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APUNTE Nº 2
Obligaciones sujetas a modalidad.

Concepto de modalidad.
Las obligaciones son generalmente puras y simples, producen sus efectos sin
alteración alguna.
Las modalidades constituyen generalmente elementos accidentales del acto o
contrato. Se caracterizan porque modifican las normas generales sobre existencia,
exigibilidad o extinción de la obligación.
Se definen como cláusulas que las partes introducen al acto o contrato para
modificar los efectos normales de la obligación en cuanto a su existencia, exigibilidad o
extinción (Abeliuk).
Requieren entonces, estipulación de las partes.
En casos excepcionales, las modalidades pueden ser elementos de la naturaleza, ello
ocurre cuando el legislador la subentiende sin necesidad de estipulación de las partes,
pero las partes a su vez, las pueden modificar.
También excepcionalmente pueden ser modalidades esenciales, ello es así cuando la
ley impone a las partes la necesidad de convenirlas.
Entonces, existen dos reglas generales:
1. Las obligaciones son generalmente puras y simples, las modalidades son excepcionales.
Asimismo, generalmente, las modalidades no se presumen, se requiere una declaración
expresa de voluntad. Sin embargo, hay casos en que la ley subentiende la existencia de
modalidades: Ejemplos: condición resolutoria tácita, 1489; compraventa de cosa que no
existe pero se espera que exista, 1813; fideicomiso, 738; plazo tácito, 1494.
2. En principio, todos los actos admiten modalidades. Excepcionalmente, no se admiten.
Ejemplos: contrato de matrimonio, 102; legítima rigorosa, 1192; aceptación o repudiación
de las asignaciones, 1227; aceptación o renuncia a los gananciales de la sociedad conyugal,
1227 por analogía; en la constitución del usufructo no se puede establecer una condición o
un plazo que suspenda su ejercicio, 768.

Clases de obligaciones sujetas a modalidad.

A. Obligaciones condicionales.
No hay una teoría general de las obligaciones condicionales. La condición aparece
regulada en dos cuerpos normativos del CC: en las obligaciones condicionales, 1473 y
siguientes; y en las asignaciones testamentarias condicionales, 1070 y siguientes.
Es obligación condicional la que depende de una condición, esto es, de un
acontecimiento futuro que puede suceder o no, 1473.
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La asignación condicional es, en el testamento, aquella que depende de una


condición, esto es, de un suceso futuro e incierto, de manera que según la intención del
testador no valga la asignación si el suceso positivo no acaece o si acaece el negativo, 1070.
Doctrinariamente, condición es un hecho futuro e incierto del cual depende el
nacimiento o la extinción de un derecho.

Elementos de la condición.
1. Futuridad. Respecto al hecho presente o pasado, tal carácter se determina en relación
con la celebración del acto o contrato, 1071 inciso 2.
2. Incertidumbre. Elemento tipificante, que distingue a la condición de otras modalidades.

Clasifica de la condición.
1. En relación a sus efectos puede ser suspensiva y resolutoria, 1479.
Es la más importante porque influye en los efectos de la condición.
La condición suspensiva subordina a un hecho futuro e incierto la existencia de la
obligación. Se desconoce si el derecho correlativo llegará a existir.
La condición resolutoria subordina al hecho futuro e incierto la extinción de la
obligación. Esta nace, pero está expuesta a extinguirse en el evento de verificarse la
condición.
La diferencia fundamental entre ambas es que en la suspensiva no ha nacido el
derecho ni la obligación correlativa; en la resolutoria nació el derecho, pero sujeto a la
posibilidad de extinguirse, y las obligaciones deben cumplirse.
Algunos sostienen que sólo hay una especie de condición, la suspensiva, porque
suspende el nacimiento de la obligación y derecho correlativo, y porque suspende la
extinción del derecho y obligación correlativa.
Además, la condición, tendría un doble carácter, porque puede ser suspensiva para
una parte y resolutoria para la otra. Si una persona es titular de un derecho sujeto a
extinguirse al verificarse la condición, para ella es resolutoria de su derecho, pero para
quien adquiere tal derecho tras perderlo la primera, es suspensiva.
2. Según su contenido puede ser positiva y negativa, 1474.
La positiva consiste en que acontezca una cosa; la negativa en que dicha cosa no
acontezca.
3. Según la posibilidad física y su licitud serán posibles o lícitas e imposibles o ilícitas,
1475.
A su vez las imposibles se clasifican en físicamente imposibles, moralmente
imposibles e ininteligibles.
El concepto de la físicamente imposible, cuando recae sobre un hecho, evoca la
noción de objeto físicamente imposible, 1461, ambos referidos a un enfrentamiento con la
naturaleza, pero en el objeto es más amplio.
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En la moralmente imposible se emplea la moralidad en sentido más amplio,


incluyendo la contravención a leyes prohibitivas, al orden público y a las buenas
costumbres.
Si el hecho es físicamente imposible, si no ocurrirá el hecho, no hay condición
porque no hay incertidumbre.
Si el hecho es moralmente imposible, no podrá verificarse o si se verifica será
contrario a derecho, por lo que tampoco hay condición.
Los efectos de la imposibilidad deben precisarse distinguiendo entre condiciones
positivas o negativas, suspensivas o resolutorias.
a) La condición positiva y suspensiva que es física o moralmente imposible o concebida en
términos ininteligibles, se reputa fallida, 1480 inciso 1. El derecho no nace.
b) La condición positiva y resolutoria física o moralmente imposible o ininteligible, se
tiene por no escrita, la obligación es pura y simple, 1480 inciso 4. El derecho que ha nacido,
no se extinguirá
c) La condición negativa y suspensiva físicamente imposible, se tiene por no escrita, 1476,
la obligación es pura y simple. El derecho nace puro y simple y puede reclamarse.
d) La condición negativa y suspensiva moralmente imposible o concebida en términos
ininteligibles, se tendrá por fallida, ya que vicia la disposición, 1476 y 1480 inciso 2.
e) La condición negativa y resolutoria física o moralmente imposible o ininteligible, se
tiene por no escrita, la obligación es pura y simple.
4. Según su forma de manifestarse puede ser expresa y tácita.
Es expresa la establecida en virtud de una cláusula formal. Es la regla general.
Es la que se impone directamente, de modo que para detectarla no es necesario
acudir a circunstancias o conductas que la demuestren (Peñailillo)
Es tácita la que se subentiende sin necesidad de una declaración de voluntad
explícita. Sólo se aplica en los casos señalados por la ley. Ejemplo: condición resolutoria
tácita.
Es la que se desprende inequívocamente de circunstancias o conductas de los
declarantes (Peñailillo).
5. Según si existe un lapso en que se resuelva la incertidumbre puede ser d eterminada e
indeterminada.
Es determinada si se sabe cuándo puede suceder el hecho, el instante en que ocurrirá
o dentro de cierto lapso. Ejemplo: si apruebas todos los ramos en diciembre de 2018 te doy
$ 5.000.000.
En la indeterminada, si de ocurrir el hecho, se ignora cuándo. Ejemplo: te doy $
5.000.000 si te casas.
6. Según de quién depende el cumplimiento serán potestativas, casuales y mixtas, 1477.
Potestativa es la que depende de un hecho o de la voluntad del deudor o del
acreedor. Se dividen en simplemente potestativas y pura o meramente potestativas.
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Es simplemente potestativa la condición que depende de un hecho voluntario de una


