Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
m m im
P rim era Pa rte
i
EL SOBERANO Y SU REINO
Reflexiones sobre la génesis del ciudadano en A mérica Latina
F r a n q o is - X a v ier G uerra*
33
3a LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA
1 Cf. para estos temas las obras pioneras de Louis Dumont, Homo bierarcbicus. Essai su r le sys-
tém e d e costes, París, 1966; Homo eequalis. Génése et épanouissem ent d e l'idéologie économ ique,
París, 1977; Essais su r l’individualism e. Une perspective an thropologiqu e su r l'idéologie m oder-
ne, París, 1983-
EL SOBERANO Y SU REINO 35
P r io r id a d y p r im a c ía d e la n a c ió n
4 Cf, por ejemplo, los argumentos cíe Camilo Torres, Memorial de agravios. Representación del
cabildo d e Santa Fe a la Suprema Ju n ta Central d e España... (1809), o el Catecismo político cristiano
p o r Don Jo sé A m or d e la Patria (1810). y para más detalles Franco is-Xavier Guerra, M odernidad e
independencias. Ensayos sobre las revoluciones hispánicas, Mapfre, Madrid, 1992, 406 pp.
5 Cf. Diario d e las Sesiones de las Cortes Generales y Extraordinarias (en adelante DSCGE) del 3 al
14 de septiembre de 1811, núms. 336 al 348.
EL SOBERANO Y SU REINO 39
¿C iu d a d a n o s o v e c in o s ?
Hfijoj. Bien, padre mío, pero ¿porque me dixo V. que cumpliendo yo con
mis deberes seria un perfecto ciudadano?
Ptadre], Porque esas son las obligaciones de un hombre social, y el que
cumple con ellas es un hombre de bien y un perfecto ciudadano.
H. Pero como yo he nacido en Aranjuez que no es ciudad...
montos y constituciones argentinas (1811-1989), Universidad de Buenos Aires, Documentos para
la Historia Argentina, 1956, p. L5.
11 Sesión del 4 de septiembre de 1811, DSCGE, núm. 337.
EL SOBERANO Y SU REINO 41
■- Manuel López Cepero, Lecciones políticas p a r a el uso cicla juventud española, Sevilla, 1813.
13 Pierre Rosanvallon, Le s a c ié clu citoyen. Histoire clu suffrage universal en Frunce, Galiimard,
París, 1992, pp. 45 y ss.
n Cf. para este tema en Francia, Claude Nicolet, 'Citoyenneté franyaise et citoyenneté romalne:
essai de mise en perspective”, en La nozione cli "Romano" tra cittaclinanza e universallta, Atti del
II seminario internazionale di studi storici “Da Roma alia Terza Roma”, 2U23 de abril de 1982,
Universidad de La Sapienza, Roma, Ed. Sdentifiche Italiane, núm. 198, pp. 145-173-
15 D iccionario d e la Lengua castellana en epte se explica el verdadero sentido d e las voces, su
naturaleza y calidad, con las plorases o m odos d e hablar, los pm verbios o refranes y otras cosas
convenientes a l uso d e la lengua, Madrid, 1737. Ed. facsímil (reedición), citada en adelante como
D iccionario d e Autoridades, Madrid, 1990, t. i.
Empleamos genéricamente el término ciudad para designar a todas las colectividades con
un estatuto político reconocido; por lo tanto también a los pueblos.
42 LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA
Cantidad %
Ciudadanos 112270 91
Hombres 49179 40
Hujeres 63091 51
Sirvientes 10101 8
Hombres 3135 3
Mujeres 6966 5
Originarios de África 1536 1
T otal 123907 100
* Nota: Cálculos basados en agn, México, Ayuntamientos, vol. 168. Hemos respetado el voca
bulario del padrón.
v> Cf. a este respecto los trabajos de Antonio Annino, entre otros, “Soberanías en lucha”, cap. 8,
en Antonio Annino, L. Castro Leiva y Franpois-Xavier Guerra (coords.), D e los Im perios a las
naciones. Iberoam érica, Ibercaja, Zaragoza, 1995.
20 De esto no puede deducirse el número de electores, puesto que sin duda están incluidos en
el padrón los menores de 21 años.
46 LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA
21 Las razones que explican la exclusión de las mujeres son más complejas y estrictamente dis
criminatorias, pues según ese criterio hubieran podido votar las solteras y las viudas mayores de
21 años.
22 DSCGE, núm. 340, 7 de septiembre de 1811.
El. SOBERANO Y SU REINO 47
E l e c c io n e s y r e p r e s e n t a c ió n
los diputados deben llevar a las Cortes, además del acta que acredite su
elección, poderes dados por la junta electoral de la provincia. Aunque
estos poderes suelen ser “amplios”, su existencia muestra que el dipu
tado es a la vez representante de la nación en su conjunto y de su muy
concreta comunidad provincial. Añadamos que la práctica general en
América de redactar instrucciones para el diputado se parece a un man
dato imperativo, típico de la representación corporativa del Antiguo
Régimen.
El sistema electoral, por su parte, es también una mezcla de disposi
ciones y prácticas que favorecen la individualización y otras que
reconocen o incluso refuerzan los comportamientos comunitarios. Para
captar hasta qué punto la votación es la expresión libre de un indivi
duo autópomb es necesario analizar el voto de primer grado, el único
en el que-interviene esamasa.de nuevos ciudadanos que se confunde
casi con la póblaciónrmasculina libre y adulta.27
La primera condición pa'rá/que la voluntad individual pueda ex
presarse es que todos los que son ciudadanos, y sólo ellos, puedan
efectivamente votar, lo que supone la existencia de un padrón electoral
imparcial. Sin prejuzgar las intenciones de los constituyentes que tu
vieron que inventar disposiciones inéditas para hacer votar a una masa
considerable de hombres ni las de las autoridades locales que las
aplicaron, bien puede afirmarse que esa condición no se dio. En efec
to, la constitución de los padrones se dejó a las municipalidades y los
párrocos, los únicos que entonces podían materialmente hacerlo. Es
muy posible que en las ciudades grandes ese padrón fuese relativa
mente imparcial; pero no es arriesgado suponer que en los pueblos el
poder de decidir quiénes eran en realidad los ciudadanos en ejercicio
de sus derechos facilitase múltiples manipulaciones electorales al servi
cio de estrategias locales.28
Si pasamos ahora al acto material de la votación, a los comicios pro
piamente dichos, el primer punto que hay que considerar es el carácter
secreto o no del sufragio. La respuesta no puede ser más que muy ma
tizada y en parte contradictoria. Los ciudadanos comienzan reunién
27 El sufragio es indirecto en tres grados: parroquia, partido y provincia (de hecho en cuatro,
pues en la parroquia los ciudadanos votan por compromisarios que a su vez eligen a los electores
parroquiales).
