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La Montaña de Oración

Marcos 6:46.
INTRODUCCION: La oración es muy importante para un cristiano que quiere
vivir en victoria y agradar a Dios. La Biblia habla mucho sobre la oración.
Debemos separar Tiempo para orar, porque vamos entrar a la presencia de Dios,
muchas veces esto toma tiempo y esfuerzo; nuestro señor Jesucristo lo Hizo
una y otra vez. Y logró sus propósitos a través de ellas.
“En aquellos días Él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios” Lucas
6:12
“Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes
gotas de sangre que caían hasta la tierra” Lucas 22:44.
Meditemos sobre cómo debemos orar para recibir respuestas a nuestras
oraciones, y hacer nuestras las bendiciones de Dios.
1. DEBEMOS ORAR ESPECÍFICAMENTE
Las peticiones deben ser específica:
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de
Dios en toda oración y ruego, con acciones de gracias” Fili. 4:6. Para Dios nada
es tan pequeño o grande que no debamos orar sobre ello.
2. DEBEMOS ORAR CON EL ESPÍRITU PERDONADOR.
a. nuestras oraciones no son respondidas porque no estamos dispuestos a
perdonar y olvidar las ofensas de los otros. “Y perdónanos nuestras
deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” Mateo
6:12. “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu
hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda,
reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu
ofrenda” Mateo 5:23-24.
3. Debemos orar con fe
y confianza sabiendo que el poder de Dios no tiene límites.
“Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” Mateo 21:22. “Pero
pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del
mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.” Santiago
1:6 “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria
en Cristo Jesús.” Filipenses 4:19
En el año 1780, en Alemania había un predicador llamado Augusto Francke. El
había fundado un hogar para cuidar niños abandonados en la ciudad de
Halle. Un día los recursos eran muy pocos y las necesidades grandes para
comprar comida. De repente alguien tocó la puerta. Al abrir vio que era una viuda
muy pobre pidiendo ayuda. El pastor le explicó que no podía ayudarla por causa
de su situación. Ella con desánimo comenzó a llorar y el pastor le pidió que se
esperara un poco. El entró y oró a Dios para dirección y sintió que debía darle
la mitad de lo que tenía, que era un franco (dinero Alemán).
Dos días después recibió una carta de esta misma señora explicando que ella
era cristiana y había pedido a Dios que debido a su generosidad, que le abriese
las ventanas del Cielo y supliese sus necesidades grandemente. El mismo día
le llegó al pastor otra carta con un cheque de 12 francos de una señora rica de
la ciudad. Al llegar el correo, otra carta de Suecia llegó con 2 francos. Pensando
que había sido ampliamente recompensado por Dios por haber ayudado a la y
viuda dio gracias a Dios. Pero dos días después llegaron noticias de que
el Príncipe Lodeqyk Van Wurtenburg había fallecido y en su testamento había
dado 500 francos para el hogar de los niños. Con lágrimas el pastor oró otra vez
a Dios con gratitud por la abundancia que Dios le había dado por haber ayudado
a la viuda con un franco.
A través de la oración nuestro Dios amoroso tiene gran placer de suplir nuestras
necesidades. La oración es la llave que abre las puertas del cielo donde hay
grandes provisiones para los hijos de Dios.

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