de las partes.
Es pura o meramente potestativa la condición que depende no de un hecho, sino de
la sola voluntad del acreedor o del deudor.
En el caso de la simplemente potestativa, la condición depende de que se realice un
hecho voluntario. En la pura o meramente potestativa, la condición queda entregada a la
sola voluntad de una de las partes.
Las condiciones simplemente potestativas son perfectamente válidas.
En cuanto a las mera o puramente potestativas, hay que precisar. Hay que
considerar el artículo 1478, que deja en claro que es válida la obligación sujeta a una
condición pura o meramente potestativa del acreedor. Pero tratándose del deudor, hay
que distinguir:
a) La condición meramente potestativa resolutoria es válida. Ejemplo: donaciones
revocables.
b) La condición meramente potestativa suspensiva es nula, la ley estima que la voluntad
no es seria, por lo que no hay obligación. Ejemplo: te daré tal cosa si quiero.
Condición casual es la que depende de la voluntad de un tercero o de un acaso.
Condición mixta es la que en parte depende de la voluntad del acreedor y en parte
de la voluntad de un tercero o de un acaso. Para Ramos Pazos el CC omitió la que en parte
depende de la voluntad del deudor y en parte de la voluntad de un tercero o de un acaso.

Estado en que pueden encontrarse las condiciones y modo de cumplirlas.


La condición, suspensiva o resolutoria, positiva o negativa, puede encontrarse
pendiente, cumplida o fallida.
Está pendiente, mientras no ha ocurrido el suceso constitutivo de la condición y se
ignora si sucederá. Se mantiene la incertidumbre. Si la condición pendiente es suspensiva,
se mantiene en suspenso la adquisición del derecho. Si es resolutoria, se mantiene en
suspenso la extinción de un derecho.
Está cumplida, cuando se ha verificado el hecho que la constituye, si es positiva, o no
se ha verificado, si es negativa. Si la condición cumplida es suspensiva, nace el derecho. Si
es resolutoria, se extingue el derecho.
Está fallida, si no se verifica el acontecimiento, cuando es positiva, o se verifica si es
negativa. Cuando la condición fallida es suspensiva, el derecho no llegó a nacer. Si es
resolutoria, el derecho se consolida definitivamente.
Entonces:
Para saber cuándo se entiende cumplida o fallida la condición, se distingue si la
condición es positiva o negativa y si se estipuló o no un plazo para su cumplimiento, 1482:
a) Si la condición es positiva y se ha fijado un plazo.
Se considera cumplida si el acontecimiento sucede dentro del plazo. Se considera
fallida si transcurre el plazo sin que se verifique el acontecimiento.
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b) Si la condición es negativa y se ha fijado un plazo.


Se considera cumplida si no se realiza el acontecimiento dentro del plazo fijado. Se
considera fallida si el hecho se verifica en el plazo.
c) Si la condición es positiva y no se ha fijado un plazo.
Entre otros, René Ramos Pazos dice que se considera cumplida en cualquier tiempo
en que el hecho se verifique, que no pase de 10 años, ello por (aplicación del artículo 962
inciso 3, sobre asignaciones por causa de muerte condicionales y el artículo 2511 sobre
prescripción extraordinaria. Para otros no debe pasar de 5 años, por aplicación del artículo
739.
Se considerará fallida en cualquier tiempo en que se tenga la certeza que el
acontecimiento no ocurrirá o cuando, según la doctrina que se adopte, pasen 10 o 5 años
sin que se verifique.
d) Si la condición es negativa y no se ha fijado un plazo.
Se considera cumplida en cualquier tiempo en que se tenga la certidumbre que no se
verificará el acontecimiento o cuando transcurran 10 o 5 años sin que se hubiere
verificado.
Se considera fallida en cualquier momento en que se verifique el acontecimiento,
dentro de 5 o 10 años.
En las situaciones vistas, la condición debe fallar por causas ajenas a la voluntad del
obligado, es decir, sin culpa o dolo del deudor, sino, la condición se tendrá por cumplida,
1481 inciso 2.

Para determinar el modo de cumplir las condiciones, hay reglas que en apariencia
podrían parecer contradictorias:
El artículo 1483 dispone que debe estarse a la intención de las partes. Por su parte, el
1484 pareciera que dice que debe estarse al tenor literal de lo convenido.
No existe dicha contradicción. La regla del artículo 1483 es aplicación de las normas
de interpretación de los contratos. Prima la intención de los contratantes. Establecida la
intención, de acuerdo al 1484 la condición debe cumplirse literalmente, no acepta
cumplimiento por equivalencia.
Debe verificarse íntegramente la condición, 1485 inciso 1.

Efectos de las condiciones suspensivas.


Efecto suspensivo son las consecuencias que se derivan para el acreedor condicional
en la obligación condicional, es decir, para quien tiene una mera expectativa mientras
pende la condición, y que al cumplirse ésta le nace el derecho.
I. Efectos de la condición suspensiva pendiente. Existe un germen del derecho del acreedor
que tiene las siguientes consecuencias:
1. El acreedor no puede demandar el cumplimiento de la obligación, 1485 inciso 1.
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2. El deudor no está obligado a cumplir la obligación, y si lo hiciere, tiene derecho de


repetir lo pagado, 1485 inciso 2. Esto es así porque se trata de un pago que carece de causa,
porque la obligación no ha nacido. Pero si la condición se cumplió después del pago, cesa
el derecho de repetir.
3. No corre plazo de prescripción, ya que se cuenta desde que la obligación se hizo
exigible, 2514.
Aunque no existe obligación, hay un germen de derecho, que se manifiesta en las
siguientes circunstancias:
a) Pendiente la condición, el acreedor puede impetrar providencias conservativas
necesarias, 1492, asignatario condicional, 1078, el fideicomisario, 761.
b) Si fallece el acreedor condicional, su derecho se transmite a sus herederos. Si fallece el
deudor condicional, su obligación condicional se transmite a sus herederos, 1492. Esta
regla no se aplica a las asignaciones testamentarias, 1078, a las donaciones entre vivos, ni
cuando fallezca el fideicomisario. Los actos indicados son intuito personae, además, el
asignatario debe ser capaz de suceder y para serlo debe existir al tiempo de abrirse la
sucesión y al cumplirse la condición. Se aplica la misma regla a las donaciones entre vivos,
962 y 1390. En todo caso, la obligación condicional que proviene de un testamento o
donación entre vivos es transmisible a los herederos del deudor.
Para determinar quién soporta el riesgo de la pérdida de la cosa debida cuando está
pendiente la condición hay que distinguir si la pérdida es fortuita o culpable y si es total o
parcial:
1. Pérdida total fortuita. Se extingue la convención, tanto la obligación condicional del
deudor como el derecho recíproco del acreedor. El riesgo es de cargo del deudor, soporta
la pérdida de la cosa debida sin compensación, 1486 inciso 1.
2. Pérdida parcial y fortuita. El riesgo lo soporta el acreedor, quien está obligado a recibir
la cosa en el estado en que se encuentre, sin derecho a rebaja en el precio. Pero, hace suyos
los aumentos y mejoras, sin pagar precio adicional, 1486 inciso 2.
3. Pérdida total e imputable al deudor. La obligación subsiste, pero cambia de objeto, se
debe el precio de la cosa perdida y la indemnización de los perjuicios.
4. Pérdida parcial e imputable al deudor. El acreedor tiene derecho a optar entre las
siguientes alternativas:
a) Pedir la resolución del contrato.
b) Pedir la entrega de la cosa en el estado en que se encuentre.
En ambos casos, tiene derecho a exigir que se le indemnicen los perjuicios. Estas
reglas son aplicables al contrato de compraventa, 1820.
Es necesario que la condición se cumpla, si falla la condición no hay contrato ni
surge el problema de los riesgos, pues en ese caso, la pérdida será del dueño, del
vendedor. Si el contrato no fuera condicional, la pérdida la soportaría el comprador.
II. Efectos de la condición suspensiva fallida. El derecho no nace, se extingue el germen de
derecho del acreedor. Algunas consecuencias son:
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1. Quedan sin efecto las medidas conservativas.


