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El Santuario

Muy buenas noches. Me siento muy feliz de poder estar de vuelta en


vuestro medio. En verdad, ya casi me siento más en casa en Nueva York que en
cualquier otra parte. Es tan a menudo el privilegio que he tenido de compartir
con mis lindos y queridos hermanos aquí en Nueva York, que vamos a tener
que hacer planos para quedarnos aquí definitivamente. Quisiera comenzar en
esta noche leyendo un pasaje que no se lee muy a menudo, pero que contiene
una frase que sí usamos muy a menudo. En el tiempo de antaño, se usaban
piedras o pilares de piedra, para delinear la separación entre una propiedad y
otra. Esa piedra era colocada en ese lugar, o ese pilar, y servía de señal
demarcatoria de la propiedad entre una persona y otra. Muchas veces se
perpetuaban actos de deshonestidad, en los cuales un nuevo dueño de una
propiedad movía o quitaba los pilares de una propiedad. Y de esa manera
podía conseguir cierta ventaja. Por eso es que el Señor dio instrucciones
específicas al pueblo de Israel a través de Moisés, de no mover los pilares.

Pueden buscar en el libro de Deuteronomio, en el capítulo 19 y en el


versículo 14. Dice así la Palabra del Señor, en la heredad que poseas en la tierra
que Jehová tu Dios te da, no removerás los pilares de la propiedad de tu
prójimo, que fijaron los antiguos. No removerás los pilares. En otras versiones
dice, no removerás los límites de la propiedad. Literalmente en el hebreo dice,
el pilar de piedra que fue colocado. Que sirve como límite de la propiedad de tu
prójimo, que fijaron los antiguos. También la última partecita del versículo es
interesante, los límites o los pilares que fueron establecidos de antaño. Esa
misma orden de Dios se haya repetida a lo largo de las Escrituras. Hay varios
pasajes donde podemos encontrarla repetida. Por ejemplo, en el libro de
Proverbios, capítulo 22 y versículo 28, dice no traspases los linderos antiguos
que pusieron tus padres. No remuevas los linderos que fueron puestos por los
antiguos. En el proverbio 23:10 vuelve a repetir la misma idea. No traspases el
lindero antiguo; no entres en heredad de los huérfanos. No traspases, no
cambies de lugar el lindero, el pilar señalador de la propiedad. Job 24:2 repite la
misma idea. Traspasan los linderos. Remueven los pilares. Hablando acerca de
aquellos que cometían fraude. Era tan importante la marca, la señal, el lindero,
el pilar, para los antiguos, que se pronunció una maldición sobre aquel que se
atrevía a cambiar o a remover los pilares puestos por los antiguos. En el mismo
libro de Deuteronomio, donde están las bendiciones y las maldiciones, Deut.
27:17 nos dice, maldito el que removiere el pilar de su prójimo. Y dirá todo el
pueblo ¿qué? Amen. Maldito el que se atreviere a mover el fundamento, el
pilar.

Justamente, es de esta antigua práctica, del tiempo de Israel y de antaño,


colocar un pilar para marcar los límites de la propiedad, que viene nuestra
expresión hitos. El término pilares, hitos o fundamentos, se refiere
específicamente a esta práctica. Ellen White, la mensajera del Señor, usa muy a
menudo el término los pilares de nuestra fe. Los hitos del adventismo. Los
grandes hitos marcadores, menciona ella. Hay más de 60 citas del Espíritu de
Profecía, donde ella hace referencia a los grandes pilares establecidos por los
pioneros. Y ella nos dice que esas fundaciones, esos fundamentos, esos pilares,
esos hitos establecidos por los antiguos, son inamovibles. Son verdades que nos
hacen un pueblo especial. Un pueblo peculiar, y que esos hitos, esos
fundamentos, nunca debieran ser removidos. Más bien debiéramos estudiar la
Palabra de Dios para confirmar esas verdades en nuestra vida y para
defenderlas. Ella habla de esos pilares como habiendo sido establecidos en el
principio de nuestro movimiento por el estudio diligente de la Palabra de Dios
y confirmados por la revelación divina.

Por ejemplo, en el libro Obreros Evangélicos en la página 307, la


mensajera del Señor declara, que nadie trate de remover los fundamentos de
nuestra fe, los pilares que fueron colocados al principio de nuestra obra, y que
fueron establecidos por un estudio con oración de la Palabra de Dios y
confirmados por la revelación del Espíritu de Dios. Que nadie trate de remover
los pilares de nuestra fe. En el libro testimonios para Ministros, en la página
107, hay una cita que algunos han interpretado erróneamente. Allí la mensajera
del Señor dice, si los pilares de nuestra fe no pueden soportar el escrutinio de la
investigación, entonces es tiempo de que lo sepamos. Si los pilares de nuestra
fe, no pueden soportar el escrutinio de una investigación a fondo, es hora que lo
sepamos. Hay algunos que han tomado esta cita, para decir, bueno, quizás
nuestros pilares no están muy bien fundamentados. Quizás nuestros pilares no
están muy bien establecidos. Puede ser que haya error en el fundamento del
movimiento adventista, al menos en parte. Sin embargo, esto no es lo que dice
la mensajera del Señor. Es todo lo contrario. En esta cita, lo que ella da a
entender es, si en verdad nuestros pilares no pueden mantenerse firmes por un
estudio de la Palabra de Dios, ya lo hubiésemos sabido. Ya hubiese sido
demostrado. Pero el hecho de que por 50 años, fue cuando ella escribió eso, esos
pilares se han mantenido inamovibles, es que pueden soportar la investigación.
Nunca hubo duda alguna, en la mente de la mensajera del Señor, sobre el
fundamento firme en el cual estaba basada la fe adventista. Y usted se pregunta,
bueno, y cuál es ese fundamento firme.