28 Piénsese, por ejemplo, en la incertidumbre que reinaba en cuanto a la definición de las cas
tas o los domésticos. Así, en algunos lugares Rieron excluidos los peones de las haciendas. Cf.
Marie-Danielle Démelas, “Microcosmos. Une dispute municipale a Loja (1813-1814)”, Bulletin ele
l'InstituíFranjáis d ’Etucles Atidines, 1984, xm, núms. 3-4, pp. 65-76.
50 LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA
29 Bando del intendente de México Gutiérrez del Mazo en diciembre de 1813 que convocaba a
elecciones parroquiales. Cf. agn, México, Historia, vol. 445, exp. x, ff. 1-21.
30 Las disposiciones legales coinciden aquí con la práctica, tal como puede constatarse en las
reclamaciones elevadas a autoridades superiores en que se pedía la anulación de algunas elec
ciones. En todos los casos conocidos, por lo menos en México, las autoridades se declararon
incompetentes y remitieron el expediente a las Cortes.
EL SOBERANO Y SU REINO 51
Este elemento ha sido expuesto con fuerza y pertinencia en diversos trabajos de Antonio
Annino
32 Cf. sobre este tema Franyois-Xavier Guerra, M odernidad e independencias, Mapfre, Madrid,
1992, cap. 10.
Las referencias a las prácticas electorales francesas remiten, si no se dice lo contrario, a Pa-
trick Guéniffey, Le nom bre et la raison. La Révolution fran ^ aise et les élections, ehess, París, 1993,
559 pp., obra que renueva los estudios sobre esta problemática en la Francia revolucionaria.
52 LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA
3'* El cumplimiento de estas disposiciones electorales no falta nunca en las actas electorales y
su ausencia puede provocar una petición de nulidad de las elecciones; cf. por ejemplo para el
Tedeum el caso de Guadalcazar (San Luis Potosí). Cf. agn, México, Historia, vol. 445, exp. xiv.
35 agn, México, Historia, vol. 445, exp. xtv, ff. 10-17.
EL SOBERANO Y SU REINO 53
Éste es uno de los puntos centrales de la demostración de Guéniffey, que Francote Furet
destaca con razón en la introducción a la obra de aquél.
37 Esa aptitud no se Rinda aquí en criterios objetivos, como se intentará hacer posteriormente
cuando se apele a la propiedad o la instrucción para restringir el sufragio. Sin embargo, la idea
está ya presente en la Constitución, puesto que se prevé que a partir de 1830 hará falta saber leer
y escribir para poder ejercer los derechos de ciudadano.
EL SOBERANO Y SU REINO 55
Para las formas de esta otra representación en la que participan los caciques y los caudillos.
cf. Fran^ois-Xavier Guerra, “The Spanish-American Tradition of Representation and its European
Roots", Jo u rn a l o f Latín Am erican Studies, Cambridge University Press, núm. 26, 1994.
EL SOBERANO Y SU REINO 59
exteriores, no sólo porque éstos eran considerados por casi todas las
élites de nuestra área como arquetipos de civilización, sino también
porque, muchas veces, países de fuera de la región precedían a las
naciones hispanoamericanas en esa marcha hacia la modernidad y les
suministraban así experiencias en las que podían inspirarse o escar
mentar.
¿Hasta qué punto esta larga y, sin embargo, incompleta enumeración
de condiciones y etapas se dio en la realidad? ¿O se trata aún, y no sólo
para América Latina, de un horizonte en parte inalcanzable por el
carácter ideal del modelo del hombre-individuo-ciudadano?
CIUDADANÍA "VERSUS” GOBERNABILIDAD
REPUBLICANA EN MÉXICO
Los o ríg en es d e u n d ile m a
A n t o n io A n n in o *
I n t r o d u c c ió n
* Universidad de Florencia.
1 La bibliografía sobre el tema es notoriamente vasta. Me limito a recordar las clásicas consi
deraciones de Max Weber, Econom ía e Societá, Milán, 1980, vol. I o; pp. 207-211; los desarrollos y
contribuciones propuestas por la sociología política, entre los cuales D. Easton, A System Analysis
o f Political Life, Nueva York, 1967, pp. 311-340; y finalmente las posibles conexiones entre este
tema y el de la obligación política moderna: C. Pateman, The P roblem o f P olitical Ohligation.
A Critical Analysis o f Liberal Tbeory, Berkeley, 1985, pp. 125-130.
62
CIUDADANÍA “VERSUS” GOBERNABILIDAD REPUBLICANA EN MÉXICO 63
2 Un análisis amplio de este debate se encuentra en las dos obras de C. Hale, El liberalismo
mexicano en la época d e Mora. 1821-1853, México, 1985; y La transformación del liberalismo en
México a fin es del siglo xix, México, 1991.
^ Para el caso de México véase Serge Gruzinski, La colonisation de l imaginaire. Sociétés
indigénes et occidentalisation dans leMexique espagnol xvié-xvné siéclés, París, 1988, pp. 367-370.
[Edición en español en el fcu.]
4 Para una visión de conjunto sobre este tema, véase Antonio Annino, R. Buve (coord.), “El li
beralismo en México", Cuadernos de Historia Latinoamericana, 1, Ahíla, 1993. La obra de Alicia
Hernández Chávez, Anenecuilco. Memoria y vida de un pueblo, México, 1991, había ya mostrado
con mucha claridad la capacidad de una comunidad de aldea para utilizar en su propio beneficio
algunos principios del liberalismo.
64 LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA
5 T. H. Marshall, “Citizenship and Social Class”, en Class, Citizenship, anclSocialD evelopm ent,
Chicago, 1964. Ha seguido un debate durante años, en que han participado muchísimos autores,
entre los cuales se encuentran D. Helcl, Political Tbeory a n d tbe M ódem State, Stanford, 1989; y
J. M. Barbalet, Citizenship, Milton Keynes, 1989. En Francia existe un renovado interés por el tema
después de la publicación de la obra de Pierre Rosanvallon, Le sacre du citoyen. Histoire du suf-
fr a g e universal en Franco, París, 1992.
