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Novecentismo y vanguardismo

NOVECENTISMO
La inestabilidad del país (conflictos sociales, fin del turnismo, Dictadura de
primo de Rivera y Segunda República) contrasta con la aparición (1910) de una serie
de intelectuales que buscan la modernidad del país.
Dentro de la Generación del 14 o novecentismo se incluye a un grupo de
intelectuales situados a caballo entre los escritores modernistas y del 98 y las
vanguardias que se avecinan. Estos escritores comienzan a escribir a principios del
siglo XX y adquieren relevancia en teorno a 1914, pero no tienen realmente
conciencia de pertenencia a grupo alguno.
Destacan los autores siguiente a Gabriel Miró, Wenceslao Fernández Flores,
Ramón Gómez de la Serna, Benjamín Jarnés y Concha Espina.
Las principales características de este grupo son:
 Tienen una gran formación intelectual, que se refleja tanto en la profundidad y
el rigor de su pensamiento como en la propia creación literaria.
 No olvidan el problema de España, pero lo tratan con mayor serenidad y menos
dramatismo que los autores del 98.
 Gustan de una obra elaborada y reflexiva, y se preocupan por la estética y la
pulcritud formal de sus textos.
 Pueden concebir el arte como puro juego, alejado de la vida.
 En algunos de ellos, se puede apreciar cierto deseo de escribir para las minorías
cultas.
 El ensayo es, junto con la novela, el género que más cultivan.

Ramón Pérez de Ayala

Escribió libros de poemas e hizo tanteos con el teatro; no obstante, sus libros
más conseguidos son sus cuentos y novelas, en los que propone nuevas técnicas
narrativas.
En la producción novelística de Pérez de Ayala, podemos apreciar dos
momentos:
Las novelas de la primera época (Tinieblas en las cumbres, A.M.D.G., La pata
de la raposa, Troteras y danzaderas) tienen rasgos autobiográficos. Narran diversas
experiencias de la vida de un joven, desde su educación en un colegio de religiosos
hasta la muerte de su novia. Su tono es pesimista y su visión de la situación española
es bastante crítica y amarga.
En la segunda época, el realismo es menor y se acentúan el simbolismo y la
carga intelectual. Al hilo de los acontecimientos, el autor reflexiona sobre temas de
carácter universal: la comunicación, en Belarmino y Apolonio; el amor y la
sexualidad, en Luna de miel, luna de hiel; o el amor, el donjuanismo, la mujer y el
honor, en Tigre Juan y su continuación, El curandero de su honra.
Pérez de Ayala introduce técnicas narrativas innovadoras, como puede ser la
variedad de puntos de vista, lo que enriquece mucho el relato. Sus novelas suelen
contener aspectos intelectuales. No olvida, además, la ironía y el humor incisivo.
Su lenguaje es, por lo común, cuidado y elegante.

Dos ensayistas

José Ortega y Gasset (1883-1955)

Es uno de los intelectuales más relevantes y de mayor prestigio de todo el siglo


XX español. Fue el fundador de la Revista de Occidente en 1923. Desde ella
promovió la difusión de las más importantes tendencias filosóficas y científicas de la
época.
Se expresa con un estilo singular, brillante y cuidado, de gran valor literario.
Cuando el tema lo requiere, no elude el lenguaje metafórico o incluso la ironía.
Entre sus obras se encuentran: La rebelión de las masas, El espectador, La
deshumanización del arte e Ideas sobre la novela.
 La rebelión de las masas. Ortega expone su pensamiento aristocrático en
relación con la sociedad; considera que esta debería estar regida por una
minoría selecta, y la gran masa debería seguir las directrices de esa minoría.
 El espectador. Es una obra formada por diversos ensayos en los que el autor
medita sobre varios temas que, en realidad, son “la vida en torno”.
 La deshumanización del arte. Sus ideas tuvieron una enorme influencia sobre
las vanguardias españolas de la época. Defiende que el arte ha de tener valor
por sí mismo, procurar solo el placer estético, alejarse de lo sentimental y lo
afectivo.
 Ideas sobre la novela. El autor trata diversas cuestiones sobre este género
literario y refleja sobre su decadencia.

Eugenio d’Ors (1882-1954)

Escribió breves artículos sobre temas diversos. Muchas de sus ideas giran en
torno a la cultura, sobre todo en relación con la estética y la pintura, no en balde fue
un afamado crítico de arte.
Defiende un arte alejado de la confusión y el desorden, y pleno de equilibrio,
armonía y clasicismo. Escribió tanto en catalán como en castellano obras como
Glossari o Tres horas en el Museo del Prado.