2. El deudor puede repetir lo pagado pendiente la condición.
3. Se consolidan las enajenaciones que hubiere realizado el deudor.
III. Efectos de la condición suspensiva cumplida. Nace el derecho y la obligación
correlativa.
La condición opera retroactivamente, los efectos de la condición cumplida se
retrotraen al tiempo en que se contrajo la obligación condicional, salvo excepciones. Por
ello, cumplida la condición suspensiva, se entiende que el derecho del acreedor nació
desde que se contrajo la obligación, como si hubiera sido una convención pura y simple.
Al contrario, si falla la condición suspensiva, se reputa que el acreedor no tuvo
derecho alguno, y que sobre el deudor condicional nunca pesó obligación. Lo mismo pasa
en el caso de la condición resolutoria.
La ley aplica el principio de la retroactividad en los siguientes aspectos:
a) Sólo se puede explicar la transmisión del derecho y de la obligación condicional, por el
efecto retroactivo de la condición cumplida. Si no, no podría transmitirse a los herederos
del acreedor un derecho del que carecía el causante, y por ello los herederos del deudor
deben cumplir dicha obligación.
b) Lo mismo opera, cada vez que la ley subordina los efectos de un acto a circunstancias
posteriores a su celebración. Ejemplo: hipoteca, 2413; derechos eventuales del que está por
nacer, 77.
Hay excepciones al principio de la retroactividad:
a) Respecto de los frutos, no pertenecerán al acreedor, salvo disposición expresa en
contrario, art. 1488
b) Respecto de las enajenaciones efectuadas en el tiempo intermedio, entre la celebración
del contrato y el cumplimiento de la condición. La condición cumplida únicamente afecta
a los terceros de mala fe, es decir, no opera retroactivamente en perjuicio de los terceros de
buena fe. El tercero está de mala fe, cuando conocía la existencia de la condición
resolutoria pendiente, 1490 y 1491.

La condición resolutoria.
La condición resolutoria puede asumir tres formas:
1. Condición resolutoria ordinaria.
Consiste en un hecho cualquiera, futuro e incierto, que no sea el incumplimiento de
una obligación, de cual pende la extinción de un derecho. Ejemplo: pacto de retroventa en
la compraventa, 1881.
Produce sus efectos de pleno derecho, por el solo ministerio de la ley. El derecho se
extingue ipso iure por el cumplimiento de la condición, 1479. Esto quiere decir que no es
necesario pedir al tribunal que declare la resolución del contrato, pues ésta se produjo en
el momento mismo en que se cumplió la condición resolutoria ordinaria. Por ello el
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artículo 1487 dispone que cumplida la condición resolutoria deberá restituirse lo que se
hubiere recibido bajo tal condición.
En consecuencia, toda persona que tenga interés en ello puede alegar que ha
operado la resolución del contrato y puede oponerse a toda persona, parte o terceros, sólo
con las limitaciones de los artículos 1490 y 1491.
2. Condición resolutoria tácita.
Consiste en el no cumplimiento de lo pactado. El hecho futuro e incierto es el
incumplimiento de una obligación. Es una condición negativa y simplemente potestativa.
Se denomina tácita porque se entiende incorporada en todo contrato bilateral, sin
necesidad de pactarla, 1489.
Su fundamento se encuentra en el principio de la equidad de las prestaciones, si una
parte no cumple su obligación, la parte cumplidora o que está llana a cumplir sin estar en
mora, puede demandar la resolución del contrato, con indemnización.
Alessandri sostiene que del tenor del artículo 1489 se entiende que la condición
resolutoria tácita se aplica sólo en los contratos bilaterales. Claro Solar sostiene que opera
en todo contrato a título oneroso. Hay ejemplos de aplicación en contratos unilaterales en
CC: prenda, 2396; comodato, 2177.
Son efectos de la condición resolutoria tácita, que el contratante cumplidor puede
pedir a su arbitrio:
1. La resolución del contrato; o
2. El cumplimiento del contrato.
En ambos casos se puede pedir además que indemnicen los perjuicios.
La condición resolutoria tácita no opera de pleno derecho, no resuelve el contrato
ipso iure. El derecho de pedir la resolución del contrato es un beneficio que la ley otorga al
contratante diligente, que es libre de renunciar si prefiere optar por exigir el cumplimiento
del contrato. Es más, si el contratante diligente puede exigir el cumplimiento del contrato
es porque éste está vigente, no ha operado su resolución por el solo incumplimiento.
Para invocar el derecho del 1489 se requiere deducir demanda judicial. Si el
contratante diligente pide la resolución del contrato, debe interponer una acción
resolutoria, 1489, 1873, 1874, 1878 y 1879.
No obstante lo anterior, para demandar no basta el solo incumplimiento del
contrato. Debe ser un incumplimiento imputable, que el demandado esté en mora de
cumplir, 1557, 1826, 1873 y 2101.
La acción está concedida para el contratante cumplidor, que ha cumplido o está llano
a cumplir su obligación. Si no, la contraparte no estaría en mora y el demandado podría
oponer la excepción de contrato no cumplido, 1552, 1826.
Cualquier incumplimiento de las obligaciones que emanan del contrato faculta para
pedir la resolución, es indiferente la magnitud de la infracción y la importancia de la
obligación infringida. Excepcionalmente, la ley considera la magnitud de la infracción en:
a) El arrendamiento, 1939, 1972 y 1979; b) La compraventa, cuando se trata de una cosa
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que no existía al momento de la celebración del contrato, 1814, evicción parcial, 1852 inciso
final, y vicios redhibitorios, 1868; c) El usufructo, 809.
El juez no puede señalar al contratante en mora un plazo para el cumplimiento, sólo
puede hacerlo en los casos especiales señalados por la ley, 1494. Ejemplo: restitución de la
cosa en las prestaciones mutuas, 904.
Respecto al momento en que se produce la resolución, el contrato queda resuelto
desde que la sentencia que lo declara queda ejecutoriada. Por ello, la doctrina tradicional
señala que el demandado puede pagar, en primera instancia, hasta que se cite a las partes
a oír sentencia, y en segunda instancia, hasta la vista de la causa. En consecuencia, el
demandado puede cumplir el contrato mientras no haya cosa juzgada, o sea, puede
enervar la acción resolutoria, ejecutando la obligación cuyo incumplimiento motivó la
demanda. Para ello, debe oponer la excepción de pago en la oportunidad procesal
correspondiente. También, según el caso, el demandado puede pagar por consignación.
Esta facultad es criticada por la doctrina, entre otros, por René Ramos Pazos, porque con
ella se destruye el derecho de opción del contratante cumplidor, la facultad de optar
desaparece si el demandado puede obligarle a darse por satisfecho con el cumplimiento de
la obligación., adhiere a esta crítica, señalando que el deudor no tiene la facultad de
enervar la acción resolutoria, conforme a los siguientes argumentos:
El escollo que reconoce Ramos Pazos es que en el caso del pacto comisorio calificado,
el comprador puede pagar el precio de la compraventa dentro del plazo de 24 horas,
contado desde la notificación de la demanda, plazo que no tendría el deudor, cuando se
trata de la condición resolutoria tácita. No sería lógico que el demandado puede enervar la
acción del acreedor, cuando se había pactado que el incumplimiento resolvería el contrato
ipso facto, y no lo tenga, cuando las partes nada estipularon ante un eventual
incumplimiento, y el contratante diligente optó por pedir la resolución del contrato.
Las diferencias entre la condición resolutoria ordinaria y la condición resolutoria
tácita son:
a) La condición resolutoria ordinaria opera de pleno derecho, mientras que la condición
resolutoria tácita da derecho a pedir judicialmente su resolución.
b) La ordinaria hace que ineludiblemente se resuelva el contrato y todo interesado puede
valerse de ella. La tácita solamente puede invocarla el contratante diligente, pudiendo
optar por renunciar a la resolución y pedir el cumplimiento del contrato.
c) La ordinaria no da derecho a indemnización de perjuicios, porque no puede imputarse a
culpa o dolo de las partes. La tácita puede originar indemnización de perjuicios.
3. El pacto comisorio.
A través del pacto comisorio se estipula expresamente que, no pagándose el precio al
tiempo convenido, se resolverá el contrato de venta, 1877.
Se trata de la condición resolutoria tácita expresada.
Se clasifica en:
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a) Pacto comisorio simple. Aquel en que derechamente se estipula que se resolverá el