Te voy a leer una cita, que dice así. Evangelismo 165, ¿cuál es el
fundamento de nuestra fe? Escucha ahora. La correcta comprensión del
ministerio del santuario, es el fundamento mismo de nuestra fe. ¿Cuál es el
fundamento de la fe adventista? La correcta comprensión del ministerio de
¿que? Del santuario. Ahora, si ese es el fundamento de nuestra fe, y en este fin
de semana y el próximo, en que vamos a estudiar el tema del santuario, vamos
a darnos cuenta de la tremenda importancia que tiene la doctrina del santuario
para la Iglesia Adventista como pueblo escogido de Dios. Si este es el
fundamento de nuestra fe, y si los pilares de nuestra fe están firmemente
establecidos, y la Palabra de Dios dice, maldito el que se atreva a mover un
pilar, no es de sorprenderse que el diablo ataque directamente los pilares de la
fe adventista. Es más, la mensajera del Señor, en una visión sorprendente, una
de las más conocida que ella tuvo, que se encuentra registrada en el libro
Primeros Escritos, en la página 259-260, ella vio el firme fundamento, la
plataforma segura de la fe adventista.
Pero también, en esa visión, ella vio que algunos estaban observando la
plataforma. Dice ella que vio que algunos venían y observaban el fundamento
de esa plataforma. Y observaban la manera cómo la plataforma estaba
construida. Y buscaban encontrar faltas o debilidades en el fundamento.
Algunos eran de la idea que debía mejorarse el fundamento. Y que si se hacían
algunos arreglos, la plataforma de la fe adventista estaría bien firme, y la gente
se sentiría mucho más satisfecha si se hacían algunos cambios. Algunos daban
algunos pasos hacia atrás, observaban el fundamento, y decían, el fundamento
fue colocado en forma errónea. Necesita colocarse de nuevo. ¿Cuál era esa
plataforma? La mensajera del Señor dice, que era el mensaje de los tres ángeles,
en la cual está incluida como pilar central, y es parte del mensaje de los tres
ángeles, el tema solemne del santuario. La hora de su juicio es llegada. Y lo que
hizo entender al pueblo adventista el cumplimiento de esa profecía, fue el tema
del santuario. Cuando algunos estaban viendo la plataforma, la mensajera del
Señor vio que un ángel de Dios se paraba y observaba esa misma plataforma. Y
entonces el ángel, con una voz potente, dio una solemne amonestación, y dijo el
ángel de Dios señalando el fundamento de la fe adventista, ay de aquel que se
atreva a mover una piedra, o a quitar un ápice, de los pilares del fundamento
adventista que fueron establecidos por la Palabra de Dios. Ay de aquel que se
atreva a mover una piedra, o quitar un ápice, de los pilares del fundamento de
la fe adventista. Estos pilares, son tan esenciales para nuestra fe, que se nos
amonesta en el Conflicto de los Siglos, que es imposible estimar el terrible
resultado que vendría a la Iglesia Adventista, si se removiese uno de esos
pilares de la fe adventista.

Ahora, el fundamento, es el santuario, como lo hemos leído. ¿Cuáles son


uno de esos otros pilares? Después de esa famosa reunión, en 1888, esa reunión
sobre el tema justificación por la fe, hubo mucha discusión sobre cuáles eran los
pilares de la fe adventista. Algunos decían, bueno, este es parte del
fundamento, pero este no. Este es parte de la fe adventista, pero esto otro no. La
mensajera del Señor entonces, hizo una declaración que se encuentra en el libro
Consejos para Escritores y Editores, en la página 30, y dice así, muchos se
preguntan cuál es el fundamento de la fe adventista. Cuáles son los pilares
sobre los cuales está fundada. Y entonces ella responde. Uno de esos pilares, de
este mensaje, es la verdad del templo de Dios que fue visto en el Cielo por su
pueblo amante de la verdad. ¿Cuál es uno de los pilares? El templo de Dios que
fue visto en el Cielo por su pueblo amante de la verdad. Otro pilar, es el arca
que contiene la santa ley de Dios. La luz del Sábado del cuarto mandamiento
brillaba con rayos potentes, señalando el camino a los transgresores, a la ley de
Dios. La no inmortalidad del alma es otro de esos hitos o pilares de la Iglesia
Adventista. Y no puedo traer a la mente, termina la sierva del Señor la cita, no
puedo traer a mi mente ninguna otra doctrina que pueda llamarse pilar de la fe
adventista. ¿Cuáles son entonces los cuatro pilares de la fe adventista, según la
mensajera del Señor? El primero era el santuario. El templo de Dios en el Cielo.
Que ella declaró que es el fundamento mismo de la fe adventista. El segundo, la
ley de Dios. El tercer fundamento, el Sábado. Y el cuarto fundamento, la no
inmortalidad del alma. Esos son los pilares de la fe adventista.

Así que no debemos sorprendernos hermanos, si la fe adventista iba a ser


atacada por el diablo, y cada uno de estos pilares iba a ser puesto en tela de
juicio. El santuario iba a ser atacado. La ley de Dios habría de ser atacada. El
Sábado y el estado de los muertos. La mensajera del Señor nos dice que
debemos afirmarnos en los pilares de la adventista, para no ser removidos en
este tiempo de zarandeo, que se avecina sobre el pueblo de Dios. Ella dice, en la
página 35 de Consejos para Obreros de la Escuela Sabática, muchos conocen tan
poco sus Biblias, que no están bien fundamentados en su fe. Remueven los
antiguos pilares de la fe, y entonces todo viento de doctrina y todo engaño
sopla dentro del pueblo de Dios, y los remueve de un lugar a otro. Los que no
conocen bien la Palabra de Dios, no están fundamentados en la fe, comienzan a
enseñar todo tipo de doctrinas y remueven los antiguos pilares de la fe. Los que
hemos estudiado la Palabra de Dios, por mucho tiempo, y aún aquellos que
habiendo estudiado la Palabra de Dios por mucho tiempo, no han sido
convertidos y transformados por el poder de la Palabra de Dios, deben estar
muy a la expectativa y con los ojos bien abiertos, que aún los que hemos
estudiado la Palabra de Dios, debemos estar a resguardo, porque el diablo hará
toda cosa posible para mover nuestra fe de los pilares del mensaje de la Iglesia
Adventista.

