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Los gobiernos, las compañías de seguros e individuos pagan miles de millones de dólares cada año
a los psiquiatras buscando remedios que los psiquiatras mismos admiten que no existen.
La venta de drogas psiquiátricas en el mundo asciende a más de 76 mil millones de dólares al año.
Desde su principio en el siglo XVIII, usando las prácticas de recluir, restringir y aislar a las
personas con problemas en instituciones, los psiquiatras han sacado provecho de la miseria humana.
La tortura, experimentos, restricción física y mental, y los llamados “tratamientos” que se infligen a
cientos de miles de personas cada año, resultan en miles de muertes.
Al redefinir el hombre como un animal sin alma, los psicólogos y psiquiatras pensaron que el
hombre podría ser manipulado tan fácilmente como un perro que puede ser entrenado a babear
cuando escucha una campana.
Su justificación fue la teoría de la eugenesia de los psicólogos y los psiquiatras: que ciertas personas
que son inferiores, deberían ser exterminadas y que su tipo debería desaparecer de la raza. Estos
artífices del holocausto nunca fueron llevados ante la justicia.
El hombre lucha y muere por el derecho a hablar y actuar libremente. La psiquiatría conspiró con
aquellos en el poder en la Rusia comunista para despojar de los derechos políticos a los disidentes y
definir su “búsqueda de justicia” como trastorno mental para justificar su encarcelamiento.
Si se clavara un punzón accidentalmente detrás de los glóbulos oculares de alguien o recibiera una
descarga eléctrica de 120 a 240 voltios, dejándolo convulsionado y respirando con dificultad, se le
llevaría al hospital urgentemente.
Las drogas psiquiátricas no están diseñadas para curar, sino para suprimir los síntomas y dañar
físicamente a quien las toma. Con cada una de las nuevas “píldoras milagrosas” se hacen
declaraciones de que son seguras y eficaces; sus peligros sólo se exponen más tarde. Las drogas
psiquiátricas
matan.
A más de 500 millones de personas mundialmente se les ha prescrito drogas psiquiátricas para
afecciones que no son enfermedades y que ninguna prueba de sangre, rayos x, prueba de
desequilibrio químico, encefalograma examen físico pueda verificar.
Hoy en día el uso de la restricción física y química en los hospitales mentales por los psiquiatras es
un procedimiento muy lucrativo. Admitiendo que la muerte usualmente es inevitable por tales
procedimientos, literalmente hablando, a los psiquiatras se les deja hacer lo que les da la gana.
Como mínimo, el diez por ciento de los psiquiatras asaltan a sus pacientes sexualmente; de cada 20
víctimas una es menor de edad.
Los organismos que regulan las drogas en todo el mundo han emitido más de 70 advertencias contra
el uso de drogas psiquiátrica, exponiendo las drogas como causa de defectos de nacimiento,
alucinaciones, psicosis, hostilidad, agresión, efectos de abstinencia, daño hepático, ataques
cardiacos, derrame cerebral, tendencias homicidas, suicidio y muerte.
A millones de niños los psiquiatras les han puesto etiquetas por el comportamiento normal de la
niñez y les han prescrito drogas psiquiátricas que hacen que cometan actos violentos y suicidio.
A diecisiete millones de niños se le han prescrito drogas psiquiátricas que alteran la mente,
incluyendo a infantes menores de un año.
Las guerras, revoluciones y sufrimiento del hombre provienen de la falta de datos acerca de la
mente y el hombre. Con la psiquiatría dominando este campo, hemos tenido un siglo de sufrimiento
indecible y violencia.
Los psiquiatras actúan por encima de la ley: encierran a la gente sin ningún proceso judicial, la
privan de sus derechos humanos mientras la obligan a recibir tratamientos que no desean. La
Comisión de Ciudadanos Por Los Derechos Humanos ha expuesto violaciones de la psiquiatría, ha
luchado contra estas y ha ganado durante más de 36 años.