DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA

Métodos cualitativos

Experiencias metodológicas en Bogotá

Bogotá, capital de Colombia, durante muchos años sus calles han vivido la crueldad
de la guerra, ha sido espectadora de magnicidios, de la degradación del tejido
social, de la pobreza y la segregación, de movimientos guerrilleros y de movimientos
paramilitares buscando en sus personas desesperadas aliados y militantes,
personas sin techo, personas sin familia, personas con sueños, personas sin
sustentos, desplazados y violentados hasta por el Estado, una diversidad tan amplia
que representa a Colombia. Sin embargo, después de 200 años de independencia
y 53 años de conflicto podríamos pensar que muchos problema fueron resueltos,
que los pobres y sin techo son menos, el conflicto ideológico queda en urnas y
diálogos y no se materializan en violencia, tristemente no es así, los interés
económicos y particularistas se imponen en está gran urbe, este texto se centrará
en un recorrido y compartir que tuvimos estudiantes de Sociología de la Universidad
Nacional de Colombia en el barrio San german en Usme y en la zona de las delicias
en Chapinero Alto, con el fin de extender e informar a personas interesadas en la
ciudad un poco de historia de dichos lugares.
Barrio San German.
El domingo 29 de octubre a las 7:10 am partió un bus de la Universidad Nacional a
el Barrio San Germán, en Usme, Sin embargo, primero hicimos una parada en el
barrio San Rafael para hablar con diferentes líderes del problema que tienen con el
Retamo Espinoso, una planta traída de Europa y que pone en peligro la flora
endémica de los cerros orientales, ya que las desplaza con sus raíces; no sólo es
un problema para el medio ambiente, también lo es para las personas que viven en
áreas circundantes ya que dicha planta es altamente inflamable y ha sido causante
de múltiples incendios en los cerros orientales; después de contarnos un poco de
dicha planta, la historia y las problemáticas, los líderes procedieron a darnos la
instrucción de como quitarlo, ya que las semillas de dicha planta se esparcen muy
rápido y son numerosas, esto con el fin de poder aplicar en el barrio San Germán.
El desplazamiento de la universidad al barrio San germán deja ver muchas cosas,
una planificación urbana que segrega a los desfavorecidos de ciertos beneficios y
una brecha inmensa entre los habitantes de calle pidiendo monedas y comidas y
casas amplias y lujosas con 2 carros igual de lujosos en sus jardines.

Al llegar al barrio San Germán, la primera impresión que me causó, y de hecho la

impresión de algunos compañeros que nos encontrábamos por primera vez, era de
un barrio no tan precario que contaba con buen equipamiento infraestructural (casas
construido con cemento, piso en lámina y techos con tejas de policarbonato,
además de fácil acceso con buenas vías y dotado de un parque), estuvimos
engañados, bastó con subir una loma y ver el contrario de la misma para ver la
pauperización y la precariedad en la que vivían las personas, para empezar, dicha
zona era un barrio de invasión, el subir la loma se hizo en una trocha en la que los
carros les costaba subir y en algunos casos, optan por otros caminos, los materiales
de construcción eran precarios, lonas, latas, barro, madera y uno que otro plástico.