En 2MS: 388, la mensajera del Señor declara lo siguiente, el enemigo va a


poner en operación todo tipo de estratagema para sacudir la confianza de los
creyentes en los pilares de nuestra fe y el mensaje tal cual como fue dado en el
pasado. Aquellos que tienen una comprensión teórica del mensaje adventista,
pero que no han permitido que sus principios se fundamenten en el santuario
de su alma, sino que han dejado esa verdad en la parte de afuera del santuario,
no verán nada sagrado en la historia pasada de este pueblo, que nos ha hecho lo
que realmente somos. Aún se burlarán del gran chasco. Oh hermanos, estas son
cosas tremendas, porque estamos viendo el cumplimiento de eso en nuestra
época. Aún con hermanos que una vez se sentaron con nosotros en nuestra
iglesia, hoy en día no ven nada de santo y de especial en la manera como Dios
dirigió a su pueblo en el pasado. Y hasta se burlan de la doctrina del santuario y
del gran chasco. La mensajera del Señor dice, que la doctrina del santuario es la
que explica y deja sin duda alguna, la mente del que quiere conocer la verdad,
sobre la experiencia que pasó el pueblo de Dios en 1844. Y establece la fe del
movimiento adventista como tal, sobre firme base y sólida. Es la doctrina del
santuario la que nos ayuda a entender el por qué somos un pueblo distinto, una
iglesia diferente. Es la doctrina del santuario la que nos hace una iglesia aparte
de las demás. ¿Qué derecho tenemos nosotros de dividir aún más el
cristianismo ya tan dividido, ya tan particionado, por siglos, de tantas
divisiones, trayendo una iglesia más, si no fuera porque realmente tenemos un
mensaje especial de Dios. Tantas iglesias que han salido desde la Reforma
protestante en adelante, y el pueblo de Dios se ha dividido tanto, ¿por qué
ahora habría de surgir una nueva iglesia? ¿Qué es lo que nos hace distintos?

Hermanos, la doctrina del santuario, y vamos a ver en esta noche, cómo


esta doctrina fue atacada por el diablo y dejada de lado por siglos, esta doctrina
es la que hizo que surgiese este movimiento adventista. Es lo que le dio fuerza e
ímpetu a este movimiento y lo que sirvió como fundamento para que la Iglesia
Adventista fuese una iglesia distinta de todas las demás. La doctrina del
santuario es la contribución del pueblo adventista, de la Iglesia Adventista
como tal, al mundo de la teología cristiana. Ninguna otra iglesia, ni Católica ni
Protestante, tiene una doctrina del santuario como parte de su fundamento de
la fe, como la Iglesia Adventista. Ninguna otra iglesia anda predicando el
asunto del santuario. Nosotros somos los únicos. Y hay una razón para eso. En
la doctrina del santuario está centrada la ministración de Cristo. Jesús es el
centro del santuario. Y para entender lo que Jesús está haciendo ahora, en este
tiempo final, antes de su venida a esta tierra, tenemos que entender la doctrina
del santuario.

Les voy a leer dos o tres citas del Espíritu de Profecía, para que ustedes
se den cuenta de la tremenda importancia de esta doctrina. La mensajera del
Señor dice así, Evangelismo: 165, el pueblo de Dios debiera comprender
claramente el asunto del santuario y del juicio investigador. Todos necesitan
conocer por sí mismos el ministerio y la obra de su gran Sumo Sacerdote. De
otro modo, les será imposible ejercitar la fe tan esencial en nuestros tiempos, o
desempeñar el puesto al que Dios los llama. ¿Qué dice aquí? Que será imposible
ejercitar la fe que necesitamos en esta época o desempeñar el papel para el cual
Dios nos ha llamado en la historia final de este mundo, si no comprendemos la
doctrina del santuario y el juicio investigador. Cada uno tiene un alma que
salvar o perder. Todos tienen una causa pendiente ante el tribunal de Dios.
Cada cual debería encontrarse cara a cara con el gran Juez. Cuan importante es
pues, que cada uno contemple a menudo de antemano la solemne escena del
juicio en cesión, cuando serán abiertos los libros y cuando con Daniel cada cual
tendrá que estar en pie al final de los días. Y entonces dice lo siguiente, todos
los que han recibido la luz sobre estos asuntos, deben dar testimonio de las
grandes verdades que Dios les ha confiado. El santuario en el cielo es el centro
mismo de toda la obra de Cristo en favor de los seres humanos. El santuario
hermanos, es el centro mismo de la obra de Cristo en favor de la redención del
ser humano. Concierne a toda alma que vive sobre esta tierra. Nos revela el
plan de redención. Nos conduce hasta el fin mismo del tiempo y anuncia el
triunfo final de la lucha entre la justicia y el pecado. Es de mayor importancia
que todos investiguen a fondo estos asuntos y que estén siempre prontos a dar
respuesta a todo aquel que les pidiere razón de la esperanza que hay en ellos.

Si alguien te preguntara, ¿qué es esa doctrina del santuario que ustedes los
adventistas enseñan. ¿Podrías tu dar testimonio de la fe que hay en ti? ¿Podrías
explicar la doctrina del santuario? ¿En qué consiste? ¿Qué es la doctrina del
santuario? ¿Qué abarca? Aquí dice que es el centro de la obra para redención
para el ser humano. Todo gira en torno al santuario. Dice aquí que nos presenta
el plan de redención. El santuario revela el plan de redención. Pero no termina
allí. Dice que nos revela los acontecimientos futuros. Nos lleva hasta el fin
mismo cuando el pecado sea erradicado de esta tierra. ¿Sabías tu que en la
doctrina del santuario, y recuerda que la doctrina del santuario no es solamente
un edificio construido aquí en esta tierra. Vamos a ver en esta noche, que fue
Dios quien dio instrucciones a Moisés de construirle un santuario. Y le dijo,
mira, ten cuidado de hacerlo de acuerdo a ¿qué? Al modelo que te mostré en el
monte. El santuario terrenal era un copia de aquel santuario que levantó Dios,
no el hombre. El tabernáculo verdadero que está en el mismo Cielo.