CIUDADANÍA “VERSUS" GOBERNABILIDAD REPUBLICANA EN MÉXICO 65
EL DESLIZ DE LA CIUDADANÍA
Las investigaciones de los últimos veinte años nos han mostrado que
las empresas de supervivencia colectiva de las comunidades mesoame-
ricanas durante la época colonial fueron resultado de complejas es
trategias materiales e inmateriales, que sin embargo parecen entrar en
crisis después de las independencias.6 La posibilidad de confirmar esta
idea, bastante extendida entre los estudiosos, por desgracia es obstacu
lizada por la dificultad de encontrar una documentación adecuada. El
silencio de las fuentes sigue siendo el signo más evidente del desafío
más dramático que, sin lugar a duda, la República hizo a las comuni
dades: el fin de su diversidad jurídico-institucional y la transformación
de los com uneros en “ciudadanos”, o sea en sujetos nuevos, sin ningu
na conexión con el pasado. Sin embargo, estudiando los orígenes de
este desafío se tiene la impresión de que las comunidades intentaron,
con cierto éxito, contener las amenazas más peligrosas para su identi
dad, al menos durante unas décadas. Este éxito no sólo dependió de
las nuevas estrategias adoptadas por las comunidades: fue favórecido
por un proceso más general que he llamado “desliz de la ciudadanía” y
que involucró también a los pueblos no indígenas. Con el término “des
liz” he definido el más notable cambio institucional que se consumó en
el interior de las nuevas estructuras constitucionales ideadas en Cádiz y
difundidas en la Nueva España entre 1812-1814 y 1820-1824: la inespe
rada conquista, por parte de los pueblos, de la nueva ciudadanía liberal
con la consiguiente limitación de la injerencia estatal en las sociedades
locales.
La rapidez del proceso dependió también de la crisis del sistema co
lonial, pero la homogeneidad de los comportamientos colectivos deja
6 Entre los estudios más importantes, N. Furris, M aya Society un der Colonial Rule, Princeton,
1984; Marcello Carmagnani, El regreso d e los dioses. Los procesos d e reconstitución étnica en O axa-
ca, México, 1988.
CIUDADANÍA “VERSUS" GOBERNABILIDAD REPUBLICANA EN MÉXICO 67
eran 2 millones de “padres de familia". Archivo General de Indias (Sevilla), Indiferente General,
e x p .1523.
11 Sobre el jansenismo en España y en México véase J. Sagnieux, Lesjansénistes et le renoveau
d e lapredication, Lyon, 1976.
70 LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA
14 En esto, la historiografía ha compartido siempre las tesis de Jesús Reyes Heroles, El liberalis
mo m exicano, México, 1957, t. 1, pp. 1-118.
15 La excepción a la que me refiero es N. Lee Benson (coord.), México a n d theS pan isb Cortes,
1810-1822. Es interesante recordar que este libro es regularmente citado pero con una óptica al
estilo de Reyes Heroles, es decir, favoreciendo el aspecto relativo a la "recepción" del liberalismo.
El capítulo sobre las elecciones de los municipios nunca ha suscitado interés. He podido, en cam
bio, verificar en una primera investigación cuán pertinente es este tema gaditano para compren
der los orígenes y las peculiaridades del liberalismo en México. Véase Antonio Annino, "Pratiche
creóle e liberalismo nella crisi dello spazio urbano coloniale. II 29 novembre 1812 a Cittá del
Messico”, en Antonio Annino y Raffaele Romanelli (coords.), “Notabili, Elettori, Elezioni”, Qua-
d em i Storici, núm. 69, 1988, pp. 727-765.
72 LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA
16 Véase sobre este punto M. Ferrer Muñoz, La Constitución d e C ádiz y los com ienzos d e la
in d ep en d en cia d e México, México, 1994, cap. iv.
17 Para mayores detalles, véase Antonio Annino, “Cádiz y la revolución territorial de los pue
blos mexicanos”, en Historia d e las... op. cit., y en ese mismo volumen, de M. Bellingeri, “Las
ambigüedades del voto en Yucatán. Representación y gobierno en una formación interétnica.
1812-1829”, pp. 227-291. Las cifras sobre el número de cabildos son el resultado de una investi
gación en fuentes de archivo de la época ( agn), principalmente sobre ios informes de los .inten
dentes y los delegados a las autoridades centrales.
CIUDADANÍA “VERSUS" GOBERNA13ILIDAD REPUBLICANA EN MÉXICO 73
mentos de la sociedad, aun cuando sea fácil imaginar que los signi
ficados de “justicia”, y por consiguiente de “ciudadanía”, siguieron
siendo distintos en los pu eblos indígenas. Esta pluralidad de significa
dos y de superposiciones semánticas logró finalmente articular la ciu
dadanía con la cuestión de la tierra. Muchas propiedades comunitarias
pasaron a la administración de los nuevos municipios, muchas cofra
días funcionaron como estructuras electorales que vincularon viejas y
nuevas jerarquías en los pueblos. Una vez más el fenómeno se encuen
tra en comunidades indígenas y no indígenas, pero en este caso las di
ferencias son marcadas: la Constitución de Cádiz había suprimido las
repilblicas en el momento en que había reconocido a los indios los de
rechos de ciudadanía, pero esta reforma quitó a las comunidades el
más importante recurso institucional para defender sus intereses. El
municipio liberal, con la posibilidad que ofrecía de reubicar las tierras
bajo su jurisdicción, se convirtió en un instrumento de las comunida
des para defenderse de los aspectos más amenazantes de la igualdad
liberal. Tierra, ciudadanía y justicia estructuraron de esta manera un su
jeto institucional nuevo, distinto del proyectado en la Constitución,
expresión directa de los intereses y de las culturas locales mexicanas.
Todo este cambio institucional se realizó al margen del control del Es
tado colonial y de las elites criollas; fue un proceso autónomo de los
pueblos, y por consiguiente alteró no sólo el antiguo orden sino tam
bién el nuevo.
