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Universidad Distrital Francisco José de Caldas

Ivan Ernesto Roa


Ensayo: Entender el inicio y configuración de la modernidad.
Por: Maria Paula Salazar Riaño

Introducción
La modernidad comprendida como un proceso histórico, científico, cultural y
económico es enfrentada por Enrique Dussel, quien sostiene que: “la modernidad
es, en efecto, un fenómeno europeo, pero uno constituido en una relación dialéctica
con una alteridad no-europea que finalmente es su contenido.”1
Es decir que discrepa la posición de la modernidad desde pensadores como Jürgen
Habermas y Friedrich Hegel para re-construir dicho término que ha puesto en
discusión en muchos de sus textos, exponiendo la construcción de la modernidad
desde la configuración de la periferia, es decir desde la inclusión de Latinoamérica a
la “Historia Mundial” como capítulo fundamental en la construcción de la modernidad
Europea, configuración que hace partiendo de una confrontación de la visión de la
modernidad que hace Hegel respecto al Nuevo Mundo, y su visión historiográfica,
cultural, política y social de los procesos de “descubrimiento” y colonización de
América Latina, en un esfuerzo por demostrar que la construcción moderna de
Europa se encuentra estrechamente ligada a los procesos de civilización del nuevo
mundo, reconociendo que dicha afirmación sólo puede ser llevada a cabo en el
momento en que Latinoamérica se reconozca a sí mismos como “víctimas
inocentes” de un proceso de violencia irracional que marcó lo que él llama
ocultamiento de lo no-europeo.

Las dos versiones


La modernidad para Europa se forma desde su centralización en la historia mundial
y la autodefinición como superior desde la descripción unilateral de esta historia
única y verdadera que consolida a Europa como epicentro de esta modernidad.
Modernidad que es definida históricamente en el siglo XVIII por Hegel, quien
construye la historia universal desde Asia hasta Europa, iniciando por la etapa de
adolescencia en la que se concentra Asia, como “la parte del mundo en la que se
puede verificar el origen como tal…” y poniendo a Europa Como centro y final de
esta historia “...Pero europa es absolutamente el centro y el fin ( das Centrum und
das Ende) del Oeste como tal, Asia el absoluto Este”2 , sin embargo es preciso
aclarar que para Hegel Asia no es sino el alba de la historia, recalcando de manera
constante que el “inicio” y “fin” de esta es Europa, pero no cualquier Europa, la
Europa nor-oeste que se constituye de Alemania, Francia y Dinamarca, es decir los
imperios germánicos; que son para Hegel quienes otorgan a Europa su forma
absoluta, su perfección, el fin de su desarrollo y su realización total; reafirmando el
egocentrismo europeo, que concibe a la modernidad como una proceso netamente

1 Dussel, Enrique; Eurocentrismo y modernidad (Introducción a las lecturas de Frankfurt).


2 Lecciones sobre Filosofía de la Historia Universal, Friedrich Hegel, pág. 235.
europeo que después deberá instruir a aquellos quienes aún no hacen parte de
este.

Y es la concepción de esa modernidad como un estadio filosófico, económico, social


y cultural construido en las bases de una Europa egocéntrica la que es criticada por
el argentino Enrique Dussel, quien propone al eurocentrismo como un “telón
encubridor” de lo que verdaderamente fue el proceso de la modernidad y de la
construcción de esta en relación con el otro; o básicamente en la negación de ese
otro como alter-ego colaborador; ya que Dussel propone el inicio, construcción y fin
de la modernidad como un proceso desarrollado a la par con el proceso histórico de
la colonización, pues pone a España como principal precursor de esa modernidad;
desde la conquista y el aire liberador de la ignorancia e infantilidad del mundo
“descubierto” que le otorgaron a la colonización. Es ahí donde Dussel ve como error
las consideraciones europeas sobre la historia universal cuando esta no reconoce a
América y África como constituyentes de dicha historia, ya que Dussel postula:
“Proponemos una segunda visión de la ‘Modernidad’, en un sentido mundial, y
consistiría en definir como determinación fundamental del mundo moderno el hecho
de ser (sus estados, ejércitos, economía, filosofía, etc.) “centro” de la Historia
Mundial. Es decir, nunca hubo empíricamente Historia Mundial hasta 1492 (como
fecha de iniciación del sistema-mundo). Anteriormente a esta fecha los imperios o
sistemas culturales coexistían entre sí. Sólo con la expansión portuguesa desde el
siglo XV, que llega al extremo oriente en el siglo XVI, y con el descubrimiento de
América hispánica, todo el planeta se torna el ‘lugar’ de ‘una sola’ Historia Mundial
(Magallanes-El cano da la vuelta de circunvalación a la tierra en 1521)”3