Ahora, Dios le dio instrucciones a Moisés porque en el santuario había de


girar el plan de redención del antiguo pacto. Pero el nuevo pacto que está
ratificado no con sangre de animales, como en el antiguo pacto, sino con la
sangre de Cristo, se efectúa en el santuario celestial. Y todo lo que concierne a la
salvación del ser humano, sucede en el santuario. Allí es donde se efectúa la
redención. Allí es donde se efectúa la purificación de los pecados, el perdón de
los pecados, la salvación del hombre, donde se lleva el registro de los que han
de ser salvos y donde se determinará finalmente la perdición eterna de los
rebeldes. Pero todo eso estaba prefigurado en el santuario terrenal.

Es más, el santuario no es solamente un edificio. El edificio tiene mucho


que enseñarnos, y mañana vamos a estudiar acerca del edificio. Algunas cosas
impresionantes que nos hablan acerca de Cristo, porque Él es el centro del
santuario. Y Él es la figura a la cual representa todo el santuario. Por ejemplo,
las cubiertas del santuario. Las columnas. Las bases. Las cortinas. Los colores
que se usaban en el santuario. Todo fue especificado por Dios a Moisés. ¿Qué
importancia tenían los colores, por ejemplo. Qué importancia tenía el orden en
que se ponía el techo del santuario. ¿Sabías tu que el techo del santuario tenía
cuatro cubiertas? ¿Y que cada cubierta era de un material especial? ¿Sabías que
esas cubiertas representan cuatro fases de la obra de Cristo? Las cubiertas, el
techo del santuario. ¿Sabías tu que las columnas, los capiteles y las bases en el
número en que fueron dadas, porque hay un número especial, representa algo
tremendo en el plan de salvación? La puerta del santuario, los colores de las
cortinas, todo lo referente al edificio, tiene algo que enseñarnos en el plan de
salvación. Eso vamos a ver, durante este estudio. Y no solamente eso, el
mobiliario en el santuario, en el Lugar Santo, en el Lugar Santísimo, todo eso
tiene algo que enseñarnos en el plan de redención. La parte externa del
santuario, representa lo que Cristo iba a hacer fuera del santuario en el Cielo. La
muerte de Cristo no fue en el Cielo, fue aquí en la Tierra. La parte de afuera del
santuario, que se llama atrio, representaba en el plan de salvación, lo que Cristo
haría en favor del hombre aquí en esta tierra. Luego el Lugar Santo
representaba lo que el Señor Jesús haría desde Su ascensión al Cielo, hasta el
comienzo del juicio investigador. Y el Lugar Santísimo representa la obra de
Cristo en el santuario celestial.

Veamos un poquito aquí algunas láminas para ayudarnos a entender la


importancia de este tema. Dios le dijo a Moisés, mira hazlo todo conforme al
modelo que te fue mostrado en el monte. Ustedes pueden ver en la parte de
atrás, el monte Sinaí. Allí fue donde Dios se reveló a Moisés. Y le dio
instrucciones incluso de cómo debía estar acampado el pueblo de Israel.
Haciendo del tabernáculo el centro mismo de todo el campamento. Todo giraba
en torno al santuario. Las tribus estaban acampadas en orden perfecto. Los
levitas en torno al santuario. Y luego cada una de las tribus bajo su bandera
especial.
El santuario tenía la parte de afuera, que se llama el atrio, este es el atrio,
y entonces el edificio propiamente dicho, es lo que se llama el tabernáculo o el
santuario. También el término santuario se aplica a todo esto, incluyendo el
atrio e incluyendo el edificio propiamente. Se le llama el santuario. Pero el
edificio propiamente es el santuario o el tabernáculo. Este a su vez estaba
dividido en un Lugar Santo y en un Lugar Santísimo. En un momento vamos a
ver eso. Ahora noten, en el atrio del templo, y cuando hablamos de santuario,
podemos usar la palabra santuario, tabernáculo, tienda de reunión, templo,
porque más adelante, cuando el pueblo de Israel entró en la tierra prometida,
este edificio que había sido hecho para poder ser movido de un lugar a otro, era
portátil, luego pasó a ser un edificio estable y permanente; y las cosas que se
guardaban dentro del santuario, los muebles, pasaron ahora dentro de un
edificio construido por orden de Dios, por el mismo rey Salomón. Un templo
realmente maravilloso.

Ahora, en la parte del atrio, estaba el altar de sacrificio, y luego el


lavacro. Estas dos prefiguraban en la redención, la muerte de Cristo en nuestro
favor. La víctima que era sacrificada, representaba al Señor Jesús. Pero también
los sacerdotes que oficiaban en el santuario, representaban a Cristo. Así que
vean, el animalito representaba a Cristo; el sacerdote representaba a Cristo; el
sumo sacerdote representaba a Cristo; el altar también representaba la muerte
del Señor Jesús; el lavacro significa cómo la sangre de Cristo nos limpia de todo
pecado. Esta es la parte que tiene que ver con el perdón de los pecados. Nuestra
justificación. La regeneración mediante el lavamiento del agua, como dice el
apóstol Pablo en Efesios capítulo 5. Somos no solamente perdonados del
pecado, sino también regenerados, por el lavacro del agua, para presentar una
iglesia pura, sin mancha y sin mácula, que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa
semejante, sino que fuese santa y sin mácula.

Mañana vamos a hablar acerca del simbolismo de cada una de estas


cosas en el santuario. De los utensilios, la puerta y los colores que están
incluidos en la puerta, tienen un simbolismo en el plan de salvación. Y luego, el
tabernáculo propiamente dicho, estaba dividido en Lugar Santo y Lugar
Santísimo. Lo que dividía el Lugar Santo del Lugar Santísimo, era una cortina.
Aquí la pueden ver ustedes corrida la cortina, para dejar ver dentro del Lugar
Santísimo. En el Lugar Santo, que era el primer cuarto dentro del edificio,
estaba a mano derecha, la mesa de los panes de la proposición. En esta mesa,
que era de oro, se colocaban cada Sábado, dos pilas, dos hileras de panes. Y
cada hilera tenía seis panes, haciendo un total de doce panes. Todo eso
representa a Cristo también, en el plan de salvación, porque Él es el pan vivo. El
candelabro, con los siete brazos, hecho en forma exquisita de oro puro, labrado
en oro puro, con sus siete brazos iluminados con aceite, también representa a
Cristo, quien es la luz del mundo. El centro mismo de la ministración en el
Lugar Santo, era el altar del incienso, donde el sacerdote ofrecía el incienso cada
día que subía en forma de una nube frente al Lugar Santísimo. Aquí también se
traía la sangre de los sacrificios para ser untada en los cuernos del altar de oro.
Tenía cuatro cuernos. Eso se hacía diariamente. Y todo eso tenía un simbolismo
especial en el plan de salvación. El incienso representaba la ministración de
Cristo en nuestro favor. Y luego el Lugar Santísimo tenía un solo mobiliario. Un
solo mueble. Era el arca del pacto. Esa arca del pacto, que contenía las dos
tablas de piedra, escritas con el dedo de Dios, dos querubines de oro, y en
medio de esos querubines, la gloria de Dios, la Shekinah, donde estaba la
presencia visible del Dios de Israel. En este lugar entraba el Sumo Sacerdote una
sola vez al año, en el gran día de expiación. Y eso lo vamos a estudiar el
próximo fin de semana.

