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Para muchos de nosotros es común hoy en día oír o quizás haber dicho una frase
parecida a esta: “Esa mujer está loca”, de pronto para expresar incapacidad para
comprender la forma de pensar o de actuar de ellas, este término lo usamos en la
mayoría de las veces de forma metafórica y no de forma literal como en tiempo atrás
se hacía, en ese afán de dictaminar cuando su conducta estuviera fuera del
comportamiento al que socialmente se le era aceptado, en las sociedades desde el
inicio de la humanidad, por ende solo dicha ‘’rebeldía’’ conducía al tildarla como loca,
desquiciada, y hasta bruja , sin ir más allá y conocer la forma de actuar de la mujer se
llegaban hasta deshacer de su existencia, lo anterior solo porque pensaban,
protestaban, o simplemente sus ideas eran algo alejadas de los deseos del hombre y a
que realizara ciertas cosas o actuara de acuerdo a su parecer.
Debo reconocer que muchas veces he dudado de la cordura de estos seres, así como
muchos lo habrán hecho, porque de acuerdo a como actúan hoy en día, con mayor
libertad, en su conducta hay una naturalidad y unas particularidades que permiten que
se les desentienda en muchas de sus actuaciones o reacciones que en situaciones
como por ejemplo a nivel sentimental y de pareja llegan a tener, hasta el punto de
desencadenar sus actuaciones en hechos trágicos o poco comunes.
‘’Galeno, otro importante médico del siglo II, escribió que la histeria era una
enfermedad causada por la privación sexual en mujeres particularmente
pasionales. La histeria se diagnosticó frecuentemente en vírgenes, monjas,
viudas y, en ocasiones, mujeres casadas. La prescripción en la medicina
medieval y renacentista era el coito si estaba casada, el matrimonio si estaba
soltera y el masaje de una comadrona como último recurso. ’’ D. P. Galeano
‘’La historia está a favor de la teoría que afirma que fueron Sigmund
Freud y Jean-Martin Charcot los que propiciaron que desapareciera la histeria
como enfermedad al profundizar en el estudio de la mente. A medida que las
técnicas de diagnóstico mejoraban, el número de casos decreció hasta que no
quedó ninguno. ’’ Lo anterior tiene su razón de ser, pues como vemos hoy en día
la histeria se tiene denominada a nivel psicológico desde la neurosis y como un
trastorno somatización, presentando síntomas físicos y psicológicos, que no se
sitúan exclusivamente en el sexo femenino sino también en el masculino, ya que
esto no tiene un origen orgánico, más sin embargo en la actualidad ya no se usa
por lo general este término.
Ahora abordando el tema de la anormalidad desde lo psicológico en las mujeres, si
echamos un vistazo a lo que históricamente en la antigüedad era una mujer anormal
delimitándolo a la edad media, las brujas o esas mujeres que podrían considerarse
anormales según los estigmas del deber ser de la mujer, eran sencillamente mujeres
con habilidades o sabias por así decirlo que tenían conocimientos en distintas áreas
como la medicina, botánica, anatomía, filosofía, sexualidad o el amor, se catalogaron
de anormales porque se pensaba que esos conocimientos facultativos que tenían para
curas y demás cuestiones intelectualmente considerables, se creyó que provenían de
aspectos maléficos, por consiguiente como no era lo normal ver eso en ellas, optaban
por quemarlas vivas, y condenarlas de alguna manera a muerte dándoles el nombre de
brujas por tener un conocimiento no común en las mujeres, ya que se suponía que
estas no debían tenerlos. Lo que corrobora que según los parámetros de la sociedad la
normalidad ha venido siendo asociada con lo comúnmente visto y con conductas que
son socialmente aceptadas y no escandalizan la comunidad, a lo que se puede atribuir
que algo que no era normal en la antigüedad si lo es ahora, porque los
comportamientos sociales van avanzando y cambiando a través del tiempo, al igual que
muchas costumbres.
Para concluir quiero recalcar que aclarar que no se pretendo hacer un estudio profundo
sobre las diferentes enfermedades mentales, sus síntomas, su clasificación, su
diagnóstico o su tratamiento o discutir acerca de las teorías que surgieron para dar
explicación a las alteraciones en el comportamiento de la mujer, lo que me propuse
hacer fue mostrar como todas esas especulaciones sean reales o no repercuten en la
concepción que podamos o no tener acerca de la mujer hoy en día, aunque es también
es real que en ocasiones sus reacciones nos hacen dudar de su cordura.
Otro rasgo que logre descubrir fue, como indirectamente la necesidad de dar
explicación a talantes desconocidos de la mujer de pie a que surjan hipótesis como la
de la histeria que más adelante permiten consolidar conceptos en la psicopatología y
en el psicoanálisis
Bibliografía
Ruiz, M. (2003). Género, mujeres y psiquiatría; Una aproximación crítica. Frenia, (3), 1-
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