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Explotación de piedra caliza


en el Peten Campechano
MIRIAM JUDITH GALLEGOS GOMORA
Departamento de Antropología.
Universidad de las Américas. Cholula, Puebla (México)

INTRODUCCION pliamente explotado por los antiguos habitantes del


sitio, para obtener la materia prima requerida en la
Las canteras prehispánicas sobre las cuales trata construcción de las estructuras, elaboración de
esta investigación se ubican en Calakmul, un sitio ma- estelas y monumentos (es el sitio maya con la mayor
ya localizado al suroeste del estado de Campeche en cantidad de elementos de este tipo: 140), manos y
México, sobre una kakab (Ilanura) a orillas de un gran metales, formación y mantenimiento de las vías de
akalché (terreno inundable) con varios kilómetros de comunicación o sacbeoob (palabra maya que significa
longitud, en una región de clima cálido y densa vege- caminos blancos), así como para la obtención de sah
tación (fig. 1). kab (arena calcárea para hacer mortero). Igualmente,
hicieron uso de los diferentes tipos de pedernal, que
bien podían recoger en forma de nódulos, como

krinin
1,t) aquellos que se observan en el lecho del arroyo ad-
comi- junto al sitio, o en el área localizada entre los puntos
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obon conocidos como la Central Buenfil y El Ramonal al
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r'ŝ onlc/rout .4anpall norte de Calakmul (Gallegos, 1990: 3-6).
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bolonctin , , Si bien desde el siglo pasado W. H. Holmes (1895:
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281) había planteado el sistema de trabajo empleado
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en las canteras prehispánicas cercanas a la ciudad
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de Mitla en Oaxaca (México), nunca se había descri-
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mentos para el área maya. Habría que esperar hasta
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• 1932, para que en el transcurso de la expedición de


Sylvanus G. Morley a Calakmul, el topógrafo J. S.
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Bolles descubriera una cantera explotada por los an-
tiguos mayas, dentro del área de las Tierras Bajas

(Morley, 1933).
Suv
Morley deduce, después de estudiar la cantera de
acio.no pacif c o
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Calakmul y los quarry stumps (tocones) de las estelas
▪ ****** .90? • de Quiriguá, que el sistema para obtener bloques de
piedra, consistía en excavar el perímetro del área se-
leccionada (socavando incluso la parte inferior) con
Figura 1. Localización geográfica de Calakmul objeto de dejar sólo una «columna» de unión entre el
bloque y el manto calizo, del cual la pieza sería des-
prendida posteriormente mediante poleas, sogas y
El terreno sobre el que se construyó este enorme fuerza humana (Morley, Brainerd y Sharer, 1983: 395-
asentamiento tuvo su origen durante el Paleoceno, en 397, fig. 13.3).
la parte inferior del período Terciario, que se caracte- En fechas posteriores Bullard (1960), Folan (1982,
riza por la presencia de rocas sedimentarias y vul- basándose en el primero) y J. Eaton (1991: 220) han
canosedimentarias, como yeso, caliza, pedernal y planteado dos tipos de técnicas posibles de obtención
obsidiana, entre otras. Este substrato rocoso fue am- de piedra caliza y sah kab:
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— Recolección de superficie, esto es, juntar mate- go, hasta ahora sólo se han efectuado investigaciones
riales sueltos (chich)localizados en superficie. de canteras trabajadas en la época contemporánea.
— Explotación de mantos calizos, mediante cortes En primer lugar se encuentra el estudio de Charles
verticales formando paredes rectas y excava- J. Erasmus, quien realizó varios experimentos en un
ción posterior de t ŭ neles y galerías para extraer sitio cercano a Ticul utilizando dos equipos de trabajo,
el sah kab, que generalmente se localiza bajo la uno empleando herramientas metálicas y otro imple-
corteza de piedra caliza. El sah kab se empleaba mentos de madera. Obtuvo información sobre las
para la elaboración de mortero (Bullard, 1960: áreas explotadas, el volumen de materia prima obte-
363; Folan, 1978: 80-83, y 1982: 153-55, 161). nida, así como el peso que un hombre podía transpor-
tar en cierta distancia durante un tiempo promedio.
Algunas canteras han sido ubicadas geográfica- Con base en los datos anteriores estima los metros
mente, o bien se ha descrito su presencia en algunos c ŭ bicos requeridos y las horas hombre de trabajo
sitios mayas como Cobá Quintana Roo (Navarrete et para levantar las construcciones centrales de un sitio
al., 1979: 49 y Villarojas, 1985: 571-586), Dos Pilas, maya del área Puuc: Uxma/(Erasmus, 1965: 286-293).
Guatemala (Navarrete y Luján, 1963: 8) y en varios si- En fecha reciente y como un trabajo complemen-
tios del Petén como Bateas, Pared de los Reyes y La tario, María E. Ruiz analizó el moderno aprovecha-
Fama (Ruppert y Denison, 1943: 69 y 74). Sin embar- miento de piedra caliza dentro de un asentamiento

CALAKMUL
Compeche
Le•os' C53[1..•3
Lonpituel 89 . 49' • ALTARIES
CANTE.0 (LOC•313•CI
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Figura 2. Ubicación aproximada de las canteras.