Ahora, las fiestas religiosas en torno al santuario, también tenían su


simbolismo en el plan de salvación. Recuerden que la mensajera del Señor nos
dice, que en el santuario se encuentra todo el plan de redención. Ahí podemos
comprender cómo es que Cristo perdona nuestros pecados. Y cómo esos
pecados van a ser borrados. Aquí se encuentra la escena del juicio. El trono de
Dios. Todo esto lo vamos a entender al estudiar este tema. Pero vean ustedes
cuan amplio es el tema del santuario. Hay que estudiar sobre el sumo sacerdote.
Porque el sumo sacerdote representa a Cristo, nuestro gran Sumo Sacerdote.
Las vestimentas que tenía el sacerdote, desde la mitra hasta las sandalias, todo
representa algo en el plan de salvación, en Cristo Jesús. Aún los colores de la
vestimenta y cada una de las cosas usadas por el sumo sacerdote, representan
algo en el plan de salvación, haciendo de Cristo el centro de ese plan de
salvación.

Ahora, las fiestas anuales representaban o tipificaban todo el plan de


salvación. Era como un drama en miniatura que Dios le presentaba al pueblo,
cada año. ¿Ustedes recuerdan cuántas eran las fiestas anuales que se hacían en
el tabernáculo? Eran siete fiestas. Cuatro en la primavera y tres en el otoño. Esas
siete fiestas representaban también el plan de salvación. No las vamos a
estudiar ahora, pero solamente se las voy a repasar, por un momentito, para
que ustedes puedan ver la importancia de este tema. Aquí dice las fiestas judía
en tipo y antitipo. Las primeras cuatro eran la Pascua, la fiesta de los Panes sin
Levadura, la fiesta de las Primicias y la fiesta del Pentecostés o de las Semanas.
La Pascua se celebraba el 14 de Nisán, y representaba en el plan de salvación la
muerte del Señor Jesús. La crucifixión de Cristo que se cumplió exactamente en
el día en que se celebraba la fiesta de la Pascua. Jesús murió un 14 de Nisán, día
en que se celebraba la Pascua. A la hora exacta en que se mataba al cordero
pascual, el Hijo de Dios murió como Cordero que quita el pecado del mundo.
La segunda fiesta era la fiesta de los Panes sin Levadura. Se celebraba el 15 del
primer mes, que es el mes de Nisán, o sea al día siguiente al 14. El día cuando
Cristo murió cayó un viernes 14 de Nisán. El 15, que era Sábado, Jesús descansó
en la tumba. El día en que se comía el pan sin levadura que representaba el
cuerpo quebrantado de Cristo, Jesús estaba en la tumba reposando del gran
plan de redención, después de haber consumado nuestra salvación mediante su
sacrificio. En el mismo día en que se celebraba la fiesta de los panes sin
levadura que representaba su cuerpo. La tercera fiesta era la de los primeros
frutos o las primicias. Esta fiesta de las primicias se celebraba el 16 de Nisán, el
domingo después de Pascua, y representaba la resurrección de Cristo Jesús.
Jesús resucitó el día específico en que se celebraba la fiesta de las primicias, a la
hora exacta en que se cortaba la gavilla. Y cuando la gavilla de las primicias era
mecida por el sacerdote en el templo, Jesús se presentó en el santuario celestial
para presentarse ante el Padre. Y llevó con Él, como Sacerdote, un manojo de
gavillas, solo que las gavillas representaban los primeros frutos de la cosecha.
Pero aquí estamos hablando de la cosecha de los redimidos. Jesús llevó al cielo
con Él una gavilla de los redimidos que habían resucitado con Él. Eso lo vamos
a ver Dios mediante, si nos da el tiempo. La cuarta fiesta anual, que se celebraba
en el santuario, se celebraba 50 días más tarde, y era la fiesta de la cosecha,
representada aquí justamente por los granos nuevos. Cincuenta días más tarde
que la primera gran cosecha de almas, en el día de Pentecostés. Y representaba a
Cristo intercediendo en el santuario celestial, siendo ungido como Sumo
Sacerdote y enviando el Espíritu Santo como señal de eso. Eso se cumplió en el
día exacto que se celebraba la fiesta de Pentecostés.

