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El Aparato Circulatorio

El aparato circulatorio a es un sistema de transporte interno que utilizan los seres


vivos para trasladar dentro de su organismo elementos nutritivos,
metabolitos, oxígeno, dióxido de carbono (CO2), hormonas y otras sustancias.
Existe tanto en los vertebrados como en la mayoría de los invertebrados aunque su
estructura y función tiene considerables variaciones dependiendo del tipo de
animal.1
En el ser humano el sistema circulatorio está constituido por un fluido que se
llama sangre, un conjunto de conductos (arterias, venas, capilares) y una bomba
impulsora que es el corazón. El corazón es una estructura muscular que se contrae
regularmente y mantiene la sangre en constante movimiento dentro de los vasos
sanguíneos. La sangre contiene glóbulos rojos ricos en hemoglobina que transporta
el oxígeno hasta todas las células del cuerpo. El sistema linfático formado por
los vasos linfáticos que conducen un líquido llamado linfa desde el espacio
intersticial hasta el sistema venoso también forma parte del sistema circulatorio. 1
El hombre y todos los mamíferos disponen de un sistema circulatorio doble, el
corazón derecho impulsa la sangre pobre en oxígeno a través de la arteria
pulmonarhacia los pulmones para que se oxigene (circulación pulmonar), mientras
que el corazón izquierdo distribuye la sangre oxigenada hasta los tejidos a través
de la arteria aorta y sus múltiples ramificaciones (circulación sistémica).
Los componentes principales del sistema cardiovascular humano son el corazón,
la sangre, y los vasos sanguíneos. El corazón tiene 4 cámaras, la sangre sigue 2
circuitos diferentes: la circulación pulmonar que lleva la sangre del ventrículo
derecho a los pulmones para que se oxigene y la circulación sistémica que lleva la
sangre oxigenada del ventrículo izquierdo a todos los órganos y tejidos del
organismo. Un adulto promedio contiene aproximadamente 5 litros de sangre, lo
que representa aproximadamente el 7 % de su peso corporal total. La sangre se
compone de plasma, glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
Sistema Respiratorio
El aparato respiratorio o sistema respiratorio, es el conjunto de órganos que poseen
los seres vivos con la finalidad de intercambiar gases con el medio ambiente. Su
estructura y función es muy variable dependiendo del tipo de organismo y su hábitat.
El órgano principal del sistema respiratorio humano y de los animales mamíferos es
el pulmón, en los alveolos pulmonares se produce mediante difusión pasiva el
proceso de intercambio gaseoso, gracias al cual la sangre capta el oxígeno
atmosférico y elimina el dióxido de carbono (CO2) producto de desecho del
metabolismo. El aparato respiratorio humano está constituido por las fosas nasales,
boca, faringe, laringe, tráquea y pulmones. Los pulmones constan de bronquios,
bronquiolos y alveolos pulmonares.
Los músculos respiratorios son el diafragma y los músculos intercostales. En la
inspiración el diafragma se contrae y baja por lo cual la cavidad torácica se amplía
y el aire entra en los pulmones. En la espiración, el diafragma se relaja y sube, la
cavidad torácica disminuye de tamaño provocando la salida del aire de los pulmones
hacia el exterior.
Además del intercambio de gases, el aparato respiratorio juega un importante papel
en mantener el equilibrio entre ácidos y bases en el cuerpo a través de la eficiente
eliminación de dióxido de carbono de la sangre.
En los seres humanos, el sistema respiratorio está formado por las vías aéreas,
pulmones y músculos respiratorios que provocan el movimiento del aire tanto hacia
adentro como hacia afuera del cuerpo. En los alveolos pulmonares las moléculas
de oxígeno y dióxido de carbono se intercambian pasivamente, por difusión entre el
entorno gaseoso y la sangre. De esta forma el sistema respiratorio hace posible la
oxigenación y la eliminación del dióxido de carbono que es una sustancia de
desecho del metabolismo celular. El sistema también cumple la función de mantener
el balance entre ácidos y bases en el cuerpo a través de la eficiente remoción de
dióxido de carbono de la sangre.