contrato, en caso de no cumplirse lo pactado. En los contratos bilaterales, esta estipulación
no presta utilidad alguna. Cobra importancia en los contratos unilaterales. Ejemplo: en el
mutuo la cláusula de “aceleración” de la deuda por no pago de cuotas.
La estipulación del pacto comisorio da libertad al contratante diligente para pedir la
resolución o el cumplimiento del contrato, con indemnización de perjuicios, 1878 y 1873.
Ello implica que no se produce de pleno derecho la resolución del contrato. En conclusión,
los efectos del pacto comisorio simple son los mismos de la condición resolutoria tácita.
b) Pacto comisorio calificado: es aquel en que se estipula que si no se cumple lo pactado se
resolverá ipso facto el contrato. Pese a ello, en la compraventa, cuando el comprador no ha
pagado el precio, tampoco se entiende que el acreedor- vendedor haya renunciado a su
derecho a pedir el cumplimiento del contrato, si le conviene. Esta estipulación cede en
beneficio del acreedor. El pacto comisorio calificado tampoco origina de pleno derecho la
resolución del contrato de compraventa. Para que se resuelva, el acreedor debe interponer
la demanda. Por lo mismo, el deudor puede cumplir el contrato después de notificada la
demanda, 1879. En tal caso, el pago debe cumplir dos requisitos:
1º Hacerse en el plazo fatal de 24 horas de notificada la demanda.
2º Debe reunir los requisitos legales, debe ser íntegro y según lo pactado.
La doctrina se pregunta si el plazo de 24 horas es renunciable. Para Alessandri, sería
irrenunciable, porque la ley autoriza al deudor para enervar la acción pagando en el plazo
fatal indicado. Para Meza Barros, sería renunciable, si la ley no prohíbe su renuncia,
mantiene su plena aplicación el artículo 1545. Además, el artículo 12 permite la renuncia
en los casos que él señala.
Respecto al ámbito de aplicación del pacto comisorio, no hay inconveniente en que
se estipule en todo contrato, por razones históricas se reglamentó en la compraventa, pero
pacto comisorio simple produce los mismos efectos en los demás contratos, o sea, los
efectos de la condición resolutoria tácita. Pero respecto al pacto comisorio calificado, no es
claro, el problema tiene dos aspectos:
a) En la compraventa, en la hipótesis de no pago del precio por el comprador, el pacto
comisorio calificado no priva al contratante diligente de exigir el cumplimiento de la
obligación o la resolución del contrato, si no, el contrato quedaría a merced del deudor-
comprador, quien, en todo caso, puede enervar la acción, pagando en el plazo de 24 horas.
b) En otros contratos, en incluso en la propia compraventa (cuando se trata de obligaciones
distintas a la de pagar el precio), no hay posibilidad de pedir el cumplimiento del contrato
en el caso de haber estipulado pacto comisorio calificado, porque el contrato se resolvió
ipso facto, cuando se produjo el incumplimiento. Asimismo, la parte que infringió su
obligación no tendría oportunidad para enervar la acción resolutoria. La regla del 1879,
sólo sería aplicable a la compraventa.
Esto significa que salvo el caso especialísimo de la compraventa, cuando se pide su
resolución por no pago del precio, en los demás casos, cuando opera la resolución de la
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compraventa por otra causa o cuando se estipule el pacto comisorio calificado en otros
contratos, como el de arrendamiento, el pacto comisorio calificado producirá los mismos
efectos de la condición resolutoria ordinaria, esto es, el contrato quedará inmediatamente
resuelto, por el incumplimiento de uno de los contratantes.

Efectos de la condición resolutoria.


