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APUNTE Nº 2
Obligaciones sujetas a modalidad.
Concepto de modalidad.
Las obligaciones son generalmente puras y simples, producen sus efectos sin
alteración alguna.
Las modalidades constituyen generalmente elementos accidentales del acto o
contrato. Se caracterizan porque modifican las normas generales sobre existencia,
exigibilidad o extinción de la obligación.
Se definen como cláusulas que las partes introducen al acto o contrato para
modificar los efectos normales de la obligación en cuanto a su existencia, exigibilidad o
extinción (Abeliuk).
Requieren entonces, estipulación de las partes.
En casos excepcionales, las modalidades pueden ser elementos de la naturaleza, ello
ocurre cuando el legislador la subentiende sin necesidad de estipulación de las partes,
pero las partes a su vez, las pueden modificar.
También excepcionalmente pueden ser modalidades esenciales, ello es así cuando la
ley impone a las partes la necesidad de convenirlas.
Entonces, existen dos reglas generales:
1. Las obligaciones son generalmente puras y simples, las modalidades son excepcionales.
Asimismo, generalmente, las modalidades no se presumen, se requiere una declaración
expresa de voluntad. Sin embargo, hay casos en que la ley subentiende la existencia de
modalidades: Ejemplos: condición resolutoria tácita, 1489; compraventa de cosa que no
existe pero se espera que exista, 1813; fideicomiso, 738; plazo tácito, 1494.
2. En principio, todos los actos admiten modalidades. Excepcionalmente, no se admiten.
Ejemplos: contrato de matrimonio, 102; legítima rigorosa, 1192; aceptación o repudiación
de las asignaciones, 1227; aceptación o renuncia a los gananciales de la sociedad conyugal,
1227 por analogía; en la constitución del usufructo no se puede establecer una condición o
un plazo que suspenda su ejercicio, 768.
A. Obligaciones condicionales.
No hay una teoría general de las obligaciones condicionales. La condición aparece
regulada en dos cuerpos normativos del CC: en las obligaciones condicionales, 1473 y
siguientes; y en las asignaciones testamentarias condicionales, 1070 y siguientes.
Es obligación condicional la que depende de una condición, esto es, de un
acontecimiento futuro que puede suceder o no, 1473.
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Elementos de la condición.
1. Futuridad. Respecto al hecho presente o pasado, tal carácter se determina en relación
con la celebración del acto o contrato, 1071 inciso 2.
2. Incertidumbre. Elemento tipificante, que distingue a la condición de otras modalidades.
Clasifica de la condición.
1. En relación a sus efectos puede ser suspensiva y resolutoria, 1479.
Es la más importante porque influye en los efectos de la condición.
La condición suspensiva subordina a un hecho futuro e incierto la existencia de la
obligación. Se desconoce si el derecho correlativo llegará a existir.
La condición resolutoria subordina al hecho futuro e incierto la extinción de la
obligación. Esta nace, pero está expuesta a extinguirse en el evento de verificarse la
condición.
La diferencia fundamental entre ambas es que en la suspensiva no ha nacido el
derecho ni la obligación correlativa; en la resolutoria nació el derecho, pero sujeto a la
posibilidad de extinguirse, y las obligaciones deben cumplirse.
Algunos sostienen que sólo hay una especie de condición, la suspensiva, porque
suspende el nacimiento de la obligación y derecho correlativo, y porque suspende la
extinción del derecho y obligación correlativa.
Además, la condición, tendría un doble carácter, porque puede ser suspensiva para
una parte y resolutoria para la otra. Si una persona es titular de un derecho sujeto a
extinguirse al verificarse la condición, para ella es resolutoria de su derecho, pero para
quien adquiere tal derecho tras perderlo la primera, es suspensiva.
2. Según su contenido puede ser positiva y negativa, 1474.
La positiva consiste en que acontezca una cosa; la negativa en que dicha cosa no
acontezca.
3. Según la posibilidad física y su licitud serán posibles o lícitas e imposibles o ilícitas,
1475.
A su vez las imposibles se clasifican en físicamente imposibles, moralmente
imposibles e ininteligibles.
El concepto de la físicamente imposible, cuando recae sobre un hecho, evoca la
noción de objeto físicamente imposible, 1461, ambos referidos a un enfrentamiento con la
naturaleza, pero en el objeto es más amplio.
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Para determinar el modo de cumplir las condiciones, hay reglas que en apariencia
podrían parecer contradictorias:
El artículo 1483 dispone que debe estarse a la intención de las partes. Por su parte, el
1484 pareciera que dice que debe estarse al tenor literal de lo convenido.