F is io l o g ía s c o l e c t iv a s d e la c iu d a d a n ía : l o s p a c t o s y las n o r m a s
así decir “bajo” por la falta de Cortes. Los antiguos cabildos habían
sido reconocidos siempre como los representantes virtuales de los te
rritorios, y esto fue evidente sobre todo en 1809 y en 1810, cuando se
eligieron los representantes americanos a la Junta Central y luego, a las
Cortes constituyentes.19 La tesis un tanto difundida en el imperio de
que con la crisis dinástica de 1808 la soberanía no podía recaer sino en
los reinos, y por consiguiente en sus legítimos representantes, los
cabildos, no fue un expediente del todo artificioso. La impresionante
homogeneidad de los comportamientos colectivos en cada ángulo de
América, el consenso unánime en torno a esta idea de la retroversión,
demuestran que el modelo de soberanía compartida entre rey y reinos
estaba profundamente arraigado en la cultura de todas las sociedades
locales.
El primer liberalismo gaditano teorizó la superación del contractua-
lismo del Antiguo Régimen por medio de la representación moderna,
pero no abolió la monarquía. El vecino de Cádiz se volvió un ciu
d a d a n o pero conservó también la condición de súbdito, y con ello no
pocos valores del pasado: la Constitución describió un conjunto de
nuevos derechos pero al mismo tiempo dejó en vigor todas las disposi
ciones de las Leyes de Indias que no contrariaban los nuevos princi
pios. La frontera entre el ciudadano moderno y el súbdito antiguo fue
así muy débil, si no inexistente. La polisemia de la ciudadanía durante
la primera experiencia liberal fue, pues, más articulada que cuanto nos
haya mostrado el proceso descrito en el párrafo precedente. La expan
sión de los municipios no sólo creó nuevas jurisdicciones sino que tam
bién legitimó la idea de que la soberanía, atributo antiguo de la justicia,
pasase ahora de los cabildos provinciales a los locales. Con una pa
radoja sólo aparente, el constitucionalismo gaditano en México legitimó
la convicción de que la retroversión de la soberanía debía beneficiar a
toda la sociedad organizada y no sólo a los cabildos más importantes,
como había sucedido en la fase constituyente.
Pero el fenómeno no se limitó a los pueblos, no fue la expresión de
una cultura “popular” que escapó al control de un saber “alto”. En esos
años aun las elites articularon el contractualismo de la tradición con el
liberalismo, y tal vez en ningún lugar sea esto más visible que en las
mismas sesiones de Cádiz. Algunas investigaciones han analizado ya
En co n secu en cia otorgan a cada uno d e los diputados p o d eres para que
constituyan la Nación del m odo que en tien d en ser más co n fo rm e a la felici
dad general, y especialm ente para q u e d icten leyes so b re to d o s los ram os de
la adm inistración pública que sean de su com p eten cia y tengan p o r o b jeto el
interés general afirm ando las bases, religión, independ en cia, y unión, que de
b en ser inalterables, así co m o la form a de república representativa, popular,
segú n lo proclam ado en el artículo prim ero del plan del cu atro de agosto.27
26 C. Noriega Elio, “Los grupos parlamentarios en los congresos mexicanos, 1810-1857. Notas
para un estudio”, en F3. Rojas (eoord.), El p o d e r y el dinero. Grupos y regiones m exican os en el siglo
xix, México, 1994, pp. 93-119.
-7 Archivo de Notarías de Morelia, Protocolo del n otario Miguel García, vol. 276, 1846, hh.
583-586.
CIUDADANÍA “VERSUS” GOBERNABILIDAD REPUBLICANA EN MÉXICO 81
La s e m á n t ic a c a t ó l ic a d e la c iu d a d a n ía
d e le n g u a je s y v a lo r e s d e la p o lític a m o d e r n a q u e t ie n d e n a la s e c u l a
r iz a c ió n . N o s h e m o s e n c o n t r a d o ya c o n a lg u n o s fr a g m e n to s d e l p r o
b le m a : e l é n fa s is c o n q u e s e h a b la d e la n a c ió n e n estado natural, ya
fo r m a d a y a u t o s u f ic ie n te fr e n te al E sta d o , r e v e la la p e r s is te n c ia d e u n a
id e a d e s o c ie d a d m u y s e m e ja n t e a la te o riz a d a d u ra n te tre s s ig lo s p o r
e l ju s n a tu r a lis m o c a t ó lic o h is p á n ic o .28 E sta id e a s e v in c u ló a l lib e r a lis
m o v ía la c iu d a d a n ía , c o n el r e s u lta d o d e a m p lia r s u s p r á c tic a s m u c h o
m á s a llá d e ¡o s lím ite s fija d o s p o r las c o n s titu c io n e s . L o s planes d e lo s
levantamientos p a r e c e n m o s tra r u n c ó d ig o ju s n a tu ra lis ta c o m ú n a to d o s
lo s a c t o r e s , d e s d e lo s caudillos h a s ta lo s pueblos, y p o r c o n s ig u ie n t e
u n a c u ltu ra r e lig io s a c o m ú n . P e r o n o s e d e b e g e n e r a liz a r : e s t o s d o c u
m e n to s s ó l o e x p r e s a n u n a c o n v e r g e n c ia e n tr e r e lig io s id a d e s m u y d i
v e rs a s q u e , d iv id id a s ya d e s d e la é p o c a b o r b ó n ic a , s e g u ir á n s ie n d o
s ie m p r e a n tité tic a s . M ie n tra s e l c a to lic is m o d e la s e lite s s e h a b ía a c e r c a
d o al ja n s e n is m o y al ilu m in is m o erastiano [d e T o m á s E ra s to ( 1 5 2 4 -
1 5 8 3 ), t e ó l o g o s u iz o -a le m á n c u y a d o c trin a t e o ló g ic o -p o lít ic a a trib u y e
la d ir e c c ió n d e la Ig le s ia a l p o d e r civil], las c o m u n id a d e s d e a ld e a , s o b r e
to d o la s in d íg e n a s , h a b ía n p e r m a n e c id o fie le s a lo s c u lto s lo c a le s , a la
in te g rid a d d e fo r m a s r e lig io s a s c o m p le ta m e n te b a r r o c a s .29
E n lo s u m b r a le s d e la c ris is d e l im p e rio , la s a lta s je r a r q u ía s d e la
Ig le s ia m e x ic a n a to d a v ía e s t a b a n e m p e ñ a d a s e n tra ta r d e c o n t e n e r y
d is c ip lin a r a q u e l a m p lio m a r g e n d e to le r a n c ia , a q u e l e s p a c io d e s o r d e
n a d o q u e h a c ía m á s d e u n s ig lo c a r a c te r iz a b a al b a r r o c o p o p u la r .80
S a b e m o s ta m b ié n q u e e s t e d iv o rc io fo r z o s o e n tr e a lta s je r a r q u ía s y
d e v o c ió n p o p u la r n o s e c o n s u m ó to ta lm e n te , y p o d e m o s , in c lu s o , im a
g in a r q u e la insurgencia, c o n s u s a p e la c io n e s a lo s c u lto s d e lo s s a n to s
y d e la V irg e n d e G u a d a lu p e , h a y a a b ie r to u n a n u e v a b r e c h a al r e n a
c im ie n to d e lo s “b a r b a r is m o s ”.
