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“Diez aspectos del presente y futuro de la hispanística”

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Diez aspectos del presente y futuro de la hispan’stica1

Johannes Kabatek, Universidad de Zœrich

1. Introducci—n

Es una constante discursiva la de tender a considerar el presente como momento angular


desde el pasado y el futuro: subjetivamente, es obvio que lo es; pero objetivamente nos falta
en general la distancia para identificar los momentos realmente claves de la historia. TambiŽn
es una estrategia discursiva postular que as’ sea y vender la actualidad como algo especial,
punto ‡lgido, de inflexi—n o de partida hacia nuevos rumbos.
ÀD—nde est‡ y hacia d—nde va el hispanismo en los pa’ses german—fonos? Las siguientes
reflexiones procuran dar alguna respuesta, pero la respuesta es parcial y subjetiva,
corresponde a impresiones m‡s que a resultados de estudios y, adem‡s, no solo analiza, sino
que tambiŽn opina. El an‡lisis objetivo est‡ en gran medida por hacer, aun as’, me atrevo a
plantear a continuaci—n diez aspectos como contribuci—n a la reflexi—n, no sin avisar que
habr’a que buscar medios m‡s fiables que el mero impresionismo y la intuici—n para enfrentar
cuestiones que nos afectan directamente en cuanto miembros de una comunidad de ideas y de
intereses2: de ideas, ya que compartimos conocimientos sobre el pasado y el presente de los
pa’ses y las culturas hisp‡nicas; y de intereses, ya que vivimos y nos alimentamos de nuestras
tareas como hispanistas. La cifra de diez es algo casual, y algunos de los puntos se podr’an
tratar bajo uno mismo y otros se podr’an desarrollar en varios, pero la elecci—n del diez
tambiŽn se justifica por estŽtica y tradici—n.

2. Diez aspectos

2.1. Autonom’a de la hispan’stica


Hasta hace muy poco, la hispan’stica apenas exist’a como materia propia en las universidades
de los pa’ses german—fonos. Exist’an, por un lado, algunos individuos destacados en algunos
centros y, por otro lado, algunos lugares en los que hab’a una cierta concentraci—n de los

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del espa–ol qued— en general sometido, dentro de la Romanistik, al dominio del francŽs o
incluso del italiano, y solo desde hace algunos decenios, el boom del espa–ol, desde diferentes
lados, lo convirti— en una de las principales materias de humanidades en las universidades
germanas. Con independencia de las cuestiones ideol—gicas que marcaron al principio la
creaci—n de una Asociaci—n de Hispanistas Alemana en los a–os setenta, esta es hoy la
segunda asociaci—n m‡s importante entre las asociaciones de roman’stica y no est‡ sometida a
ninguna otra, sino que colabora inter pares, con plena soberan’a, con ellas. En muchas
universidades, el nœmero de alumnos, algunas veces tambiŽn el de docentes, supera al de los
alumnos de francŽs. El espa–ol es una de las lenguas extranjeras m‡s estudiadas en Alemania
y tiene una fuerte presencia en muchos ‡mbitos, como en los programas de ERASMUS de la
Uni—n Europea, donde Espa–a suele ser el destino m‡s solicitado de los alemanes y Alemania
el m‡s solicitado de los espa–oles. La hispan’stica tiene todo el derecho y el deber, pues, a
reclamar su autonom’a y a presentarse con personalidad propia a nivel institucional.

2.2. Antidogmatismo institucional


Cuando empez— a perfilarse el gran potencial de la hispan’stica desde los a–os setenta,
surgieron debates sobre la necesidad de una independencia institucional y de una separaci—n
de departamentos de espa–ol frente a los tradicionales departamentos de rom‡nicas. En
algunos lugares, tal separaci—n tuvo lugar; en otros se crearon c‡tedras o unidades dedicadas a
los estudios latinoamericanos, pero en la mayor’a de las universidades tradicionales la
hispan’stica sigui— bajo el techo comœn de la roman’stica, con ventajas y desventajas (la
ventaja de poderse aprovechar de estructuras mayores, la desventaja de ser tratado, por
costumbre, como materia secundaria por detr‡s del francŽs o del italiano). Me parece que
corresponde a la mejor tradici—n de los pa’ses germanos no postular en este caso un
uniformismo para todos y de aceptar o incluso fomentar el pluralismo institucional. La gran
tradici—n de la filolog’a rom‡nica, con su cuna fundacional en Bonn, asociada
internacionalmente con los pa’ses german—fonos, es un punto fuerte que no habr’a que
abandonar y que sigue teniendo su impacto, aunque la creciente especializaci—n de las
materias requiere tambiŽn un nuevo posicionamiento de la roman’stica que no solo puede
insistir en sus patriarcas decimon—nicos, como Diez y Meyer-LŸbke, sino que tiene que
renovarse constantemente. Pero tambiŽn puede haber departamentos de espa–ol o de lenguas

iberorrom‡nicas o de
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lo que fuere: no hay una œnica receta y las situaciones en los diferentes lugares con susB
respectivas tradiciones var’an mucho. La pluralidad institucional tiene la desventaja de
complicar el reconocimiento desde fuera, ya que falta una imagen comœn, pero tambiŽn tiene
enormes ventajas. Adem‡s, es un simple hecho inevitable que deriva del sistema de
organizaci—n pol’tica de los federalismos en Alemania, Suiza y Austria. Ser’a tarea vana,
pues, perderse en discusiones sobre unificaciones sistŽmicas: el hispanismo se presenta bajo
varias facetas, pero su presencia es notable en todos los lugares.