Entonces Dussel en algunos de sus textos propone estas dos versiones de la


modernidad, la primera que inicia en los periodos de conquista y colonización por
parte de Portugal y España; y la segunda, reconocida por los europeos con un inicio
en los siglos XVII y XVIII que no incluyen como “Estados Modernos” a España y
Portugal.

El mito de la modernidad

Continuando con la idea de modernidad para Dussel es necesario construir el mito


de la modernidad desde aquella que el plantea que inició en 1942; es entonces
cómo introduce la idea de dos mitos de este proceso; uno visto desde la perspectiva
moderna formada en los siglos XVII y XVIII, y otro desde la conquista, el proceso de
colonización y definición de este nuevo mundo. Es así como el define el primer
mito de la modernidad desde la instauración del derecho de los estados modernos
sobre el de los no-modernos, justificando de cierta manera el uso de la violencia por

3 Tomado de: Dussel, Enrique. Europa, modernidad y eurocentrismo. En libro: La colonialidad del saber: eurocentrismo y
ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Edgardo Lander( comp.) Clacso, Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales, Buenos Aires, Argentina. Julio de 2000.
parte de los conquistadores europeos, haciéndola ver como necesaria para la
civilización de un mundo infantil, culpable de su propia “inmadurez”, para luego
definir siete aspectos o elementos de ese mito de la modernidad que se mueven
dentro del eurocentrismo:
1. “La civilización moderna Europea se comprende a sí misma como la más
desarrollada, la civilización superior.
2. Este sentido de superioridad la obliga, en la forma de un imperativo
categórico, como si fuera, a “desarrollar” (civilizar, educar) a las más
primitivas, bárbaras civilizaciones subdesarrolladas.
3. El modelo de tal desarrollo debe ser el seguido por Europa en su propio
desarrollo fuera de la antigüedad y en la Edad Media.
4. Allí donde los bárbaros o los primitivos se oponen al proceso civilizatorio, la
praxis de la modernidad debe, en última instancia, recurrir a la violencia
necesaria para remover los obstáculos para la modernización.
5. Esta violencia que produce víctimas en muchos modos diferentes, lleva un
carácter ritual: el héroe civilizador inviste a la víctima (colonizado, esclavo, la
mujer, la destrucción ecológica del mundo, etc.) con el carácter de partícipes
en un proceso de sacrificio redentor.
6. Desde el punto de vista de la modernidad, el bárbaro o el primitivo, está en
un proceso de civilización. Esto permite a la modernidad presentarse a sí
misma no sólo como inocente sino también como una fuerza que emancipara
o redimirá a las víctimas de su culpa.
7. Dado este carácter “civilizado” y redentor de la modernidad, los sufrimientos y
sacrificios (los costos) de la modernización impuestos a los pueblos
“inmaduros”, razas esclavistas, el sexo “débil”, etcétera, son inevitables y
necesarios.”4

Entonces para Dussel es pertinente afirmar que la concepción europea frente a la


conquista latinoamericana es una simple heroización del victimario opresor como un
emancipador o guía en ese Nuevo Mundo, ya que la justificación del uso de la
violencia contra lo “obstáculos” de la modernidad es totalmente normalizada por
pensadores como Hegel que afirma que la Europa moderna se encuentra totalmente
realizada, desarrollada e ilustrada y no necesita del saber de otros, contrario a la
hipótesis que el desea mantener, que es la dialéctica entre el mundo europeo y su
alter quien da razón a el fenómeno de la modernidad.

4 Dussel, Enrique; Eurocentrismo y Modernidad ( Introducción a las Lecturas de Frankfurt), pp. 68-69.

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