P e r o e s t e d iv o r c io n o s e c o n s u m ó ni s iq u ie r a c o n C á d iz p o r q u e lo s
c o n s titu y e n t e s ja m á s p e n s a r o n p r e s e n ta r u n a im a g e n s e c u la r iz a n t e d e
la C o n s titu c ió n . Si m ir a m o s la s e s tra te g ia s d e la s im á g e n e s y d e lo s rito s
d e c id id o s p o r la s C o rte s p a ra la d ifu s ió n d e la c a rta , re s u lta e v id e n te
q u e n o s e in v e n tó n in g u n a r e p r e s e n t a c ió n c o le c t iv a n u e v a , c o m o e n
c a m b io h a b ía a c o n t e c id o e n F r a n c ia . La ú n ic a n o v e d a d fu e q u e pueblos
y c iu d a d e s d e d ic a r o n la p la z a p rin c ip a l a la C o n s titu c ió n . Es c ie r t o q u e
2HH. Romnien, The State in Catholic Thought, Londres, 1947, pp. 148-156.
29 David Brading, Orbe Indiano, op. cit., pp. 530-552.
30 Serge Gaizinski, La guerra d e las imágenes. De Cristóbal Colón a “Bielde Runner", fce,
México, 1994, p. 205.
CIUDADANÍA "VERSUS" GOBERNABILIDAD REPUBLICANA EN MÉXICO 83
la C o n s titu c ió n im p u ls ó ta m b ié n n o v e d a d e s im p o r ta n te s : la d ifu s ió n d e
fo lle to s , c a t e c is m o s c ív ic o s y lib r o s fu e n o t a b le ta m b ié n e n M é x ic o ,
p e ro e s te le n g u a je e s c r ito n o s e a r tic u ló c o n e l v isu al; p e r m a n e c ió e n el
á m b ito u r b a n o , n o lle g ó a lo s pueblos, y c u a n d o lo h iz o , fu e fá c ilm e n t e
c a p ta d o p o r e l im a g in a r io lo c a l. P e r o u n a v e z m á s su fu e r z a fu e le g iti
m ad a p o r e l m is m o lib e r a lis m o g a d ita n o g ra c ia s a la publicación y al
ju ra m e n to d e la C o n s titu c ió n , d o s a c t o s p ú b lic o s q u e e n M é x ic o a b r ie
ro n o tra s b r e c h a s p a ra lo s pueblos.
E sto s ritu a le s n o fu e r o n id é n tic o s e n to d o s lo s pueblos m e x ic a n o s ;
sin e m b a r g o , p r e s e n ta n a lg u n o s e le m e n t o s c o m u n e s im p o r ta n te s . N o
h ay d u d a , p o r e je m p lo , d e q u e la s c o m u n id a d e s r e c u r r ie r o n e n e s a s
o c a s io n e s a lo s m o d e lo s d e la s fie s ta s d e lo s s a n to s p a tr o n o s : ju r a m e n
to s y p u b lic a c io n e s s e c e le b r a b a n a lo la rg o d e tre s jo r n a d a s d e fe s te jo s ,
c o n p r o c e s io n e s , tia n g u is (lo s m e r c a d o s in d íg e n a s d o n d e la s c o m u n i
d ad e s in te r c a m b ia n lo s p r o d u c to s ), r e p iq u e d e c a m p a n a s , fu e g o s a rtifi
c ia le s, riñ a s d e g a llo s , d e s file s v a r io s y d a n z a s .31 Al le e r la s r e la c io n e s
q u e lo s fu n c io n a rio s lo c a le s e n v ia b a n a las au to rid a d e s s u p e rio re s d e s c u
b rim o s q u e la C o n s titu c ió n fu e c o l o c a d a e n e l c e n tr o d e a q u e l m u n d o
d e d e v o c io n e s y s o c ia b ilid a d q u e la c u ltu ra b o r b ó n ic a h a b ía tild a d o d e
“p a g a n is m o ”. E ste r e n a c im ie n to , o e s ta c o n tin u id a d d e l im a g in a r io r e li
g io s o p u e b le r in o , m u e s tr a q u e e l c o n s titu c io n a lis m o lib e r a l n o r o m p ió
c o n e l m u n d o d e lo s v a lo r e s q u e e n e l p a s a d o h a b ía n g a r a n tiz a d o la
s u p e rv iv e n c ia d e la s id e n tid a d e s c o le c t iv a s d e lo s pueblos.
Las m is m a s C o rte s h a b ía n c r e a d o u n v ín c u lo c o n la e s f e r a r e lig io s a
p o r m e d io d e la s m is a s: u n d e c r e t o h a b ía o r d e n a d o e n 1 8 1 2 q u e c a d a
. p á r r o c o ilu stra s e e n e l s e r m ó n la “b o n d a d d e l s a b io c ó d i g o ”, y a s í s e
h iz o e n to d a s la s lo c a lid a d e s , p e r o c o n u n rito a d ic io n a l, n o p r e v is to
p o r lo s d e c r e to s . A l fin a l d e la m is a u n a c o p ia d e l te x t o e ra tr a n s p o r ta
da e n p r o c e s ió n b a jo u n b a ld a q u ín , lle v a d o e n a n d a s c o m o e n la p r o
c e s ió n d e l S a n tísim o , y re co rría to d o e l te rrito rio d el p u e b lo , d e s d e los
b arrio s h a sta las ig le sias, c o n v e n to s y ca p illa s. E n estas p r o c e s io n e s lo s ve
cinos-ciudadanos s e d is tr ib u ía n c o m o s ie m p r e e n “c u e r p o s ”: lo s e c l e
s iá s tic o s , e l fu n c io n a r io lo c a l y lo s je f e s d e la s m ilic ia s, lo s “v e c in o s r e s
p e t a b le s ”, e l “c u e r p o p rin c ip a l d e la r e p ú b lic a ” (a p e s a r d e la s u p r e s ió n
d e e s ta s in s titu c io n e s in d ia s ) y , fin a lm e n te , to d a la v e c in d a d a g ru p a d a
e n la s c o fr a d ía s , c a d a u n a c o n e l e s t a n d a r te d e l s a n to p a tr o n o .