Sistema Digestivo
El aparato digestivo es el conjunto de órganos encargados del proceso de la
digestión, es decir, la transformación de los alimentos para que puedan ser
absorbidos y utilizados por las células del organismo.1
La función que realiza es la de transporte de alimentos, secreción de jugos
digestivos, absorción de nutrientes y excreción mediante el proceso de defecación.
El proceso de la digestión guarda muchas similitudes en todos los animales:
transformar los glúcidos, lípidos y proteínas en unidades más sencillas, gracias a
las enzimas digestivas, para que puedan ser absorbidas y transportadas por la
sangre.2
Descripción y funciones
Desde la boca hasta el ano, el tubo digestivo mide unos once metros de longitud.
En la boca empieza propiamente la digestión. Los dientes trituran los alimentos y
las secreciones de las glándulas salivales los humedecen e inician su
descomposición química transformándose en el bolo alimenticio. Luego, el bolo
alimenticio cruza la faringe, sigue por el esófago y llega al estómago, una bolsa
muscular de litro y medio de capacidad cuya mucosa segrega el potente jugo
gástrico. En el estómago el alimento es agitado hasta convertirse en el quimo.
A la salida del estómago, el tubo digestivo pasa a llamarse intestino delgado, de
unos seis metros de largo y muy replegado sobre sí mismo. En su primera porción
o duodeno recibe secreciones de las glándulas intestinales, la bilis procedente de
la vesícula biliar y los jugos del páncreas. Todas estas secreciones contienen una
gran cantidad de enzimas que degradan los alimentos y los transforman en
sustancias solubles simples como aminoácidos. El tubo digestivo continúa por el
intestino grueso, de algo más de metro y medio de longitud. Su porción final es el
recto, que termina en el ano, por donde se evacuan al exterior los restos
indigeribles de los alimentos.
Aparato Urinario O Excretor
Conjunto de órganos encargados de la producción de orina mediante la
cual se eliminan los desechos nitrogenados del metabolismo (urea,
creatinina y ácido úrico), y de la osmorregulación. Su arquitectura se
compone de estructuras que filtran los fluidos corporales (líquido
celomático, hemolinfa, sangre). En los invertebrados la unidad básica
de filtración es el nefridio, mientras que en los vertebrados es la nefrona
o nefrón. El aparato urinario humano se compone, fundamentalmente,
de dos partes que son:
– Los órganos secretores: los riñones, que producen la orina y
desempeñan otras funciones.
– La vía excretora, que recoge la orina para expulsarla al exterior.
Está formado por un conjunto de conductos que son:
– Los uréteres que conducen la orina desde los riñones a la vejiga
urinaria.
– La vejiga urinaria es una bolsa muscular y elástica en la que se
acumula la orina antes de ser expulsada al exterior. En el extremo
inferior tiene un músculo circular llamado esfínter, que se abre y cierra
para controlar la micción (el acto de orinar).
– La uretra es un conducto que transporta la orina desde la vejiga hasta
el exterior. En su parte inferior presenta el esfínter uretral, por lo que se
puede resistir el deseo de orinar. La salida de la orina al exterior se
produce por el reflejo de micción.
Sistema Endocrino
El sistema endocrino, también llamado sistema de glándulas de
secreción interna, es el conjunto de órganos y tejidos del organismo,
que segregan un tipo de sustancias llamadas hormonas, que son
liberadas al torrente sanguíneo y regulan algunas de las funciones del
cuerpo.1 Es un sistema de señales que guarda algunas similitudes con
el sistema nervioso, pero en lugar de utilizar impulsos eléctricos a
distancia, funciona exclusivamente por medio de sustancias (señales
químicas) que se liberan a la sangre.