2.3. Contrapeso a los nacionalismos


La hispan’stica germana naci— en el Romanticismo y el interŽs por la diversidad de las
culturas. La conexi—n del hispanismo con la roman’stica ha servido para conservar un anclaje
institucional y personal de la gran mayor’a de los hispanistas alemanes, suizos y austriacos en
un mundo plurilingŸe y pluricultural. Por ello, es normal para un hispanista alem‡n ocuparse,
al lado del espa–ol, tambiŽn del portuguŽs, del catal‡n, del gallego o del francŽs, pero no por
exclusivismo u oposici—n nacionalista frente a otras culturas o naciones, sino desde un deseo
de reconocer lo particular de cada caso y verlo tambiŽn como una m‡s de las interminables
manifestaciones del potencial universal humano. La historia reciente de Alemania ha creado
un profundo escepticismo frente a cualquier exclusivismo nacionalista en la conciencia cr’tica
de los alemanes y de sus vecinos. Esto no impide que, al lado del escepticismo, pueda haber
tambiŽn simpat’a frente a deseos de cambio de las configuraciones pol’ticas y nacionales en el
mundo hisp‡nico; pero es poco probable, dada la visi—n desde la distancia, que haya una
adopci—n total de los discursos locales, sean estos madrile–os, catalanes, cubanos o
venezolanos. Y el se–alar las construcciones de enemigos sobre las que a veces se fundan las
visiones locales y los nacionalismos puede percibirse incluso como una cierta obligaci—n.
Existe, por ejemplo, un antiespa–olismo que nutre el catalanismo y un anticatalanismo que
nutre el espa–olismo, ya que la construcci—n discursiva de lo propio necesita de un referente
ajeno. All‡ donde desde fuera consideramos que esa construcci—n se alimenta m‡s de
prejuicios que de verdaderas diferencias, tambiŽn es obligaci—n del observador ajeno no hacer
suya, por oportunismo barato, esa visi—n construida sino se–alar que existen otras
perspectivas. El escepticismo frente a los nacionalismos incluye obviamente tambiŽn el
escepticismo frente a cualquier tendencia arrogante y de superioridad que podemos encontrar
incluso en los c’rculos intelectuales de los expertos en temas hisp‡nicos en el ‡mbito
germ‡nico.

2.4. Escepticismo frente a tendencias puristas y antipuristas


K
El Žxito a nivel internacional de la hispan’stica germana depende de su capacidad de hablar
con voz y personalidad propias, sin imitar los discursos internacionales, andando por detr‡s de
ellos, sino posicion‡ndose con paradigmas propios. En la l’nea del punto anterior, desde la
distancia es m‡s f‡cil adoptar una posici—n cr’tica frente a corrientes, giros y modas actuales,
y es un deber transmitir esa perspectiva cr’tica a los dem‡s. En el pasado, tendencias hacia el
purismo cultural o lingŸ’stico fueron criticadas desde la hispan’stica y desde una visi—n m‡s
descriptiva y menos normativa de las cosas. Cuando en los llamados Òestudios culturalesÓ
apareci— el paradigma de la hibridez, algunos se lanzaron resaltando el valor de las culturas
Òh’bridasÓ y otros se quedaron m‡s distantes. El gran mŽrito del paradigma de la hibridez fue
el de la dignificaci—n de culturas de contacto y de migraci—n en contra de un purismo
discriminante, pero su gran problema resid’a en un Òtodo valeÓ algo hip—crita y da–ino: la
vida social consiste en la construcci—n de normas, y las normas no son de por s’ malas e
impuestas, sino algo que los propios individuos buscan y necesitan. Los elogios de la
hibridez, ingenuamente o sof’sticamente formulados desde sectores plenamente asentados en
las normas, desde el centro de la sociedad hacia sus m‡rgenes, pueden llegar a ser injustos, ya
que fomentan el mantenimiento de las desigualdades que presumen combatir. Criticar tanto
purismos injustos como falsas batallas de igualdad son obligaciones de la investigaci—n desde
fuera4 Ñy no es que la distancia de por s’ sea un valor superior: muchas veces, desde la
distancia se desconocen los detalles y las particularidadesÑ. La distancia y la cercan’a, la
mirada desde dentro y desde fuera son complementarias y la hispan’stica hace bien en no
querer competir donde no puede y aprovechar, en cambio, aquellas cuestiones en las que
realmente tiene voz propia.

2.5. Profundidad hist—rica como fuerza


La hispan’stica, aunque sea una disciplina joven, est‡ marcada por una tradici—n historicista y
comparatista propia de los pa’ses europeos. Es una fuerza de los hispanistas germanos a nivel
internacional su formaci—n en otras culturas (tradicionalmente, el arraigo de la roman’stica
enfocada hacia en Francia); su capacidad de comparaci—n de las lenguas con otras lenguas y
de las culturas con otras culturas, y su mirada atenta hacia el pasado. La hispan’stica puede
participar sin prejuicio ideol—gico, religioso o de ningœn tipo, de todos los giros que dan las
ciencias de la cultura, pero ante todas las vanguardias guardar‡ siempre una consciencia
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