P o r c o n s ig u ie n te , n o e s d ifíc il im a g in a r q u e lo s pueblos h a y a n p e r-
Véase Antonio Annino, “Cádiz y la revolución territorial de los pueblos mexicanos, 1812-
1821", en Historia d e las eleccio nes, op. cit., pp. 209-212.
80 LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA
En co n secu en cia otorgan a cada uno d e los diputados p o d eres para que
constituyan la Nación del m odo que en tien d en ser m ás co n fo rm e a la felici
dad general, y especialm ente para q u e dicten leyes so b re to d o s los ram os de
la adm inistración pública que sean de su com p eten cia y tengan p o r ob jeto el
interés gen eral afirm ando las bases, religión, in depend en cia, y unión, que de
b en ser inalterables, así com o la form a de república representativa, popular,
según lo proclam ado en el artículo prim ero del plan del cu atro de agosto.27
26 C. Noriega Elio. “Los grupos parlamentarios en los congresos mexicanos, 1810-1857. Notas
para un estudio”, en B. Rojas (coord.). El p o d e r y el dinero. Grupos y regiones m exican os en el siglo
xix, México, 1994, pp. 93-119.
27 Archivo de Notarías de Morelia, Protocolo del n otario Miguel G arcía, vol. 276. 1846, hh.
583-586.
CIUDADANÍA “VERSUS" GOBERNABILIDAD REPUBUCANA EN MÉXICO 81
La se m á n t ic a c a t ó l ic a d e la c iu d a d a n ía
K. Schmitt, La dictadura. Desde los com ienzos del pensam iento m oderno d e la soberanía
basta la lucha d e las clasesproietaiias, Madrid, 1985. p. 157.
86 LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA
S in c r e t is m o s c u lt u r a les d e la c iu d a d a n ía
Defensa del Derecho territorial patrio elevada por los pueblos mexicanos al
Congreso General de la Nación pidiendo la reconquista de la propriedad
territorial para que nuevamente sea redistribuida entre todos los dudada-
por medio de la conquista en las Américas con notorio ultraje del derecho:
antes de esta época los habitantes de ellas habían revestidos con legítimos
y originarios títulos, por haber este suelo su señalada patria, y su pacífica y
larga posesión nadie con pruebas evidentes les podía haber puesto en
duda.
los españoles más tarde lo entendieron así: pues muchos de estos ricos
extranjeros aceptaron la independencia para conservar en el mismo estado
estos intereses, pasándose al lado de los independientes, traicionando su
patria. Tan que fue así, que casi ellos mismos impulsaron a que se pusiera
en frente de la revolución el general español Iturbide, con el fin de respetar
la propriedad... Sensible es decirlo, pero es la verdad. Nuestras autoridades
olvidaron el derecho del post liminium con que recobró América, entre la
que se enumera la Nación Mexicana, sus derechos con su independencia:
en el hecho mismo de respetar indebidamente una propriedad viciosa y
llena de nulidad.
38 Ibidem, p. 7.
39 Véase sobre este punto A. Pagden, I b e F all o f N atural Man. The American Inclian a n d tbe
Origin o f Comparatiue Ethnology, Cambridge, 1982, cap. iv.
90 LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA
nos asiste la fé de creer aquel dato de la Biblia que refiere al Génesis cap.
10, v. 30, al numerar los nombres de los trece hijos de Jectam hermano de
Faleg, de la descendencia de Sem, de donde sin duda procedemos... Así
pues, a pocos tiempos de la confusión de los idiomas, multiplicada la nu
merosa descendencia de las Indias Orientales, pasaron a poblar las Indias
Occidentales... y recordamos con noble orgullo los nombres de los siete
. 10J. Marín y Mendoza, Historia d el derecho natural y d e ¡¡entes, Madrid, 1950, pp. 49-65.
CIUDADANÍA “VERSUS” GOBERNABIUDAD REP UBLICANA EN MÉXICO 91
jefes que partieron desde Sennaar... estos fueron los fundadores de las po
pulosas Ciudades en el otro continente: y sus inmediatos sucesores fueron
los que les tocó en suerte de haber fundado en el nuevo, las fundaciones
primitivas de Axoco de los Xilancas... en Xalisco con parte de los descen
dientes de los Toltecas con sus gefes Ehecatl y Cohuatl, tomando posesión
rumbo a Ecatepetl los Oimecas con su Gefe Apopocanub... hacia Oaxaca
los Zapotecas...41
Conclusiones
más que jurídica, y tal vez básica para proseguir la exploración del tema.
En esta perspectiva debemos valorar otro aspecto para nada secun
dario: al difundirse por medio de los municipios, la ciudadanía política
no modificó la desigualdad social pero cambió las relaciones de poder
de los grupos entre sí y entre éstos y el Estado, y por consiguiente
transformó en algo al antiguo régimen mexicano. Por el momento es
difícil valorar este “algo”, pero es importante que exista como posible
campo de investigación de los caminos de la ciudadanía mexicana.
CIUDADANÍA, SOBERANÍA Y REPRESENTACIÓN
EN LA GÉNESIS DEL ESTADO ARGENTINO (C. 1810-1852)
94
LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA 95
primera mitad del siglo xix", en Antonio Annino feomp.), Historia d e las elecciones en Ibero
am érica. siglo x/x. D e la fo rm a ció n d el espacio político n acion al, fce, Buenos Aires, 1995.