No existe dicha contradicción. La regla del artículo 1483 es aplicación de las normas
de interpretación de los contratos. Prima la intención de los contratantes. Establecida la
intención, de acuerdo al 1484 la condición debe cumplirse literalmente, no acepta
cumplimiento por equivalencia.
Debe verificarse íntegramente la condición, 1485 inciso 1.
La condición resolutoria.
La condición resolutoria puede asumir tres formas:
1. Condición resolutoria ordinaria.
Consiste en un hecho cualquiera, futuro e incierto, que no sea el incumplimiento de
una obligación, de cual pende la extinción de un derecho. Ejemplo: pacto de retroventa en
la compraventa, 1881.
Produce sus efectos de pleno derecho, por el solo ministerio de la ley. El derecho se
extingue ipso iure por el cumplimiento de la condición, 1479. Esto quiere decir que no es
necesario pedir al tribunal que declare la resolución del contrato, pues ésta se produjo en
el momento mismo en que se cumplió la condición resolutoria ordinaria. Por ello el
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artículo 1487 dispone que cumplida la condición resolutoria deberá restituirse lo que se
hubiere recibido bajo tal condición.
En consecuencia, toda persona que tenga interés en ello puede alegar que ha
operado la resolución del contrato y puede oponerse a toda persona, parte o terceros, sólo
con las limitaciones de los artículos 1490 y 1491.
2. Condición resolutoria tácita.
Consiste en el no cumplimiento de lo pactado. El hecho futuro e incierto es el
incumplimiento de una obligación. Es una condición negativa y simplemente potestativa.
Se denomina tácita porque se entiende incorporada en todo contrato bilateral, sin
necesidad de pactarla, 1489.
Su fundamento se encuentra en el principio de la equidad de las prestaciones, si una
parte no cumple su obligación, la parte cumplidora o que está llana a cumplir sin estar en
mora, puede demandar la resolución del contrato, con indemnización.
Alessandri sostiene que del tenor del artículo 1489 se entiende que la condición
resolutoria tácita se aplica sólo en los contratos bilaterales. Claro Solar sostiene que opera
en todo contrato a título oneroso. Hay ejemplos de aplicación en contratos unilaterales en
CC: prenda, 2396; comodato, 2177.
Son efectos de la condición resolutoria tácita, que el contratante cumplidor puede
pedir a su arbitrio:
1. La resolución del contrato; o
2. El cumplimiento del contrato.
En ambos casos se puede pedir además que indemnicen los perjuicios.
La condición resolutoria tácita no opera de pleno derecho, no resuelve el contrato
ipso iure. El derecho de pedir la resolución del contrato es un beneficio que la ley otorga al
contratante diligente, que es libre de renunciar si prefiere optar por exigir el cumplimiento
del contrato. Es más, si el contratante diligente puede exigir el cumplimiento del contrato
es porque éste está vigente, no ha operado su resolución por el solo incumplimiento.
Para invocar el derecho del 1489 se requiere deducir demanda judicial. Si el
contratante diligente pide la resolución del contrato, debe interponer una acción
resolutoria, 1489, 1873, 1874, 1878 y 1879.
No obstante lo anterior, para demandar no basta el solo incumplimiento del
contrato. Debe ser un incumplimiento imputable, que el demandado esté en mora de
cumplir, 1557, 1826, 1873 y 2101.
La acción está concedida para el contratante cumplidor, que ha cumplido o está llano
a cumplir su obligación. Si no, la contraparte no estaría en mora y el demandado podría
oponer la excepción de contrato no cumplido, 1552, 1826.
Cualquier incumplimiento de las obligaciones que emanan del contrato faculta para
pedir la resolución, es indiferente la magnitud de la infracción y la importancia de la
obligación infringida. Excepcionalmente, la ley considera la magnitud de la infracción en:
a) El arrendamiento, 1939, 1972 y 1979; b) La compraventa, cuando se trata de una cosa
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que no existía al momento de la celebración del contrato, 1814, evicción parcial, 1852 inciso
final, y vicios redhibitorios, 1868; c) El usufructo, 809.
El juez no puede señalar al contratante en mora un plazo para el cumplimiento, sólo
puede hacerlo en los casos especiales señalados por la ley, 1494. Ejemplo: restitución de la
cosa en las prestaciones mutuas, 904.
Respecto al momento en que se produce la resolución, el contrato queda resuelto
desde que la sentencia que lo declara queda ejecutoriada. Por ello, la doctrina tradicional
señala que el demandado puede pagar, en primera instancia, hasta que se cite a las partes
a oír sentencia, y en segunda instancia, hasta la vista de la causa. En consecuencia, el
demandado puede cumplir el contrato mientras no haya cosa juzgada, o sea, puede
enervar la acción resolutoria, ejecutando la obligación cuyo incumplimiento motivó la
demanda. Para ello, debe oponer la excepción de pago en la oportunidad procesal
correspondiente. También, según el caso, el demandado puede pagar por consignación.