Ahora hermanos, esas primeras cuatro fiestas representaban la primera


venida de Cristo. Las últimas tres fiestas, que se celebraban al final del año,
representaban la segunda venida de Cristo. Todo estaba allí en el santuario. Por
eso la mensajera del Señor nos dice, que en el santuario está todo el plan de
redención hermanos. La primera venida de Cristo en símbolos, cumplidos en la
fecha exacta de esos símbolos. La segunda venida de Cristo, también
representada en esos símbolos. Había tres fiestas más, la fiesta de las
Trompetas, que anunciaba que se acercaba el gran día del juicio, el Día de
Expiación. Y eso estaba prefigurado en el santuario celestial, mediante el gran
despertar de las trompetas que anunciaron el día del juicio. El mensaje de los
tres ángeles en el gran movimiento adventista que anunciaban que había
llegado la hora del juicio de Dios. Luego, la fiesta de expiación, y estas fiestas
las vamos a estudiar en detalle, también prefiguraba la gran expiación final, el
juicio investigador, que Cristo haría en el Lugar Santísimo, así como el sumo
sacerdote entraba una vez al año en el Lugar Santísimo, el 10 del mes séptimo,
el mes de Tishri. Pero allí no termina el simbolismo. Así como Cristo salía del
santuario y como el sacerdote de antaño declaraba, todos vuestros pecados os
han sido perdonados, estáis limpios de todo pecado, también Jesús saldrá del
santuario celestial cuando termine esa obra como Sumo Sacerdote en el Lugar
Santísimo, y va a declarar, el que es limpio siga siendo limpio, el que es
inmundo siga siendo inmundo, y entonces vendrá para buscar a Su pueblo. Allá
en esa fiesta, y la vamos a estudiar también, que prefiguraba como el macho
cabrío Azazel, se colocaban las manos sobre él, se les hacía descansar los
pecados sobre él, y era enviado al desierto, a un lugar deshabitado. También
Cristo cuando venga a buscar a Su pueblo, va a colocar los pecados, no los que
Él perdonó, sino los pecados que Satanás hizo cometer al pueblo de Dios por su
propia influencia, los colocará sobre Satanás, quien es el causante de todo el
pecado, y el diablo será enviado al desierto, a una tierra deshabitada, por mil
años. Todo eso está prefigurado en el santuario hermanos. Todo eso. Aún, la
fiesta final, que es la de los Tabernáculos, que representa a Cristo viniendo en
gloria a buscar a Su pueblo para llevarlos a las moradas que Él ha preparado
para nosotros, estaba representado en el santuario. El gran regocijo del pueblo
de Dios en la fiesta de los Tabernáculos. Las moradas o las cabañas como se
llama. Todo el plan de salvación está envuelto en el santuario. Por eso, como
adventistas, necesitamos conocer esto.

Hay algo más, el gran servicio del santuario, nos muestra en el santuario
terrenal, así como el santuario terrenal tenía dos apartamentos, y aquí tenemos
representado el Lugar Santo, el servicio diario, y luego el día de juicio o
expiación, en el Lugar Santísimo, en la fiesta del Día de Expiación. Esto en el
santuario terrenal, prefiguraba la gran obra de Cristo en el Cielo, en el santuario
celestial. Cristo ascendió al Cielo, y comenzó la obra de intercesión en el
santuario, perdonando los pecados de todos aquellos que se los confesaban,
desde que subió al santuario en el año 31. Pero desde 1844 en adelante,
comienza la segunda parte de su obra en el santuario celestial, que tiene que ver
con el gran día del juicio, la limpieza del santuario celestial. Y todo esto lo
vamos a estudiar el próximo fin de semana, Dios mediante.

Ustedes se dan cuenta entonces, de la tremenda importancia. Esto


representa toda la era cristiana. Desde la ascensión de Cristo, hasta el cierre del
tiempo de gracia. Todo el plan de redención prefigurado en el santuario. Al
estudiar lo que hacía el sumo sacerdote aquí en la Tierra, vamos a entender lo
que Cristo está haciendo ahora en el Cielo, como Sumo Sacerdote. Y también
vamos a entender lo que Dios espera que nosotros hagamos como pueblo de
Dios, para prepararnos para el evento final, que es la venida del Señor Jesús.

Ahora, el diablo sabe que esta doctrina del santuario, es la que nos ayuda
a entender lo que pasó en 1844. El gran chasco. Es la que nos da fundamento
para nuestra fe. Y por eso, es que el diablo desea destruir la confianza del
pueblo de

Dios en la doctrina del santuario. Algunos pastores, algunos dirigentes del


pueblo de Dios, maestros, han hecho a un lado la doctrina del santuario, han
hecho a un lado este pilar de la fe adventista, no porque han querido atacar la
doctrina del santuario, sino porque no conocen la importancia de ella.

Vean lo que dice la mensajera del Señor en TM: 503, dice así, algunos
pastores que están inclinados a ser desordenados y poco estudiosos, se están
apartando de los grandes pilares de nuestra fe. ¿Qué dice? Algunos pastores,
que porque no son ordenados en su estudio y poco estudiosos, no se dan cuenta
que se están apartando de la doctrina de nuestra fe. Desgraciadamente, el
pueblo de Dios ha llegado a depositar su confianza más en los líderes humanos,
que en las Escrituras. Y en vez de estudiar la Palabra de Dios por sí mismos,
para conocer la verdad, confían en lo que sus pastores y sus maestros les
enseñan. Y al ver que sus pastores y maestros no ponen énfasis en la doctrina
del santuario, entonces ellos también creen que no tiene importancia.

Vean lo que dice la mensajera del Señor en 2MS: 25, cuan triste es ver a
tantos que aparentemente depositan confianza ilimitada en los hombres, que
presentan teorías que tienden a minar la confianza del pueblo de Dios en
nuestra experiencia del pasado, y tienden a remover los grandes pilares de
nuestra fe. Dice que los hombres ponen confianza en hombres, en dirigentes,
que minan la confianza del pueblo de Dios en los grandes pilares de nuestra fe.
Hermanos, estamos viviendo en un tiempo muy solemne. La doctrina del
santuario está siendo atacada abiertamente dentro del movimiento adventista.
No debemos sorprendernos, porque en la apostasía Alfa, ustedes habrán leído o
habrán escuchado acerca de eso, un gran zarandeo que vino al movimiento
adventista a principios de este siglo, donde la mensajera del Señor vio que era
como un inmenso témpano que se venía encima del barco que representaba al
movimiento adventista, y que parecía que el barco se iba a hundir. Vino un
terrible sacudimiento al movimiento adventista. Y hermanos, una de las
doctrinas principales que fue atacada, fue la doctrina del santuario. Pero la
mensajera del Señor dijo, que en el tiempo final, vendría una apostasía aún más
terrible y un zarandeo más grande, al cual ella le denominó la apostasía Omega.
La última gran apostasía. Y en esa apostasía, otra vez, lo que se atacaría sería la
doctrina del santuario.