Al llegar casi al fin del barrio, entregamos lo que habíamos llevado (libros, ropa y
una camilla); el grupo de la Universidad se dividió en 3, un grupo que con ayuda de
la comunidad empezó a preparar el almuerzo, otro grupo que preparaba una bolsita
con dulces y galletas; y un último grupo que a lo largo del día realizo diferentes
actividades con los niños: “pintucaritas”, lecturas de cuento, juegos de ronda, y otros
juegos improvisados mientras llegaba el almuerzo.
Don Javier y el “maldito gobierno”
Tuvimos las fortuna de conocer a don Javier, persona que en las primeras horas
nos llevó a la Eco-casa del sector, a la cual no pudimos acceder debido a que esta
se encontraba cerrada, durante dichos trayectos de ida y vuelta pude conversar
fraternalmente con Javier, quien me pidió que le quitara el “don” y sólo le dijera
Javier, me contó que hacía aproximadamente un año había salido de la cárcel,
estuvo 12 años de manera injusta, pues se le había acusado de haber matado a 12
campesinos, me dijo: “Me dieron año por cada supuesto campesino que yo dizque
maté”, ahora él está libre y dispuesto a demandar el Estado, pues el testigo del fiscal
aseguró al juez no haber conocido ni visto nunca a Javier, dichos campesinos fueron
asesinados en Bogotá, ciudad a la cual nunca había viajado don Javier, el era de
Nariño, específicamente de Pasto, el considera que fue preso político por haber
militado y haber sido concejal del exterminado partido político de la UP.
Don Javier está muy feliz e ilusionado con los diálogos de paz, los considera como
una nueva forma de hacer política y hacer pagar a los “poderosos que siempre han
ostentado el poder y han hecho sufrir al pueblo”, Sin embargo, don Javier sabe que
la lucha hasta ahora empieza, además, debido al tiempo que pasó en la cárcel
(espacio donde pudo conocer al profesor Miguel Angel beltran) le ha traído consigo
un estigma social, razón por la cual anda siempre con el pasaporte de salido e
inclusivo lo ha tenido que mandar a plastificar debido a que en todo lado se lo están
pidiendo.
Dicho optimismo se lo ha transmitido a su hijo, quien es ahora un líder para el barrio
San Germán.
Camila y Nicolás, Adolescencia en riesgo.
Después de regresar al barrio tras el fallido intento de conocer la ecocasa, ví a una
joven que estaba embarazada, razón que me llamó la atención y decidí hablar con
ella, se trataba de Camila, una pre-adolescente de 13 años que se encontraba en
su séptimo mes de gestación, hablamos un poco de la vida de ella, cuando llegó su
medio-hermano Nicolás, los 3 tuvimos una conversación larga, Camila me contó
cómo había quedado embarazada y cómo era su pareja, Nicolás mientras tanto me
contaba dinámicas de su familia, la cual había vivido en barrios de invasión en Bosa,
pero habían sido violentados por el ESMAD, razón por la cual les toco irse al San
Germán, barrio donde no llevaban todavía un año.
Vi en Nicolás unos moretones en sus brazos, le pregunté cómo se los había
causado, el me dijo jugando, pero su hermana me dijo: “el papá de ese chino es
todo loco y se la pasa pegandole”, vi a Nicolás y sin decirle ni una sola palabra él
asintió a su hermana, le preguntó jocosamente el porqué su padre era así, si el era
desjuiciado o si sólo había sucedido una vez, el me dijo, de una misma manera
jocosa -es que no me tiene paciencia- con lo que su hermana y yo reímos, era una
risa que me preocupaba, me dejaba el sabor agridulce si sufría de violencia
intrafamiliar, después de conocernos un poco más, inferí que los 2 jóvenes no
estudiaban, por lo que les pregunté qué había pasado con el estudio, a lo cual sólo
tuve una respuesta al unísono: “No, Que pereza”, después de indagar me encontré
que hasta el año pasado habían asistido a la escuela y los cursos donde se
encontraban eran apropiados para su edad, Camila había culminado séptimo y
Nicolás había culminado quinto.
sin lugar a duda, la violencia económica fue un factor determinante para que dichos
jóvenes dejaran de estudiar, los lazos familiares rotos había hecho que Camila
tuviera que vivir con su pareja, razón de su embarazo, y la educación pública les
había fallado, su interés por el estudio era mínimo debido a que sus profesores
preferían regañarlos y nunca enseñarles.
Nicolás desea algún día tener plata para vivir en una buena casa y darle las
oportunidades que él no tuvo a su sobrino, manifestó que no le incomodaría tener
que aguantarse a sus profesores si eso le pudiera ayudar a conseguir un empleo,
mientras tanto, Camila no desea volver al colegio, pues ve que sus estudios no son
aplicables para su vida y preferiría hacer un curso de gastronomía o textil, puesto
que cocinar le gusta y le interesa aprender a coser para su hijo, ya conoce más de
educación sexual (una compañera le explicó) y reflexiona sobre lo difícil que sería
tener otro hijo aunque no lo descarta, por fortuna, su pareja la ha apoyado en estos
6 meses y le colabora con casi la totalidad de su salario (el joven tiene 17 años y
trabaja como jornalero en La Mesa, Cundinamarca).
Ellos 2, eran entre los niños los mayores, reflejan una arte importante de nuestra
sociedad, tuvieron la sinceridad y confianza de contarme sus secretos y sus sueños,
preocupa mucho que una joven esté embarazada y esto no la deje seguir asistiendo
al igual que a Nicolás, es necesario que evaluemos nuestras políticas y centrémos
a los adolescentes no sólo en discursos políticos, pues ellos serán en el mañana
quien mueva a nuestra sociedad.
Tras 2 horas de hablar con ellos, llegó el almuerzo, razón por la que se fueron,
después de dicho almuerzo llegó Javier, el hijo de Don JAvier, quien nos contó más
de la búsqueda de formalizar el barrio convirtiendo los habitantes en vigías
ambientales, de tal manera dimos nuestra actividad concluida.
Las reflexiones después de haber concluido la actividad son muchas, en su mayoría
preocupaciones por el futuro del barrio, sin lugar a duda la incertidumbre por parte
de sus habitantes respecto a cuestiones materiales y necesidades priman, razón
por la cual a muchos les queda difícil participar en eventos para formar identidad,
para lograr lazos y relaciones de vecindad, además de que muchas personas
deambulan en diferentes sitios y la idea de asentarse no es una opción, esto ha
repercutido en que sean muy pocos los vecinos que se preocupen por el barrio,
también se debe tener en cuenta que la búsqueda de herramientas legales por parte
de los líderes no convence a mucha de la población a la cual el Estado y las leyes
les ha fallado numerosas veces, razón por la cual prefieren ser apáticos en dichos
eventos.