1 Sobre los conceptos de vecino y ciudadano nos hemos ocupado ya en nuestro trabajo “El
federalismo argentino en la primera mitad del siglo xix", en Marcello Carmagnani (com pj, Fe
deralism os latinoam ericanos: México/Brasil/Argentina, El Colegio de México/FCE. México, 1993-
96 CIUDADANÍA, SOBERANÍA Y REPRESENTACIÓN: GÉNESIS DEL ESTADO ARGENTINO
E l SUJETO DE LA REPRESENTACIÓN
El estado es de dos maneras: o natural o civil [...] Civil es el que trae su origen
del derecho civil: v.g. la diferencia ente hombres libres y siervos, entre ciu
dadanos y peregrinos, entre padres e hijos de familia. [Y aclara:] Es pues de
tres maneras el estado civil. De libertad, según el cual unos son libres y otros
siervos; de ciudad, según el cual unos son ciudadanos y otros peregrinos; y
finalmente, de familia, según el cual unos son padres y otros hijos de familia.5
...en las Repúblicas se distinguen, conocen y hay diversos estados, unos seculares y otros
Eclesiásticos, y de estos los unos Clérigos y los otros Religiosos, y de los Seculares propios de
la República, unos Nobles y otros Caballeros, otros Ciudadanos, unos oficiales, otros
Labradores, etc. y cada uno en su estado y modo de vivir tiene orden, reglas, y leyes para su
régimen. / Es también el que tiene o profesa cada uno, y por el cual es conocido y se distingue
de los demás: como de Soltero, Casado, Viudo. Eclesiástico, Religioso, etc.
Entre las diversas modalidades de uso del vocablo, es útil distinguir la siguiente: “Estados del
Reino: Son los tres que llaman también Brazos dél, y tienen voto en Cortes, llamados para los
negocios graves: el primero el Eclesiástico, que se compone de los Prelados y Dignidades eclesiás
ticas, el segundo de los Grandes y Nobles, y el tercero de las Ciudades que tienen esta regalía”.
7 Antonio Sáenz, Instituciones Elementales sobre el D erecho Natural y d e Gentes [Curso dictado
en la Universidad d e Buenos Aires en los añ os 1822-231, Instituto de Historia del Derecho
Argentino, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Buenos Aires, 1939, p. 66.
H “El Memorial [de los pueblos de la campaña de Buenos Airesl'’, Luján, 10 de julio de 1820.
en Gregorio F. Rodríguez. Contribución Histórica y Documental, 1. 1, Peuser. Buenos Aires. 1921,
pp. 244 y ss.
LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA 99
La c a l id a d d e “v e c in o ” a p a r t ir d e la I n d e p e n d e n c ia
para evitar los desastres de una convulsión Popular, desea [el Cabildo]
obtener de V. E. un permiso franco para convocar por medio de esquelas la
principal y más sana parte de este Vecindario, y que en un Congreso pú
blico exprese la voluntad del Pueblo...14
La c a l id a d d e v e c in o y la p a r t ic ip a c ió n p o l ít ic a d e la ca m paña
u Archivo General de la Nación, Acuerdos d el Extinguido Cabildo d e B uenos Aires, serie iv.
Libros lxv, lxvi y lxvii, Buenos Aires, 1927, p 123- La modalidad restrictiva era antigua: “Por lo ge
neral no todos los vecinos eran invitados, sino solamente ‘las personas mas principales de esta
ciudad’, como dice un acta bonaerense de 1674, o ‘los vecinos principales desta república’...”,
R. Zorraquín Becú, op. cit., p. 362.
*5 Así lo muestra, además de lo observado respecto de los cabildos abiertos de fines del perio
do colonial, una revisión amplia, aunque no completa, de las actas del cabildo de Buenos Aires:
Archivo General de la Nación, op. cit., serie i, tomos i- xiii. serie iu, tomos vh- xi, y serie iv, tomos i-iv,
correspondientes a los periodos 1589-1672 y 1782-1810 (mayo).
102 CIUDADANÍA, SOBERANÍA Y REPRESENTACIÓN: GÉNESIS DEL ESTADO ARGENTINO
1,5 “Declaramos, que en la elección que se hiciere en los Cabildos de Pueblo donde no estu-
vieren vendidos los oficios de Regidores, y otros concegiles, no puedan ser elegidas ningunas
personas, que no sean vecinos, y que el que tuviere casa poblada, aunque no sea Encomendero
de Indios, se entienda ser vecino.” Recopilación ele Leyes d e Indias, ley vi, tit. x, libro iv [15541.
17 “Desde el punto de partida de la ley, incluso aquellos colonos españoles de las Indias que
vivían en el campo existían solamente en relación con su comunidad urbana. Eran vecinos del
asentamiento urbano más próximo, y era la ciudad la que definía su relación con el Estado.
Esto estaba en la línea de las tradiciones del mundo mediterráneo...” J. H. Elliot, capítulo 1, “Es
paña y América en los siglos xvi y xvrf, en Leslie Bethell, (comp.), Historia d e A m érica Latina,
2., A m érica Latina colonial: Europa y A m érica en los siglos xvi, xvn, xvm, Crítica. Barcelona,
1990, p. 12.
18 José Miranda, Las ideas y las instituciones políticas m exicanas, primera parte. 1521-1820, 2a
ed., unam, México, 1978, pp. 235 y ss. Lo que el ayuntamiento proponía, según el Acta del Cabil
do, era “ ‘la última voluntad y resolución del reino que [éste] explica por medio de su metrópoli...,
ínterin las demás ciudades y villas [es decir, el estado llano] y los estados eclesiástico y noble
puedan ejecutarlo de por sí inmediatamente o por medio de sus procuradores unidos con la capi
tal' ". Ibid., p. 238 (los corchetes de la cita son de Miranda.)
LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA 103
19 Real orden de la Junta Central..., del 22 de enero de 1809, real orden del 6 de octubre de
1809, de la misma Junta, que reforma la anterior, decreto de la Junta Central del 1° de enero de 1810
—los tres documentos relativos a la representación americana en la Junta Central— , y decreto del
Consejo de Regencia, del 14 de febrero de 1810, sobre la forma de elección de los diputados ame
ricanos a las Cortes Generales. Julio V. González, “Filiación histórica del gobierno representativo
argentino ", libro i. La revolución ele España, La Vanguardia, Buenos Aires, 1937. pp. 267 y ss.
20 C a z eta ele B uen os A vres, “Continuación del artículo de ciudadanía”, núm. 26, 28 de febrero
de 1812.
21 Estatuto provisional para la Dirección y Administración del Estado dado por la Junta de
Observación, 8 de mayo de 1815. en Estatuios. reglamentos y constituciones argentinas (1811-
1898). Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 1956. pp. 33 y ss.
-- La versión del Estatuto que hemos citado no contiene las modificaciones introducidas a su
texto algunos días después de su sanción y publicadas en la G azeta del 25 de noviembre de 1815.
Entre ellas, las correspondientes al cap. tv, “De las elecciones de Cabildos Seculares", art. 2o y
siguientes, que contienen las disposiciones que comentamos.