Vean lo que dice la mensajera del Señor, en el futuro, surgirán engaños


de toda clase, y necesitamos tener un terreno sólido para nuestros pies.
Necesitamos sólidos pilares para el edificio. No ha de quitarse un sólo ápice de
aquello que el Señor ha establecido. El enemigo presentará falsas doctrinas,
tales como la doctrina de que no existe un santuario en el Cielo. ¿Escucharon
eso hermanos? El diablo presentará, no al mundo, porque el mundo no sabe
nada del santuario, no a las otras iglesias, porque las otras no tienen esta verdad
que tenemos nosotros, pero a la Iglesia Adventista levantará hombres con
doctrinas falsas, tales como la doctrina de que no hay un santuario en el Cielo.
Este es uno de los puntos centrales en los cuales muchos apostatarán de la fe.
¿Cuál hermanos? ¿La doctrina de qué? Del santuario. Dice que muchos van a
apostatar exactamente en este punto. ¿Dónde encontraremos seguridad a
menos que no sea en las verdades que el Señor no ha estado dando durante los
últimos 50 años? Y luego otra cita.

Testimonios Especiales 7 de 1905, se acerca el tiempo , hermanos esto lo


escribió la mensajera del Señor en medio de la crisis Alfa, 1905, fue el año en
que vino la gran apostasía Alfa en la Iglesia Adventista, de 1901 a 1905, hay fue
la culminación, cuando una tercera parte de los pastores adventistas se salieron
del movimiento adventista, en el año 1905 decenas de pastores adventistas
abandonaron las filas de este movimiento, porque ya no creían en la doctrina
del santuario. Ahora miren lo que ella escribió, se acerca el tiempo en que las
facultades engañosas de los agentes satánicos, se van a desarrollar en su
plenitud. Lo que ahora vemos, no es sino nada comparado a lo que vendrá. Por
un lado está Cristo a quien se le ha dado todo poder en el Cielo y en la Tierra;
por el otro lado está Satanás ejerciendo continuamente su poder para seducir,
engañar, con fuertes sofismas, para quitar a Dios del lugar que debe ocupar en
la mente de los hombres. Y ahora vean lo que dice.

Satanás está luchando continuamente para sugerir suposiciones


fantásticas con respecto al santuario, degradando las maravillosas imágenes de
Dios y el ministerio de Cristo por nuestra salvación, a fin de convertirlas en algo
que cuadre con la mente carnal. Quita de los corazones de los creyentes el
poder director de esas imágenes divinas, y lo suple con teorías fantásticas,
inventadas para anular las verdades de la expiación y para destruir nuestra
confianza en las doctrinas que hemos considerado sagradas, desde que fuera
dada por primera vez el mensaje del tercer ángel. Así quiere el diablo
despojarnos de nuestra fe, en el mismo mensaje que nos ha convertido en un
pueblo separado. Él quiere despojarnos en nuestra fe en el santuario, que es lo
que nos ha dado el carácter y poder a nuestra obra. El tema del santuario es el
fundamento de la Iglesia Adventista. Y este es el tema más atacado por Satanás.

Hoy en día, de púlpitos adventistas, se están enseñando doctrinas que


contradicen o niegan la verdad del santuario. Quiera Dios, que en estos dos
fines de semana que vamos a estudiar y abrir la Palabra de Dios y el Espíritu de
Profecía, nuestra fe se fundamente más en un así está escrito. Y podamos llegar
a comprender la importancia para nuestra vida individual del tema del
santuario.

Les leo una cita más. Todo el Cielo está en actividad ocupado en la
preparación del día de venganza de Dios. El día de la liberación del pueblo de
Dios. El tiempo de espera casi ha terminado. Los peregrinos y extranjeros que
han estado buscando una patria mejor durante tanto tiempo, ya casi han
llegado al hogar. Siento deseos de exclamar vamos rumbo a nuestro hogar.
Estamos acercándonos rápidamente al tiempo cuando Cristo vendrá, para
reunir a sus redimidos y para llevarlos consigo. Y ahora vean. Las verdades de
la profecía y la pronta venida de Cristo están unidas, y al estudiarlas forman un
hermoso conjunto de verdades. Todos los discursos que damos, deben hacer de
Cristo el centro. La comprensión de la doctrina del santuario dará sentido a
todas nuestras doctrinas y es la clave que abrirá toda nuestra comprensión de
nuestra historia pasada, presente y futura. Como pueblo, debemos ser
estudiantes fervorosos de la profecía. No debemos descansar hasta que
entendamos claramente el tema del santuario. ¿Qué dice hermanos? No
debemos descansar hasta que no entendamos claramente el tema del santuario.
Hermanos, ¿creen ustedes que este tema es importante? Casi tengo ganas de
decir hermanos, quedémonos esta noche, para que todos lo entiendan. Aquí
dice, no debemos descansar hasta que hayamos entendido claramente el tema
del santuario, que ha sido presentado en las visiones de Daniel y de Juan. Y
ahora vean lo que dice.

El tema del santuario arroja gran luz sobre nuestra posición y nuestra
obra actual, y nos da una prueba irrefutable de que Dios nos ha dirigido en
nuestra experiencia pasada. Cuando entendamos este tema del santuario vamos
a entender por qué tuvo que venir el chasco. Por qué todavía estamos en esta
Tierra y Cristo no ha venido aún. Explica nuestro gran chasco en 1844,
mostrándonos que el santuario que había de ser purificado, no era la Tierra
como habíamos supuesto, sino que Cristo entró entonces en el Lugar Santísimo
del santuario celestial, y allí está realizando la obra final de su misión
sacerdotal,

en cumplimiento de las palabras comunicadas al profeta Daniel, hasta 2300


tardes y mañanas y luego el santuario será purificado. Nuestra fe con referencia
al mensaje del primero, segundo y tercer ángel era correcta. Los grandes hitos
por los cuales hemos pasado, son inconmovibles. Aún cuando las huestes del
infierno intenten derribar sus fundamentos y triunfar en el pensamiento de que
han tenido éxito, no alcanzarán su objetivo. Estos pilares de verdad permanecen
tan incólumes como las montañas eternas, sin ser conmovidos por todos los
esfuerzos de los hombres, combinados con los de Satanás y su hueste. Podemos
aprender mucho, y debemos estar constantemente escudriñando las Escrituras
para ver si estas cosas son así. El pueblo de Dios, debe tener ahora sus ojos fijos
en el santuario celestial, donde se está realizando el servicio final por nuestro
gran Sumo Sacerdote en la obra del juicio, donde Él está ahora intercediendo
por Su pueblo.

