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Instructivo # 02:
El autor plantea varias problemáticas, pero todas de cierto modo giran alrededor de la
identidad de los colombianos como colombianos o del asunto de la colombianidad. En
este sentido el autor Omar Rincón, nos habla por ejemplo, del mito fundacional de la
nación desde diversas perspectivas como: la social, la política, la religiosa, la cultural,
la simbólica y la territorial, esto de una forma bastante critica con cada uno de estos
aspectos con relación a como se ha desarrollado a nivel histórico.
Por otro lado también el titulo muestra otra de las problemáticas que trata el autor, el
asunto de la marca, el cómo nos vendemos los colombianos a la exterioridad, en ultimas
un asunto de la imagen, del cómo nos queremos mostrar, pero como en realidad somos.
A su vez muestra como problemáticos ciertos contrastes, los asunto que se resaltan en
la ley y lo que se hace en la práctica, la democracia como un punto fuerte, pero a su vez
la resistencia a permitir el pensamiento divergente y varias ironías o casos dicotómicos
en los cuales el actuar o pensar del colombiano denotan su identidad o precisamente su
falta de ella.
Por ultimo un problema que resalta el autor es la violencia casi que como único rasgo
de identidad común que se puede percibir sin importar la región.
La cuestión central gira se puede extraer literalmente “La hipótesis que recorrerá este
texto asume que ni somos colombianos ni existimos como nación, sólo somos el flujo
incesante de fragmentos de retóricas y flujos de violencias, sobre todo simbólicas;
somos una suma mal hecha de muchos fragmentos-relatos del ser nacional” (p.2).
Afectivamente el autor se mantiene en esta línea a lo largo del texto, argumentando por
qué no somos una nación y por qué somos resultado de los distintos tipos de violencias.
El desarrollo de la tesis tiene aspectos que convencen y otros en los que definitivamente
no puedo estar de acuerdo con el autor, el asunto de la imagen y de la exterioridad que
se quiere mostrar, del cómo nos ven y del cómo nos proyectamos, sin duda es un asunto
con el que se puede concordar, además de varios aspectos que recorren los mitos que
resalta. Se puede decir que tiene razón al problematizar muchas de las cuestiones que
creemos nos dan una identidad nacional, pero al final al reflexionar no tanto como
creíamos.
Pero sin duda otro aspecto con el que no puedo estar de acuerdo, gira entorno a la
manera en como expone sus argumentos, de una manera tan marcadamente negativa, al
leer este texto, de cierta manera queda un panorama un tanto desalentador alrededor lo
que somos como colombianos, del estado, de la democracia y de las instituciones que
componen la democracia, de alguna manera si el panorama fuese tan terrible como lo
plantea el autor, los sentidos y formas de entender y vivir el espacio carecerían de cierto
sentido, pues existen diversidad de formas de identificarse y de vivir lo que podemos
llamar Colombia, y su forma de expresión de cierta manera puede dar a sentir que su
visión precisamente esta parcializada desde su propio espacio vivido y sentido, lo cual
se me hace un tanto contradictorio con algunos de sus planteamientos. No se puede
ocultar lo cierto de sus argumentos, pero tampoco se puede ocultar su visión
parcializada hacia un solo sentido, lo negativo.