10 MAYAB

prehispánico del Petén: Tikal, donde los materiales mul, al noroeste y sur de la Estructura III. Una de éstas
obtenidos formarán parte parte de la reconstrucción corresponde a la descubierta por Bolles, sólo que en
de las estructuras arquitectónicas del sitio (Ruiz, esta ocasión se exploró una extensión más grande
1985: 421). Esta investigación cobra valor, debido a con objeto de conocer mejor el contexto dentro del
que recopila el sistema de trabajo utilizado actual- cual se localizaba (fig. 2).
mente para la talla y corte de piedra (con base a una
larga experiencia), así como la identificación (empíri-
ca) de cuatro tipos de caliza: Cantera I

1. Piedra de color negro, ubicada generalmente Es aquélla descubierta durante la expedición de


cerca de la superficie, chispea al cortarla, es Morley, y una vez desmontada el área de la vegeta-
dura. ción menor, se presenta como un gran afloranniento
2. Tok tunich, piedra dura porosa mala para el corte de piedra (de norte a sur) sobre la superficie regular
porque se desmorona. del terreno. Al costado oeste existe una pared verti-
3. Piedra blanca fina o «piedra de sal», con un soni- cal originada por el corte de bloques de materia pri-
do particular al corte, fina textura, consistencia y ma (fig. 3) y encima del macizo de caliza se localiza-
resistencia, es la que se usa en la restauración y ron los arranques de una construcción de piedra
corresponde a aquélla empleada por los mayas careada.
antiguos.
4. Piedra podrida, mezclada con otros tipos, no es ŭtil
para la construcción (Ruiz, 1985: 423-424). Esta cla-
sificación seguramente es muy parecida a la que
tuvieron los antiguos mayas, pues radica en las ca-
racterísticas físicas y uso factible de las rocas.

Si bien los trabajos anteriores son bastante intere-


santes para basar o comparar con aquél realizado du-
rante la época prehispánica, el sistema de explotación
de la piedra caliza antes de la conquista española no
se ha planteado más que hipotéticamente, tanto en
los aspectos técnicos, o sea la forma y herramientas,
como con respecto a la posible organización social re-
querida para Ilevarla a cabo (esto ŭ ltimo correspon-
diente a sugerencias muy interesantes de Erasmus,
1965: 296-299, y Folan, 1982: 150-152). Por lo anterior,
a continuación se presentan los resultados de las ex-
cavaciones efectuadas en tres canteras prehispánicas
y la información que se obtuvo de éstas.

DESCRIPCION DE CANTERAS
Y HERRAMIENTAS EN CALAKMUL
Se han detectado 39 canteras distribuidas por el si-
tio (Fletcher et al, 1987: 72-74, 79), aunque con mayor
profusión al suroeste y sureste (ninguna hasta el mo-
mento en el lado noreste), que corresponden a las zo-
nas con mayor volumen constructivo, así como a las
áreas que no se inundaban durante la época de Iluvias
y el consecuente anegamiento del bajo. Las que se
exploraron, se localizan en el área central de Calak- Figura 3. Cantera 1, vista de norte a sur.
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La información obtenida en esta cantera indica que el pensaron Morley, Brainerd y Sharer sobre lo que eran
sistema de corte y obtención de materia prima consistia en: estos grandes bloques: stelae shaft (1983: 394-395),
las dimensiones de los mismos nos permiten plantear
— Seleccionar un bloque de roca (de dimensiones que no fueron empleados para elaborar monumentos,
específicas de acuerdo a su futuro uso). pues tanto el ancho como su longitud no coinciden
— Delimitado el tamaño, se iba excavando (cortan- con aquellas presentes en las estelas del sitio, cuyas
do), a todo lo largo del perímetro de las seccio- alturas promedio se encuentran dentro del rango de 3
nes, que en el caso de este yacimiento tenían a 3,99 metros (aunque hay algunas a ŭ n mayores a
las siguientes medidas: 5,50 metros y otras más pequeñas, quizá por ser frag-
mentos reutilizados). En cambio, estos fragmentos de
longitud: 1,70 piedra sí pudieron haberse cortado en porciones me-
anchura: 0,30-0,50 nores (de 50 por 30 por 30 centímetros) ŭ tiles para
altura: 0,70 formar la mampostería de muros, bóvedas y escaleras
de los edificios monumentales, la cual sí coincide con
Además, los canteros calakmuleños excavaron al tales medidas.
frente de los bloques, formando una depresión, don- Esta cantera reviste mayor interés, en cuanto a
de pudieron haber obtenido sa kab para hacer cal, tal que fue posible localizar dentro de su excavación el
y como puede observarse en la planta y corte de esta instrumental lítico empleado para su aprovecha-
cantera (fig. 4). Por otro lado, contrariamente a lo que miento, como cinceles, lascas de percusión, un bifa-
cial subtriangular de pedernal (de los cuales han
quedado las huellas: canales paralelos en las super-
ficies de trabajo; véase fig. 5) y navajas prismáticas
de obsidiana, que debieron complementarse con he-
rramientas de madera, mangos, mazos y poleas, au-
nados a piezas de fibras como las sogas, instrumen-
tal que debía repararse y mantenerse activo en el
mismo sitio.
Si bien no se cuenta con el análisis de las herra-
mientas localizadas durante la excavación (que per-
manecen en bodega), ni un trabajo de experimenta-
ción con dicho utillaje sobre la materia local, se
propone en este trabajo que los elementos iguales a
los ilustrados por Andrews y Rovner (1973) (fig. 10),
localizados en las canteras de Calakmul, pudieron ha-
ber sido parte del instrumental empleado para la ex-
plotación de piedra caliza.
Para terminar con la revisión de este primer ele-
mento, debe agregarse que, al sur del frente rocoso,
se localizó otro hueco cuadrangular dentro del maci-
zo, el cual daría inicio a la delimitación y extracción de
un bloque más, de aproximadamente 50 centímetros
de ancho por 50 centímetros de altura y un largo inde-
terminado.