Y hermanos, cuando entendamos esto, hay una obra especial que tiene
que ser hecha dentro del pueblo de Dios, que por la fe tiene sus ojos puestos en
el santuario. Dice, mientras Cristo está purificando el santuario en el Cielo, los
adoradores en la Tierra deben repasar cuidadosamente su vida, y comprender
su carácter con la norma de justicia, comparándolo para llegar a ser lo que Dios
espera que sean. Hay una obra que hay que hacer en esta tierra hermanos, que
está ligada íntimamente con la obra que Cristo está haciendo en el Cielo.

Todo esto es de tremenda importancia para que Cristo pueda venir. Y


hay una cita más, que no la voy a leer ya, está en la página que sigue, donde
dice, que el Espíritu Santo va a apoyar todo aquel que predique la verdad del
santuario hermanos. Así que ustedes pueden orar para que en estos dos fines de
semana, el Espíritu Santo sea derramado en sus corazones. Y yo tengo la
seguridad que el Espíritu Santo va a estar conmigo, porque este es el tema que
Dios anhela que sea entendido por el pueblo de Dios. Es el fundamento mismo
de nuestra fe y nos ayudará a entender todas las doctrinas. Hermanos, en el
santuario se entiende la muerte de Cristo. En el santuario se entiende la
encarnación de Cristo. En el santuario se entiende la verdad de la justificación y
la redención. Se entiende la verdad de la santificación, el perdón de los pecados
y la limpieza. En el santuario está la verdad del bautismo, representada en el
lavacro. En el santuario está la verdad del Sábado, de la ley de Dios. En el
santuario está la verdad del estado de los muertos, el juicio final, la venida de
Cristo. Está la verdad del diezmo, de las ofrendas. Está la verdad de la limpieza
que tiene que tener el pueblo de Dios. Las leyes de salud. Todo está incluido en
el santuario. No hay una sola doctrina de la Palabra de Dios y del movimiento
adventista que no se encuentre en el santuario. Es más, a través del santuario
podemos llegar a entender la relación que tienen todas esas doctrinas como un
todo para el tiempo del fin. Quiera el Señor ayudarnos a concentrar nuestra
mente en estos temas. A estudiarlos y profundizarlos y a darnos una visión
clara de Cristo, el gran Sumo Sacerdote que intercede por Su pueblo. Muy
pronto, Él dejará de ser un Sumo Sacerdote y vendrá como Rey vencedor a
buscar a los que por la fe le siguieron al santuario celestial. Entonces será
demasiado tarde para aceptarle como Intercesor, como Abogado y Sumo
Sacerdote. Hoy es el momento de aceptarle como Sacerdote, para que Él pueda
tomar nuestro caso, pueda limpiarnos de todo pecado y presentarnos sin
mancha delante de Su gloria en el día de Su venida. Ojalá que a través de esta
serie de temas sobre el santuario, podamos llegar a apreciar más a Cristo y Su
ministerio en el santuario celestial. Porque Él es el centro de todo este estudio.
Él es la víctima, Él es el Sacerdote, Él es el tabernáculo, Él es el santuario, Él es el
lavacro, Él es el altar, Él es la mesa de los panes, Él es los panes de la
preposición, Él es el candelabro, Él es la luz, Él es el Intercesor allí en el altar del
incienso de la intercesión, Él es la ley, Él es el pacto que Dios ha hecho, Él es
propiciatorio que cubre el arca, Él es la gloria de Dios, el Shekinah, Él es el todo,
porque Él dijo, hazme un santuario y Yo habitaré en medio de vosotros. A
través del santuario es como Cristo habita en medio de Su pueblo. Y finalmente,
cuando todo esté concluido, cuando todo se haya acabado, y la obra de la
redención esté terminada, entonces el gran templo de Dios, el santuario, que ha
sido el centro de la redención por las edades, descenderá a esta Tierra como
leímos en nuestra lectura bíblica, el tabernáculo de Dios estará entre los
hombres y nosotros seremos Su pueblo y Él será nuestro Dios en medio de
nosotros. Entonces, aquel gran templo de Dios, que levantó el Señor y no el
hombre, en el Cielo, será trasladado a este planeta, y este planeta Tierra, que no
es sino una minúscula mancha en el espacio, no es sino un punto como la punta
de un alfiler en medio de un océano, de pequeño e insignificante, se
transformará en el centro del universo de Dios. Y el mundo entero vendrá a
aprender aquí a esta Tierra del inmenso amor de Dios, que tuvo a bien redimir
a los pecadores en ese gran santuario, el santuario celestial. Quedará como
testimonio para todas las edades el poder de Cristo para salvar hasta lo sumo a
todo aquel que confía en Él. Ojalá que Cristo llegue también a morar en el
santuario de nuestro corazón. Y que al entender la doctrina del santuario, esto
nos lleve a nosotros a ser un santuario para Cristo también. Para que mediante
Su presencia en nosotros podamos llegar a ser sacerdotes de Dios y de Cristo y
reinar con Él y tener entrada al gran templo de Dios en el Cielo. Al santuario
eterno, donde solamente los que por la fe hayan entrado aquí en esta Tierra,
podrán entrar allá hermanos. Los únicos que entrarán en el san celestial, serán
los 144.000 que entraron por la fe en la Tierra, comprendiendo esta verdad tan
grandiosa. Por eso es que esta última generación es tan especial. Por eso es que
esta verdad del santuario el diablo la odia tanto. Porque él sabe que sólo los que
comprenden la verdad del santuario serán los privilegiados de entrar por las
puertas de ese santuario celestial, y ver la gloria de Dios en Su templo. Yo
quiero estar entre ese grupo y te invito a ti, para que también tu puedas
comprender esa verdad, y llegar a formar parte de ese grupo, con Cristo Jesús.
Que el Señor te bendiga.

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