Otros escritores
Continuando con la senda de la renovación iniciada por la Generación del 98,
autores como Gabriel Miró, Ramón Gómez de la Serna, Wenceslao Fernández
escriben sobre temas muy diversos.
Gabriel Miró es dueño de una exquisita sensibilidad y de un lengua lleno de
sugerencias y valores poéticos (Años y leguas, El obispo leproso).
Ramón Gómez de la Serna es más conocido por sus greguerías (pensamientos o
frases breves en los que, mediante la asociación ingenioso de conceptos y de
palabras, busca una interpretación metafórica de la realidad). Su narrativa es
vanguardista (El caballero del hongo gris).
Wenceslao Fernández Flórez descubre en su obra una mirada satírica e Volvoreta, El
bosque animado).

Poetas
En POESÍA, los posmodernistas inician el camino hacia una poesía pura,
desprovista de anécdota y de sentimentalismo y centrada en la perfección formal.
Además de León Felipe, la gran figura es Juan Ramón Jiménez (1881-1958),
premio Nobel de literatura, quien plantea su poesía como una búsqueda de belleza y
de eternidad. Él mismo distingue en su obra tres grandes etapas:
– Etapa sensitiva (hasta 1915). Pasa del postromanticismo becqueriano, intimista y
simbolista (Arias tristes, 1903) a un modernismo más sensorial (La soledad sonora,
1911). Los temas son la naturaleza, la soledad, la muerte, siempre con un tono de
melancolía.
– Etapa intelectual (1916-1936). Su poesía reduce la adjetivación y las alusiones
sensoriales, para volverse más breve y conceptual, en un intento de encontrar la
esencia, el dios primordial que están en todo. Se abre con Diario de un poeta recién
casado (1916) y se cierra con La estación total.
– Etapa suficiente (1936-1958). Canta en tono gozoso la identificación de la palabra
poética con la divinidad que, al modo panteísta, se encuentra en todo lo creado.
Destaca Dios deseado y deseante (1948-1949).

VANGUARDIAS
Las Vanguardias son el conjunto de movimientos de revolución estética y
transgresión artística que se desarrollan en las primeras décadas del siglo XX, más
específicamente entre las dos guerras mundiales,.
Los movimientos vanguardistas se presentaron como corrientes alternativas,
juveniles, rupturistas, provocadoras y minoristas.
Algunas vanguardias dejaron una profunda huella en el arte posterior. Su
mayor logro fue imponer la libertad total del artista, herencia que ha beneficiado todo
el arte posterior.
Entre las numerosas vanguardias destacan:
 El Futurismo.
 El Cubismo.
 El Dadaísmo.
 El Surrealismo.
Los movimientos vanguardistas se difundieron rápidamente en España, gracias
a las tertulias, a revistas y a la labor de algunas figuras como Ramón Gómez de la
Serna, precursor y promotor de las vanguardias y el poeta chileno Vicente Huidobro.
El final de las vanguardias se produjo en 1930.
El Vanguardismo se divide en dos periodos.
Nacimiento y auge (1908-1925). Las primeras manifestaciones vanguardistas
aparecieron hacia 1908, con R. G. de la Serna, cuya obra más importante son las
Greguerías. (las greguerías se basan en humor más metáforas).
- El Creacionismo. Lo difundió Vicente Huidobro. El creacionismo defiende la
capacidad creadora de las imágenes, pues la poesía es creación, y cada poema es un
mundo creado mediante imágenes yuxtapuestas. Destaca el escritor Gerardo Diego
con sus obras Imagen y Manual de espumas.
- El Ultraísmo. Fue introducido por Guillermo Torre. Según el Manifiesto Ultra, la
literatura se basa en la metáfora. El ultraísmo es una mezcla de influencias cubistas,
dadaístas y futuristas. Destacan los escritores Rafael Cansinos Assens , Jorge Luis
Borges y R. G. de la Serna. El ultraísmo solo duró cuatro años.
– Surrealismo (1926-1936). La influencia surrealista inició la rehumanización. Fue el
movimiento más fructífero e influyente en la segunda etapa de la Generación del 27,
pero los autores de la misma rechazaron su similitud con el surrealismo francés.
Destacan los autores R. Alberti, F. G. Lorca, V. Aleixandre y Luis Cernuda

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