Los efectos son los mismos para cualquier clase de condición resolutoria.
Efecto resolutorio son las consecuencias jurídicas que se derivan para el deudor
condicional, es decir, para aquel que mientras pende la condición tiene un derecho
resoluble y al cumplirse se le resuelve.
Hay que distinguir si está pendiente, fallida o cumplida:
I. Efectos de la condición resolutoria pendiente. La condición resolutoria no afecta a la
adquisición del derecho. La obligación produce sus efectos como si fuere pura y simple.
Sin embargo, existe la incertidumbre de si ese derecho vivirá permanentemente o se
extinguirá al cumplirse la condición. Las consecuencias son:
1. El acreedor-comprador puede demandar el inmediato cumplimiento de la obligación,
exigirle la entrega de la cosa vendida.
2. Si el título es traslaticio de dominio, puede verificarse la tradición y el adquirente será
dueño de la cosa o derecho, la que queda sujeta al peligro de extinguirse o perderse.
II. Efectos de la condición resolutoria fallida. Se consolidan definitivamente los derechos
emanados del acto jurídico. La condición se considera no escrita y el acto se reputa como
puro y simple desde su celebración.
III. Efectos de la condición resolutoria cumplida. Se extingue el derecho para uno y
desaparece la obligación para el otro, 1567 Nº 9. La condición resolutoria cumplida opera
retroactivamente, la resolución de un contrato de compraventa por falta de pago del
precio, pone término al contrato, se reputa no haber existido jamás, y las partes, en
principio, tendrán derecho a que se les restituya al mismo estado en que se hubiesen
encontrado si no hubieran contratado. Hay que distinguir entre los efectos que se
producen entre las partes y respecto a los terceros.
A. Efectos entre las partes.
1. Restitución de la cosa recibida bajo condición, 1487.
Si la condición resolutoria está establecida en beneficio exclusivo del acreedor, es
decir, cuando a él debe restituirse la cosa, como el derecho a pedir la restitución mira a su
interés particular, puede renunciarlo, 12. Ello no ocurre cuando la cosa deba restituirse a
un tercero.
Como la incertidumbre sobre si habrá restitución o no puede ser perjudicial para los
intereses del deudor, éste tiene derecho a exigir al acreedor su determinación.
En el pacto de retroventa, que envuelve una condición resolutoria del contrato de
compraventa, la restitución sólo podrá reclamarse al comprador, transcurridos los plazos
del artículo 1885.
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2. Restitución de los frutos, 1488. Se limita el principio de la retroactividad, ya que no se


restituyen los frutos percibidos pendiente la condición. El deudor adquirió
condicionalmente la cosa fructuaria, pero se hizo dueño pura y simplemente de los frutos,
1078, 1338 Nº 1. Se requiere texto legal expreso o explícita declaración de voluntad para
que se deban los frutos percibidos pendiente la condición tal es el caso de la compraventa,
1875.
Sintetizando, la regla general establece que las partes deben retrotraerse al estado
previo del momento de la celebración del contrato o que se defirió la asignación sujeta a la
condición resolutoria, 1487. Esta regla general, se altera en lo referente a los frutos, no se
restituyen, respecto a ellos, no hay efecto retroactivo, 1488. Sin embargo, si la compraventa
se resuelve por el no pago del precio, se aplica la regla general del artículo 1487, en virtud
del 1875, y el comprador debe restituir: i) Todos los frutos, si ninguna parte del precio se
pagó; o ii) En la proporción que corresponda a la parte del precio que no hubiere sido
pagada.
B. Efectos de la condición resolutoria cumplida, respecto de terceros.
Surgen cuando en el tiempo intermedio entre la celebración del contrato sujeto a
condición y el cumplimiento de la condición, el deudor enajenó la cosa o constituyó sobre
ella un gravamen. Se debe determinar qué ocurre con las enajenaciones y gravámenes al
cumplirse la condición, y a quien debe restituirse la cosa cuando surge un conflicto de
intereses entre el acreedor condicional y el tercero en cuyo favor se constituyó el derecho.
Mirado desde el punto de vista del acreedor, el deudor no podía transferir más derechos
de los que tenía y que, en consecuencia, la enajenación y los gravámenes deben caducar al
verificarse la condición resolutoria. Visto desde el punto de vista del tercero, debe
reconocerse que el contrato que celebró con el deudor es válido y que éste podía enajenar o
gravar la cosa, en su calidad de poseedor.
Los artículos 1490 y 1491 resuelven el conflicto.
El principio fundamental es que la resolución no afecta a terceros de buena fe. Aquí
la buena fe consiste en el desconocimiento del tercero de la existencia de la condición.
Para apreciar la buena o mala fe de los terceros, la ley distingue entre bienes muebles
e inmuebles:
a) Bienes muebles. La buena fe se presume, 707, quien intente la acción contra los terceros
deberá probar la mala fe de éstos, 1490.
El artículo 1490 dice que el acreedor de una cosa mueble a plazo o bajo condición
puede reivindicarla contra terceros de mala fe, cumplido el plazo o verificada la condición.
Sin embargo, la redacción de la disposición es confusa. Incluso hay doctrina que considera
que no se aplica en el caso de la condición suspensiva, porque en tal caso, el acreedor no
puede reivindicar, pues no es ni ha sido dueño, por lo mismo, tampoco podría reivindicar
el acreedor a plazo.
La disposición se refiere al que tiene un derecho de dominio limitado por un plazo o
una condición, que es un poseedor, sería más claro si así lo expresara.
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De acuerdo al artículo 1490, en una compraventa, al operar el efecto retroactivo de la


condición cumplida, el comprador habrá sido dueño, sólo poseedor a plazo o condicional,
por lo que si el comprador enajenó la cosa a un tercero corresponde al vendedor
interponer la acción reivindicatoria. Si no enajenó, opera la restitución de la cosa como
consecuencia de la acción resolutoria, de acuerdo a las reglas de las prestaciones mutuas.
El artículo 1490 sólo se pone en la hipótesis que la cosa mueble se enajene,
entendiendo enajenación en su sentido restringido de transferencia total o parcial del
dominio, y no en el amplio de constitución de un derecho real sobre la cosa.
Este artículo es inaplicable a la prenda, la que se extingue si se resuelve el derecho
del constituyente de la misma, haya o no de buena fe el acreedor prendario, quedando a
salvo otros derechos que éste puede ejercer, como pedir que se reemplace la prenda o, el
pago anticipado de la obligación, 2406 y 2391.
Tampoco se aplica a los derechos de usufructo y uso, ni habitación, que se extinguen
por la resolución del derecho del constituyente, 806 y 812.
b) Bienes inmuebles. La condición debe constar en el título respectivo. Varía el régimen de
la prueba de la buena o mala fe, la ley establece una presunción de derecho, el tercero se
presume de mala fe cuando la condición consta en el título respectivo, y de buena fe en
caso contrario, 1491.
Para que se entienda que la condición consta en el título respectivo, deben cumplirse
los requisitos siguientes:
1. Que la condición conste en el título, ello no significa que esté expresamente estipulada,
ya que también consta en el título la condición resolutoria tácita, cada vez que del título
aparezca que esté pendiente el cumplimiento de una obligación contractual.
2. Que la condición conste en el título respectivo, o sea, en el título primitivo que dio
nacimiento al derecho condicional. Por ello se examinan los títulos hasta un lapso de 10
años de posesión inscrita.
3. Que el título se encuentre inscrito u otorgado por escritura pública, porque así el acto
condicional tendrá la publicidad necesaria para que pueda presumirse que los terceros
conocen la condición.
Se desprende que estas exigencias no son copulativas, basta que el contrato se haya
otorgado por escritura pública, aunque no esté inscrito.
Excepcionalmente, en las donaciones entre vivos, se exige que la condición conste
expresamente en el título para poder accionar contra terceros, 1432 Nº 1.
El artículo 1491 extiende sus efectos a las enajenaciones propiamente tales y a
gravámenes como la hipoteca, censos y servidumbres.
Se discute si la enumeración del artículo 1491 es taxativa o si la regla se hace
extensiva a otros derechos reales, como el usufructo, uso o habitación, que no menciona la
disposición.
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Dado el carácter excepcional de la disposición, la enumeración sería taxativa, ya que