Las hormonas regulan muchas funciones en los organismos, incluyendo
entre otras la velocidad de crecimiento, la función de los tejidos, el
metabolismo, el desarrollo y funcionamiento de los órganos sexuales y
algunos aspectos de la conducta. El sistema endocrino actúa como una
red de comunicación celular que responde a los estímulos liberando
hormonas.
Los órganos endocrinos también se denominan glándulas sin conducto
o glándulas endocrinas, debido a que sus secreciones se liberan
directamente en el torrente sanguíneo,3 mientras que las glándulas
exocrinas liberan sus secreciones sobre la superficie interna o externa
de los tejidos cutáneos, la mucosa del estómago o el revestimiento de
los conductos pancreáticos. Las glándulas endocrinas en general
comparten características comunes como la carencia de conductos, alta
irrigación sanguínea y la presencia de vacuolas intracelulares que
almacenan las hormonas. Esto contrasta con las glándulas
exocrinas como las salivales y las del tracto gastrointestinal que tienen
escasa irrigación y poseen un conducto o liberan las sustancias a una
cavidad. Las glándulas más representativas del sistema endocrino son
la hipófisis, la glándula tiroides y la suprarrenal.4
Sistema Inmunológico
El sistema inmunológico es la defensa natural del cuerpo contra las
infecciones. Por medio de una serie de pasos, su cuerpo combate y
destruye organismos infecciosos invasores antes de que causen daño.
Cuando su sistema inmunológico está funcionando adecuadamente, le
protege de infecciones que le causan enfermedad.
Los científicos han empezado a comprender el sistema inmunológico.
Han podido entender el proceso en detalle. Los investigadores están
generando más información sobre su funcionamiento y qué pasa
cuando no anda bien.
El Proceso Inmunológico
El proceso inmunológico funciona así: un agente infeccioso entra en el
cuerpo. Quizá es un virus de la gripe que entra por la nariz. Quizá es
una bacteria que entra por la sangre cuando se pincha con un clavo. Su
sistema inmunológico está siempre alerta para detectar y atacar al
agente infeccioso antes de que cause daño. Sea cual fuere el agente,
el sistema inmunológico lo reconoce como un cuerpo ajeno. Estos
cuerpos externos se llaman antígenos. Y los antígenos deben ser
eliminados.
La primera línea de defensa del cuerpo es un grupo de células llamadas
macrófagos. Estas células circulan por la corriente sanguínea y en los
tejidos del cuerpo, vigilantes de los antígenos.
Cuando un invasor entra, un macrófago rápidamente lo detecta y lo
captura dentro de la célula. Enzimas en el interior del macrófago
destruyen al antígeno procesándolo en pedacitos pequeños llamados
péptidos antigénicos. A veces este proceso por sí solo es suficiente para
eliminar al invasor. Sin embargo, en la mayoría de los casos, otras
células del sistema inmunológico deben unirse a la lucha.
Sistema Linfático
El sistema linfático es la estructura anatómica que transporta la linfa
unidireccionalmente hacia el corazón, y forma parte del aparato
circulatorio. En el ser humano, está compuesto por los vasos linfáticos:
capilares, colectores, troncos y conductos; los órganos linfáticos o
linfoides primarios (la médula ósea y el timo) y secundarios (los ganglios
linfáticos, el bazo, los tejidos linfáticos tales como la amígdala faríngea
o las placas de Peyer y, en general, tejido linfoide asociado a las
mucosas) y la linfa.
El sistema linfático está considerado como parte del aparato circulatorio
porque está formado por los vasos linfáticos, unos conductos cilíndricos
parecidos a los vasos sanguíneos, que transportan un líquido llamado
linfa, que proviene de la sangre, tiene una composición muy parecida a
la de ésta y regresa a ella. Este sistema constituye por tanto la segunda
red de transporte de líquidos corporales.