104 CIUDADANÍA, SOBERANÍA Y REPRESENTACIÓN: GÉNESIS DEL ESTADO ARGENTINO
23 Citado en J. M. Sáenz Valiente. Bajo la cam p an a del cabildo. O rganización y fu n cion am ien
to d el Cabildo d e Buenos Aires después d e la Revolución d e M ayo (1810-1821), Kraft, Buenos
Aires, 1952, p. 89-
24 Por ejemplo, en Mendoza, San Martín aprueba que en la elección de diputados al Congreso
de Tucumán, en 1815, que debía guiarse por el régimen establecido en el Estatuto, haya participa
do sólo el pueblo de la ciudad, rechazando las impugnaciones realizadas por no haber votado los
habitantes de la campaña. Carlos S. A. Segretti, “Cuyo y la forma de Estado hasta 1820”, Academia
Nacional de la Historia, Investigaciones y Ensayos, núm. 37, enero-junio de 1988, p. 112. [Buenos
Aires.]
25 Sobre el concepto de “antigua constitución” y su vigencia en el Río de la Plata, véase nuestro
trabajo “Acerca del origen del Estado en el Río de la Plata”, A nuario del iehs, núm. -10, 1995
[Tandil].
LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA 105
L a c o n c e p c i ó n d e l a s o b e r a n í a y l a f o r m a d e r e p r e s e n t a c ió n
I
(I
I
eilos y aquél a quien han transferido la autoridad". [Diderot.l “Autoridad Política”, en Denis
Diclerot y Jean Le Rond d’Alembert, La E n c ic lo p ed ia (S elección d e artícu lo s políticos), Tecnos,
Madrid, 11986], p. 6.
I
f
106 CIUDADANÍA, SOBERANÍA Y REPRESENTACIÓN: GÉNESIS DEL ESTADO ARGENTINO
“E r u c t a n d o d erech o s d e p u eb lo s”
Ese plural (provincias) sustituye lo que años más tarde hubiese sido
expresado como “la indicada nación”. Asimismo, en 1823, en corres
pondencia con un funcionario, alude a “los pueblos que forman la
Nación...” Y, más aún, en su discurso al asumir la presidencia elabora
una curiosa conjunción de lo individual y lo corporativo: “Cuando los
representantes de la Nación, los pueblos que la componen, y cada
individuo que la habita...”32
El c o n f l ic t o en t o r n o a i .a f o r m a d e r e p r e se n t a c ió n
B u e n o s A ir e s y el m a n d a t o im p e r a t iv o
% Decreto núm. 428, del 8 de marzo de 1813. Registro O ficial ele la República A rgentina, t. i,
1810 a 1821, Buenos Aires, 187 [q?l, p. 208. El decreto de la Asamblea corregía el criterio que
había regido en la convocatoria a las elecciones de sus diputados: “...los poderes de los Diputados
serán concebidos sin limitación alguna, y sus instrucciones [las de los diputados] no conocerán
otro límite que la voluntad de los poderdantes...”, (obsérvese que, pese al enfático uso de expre
siones no limitativas, el artículo de hecho admitía toda aquella limitación que los poderdantes
quisieran introducir en las instrucciones). Artículo 8 de la “Convocatoria a elecciones para
Diputados a la Asamblea General", 24 de octubre de. 1812, Registro N acional, op. cit., p. 186.
39 El R edactor d e la A sam blea, núm. 3, del sábado 13 de marzo de 1813, p. 9- Sobre las opi
niones de Sieyés y la prohibición del mandato imperativo en la Constitución francesa de 1791.
véase R. Carré de Malberg, op. cit., pp. 963 y ss.
40 “Copia de las instrucciones que dieron los Pueblos Orientales a sus representantes para la
S.loberana] A.[samblea] C.íonstituyente] el 5 de abril de 1813”, Comisión Nacional Archivo Aitigas,
LOS ORÍGENES DE UN PROBLEMA 113
Archivo Artigas, t. 11, Montevideo, 1974, p. 88. El texto del artículo continuaba así: “... porque no
aprobamos el decreto de ocho de marzo, que se llalla inserto en El R edactor del sábado 13 del
mismo”. De las Instrucciones del año 1813 se conservan otras dos versiones, las cuales no con
tienen este artículo. Véase al respecto Alberto Demicheli, op. cit., vol. 2, caps, iv y v. Respecto de
las Instrucciones del Cabildo de Soriano, véase Archivo Artigas, op. cit., p. 237.
41 E. Ravignani (comp.), op. cit., t. II, 1825-1826, sesión del 10 de abrii de 1826 y siguientes, pp.
983 y ss.
42 Ihid, pp. 991-992.
114 CIUDADANÍA, SOBERANÍA Y REPRESENTACIÓN: GÉNESIS DEL ESTADO ARGENTINO
que hay es hombres que han enviado todas las Provincias con la idea y
tendencia de marchar a establecer esa Nación,. ,”43
Los defensores del proyecto se escudaron en el supuesto de que la
nación ya existía. Castro insistió en que los diputados del Congreso
“son representantes nacionales y no ya meros diputados de sus provin
cias”; entre otros argumentos, y citando a Benjamin Constant, apuntó al
costado más espinoso del asunto advirtiendo que restarle a los dipu
tados ese carácter “sería una especie de federación, la más peligrosa”.44
Finalmente, el artículo fue aprobado, generando de hecho un grave
desconocimiento del carácter soberano que esgrimían las provincias
reunidas en el Congreso y que contribuiría a su fracaso final. Frente a
la tesis de la representación nacional, el principio de las soberanías de
los pueblos y el gobierno autónomo de los mismos, sin perjuicio de su
conciliación en un régimen confederal, sería el que se impondría, hasta
que, como hemos observado, el Acuerdo de San Nicolás suprimiera
definitivamente el mandato imperativo en 1852.
C o n s id e r a c io n e s fin a l es
~*7 Sobre las diferencias de significación de ambas figuras, véase R. Carro de Malberg, op. cit.,
pp. 872 y ss.
48 Para una información detallada de las prácticas electorales del periodo, véase Marcela
Ternavasio, “Reforma electoral y expansión de la frontera política en el estado de Buenos Aires
1820-1840”, en Antonio Annino Ccomp.), op. cit.
1
FORMAS DE REPRESENTACIÓN
Y DE PARTICIPACIÓN PÚBLICA