Cantera II

Corresponde a otro afloramiento de caliza, explota-


do sistemáticamente (como puede verse en la planta
del área de trabajo: paredes cortadas en líneas rectas;
Figura 4. Cantera I, planta y corte. véase fig. 6), al contrario de la cantera I, donde el fren-

12 MAYAB

Figura 5. Corte de cantera y huellas de herramientas de trabajo.

te es más sinuoso, quizá porque la materia prima se material explotado podría haberse utilizado para for-
prestaba para hacer tales cortes, debido a su calidad. mar altares, cuya superficie anversa sería labrada
Aquí se estaban produciendo piezas que presentaban posteriormente y por ello la altura del bloque en la
las siguientes dimensiones: cantera es un poco mayor que el de la pieza final
(véase figs. 6 y 7).
longitud: 1,20-1,60
anchura: 1,15
altura: 0,75
Cantera 1111
los cuales forman grandes cubos, cuyas aristas po-
dían redondearse para obtener así la forma de los al- Esta resulta ser la más interesante, debido a que en
tares que se colocaban al pie de las estelas, de estos toda su extensión pueden verse bloques ya cortados
elementos existen 86 registrados hasta la fecha y otros en proceso de ser desprendidos, además de
(Marcus, 1987: 53-56). Si tomamos en cuenta que, en que ésta se localiza dentro de la plaza central junto a
general, tienen una altura promedio de 0,44 metro un sacbé, entre las Estructuras III y I, mientras que las
(dentro de un rango de 0,20 a 0,80 metro), y si el diá- otras dos están afuera del área nuclear. Consiste en
metro aproximado se considera alrededor de 1 me- un gran afloramiento, explotado en forma horizontal,
tro, puede plantearse entonces que en este caso el para obtener bloques c ŭ bicos (véase la fig. 8, donde
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se presenta una perspectiva con las piezas numera- Esta cantera tiene en el lado suroeste una de-
das) con las siguientes dimensiones: presión de 1,20 metros de longitud por 1,16 metros
de ancho, y una profundidad con respecto al nivel
A B de la superficie de 0,92 metros, lo cual parece in-
largo 0,90 1,03 dicar que después de cortado el bloque (F) se
ancho 1,12 1,07 continuó aprovechando el hueco para extraer sah
altura 0,35 0,40 kab.
Al costado oeste del rasgo anterior se observó en
y piezas cuadrangulares: la pared de la excavación, un cimiento o nivelado de
la superficie mediante rocas pequeñas (de 0,05-0,20
C metro) colocadas una junto a la otra, con una altura
largo 1,06 0,90 1,20 promedio de 35 centimetros. Dicho elemento arqui-
ancho 0,43 0,35 0,40 tectónico pudo haber correspondido a una platafor-
altura 0,25 0,35 0,42 (esta ŭ ltima ya había ma sobre la cual se desplantaba posiblemente una
sido extraída) habitación de materiales orgánicos, tal y como se ha
observado al realizar el levantamiento del sitio, que
Bloques que una vez trabajados a mayor detalle, muestra a la mayoría de las canteras asociadas con
podían emplearse para el cerramiento de vanos (din- grupos domésticos (Fletcher et 1987: 79, y figs. 15,
teles) o los mencionados altares. 16, 19-21). Así pues, se puede proponer que los habi-
tantes de tales grupos residían junto a las áreas de
actividad donde extraían y trabajaban la piedra caliza,
con lo cual se explica la gran cantidad de cerámica
doméstica, además de otros implementos, tales
como manos y fragmentos de metate y objetos va-
rios en lítica y pedernal.
Por otro lado, en el manto rocoso que a ŭ n no se
reticulaba para corte, se detectaron dos sartenejas
(haltun, en maya) hacia el sur de la cantera (figs. 8 y
9): la primera (G) tiene una forma oval con un ancho
máximo de 0,75 m, un largo de 0,94 metros y 0.30
metros de profundidad. La otra (H) es semicircular,
aunque la pared oeste está cortada ex profeso en
forma vertical, tiene una longitud de 0,89 metros, y
un ancho que varía entre 0,35 a 0,80 metros, con
una profundidad de 0,48 metros, en su lado norte
sale un «canal» de 0,30 metros de largo, 0,03 de an-
cho y 0,015 metros de fondo. Estos rasgos se em-
plean (seg ŭ n el autor del levantamiento topográfico
del sitio, señor Jacinto May, comunicación personal
en 1985) como receptáculos de agua de Iluvia (para
beber), aunque desconocemos la función que les
dieron los calakmuleños.