La linfa es un líquido transparente, de color un tanto blanquecino que
recorre los vasos linfáticos y generalmente carece de pigmentos. Se
produce tras el exceso de líquido que sale de los capilares sanguíneos
al espacio intersticial o intercelular, siendo recogida por los capilares
linfáticos, que drenan a vasos linfáticos más gruesos hasta converger
en conductos (arterias) que se vacían en las venas subclavias.
El sistema linfático cumple cuatro funciones básicas:
El mantenimiento del equilibrio osmolar en el "tercer espacio".
Contribuye de manera principal a formar y activar el sistema inmunitario
(las defensas del organismo).
Sistema Nervioso
El sistema nervioso es un conjunto organizado de células
especializadas en la conducción de señales eléctricas. La célula básica
del sistema nervioso de todos los animales es la neurona. Las neuronas
tienen la función de coordinar las acciones de los animales por medio
de señales químicas y eléctricas enviadas de un lugar a otro del
organismo. La mayor parte de los animales pluricelulares tienen
sistemas nerviosos con características básicas similares, aunque con
grado de complejidad muy variable. Únicamente carecen de el los
animales que no tienen tejidos y órganos bien diferenciados, como los
poríferos (esponjas), placozoos y mesozoos.
El sistema nervioso capta estímulos del entorno (estímulos externos) o
señales del mismo organismo (estímulos internos), procesa la
información y genera respuestas diferentes según la situación. A modo
de ejemplo podemos considerar un animal que a través de las células
sensibles a la luz de la retina capta la proximidad de otro ser vivo. Esta
información es transmitida mediante el nervio óptico al cerebro que la
procesa y emite una señal nerviosa que a través de los nervios motores
provoca la contracción de ciertos músculos con el objetivo de
desplazarse en dirección contraria al peligro potencial. 1 La rapidez de
respuesta que proporciona el sistema nervioso diferencia a la mayoría
de los animales (eumetazoa) de otros seres pluricelulares de respuesta
motriz lenta que no lo poseen como los vegetales, hongos, mohos o
algas.
Aparato Reproductor
El aparato reproductor masculino es, junto con el femenino, el
encargado de la reproducción, es decir, de la formación de nuevos
individuos. Los principales órganos externos son los testículos, el
epidídimo, el pene y el escroto, el saco que envuelve los testículos. Los
conductos deferentes y las glándulas accesorias son órganos internos.
Los testículos producen espermatozoides y liberan a la sangre
hormonas sexuales masculinas (testosterona). Un sistema de
conductos que incluyen el epidídimo y los conductos deferentes
almacenan los espermatozoides y los conducen al exterior a través del
pene. En el transcurso de las relaciones sexuales se produce la
eyaculación, que consiste en la liberación del líquido seminal o semen.
El semen está compuesto por los espermatozoides producidos por los
testículos y diversas secreciones de las glándulas sexuales accesorias,
que son la próstata y las glándulas bulbouretrales.
El gen para la diferenciación sexual en seres humanos se llama SRY2
y se ubica en el brazo corto del cromosoma Y.
Testículos
Son los principales órganos del sistema reproductor masculino.
Producen las células espermáticas y las hormonas sexuales
masculinas. Se encuentran alojados en el escroto o saco escrotal, que
es un conjunto de envolturas que cubre y aloja a los testículos en el
varón.
Pene
Es el órgano copulador masculino, que interviene, además, en la
excreción urinaria. Está formado por el cuerpo esponjoso y los cuerpos
cavernosos, una de cuyas facultades es depositar el esperma durante
el coito, y con ello lograr la fecundación del óvulo.
Sistema Muscular
El sistema muscular permite que el esqueleto se mueva y se mantenga
firme; también le da forma al cuerpo. En los vertebrados los músculos
son controlados por el sistema nervioso, aunque algunos músculos
(tales como el cardíaco) pueden funcionar de forma autónoma.
Aproximadamente el 40 % del cuerpo humano está formado por
músculos, es decir, que por cada kilogramo de peso total, 400 g
corresponden a tejido muscular.