deroga en favor de los terceros de buena fe el principio general de la retroactividad de la
condición resolutoria cumplida. En tal circunstancia, debe interpretarse restrictivamente.
Para los gravámenes no mencionados en la disposición rige el principio general, los
derechos de usufructo, uso o habitación siempre se extinguirán por la resolución del
derecho de quien los constituyó, aunque los titulares de tales derechos reales estén de
buena fe.
La doctrina considera que los artículos 1490 y 1491 tienen un campo de aplicación
limitado, sólo se aplican a la compraventa, al pacto de retroventa y a la permuta, 1873,
1876 y 1882.
C. Efectos de la condición resolutoria cumplida, en los contratos de tracto sucesivo.
En estos contratos, no puede operar el efecto retroactivo de la condición cumplida,
ya que los contratantes no pueden volver al estado anterior a la contratación. En estos
contratos se habla de terminación en lugar de resolución.

La acción resolutoria.
Se define como la que nace de la condición resolutoria tácita y del pacto comisorio,
para pedir la resolución del contrato por incumplimiento de las obligaciones contraídas.
No se aplica a la condición resolutoria ordinaria, porque opera ipso facto resolviendo el
contrato.
Es la que emana del efecto resolutorio de la condición consistente en el
incumplimiento, en las situaciones en que ella requiere de sentencia judicial, y en virtud
de la cual el contratante cumplidor pide que ante el incumplimiento del deudor se deje sin
efecto el contrato (Peñailillo)
Sus características son:
1. Es personal. Está conferida al contratante diligente. Sólo pueden ejercer esta acción las
personas que lo celebraron.
Obtenida la resolución del contrato, el contratante diligente podrá dirigirse contra los
terceros de mala fe para reivindicar la cosa o para obtener que se la purifique de los
derechos reales constituidos por el deudor condicional. Ello no convierte la acción en real
o mixta, porque la acción resolutoria se dirige exclusivamente en contra del contratante en
mora. La que afecta al tercero y que se dirige contra los terceros de mala fe, es la acción
reivindicatoria, derivada del dominio que el vendedor se reputa no haber perdido jamás.
Es conveniente que la acción resolutoria y la acción reivindicatoria se entablen
conjuntamente, en el mismo juicio, por el efecto relativo de las sentencias, 3. La ley
autoriza el ejercicio conjunto de acciones. 18 CPC.
2. Es patrimonial. Emerge de los contratos patrimoniales, por lo que tiene naturaleza
patrimonial. La resolución no procede en actos de familia.
3. Es renunciable. La ley no prohíbe su renuncia y mira al solo interés del renunciante. La
renuncia debe ser expresa. Puede tener gran importancia, pues en una compraventa,
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aunque exista saldo de precio, los terceros adquirentes quedarán protegidos ante el no
pago por el comprador, pues si se renuncia a la acción resolutoria, la primera compraventa
no podrá resolverse, y tampoco las restantes.
4. Es mueble o inmueble. LO que importa para determinar el tribunal competente, 580.
5. Es divisible, a juicio de unos, o indivisible, según otros. Si son varios los acreedores, la
doctrina discute si cada uno puede ejercer independientemente la acción resolutoria o si
por el contrario, es necesario que actúen de consuno para ejercitarla.
Generalmente, se sostiene que es necesario el acuerdo de los acreedores, 1526 Nº 6.
Sin embargo, en caso de ser varios los acreedores no hay necesariamente obligación
alternativa. Si en la compraventa son varios los vendedores-acreedores, el comprador debe
una sola cosa, el pago del precio, no hay pluralidad de objeto.
Se argumenta también que si son varios los contratantes, sería absurdo que unos
puedan pedir la resolución y otros exigir el cumplimiento, ya que ello implicaría que el
contrato se cumpliría en parte y se resolvería en parte. El contra-argumento señala que no
hay inconveniente para que un contratante demande el cumplimiento de su parte o cuota
en el crédito, mientras otro contratante pida la resolución. La ley admite expresamente que
cuando son varios los que contratan, el contrato sea válido para una parte y nulo para otra,
1690.

Prescripción de la acción resolutoria.


Las reglas varían, según sea condición resolutoria tácita o pacto comisorio.
A. Como la acción resolutoria que emana de una condición resolutoria tácita no tiene
reglas especiales, se le aplican las reglas generales de la prescripción:
1º La acción prescribe en 5 años, 2515 inciso 1.
2º Corre desde que se hizo exigible la obligación infringida, 2514 inciso 2.
3º Se suspende, 2509 inciso 1 y 2520.
B. La ley ha establecido reglas especiales tratándose de la prescripción de la acción
resolutoria que emana de un pacto comisorio:
1º Prescribe en 4 años, o en el plazo menor estipulado por las partes, 1880.
2º Por ser prescripción de corto tiempo, no se suspende, corre en contra de toda clase de
personas, 2524.
3º Corre desde la fecha del contrato, 1880 inciso 1.
Para la doctrina, las diferencias dejan de manifiesto inconsecuencias:
1º No se divisa razón alguna que justifique plazos de prescripción distintos.
2º Tampoco se justifica que el plazo de 4 años se cuente desde la fecha del contrato, porque
si el incumplimiento ocurre después de ese plazo, la acción habrá prescrito antes de nacer.
3º El plazo de prescripción más breve para el pacto comisorio resulta inútil, ya que el
artículo 1878, en relación al 1873, dice que prescrita la acción derivada del pacto comisorio,
queda vigente la que emana de la condición resolutoria tácita.
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Resolución y rescisión.
Son instituciones diferentes, cuyas consecuencias son también distintas:
1º La nulidad judicialmente declarada da acción reivindicatoria contra terceros
poseedores, sin importar la buena o mala fe, 1689.
La resolución, sólo afecta a los terceros de mala fe, 1490 y 1491.
2º Resuelto un contrato, en general, no se adeudan los frutos percibidos pendiente la
condición, 1488. Excepcionalmente, se deben, de acuerdo al artículo 1875.
Declarada la nulidad, se deberán los frutos percibidos, pero considerando la buena o
mala fe, 1687 inciso 2.

Resolución y otras instituciones.


La resolución se diferencia de otras instituciones, como la terminación de los
contratos de tracto sucesivo, la resciliación y la revocación.
La revocación se refiere a cuatro situaciones jurídicas distintas:
1º Es un modo de dejar sin efecto ciertos contratos, por un acto unilateral de voluntad. Es
excepcional, porque por regla general los contratos se dejan sin efecto por mutuo acuerdo
de las partes o por causas legales. Ejemplos: mandato, 2163 Nº 3; donación entre vivos,
1428; arrendamiento, 1951.
2º Es la invalidación o inoponibilidad de un acto por medio del cual el deudor insolvente
hizo salir bienes de su patrimonio, en fraude de sus acreedores. Es el resultado del
ejercicio de la acción pauliana o revocatoria, 2468.
3º Revocación del decreto que declaró presuntivamente muerta a una persona, cuando ella
reaparece o cuando hay certeza acerca de su muerte real, 94.
4° El testamento puede dejarse sin efecto por la revocación del testador, otorgando uno
nuevo, 999 y 1212 a 1215.