Comentarios finales

La investigación preliminar de las canteras exca-


vadas en Calakmul indica que, de acuerdo a la cali-
dad física del material (tal y como lo aprecian los ac-
Figura 6. Cantera II, planta y corte. tuales canteros tikaleños), algunos yacimientos eran

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Figura 7. Cantera II, vista desde el noreste.

explotados para obtener material ŭ til en la elabora- la evidencia lo muestra, los bloques no eran trabaja-
ción específica de elementos arquitectónicos, escul- dores al detalle en la misma cantera, pues el mate-
tóricos o herramientas. Trabajo que debió haber te- rial residual producto de tal proceso no se encontró
nido lugar entre el 600-900 d. n. e., lapso durante el en los yacimientos excavados. Es posible suponer
cual tuvo lugar el mayor desarrollo urbano de la entonces que el trabajo de esculpido final tenía lugar
ciudad. en el sitio mismo de la construcción (o erección
Por otro lado, la técnica de cantería de piedra caliza de los monumentos); así el material sobrante podía
(corte alrededor de la pieza deseada de arriba hacia emplearse para el relleno o la nivelación de los te-
abajo, socavando en la parte inferior y arrancando rrenos.
mediante peleas) era de uso general en los sitios pre- En cuanto al volumen de piedra extraído en las
hispánicos, incluso el sistema de corte empleado en canteras, no puede ser establecido con seguridad,
una cantera de piedra arenisca en Mochlos, Creta era pues no fueron excavadas en toda su extensión. Lo
muy parecido, aunque allá se tiene registrado el dato que se puede afirmar es que si bien el n ŭ mero de
para otros yacimientos, que en lugar de emplear po- canteras localizadas hasta ahora es muy pequeño
leas se usaba fuego para separar el bloque (Soles, (en comparación con la extensión del sitio que se
1983: 40). calcula en 60 km 2, seg ŭ n el topógrafo J. May Hau), la
También es importante señalar que, hasta donde superficie de varias de éstas alcanza hasta 3.000 m2.

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Figura 8. Perspectiva de la cantera III.

Es obvio que el volumen de las edificaciones de Ca- nos sea permitido analizar no sólo el material lítico, si-
lakmul requirió grandes cantidades de piedra, ya no la cerámica recuperada, con objeto de plantear la
sea amorfa o cortada; por tanto, la obtención de organización social y temporalidad que implicó la ex-
materia prima debió ser una actividad relevante plotación de las canteras, ya que a lo largo de los dife-
dentro de la sociedad maya, de ahí que pueda rentes metros de longitud de los frentes trabajados se
suponerse que el trabajo se haya basado en un con- obtuvo una buena muestra de material arqueológico.
trol sistemático de la explotación del medio circun- Además, si queremos entender cabalmente la función
dante. Por lo anterior, puede esperarse que en pró- de este sitio tan importante, como lo han evidenciado
ximas investigaciones se detecten más ejemplares sus destacados entierros se requiere excavar otros
de canteras, y quizá diferentes formas de obtención elementos, además de los funerarios (como se ha
de piedra caliza. puesto énfasis), lo cual sólo permite vislumbrar una
Para finalizar, esperamos que en un futuro cercano parte del panorama general.

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Figura 9. Cantera 3, bloques cortados y halt ŭ n.

Figura 10. a) —Bifacial subtriangular de pedernal (Muna).


b) —Lasca de percusión de pedernal (Dzibilchaltun) (Andrews y Rovner 1973: figuras 4 y 9).
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