiende a suprimir el conflicto apuntando
a la eliminación del adversario. La violencia es un medio, el conflicto es un estado de
hecho...” ( Semelin, 1983, p.44).
7. Igualmente hay que distinguir, y en general existe acuerdo, entre la agresión u otras
conductas violentas de la agresividad o combatividad. “ El primer término designa un acto
efectivo y el segundo se refiere a una tendencia o a una disposición” ( van Rillaer, p.27). Es
decir, de la “ inevitabilidad de la agresividad no se deriva la inevitabilidad de la violencia”
(Etxebarría, 1985, p.35).
8. La agresión o conductas violentas, no están genéticamente determinadas en la naturaleza
biológica humana. Como se recoge, entre otros, en la “Declaración de la violencia” ( Rev.
De Est. De juventud, diciembre de 1986), “excepto en casos patológicos, los genes, por sí
mismos, no producen individuos necesariamente predispuestos a la violencia, ni tampoco
determinan lo contrario”. En cualquier caso, “ la agresión, hay que repetirlo, es más una
cuestión de percepciones, de valores y de significaciones, que de hormonas o de instintos”
( Van Rillaer, p. 192).
9. En consecuencia, existe general coincidencia, en resaltar la “educabilidad” del ser humano.
10. Por la propia dinámica del conflicto como por las repercusiones pedagógicas que ello trae
consigo, debe destacarse la especial importancia de la percepción de los protagonistas tanto
en la génesis del conflicto como en su desarrollo, hasta el punto de que “regular o resolver
un conflicto supone a menudo clarificar las percepciones y hacerlas comprensibles a ojos
de ambas partes” (Grasa, 1987, p.58).

4.1.1 ¿QUÉ ES UN CONFLICTO?

Generalmente es un desacuerdo que hay entre dos o más personas o grupos de personas. Es
una parte natural de nuestras vidas. Se puede manejar en forma positiva o negativa, o se puede
evitar por completo. (También se pueden experimentar conflictos internos).
Los conflictos se originan a menudo cuando una persona trata de satisfacer sus necesidades
básicas
SER AMADO.
SER POPULAR.
SER DESAFIADO.
SER SEGURO.
SER CREATIVO.
SER FELIZ TENER AMIGOS.
LOGRAR OBJETIVOS.

SER RESPETUOSO.
TENER SALUD.
TENER DINERO.(Agregar otras)

La base de los conflictos se encuentran en las diferencias que hay entre la gente:
- Diferencias en nuestros valores.
- Diferencias en las formas de ver el mundo. Percepciones.
- Diferencias en las suposiciones que hacemos sobre las cosas y sobre la gente.
- Diferencias en la forma en que nos comunicamos uno al otro.
- La forma autoritaria de funcionar.
- La prepotencia y egoísmo de las personas.
- La falta de un espíritu cristiano.
- El irrespeto a los Derechos de los demás.

4.1.2 ¿CÓMO RESPONDEMOS ANTE EL CONFLICTO?


El ser humano responde de diferentes maneras al conflicto. Las formas más comunes son:
EVITAR, CONFRONTAR y COMUNICAR.
La manera en que respondemos, en la mayoría de los casos, refleja el estilo que tenemos para
manejar situaciones conflictivas. Este estilo se ve influido por nuestras experiencias de vida.
Cuando nos enfrentamos a un conflicto podemos...
- EVITAR: quedarnos callados, esconder nuestros sentimientos, retirarnos de la situación,
ignorarlo.
- CONFRONTAR: expresar enojo, ya sea verbal o físicamente.
- COMUNICAR: hablar con la otra persona y tratar de entenderla, aunque no estemos de
acuerdo con ella.

NOTA: Es muy popular en nuestro medio, denigrar de las personas y no confrontar una
situación. Esto es peligroso y deja mucho que desear de la persona, además te puedes ganar
una buena demanda.

EJERCICIO:
El capacitador debe plantear varias situaciones de conflicto y pedir al auditorio que muy
sinceramente manifieste lo que hace normalmente cuando se presenta o cree que haría y
lo que siente: Alguien te empuja. Alguien te roba algo. Cuando alguien te copia. Cuando
alguien habla mal de ti...
EL CULTIVO DE VALORES EVITA LOS CONFLICTOS O LES DA UN MANEJO MÁS
RACIONAL.
Cuando desde recién nacido un bebé, se le empiezan a cultivar
valores que son esas cosas intangibles que permiten la sana
convivencia en
beneficio de la paz, a ese nuevo ser humano se le va
dotando de las herramientas necesarias para enfrentar
de una forma muy racional las situaciones que la vida le presenta paso a paso. Aquí la
educación familiar toma una importancia primaria, no hay que esperar a que llegue a la escuela
para que le empiecen a cultivar valores, es desde el vientre de la madre que se debe empezar.
Por esto, es necesario cultivar y ser paradigma de: RESPETO, HONRADEZ, JUSTICIA,
EQUIDAD, RESPONSABILIDAD, COMPAÑERISMO, SOLIDARIDAD, AGRADECIMIENTO,
COLABORACIÓN, PAZ, AMISTAD, etc.

4.1.3 ESTILOS DE MANEJO DEL CONFLICTO

Cuando nos enfrentamos a un conflicto, cada uno de nosotros


tiene un estilo de conflicto que tiende a salir a flote. No hay un estilo
que sea el correcto o el equivocado. Todos tenemos elementos
de todos los estilos dentro de nuestro propio estilo de conflicto.
Podemos aprender determinados estilos de nuestra familia y la cultura
que vivimos a diario. Veamos algunos:

COMPETIDORES (A MI MANERA)
Alguien que siempre trata de ganar, que acepta desafíos. Los competidores tienden a herir los
sentimientos de la gente sin siquiera darse cuenta de que lo están haciendo. Generalmente son
vistos como buenos líderes.

TRANSIGENTES ( A LA MITAD DEL CAMINO)


Alguien que divide todo por la mitad. Tienden a encontrar soluciones rápidas, pero después no
siempre están contentos con ellas.

EVASORES (DE NINGUNA MANERA)


No les gustan los conflictos. Se van o se quedan callados. Guardan todo adentro y algún día
explotan.

ACOMODADORES (A TU MANERA)
Se rinde frente a los demás. Ceden mucho y se guardan todo adentro. Se aguantan una mala
situación por un tiempo hasta esperar el momento oportuno para encarar el problema.

COLABORADORES ( A NUESTRA MANERA)


Alguien que escucha a la otra persona y trata de encontrar una solución que sea justa para
todos. Son vistos como buenos oyentes. Este estilo no permite soluciones rápida.

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