B. Las obligaciones a plazo.


Concepto de plazo. Se define plazo como la época que se fija para el cumplimiento
de la obligación. Es el hecho futuro y cierto, del que depende el ejercicio o la extinción de
un derecho, 1494 inciso 1.
El plazo designa un concepto cronológico, es una sección de tiempo, un lapso.
Sus caracteres básicos son dos la futuridad y la certidumbre.
En la futuridad se asemeja y en la certidumbre se diferencia de la condición. La
certidumbre de que se verificará el hecho determina los efectos del plazo, distintos de los
que produce la condición: el derecho subordinado al plazo existe perfecto, desde que se
celebra el contrato, y la modalidad sólo posterga su ejercicio (plazo suspensivo); por otra
parte, se tiene la certeza de que el derecho sólo existirá hasta una época predeterminada
(plazo extintivo).
c) Clasificación de los plazos.
1. Plazo expreso y plazo tácito.
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Plazo expreso es aquel que se establece en términos formales y explícitos, 1551 Nº 1.


Tácito es el indispensable para cumplirlo, 1494, o sea, el que resulta de la naturaleza de la
prestación o del lugar en que deba cumplirse, si es distinto de aquel en que se contrajo,
1551 Nº 2.
2. Fatal y no fatal, según la suerte del derecho sometido al plazo cuando éste se cumple.
Plazo fatal es aquel que, una vez transcurrido y por el solo ministerio de la ley,
extingue un derecho. Son plazos fatales los que la ley señala como tales o aquellos que se
establecen con las expresiones en o dentro de, 49.
Por su vencimiento se extingue el derecho que debió ejercitarse dentro de él.
Plazo no fatal es aquel que por su llegada no extingue el derecho, de manera que
dicho derecho puede ejercitarse después de vencido el plazo.
Los plazos para interponer recursos procesales son fatales, mientras que
normalmente el plazo para cumplir una obligación no lo es, porque el deudor puede
cumplir a posteriori.
3. Determinado e indeterminado, en consideración al conocimiento previo de su extensión.
El plazo es determinado si se sabe cuándo ocurrirá el hecho. Se utilizan unidades de
medida del tiempo, reloj o calendario. Constituyen la regla general.
El plazo será indeterminado si se ignora cuándo ocurrirá el hecho. Ninguno de ellos
altera el carácter cierto del plazo. El hecho siempre se verificará.
4. Plazo voluntario, legal y judicial.
Plazo voluntario es el que se establece por la voluntad del autor o autores del acto
jurídico. Si es resultado de un acuerdo de voluntades, es un plazo convencional.
Plazo legal es aquel establecido por la ley. Ejemplo: mutuo, 2200; compraventa, 1879.
Plazo judicial es el señalado por el juez. En principio y en general, carece el juez de
esta facultad, sólo puede hacerlo cuando la ley expresamente se lo permite, como en el
artículo 1494, inciso 2; artículo 904; artículo 378; artículo 1094; artículo 1792-21; artículo
2291 inciso 2, todos del Código Civil.
5. Plazo suspensivo y extintivo, 1080, según el efecto que provoca en el derecho al cual se
agrega.
Plazo suspensivo es el que posterga el ejercicio del derecho, difiere la exigibilidad de
la obligación. A diferencia de la condición suspensiva, el plazo suspensivo no afecta la
existencia del derecho y obligación correlativa, sino que sólo posterga su ejercicio o
exigibilidad.
Plazo extintivo es el que por su cumplimiento extingue un derecho, limita la
duración de una obligación, postergando su extinción. Constituye un modo de extinguir
obligaciones.
6. Expreso y tácito, según la forma de establecerse.
Es expreso el que está establecido formalmente fijando su extensión.
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Es tácito el indispensable para cumplirlo, 1494. Según esta definición, las fronteras
del plazo tácito pueden ser difusas. Se entiende que es un plazo de ejecución de la
prestación., el tiempo que normalmente tomará ejecutarla.
7. Continuo y discontinuo, según si se interrumpe o no el cómputo durante ciertos días.
Es continuo o corrido si transcurre sin interrumpirse el cómputo durante los días
feriados.
Es discontinuo o de días hábiles si se suspende durante los días feriados, que no son
considerados en el cómputo.

Efectos del plazo.


A. Plazo suspensivo.
1. Pendiente. Su efecto fundamental es que el acreedor no tiene derecho para demandar el
cumplimiento de la obligación, y el deudor puede rehusar su cumplimiento, 1496.
Sin embargo, como el plazo suspensivo no afecta la existencia de la obligación, lo que
se paga antes de cumplirse el plazo, no está sujeto a restitución, 1495. En este caso el pago
no admite repetición, porque importa una renuncia del deudor al plazo establecido en su
favor.
Por regla general, no corre prescripción, se trata de la prescripción extintiva, la que
afectaría al acreedor, 2514.
No admite compensación legal de obligaciones, porque no son actualmente exigibles,
1656 Nº 3.
2. Cumplido o vencido. La obligación se hace exigible, el acreedor puede exigir su
cumplimiento y el deudor está obligado a satisfacer la prestación.
Corre la prescripción.
Puede operar la compensación legal.
El vencimiento del plazo constituye en mora al deudor que retarda el cumplimiento,
1551 Nºs 1 y 2.
3. Extinción del plazo suspensivo. Se extingue por vencimiento, renuncia y caducidad.
El vencimiento es la forma ordinaria en que el plazo se extingue.
La renuncia será posible para la parte en cuyo favor se fijó el plazo. En principio, está
establecido en beneficio del deudor, 1497. Sin embargo, esta regla tiene excepciones:
a) Cuando la renuncia estuviere expresamente prohibida. La prohibición puede originarse
en un testamento o en un contrato.
b) Cuando de la renuncia se siga un perjuicio para el acreedor que la fijación del plazo
pretendió notoriamente evitar. El plazo no aprovecha únicamente al deudor. Ejemplo:
depósito, 2219 y 2220; mutuo de dinero con reajustes e intereses.
Mediante la caducidad del plazo se hace exigible la obligación y se permite perseguir
al deudor antes de expirado el plazo. Causales, 1496:
a) Deudor en quiebra o en notoria insolvencia, las que se establecen mediante resolución
judicial o mediante prueba del acreedor, respectivamente.
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b) Deudor cuyas cauciones, por su hecho o culpa, se han extinguido o disminuido


considerablemente de valor. Aquí, la caducidad no es fatal e inevitable. El deudor puede
renovar o mejorar las cauciones. Otros casos son la hipoteca, 2427; prenda, 2406 en relación
al 2391).
B. Plazo extintivo.
El Código no lo reglamenta. Por su cumplimiento, se extingue la obligación y
derecho correlativo. La extinción opera de pleno derecho, pero sin efecto retroactivo.
Pendiente el plazo, el acto jurídico produce sus efectos como puro y simple.