Esta facultad es criticada por la doctrina, entre otros, por René Ramos Pazos, porque con
ella se destruye el derecho de opción del contratante cumplidor, la facultad de optar
desaparece si el demandado puede obligarle a darse por satisfecho con el cumplimiento de
la obligación., adhiere a esta crítica, señalando que el deudor no tiene la facultad de
enervar la acción resolutoria, conforme a los siguientes argumentos:
El escollo que reconoce Ramos Pazos es que en el caso del pacto comisorio calificado,
el comprador puede pagar el precio de la compraventa dentro del plazo de 24 horas,
contado desde la notificación de la demanda, plazo que no tendría el deudor, cuando se
trata de la condición resolutoria tácita. No sería lógico que el demandado puede enervar la
acción del acreedor, cuando se había pactado que el incumplimiento resolvería el contrato
ipso facto, y no lo tenga, cuando las partes nada estipularon ante un eventual
incumplimiento, y el contratante diligente optó por pedir la resolución del contrato.
Las diferencias entre la condición resolutoria ordinaria y la condición resolutoria
tácita son:
a) La condición resolutoria ordinaria opera de pleno derecho, mientras que la condición
resolutoria tácita da derecho a pedir judicialmente su resolución.
b) La ordinaria hace que ineludiblemente se resuelva el contrato y todo interesado puede
valerse de ella. La tácita solamente puede invocarla el contratante diligente, pudiendo
optar por renunciar a la resolución y pedir el cumplimiento del contrato.
c) La ordinaria no da derecho a indemnización de perjuicios, porque no puede imputarse a
culpa o dolo de las partes. La tácita puede originar indemnización de perjuicios.
3. El pacto comisorio.
A través del pacto comisorio se estipula expresamente que, no pagándose el precio al
tiempo convenido, se resolverá el contrato de venta, 1877.
Se trata de la condición resolutoria tácita expresada.
Se clasifica en:
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compraventa por otra causa o cuando se estipule el pacto comisorio calificado en otros
contratos, como el de arrendamiento, el pacto comisorio calificado producirá los mismos
efectos de la condición resolutoria ordinaria, esto es, el contrato quedará inmediatamente
resuelto, por el incumplimiento de uno de los contratantes.
La acción resolutoria.
Se define como la que nace de la condición resolutoria tácita y del pacto comisorio,
para pedir la resolución del contrato por incumplimiento de las obligaciones contraídas.
No se aplica a la condición resolutoria ordinaria, porque opera ipso facto resolviendo el
contrato.
Es la que emana del efecto resolutorio de la condición consistente en el
incumplimiento, en las situaciones en que ella requiere de sentencia judicial, y en virtud
de la cual el contratante cumplidor pide que ante el incumplimiento del deudor se deje sin
efecto el contrato (Peñailillo)
Sus características son:
1. Es personal. Está conferida al contratante diligente. Sólo pueden ejercer esta acción las
personas que lo celebraron.
Obtenida la resolución del contrato, el contratante diligente podrá dirigirse contra los
terceros de mala fe para reivindicar la cosa o para obtener que se la purifique de los
derechos reales constituidos por el deudor condicional. Ello no convierte la acción en real
o mixta, porque la acción resolutoria se dirige exclusivamente en contra del contratante en
mora. La que afecta al tercero y que se dirige contra los terceros de mala fe, es la acción
reivindicatoria, derivada del dominio que el vendedor se reputa no haber perdido jamás.
Es conveniente que la acción resolutoria y la acción reivindicatoria se entablen
conjuntamente, en el mismo juicio, por el efecto relativo de las sentencias, 3. La ley
autoriza el ejercicio conjunto de acciones. 18 CPC.
2. Es patrimonial. Emerge de los contratos patrimoniales, por lo que tiene naturaleza
patrimonial. La resolución no procede en actos de familia.
3. Es renunciable. La ley no prohíbe su renuncia y mira al solo interés del renunciante. La
renuncia debe ser expresa. Puede tener gran importancia, pues en una compraventa,
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aunque exista saldo de precio, los terceros adquirentes quedarán protegidos ante el no
pago por el comprador, pues si se renuncia a la acción resolutoria, la primera compraventa
no podrá resolverse, y tampoco las restantes.