El sistema muscular es el responsable de las siguientes funciones:
Locomoción: efectuar el desplazamiento de la sangre y el movimiento
de las extremidades.
Actividad motora de los órganos internos: el sistema muscular es el
encargado de hacer que todos nuestros órganos desempeñen sus
funciones, ayudando a otros sistemas, como por ejemplo, al sistema
cardiovascular o al sistema digestivo.
Información del estado fisiológico: por ejemplo, un cólico renal provoca
contracciones fuertes del músculo liso, generando un fuerte dolor que
es signo del propio cólico.
Mímica: el conjunto de las acciones faciales o gestos que sirven para
expresar lo que sentimos que percibimos.
Estabilidad: los músculos, conjuntamente con los huesos, permiten al
cuerpo mantenerse estable mientras permanece en estado de actividad.
Postura: el sistema muscular da forma y conserva la postura. Además,
mantiene el tono muscular (tiene el control de las posiciones que realiza
el cuerpo en estado de reposo).
Sistema Esquelético
El esqueleto humano es el conjunto total y organizado de piezas óseas
que proporciona al cuerpo humano una firme estructura multifuncional
(locomoción, protección, contención, sustento, etc.). A excepción del
hueso hioides —que se halla separado del esqueleto—, todos los
huesos están articulados entre sí formando un continuum, soportados
por estructuras conectivas complementarias como ligamentos,
tendones, músculos y cartílagos.
El esqueleto de un ser humano adulto tiene, aproximadamente, 206
huesos, sin contar las piezas dentarias, los huesos suturales o
wormianos (supernumerarios del cráneo) y los huesos sesamoideos. El
esqueleto humano participa (en una persona con un peso normal) con
alrededor del 12 % del peso total del cuerpo. Por consiguiente, una
persona que pesa 75 kilogramos, 9 kilogramos de ellos son por su
esqueleto.
El conjunto organizado de huesos —u órganos esqueléticos— conforma
el sistema esquelético, el cual concurre con otros sistemas orgánicos
(sistema nervioso, sistema articular y sistema muscular) para formar el
aparato locomotor.
El esqueleto óseo es una estructura propia de los vertebrados. En
Biología, un esqueleto es toda estructura rígida o semirrígida que da
sostén y proporciona la morfología básica del cuerpo, así, algunos
cartílagos faciales (nasal, auricular, etc.) debieran ser considerados
también formando parte del esqueleto.
Sistema Integumentario
En zootomía o anatomía animal, el sistema integumentario o tegumento
(del latín: integumentum = protección), es con frecuencia el sistema
orgánico más extenso de un animal ya que lo recubre por completo,
tanto externamente, como numerosas cavidades internas. Su función
es la de separar, proteger e informar al animal del medio que le rodea;
en ocasiones actúa también como exoesqueleto. Está formado por la
piel y las faneras.
Características
De manera general, el tegumento está formado por tres elementos; de
adentro hacia afuera:
De una red de tejidos de origen ectodérmicos vibrátiles (epitelio ciliado).
Los vertebrados amniotas (reptiles, aves y mamíferos) tienen los
estratos más exteriores queratinizados.
Cutícula. No está presente en todos los animales. Cuando existe, es la
capa más exterior y es secretada por células de la epidermis. Tienen
cutícula los platelmintos parásitos, los anélidos, los pseudocelomados
(nematodos, rotíferos, etc.) y los artrópodos, entre otros. En estos
últimos alcanza una complejidad y un grosor considerables y sirve de
anclaje a los músculos, por lo que hace las funciones de esqueleto
externo (exoesqueleto).
Las neuronas son células especializadas, cuya función es coordinar las
acciones de los animales por medio de señales químicas y eléctricas
enviadas de un extremo al otro del organismo.
Movilidad: permite el movimiento, como en algunas larvas de
invertebrados, que disponen de bandas de cilios y pueden moverse en
el agua.

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