C. Obligaciones modales.
El modo es muy excepcional y casi exclusivo de las asignaciones testamentarias. Está
regulado en los artículos 1089 a 1096.
La obligación modal es la que impone al deudor la ejecución de ciertas obras o la
sujeción a ciertas cargas, 1089.
Habitualmente, se define como una carga establecida en los actos jurídicos a título
gratuito con el propósito de limitar el derecho del adquirente.
Es una carga consistente en destinar un objeto a cierta finalidad (Peñailillo).
El modo no impide la adquisición del derecho, 1089.
La carga grava a acreedor que recibe la prestación, quien pasa a ser el deudor de la
carga.
Sus características son:
1. Accesoriedad. Es un elemento excepcional y extraño a la naturaleza de acto a que se
incorpora, sin influir decisiva ni directamente en él.
2. Obligatoriedad. Al imponerlo, la intención es crear un vínculo obligatorio, si ello faltara,
sería un mero consejo. Sin embargo, no suspende la adquisición del derecho, ni su
incumplimiento conduce a la resolución.
3. Gratuidad. Históricamente, está concebido para los actos gratuitos. En los onerosos se
fundiría con la contraprestación.

Cláusula resolutoria en las obligaciones modales.


En general, el derecho modal no se extingue por el incumplimiento del modo, salvo
que exista cláusula resolutoria, que debe ser expresa, 1090.
El artículo 1090 no se aplica a las obligaciones modales estipuladas en un contrato
bilateral. Aquí, el incumplimiento supone una infracción al mismo y en consecuencia,
opera la condición resolutoria tácita, el contrato se resolverá por no cumplirse el modo,
aunque no se haya estipulado expresamente una cláusula resolutoria.

Forma de cumplir el modo, 1093 y 1094.


1º Hipótesis del artículo 1093 inciso 1, no valdrá la disposición.
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2º Hipótesis del artículo 1093 inciso 2, el modo puede cumplirse, pero de una forma
diferente a la que exige el testador, admite cumplimiento por equivalencia.
3º Hipótesis del artículo 1093 inciso 3, se torna imposible cumplir el modo y dicha
imposibilidad no es imputable al asignatario, la obligación se reputa pura y simple.
4º Se faculta al juez para determinar el plazo y la forma de cumplir el modo, 1094:
a) El juez en lo posible consultará la voluntad del testador, interpretando el testamento;
b) Dejará al asignatario modal un beneficio que ascienda por lo menos a la quinta parte del
valor de la cosa asignada.

Obligaciones de especie o cuerpo cierto y de género.

Esta clasificación atiende al grado de determinación del objeto.


La determinación del objeto se justifica porque si es indeterminado se hace imposible
el cumplimiento, jurídica mente hace suponer falta de seriedad de la voluntad para
obligarse, e impediría la satisfacción de necesidades humanas.

A. Obligaciones de especie o cuerpo cierto.


Son aquellas en que se debe determinadamente un individuo de una clase o género
determinado, 1526 Nº 2, 1548, 1550, 1670 y siguientes.
Su efecto principal, es que la prestación debe ser satisfecha con el objeto debido y
ningún otro. En consecuencia, el acreedor no podrá reclamar otra cosa ni el deudor
pretender que el acreedor reciba una distinta de la debida, ni aun a pretexto de ser de igual
o mayor valor. Destacan los artículos 1545, 1568 y 1828.
La principal obligación que pesa sobre el deudor es fundamentalmente la de
conservar la cosa, 1548. Esta obligación es de hacer y no hacer y eventualmente puede
transformarse en una obligación de dar. El deudor debe hacer lo necesario para que la cosa
no se deteriore, absteniéndose de actos que impliquen ocasionar le menoscabo. Si infringe
esta obligación de conservación, debe indemnizar los perjuicios al acreedor, siempre que el
incumplimiento sea imputable al deudor y el acreedor a su vez no esté en mora.
En la obligación de conservación, el deudor debe emplear el debido cuidado, 1549.
La determinación del grado de cuidado que debe emplear dependerá si el contrato
beneficia sólo al acreedor, a ambas partes o sólo al deudor, 1547.
Respecto al modo de extinguir denominado pérdida de la cosa debida, se distingue si
la pérdida es fortuita o imputable al deudor, 1670.
a) Fortuita. Se extingue la obligación, se hace imposible el cumplimiento de la misma y a lo
imposible nadie está obligado.
b) Imputable. La obligación subsiste, pero varía de objeto, el deudor debe pagar al
acreedor el valor de la cosa perdida e indemnizar los perjuicios.
B. Obligaciones de género.
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Son aquellas en que se debe indeterminadamente un individuo de una clase o género


determinado, 1508. La cantidad debida debe estar determinada o al menos debe ser
determinable, 1461 inciso 2.
La determinación del género es graduable, puede ir del más estrecho de los géneros
hasta el más amplio. Si el género es muy amplio, el objeto sería indeterminado aunque se
le agregue cantidad. Las dudas que se produzcan constituirán un problema de
interpretación de los contratos.
Sus efectos son:
1. El acreedor no puede pedir determinadamente, un individuo del género debido.
2. El deudor cumple su obligación, entregando cualquier individuo del género, siempre
que sea de una calidad a lo menos mediana, 1509.
3. El deudor puede disponer material o jurídicamente de las cosas genéricas adeudadas,
siempre y cuando subsistan otras para el cumplimiento de la obligación, 1510.
4. La pérdida de la cosa debida no extingue la obligación, el género no perece.

Paralelo entre las obligaciones de especie o cuerpo cierto y las de género.


1. En las obligaciones de especie o cuerpo cierto, el acreedor tiene la facultad de exigir
determinadamente la cosa debida. El acreedor de una obligación de género carece de ella.
2. En las obligaciones de especie o cuerpo cierto, el deudor está obligado a pagar
precisamente la cosa determinada que debe. En las obligaciones de género, basta con que
se entregue cosas del género debido, de una calidad a lo menos mediana.
3. Sólo la obligación de especie o cuerpo cierto impone al deudor la obligación de
conservación y cuidado de la cosa. El deudor de una obligación de género puede disponer
de la cosa debida.
4. La pérdida fortuita de la cosa debida extingue la obligación de especie o cuerpo cierto.
Como el género no perece, en las obligaciones de género no se extingue.
5. Los riesgos de la pérdida fortuita de la cosa son de cargo del acreedor en las
obligaciones de especie o cuerpo cierto. En las de género, es de cargo del deudor.

Bibliografía.
1. Abeliuk Manasevich, René, Las obligaciones, Tomo I.
2. Meza Barros, Ramón. De las obligaciones.
3. Alessandri, Somarriva y Vodanovic, Tratado de las obligaciones, Tomo I.
4. Peñailillo Arévalo, Daniel. Obligaciones. Teoría General y Clasificaciones. La resolución
por incumplimiento.
5. Ramos Pazos, René, De las obligaciones.
6. Ruz Lártiga, Gonzalo. Explicaciones de Derecho Civil. Obligaciones.

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