4. Es mueble o inmueble. LO que importa para determinar el tribunal competente, 580.
5. Es divisible, a juicio de unos, o indivisible, según otros. Si son varios los acreedores, la
doctrina discute si cada uno puede ejercer independientemente la acción resolutoria o si
por el contrario, es necesario que actúen de consuno para ejercitarla.
Generalmente, se sostiene que es necesario el acuerdo de los acreedores, 1526 Nº 6.
Sin embargo, en caso de ser varios los acreedores no hay necesariamente obligación
alternativa. Si en la compraventa son varios los vendedores-acreedores, el comprador debe
una sola cosa, el pago del precio, no hay pluralidad de objeto.
Se argumenta también que si son varios los contratantes, sería absurdo que unos
puedan pedir la resolución y otros exigir el cumplimiento, ya que ello implicaría que el
contrato se cumpliría en parte y se resolvería en parte. El contra-argumento señala que no
hay inconveniente para que un contratante demande el cumplimiento de su parte o cuota
en el crédito, mientras otro contratante pida la resolución. La ley admite expresamente que
cuando son varios los que contratan, el contrato sea válido para una parte y nulo para otra,
1690.
Resolución y rescisión.
Son instituciones diferentes, cuyas consecuencias son también distintas:
1º La nulidad judicialmente declarada da acción reivindicatoria contra terceros
poseedores, sin importar la buena o mala fe, 1689.
La resolución, sólo afecta a los terceros de mala fe, 1490 y 1491.
2º Resuelto un contrato, en general, no se adeudan los frutos percibidos pendiente la
condición, 1488. Excepcionalmente, se deben, de acuerdo al artículo 1875.
Declarada la nulidad, se deberán los frutos percibidos, pero considerando la buena o
mala fe, 1687 inciso 2.
Es tácito el indispensable para cumplirlo, 1494. Según esta definición, las fronteras
del plazo tácito pueden ser difusas. Se entiende que es un plazo de ejecución de la
prestación., el tiempo que normalmente tomará ejecutarla.
7. Continuo y discontinuo, según si se interrumpe o no el cómputo durante ciertos días.
Es continuo o corrido si transcurre sin interrumpirse el cómputo durante los días
feriados.
Es discontinuo o de días hábiles si se suspende durante los días feriados, que no son
considerados en el cómputo.
C. Obligaciones modales.
El modo es muy excepcional y casi exclusivo de las asignaciones testamentarias. Está
regulado en los artículos 1089 a 1096.
La obligación modal es la que impone al deudor la ejecución de ciertas obras o la
sujeción a ciertas cargas, 1089.
Habitualmente, se define como una carga establecida en los actos jurídicos a título
gratuito con el propósito de limitar el derecho del adquirente.
Es una carga consistente en destinar un objeto a cierta finalidad (Peñailillo).
El modo no impide la adquisición del derecho, 1089.
La carga grava a acreedor que recibe la prestación, quien pasa a ser el deudor de la
carga.
Sus características son:
1. Accesoriedad. Es un elemento excepcional y extraño a la naturaleza de acto a que se
incorpora, sin influir decisiva ni directamente en él.
2. Obligatoriedad. Al imponerlo, la intención es crear un vínculo obligatorio, si ello faltara,
sería un mero consejo. Sin embargo, no suspende la adquisición del derecho, ni su
incumplimiento conduce a la resolución.
3. Gratuidad. Históricamente, está concebido para los actos gratuitos. En los onerosos se
fundiría con la contraprestación.
2º Hipótesis del artículo 1093 inciso 2, el modo puede cumplirse, pero de una forma
diferente a la que exige el testador, admite cumplimiento por equivalencia.
3º Hipótesis del artículo 1093 inciso 3, se torna imposible cumplir el modo y dicha
imposibilidad no es imputable al asignatario, la obligación se reputa pura y simple.
4º Se faculta al juez para determinar el plazo y la forma de cumplir el modo, 1094:
a) El juez en lo posible consultará la voluntad del testador, interpretando el testamento;
b) Dejará al asignatario modal un beneficio que ascienda por lo menos a la quinta parte del
valor de la cosa asignada.
Bibliografía.
1. Abeliuk Manasevich, René, Las obligaciones, Tomo I.
2. Meza Barros, Ramón. De las obligaciones.
3. Alessandri, Somarriva y Vodanovic, Tratado de las obligaciones, Tomo I.
4. Peñailillo Arévalo, Daniel. Obligaciones. Teoría General y Clasificaciones. La resolución
por incumplimiento.
5. Ramos Pazos, René, De las obligaciones.
6. Ruz Lártiga, Gonzalo. Explicaciones de Derecho Civil. Obligaciones.