Las Delicias
El domingo 5 de noviembre nos dimos cita en la localidad de Chapinero, al llegar al
lugar era evidente muchos edificios grandes y lujosos, llegó una guía quien nos hizo
unas recomendaciones para subir a las delicias, una cascada que se ha vuelto de
interés turísticos para forasteros y que ha logrado unir a la comunidad que reside
en la zona, la guia era una de esas pobladoras, ella había vivido toda su vida allí y
el territorio era muy importante, pues también representa su sustento económico
con las visitadas guiadas que ella lidera, visitas que también hace su hija los fines
de semana para poder ayudarse en sus estudios universitarios, sus
recomendaciones fueron en su mayoría no alejarnos mucho debido a la inseguridad
que se presenta en el sector.
Durante la caminata no tuvimos que desplazarnos mucho para encontrarnos con el
contraste presente a lo largo de la ciudad, lujosos y exclusivos edificios con casas
muy humildes en las áreas circundantes.

Después de caminar llegamos a “Las Delicias”, era la primera vez visitaba dicho
lugar, al ser un habitante foráneo de Bogotá, no imaginaba que la ciudad contara
con dichos espacios ambientales tan bonitos, pues en mi imaginario sólo
consideraba la ciudad como edificios y uno que otro parque.
La guía nos reveló la importancia de dicha cascada, ella había constituido para los
habitantes originarios (personas que habían recibido tierra por parte del industrial
Calderón Tejada), pues se reunían las mujeres a lavar la ropa y los niños a jugar.

Después de dicho recorrido fuimos de nuevo a la entrada del barrio, donde un grupo
llamado “amigos de la montaña” nos invitaron a “embellecer su espacio”, en primera
medida aceptamos, íbamos a retribuir al medio ambiente y a la comunidad que nos
había aceptado, sin embargo, nos comentaron que también iban a plantar ortiga con
el fin de que los habitantes de calle no se acercaran más, acción que rechazamos
debido a lo fascista de la misma, es un lugar estratégico para ellos, tienen cerca el
río y debajo un puente, más allá de lo “sucios” que puedan ser, también son
personas, debido a este inconveniente fue tenso el ambiente, sin embargo,
plantamos hiedra y otras planta decorativas durante el día, aprendimos mucho y
algo pudimos retribuir.

Durante la retroalimentación comprendimos más las situaciones y los actores del

espacio, a escasas cuadras había vivido el violador de Yuliana Samboní, la niña
vivía en el sector, razón por la cual el sector es un poco apático con las personas
externas como nos comentó la profesora, los amigos de la montaña es un grupo de
personas estrato 4, 5 y 6 que tienen interés en poner su montaña más linda,
embellecerla, no es de su preocupación crear o formar comunidad.

Reflexiones metodológicas
En la academia abordamos el “creen, piensan, consideran, accionan, reaccionan,
construyen, configuran, coaccionan”, e infinidad de verbos referentes a procesos y
relaciones sociales, pero en muchos casos olvidamos uno básico, el “sienten”, las
implicaciones de desconocer y olvidar el sentir de las personas en una sociedad
que necesita humanizarse son graves, desconocer el dolor, el sufrimiento, los
sueños y las ideas de las personas es volver a cometer los mismos errores que
venimos replicando desde hace 200 años, por eso, como lo diría Fals Borda en sus
diferentes textos, es necesario una “sociología de los compromisos”, abordar a las
personas, devolverles algo y construir entre todos, si bien es necesaria, interesante
e importante ver las “estructuras, relaciones, poderes” y otros aspectos, sería buen
empezar a construir con los conocimientos, no sólo acumularlos, sino divulgarlos y
exteriorizarlos con las demás personas.
Está experiencia desde metodologías diferentes no habría conducido al gran
sustrato que pudimos extraer, hablar con las personas fue sumamente importante
para comprender todas sus dinámicas.
Sin embargo, queda el sinsabor de no poder aportar algo significativo a la
comunidad, en el caso de San Germán, herramientas legales para poder legalizar
su barrio, en el caso de Las Delicias, considero que pudimos ser un puente entre
los diferentes actores que se encuentran en dicho territorio.
Bibliografía
 https://www.elespectador.com/noticias/bogota/el-retamo-espinoso-
causante-de-incendios-forestales-en-los-cerros-de-bogota-articulo-682616
 http://www.semana.com/seccion/contenidos-editoriales/asesinato-de-
yuliana-samboni/346